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¿Es imprescindible digitalizarse?

El reciente estudio realizado por The Economist Intelligence Unit (EIU) y patrocinado por SAP sobre los efectos de la economía digital en las empresas y la opinión de éstas en cuanto a lo que significará en el futuro inmediato. El nombre de este estudio es 'Economía Hiperconectada', un programa de investigación con diferentes fases. En la primera fase se entrevistó a expertos y académicos sobre las consecuencias económicas de la hiperconectividad y el concepto en si.

El reciente estudio realizado por The Economist Intelligence Unit (EIU) y patrocinado por SAP sobre los efectos de la economía digital en las empresas y la opinión de éstas en cuanto a lo que significará en el futuro inmediato. El nombre de este estudio es 'Economía Hiperconectada', un programa de investigación con diferentes fases. En la primera fase se entrevistó a expertos y académicos sobre las consecuencias económicas de la hiperconectividad y el concepto en si.

En esta segunda fase se ha examinado cómo se aplica a nivel organizacional. Se han encuestado a 561 líderes empresariales de todo el mundo, de distintos sectores, cargos en sus empresas y perfil de compañía. En las conclusiones de dicho estudio aparece una frase rotunda: 'The Digital Economy is not just a strategic move – it’s an imperative’, viniendo a decir que, tras el estudio y recogiendo las opiniones de todos los actores implicados, la sensación de que el comportamiento del mercado y de los negocios tienen sólo una vía.

Me parece interesante que el 39% de los encuestados ha introducido cursos de formación en ‘skills’ digitales para sus empleados con el objetivo de hacer frente a las necesidades existentes en el panorama actual. Por un lado me parece una cifra importante, pero por otro me da la sensación que es insuficiente. Si todavía estamos pendientes de que se formen el resto es que esas empresas no están atendiendo en tiempo real la realidad de sus tiempo. Actualmente en Idodi impartimos cursos de este tipo y es muy interesante comprobar como, desde un momento determinado, el avance en los elementos de digitalización en las empresas se convierte en un acelerador no sólo de las ventas sino también de la mejora de otros aspectos como la localización de proveedores o la comunicación interna.

De hecho la gran mayoría de las empresas consideran que la economía digital es una oportunidad de desarrollo de negocio, de abrirse internacionalmente, de relaciones internas y externas en las compañías. La mayoría de avances en conectividad de todo tipo, ya sean automatismos, ‘wearable’, datos masivos o conexión de objetos, han modificado todo en un tiempo muy rápido. El cliente potencial es muy distinto y se accede a él de manera muy diferente a tan sólo hace un puñado de años.

Hábitos, opiniones y tendencias es lo que analiza este estudio que por la dimensión me parece relevante. Es interesante destacar que casi un 60% de las empresas que han participado consideran imprescindible que para sobrevivir deben adaptarse a este escenario digitalizado y sólo un 14% siguen pensando que lo digital no significa ninguna oportunidad que mejore sus actuales negocios.

Según el informe, y esto si es destacable, casi la mitad de las empresas encuestadas aseguran que lo que les parece más impactante es la aceleración cada vez más rápida de cualquier proceso en sus negocios. Como que todo va muy rápido y que es difícil atender esa creciente velocidad sin automatizar la gestión de alguna parte de la cadena de valor. En principio la mayoría de esas empresas siguen pensando que todo ello llevará a una mayor agilidad y una innovación recurrente.

En el ámbito de la localización de mercados, las empresas que han participado en el estudio destacan principalmente que la fusión entre la red, la tecnología móvil y la gestión de datos masivos, están logrando que esos nuevos espacios comerciales aparezcan y sean más factibles de conquistar. Más de un tercio certifica que aplicar modelos digitales de exposición, captación y gestión de tipo internacional les ha ayudado a localizar y trabajar con proveedores de otros países.

Aunque el informe no detalle al respecto, para mi, sigue siendo fundamental como la prioridad ya no es sólo vender sino también generar un entorno de confianza entre los actores principales del hecho comercial: vendedor y comprador. Eso, desde la red, es inmensamente importante y uno de los puntos diferenciales entre pymes o pequeños comercios y grandes multinacionales es el como se afronta todo ello.

El estudio habla de tendencias y opiniones, transformarlo en algo eficiente y favorable es posible también para las pymes. Ser capaz de afrontar ese valor diferencial y engrandecerlo es ventajoso para tiendas virtuales o comercios en definitiva que saltan a la jungla comercial que supone Internet ahora mismo.

