La tecnología contra la desigualdad.
No importa cómo se mida, la desigualdad ha ido en aumento desde la década de 1970. Algo que no tiene que ver con que, en un asunto global, la pobreza se redujera también. Según Inequality.org, el 1% más rico ahora posee el 45% de la riqueza mundial, mientras que The Guardian informó que los directores ejecutivos de las empresas FTSE 100 en 2017 ganaron 145 veces más que un trabajador promedio , frente a 47 veces en 1998.
Esta concentración de riqueza se ha convertido en una fuente potencial de conflicto en la sociedad moderna. Con las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA), la robótica y el Internet de las cosas (IoT) que crean oportunidades de crecimiento, se espera cada vez más que las empresas contribuyan positivamente a las comunidades que las rodean en lugar de simplemente perseguir ganancias y maximizar los rendimientos para los accionistas.
En esta etapa de la historia, las empresas deben tener un propósito claro y actuar como ciudadanos corporativos responsables. A esto se le llama el ‘negocio correcto’. Los nuevos desarrollos pueden ser un ecualizador social asombroso: la impresión 3D está democratizando la fabricación, mientras que la banca móvil proporciona un fácil acceso a los servicios bancarios y aumenta el poder adquisitivo de las pequeñas empresas. Pero el acceso a la tecnología a menudo no es igual para todos. Un informe de la Oficina del Censo de EE. UU. en 2019 encontró que la falta de acceso a Internet se ha entrelazado inherentemente con la desigualdad.
Pero la tecnología, en realidad, es el motor de eliminación de la pobreza a expensas de enriquecer mucho a unos pocos. Crear riqueza para repartirla debería ser el modelo económico por encima de repartir la riqueza existente sin estimular su crecimiento previo.
Las innovaciones en el espacio de la tecnología educativa están ayudando a proporcionar una educación asequible y accesible en toda la sociedad. En el área de la atención médica, la tecnología está reduciendo la brecha entre los médicos y los usuarios finales, lo que permite la detección temprana, mejora el bienestar y reduce los costos.
Empresas de tecnología del agua como Swajal diseñan, fabrican y ensamblan cajeros automáticos de agua que venden agua a precios asequibles utilizando IoT. Las empresas de tecnología agrícola como DeHaat proporcionan una plataforma en línea que conecta a los pequeños agricultores con microempresarios que suministran diferentes insumos agrícolas y ofrecen servicios.
Se espera que los robots asuman trabajos complejos permitiendo el acceso al labores que antes eran inaccesibles para las personas con discapacidades. Para aquellos aislados por la geografía, la entrega por drones permitirá a aquellos que normalmente se encuentran fuera de las zonas de envío de alta velocidad de las empresas puedan solicitar productos con poca antelación, algo que generalmente se reserva para áreas urbanas más densamente pobladas.
Poder pedir ropa o comestibles para la entrega en cuestión de horas en lugar de días puede parecer frívolo, pero son exactamente este tipo de servicios los que llevarán a las poblaciones marginadas a la sociedad en general.
Todos los ejemplos anteriores ilustran el poder de la tecnología para democratizar el acceso e impulsar que las cosas sean asequibles y a escala. Es cierto que, no obstante hay que ser cauteloso ante cualquier innovación de este tipo pues, por lo general, los avances en la tecnología históricamente han llevado a una mayor desigualdad, por que aquellos que pueden permitirse los nuevos desarrollos se aprovechan de ellos antes de que las personas menos privilegiadas puedan hacerlo.
Como resultado, la tecnología más básica puede extenderse más, pero la tecnología de vanguardia a menudo permanece en manos de los ricos. Sin embargo, a diferencia del pasado, estamos siendo testigos del poder de la tecnología a través de historias de éxito en el mundo real que han llevado a los menos privilegiados al sentido positivo de la automatización.
El creciente reconocimiento y crecimiento de la inversión junto al capital de riesgo centrados en las nuevas empresas de impacto social, son un buen augurio para el futuro y jugarán un papel clave para hacer del mundo un lugar más plano y mejor para todos.
Fragmentos extraídos de las reflexiones del Foro de Liderazgo y Tecnología Mumbai.