Generación Kleenex: jovenes ‘de usar y tirar’.

El número de personas que han decidido abandonar España en busca de oportunidades laborales en otros países llegó a casi el medio millón en 2022. En el primer semestre del año pasado, esta cifra superó en un 11.7% a la de emigrantes del mismo periodo del año anterior. Según estimaciones proyectadas a finales de año, se calcula que el valor del capital humano perdido en 2022 alcanza los 154.800 millones de euros. Este fenómeno muestra una tendencia creciente de pérdida de capital humano desde el fin de la pandemia, impulsada por la intensificación de la emigración de la población en edad de trabajar, especialmente aquellos con un alto nivel de formación. Jóvenes que huyen. No es cuestión de ser héroes me decía un profesor de ética en bachillerato. Decía que un héroe es alguien que no pudo escapar. 

Pues a esta generación se les ha llamado, generación perdida, ausente o sandwich por estar entre dos crisis. Pero en realidad son la generación Kleenex, porque el discurso oficial habla de ellos en términos de usar y tirar. En realidad es una generación estafada por un discurso que define un mundo que no existe. Voy a hablarte del motivo por el que los jóvenes se van de España como se fueron de muchos países de Hispanoamérica antes. Por eso, si te interesa este tema, dale al like, subscríbete al canal, comparte este vídeo. Por cierto, si lo estás viendo como emigrante, dime desde donde y desde cuando. Si estás pensando emigrar coméntalo también. Con esto yo sabré que valoras mi trabajo porque no tengo patreon ni cosas de esas.

El capital humano, que representa el 64% de la riqueza total a nivel mundial según el Banco Mundial, es el recurso más valioso de los países. Este capital está incorporado en las personas y su localización cambia cuando se desplazan de un territorio a otro. Por lo tanto, el capital humano de una economía depende del esfuerzo inversor de sus familias, empresas y administraciones públicas (como el gasto en formación) y de la eficiencia de su sistema educativo. Sin embargo, también está influenciado por los movimientos migratorios y el capital humano de los migrantes. La emigración al exterior reduce el capital humano de un país, y este efecto es más pronunciado cuanto mayor sea el nivel de formación de los emigrantes.

En España, el saldo migratorio ha sido positivo durante las últimas décadas, aunque su intensidad e incluso su dirección han sido afectadas por el ciclo económico. Después de la Gran Recesión de 2008-2014, muchas personas emigraron en busca de mejores oportunidades laborales. Yo fui uno de ellos. Aunque es cierto que mi caso es especial porque desde 1989 he ido yendo y viniendo en temporadas de 5 o 6 años por varios países, incluida España un par de veces. Pues este proceso ha ganado intensidad nuevamente tras la pandemia, con más de 380,000 emigrantes en 2021 y 220,000 en el primer semestre de 2022, según los datos de la Estadística de Migraciones del INE. Aunque esta estadística se ha mantenido para el periodo anterior a 2021, a partir del 20 de diciembre de 2023 ha sido reemplazada por la nueva Estadística de Migraciones y Cambios de Residencia del INE, elaborada con otros criterios metodológicos. Esta nueva estadística no proporciona información sobre niveles educativos, aunque se intuye que estamos hablando de mayoritariamente gente con estudios medios o superiores. Los datos de esta nueva estadística indican un total de 531,889 emigrantes en 2022. Los datos parciales de 2023 aun parecen ser peores. Aquí no va a quedar ni Dios y no me extraña. 

La magnitud de estas cifras es atípica y se asemeja a los números observados en periodos previos de crisis profundas y al aumento inminente del desempleo en la economía española. Y como es obvio, de esto no hace referencia nadie, no lo atiende ningún partido político, pues probablemente no estén entendiendo la magnitud del fenómeno. Si la emigración al exterior reduce significativamente el capital humano de un país, especialmente de aquellos emigrantes con un alto nivel de formación, puede haber consecuencias de largo alcance:

1. Una disminución en la cantidad de trabajadores calificados puede llevar a una reducción en la capacidad innovadora y competitiva de la economía. Las industrias que dependen de habilidades especializadas pueden enfrentar desafíos para mantener su nivel de producción y calidad.