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Tu papel en este reto histórico

Hace tiempo leí en The Economist que si nos hacemos la pregunta ‘¿qué es un emprendedor? sólo tendremos dos posibles respuestas o puntos de vista. El primero es el más popular y asegura que los empresarios son personas que dirigen sus propias empresas. La segunda opinión es la que defiende Joseph Schumpeter quien asegura que los empresarios son los innovadores de la economía y de la sociedad. Asegura que las personas tienen ideas, que quienes las convierten en empresas aportan valor social que se traduce en bienestar tarde o temprano. Ha pasado antes y seguirá pasando.

Hace tiempo leí en The Economist que si nos hacemos la pregunta ‘¿qué es un emprendedor? sólo tendremos dos posibles respuestas o puntos de vista. El primero es el más popular y asegura que los empresarios son personas que dirigen sus propias empresas. La segunda opinión es la que defiende Joseph Schumpeter quien asegura que los empresarios son los innovadores de la economía y de la sociedad. Asegura que las personas tienen ideas, que quienes las convierten en empresas aportan valor social que se traduce en bienestar tarde o temprano. Ha pasado antes y seguirá pasando.

Pero la diferencia es que, aunque ahora menos, los emprendedores son los nuevos héroes. Se acercan elecciones en España y volverá la recurrencia al efecto. Volverán a llenarse la boca del término muchos de los que no tienen ni la más mínima impresión de que significa serlo, lo que necesitan o lo que se espera que no hagan por ellos. Los políticos desearían tener un molde para fabricar emprendedores a su gusto. Volverán los programas de televisión, los artículos por todas partes defendiendo sus ayudas y se nos mostrará un nuevo ejército de personas encabezadas siempre por nombres destacados y de éxito, al calor de los cuales, otros se lanzarán a la glamourosa aventura de emprender. Pues de glamour tiene poco o mucho, depende, pero no de lo que crees o te parece. Hay de todo. Lo importante es de que tipo se crean. En mi opinión deben crearse emprendedores tecnológicos pero con capacidad de salir fuera, de conquistar el mundo, de explorar mercados que parecen inaccesibles. Hay que trabajar en construir un mundo mejor cuando precisamente todo va peor. No vale hacerlo cuando es fácil, no suele ser duradero ni real. ¿No saben que cuando la cometa vuela es porque el viento sopla en su contra?

Si un país no es capaz de generar el escenario idóneo para crear empresas no tan solo perderá masa laboral, ciudadana, cohesión y otros factores que desestabilizan a una sociedad, sino que se alejará del talento, de la innovación, del progreso tecnológico y, por derivación siniestra, del bienestar y modernidad socioeconómica requerida. Así ha estado pasando estos años y mucho hay que trabajar para que esa masa gris que se escapa regrese por algún motivo que no sea visitar a sus familiares por vacaciones.

Tengo la sensación que los empresarios o emprendedores que alteramos y desorganizamos continuamente la manera de hacer las cosas jugamos nuestro papel. Somos incómodos para los que eso les supone un colapso mental. Es obvio, pues sino no se entendería que, tras llenarse la boca y farfullar frases hechas sobre el apoyo al emprendedor y a la creación de empresas, te pegan el palo que te pegan con dificultades y meriendas similares a fin de que montar un negocio sea como subir el Everest sin oxígeno.

Un emprendedor es un agente incómodo para lo organizado porque requiere un fuerte compromiso con la innovación. De ella depende para competir con empresas que estaban antes que él, ser emprendedor obliga a ser optimista, pues sin ese valor casi irreflexivo a veces no se conquistan nuevos territorios. Pero ser emprendedor exige ser crítico con tu entorno para facilitar la creación de riqueza y de supervivencia de un negocio a fin de crear empleo. No es lo mismo acudir al trabajo a las 9 y salir a las 5 que no tener hora de entrada ni salida pues el proyecto que llevas entre manos requiere de concentración constante. Esa exigencia superior aborta cualquier imposición irreflexiva y te pone en alerta de la ineficiencia pública por ejemplo muchas veces.

Por todo el mundo hay gobiernos que no saben medir los tiempos o los tiempos ya los han medido a ellos. La mayoría de estos tipos que dicen ir a sus ministerios a mejorar la sociedad y a ayudar a ‘sacarnos de la crisis’ no tienen la más mínima idea de a lo que se enfrentan. Siguen considerando que para saber que tan emprendedora es una sociedad se trata de medir el número bruto de empresas o personas que trabajan por cuenta propia por ejemplo. No introducen el baremo más importante, el que realmente define el verdadero valor emprendedor (por innovador) de una sociedad que debería acelerar e ir de cabeza hacia la automatización y la tecnología.

