Marc Vidal - Conferenciante, Divulgador y Consultor en Economía Digital

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LA BOLSA ADVIERTE

De desplomes bursátiles ha habido una decena desde 1987. Sin embargo a diferencia de los anteriores, en esta ocasión no parece haber un detonante claro. Si en agosto de 1990, a raíz de la invasión de Kuwait por el ejercito iraquí, en agosto de 1991 con el golpe de estado en la antigua Unión Soviética o el 11 de septiembre de 2001, las bolsas tuvieron un motivo evidente para la intranquilidad y, por lo tanto, para sufrir bajadas históricas, lo del lunes y el acumulado hasta hoy, no parece tener un punto de partida evidente. Más bien tenemos que empezar a pensar que el descrédito financiero y el agotamiento del sistema pueden estar haciendo mucho daño en el panel que representa la economía global. La suma de varios factores puede haber funcionado como catalizadores de una situación que se antoja mucho más compleja que las que se sufren a partir de un hecho puntual.

El miedo y la desconfianza de los inversores desde el pasado verano y el reventón subprime están devaluando seriamente los activos hipotecarios de mayor riesgo. La crisis de confianza del sistema que ya se analizó en su día, provocó una crisis de liquidez en el sistema. El hecho de que la recesión americana sea una posibilidad cada vez más aceptada puede llevarnos a un bucle en el que la crisis financiera obligue a restringir el crédito y, en consecuencia, dañar gravemente el crecimiento cada vez más debilitado.

Ahora bien, aunque las bolsas funcionan a golpes de bragueta, a base de rumores y casi siempre por intereses de escaso recorrido, por eso, la certeza de que nos encontramos ante los primeros estornudos de un enfermo grave no la tiene nadie. Los mercados son reflejo de muchas cosas, entre ellas del estado de ánimo de la clase inversora, pero cuando logra generar tendencias a medio plazo, entonces se convierte en un muestreo de la situación real del sistema económico en el que nos movemos.

Ahora hay miedo y pesimismo, se sabe que el mundo ya tiene entradas para un nuevo espectáculo llamado desaceleración pero se desconoce el guión de la obra. Nadie sabe la duración, el tema y los actores de este melodrama. Espero que el Ibex y la bolsa en general estén descontando el peor escenario posible, y que no vaya a más, pero me temo que eso será difícil puesto que, en estos momentos lo que realmente parece es que la bolsa anticipa la recesión.