2. El capital humano es un motor clave del crecimiento económico. La emigración de individuos altamente calificados puede ralentizar el crecimiento económico, ya que el país pierde parte de su fuerza laboral más productiva.

3. Específicamente, sectores como la tecnología, la salud y la educación, que dependen en gran medida de profesionales altamente calificados, pueden sufrir escasez de mano de obra, lo que afectaría la calidad y la disponibilidad de estos servicios esenciales.

4. Los trabajadores altamente calificados suelen contribuir significativamente a la base impositiva. Su emigración puede llevar a una disminución de los ingresos fiscales, lo que afectaría la capacidad del gobierno para financiar servicios públicos y programas sociales.

5. Si los trabajadores calificados emigran en grandes números, puede crear o ampliar una brecha de habilidades en el país de origen, dificultando la innovación y la adaptación a nuevas tecnologías o métodos de trabajo.

6. Para compensar la pérdida de trabajadores calificados, el país puede volverse más dependiente de la mano de obra extranjera curiosamente.

7. A largo plazo, la emigración sostenida de jóvenes y profesionales puede alterar la demografía de un país, resultando en una población envejecida con menos trabajadores para sostener el sistema de bienestar y pensiones.

8. Si los graduados tienden a emigrar, puede haber menos incentivos para invertir en educación de alto nivel, lo que podría afectar la calidad y la cantidad de la educación superior disponible.

9. La escasez de trabajadores calificados puede llevar a un aumento en los salarios en ciertos sectores, lo que podría tener efectos mixtos en la economía, incluyendo la posibilidad de inflación en ciertos servicios.

10. Aunque negativo para el país de origen, la emigración de personas altamente calificadas puede facilitar la transferencia de conocimientos y habilidades a nivel global, contribuyendo potencialmente al desarrollo en otros países.

Pues de acuerdo con el análisis realizado, el valor estimado del capital humano de los emigrantes mayores de 25 años en 2022 alcanzó los 154.800 millones de euros. Esta cantidad representa el valor máximo para el periodo 2019-2022 y equivale al 0.93% del valor total del capital humano en España. Además, se observa un significativo aumento del 40.3% en este valor en comparación con el nivel previo a la pandemia. Estas cifras reflejan no solo la magnitud de la emigración, sino también la calidad y el potencial económico de los emigrantes en términos de su formación y habilidades. 

Un 30% de esta gente que se va no sólo tiene estudios superiores sino que muchos de ellos son investigadores. Gente que pasa media vida acumulando méritos, másteres, doctorados, congresos, publicaciones sin lograr ninguna estabilidad antes de los 40 años. Contratos temporales, salarios ínfimos y una inversión pública por debajo de la media europea. 

Conozco varios investigadores Uno de ellos es alguien que participaba en un proyecto que logró que una rata de laboratorio, a la que se le secciona la médula espinal, lograra volver a andar. Pues este amigo, que llevaba 10 años cobrando menos de 1000 euros al mes tuvo que cuestionarse si dejar la investigación y entrar en el sistema sanitario tradicional o irse. Ahora está en Boston cobrando cuatro veces más y con muchos medios a su disposición. También es cierto que no son medios públicos completamente, porque allí hay un modelo mixto muy interesantes. Las empresas patrocinan a estos investigadores a cambio de beneficios fiscales.  

Y es que, cuando el capital humano de los emigrantes se compone de formación adquirida y financiada en España, el beneficio de este esfuerzo educativo, en lugar de contribuir a la economía nacional, termina impulsando la capacidad productiva y la riqueza de otros países. Por tanto, la emigración al exterior, especialmente en su reciente intensificación, contribuye a reducir el capital humano de la economía española. Algo que lleva pasando también en países de Hispanoamérica desde hace décadas. 

