Fenómenos extraños

Hoy leo que ante los prolongados períodos de desempleo y decepcionantes perspectivas laborales, cantidades sin precedente de estadounidenses sin trabajo están abandonando las listas de posibles trabajadores. Es curioso y explica como las cifras de paro no suben más. En España sabemos que cuando nos dicen amor en realidad quieren decir sexo, o que donde hay 4,1 millones de parados en realidad quieren decir 5 millones. Muchos ni se inscriben pues no encuentran sentido a estar en una lista que les obliga a estar pendientes de unos cursos inservibles y una expectativa irracional. En esta nueva era muchos trabajadores en paro deben asumir que jamás volverán a trabajar de lo que lo habían hecho en los últimos años. Un albañil en paro seguramente no volverá a ejercer de albañil en la vida, por lo que más vale que se plantee algo al respecto.
Hoy en las cifras emitidas por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos muestran que la cantidad de personas que pasaron de estar desempleadas a quedar fuera de la fuerza laboral alcanzó un récord de 3,1 millones en diciembre“.

La gente se está esfumando”, dijo John Silvia, economista jefe de Wells Fargo en Charlotte, Carolina del Norte. “Un montón de estos trabajadores simplemente no logran nada porque no tienen las habilidades y están en el lugar equivocado y les resulta difícil mudarse”. Esto subraya la necesidad de programas gubernamentales de capacitación y educación, agregó. Las plantillas aumentaron en 103.000 trabajadores en diciembre, menos que el pronóstico mediano de economistas encuestados por Bloomberg News, mostraron también cifras del Departamento de Trabajo. La tasa de desempleo bajó a 9,4 por ciento, reflejando en parte una caída de 260.000 en la fuerza laboral.

Resulta que la tasa de participación, o proporción de la población en la fuerza laboral, cayó a 64,3 por ciento, el menor nivel desde abril de 1984. La duración promedio del desempleo subió a 34,2 semanas en diciembre, ligeramente por debajo del récord de 34,8 semanas alcanzado en junio.

“Esta tendencia de la gente que desiste es muy desalentadora”, dijo Silvia. “La economía no está generando la cantidad, la clase, de empleos que estos trabajadores pueden desempeñar. Tiene un impacto negativo para un crecimiento económico de largo plazo”.

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