Mass-media o mass-tontos. La Transformación digital no era para esto.

Una sociedad agotada de prensa, tertulianos, expertos de todo, pirómanos y moderadores. Agotada pero enganchada. Se hace difícil abandonar el ritmo de la información que además, ahora, permite seguirla en múltiples formatos y dispositivos. El tiempo real, la post-verdad, la reflexión, las fotografías, los videos y sus comentarios, las interpretaciones mínimas, la voluntad maniquea del bueno y el malo y el blanco y el negro en un mar repleto, más que nunca, de grises. Todo se amontona en una orgía indescifrable de información proveniente toda clase de medios y canales.

Una sociedad agotada de prensa, tertulianos, expertos de todo, pirómanos y moderadores. Agotada pero enganchada. Se hace difícil abandonar el ritmo de la información que además, ahora, permite seguirla en múltiples formatos y dispositivos. El tiempo real, la post-verdad, la reflexión, las fotografías, los videos y sus comentarios, las interpretaciones mínimas, la voluntad maniquea del bueno y el malo y el blanco y el negro en un mar repleto, más que nunca, de grises. Todo se amontona en una orgía indescifrable de información proveniente toda clase de medios y canales.

La confianza bajo mínimos. Por lo menos por mi parte. La industria de los medios de comunicación vive su peor momento. No sólo se enfrenta a la disrupción digital sino que también los medios digitales se enfrentan a la disrupción que provoca la falta de análisis. Una falta bíblica de objetividad en la mayoría de ellos los ha conducido a una falta de confianza histórica por parte de sus audiencias no tradicionales. Crecen en oyentes, lectores digitales y posiblemente en espectadores, pero a la vez, éstos, parecen exigir tertulias con aspavientos, detalles sin importancia pero muy efectistas y analistas de todo hablando de nada. En un mundo de medios dirigidos por partes interesadas que tan bien y detalladamente explica el ensayo ‘Power is everywhere’, éstos tienen un público muy claro en mente, y ni siquiera se esfuerzan en buscar otros lectores. Prefieren representar nichos subjetivos en lugar de arriesgar en praderas objetivas.

Es posible pensar que la prensa, técnicamente, sigue sin asumir la disrupción. La información se derrama por miles de canales alternativos y la réplica de titular no es mucho más que eso, una réplica en pocos caracteres y donde la profundidad del epicentro no parece importar a la mayoría. Otras industrias han entendido y sufrido que pasa cuando te llega la disrupción. La compañía de taxis mas grande del mundo no tiene taxis. La compañía hotelera más grande del mundo no tiene ni un solo hotel. La empresa más grande de telefonía no tiene infraestructura propia. La mayor empresa de retail del mundo no tiene inventario propio. La empresa que posee más contenidos del mundo no crea contenidos. El banco que más crece no tiene dinero. La empresa de cines mas grande del planeta no tiene ni una sala propia. En la mayoría de los casos, el concepto ‘user generated’ está encima de la mesa.

Todo ello tiene mucho que ver con la mutación de toda la cadena de valor que está transformando el ‘producto a servicio’. El escenario ha cambiado definitivamente. Ese cambio de liderazgo se sustenta en una estrategia a medio plazo que va más allá de la cosmética. Es una mutación profunda. No se trata tanto de plataformas dónde las personas intercambian productos sino de un lugar dónde se vinculan a servicios. No se trataría tanto de un lugar donde las personas intercambian enlaces informativos o participan de la información y de la opinión. En todo caso se debe profundizar en la idea de que el lector, el consumidor de información, se ha convertido en un agente activo y en un plano muy distinto al que la prensa tradicional le sigue reservando. No consumen, interpretan. E interpretan muy distinto a como otras generaciones lo hacen por cierto.

Reina la idea acerca de los millennial, que para que te lean (lease hagan click) debes hablar de nimiedades y poner muchas fotos. Así corre el contador de páginas vistas. Que les importa más lo que dice una alienada ‘influencer’ a lo que se aporta en la profundidad de un análisis complejo. Y eso no es cierto. Lo que pasa es que el consumo informativo de esta generación es muy heterogéneo y se aparta de lo convencional, de lo prediseñado o de lo que otros, generaciones X o superiores, podemos entender. Resulta que los millennial navegan por los medios mientras hacen otras cosas. En el curso de su trayecto informativo seleccionan y revisan a posteriori lo que han decidido. La guerra estaría en ser relevante y no únicamente 'fast-food'. Lo primero exige objetividad, lo segundo efectos visuales o titulares de autobús.

Esto no va de ‘views’, ni de ‘clicks’. Es muy serio y parece que nadie se entera de que, en la guerra del consumo maniqueo e irresponsable por parte de muchos, está el vacío futuro y la lejanía de la prensa con respecto a sus consumidores inmediatos. Este es un mundo donde la tecnología simultáneamente ha liberado y restringido el contenido que consumimos, con las plataformas periodísticas están haciendo más para dividir que para unir. En este punto habrá un lugar crucial para los editores que puedan ofrecer contenidos en el que se pueda confiar. Ese es, después de todo, el papel tradicional de los medios de comunicación. Parecía que la conquista digital de la prensa nos aportaría inmediatez, objetividad, una visión poliédrica y comparada y un modelo informativo mucho más razonable, pero no ha sido así. El negocio digital de la prensa tradicional no es más que una búsqueda incansable de ‘pageviews’ sin control empujados por sus lectores ideológicamente afines. Lo peor es que muchos de los ‘nuevos medios’ hacen lo mismo.

Las cifras de consumo de los medios tradicionales cae. Suelen remontar puntualmente en momentos de barullo informativo como el actual, pero globalmente, cae. Cae en cantidad, pero también en calidad. La alocada búsqueda del lector ahora ha dado paso a la caza del visualizador de videos. Ya así nos va. Este es uno de esos momentos. Por lo menos por estos territorios. El Brexit, Trump o El Chapo Guzman fueron otros. Sin embargo la tendencia es la que es y el peso de lo inevitable es inmenso. Mucha gente se ha dado cuenta de que no está recibiendo una imagen completa de lo que está pasando a través de los canales en los que confió siempre o le dijeron que eran fiables.

Por si fuéramos pocos, parió la abuela. Y parió un algoritmo. Bueno, varios. Rutinas aritméticas que nos están cegando con opiniones ilustradas de opinadores de ‘todo’ y que aportan más ruido en el griterío pero que, según la inteligencia artificial o el big data, son informaciones que ‘debemos’ leer. Sabemos desde hace tiempo que los medios digitales funcionan haciendo suposiciones acerca de quiénes somos y la clase de cosas que nos gustan. Si bien puede haber algunos aspectos positivos en esto, si ampliamos el diafragma el asunto es terrible. Los medios son cada vez menos medios. La caza del ‘like’ o el ‘retuit’ no dejan de ser una anomalía informativa, un escenario muy poco nutritivo, un McDonals de la información sin sobremesa y sin cubiertos.

