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Startups, 'hubs' y futuro

Advierten mis amigos que eso de viajar tanto no puede ser bueno. Que un poco vale, pero que esa necesidad compulsiva no da para toda una vida. No sé, puede que si o que no. Lo que tengo claro es que viajando se aprende, se vuelve uno más intuitivo y es capaz de detectar aromas que antes no sabías ni que existían. En lo que respecta a lo que hoy quiero aportar, viajar fue determinante y lo sigue siendo.
Hace unos días apareció un informe que destacaba algunas ciudades del mundo como de alto interés en asuntos de Startups o como hubs tecnológicos. Se trataba de una aproximación a lugares donde no es habitual recabar o tener conciencia de que eso sucede. No aparecen San Francisco, Berlín, Nueva York, Miami, Santiago de Chile, Dubai, Singapore, Tokio u otras. Sin embargo son señaladas otras como Ámsterdam, Bangalore, Bogotá, Dublín, Lisboa, Nairobi, Sant Petersburgo, Estocolmo o Toronto. Todas ellas con un clarísimo camino a recorrer y en paralelo a sus crisis locales, todas ellas pendientes de concentrar talento, digitalización y esperando globalizar sus productos.

https://twitter.com/marcvidal/status/329534602739855362

En esa lista hay tres ciudades donde IDODI y sus “spinoffs” están ya ubicadas y trabajando duro hace tiempo. Bogotá, Lisboa y Dublín. Cada una por una razón distinta pero con un tronco común. No es fácil, quien lo crea gastará dinero y energía pues tremendamente retorcido todo el asunto, pero es factible. Lo importante es saber donde y con quien vas, perseverar, prepararse para sentirse solo a menudo y a comer de todo. Me gusta pensar que llevar tanto tiempo dando tumbos, conociendo de primera mano quien y como lo hace, que trámites, modos y contactos hay que tener para entender el momento de cada lugar, me ha dado ventajas objetivas para haber apostado por destinos con potencial en el futuro inmediato, a pesar de que muchos indicativos decían lo contrario.

Seguimos pendientes de abrir en junio una ronda de inversión sencilla para casi una decena de diferentes compañías del “pool” que gestionamos o mentorizamos y que ya tienen finalizados sus desarrollos y en algunos casos incluso ya están en producción. Ahora bien, lo curioso es que habiendo recibido peticiones de entrar en estas startups que superviso, la mayoría de ese interés proviene de países como los citados en este enlace, muy por encima del que surge de inversores españoles. El desarrollo necesita ideas, emprendedores, tecnología y estímulos, pero sobretodo precisa de capital. Si no circula en un lugar lo hará en otro y en ese tránsito todos irán ubicándose adecuadamente para alivio de unos, gloria de otros y desgracia de la mayoría que viven en el sofá social.

Llevo casi dos décadas viajando a Latinoamérica por negocios. He visto de todo y un día lo relataré espero. Recuerdo como era Bogotá hace 18 años por ejemplo y el riesgo que suponía en pleno centro de la ciudad asistir a cualquier evento. Don Álvaro Uribe me explicó, siendo aun presidente de Colombia, que su sueño era cimentar el futuro Sillicon Valley de Latinoamérica. Él sabía que dependía de mucho más que de su propia labor y concentró sus esfuerzos en vincular a diferentes agentes que ahora están siendo claves para que ese modelo tecnológico se afiance y se expanda.

Hay indicios que el modelo socioeconómico está en juego a nivel planetario. Miremos como entornos alejados históricamente de ese escenario tecnológico y digital se ha ido permeabilizando. Ya no es preciso tener sofisticados laboratorios de investigación para desarrollar tecnología disruptiva. Ahora una conexión permite viajar a miles de kilómetros formarse sin moverse de Dakar y empezar a parir una idea que, aunque puedan ser réplicas de otras en países más avanzados, se adapta a la idiosincrasia local y a los usos tecnológicos del momento.  Atentos a las startups más potentes del continente africano.