La visión distorsionada que tenemos de ‘por donde hay que recuperar la economía’ se debe a que mayoritariamente la sociedad ve el mundo por el prisma de la prensa tradicional que a su vez transcribe los mensajes oficiales e interesados que a su vez componen con una absoluta indiferencia hacia la realidad que les rodea de lejos. Una visión que habla de ‘recuperación’ de no sabemos qué, de volver al crecimiento y creación de empleo de manera táctica y no estratégica y de un mundo de colores pastel que no te puedes creer si has viajado un poco. Esto no va de inventarse un titular y esperar a ver que pasa. Esto no va de esperar y que por ciencia infusa se ‘arregle’ todo pues no hay nada que arreglar. Esto no va de generar empleo inmediato porque no se va a crear. Esto va de diseñar, estimular y generar un mundo nuevo vinculado a la tecnología, la economía digitalizada y digital, al conocimiento y al valor añadido de aquello que ya tenemos en marcha como el turismo y otros.

Los retos históricos se pierden por desinterés, por ineficiencia o por voluntad. No se cual es el caso, pero o se toma un giro determinante o, no sólo España, Europa en general los va a perder. Se puede perder el tren por no ser capaz de correr hacia el andén si ves que se está escapando, porque no encuentras el andén o por que, viendo el andén y el tren parado, decides ir al bar. ¿Cuál es el caso que nos ocupa?

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Digitaliza tu vida, será más real

A medida que la vida se fue digitalizando se hizo más real. O por lo menos la información tiene un criterio social y compartido que la hace más auténtica. Fijaros sino en lo que ahora es noticia en cualquier medio ‘analogico’, u oficial y lo que es en el mentidero de las redes, blogs y comentarios de los medios digitales que no existían hace apenas tres o cuatro anos. Hay ejemplos de cómo el mundo respira independientemente a lo que se nos dice que sucede.
Este mapa del Frontex European Commission publicado en el Wall Street Journal que hoy acompaña este post muestra los flujos y el aumento de los emigrantes que llegan a la UE. En concreto los que han sido detectados sin documentación adecuada aumentó un 48%. Más de cien mil personas ‘sin papeles’ que prioritariamente utilizan la ruta marítima que va de Libia a Italia.

Parece mentira que cuando el foco hiriente de la televisión en directo se apaga, pareciera que los problemas se diluyen con las sombras. Sin embargo la realidad es de plomo y pesa, permanece allí y es el espejo de nuestra vergüenza y egoísmo. Las cifras son espeluznantes y, por ejemplo, la crisis no ha frenado la avalancha. Italia afirma que ha rescatado a unos 25.000 inmigrantes en esta ruta desde comienzos del año. La ‘primavera árabe’ no hizo más que agravar el éxodo en lugar de limitarlo. El resto de países que recibían históricamente la inmigración africana y asiática seguimos siendo receptores. Cada dia se lanzan en un intento suicida centenares de subsaharianos esperando ser, irónicamente, como nosotros.

La asignatura pendiente no es sólo la modernización del mundo, también es la de equilibrarlo. Podemos hablar de ‘cambio de modelo’, de socieadad de la información, de big-data y de todo cuanto nos parezca ‘cool’ y estimulante, pero el planeta seguirá siendo tremendamente injusto con quienes les tocó habitarlo en algún lugar donde no se goza de las ventajas que otros si tenemos.

La tecnología debe servir para eso, para equilibrar. Invertir en la sociedad del conocimiento desde la empresa privada y que ella llegue a territorios donde merece la pena hacerlo y donde con muy poco se logra mucho. Si no hacemos nada seguiremos igual. Pasará como cuando la ‘crisis’ se nos llevo por delante, permanecieron los responsables y sufrieron los de siempre. Todos participaron del desastre mirando hacia otro lado durante mucho tiempo. Muchos se creyeron ricos por tener concedida una hipoteca inmensa.

Hace unos años, el The Economist dijo que España y en gran parte ‘Europa regresaría a su innegable mediocridad’. Lo dijo cuando se derribaban los primeros pilares de una burbuja inmobiliaria que no era más que la fachada de todo el desmantelamiento general que viviríamos en breve. Ahora, esa mediocridad, permanece. Ahora si que es culpa nuestra. Ahora si que tiene que ver con que la sociedad civil ha elegido desayunar cloroformo. Ahora si puedes ponerte en marcha y procurar los cambios desde tu propia revolución íntima.