A medida que el análisis deja paso a la difusión gigantesca de párrafos ocurrentes, que la lectura del detalle se queda en el bajo título y que el relato prefabricado argumenta el hecho, nos iremos desvaneciendo como sociedad crítica y nos convertiremos en una especie de 'followers' de la 'post-verdad'. Tal vez ya hemos llegado demasiado lejos, quien sabe, y el retorno está complicado. Y es que la tecnología no era para esto. Era para componer opinión con mayor grado de conocimiento. No estamos haciendo mucho con lo que la digitalización nos aporta. La culpa es de todos. Del que lee y del que escribe. Del que emite y del que mira. A veces parece que la tecnología aplicada a los ‘mass-media’ nos está haciendo ‘mass-tontos’. A las pruebas me remito.

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Marc Vidal Marc Vidal

La catástrofe no es "cool"

Ya no me suele apetecer hablar de “crisis” o de lo complicado que está todo. Me deprimo y me obliga a hacer un doble esfuerzo a la hora de arrancar proyectos. Pero la realidad a veces pesa como el plomo. Y es que estamos iniciando la fase final de todo este asunto es algo más que visible. La pérdida de moral y criterio de periodistas, opinadores, siervos de la gleba y derivados, dejan en evidencia que algo se derrumbó definitivamente. Recién aterrizado en Estados Unidos alguien me cuenta que hace pocos días un miembro de una tertulia de la Cadena SER recordaba un texto que escribí hace cinco años donde explicaba lo que se nos avecinaba y calificaba de terrible el escenario futuro pues dependía de nuestra clase política ponerle remedio. Pasé de ser calificado en esa misma tertulia y por las mismas personas de “antipatriota” a ser referenciado por mis textos. Miedo me da la verdad. El texto en cuestión es el siguiente:

Una gran bola de mierda se acerca desde el horizonte. Lo hace sin remedio y a un ritmo uniforme. No tengo ninguna intención de asustar ni de ser catastrofista pero los ciclos económicos siguen existiendo y en este país los dos últimos acabaron en recesión, paro y crisis. A finales de 1992 y principios de 1993, en la que el PIB llegó a caer durante cuatro trimestres seguidos más de un 3% acumulado, la tasa de paro aumentó de un modo desconocido hasta la fecha. El crecimiento económico gira entorno a los conocidos “ciclos de los negocios”, que de acuerdo a la certeza histórica sabemos que suelen durar un decenio. España sufrió una pequeña recesión en 1981 y otra más grave en 1992-93. La economía española lleva 14 años de crecimiento ininterrumpido con tasas superiores a la media europea. El actual ciclo expansivo se inicio a finales de 1993 ante las crecientes perspectivas de entrada de España en la Unión Monetaria que provocaron que los tipos de interés cayeran rápidamente. La clasificación crediticia española alcanzó la triple A aumentando la confianza en la económica española. La caída de tipos del 13,3% al 3,0 % desató un tsunami inversor inmobiliario por parte de familias y pequeños ahorradores. El aumento de demanda, aceleró la construcción y esta incorporó al mundo laboral a casi un millón de personas y entre todos agigantaron el consumo y las importaciones.

Es preciso definir con corrección los elementos que acercan a nuestro país a una situación límite. La burbuja inmobiliaria ha sido animada en la creciente demanda de vivienda por parte de europeos, inmigrantes y pequeños inversores que, con sus sociedades patrimoniales de juguete, pretenden adquirir cinco o seis pisos para poder vivir de la renta por alquiler algún día. Derivada de esa burbuja hay otra en el sector de la construcción que supone el 17 % del PIB en términos reales. El 20% de los empleos creados en los últimos diez años en España, que a su vez son el 33% del que se ha creado en la UE de los 15, proceden de la construcción. Esas dos burbujas han hecho que emergiera otra mucho peor y que aun es prácticamente invisible: la burbuja económica.

La fuerte demanda de empleo funcionó como un imán para la mano de obra inmigrante que acudió masivamente dando un empuje al consumo y al propio mercado inmobiliario. En general podemos decir que España ha tenido un periodo larguísismo de crecimiento ininterrumpido gracias a la globalización, en sentido financiero (dinero barato) y también en sentido real (inmigración creciente), lo que le ha permitido compensar el impacto negativo de los precios del crudo y de la competencia internacional. El efecto se traduce ya en una economía recalentada, con una inflación superior a la media europea y por una pérdida de competitividad. La economía española es próspera pero su crecimiento es desequilibrado y poco eficiente. La dependencia en los tipos de interés debilita la capacidad de consumo y el parón inmobiliario por el sobrestock es ya un hecho absolutamente demostrable. España dependerá de que la zona euro recupere su dinamismo y crecimiento en los próximos dos años para poder aguantar el choque de una cadena de acontecimientos que ya ha empezado. En primer lugar, la burbuja inmobiliaria seguirá desinflándose gradualmente dejado de crecer y posteriormente descendiendo. Como reacción a esa caída de valor, el número de viviendas se reducirá, cosa que ya ha empezado a pasar según los colegios de Arquitectos que durante este último trimestre han notado un descenso de visados. Esa reducción de viviendas nuevas en construcción provocará una caída en la demanda de empleo en la construcción y un alza en el paro. Carpinteros, electricistas, comerciales, arquitectos, aparejadores, yeseros y en definitiva todos los profesionales relacionados con el mundo inmobiliario vivirán su peor momento desde hace mucho tiempo. Teniendo en cuenta que el peso de este sector es brutal, la demanda en consumo también se verá afectada. La eliminación de ricos virtuales se representará con el descenso de la venta de coches, viajes y elementos de consumo muy variados. El coste de los créditos hipotecarios tocará franjas desconocidas por los nuevos propietarios que se verán obligados a sacrificar parte del consumo corriente para poder hacerle frente.

Al reducirse el consumo y al aumentar el coste del dinero las compañías ralentizarán sus inversiones en espera del próximo ciclo expansivo con lo que su demanda de empleo bajará. Esta situación desembocará en un crecimiento negativo del PIB que alcanzará su punto más profundo a finales de 2009 o principios de 2010. Que sea más o menos dramático depende de la política. Esa desaceleración cíclica podría pasar simplemente por ser un período de bajo crecimiento, si la caída de la construcción se compensa con obra pública y si el superávit presupuestario supera el 1% del PIB, si se incentivan los nuevos campos de gestión industrial y, como se hizo en EUA, si se convierten en empresarios, autónomos o pymes, a esos miles de inmigrantes jóvenes que ahora son mano de obra barata, para que encuentren alternativas a la perdida de empleo que sufrirán en la construcción fundamentalmente. En definitiva, que esa enorme bola de mierda nos aplaste depende de nuestros gestores públicos en gran medida. ¡Que miedo!