Os dejo con el enlace otra vez a la selección de ciudades a tener en cuenta titulado “Emerging Tech: 9 International Startup Hubs to Watch”. He aquí los nueve centros para startups de tecnología internacionales que podrían estar bajo el radar de cualquier emprendedor con vistas internacionales. Estas comunidades vibrantes son más que lugares donde se instalan startups. Son puntos de acceso completos a la innovación y al apoyo, donde la inspiración y la transpiración se mezclan con los planes de negocio para ser incubados.  Surgen oportunidades e incluso, seguramente, nacen mercados enteros en sí mismos. Quien crea que internacionalizar tecnología no requiere focalizar destinos se equivoca en un buen número de negocios, hacerlo de cualquier manera es el segundo error. Hablaremos de aventuras que estamos viviendo con mi equipo en otros posts por si interesa.

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#latinoamerica

Hoy hace exactamente 20 años que viajé a Latinoamérica por primera vez por motivos de trabajo. Fue un pequeño trayecto entre Bogotá y Medellín. Recuerdo como dar un paseo por el parque de la calle 93 con carrera 13 era una especie de safari de alto riesgo y lo era no sólo por temas de seguridad, que también, sino incluso por elementos de mobiliario urbano. Ha pasado mucho y bueno. A lo largo de ese tiempo he podido conocer a los colombianos, por centrarme en un país, que protagonizaron el cambio, la revolución que llaman algunos, la mutación que ha sufrido esa maravillosa capital. Desde hace más de una década, la capital colombiana se ha transformado en una urbe que ha sido elegida junto a Nueva York o Tokio como ejemplo de la buena arquitectura urbana contemporánea.
Pero no ha sido sólo una cuestión de infraestructuras, que también, o de aumento de la seguridad, por supuesto asunto clave, ni tan solo de crecimiento económico, ha sido algo que he podido vivir desde el interior de la moral latinoamericana y de su pasión por descubrir una vez fueron ellos descubiertos. Y esto no ha sido únicamente un asunto que se circunscriba a Colombia o a los países andinos. Durante estos veinte años he podido conocer y trabajar con varios presidentes y cargos públicos de primer nivel en una decena de países latinoamericanos, establecer proyectos en diversos campos tecnológicos, digitales y estratégicos con empresas e instituciones y, también, establecer amistades, vínculos y relaciones que me permiten, todavía al detalle, analizar la realidad de este gigantesco y heterogéneo escenario. América es compleja y diversa, de hecho me cuesta definirla como un espacio único. Ahora bien, os aseguro que, lejos de esos ámbitos de relación que pueden considerarse de “alto valor”, con lo que me quedo y disfruto es con el concepto global del pueblo latinoamericano en sus múltiples y diversas caras. Puedo decir que una vez “los comprendes“ (eso deben decir ellos de nosotros también) descubres que nada es lo que aparenta y que si existe un pueblo que se lanzó a la conquista de su propio futuro fueron ellos. Nosotros somos un continente en plena huída, ellos ahora son un mundo en expansión desde su propio origen.

Me gusta hablar de una ‘tierra reinventada’, de cómo, al contrario de la definición de algunos, América latina hubiera utilizado todo su organismo vivo tremendamente brillante y lo hubiera reconvertido en algo eficiente sin abandonar su esencia. Y es que no la han abandonado. Latinoamérica no es un lugar donde ir a “sacar” lo que ya no se puede obtener en los puntos de origen. Es un error imaginar que “nos están esperando” para que les enseñemos algo. En gran medida los que tienen mucho que aprender seríamos nosotros. Lo he dicho otras veces pero lo creo firmemente: considerar #latam como un granero, como segunda opción tras la ecatombe occidental o como un lugar de fácil crecimiento debido a que “llevamos ventaja” es un error que cuesta caro. Además, últimamente se suma el hecho de que en Sudamérica el crecimiento está desbocado y hace pensar que todo lo que allí se siembra crece casi sin regar. Ese es otro error tremendo. Limitar una estructura empresarial a un agente comercial tipo “partner” con “amigos, primos o cuñados de un viceministro que conoce a uno de los que firman los contratos del instituto de promoción de las acciones innovadoras” es no tan solo un error, sino sencillamente estúpido. Pensar que todas las reglas comerciales e industriales se saltan a la torera en América latina es absurdo. El funcionamiento es el mismo que en cualquier relación comercial pero con indicativos de implantación que no se pueden desestimar.