La falta de vergüenza y decoro se ha trasladado por todas las cañerías y ha derivado en un consumo generalizado de analgésicos sociales.

Desde territorios en conflicto o donde comer es una epopeya diaria llegan personas con la desesperación bajo el brazo. Seguimos ignorando que pasa y seguimos pensando que cuanto tenemos, lo merecemos por algún tipo de suerte divina. Pensemos donde estan las reglas, los límites y las oportunidades. A veces, revisar lo que pasa no es mirar el telediario. Digitaliza tu vida, será más real.

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No te quedes en el andén

Ya hace un tiempo, el ‘The Economist’ aseguraba que España puede estar cerca de un estallido de revueltas sociales como las que viven en Ucrania o Venezuela. La prestigiosa publicación económica analizó ciento cincuenta países y sus razones para convertirse o no en candidatos a esas batallas civiles. Al parecer, y según estos sociólogos, mientras que el motivo principal en según que lugares es la reacción a regímenes dictatoriales o agresivos, en otros, como España, Grecia o Brasil serán motivos de tipo económico y de desintegración de la clase media.
Siempre según ese estudio, para los españoles el riesgo de explosión en las calles vendría del desempleo que no se recupera, de las desigualdades crecientes y del desprestigio político e institucional. Nada nuevo. The Economist incide en algo que no logran explicarse y que parece un misterio: España está sometida a injusticias, desequilibrios y dramas de altísima intensidad pero todo ello no ha estallado todavía en una cadena de protestas y revueltas de consideración. Piensan que seguramente la economía sumergida está evitando esa erupción o que es sencillamente la pasividad de la población que se ha resignado a vivir con el subsidio familiar que supone vivir entre los juguetes viejos en la habitación de estudiante pero esta vez compartiendo espacio con tu esposa e hijos.

No tengo claro que es. Seguramente una mezcla de todo. Un adoctrinamiento periodístico que funciona en muchos lugares y que en España parece salir de los libros de ‘propaganda’ de regímenes extintos. Tertulias de vergüenza ajena, noticiarios que ocultan descaradamente la verdad, programas que lobotomizan a la gente con las miserias de personajes sin ningún valor y críticas feroces a cualquier intento de remover conciencias.

La cobardía es un instinto y por eso el gobierno de España ha decidido evitar cualquier posible chispa que prenda en ese sentido. Evitar las revueltas con azotes no sirve, sólo encabrona, pero si lo que tocas es la cartera la cosa cambia. Miles de euros de multa por utilizar el diccionario en lugar de un bate de béisbol. Treinta mil en concreto por insultar a un policía. Así pretenden aplatanar las protestas.

Que las cosas van a mejor parece evidente. Que lo vaya para todos no. El problema es que seguimos en manos de quienes no supieron de que dirección venía el viento. Seguimos en manos de gente muy poco preparada y cuyas credenciales para marcar la salida de este barrizal son las veces que se han genuflexionado en el despacho de sus dirigentes para estar en listas electorales cerradas. No son ellos los que lo evitarán, será la inercia o será otro viento, pero no serán ellos.

El cambio de época será, está siendo y nada podrá detenerlo por mucho que algunos pretendan retrasarlo, por lo menos, hasta su jubilación. Es por eso que en lugar de estimular los procesos que deberían ponernos en manos del futuro lo que procuran es salvar los mecanismos oxidados de la economía que languidece.

No tengo ni idea de si algo provocará un estallido social. Probablemente ya no, pero a medida que los tiempos van pasando y no se actua de manera estratégica, la táctica nos aleja de la gran oportunidad que como colectivo estamos perdiendo. El mundo no se ha detenido como pueda parecer. Viajo mucho y lo veo todos los días. Hay protestas sociales que dicen basta, hay políticos corriendo como ratas escapando, hay cambios económicos y apuestas por la innovación, hay crédito o hay estímulos. ¿Qué hay en España?

Recuerdo cuando se publicaba aquello de que por encima del 8% de morosidad el sistema financiero español quebraría. Tenían razón, quebró. Quebró pero no nos hemos enterado pues lo hemos pagado todos. Se ha hecho requetebién. Ahora la tasa de ronda el 14%, más o menos unos 197.000 millones de euros que no se van a cobrar nunca. Aun puede ser peor. Hay otros 50.000 millones que está digiriendo el Sareb y que harían ascender en 3 puntos porcentuales más la merienda en cuestión.