Hace unos años aquí pusimos en evidencia que el FROB y su mecanismo de nacionalización encubierta de todo el sistema era un siniestro plan de expolio. Que la excusa de una crisis global y el acecho de su veneno servirían para hacerle ver a la gente que las cosas no pudieron evitarse. De insultar han pasado a certificar el desastre. Ahora bien, lo más duro del asunto es comprobar como, tras toda esa cháchara victimista actual se esconde una enorme incultura económica por parte de algunos líderes de opinión que están confundiendo más que ayudando. Ahora el miedo es glamour. Ser catastrofista es lo más “cool”.

La aprobación ayer del nuevo fondo de rescate bancario, el FROB, es el ejemplo más evidente de que la sociedad española está muerta, que sus dirigentes son unos irresponsables sin criterio ni perspectiva y que el sistema financiero español está quebrado de punta a punta. Hemos pasado del “mejor sistema bancario del mundo” a las intervenciones, a las fusiones obligadas, al rescate de cajas insolventes y, ahora, a los fondos antiquiebra. Un Fondo de Rescate que es un refrito del que ya tuvieron que activar urgentemente de la mano de los banqueros ibéricos, el Fondo de Adquisición de Activos Financieros, que resultó ser a la práctica un mecano extremadamente sofisticado para poner a buen recaudo los intereses de los más grandes y dejar a la intemperie a los más pequeños.

Lo que sabemos en estos momentos sobre el FROB es que tiene pinta de hurto legal. Zapatero y Mariano de la mano con la mayoría de banqueros han decidido gestionar en crisis para perpetuarla. El gobierno espera que las entidades crediticias no quiebren y que, si lo hacen, no se evidencie, de ahí el voto con el PP. El PP espera que sus amigos no sufran. El hecho de que esos amigotes sean unos ineptos, corruptos, inservibles y peligrosos ayudó al voto con el gobierno.

En realidad ahora lo que tocaba no era un FROB, ni un FAAF, lo que tocaba era dejar que algunos quebraran por haber contribuido dedicadamente a generar el pufo económico de dimensiones bíblicas. En lugar de poner ante la justicia a muchos directivos bancarios de este país por haber hurgado en nuestro futuro de ese modo indecente, se les premia con el dinero de todos y se les garantiza el trabajo de modo vitalicio. A cambio sólo se les pide que sigan concediendo capital y crédito a quienes toque hacerlo y cuando sea preciso.

Por cierto, ¿Cuánto costó el FAAF y cuanto cuesta el FROB? Difícil de saber, pero la traducción estructural de todo es espantosa. España lleva emitida deuda pública por valor de casi 60.000 millones de Euros para intentar pagar todo lo que tenemos entre manos, pero lo jodido es que esa deuda no ha habido manera de colocarla en los mercados externos. Una emisión que multiplica por 30 la que se emitió durante todo el año pasado y sin comprador externo. Habéis leído bien, 30 veces la del año pasado y estamos en julio.

Ahora viene lo mejor. Como la deuda no se ha podido colocar se han tenido que activar los sistemas de flujo que permite la normativa. Por un lado solicitar al Banco de España que la suscriba y por otro buscar el capital donde sea, aunque tenga que meter la mano en los fondos previstos para ayudas sociales o lo que sea. Como la morosidad aumenta por culpa de los vencimientos de deuda en casi un billón de euros y la gestación de problemas integrales del sistema bancario crecen sin reparo, se ha aparecido por “generación espontánea” un nuevo Fondo de rescate. El curioso y malsonante FROB.

Ahora bien, lo importante ya no es que en el sistema bancario español haya insolvencias retrasadas, quiebras escondidas y fusiones obligatorias, no, lo grave es que no se ha definido el uso real de ese fondo, no se tiene certeza de cual va a ser su reparto, el método de control y como piensan atender el ingente desajuste de deuda que se avecina en términos de Estado. A fecha de hoy, la deuda total de España ya debe superar el 175 % del PIB. No hay precedentes en el mundo que pueda compararse a esa barbaridad. Podemos obviarlo y pensar “que todo se arreglará” o asumir que eso tiene muy mala pinta.

La catástrofe ya está encima. Prepárense, aunque sin prisa, para el mayor colapso económico y financiero conocido por los que estamos vivos. Piensen que van a hacer con su dinero, como piensan poner en marcha su negocio o como van crecer. La cadena de sucesos no van a dejar lugar a los experimentos que durante cuatro años han ido llevando a cabo los operarios de la ciencia económica mundial. Se han limitado a lo más simple: emitir dinero, imprimir papel y generar más deuda. Mi hijo de seis años me cuestionó hace pocos días que era eso de la crisis. Le dije que era algo que sucedía cuando el mundo se queda sin dinero o con el dinero que tienen la gente, de repente, solo se pueden comprar cosas más baratas. Me contestó como la Reserva Federal o como lo hubiera hecho el Banco Central Europeo: pues ¿porque no hacen más dinero con el papel blanco que sobra en el colegio? Luego, al decirle que eso no se podía hacer pues provocaría que los billetes de verdad nadie los querría pues no sabríamos lo que es de verdad y lo que no, me miró como diciendo “no te compliques papá”.

La política económica es más complicada que la que nos han representado esta generación que hemos tenido la desgracia de vivir. Una generación que habla por los codos y lo hace a veces con un sentido miserable de la decencia. Hace apenas unos días, el tipo que me catalogó de “charlatán” en un evento en el que dije que la “cultura del subsidio” era un modelo social perfectamente organizado por gobiernos de todo signo y territorio, inclusive la Generalitat en su día, para controlar a la gente, ahora se apunta el título (por casualidad) de mi último libro y lo asciende a todos los listados de búsqueda en la red. Afirma que la cultura del subsidio está instalada en Andalucía y que eso lo pagamos los catalanes. Lo desconozco y sabe mal que se llegue a la simpleza tan burda del discurso. Hay de todo. Como también en Catalunya donde el subsidio se disfraza de otras cosas. ¿Cómo deberíamos llamar a los 300 millones de euros que le soplaron a SEAT para que se mantuvieran los miles de puestos de trabajo en su día cuando no eran necesarios para la producción resultante? ¿Cómo debemos definir los 50 millones de euros que le ha soltado la Generalitat actual (en plena fase de recortes) a una deficitaria e ineficiente Spanair para mantener una estructura aeronáutica que no se aguanta por ningún sitio?

Y es que si hace un lustro hablé de “una gran bola de mierda que se acercaba por el horizonte” ahora cabe hablar de algo peor. La bola ya llegó y a su paso lo ha desajustado todo, abriendo puertas y cajones. La situación española es tan grave que ni tan siquiera podemos imaginar. No tiene que ver con la política, ni con la economía, ni la crisis, ni sus valores. Esto es otra cosa. El nombrado nuevo modelo viene inexorablemente y no lo hace de un modo cariñoso. Viene de culo. La velocidad que ha adquirido y la escasa atención que le están dispensando los agentes implicados es de susto. Lo van a retrasar con decenas de apretadas de mano finales y con planes diversos, ajustes y recortes, pero el sistema no da para mucho más. Es cuestión de tiempo, unos pocos años tal vez, pero sin recuperación real de la economía no hay milagros que permitan pagar todo lo que ya nos hemos gastado. Sin generar nada que estimule una economía del futuro habrá sido imposible vivir un nuevo futuro.