Como te listaba antes, esto limita no solo la capacidad actual sino también la futura de generar riqueza, afectando la sostenibilidad de las finanzas públicas debido a la reducción de los ingresos públicos. Este fenómeno podría incrementar las dificultades para mantener y desarrollar el estado del bienestar, particularmente en un contexto de envejecimiento progresivo de la población. Este envejecimiento pone en riesgo la sostenibilidad del sistema de pensiones y demanda más recursos para el sistema sanitario y la atención a la dependencia. Pero no te lo dirán…

Este problemón, que no está en el mainstream informativo ni político, está cimentando un desastre monumental. ¿Como vamos a atraer talento si ni siquiera retenemos el nuestro? La gente se va. Y para solucionarlo no va a servir la política de subsidios, ayudas y subvenciones que tanto le gusta al actual modelo ideológico predominante en medio mundo. Algo que desde la óptica de la izquierda es su ADN, subsidiar a coste de deuda, consideran que es infinita, pero que lo establezca el resto del espectro que se dice llamar liberal, es de aurora boreal. Pero el problema es muy complejo. Requiere un análisis del modelo productivo que no es capaz de generar empleos con un alto rendimiento que pueda responder con mejores sueldos y condiciones. Sin eso, ya podemos darle vueltas que no cambiará la tendencia. 

Cada vez más países que basan sus políticas en la subvención y no en la creación, tienen un problema grave con la productividad. El caso de España es flagrante. La productividad del trabajo en España registró un crecimiento promedio en términos reales una década del 0,3%, tres veces menos que el conjunto de la Unión Europea. Algo que se suma a otro dato relevante; la economía española tenía en 2008 una diferencia del 8% respecto a la zona euro en renta per cápita, pero esa brecha ha ido creciendo hasta los 15 puntos porcentuales por debajo de la media de la zona euro.

Hay datos que explican la falta de convergencia con el resto de la Unión Europea por culpa de una baja productividad y una tasa de paro que ya supera a la de Grecia con las cifras oficiales. Si sumamos fijos discontinuos y trabajadores no disponibles, ni os cuento. De ahí que aunque se venda un modelo productivo eficiente y unos datos de empleo inéditos, hay un factor que explica claramente que nuestro sistema laboral es un decorado. 

Y hay un factor que debería de tenerse más en cuenta para entender lo que está pasando. Se trata del PIB nominal por hora trabajada. Un indicador que mide cuánto valor económico se produce por cada hora de trabajo en una economía. Pues bien, el PIB nominal por hora trabajada revisada a septiembre de 2023 en España era un 76% del valor medio de la eurozona y un preocupante 63% del de Alemania. El PIB nominal por hora trabajada es un indicador económico que mide la productividad. Te lo detallo, vamos por partes:

1. El Producto Interno Bruto (PIB) nominal es el valor total de todos los bienes y servicios producidos dentro de un país en un período determinado (usualmente un año), valorado a precios corrientes. Esto significa que el PIB nominal no ajusta por la inflación y refleja los precios en el momento en que los bienes y servicios fueron producidos.

2. El concepto ‘Por Hora Trabajada’ es la parte del indicador que ajusta el PIB nominal en función de las horas de trabajo invertidas para producir esos bienes y servicios. Al dividir el PIB nominal por el total de horas trabajadas en la economía, se obtiene una medida de cuánto valor se genera, en promedio, por cada hora de trabajo.

Pues el PIB nominal por hora trabajada es, por lo tanto, una medida de productividad laboral. Indica cuánto valor económico se produce por cada hora de trabajo en una economía. Y este indicador es útil para: Comparar la Productividad entre Países o Regiones, Evaluar Cambios en la Eficiencia Económica o Analizar el Impacto de Políticas Económicas.