Este modelo financiero está sujeto a esta bola de estiércol que ellos mismos crearon. Ahora lo único que sabemos es que el crédito a familias y empresas se convertirá en una quimera. Es una obviedad que con el panorama de impagos los bancos no se permitirán tomar riesgos ‘innecesarios’. Por lo tanto cada vez es más seguro que de este tránsito sólo saldremos con un plan en el que no aparezcan estos tipos. Por lo menos, no los actuales.

Es difícil explicarle a alguien que se mira un smartphone como si fuera un abridor de botellas, que el futuro se acerca a toda leche. Es casi imposible que te entiendan que aun nos queda una oportunidad de algo que ellos ni se plantean. Es duro descubrir como no entienden que la ventaja que aun tenemos deriva de una casualidad que nos concedió la madre naturaleza poniéndonos como vecinos de Francia en lugar de Uganda. Nada será gratis a partir de ahora y el esfuerzo es imprescindible pero también la conciencia de que hay que estructurar la competencia y el futuro.

No se si va a explosionar, pero a veces uno piensa que algo debería pasar. El silencio es atronador. El tiempo pasa, los trenes del futuro cada vez se ven más lejos desde el anden. Resulta que ya no vienen, es que ya se alejan. Tengo la impresión que ‘ellos’ no harán nada. Hagámoslo nosotros. No queda otra.

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SEGUIMOS CUESTA ABAJO

Empieza la fiesta. Caixa Catalunya acaba de solicitar 1200 millones al FROB para hacer frente a la fusión que tiene en marcha con Caixa Tarragona y Caixa Manresa. Se ha pasado seis pueblos. El máximo permitido por el fondo en cuestión es del 2% de los activos ponderados por riesgo, en el caso de la caja roja serían 750 millones. Empieza el goteo de miserias que mostrará el estado real de los bancos y cajas de este país. Nuestro sistema financiero está en quiebra y la gente no es consciente de que ha estado al borde del colapso absoluto. Eso se paga y poco a poco iremos ajustándolo. En su último número, The Economist ya advertía que la mayoría de las cajas de ahorro españolas desaparecerán tras el aterrizaje que vamos a sufrir. Respecto a los bancos aseguran que la mayoría de los bancos vivirán un "estrangulamiento de sus resultados". Resulta que aunque hay dinero en el sistema a través de inyecciones públicas, este está estancado en una especie de charca de dinero virtual. 

Pero, ¿Por qué pasa esto? Veamos el motivo. El dinero es la gasolina del sistema. ¿Qué ocurriría si de pronto en todas las estaciones de servicio no se dispensaran ni una gota de combustible? Colapsaría. Sin embargo lo peor no sería ese grifo cerrado, lo verdaderamente más duro tendría que ver con la falta de conocimiento sobre cuando volverían a servir gasolina. Ese es el verdadero problema, la incertidumbre. En el sistema bancario es lo mismo.

Los bancos compran dinero en pasivo al precio más bajo posible y lo venden en activo al precio mayor que pueden. Es decir, lo que ellos ganan depende del tipo de interés que marca el precio de mercado de su producto a la venta, o sea el dinero. Cruda se come la verdura y sabe amarga. Los tipos actuales son los más bajos de la historia, de hecho nunca los veremos por debajo del valor existente sencillamente porque es imposible. Por ese motivo las entidades bancarias y las cajas están perdidas. A tres meses su tipo responde a poco más de un 0,5% y a 10 años la rentabilidad no supera el 3%. La ruina.

Pero además, aquí tenemos nuestro propio calvario doméstico. Sabemos que el problema de las cajas es que durante una década financiaron el "boom" de la construcción, aprovechando su fuerte presencia local, y ahora poseen el 56% de los préstamos hipotecarios del país, mientras que el 20% de sus activos provienen de los préstamos hechos a los propios promotores inmobiliarios. Es cierto que las cajas aún no tienen problemas de solvencia manifiesta, pero los tendrán en breve y tendrán que recurrir al dinero público. Antes de primavera las cajas meterán la mano en el fondo de 99.000 millones de euros que el Gobierno ha puesto a disposición para reestructurar al sector sin contemplaciones ni vergüenza y, no sé si como dice The Economist la mayoría se esfumarán, pero tengo claro que la mitad de ellas acabarán desapareciendo o serán absorbidas por instituciones más sólidas. La parálisis que está viviendo el sector de las cajas de ahorro traerá más restricciones para el crédito lo que retrasará la recuperación del propio sector. El volumen de préstamos disminuirá entre un 10 y un 20% hasta 2011. El consumo caerá y con ello el paro no hará más que crecer. Seguimos cuesta abajo.

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