A medida que se vayan evidenciando varios temas concretos y que la terrible cadena de sucesos en Europa transmitan la caducidad de la economía tradicional amparada en los productos financieros de siempre. Esos temas concretos son:

  1. El ajuste de la banca española se finiquitará con diversas nacionalizaciones tras tres años de tomadura de pelo con nombre propio llamado FROB. La generación de riqueza depende de la liquidez y ésta ha desaparecido pues se está utilizando para salvar unas entidades financieras que no son más que cadáveres. Hay varias cajas y bancos que van a quebrar de un modo u otro. Me da igual como le llamen pero sus ahorros no están a buen recaudo en según que entidades. Recuerden el texto que copié sobre el Fondo de Garantía de depósitos que no garantiza el retorno de los famosos 100.000 Euros de un modo tan claro.
  2. Imaginemos que un banco decide darle valor real a sus propiedades y estas resultan ser una décima parte de lo que dicen tener capitalizado como valor patrimonial. ¿Estaría en quiebra? Todos sabemos que la mayor parte del sistema financiero español depende de una valoración hipotecaria totalmente ficticia que no se va a corregir en décadas. ¿A que estamos jugando?
  3. Algo que aun no ha sucedido pero que sucederá. Cuando corra la voz, y lo será con causa y efecto, los depositarios de una entidad requieran sus ahorros, pues no se fíen de las operativas descritas y garantizadas con un patrimonio inmobiliario que está por asumir que sea cierto, y esta entidad deba paralizar la fuga de liquido, ¿cómo se llamará entonces eso? ¿cómo afectará al resto del sistema? ¿habrá servido de algo todo el apretado nuevo mapa financiero de fusiones y tragones? ¿no será que todo esto es una fábula de barrigones engominados que juegan a mantener su imperio de estiércol a costa de lo que sea? ¿no seremos nosotros ese “lo que sea”?
  4. La deuda hipotecaria privada es inasumible por millones de españoles que ya no ingresan. Eso lleva a la situación de insolvencia manifiesta de familias que ven como, mientras a ellos les quitan su vivienda, un banco que ha sido “rescatado” con el dinero de todos, concretamente 80.000 millones de euros, les arrancan lo que tienen.
  5. Cuando se evidencie que hicimos como Grecia pues durante años hemos ido taponando la sangría de gasto metiendo en cajones sin fondo facturas sin pagar y deudas contraídas, la Merkel nos crujirá vivos.
  6. Cuando ya nadie pueda engañarnos con las cifras del turismo y se sepa que proviene de un plan turístico low cost que no es capaz de aportar valor en muchos casos y que el modelo no se está repensando salvo contadas excepciones.
  7. La crisis de consumo es la traducción evidente de una falta de trabajo y del aumento del paro. No se puede esperar mucho más de una economía que se reventó su plan de estímulo económico que tuvo que ser para modificar el modelo antiguo y crear uno nuevo, en el famoso e ineficiente Plan E.
  8. Ya no quedan balas y ahora todo depende de nosotros y de nuestro plan para salir de esta. Plan personal y plan social, pero planes lejos de la opción política existente o venidera. Ni unos ni otros, ni los minoritarios ni nadie nos va a ayudar a salir de esta. La clase política está rendida y sin ideas.

 

Vivimos tiempos apasionantes y de cambio, sin rumbo a veces, pero con un enorme potencial. Los cambios si son reales son dolorosos, aprovechemos que este va a ser el cambio de mayor duelo de la historia contemporánea para hacer algo positivo que ofrezca a nuestros hijos algo en lo que maravillarse de nosotros. Surgirá un nuevo escenario de empresa y producción mucho más cercano a la inteligencia que al producto.

La revolución del conocimiento surgirá del valor de las cosas y no del coste de las mismas, será el momento de las grandes factorías de ideas, de pensamientos, de dudas, de estructurar la fabricación en base a su precio esencial y no tanto al especulativo, de emprender para convertir los sueños en realidad. En esta nueva era, en este nuevo ecosistema plagado de ideas, en ese nuevo mar en el que deberemos navegar, los que antes entiendan que deben impulsarse con vientos desconocidos, los que sepan que es tiempo de veleros y no de lanchas motoras, esos sobrevivirán, crecerán y serán mucho más felices. Los que escuchen a sus mandatarios, a esos dirigentes aparentemente perdidos, a esos que cambian sus previsiones una y otra vez, los que esperen de ellos que les ayuden a sobrevolar este momento crucial de la historia sufrirán mucho más.

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Marc Vidal Marc Vidal

¿Invertir en oro?

La última entrega de mis colaboraciones de este verano con RAC1 versó alrededor de modelos de inversión para no expertos. ¿Invertir en oro es seguro? ¿Cómo podemos hacer rentables nuestros ahorros sin pillarnos los dedos? Os dejo con la traducción de de la seccióneconomía en efectivo” que hice para el programa “el món a Rac1” de la cadena de radio RAC1. Durante unos veinte minutos tratamos el tema de la internacionalización.
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Desde el punto de vista del ciudadano de a pié, dejémonos de grandes inversores, ¿dónde podemos ir a invertir?

Podemos invertir en muchísimas cosas, bolsa, patrimonio, etc. De todos modos, es con quién y cómo se puede invertir. La idea sería saber si tenemos un intermediario, si lo hacemos a través de un bróker bancario, si lo hacemos con un agente bursátil o hasta nosotros mismos mediante una plataforma digital pagando unas cuotas.

Mejor asesorarse un poco antes, ¿no?

Sí, pero hoy hay mucha información sobre lo que se puede invertir o no se puede invertir, puedes obtener información. Y también hay nuevas plataformas de carácter social que tienen que ver con la opinión global de los inversores y en el que si te metes por allí y vas cogiendo un poco las tendencias puedes sacar algo. Pero bueno, tampoco es recomendable meterse sin saber nada.

Empecemos, por lo tanto, por lo que no hay que hacer. ¿En qué no hay que invertir visto el panorama?

Se puede invertir en bolsa pero sin abusar. Yo creo que las empresas que están muy endeudadas son las que nos de tocar nada, en estos momentos, en una época que seguramente será muy deflacionaria (deflacionaria significa que las cosas caerán de precio) no es el mejor de los casos. Hay empresas que siempre se ha dicho que son el gran seguro que tenemos pues cuidado con estas empresas tan grandes y tan seguras porque seguramente no serán tan rentables. Telefónica es una empresa absolutamente endeudada y, de hecho, con la compra que ha hecho de Bigoo (que es una operadora portuguesa para trabajar el mercado brasileño) se ha endeudado todavía más y, seguramente, se ha endeudado fuera de España, precisamente, para que no parezca que está tan endeudada España, que es este es un juego que hacen las empresas, ¿no? Cuidado con este tipo de inversiones, tampoco recomiendo demasiado invertir en deuda soberana (en bonos, bonos del Estado), tal como está el mercado hoy en día no parece muy fiable. Y en todo caso, si queremos bonos, podemos comprar de empresas de carácter corporativo. Serían los bonos de las empresas que también emiten en papel y estas empresas (sobre todo las que tienen facturación en países muy seguros como Canadá, Noruega, Suiza) facturen muy por estos sitios. ¡Hasta Rusia!

