¿La gran renuncia o el gran reinicio?

Seguro que has oído hablar del “éxodo laboral” que se está gestando desde abril de 2021 en Estados Unidos y va a ir desplegándose por el resto del mundo en el futuro. Resulta que en EEUU un porcentaje muy importante de profesionales a todos los niveles están renunciando a sus empleos.

Se considera que el número de ‘renuncias’ se eleva ya a mas de 6 millones de bajas. A esto se le llama ‘the great resignation’. Según varios trabajos, pocos aún, que he podido leer, es posible que se esté gestando la mayor modificación laboral desde la segunda guerra mundial. Se trataría de una metamorfosis que va mucho más allá de modificar las opciones de empleo, sino que radica en aspectos de tipo ético, sociológico y no tanto de tipo económico.

El descontento, hasta ahora, tenía un territorio intocable: el empleo. Si tenías empleo, tenías un tesoro. Algo que parece estar cambiando en algunos lugares. La sociedad del bienestar que garantiza los mínimos vitales proporciona la opción de renunciar al crecimiento personal temporalmente o para siempre. Pero como todo en la vida, cuando un cambio es profundo, intenso y rápido, las consecuencias suelen ser importantes e impredecibles.

El término ‘la Gran renuncia’ fue creado por Anthony Klotz, profesor de la Texas A&M University y si bien implica que las personas están abandonando su empleo, en realidad la gran mayoría de estos trabajadores lo que están haciendo es reconfigurar sus expectativas vitales.

La Gran Renuncia es un fenómeno que va tomando impulso desde el año pasado. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU, casi el 3% de la fuerza laboral de EE. UU. renunció en octubre pasado, tras llegar a una cifra récord en el septiembre anterior.

¿Qué es lo que hacen estos empleados que renuncian? Según varios informes, algunas renuncias son personas que se toman un tiempo sabático, se jubilan anticipadamente o abandonan la fuerza laboral por nuevos intereses familiares. Pero en realidad, estas opciones solo cuentan una parte de la historia.

En realidad, los trabajadores a nivel mundial, en muchos casos, no están simplemente abandonando la fuerza laboral; millones de personas están reconfigurando sus carreras. Algunos están aprovechando la actual crisis de contratación para ocupar mejores puestos por ejemplo. Otros, han decidido trabajar por su cuenta El número de trabajadores autónomos en Estados Unidos ha aumentado en más de 500.000 desde la crisis sanitaria.

Pero hay más razones. Al parecer, muchos trabajadores están simplemente cambiando a nuevas industrias y a carreras que ofrecen salarios más altos o se alinean más con sus valores. La pregunta sería si este hecho es simplemente un fenómeno inducido por el confinamiento y sus derivados o está cambiando a gran escala el camino del futuro del empleo. Si es así, esto podría tener implicaciones a largo plazo que ahora es difícil ver.

Si bien ha habido grandes cambios en el mercado laboral en otras ocasiones, ya sean nuevas oportunidades laborales con el auge económico de la posguerra o pérdidas de empleos con la Gran Depresión del 29 o la Gran Recesión del 2008, el movimiento de masas que estamos viendo hoy tiene una gran diferencia.

Resulta que ahora, por lo que se va identificando, las personas que deciden dejar su empleo actual porque no les convence, tienen la opción de elegir otro o, sencillamente, esperar a que aparezca algo mejor y no hacer nada durante un tiempo. Igual piensas que eso no es así pero las estadísticas que maneja Grace Lordan, profesora de ciencias del comportamiento en la London School of Economics, aseguran que esto está creando un grupo social insatisfecho que prefiere no trabajar a trabajar en algo que no les ‘llena’.

Lordan cree que la gran parte del movimiento en el mercado laboral en EEUU, es en realidad una reorganización: los trabajadores cambian su trayectoria profesional, abriéndose camino gradualmente hacia empresas que ofrecen beneficios laborales que coinciden con sus preferencias.

Esto podría provocar algún desajuste que no se está teniendo en cuenta. Podríamos ver un mercado laboral inestable a medida que las personas se mueven y las empresas intentan brindar soluciones que saquen lo mejor de sus empleados, y eso llevará un tiempo. Y tiempo no es lo que tenemos precisamente. En los próximos días, en otros vídeos te hablaré de la realidad económica que vamos a vivir, dejando de lado el maquillaje y los calmantes que nos administran los medios a diario. Veremos que tiempo, lo que se dice tiempo, no tenemos tanto como para esperar a ver que pasa.