Una de las claves de la productividad radica en la calidad del capital humano de una economía. Los trabajadores con un nivel educativo más alto y técnicamente más cualificados son más productivos. Según constata un estudio del Banco de España, existe un déficit significativo en el nivel de formación de los trabajadores y de los empresarios españoles con respecto al promedio de la UE. Por otro lado, un aspecto clave para la productividad es el tamaño de las empresas. En España, el nivel de productividad de las grandes empresas es más del doble que el de las microempresas. Sin embargo, el peso de las empresas de tamaño mediano o grandes en la economía es menor que en otros países. En España, alrededor del 35% de la ocupación está en empresas de más de 50 empleados, una proporción que se sitúa en el 66% en Alemania. 

Ahora mismo sólo disponemos de algo menos de 6.000 empresas que emplean a más de 250 trabajadores, lo que apenas representa el 0,16% del total. Y este dato es crucial, ya que existe una correlación demostrada entre el tamaño empresarial y el desarrollo económico global de una nación. O lo que es lo mismo, el 99,8% del tejido empresarial español lo conforman pymes que generan el 66% del empleo. Sin embargo, los sueldos más altos se concentran en ese 0,2% de las grandes empresas. En concreto, la diferencia entre trabajar en una empresa grande y una pequeña es de 578 euros al mes. El tamaño medio de las empresas españolas es aproximadamente un 30% menor que el promedio de la Unión Europea. El 94% tienen menos de 9 empleados. Un 4,9% tienen entre 10 y 49. Un 0,8% entre 50 y 249. Y más de 250 sólo el 0,15%. Un dato clave es que en España se requieren “1.600 empresas de menos de 10 empleados para igualar el negocio de una sola empresa con más de 250 empleados”

Esto explica que la dependencia de un sector expansivo que genera mucho empleo pero con salarios bajos, por falta de productividad real, no ayudará a que los jóvenes no se vayan. Del total de 3,4 millones de empresas registradas el año pasado, el 94% emplea en promedio a 1,7 personas, y solo el 5% cuenta con plantillas de 10 o más trabajadores. Por eso, seguramente estamos cometiendo un error importante al insistir en la creación de empresas en lugar de generar un escenario que promueva el crecimiento de las mismas de un modo sostenible.

La presencia de empresas grandes en un país es un factor clave para mejorar el salario medio de la población. Esto se debe a una serie de razones interconectadas que impactan tanto en la economía como en el mercado laboral; puedes generar economías de escala y eficiencia, la inversión en tecnología es superior, moderniza el modelo de crecimiento, las empresas grandes suelen invertir más en investigación y desarrollo, en formación continua de los empleados, diversifica la oferta laboral, permite también generar salarios competitivos debido a un poder negociador mayor por parte de los trabajadores y, en general, impacta positivamente en el mercado laboral a la vez que contribuyen más al PIB y la estabilidad económica de un país.

Como ves no es tan difícil. Un modelo productivo que tiene técnicamente una baja productividad en comparación con otros modelos más industriales y tecnológicos, impide mejorar salarios. Esos salarios bajos radica en ingresos tributarios bajos también. De ahí que se incrementen cotizaciones sociales, no se deflactara la cuota del IRPF a pesar de la inflación de doble dígito que hemos vivido o que se insista sólo en el número de empleados y no en el tipo de empleados. Esos salarios bajos provocan una dependencia laboral enorme de ayudas, subsidios y subvenciones y la rueda gira siempre en ese sentido. Cambiar eso es difícil pero se puede. El problema es se están perdiendo las oportunidades que teníamos. En España se está desaprovechando el caudal que suponían los fondos next generation por ejemplo. 

Y fíjate si es grave el asunto que en un reciente estudio de la Fundación BBVA se revela una preocupante previsión para el sistema de pensiones de la Seguridad Social española. Según el informe, para el año 2050, la Seguridad Social necesitaría casi 6.4 millones de afiliados adicionales para equilibrar su saldo contributivo y evitar un déficit.