Me ha costado dos décadas establecer vínculos serios y fiables. Veinte años cuidando relaciones y generando beneficios en ese destino pues sino concedes no te entregan. Seguirá siendo difícil pero nos basamos en el maravilloso escenario que, ahora sí, permite que si has hecho bien el trabajo y has sido constante, los frutos puedan recogerse. Para ello aposté seriamente en los “centros de innovación” en Centroamérica, los “Bridges” de recursos humanos en el Cono Sur y, desde hace menos años, en la estimulación de la comunidad latina más potente del mundo: Norteamérica.

Ahora mismo estamos centrando los esfuerzos en potenciar nuestras filiales en Chile, Ecuador, Colombia, Panamá, Dominicana, Centroamérica, California y Florida, apostando fuerte por los nuevos equipos de Venezuela, Perú y Brasil y empezando a mover proyectos en México, Uruguay y Argentina. En breve prepararé un informe de cómo estamos desarrollando negocio en Asia Pacífico y la Europa menos “tradicional”.

El llamado Indicador del Clima Económico de América Latina se ubicó en enero en 5,5 puntos, por encima de los 5,2 puntos de octubre pasado y de los 5,0 puntos de enero de 2012, según el sondeo realizado trimestralmente por las dos instituciones entre 138 especialistas de 18 países.

El indicador no era tan elevado desde los 5,6 puntos medidos en julio de 2011, antes de que cayera a 4,4 puntos en octubre de 2011 como consecuencia del agravamiento de la crisis económica internacional.

De acuerdo con el estudio, el clima para los negocios subió entre octubre de 2012 y enero de este año impulsado principalmente por la expectativa de que la situación mejorará, ya que la evaluación sobre la actual coyuntura se deterioró ligeramente.

Mientras que el llamado Indicador de Expectativas, que evalúa las proyecciones de los especialistas para los próximos seis meses, subió desde 5,3 puntos en octubre hasta 6,0 puntos en enero, el Indicador de la Situación Actual, que evalúa la coyuntura, bajó desde 5,1 puntos hasta 4,9 puntos en el mismo período.

Pese a que el clima para los negocios mejoró en general en América Latina, en algunos países la situación se deterioró entre octubre del año pasado y enero de 2013, principalmente en Venezuela, en donde el índice cayó desde 3,4 hasta 1,5 puntos; Ecuador, con una bajada desde 5,0 a 4,0 puntos, y Bolivia, con un retroceso desde 6,0 hasta 5,4 puntos.

En Brasil, la mayor economía regional, el Índice de Clima Económico bajó ligeramente desde 6,1 puntos en octubre hasta 5,9 puntos en enero. Paraguay y Perú compartieron el mes pasado la condición de país mejor evaluado para los negocios, con 7,0 puntos, seguidos por Chile (6,6), Uruguay (6,3), Brasil (5,9), México (5,7), Bolivia (5,4), Colombia (5,3) y Argentina (5,2).

Los peor evaluados en enero eran Venezuela (1,5 puntos) y Ecuador (4,0 puntos).