Pero volvamos al tema. Todo empezó con el estímulo del empleo remoto mal llamado ‘teletrabajo’. Muchos trabajadores se están trasladando a los sectores con más probabilidades de ofrecer un trabajo híbrido. Según cifras de LinkedIn en Reino Unido, de agosto a octubre de 2021, el flujo neto de trabajadores que se cambiaron a un modelo de este tipo aumentaron el doble de un año a otro. Por el contrario, la educación experimentó una salida neta durante el mismo período, siendo el comercio minorista el más afectado en términos de abandonos.

Este fenómeno, que algunos analistas económicos le llaman como te decía, la "gran renuncia”, y que otros la llaman la ‘gran reorganización’ se está apoderado de todo el mundo. Un año y medio de cierres, incertidumbre, ansiedad, examen interno y agotamiento en general, ha llevado a muchas personas a dar un paso atrás y han reevaluado sus vidas. Al reflexionar sobre su empleo, su remuneración, sobre si son valorados en su puesto de trabajo o si lo que hacen tiene sentido. Han sido muchos meses viendo fotografías en Instagram, muchas horas de Netflix y demasiados libros de autoayuda. Tantas horas, que algunos pueden estar perdiendo el horizonte real de la vida.

Lo curiosos es que de momento nadie está atendiendo a este suceso. En ningún lugar del mundo. Y como todas las grandes revoluciones que se germinan en el descontento, si no se atienden a tiempo real, explotan de mala manera. En abril de 2021, la cantidad de trabajadores que renunciaron a su trabajo en un solo mes rompió un récord de todos los tiempos en los EE. UU. Y ha seguido rompiendo ese récord todos los meses desde entonces. Esto está sucediendo en todas las industrias, pero en algunos sectores como el ocio y la hostelería, es particularmente grave, donde 1 de cada 14 personas deja el trabajo antes de un mes.

Según una encuesta reciente del Reino Unido, el 48% de los hombres y el 45% de las mujeres tienen la intención de dejar su empleo durante el próximo año. Los trabajadores quieren reducir sus horas y ser medidos en función de los resultados. A pesar de que el 50% de los trabajadores en el Reino Unido registraron más de 40 horas a la semana durante el año pasado, solo dos tercios de los encuestados creían que esas horas son necesarias para hacer el trabajo. Mientras tanto, el 73% de los trabajadores a nivel mundial están pidiendo que se les mida por resultados en lugar de por las horas que trabajan.

Aunque lo parezca, no te estoy hablando de la novela de Aldous Huxley, ‘Un mundo feliz’. Esto es real. Resulta que esta gran renuncia, que pasará a ser la gran reorganización, acabará siendo la ‘gran inflación’ por no decir la gran improductividad. El cambio es sociológico, no económico. El descontento se traduce en renuncia, la falta de espíritu de sacrificio de una sociedad acomodada e incapaz de protestar políticamente se traduce en una masa social que se construye una realidad del bienestar laboral que no responde al mercado real.

Veamos, en Reino Unido, por ejemplo, los salarios están aumentando a la vez que los precios también lo hacen. Más incluso. La creencia de que esa reorganización derivada de esa gran renuncia mejora el poder adquisitivo es falaz. Un nuevo empleo, menos productivo y mejor pagado, incrementa los precios. Sube la inflación a la vez que se deconstruye un modelo social y laboral que llevaba décadas funcionando. Esto creará problemas importantes para las empresas a medida que aumentan los costos y muchos puestos quedan vacantes durante un tiempo considerable y creará problemas para los trabajadores que irán viendo como pierden poder adquisitivo aunque sus salarios y modelos de vida parezcan mejores.

Se genera empleo. Así lo dicen las cifras. Y aunque lo que pasará en el futuro será muy distinto, de momento esta gran renuncia y reorganización irá en aumento.  Pero hay un término más importante todavía que la gran renuncia o la gran reorganización. A nivel mundial, se utiliza un nuevo término: “el gran REINICIO”.

El gran reinicio podría ser el principio de un modelo económico vinculado a la tecnología, a la recompensa justa o a la capacidad de ofrecer respuesta sociopolítica a un mundo desequilibrado gracias a la automatización y robotización. Pero también podría ser la evidencia de que el mundo que se nos va a quedar va a ser un mundo infantilizado, débil, incapaz y adormecido. La dosis de calmantes podrían ser empleos nuevos, mejor pagados pero menos productivos.

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