¿Qué pasa con la inversión en oro?

El oro, es que cuando las cosas no pintan bien… Me he olvidado, sobre todo, de un detalle y es que nadie invierta en nada inmobiliario.

En el sector inmobiliario ya nada, es pasado…

Lo digo así, y lo siento por todos los que venden pisos pero las cosas pintan que tardarán muchos años a volver a ser algún tipo de efectivo rentable. El tema del oro, es que el oro, claro, cuando las cosas pintan mal o cuando la economía es muy inestable o cuando las divisas, por ejemplo, tienen afectaciones por parte de que los Estados están estimulando la economía de forma artificial (como es el caso que estamos pasando ahora). Hoy la economía, en términos general y en todos los países está siendo afectada por una serie de artificialidades que los gobiernos y las políticas económicas de los países están llevando a cabo, lleva a que sea muy inestable apostar una divisa, apostar un tipo de acción, apostar un tipo de bono, en cualquier tipo de historia. Entonces hay un patrón (el patrón oro) que ha funcionado muy bien, históricamente, cuando estas cosas son así, cuando hay inseguridad. Estoy hablando muy en general, pero cuando hay una inseguridad económica la gente encuentra el oro como un espacio de seguro de inversión. Meten allí el dinero y ya está. Hay muchos tipos y maneras de hacerlo pero, bueno, en principio sería meterse por seguridad.

¿Pero también tiene riesgos?

Sí, los riesgos de trabajar en un modelo de trading. Un modelo de compra-venta, día si día no, me meto allí como si el oro fuera una acción más. El oro es un patrón de inversión a largo plazo, que compramos para asegurarnos que tenemos un espacio allí donde las cosas pueden crecer o decrecer, finalmente parece ser donde las cosas pueden ser más seguras y es una inversión a largo plazo y no puede ser un espacio de especulación. El oro no sirve para especular.

¿Cómo se compra oro? Es que no tengo ni idea… ¿cómo puedo hacerlo?

Hay muchas maneras. Yo la que recomiendo es una muy nueva e interesante de una empresa que se llama GoldMoney, (con la que no tengo nada que ver) pero es la que yo utilizo cuando he tenido que trabajar en este sentido, en la que tú compras, mediante una cuenta bancaria en la que pones dinero, y el valor de tu dinero se refleja en oro. Cuando quieres retirar tu dinero lo que retiras es el valor de tu dinero en oro. Es como tener una cuenta bancaria en oro. Entonces tú puede contractarlo como quieras y cualquier entidad financiera puede hacerte de intermediaria. Puedes comprar lingotes.

Esto se hace, compras lingotes…

Puedes comprarle a un agente que vende este tipo de cosas. Ahora, el problema es: ¿Dónde lo metes? ¿Dónde lo guardas? Normalmente, la gente lo guarda en cajas fuertes, en casa o en los bancos. Y luego tiene un valor en oro que cada día puede ir a ver, si yo tengo 100 libras (o gramos) en oro cuánto vale esto. Pues lo sabes yendo a ver cuánto vale vender aquello. Después hay los intermediarios bancarios.

¿Cuánto vale, ahora, una onza de oro?

Hoy stá en 1277$, lo cual es una barbaridad.

Es mucho…

Contad que venimos de precios de 800, 700 y pico, y parece que nos vamos para 1500. Es una buena inversión en estos momentos.

Por lo tanto, ¿recomiendas comprar mucho oro?

Mucho, mucho… que cada cual compre cuanto pueda pero yo no recomendaría comprar mucho de nada, en estos momentos. Yo aconsejaría una diversificación absoluta en tu inversión y, ante todo, asesorarse muy bien y hacerlo en mercados internacionales, no únicamente de por aquí.

Diversifiquemos, pues. ¿Otros metales en los que invertir?

Se puede invertir en millones de cosas (cobre, platino, paladio, azúcar, petróleo, maíz, plata, de todo). De hecho se puede invertir en cosas muy raras.

Ahora iremos a ello,  pero ¿en qué deberíamos invertir?

Esto depende mucho de cada uno, de sus preferencias, de las carteras. Es muy difícil de decirle a todo el mundo: Inviertan en. Si se sienten inseguros (que son los pedidos que yo más tengo últimamente) si la gente no sabe qué hacer con su dinero, si dice: ¿me llevo el dinero a Alemania? Esto de llevarse el dinero a Alemania, primero, no es tan sencillo y, segundo, depende cómo te lo llevas no es correcto, no es legal. En cualquier caso, el tema de invertir en algún tipo de producto, o de algo más o menos sofisticado (algo que no sea una acción de una empresa) recomendaría que si no sabes qué hacer ni dónde poner tu dinero y, además, no te corre prisa el oro puede ser un buen refugio.

El oro es un buen refugio…

Sí, también la plata está subiendo bastante. La plata parece ser, también, un espacio de seguro (No tan fiable como el oro) y el platino bajo mucho hace meses pero vuelve a tener un espacio. Quienes compraron platino hace un año han perdido, pero quienes lo compren ahora pueden estabilizarse.

Otros, por ejemplo azúcar. ¿Se invierte en azúcar?

Sí, aquí entramos en un terreno un poco escabroso. En este mundo se puede invertir en todo y se puede hacer de dos maneras: se puede invertir como inversor o como persona que apuesta, lo que denominan hedge funds. Los hedge funds son gente que apuestan sobre algo que no compran. Entonces, si baja pueden apostar que baje, por ejemplo, o pueden apostar que suba. Pero los hedge funds, que todo el mundo habla mal de ellos…

Son los malos, manipulan los mercados… ¿no?

No, lo que hacen es apostar sobre un mercado que ellos consideran. Cuando es bueno, todo el mundo considera que son muy buenos pero cuando es malo todo el mundo dice que son muy malos. Dejémoslos de lado porque todo el mundo ha hecho de hedge funds alguna vez y vayamos al tema del azúcar. El azúcar tiene el problema de cualquier materia prima de carácter alimentario: es muy feo apostar en inversiones de este tipo porque los precios suben cuando hay mucha demanda y poca oferta. Si hay poca oferta y mucha demanda sube el precio de las cosas. Para que suba el precio del azúcar, se puede comprar azúcar en Chicago (la bolsa donde todo se puede comprar y vender). Tú compras un barco que está cruzando el Atlántico cargado de azúcar, y es tuyo, y vale lo que sea. El azúcar empieza a subir de precio justo cuando empieza a escasear. Y es muy feo, pero hay empresas que producen azúcar que dejan de producirlo para que escasee y así suba el precio. Lo mismo que el petróleo.