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Hipersociedad en Bogotá

En las últimas semanas de trabajo en Latinoamérica la actividad ha sido muy estimulante. Hemos logrado inaugurar nuevas sedes e impulsar nuevos proyectos que llevábamos meses empujando. Ahora ya estamos en el capital de tres startups tecnológicas latinoamericanas ubicadas en Miami, Chile y Colombia. Hemos estado en medios de comunicación y ofrecimos varias conferencias en foros muy interesantes. Destaca el último en el Colombia 3.0. Me quedo con tres cosas de esa sesión: compartir escenario con Burton Lee (profesor de Stanford y asesor de la NASA), disfrutar del sentido del humor de un tipo excepcional llamado Adolfo Corujo y lo dificil que es compartir espacio y tiempo con mi gran amigo Enrique Dans que tras recorrer medio mundo, unas miserables horas de diferencia entre los que vienen y los que se van no permitieron ni tomar un buen café colombiano. Os dejo con el material que ellos mismos editaron sobre mis comentarios en la conferencia y la entrevista derivada.

LA HIPERSOCIEDAD DE MARC VIDAL

“Hoy  la vida está cambiando, como todo cambiará en los próximos años”. Así arrancó Marc Vidal su presentación,  al presentar una foto de un casete y un lapicero que representa el pasado.

Marc Vidal es un barcelonés de 39 años, experto en comunicación  y creador de su primer fondo de Seed Capital vinculado a uno de sus proyectos IDODI LABS, analista económico especializado en Nueva Economía. Fue interim manager y consultor en modernización de compañías e internacionalización de empresas. Ha sido seleccionado una de las 10 personas más influyente de Internet en España. No obstante, si bien en su primera etapa su ocupación se centró en grandes compañías, ahora el denominador común de esta segunda etapa profesional es la de las start-ups, en especial en su primera fase de recorrido, el llamado ‘successful start-up’.

En su conferencia,  indicó también que los modelos de distribución del trabajo y modelos del conocimiento son los que están revolucionando el mundo. “No darse cuenta de estos es un tremendo error”. Así mismo resaltó que el  mundo quizas está agotado del consumismo y se pregunta: “¿Podemos obviar lo que está pasando o aceptar que el mundo está cambiando?”.

Con estos cuestionamientos, Vidal   profundiza en  los nuevos retos del mundo digital.  “Hay aplicaciones que son capacez de cambiar el mundo, estamos hablando de cambios simples, pues el cambio económico no es determinante, sino  pequeños cambios  van determinando la nueva economía”.

Aconsejó a quienes tienen empresas, no preocuparse por qué  dicen de ellos, sino que dirán, pues los emprendedores  cambian el mundo.  Esos cambios son los que definen la nueva sociedad.

Vidal asegura que las ideas son lo que mueven este planeta, “sin ideas no hay hipersociedad, no hay  sistemas y modelos de distribución del trabajo. Gracias a las ideas el mundo local se convierte en global”.

Además explica que la hipersociedad ataca un  elemento clave:  la propiedad emergente, si intercambiamos ideas, nos llevamos más de las que puedo construir.  Pensar en común es algo que se puede hacer de manera aterritorial y atemporal.

El talento global se reproduce en ese escenario de emergencia. Ese talento  son ideas conectadas  que permiten que la sociedad sea mejor.

“Yo soy optimista pues creo que el mundo va mejor a pesar de lo que dicen”,  indica Vidal, en medio de su explicación sobre la hipersociedad.

Para  concluir,  señaló que hoy  la sociedad cuenta con un radar sociocompartido. Además indicó que cuantas cosas sucederían si todos nuestros cerebros se interconectaran para crear una  hipersociedad.

Hizo un ejercicio preguntándole a los asistentes de su conferencia  cuál es la mitad de 13? luego de varias opciones de lo que puede ser la mitad de trece  demostró que   las cosas  son como cada quien las ve o las quiere ver.

Para terminar  dijo: “34 gigabytes de información diaria recibe nuestro cerebro. En una década esa cifra se multiplicará , la pregunta es: ¿estamos preparados para esto?”. Vidal  indica  que las micropymes, cada uno de los emprendedores deben dejar de competir en el mismo escenario que hasta ahora. Hay espacio para un nuevo juego y  cada uno de nosotros estamos para inventarlo. Para terminar, resaltamos la columna que Vidal publicó en su blog sobre esta conferencia.

