Marc Vidal - Conferenciante, Divulgador y Consultor en Economía Digital

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INYECCIÓN DE CONOCIMIENTO

Conocimiento_colectivoEl límite del talento individual, de la genialidad innata de un directivo, se encuentra en el vaporoso territorio de las habilidades. Los grandes líderes son personas muy preparadas para afrontar adversidades, intuir atajos y resistir envites, pero hay que considerar que los resultados que aportan al mundo de los negocios suelen ser poco regulares a largo plazo. Cómo no dependen de un factor sino de muchos, la mayoría de difícil previsión, son mucho más inestables cuando dependen de un reducido grupo de personas.

Durante los años 80, en Estados Unidos, con el nacimiento de la gestión moderna, la que preconizaba el derrumbe de las pirámides de mando a fin de acercar el cliente a la persona que decide, se intentó conceder más poder de decisión a la base. Las carencias no tardaron en aparecer y el diálogo, como herramienta básica de trabajo, se convirtió en una barrera insalvable. El error procedía de creer que a través del coaching se lograban sinergias colaborativas. El resultado fue nefasto en la mayoría de los casos. Excelentes técnicos que promocionaron no fueron capaces de desarrollar habilidades para liderar. Las reglas del coach sólo se aplicaron a personas de alto potencial, gente en la que las compañías creyeron interesante invertir. Ahora sabemos, o intuimos, que la empresa abierta al de conocimiento colectivo no depende ni de la promoción, ni de la inversión en aspectos de talento. Únicamente se desarrolla en superficies donde se pueden abocar ideas y en espacios donde éstas puedan complementarse con agilidad.

Para ello necesitamos cubículos donde la inyección de talento actúe como propulsor en términos de proyección y mejora. Que permita orientar la innovación siguiendo nuevos criterios basados en el conocimiento, en el talento y en la aceleración de resultados. Es el conocimiento colectivo el que permite a un grupo de empresas, por ejemplo, trabajar en un mismo sentido a fin de obtener un resultado que se ajuste a las necesidades de cada uno. Para ello será preciso que las empresas participantes:

  1. se preocupen por expandir el negocio sin fronteras ni límites.
  2. Estén abiertas a alianzas temporales y acuerdos de colaboración.
  3. Consideren la rapidez en las decisiones y acciones como una cuestión primordial. 
  4. Reevalúen y revisen el modelo de empresa empleado con anterioridad, cuando era individual, para crear valor, pero en este caso, para todos.

La importancia de esta nueva “manera de pensar”, del papel relevante del pensamiento integrado e integrador, se reflejará en los proyectos que irán adquiriendo importancia en los próximos años en todos los ámbitos y sectores.  La presencia de personas emprendedoras, que serán las que orientarán el rumbo empresarial inmerso en un mundo lleno de incertidumbre, marcará esa dinámica y ese sendero, pero no lo lograrán sin una inyección global de conocimiento que los complemente en cada una de las situaciones de crisis a las que pueda enfrentarse una organización empresarial determinada.