O sea, es especular con la producción de alimentos directamente…

Sí, sí, esto es feo pero hay cosas que lo son más.

¿Cómo qué?

No lo sé, por ejemplo, hay modelos de inversión vinculados a las catástrofes naturales o a las especies en extinción, no es broma.

A ver, explícamelo bien, tenemos un minuto…

En estos momentos, vas a las pantallas de Bloomberg y detectas dónde están los huracanes, por ejemplo, y hay una serie de apuestas como si estuviéramos jugando a apuestas deportivas. Hay una serie de valores de cálculo que tienen que ver, fundamentalmente, con el tiempo que tardará en llegar un huracán u otro, qué nivel de destrucción tendrá, etc. Respecto a lo que paso en el Golfo de Méjico con las especies en extinción o las que estaban siendo afectadas por la catástrofe de las plataformas petrolíferas, hubo un valor especulativo vinculado a las especies que entrarían en extinción por culpa de aquella catástrofe. O sea, esto es mucho más complejo y yo no recomiendo estas inversiones, evidentemente, por temas morales. Mejor el oro.

Nos quedamos con el oro. Gracias, Marc.

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Marc Vidal Marc Vidal

Estreno en la COPE

El pasado sábado empezó mi colaboración semanal con el programa de Cristina López Schlichting. Con independencia de mis planteamientos sociopolíticos que no coinciden demasiado con algunos de los expuestos históricamente por la cadena, mi aportación al programa será de una píldora de apenas diez minutos que, cada fin de semana, intentará analizar rápidamente las claves de lo que ha pasado en los últimos siete días en temas económicos y cuales pueden ser las de los próximos. En la primera compartí espacio con las Supremas.
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Marc Vidal Marc Vidal

Éxito y economía digital

Esta es la segunda entrega de los programas para RAC1, en este caso hablamos de “nueva economía” y todo lo que ello implica desde un punto de vista sencillo y entendedor. Espero haberlo logrado. Facebook, Twitter, negocios sin ingresos, nuevos escenarios y territorios digitales como valor económico del futuro.
De hecho, hoy te lo hemos puesto un poco fácil porque esta es una de las áreas que tú dominas más, eso de las nuevas tecnologías, tienes un blog muy activo y, en definitiva, eso que llaman la “nueva economía” ¿no?, lo llamáis vosotros los expertos…

-Sí, bueno, el otro día tenía en Barcelona una conferencia, hace unas semanas, de la Universidad de Girona, y la rectora, bueno, la decana del tema económico de allí, me dijo que eso de la “nueva economía”, hasta que no lo acabemos de definir, ella ni entra ni sale. Que no habrá ningún tipo de asignatura dedicada. Y decíamos: “hombre, la nueva economía sí es algo que existe, y es toda una percepción que tiene el mundo económico (...) de un nuevo modelo, y este nuevo modelo se construye a partir de términos digitales y de unos nuevos patrones”. Una empresa vinculada a la nueva economía no cierra nunca, si quiere, no cierra nunca, está abierta 24 horas, porque no tiene un espacio físico que se deba cerrar: tiene la capacidad de vender a través de Internet o de mil maneras, ¿no? Pero la nueva economía lo que busca al final, fundamentalmente, es mejorar los sistemas y los modelos económicos tradicionales. Entonces, sería la “nueva” economía desde el punto de vista de mejorar la “tradicional” economía.

¿Y eso quiere decir incorporar las nuevas tecnologías a una empresa normal por ejemplo?

-Fundamentalmente. Viabilizar empresas y modernizarlas a partir de las nuevas tecnologías.

Proyectos como Google, Facebook, Twitter, supongo que estos son los nuevos emblemas, de esta nueva economía ¿no?

Sí, antes de eso sería importante detectar, que estas empresas, que serían los nuevos emblemas, parten de un planteamiento económico nuevo que comienza a final de los años 90. Realmente es cuando empiezan a montarse estas empresas, y han acabado haciéndose muy grandes durante la década del 2000. Parten de un concepto que se llama “propiedad emergente” y os explicaré qué es. Es muy sencillo, no se refiere a las propiedades de “poseer” sino a las propiedades que tienen, las características de algunas cosas nuevas, como por ejemplo, el que tú yo compartamos ideas. No es lo mismo compartir cosas que tienen unas características determinadas, que compartir ideas, donde lo que hacemos es sumar y entonces llegamos a tantas ideas como seamos capaces de crear, con la capacidad de pensar juntos, pero, sobre todo, la capacidad de pensar en común. Es decir, estas empresas han sido capaces de montarse en torno a un hecho nuevo, que es que alguien que esté en Tokio y alguien que esté en California, y alguien que esté en Madrid, en momentos diferentes, y en espacios diferentes, piensan en común, y lo integran todo en un mismo espacio, que es el espacio digital.  Un espacio de trabajo, un espacio escrito, donde se van complementando las ideas. Ya no es que se quede la mejor idea, sino que se crea una idea nueva que tiene que ver con un pensamiento en común. Estas empresas nacen de aquí. Nacen de observar un objeto, un bosque, y éste es el ejemplo más claro: imaginemos que nosotros nos acercamos a un bosque (es pura metáfora, ¿eh?), y vemos muchos árboles. Según la economía tradicional, sólo nos fijaríamos o en un árbol, o en todo el bosque. Entonces, veríamos las características de un sólo árbol, o de un gran bosque. La forma en que hoy en día la economía nueva intuye este bosque, es que somos capaces de observar todos los árboles con todos sus detalles. Porque quien observa ya no es una persona, sino un grupo de personas. Y todos informan al grupo de lo que están viendo. Con lo que vemos todo el bosque con todos sus detalles.

Claro. Y eso es lo que ha consolidado empresas como estas que comentabas, ¿no?

-Exacto, empresas que han utilizado la “viralidad“ como factor fundamental de economía, es decir, cuando ellos hacen una cosa, acaba trasladándose a miles y miles de personas por el efecto viral que tiene la propia red. La economía en torno a lo que serían las capacidades de segmentación. Por ejemplo, Google vende anuncios, pero vende anuncios a aquél a quien realmente le interesa ese anuncio. Google ya no le pone un anuncio a todo el mundo, sino que ése que hace una búsqueda sobre “camisetas amarillas”, pues en su lateral aparecerán tiendas que venden camisetas amarillas.

De hecho es de lo que vive, ¿no? Este es el secreto, si no al final no hay más posibilidades, ¿no? Hay un dato impactante, que, cuando preparábamos el guión nos ha impactado, que dice: “de las 10 primeras empresas del mundo, 4 no existían en el año 2000”.