Y esta es la entrevista resultante al terminar la conferencia.

LAS COMPAÑÍAS DISCOGRÁFICAS NO SE HAN DADO CUENTA DE QUE SU MODELO DE NEGOCIO MURIÓ”: MARC VIDAL

Durante su participación en Colombia 3.o, Marc Vidal se mostró carismático y además de enseñar, divirtió a la audiencia con sus relatos. Comenzó con una anécdota: hace 21 años escribió una carta para sí mismo en la que hablaba de sueños y retos, la cual abrió en mayo del año pasado. Al leerla se dio cuenta de que la persona que le hablaba era alguien que no conocía, hablaba con otro vocabulario, incluso grosero. Él no se imaginó que existirían los ‘smartphones’ y que el mundo sería tan distinto al de entonces.

Aunque la conferencia tenía que ser encaminada hacia el e-commerce, Vidal mismo escribió en su blog que el título era solo una fachada porque en realidad quería era “exponer es como todo ello ha sido afectado por un nuevo modelo de transmisión del conocimiento“.

Actualmente se vive la revolución digital, y están sucediendo dos revoluciones al mismo tiempo: la del modelo de distribución del trabajo y la de los modelos de producción del conocimiento, y si el mundo no se da cuenta de lo que está sucediendo “es un tremendo error”.

En esta Hipersociedad “todo va a cambiar, y en la comunicación también”. Porque vivimos en una sociedad gratuita y “es mejor trasmitir el conocimiento gratuito”, ya que gracias a esto se da la oportunidad, por ejemplo, de que Marc Vidal estuviera en Corferias dando una charla. Si no fuera por sus libros en línea, serían pocos quienes lo conocerían.

Después de abordar diferentes temas, tan variados que parecería que no tenían relación, como la economía relacional, el talento global, de cómo Facebook no fue inventado por Marck Zuckerberg sino en el neolítico y de por qué saltan los pingüinos al mar, Marc Vidal nos concedió una breve entrevista antes de dirigirse al Ministerio TIC.

¿Cuál es su opinión sobre el potencial de Colombia en el negocio de los contenidos digitales?

Colombia está en un punto concreto en el que puede aprovechar precisamente la ventaja adquirida en estos últimos años con respecto a su entorno, está por delante de otros países en el uso de la tecnología digital y evidentemente de la gestión de ese contenido.

La oportunidad no durará mucho, es decir, estar ahí como posible abanderado del cambio tecnológico en la zona, durará el tiempo que dure. Creo que Colombia está en la posición de salir con algo de ventaja y que para ello debe estar bien asesorada, tiene que rodearse de quienes ya han hecho ese proceso y de quien ya se ha equivocado en ese proceso.

No me estoy vendiendo a mí, sino a aquellos que sí que saben dónde están los errores, para que eso no suceda en Colombia. En estos nuevos tiempos, en la nueva Hipersociedad los períodos son muy cortos, la capacidad que tenemos de racionalizar las cosas que pasan es más escasa, tenemos que ser capaces de trasformarnos de una manera más rápida.

Ya que lo menciona, ¿cómo percibe al resto de la región en ese tema?

Bien. Latinoamérica tiene una particularidad que no se produjo ni en Europa ni en Estados Unidos, y es que ha adquirido antes prácticamente que llegase ese contenido, todas las herramientas para fabricarlo, es decir, aquí tiene todo el mundo un ‘smartphone’, la capacidad de penetración ha sido muy alta. El sentimiento, de que esa tecnología tiene un sentido es muy alto, pero lo que falta todavía es ese contenido de calidad y un contenido sobre todo que más que anecdótico sea fundamentalmente algo que genere valor.

