Marc Vidal - Conferenciante, Divulgador y Consultor en Economía Digital

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SOLUBLEMAS TOXICOS

El record alcista de ayer en la mayoría de bolsas del planeta son la evidencia de que el mercado está roto. La extrema sobreventa no es el reflejo del pánico sino de la fisura entre lo real y lo anecdótico. La extrema compra de ayer, de hoy y de los días sucesivos también. En menos de una semana hemos sido testigos de las mayores caídas y subidas de la historia de la bolsa mundial. ¿No es para pensar que estamos en un momento clave? ¿Se han solucionado todos los problemas estructurales de este planeta? ¿El mundo sólo tenía un problema financiero? ¿No habíamos quedado que el agujero es sistémico y que depende más de la concepción global de la economía de intercambio que de la utilización de la liquidez? ¿No habíamos llegado a la conclusión que el dinero es arroz? ¿Para que sirve inundar de arroz los mercados? ¿Qué utilidad tiene que los bancos tengan todo el arroz que quieran? Siento comunicar que nada ha cambiado, en unas semanas, tal vez meses, estaremos en el punto de partida pero con una diferencia: no quedarán pócimas, la última se la bebieron en París este fin de semana un grupo de mentirosos patológicos que dicen gobernar Europa.

Debemos saber que todo sigue en bajada, camino de su suelo aun desconocido. Esto ha sido un gran rebote, pero volverán las caídas y el transcurso sinuoso hacia un estado bajista sin remedio. La confianza tardará en recuperarse y las intervenciones de los gobiernos sólo muestran la gravedad de la situación. Medio país, por hablar de algo cercano, sigue pendiente del color de su nueva camisa y de la oferta de relojes del comercio esquinero, pero las arenas movedizas siguen aumentando su radio de acción y son muy pocos los que nos enteramos de ello. La mayoría sigue con sus adicciones sociales, sus espíritus envenenados y sus cerebros carcomidos por la indiferencia y el vivir indiscriminado. Se van a enterar pronto de todo esto, es cuestión de tiempo. La diferencia entre unos y otros es que ellos no sabrán porque y nosotros si.

Los que se frotan los párpados pensando que ya pueden despertar, que todo ha sido una pesadilla, que se lo tomen con tila. Lo que por un lado se ha entendido como un ascenso de valores gracias a la nueva y onírica liquidez del mercado, se perderá por la otra banda, por culpa de un sobreendeudamiento de los Estados, y un aumento brutal de la inflación a corto plazo, aunque recuerden que sigo defendiendo que en 2010 veremos un IPC negativo por culpa de la parada técnica de la economía global.

Tampoco hay que darle mucho crédito a nuestro Ibex pues es como un casino de barrio y puede pasar de todo. De hecho las bolsas han perdido toda lógica y ya no interpretan una situación sino una percepción momentánea. Ni se acababa el mundo el viernes ni se salvó ayer.

Entonces, ¿Qué ha pasado para que la bolsa subiera tanto? Los asuntos importantes siguen existiendo, los problemas no desaparecen y los dólares no van a tapar esos boquetes. Imprimir billetes servirá para aumentar el déficit comercial americano por cuenta corriente estructural que ya se acerca cercano al billón de dólares. En pocos años la primera hornada de la generación baby-boom americana se jubilará y veremos como se adapta el capital a ese impacto, como se traducirá en desaceleración por economía social, etc.

Si los problemas siguen existiendo, ¿Por qué los inversores pensaron ayer que todo estaba solucionado comprando sin parar en los mercados de todo el mundo? Fueron tomas de ganancia que demuestra que las cosas no se desmontan de un modo lineal. Reordenar el puzzle con medidas tóxicas como las que están sobre la mesa es un grave error. Soluciones tóxicas a problemas tóxicos.

A modo de anecdotario, la subida del Dow ayer supuso la sexta mayor, porcentualmente hablando, de su historia. Las otras cinco sucedieron entre 1931 y 1933, después del batacazo del 29. ¿Alguien cree que nuestro 1929 particular ya ha pasado?