-O existían de una manera muy ligera. Claro, hay empresas que de hecho tienen una valoración en estos momentos que no sabríamos decir si es real o no: que alguien pague por un 15% de Facebook 21.000 millones de dólares, quiere decir que tiene un valor absolutamente demencial. O que en Twitter se haya hecho una ronda de inversión que la convierte en una de las empresas más grandes del mundo. Quiero decir, estas empresas, ¿qué hacen?, ¿a qué se dedican realmente?, ¿qué producen?, ¿por qué estas empresas nuevas tienen este valor? ¿por qué otras empresas más grandes, en lo que sería capitalización bursátil, por ejemplo, hay estas empresas que no existían hace 4 días? ¿por qué han crecido tan rápido? ¿por qué una empresa como Facebook, que tenía un millón de clientes, por decirlo de alguna manera, hace menos de 5 años que tiene 500.000, 600.000 millones? ¿de dónde surge este crecimiento? ¿cómo se puede generar este valor? Pues tiene que ver con eso que estaba diciendo: la “viralidad”, la capacidad empática de un sistema informático, en este caso, son eso, las redes sociales.

Este es el secreto de por qué han crecido tan rápidamente. Pero, ¿por qué son tan rentables? Es decir, Google, Facebook, que no venden nada…

-Facebook no es rentable en estos momentos. Es muy valiosa, pero aun no es técnicamente una gran máquina de beneficios, aun no es rentable.

O son tan poderosas, ¿no?

-Google es poderosa porque es Dios, sinceramente. Yo creo que alguien, o los que tenemos unas creencias relativamente diferentes a lo tradicional, hay un momento en que dices “si cojo las características de Dios, son las mismas que tiene Google: está por todas partes, contesta todo, no sabes exactamente dónde está o quién es, y lo controla todo”. Google, al final, entra en discusiones con gobiernos, ¿eh? Hay momentos en que tiene procesos de enfrentamiento con gobiernos. Y, al final, es una empresa de unos señores que diseñaron un algoritmo, que son muy potentes, y, en este caso, han llegado a controlar incluso lo que quieren hacer los países. Pero es que con Facebook pasa lo mismo: hay políticos de alto nivel del mundo, o la Casa Blanca, o cualquier magnatario del mundo, que acaba publicando en Facebook algunas de sus grandes decisiones. El otro día, Chávez, el presidente de Venezuela, estaba retransmitiendo por Twitter la exhumación del cadáver de Bolívar. Es decir, esto ha cambiado mucho, y muy rápido. Chávez no tenía Twitter hace tres meses. ¡En tres meses hemos pasado de nada a todo!

Y ya saldrá alguna otra cosa curiosa, de aquí a unos meses…

-Eso seguro. Estaría bien que la gente supiera, que mirase atrás y viera qué era Internet hace 5 años. Y veremos que no existía Facebook, que era fundamental Terra, Yahoo, o unas cosas que ahora algunos no sabemos dónde están…o tienen un uso muy reductivo. El hecho de que Google en estos momentos no sea, y esto es importante, el mejor buscador que hay, también es determinante.

Porque quieres decir que puede aparecer uno mejor.

-No, porque ya no es el mejor, el más eficiente para hacer búsquedas. Ahora es más eficiente Twitter para hacer búsquedas puntuales. Por eso Twitter ahora sí que es un modelo de negocio.

Vale, vamos a Twitter. Pero antes de eso, un momento, ¿Google es rentable porque trabaja con publicidad y Facebook no lo es porque no trabaja con publicidad?

-Google es rentable por dos factores: uno, porque ha sabido vender de forma muy segmentada y eficiente la publicidad y dos, porque ha creado un modelo que tiene que ver con que haya millones, y millones, y millones de búsquedas cada segundo, de manera que cada búsqueda proporciona una imagen, o una posibilidad de imagen, lo que sería un ‘click’ o la posibildad de hacer un ‘click’ (depende de lo que se paga), pero lo que paga es por campañas de ‘clics’. Es decir, ha definido la nueva economía y la nueva publicidad en torno a esta nueva economía y eso es lo que le hace tan eficiente. Y eso le pasa millones de veces cada segundo. Y eso acaba produciendo en todo el mundo una serie de réditos brutales, ¿no? Y las caídas en publicidad que ha habido en el mundo en los últimos dos años a Google le ha afectado relativamente poco, porque al final es el refugio de una publicidad low cost, porque tú gastas muy poco por anunciarte…

Porque no es muy cara…

-No, porque es absolutamente mesurable. Tú dices “voy a gastarme 40€” o “voy a gastarme 400 millones”. Da igual. Y además lo que obtiene son una serie de indicadores, que hasta ahora la publicidad no podía darnos. Un anuncio de televisión te puede decir “bueno, me han visto 2 millones de personas, en teoría, pero no sé exactamente si estos 2 millones son los que yo quería o no quería. Sí, por la hora, debían ser personas interesadas en mi producto, pero tampoco lo sé seguro”. Mientras que Google te dice “te han ‘clicado’ 200.000 personas; y estas 200.000 son personas que han buscado alguna cosa en torno al producto que tú haces”. Claro, eso le da un valor fundamental, y yo creo que eso es lo que le da valor a una empresa…Facebook es otra historia.

Facebook es otra historia, pero en cambio, hay gente dispuesta a pagar millones, y millones de dinero por comprar Facebook.

-Invierten en Facebook. Facebook es mucho más que una red social en estos momentos. Acabará siendo, desde mi punto de vista, el sistema operativo de las redes sociales. Los que han utilizado PC todos tienen Windows, los que han utilizado Mac tienen otros sistemas operativos que son el software por el cual tú puedes trabajar con ese ordenador. Pues yo creo que Facebook acabará siendo una especie de sistema operativo de las redes sociales: a través de Facebook entraremos a nuestras redes sociales, o una cosa similar a Facebook hará uso de todas nuestras redes sociales. Por eso es tan importante estratégicamente.

Vale, Twitter.

-Twitter, nadie te lo dice directamente, pero yo creo que nace, un poco, de casualidad, ¿eh? Quiero decir, Twitter nació sin un modelo de negocio claro, no era un negocio cuando nació, no tenía un Business plan, porque no hace falta tenerlo para una algo que no espera obtener beneficios inmediatamente, y yo creo que nace como una cosa del patrón de decir “bueno, hacemos una cosa que con 140 caracteres es como el SMS, lo ponemos aquí y nos podemos comunicar unos cuantos”. Pero claro, tuvo la suerte de nacer en Sillicon Valley. Cuando esto lo piensan en Sillicon Valley no es lo mismo que si lo piensas (...), porque ya estás rodeado de lo mejor, en el sentido de que si una cosa allí funciona, te lo acabarán exportando ellos mismos. Y eso es lo que pasó con Twitter. Y Twitter al final, va generando un tráfico inmenso. Acaba siendo una herramienta, pasó algo similar a lo del SMS...la gente decía: “¿tú crees que esto del SMS será un éxito?” Pues, que alguno ponga en duda si es un éxito o no. Y lo mismo pasa con Twitter: “¿mensajes de 140 caracteres por Internet? Eso es absurdo…” Y resulta que es un absoluto éxito: ha llegado ya a los 200 o 300 millones de usuarios. Pero resulta que su rentabilidad ha nacido después, y ha nacido porque cuando alguien busca algo en Google en estos momentos, Google y Twitter han llegado a un acuerdo, porque Twitter se ha posicionado, claramente, como el mejor a nivel de búsquedas en todo el mundo: cuando tú buscas una noticia de última hora, Google no la tiene reflejada en su buscador, mientras que Twitter tiene ya millones de personas que acaban de comentar esa noticia, de manera que cuando en Google buscas la noticia, aparece en alguna que Twitter lo ha dicho, y si Twitter no le diera permiso, no podrías entrar directamente. Entonces, pagas un canon, y Google le paga canon por cada búsqueda que nace de Twitter.