El contenido por el contenido yo no lo defiendo, defiendo el contenido de valor, que cuando se cree un contenido digital sea para complementar mejor la sociedad, y para ello hay una serie de elementos que Colombia como cualquier otro, debe ser capaz de reconocer, como el talento global, la inteligencia colectiva, las experiencias compartidas y en sí mismo el pensar en común.

Hay expertos que pueden ayudar a Colombia y otros países a que eso suceda, pero fundamentalmente es un cambio generacional, de conducta y de actitud.

 ¿Cuáles son las tendencias del consumo del consumo inteligente?

Básicamente consumos digitales, es decir, la sociedad que se rige en entornos digitales lo que consume es eso. Que puedan mostrar conocimiento, que les ayuden a aprender diferentes cosas, a mejorar sus productos. En estos momentos vivimos un momento de la historia en el que la idea del que fabrica es más importante que la cosa que se fabrica, y eso es una de las esencias principales.

Todo está cambiando y no darse cuenta es un error. ¿Qué consecuencias trae el hecho de no darse cuenta del cambio?

No darse cuenta de que todo está cambiando tiene un mal acabar. Por un lado, evidentemente la no prosperidad, el no entender las oportunidades empresariales. El no aceptar esos cambios de forma profesional sería no ser capaces de afrontar las posibilidades de modernización de un país y no aceptar ese momento actual es empobrecer intelectualmente a la sociedad.

¿Cómo darse cuenta de los cambios? ¿Quiénes deben hacerlo primero?

Debemos darnos cuenta los que nos dedicamos a esto, los primeros somos los ciudadanos, los que nos dedicamos a usar ese entorno nuevo natural para generar valor, es decir, los que tenemos la responsabilidad, los emprendedores en gran medida, de aceptar esos cambios.

Somos los que tienen que arriesgar. Luego están las grandes compañías, han de ser capaces de apostar por los nuevos emprendedores en la medida en que ellos puedan ayudarles a producir cosas mejores y luego la política, los gobiernos, han de ser capaces y han de ser líderes en ese proceso. Tienen que ser capaces de entender esto no como un estatus electrónico o como una moda, sino como el verdadero modelo de cambio de su país, han de liderarlo y estimularlo, no es necesario que lo subsidien pero sí estimularlo, han de ayudar a que eso suceda.

Vivimos en una sociedad gratuita, pero parece que cada vez más se quiere monetizar algunos productos  digitales (libros, películas, programas). ¿Por qué no es una tendencia generalizada?

Bueno, porque tienen que esforzarse en salvaguardar su modelo de negocio. No se han dado cuenta, en su mayoría, de que vivimos en una sociedad gratuita, y por eso lo aguantan.

Las compañías discográficas, las editoriales, no se han dado cuenta de que su modelo de negocio murió y en estos momentos esforzarse en que el costo que tiene escribir un libro y llevarlo a la venta no puede ser el mismo ahora que antes, porque antes requería una distribución, una tienda, una imprenta, una serie de elementos que en la cadena de valor incrementaba el costo y el precio.

Ahora mismo yo escribo un libro y lo pongo a vender en la Red, y no necesito a nadie, y la campaña me la hace la propia Red. Tienen que entender que su valor añadido ya no es el que era, ¡es un error!

Para quienes quieren conocer más a fondo las ideas del español, en su propio blog Marc Vidal compartió los planteamientos  que plantearía en su conferencia en Bogotá.

 

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Venture Days & Nights

El Instituto de Empresa llevará por primera vez su jornada de VentureDay a Colombia, esta ocasión con sede en su capital Bogotá, el próximo 28 de Junio de 2012. El evento consiste en el encuentro entre business angels o inversores y emprendedores, y cuenta ya con un número largo de ediciones en España y otros países, y significa una oportunidad para que muchos estudiantes de IE presenten sus business plan y negocios ante inversores Angel. Por esas fechas estaré por allí. El pasado año IE llevó la iniciativa a Shanghai, China, y este año tendrá luego de la celebración en Colombia se organizará también una jornada en México.