La situación actual ya es preocupante, con un déficit contributivo anual reportado en diciembre de 2022 del 1.98% del PIB, equivalente a 26.300 millones de euros. Para alcanzar un déficit cero en 2022, hubiera sido necesario incluir aproximadamente 3.78 millones de afiliados adicionales. Incluso si se considera la totalidad de la población desempleada en diciembre de 2022, que era de 3.024.000 personas, se requerirían aún 750.000 personas adicionales del grupo inactivo en edad de trabajar para cubrir esta brecha. 

Ese estudio también indicaba que la tasa de dependencia demográfica, que mide la relación entre mayores de 64 años y la población entre 16 y 64 años, aumentará significativamente. Se espera que esta tasa pase del 31% en 2022 al 53.7% en 2050. Si los jóvenes se van lógicamente, casi es una irresponsabilidad no hacerlo, como vamos a soportar este tinglado: solo hay una solución.

Iniciar el desmontaje del andamio público. Empezar a modular un sistema que se deje de crear individuos dependientes y los cambie por otros que se busquen la vida. Aún respetando las necesidades sociales, que siempre las habrá y deberán siempre ser cubiertas en los casos más extremos, el objetivo debería ser que, los que se van no se vayan porque aquí no se les expolia, no se les culpa por fracasar, no se les intimida desde la administración o se les ofrece un modelo productivo que busca la competencia real que pueda proponer salarios mejores. Está demostrado que en los países donde el subsidio por desempleo es más largo, hay más desempleados. 

Si estás pensando en irte de tu país te voy a dar un par de consejos. Primero que sepas el motivo. No es lo mismo irse porque quieres conocerte a ti mismo que irse estratégicamente para iniciar un proceso profesional. Y segundo, prepárate antes. Cada vez que fui a algún lugar sin prepararme sufrí mucho más. El idioma, la cultura, algún contacto siempre ayuda. No te vayas enamorado de un lugar porque estuviste de vacaciones o porque en un programa de televisión todos los españoles que entrevistan son triunfadores y felices. No lo hagas así. 

Cuando yo me he ido a vivir a otros países, siempre me olvidé de donde era. Es algo extraño. Ahora soy un catalán de Madrid. Por eso siempre me ha costado entender demasiado el asunto patriótico ese de que irse de tu país es como una especie de traición. Pero yo me pregunto si no es una traición efectiva quedarse cuando quienes, desde hace décadas, esto va con todos, nadie ha hecho nada por generar un espacio donde realizarse trabajando duro. 

¿Qué pensaban aquellos que estimularon un país-burbuja donde un yesero, muy respetables todos, cobraban el doble que un físico nuclear? ¿Pensaban que los jóvenes inquietos, (no los del subsidio y consumo), (sino los de trabajar, ahorrar e invertir) iban a quedarse en un país-burbuja donde un comercial inmobiliario, muy respetables todos, cobraban 10 veces más que un científico medio? ¿En que estaban pensando los del país-terrazas cuando no han hecho nada para cambiar un modelo económico que establece que un salario de 1000 euros le supone al empresario 1600? ¿Que país es este en el que quieren que te quedes? ¿En uno donde la presión fiscal aumenta como en ningún otro lugar? ¿En un país donde ejercer de ‘español de bien’ es ceder toda tu capacidad de elección a un factor de dependencia? 

La solución existe, la he relatado en otros vídeos anteriores, y tiene que ver con dejar de perseguir a los que se juegan su patrimonio en proyectos empresariales de futuro. La solución existe y tiene que ver con un pacto de Estado en el que de verdad se establezca el mecanismo que cambie el modelo de crecimiento. Nuestro país tiene un ‘don’. Es el mejor país para ser visitado. Eso no debe cambiar. Debe complementarse con industria y tecnología porque sino será imposible ampliar la productividad que permita subir salarios y ofrecer oportunidades. De lo contrario, por pura supervivencia moral, se irán, nos iremos.

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