Y por eso dices que Twitter acabará siendo el mejor…

-Twitter vive muy bien, y vivirá muy bien. Y ahora mismo es cuando empieza a ganar dinero de verdad.

Sí porque, además, ahora muchísima gente tiene Facebook, pero Twitter es una cosa muy…

-Twitter es una cosa mucho más “friki”. Yo utilizo las dos cosas, el Twitter de Marc Vidal y el Facebook de Marc Vidal, pero realmente, con el Twitter tengo una relación mucho más cercana para la gente con la que yo trato, porque es una comunidad, podríamos decir más cerrada, más directa o más reducida, y el Facebook es una exposición mucho más clara: fotografías,...es otra historia. No sé exactamente.

Pues será el futuro…Venga, Twitter. Y en toda esta historia de la nueva economía que le llamáis vosotros los expertos, supongo que, claro, habrá mucha gente que dirá: “eh! yo tengo una idea en una nueva red social, con esto me ganaré la vida en una empresa de estas de blogs y tal…” Seguro que hay mil casos de gente que cree que puede crear una cosa de estas, ¿no?

-Sí. De hecho, hay ejemplos de proyectos en marcha que nacen en las propias redes sociales y que han conseguido su propio (...), su propia comunidad, ya que aquí la clave está en crear una comunidad alrededor de tu producto o tu marca. Y hay ejemplos absolutamente curiosos, como un señor del sur de Francia, que tenía nada, 100 ó 200 seguidores, y este señor fabricaba Crema Catalana que le llaman ellos y, este hombre, en un momento determinado tuvo un stock que superaba su venta puntual y dijo: “¿sabes qué? que pondré en mi Twitter que me sobra, y que pasaré mañana por (...) y por la plaza”. Y sí, lo puso en Twitter y dos ó tres personas dijeron “oye pues sí, yo estaré mañana en la plaza (...) y ¿a qué hora será?” y él contesta y tal. Y a medida que ha pasado el tiempo, en estos momentos este señor hace una ruta que informa exclusivamente por Twiter no tiene ni página web, ni blog, ni Facebook…, y hay un hecho que es que este señor pone toda su ruta, que es el sur de Francia, tiene empleados que hacen lo mismo, y reparte la Crema Catalana por todo el sur de Francia informando exclusivamente por Twitter. Y los pedidos se los hacen por Twitter.

Es buenísimo…

-Es buenísimo. Porque ha creado una comunidad de gente que, además, opina que es muy buena esta Crema Catalana y va haciendo que, cada vez, haya más gente que quiera esta Crema Catalana, con este detalle, glamuroso, de las redes sociales…

Sí, sí, sí. ¿Y algún otro caso así?

-Sí, hay una empresa en el norte de España, en Asturias, que vende calzoncillos por Internet y, fundamentalmente, entre su propia comunidad que creó en Facebook. Es una tienda cualquiera de Gijón, que realmente, su porcentaje más alto de clientes, ahora son clientes de Gijón, curiosamente, de una comunidad vinculada al mundo local, pero que se relaciona socialmente deforma digital. Tiene su gracia.

Y tanto que sí. MySpace también forma parte de esta nueva economía, ¿no?

-Sí. MySpace revolucionó el hecho de la música. Fundamentalmente es una red social musical, de grupos y de gente que hace música, que ha acabado teniendo un aparato importante…Y quien niegue que MySpace ha marcado de forma relativamente importante toda la revolución de la música de descargas, lo que ha supuesto el hecho de que la música de acceso universal a grupos que no tenían acceso a ningún tipo de discográfica ni posibilidad de hacer nada, y con MySpace han podido acabar (...)... Hay algunos ejemplos de cantantes que son producto de MySpace y que han conseguido tener unos seguidores de una manera brutal.

Marc, estamos a punto de acabar, pero seguro que no todos nuestros oyentes están en el tema de las redes sociales ni saben exactamente qué quieren decir todas estas cosas. Pero, ¿hay nueva economía fuera de las nuevas tecnologías?

-Sí. La nueva economía se debe caracterizar por un hecho, que es trabajar en red, pero no sólo en la red. Sino que debemos imaginarnos por ejemplo un bosque…Hay un tipo de árbol que es la secuoya, que son unos árboles que crecen muy alto, que tienen más de 100 metros de altura y, la única manera de que en el mundo botánico, en la naturaleza de este planeta, algún árbol llegue a 100 metros de altura es que lo haga en grupo. Las raíces de las secuoya no llegan a un metro de profundidad…Entonces, si tienen 100 metros de alto y sólo un metro de profundidad de raíz, ¿cómo se aguantan? Pues se aguantan enlazadas las unas a las otras. No verás una secuoya sola de más de 30 metros. Para que llegue a 100 metros debe estar en un bosque. Este bosque, se “autoaguanta“ todo: no hay ni un sólo árbol que, cuando caiga no lo levante el propio bosque, lo sube el bosque durante unos años, y todos alcanzan los 100 metros de altura. Es decir, la nueva economía utiliza el trabajo en red: no necesariamente a través de Internet sino el hecho de que debemos ser capaces de crear ‘comunidades económicas’ en torno a que si todos somos capaces de ayudarnos, todos llegaremos a 100 metros de altura. La nueva economía busca eso.

Marc Vidal, muchísimas gracias por habernos acompañado un miércoles más y volvemos la semana que viene. Gracias

-Hasta el miércoles que viene. Gracias.

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Marc Vidal Marc Vidal

Oportunidades para emprender

La semana pasada me estrené en una sección en RAC1 titulada “economia en efectiu”. Aquí os dejo el podcast. Está en catalán, si alguien tiene energía y ánimo para transcribirlo en castellano lo pegaré en este mismo post.

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Marc Vidal Marc Vidal

Colaboración en RAC1

Este verano colaboro en el programa matinal de mayor audiencia en Catalunya. “El Món a Rac1“ dirigido en época estival por Nuria Riquelme, me ofreció una sección semanal denominada “en efectiu“. Aunque voy a estar durante 20 días recorriendo América implementando negocios y proyectos, mi colaboración está asegurada. Será cada miércoles poco antes de las 11 de la mañana. Trata de nuevos modelos de negocio, de nueva economía, de transformar en comprensibles y cercanos los grandes conceptos económicos, de emprendeduría y de mucho más. Para los que no entiendan el catalán, hay una sorpresa reservada pasado el verano.

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