En paralelo a esa iniciativa, la firma financiera estadounidense Riverwood acaba de anunciar una convocatoria a startups latinoamericanas enfocadas a la tecnología móvil y al cloud services. Todo el mundo comenta en algunos puntos de Latinoamérica la cada vez más es evidente la intención de parte de jugadores de alto perfil por estimular a los emprendedores e innovadores de la región a que se lancen con nuevas propuestas de negocios. Con todo, levantar financiación, incluso en esos países, sigue siendo uno de los retos mayores que enfrentan los emprendedores, sobre todo si son primerizos.  A continuación os dejo con las tres palabras mágicas que pueden conjurar el éxito en esa fase inicial de emprender un negocio según la publicación América Economía

1° Pasión

Un emprendimiento es un riesgo para el emprendedor, hay que estar dispuesto a ver la idea fracasar. Pero invertir en un proyecto es más arriesgado aún, porque el inversionista no es quien tiene al final la sartén por el mango, y no va a poder estar presente para controlar cada fase de desarrollo del emprendimiento. Por eso no es sorpresa que muchos inversionistas y business angels coincidan en que “la pasión” que muestra el emprendedor es uno de los aspectos que más los convence. Casi nunca saben explicar por qué, pero de alguna manera se figuran que un emprendedor apasionado estará dispuesto a poner todo en su proyecto para sacarlo adelante. Y si ese fuego falta, si la misma persona que pide el financiamiento no parece convencida, por qué arriesgarse entonces por ella. Paul O’Toole, director ejecutivo de UDD Ventures, lo expresa con la metáfora del “soldado dispuesto a ir a la guerra. Cuando se tiene pasión por un proyecto los inversionistas estiman que no subirá la bandera blanca cuando haya un problema, sino que persistirá”. Paris L´Etraz, Director del Venture Lab de la española IE Business School, coincide con O’Toole al decir que “los business angels suelen valorar la pasión y el compromiso por la idea que demuestra el equipo”.

2° Equipo 

Excepto alguna que otra rara avis, llevar adelante un negocio es obra de un equipo, no de un humano solo. Por tanto, formar un equipo con sabiduría es una carta de triunfo. Esto significa que las competencias necesarias estén presentes, optimizadas y repartidas entre los miembros, no repetidas. Además, deben ser capaces de mostrarse unidos y cohesionados, dispuestos por igual a hacer el mismo esfuerzo por salir adelante. Esto es también un atractivo para el inversionista.  “Un proyecto con buen equipo genera ventas”, continúa O’Toole, “se requiere un grupo de personas multidisciplinario para no tener que buscar profesionales externos. Es básico contar con un programador y alguien con habilidades más comerciales. La capacidad de venta es importante porque como cualquier negocio, debe comercializarse, y si en el quipo son todos muy opacos y ténicos es posible que no tenga mucho futuro el emprendimiento. Es bueno también que existan varios puntos de vista”. Alejandro Russo, creador y comercializador de Kloof, aplicación para iPhone, y fundador de Soy Gourmet, guía de restaurantes para iPhone, confirma esta opinión y ejemplifica con su propia experiencia, “somos sólo cinco personas, cada uno tiene un rol específico y sabe qué hacer”. Mientras, Jorge A. Rodríguez, fundador de Continuum, agencia de desarrollo de software, quien recientemente levantó US$ 100 mil para su nueva startup Rhyboo, llama la atención sobre otro punto interesante, las relaciones interpersonales que se establecen entre equipo e inversionista como un elemento previo, y muy influyente, en la decisión final de aportar capital. “No he visto ningún inversionista o ángel que se decida desde la primera reunión, a no ser que seas Mark Zuckerberg o Jack Dorsey. Pero luego del tercer encuentro y el decimoquinto mail se ha establecido una relación de confianza que va más allá del proyecto. Creo que finalmente el 60% o 70% de la inversión es en el equipo o los founders”.

3° Calle

Las clásicas figuras de financiación son los bancos. Pero más de un gran negocio se ha levantado sin la necesidad de pedirle créditos a estas grandes instituciones. O de lo contrario, a veces son tantos los requerimientos que los bancos interponen entre un préstamo y el emprendedor, tales como la mayoría de edad, solvencia, posibilidad de devolución, que de plano hay que descartarlos desde el inicio. Cuando esto sucede, el emprendedor aún tiene puertas que tocar y para eso debe dejar los zapatos en la calle. En algunos casos son programas gubernamentales, en otras los amigos y familia. Pero nunca deben perderse de vista las instancias que permiten la interacción entre business angels y emprendedores. Otros emprendedores que ya han salido adelante, y por eso mismo pueden mostrar una sensibilidad especial con uno más joven, puede ser una fuente de apoyo invaluable. Vale además estar pendiente de concursos y premios que eventualmente aparecen, y quién sabe. Sin embargo, lo más importante es no quedarse esperando a que el dinero llueva o aparezca envuelto en papel de regalo en la puerta de casa. “Hay que salir a la calle a ‘buscar capital‘, el dinero está afuera. Nadie va a llegar de visita a la oficina a brindarlo”, comenta Rodríguez.

Tengo la impresión que hemos dependido demasiado tiempo de eso de “levantar capital” y nos hemos olvidado de otros modos de poner en marcha negocios. Hace unos días hablábamos de los emprendedores freemium. Dejando de lado el acrónimo y el elemento metafórico que buscaba si es cierto que algo está cambiando en el escenario de las inversiones en start-ups. De hecho hay una tendencia que prioriza la búsqueda de capital inteligente antes que la tan ansiada liquidez. En ese sentido hace unos días cayó en mis manos este artículo que lo refleja bien. La computación en la nube, los dispositivos móviles, las redes sociales y otras tecnologías de acceso rápido a Internet, están produciendo oleadas de nuevas start-ups, pero para muchas de estas jóvenes empresas, el capital riesgo es la respuesta equivocada, por lo menos al principio. Os traduzco lo que considero más relevante.

Así lo expresó un grupo de inversores y empresarios que hablaron de Microsoft en Silicon Valley en un evento patrocinado por el Club de Churchill. Con Amazon Web Services y una mirada de otras tecnologías libres o de bajo costo, la creación de empresas es más barato que nunca, por ejemplo. Como inversor, Draper Fisher Jurvetson socio de Heidi Roizen dijo que trata de convencer a la gente de lo bueno del capital riesgo, pero como profesor en Stanford trata de explicar otros puntos de vista.

Dice que “todos los estudiantes de mis clases quieren recaudar dinero y hacerlo público y les digo: ¿Estás construyendo un restaurante o un McDonald?”. Añade que “si has creado un sitio web alrededor de lo que te apasiona y ganas 25.000 US$ al mes puede ser un gran logro y un estilo de vida, pero si tras lograr 5 MM US$ de capital riesgo prepárate para darle un exit de diez veces su dinero”.

Internet permite a los empresarios innovar de formas que no son técnicas por ejemplo. (…) Los emprendedores que quieren empezar con empresas de base tecnológica deben buscar la mayor cantidad de servicios gratuitos que puedan. MacAskill, cofundador y director ejecutivo de SmugMug, un sitio web de fotos de 10 años de edad, dijo que, en su caso, el intercambio para los fotógrafos profesionales debía ser rentable por si mismo y no depender de la entrada del capital de riesgo.

En estos momentos, a medida que con mi equipo vamos aprendiendo de la experiencia, estoy convencido que a veces los proyectos son más intensos si apoyamos el modelo con algo de desarrollo tecnológico asociado, que con dinero para localizar esos ingenieros. Si somos capaces de equilibrar esas entradas de capital en el momento exacto estaremos ante succeful start-ups.

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