Marc Vidal Marc Vidal

A pagar más por menos

Como sabemos, España redujo el sueldo de los empleados públicos y congeló las jubilaciones con la idea de disminuir el déficit público. Es evidente que esa tendencia de reducir costes laborales será adoptada tarde o temprano en el sector privado. Sin embargo, esa política de austeridad no todo el mundo piensa seguirla del mismo modo, incluso algunos, están determinando acciones completamente contrarias.
Desde que el banco central instara a las cajas de ahorros con problemas, a fusionarse, éstas han requerido más de 10.000 millones de euros del FROB. La consolidación de las cajas costará unos 50.000 empleos que en gran medida supondrán la aceptación de jubilaciones anticipados o EREs encubiertos.

Por poner un ejemplo, Caixa Catalunya, una entidad crediticia dotada de algo más de 62.000 millones de euros en activos, asignó una partida de 1.250 millones de fondos públicos para respaldar su fusión con otras dos cajas. Una de las curiosidades es que, tras la fusión de las tres, la entidad resultante será menor que la mayor de las mismas antes del matrimonio forzoso. ¿Curioso? Pues como todo lo que rodea este asunto del saneamiento financiero español, una “sofisticada” falacia organizada desde el propio gobierno, con la inestimable ayuda de los implicados multilaterales, y que ha supuesto al final un gasto que pagaremos todos y que no ha hecho más que simular como activos, un patrimonio que no vale nada y un fondo de maniobra que proviene de las ayudas solicitadas hace dos meses al Fondo de Rescate.

Hoy se publican los datos de las pruebas de suficiencia de media banca europea y la española saldrá bien parada. ¡Como para no salir! Es como si a mí me hacen una prueba de solvencia sobre una deuda que tengo adquirida, y para quedar bien en dicho examen aporto el valor de mi vivienda y un apartamento como si estuviéramos en 2006, me olvido de que el precio actual, y por consiguiente su valor patrimonial como activo, que es mucho menor y lo asigno a la ecuación. Además, como al despejar la dichosa incógnita sigue saliendo en negativo, aporto como fondo de defensa patrimonial un crédito que he solicitado para “ajustar” mis asuntos. El resumen es tan escandalosamente ridículo que insulta a la inteligencia. Obviamente con activos sobrevalorados y créditos puente mi “aparente” y “puntual” situación financiera es más que óptima, cuando en realidad es una soberana mierda.

Ahora bien, si fuera sólo por eso podríamos decir que el asunto estaba descontado, pero es que el expolio social no ha terminado. Mientras medio país deberá ajustar sus salarios a la baja, al más puro estilo “funcionario del estado”, otros hacen todo lo contrario gracias a la necesidad de tener un sector (el financiero) lo más tranquilo posible.

Como decía, hay una entidad en mi tierra, que en la ejecución de esa acción sobre las prejubilaciones, ofrece al personal mayor de 60 años la posibilidad de aceptar el 95 por ciento de su sueldo hasta los 64 años. La combinación de esa caja y otras dos catalanas permitirá a los trabajadores de entre 56 y 59 años recibir el 85 por ciento de su sueldo más una suma única de 31.000 euros si dejan de trabajar. Además, todos ellos recibirán una suma única de 20.500 euros, con aportes por retiro en el marco de un acuerdo que constituirá un modelo para las negociaciones en otras cajas. Es decir, esta será la jurisprudencia del gasto desmedido para que las “bajas colaterales” del mundo de las cajas no se altere y el paro consiguiente no se traslade a la calle. Es una clara contradicción con la reducción de costes y con el posible alargamiento de la vida laboral.

Es humillante que algunos (habrá excepciones) de los irresponsables cajeros de sucursal de barrio que sabían que vendían productos financieros de pocilga y que lo único que les importaba era como acumular comisiones en plena carrera por el beneficio, en los tiempos del Cayenne y duplex en la playa, en los tiempos que hasta los churreros derribaban su churrería y se convertían en promotores inmobiliarios, en los tiempos de la risa que precedió el llanto, esos, esos banqueros de pacotilla se llevaron buenos montantes a costa de fondos ruinosos y paquetes de inversión sin sentido a personas que ahora lo han perdido todo. Esos tipos son los que, encima, con mi dinero, se van a jubilar antes y a todo trapo. Obviamente no son todos, pero alguno lo hay, como también mucho “rico Express” que dejo de serlo para pasar a “miserable Express”. Cosas de la vida.

Esperemos por el bien de todos que no se utilice el dinero público para financiar los retiros anticipados. Me temo, no obstante, que aquí vamos a pagar los de siempre. Si el dinero para las prejubilaciones lo pagan los bancos, quiere decir que parte del FROB era para financiar estas operativas, por lo que si ellos no cubrieran el montante lo deberían de asumir el propio Estado, subiendo impuestos y reduciendo servicios. Si el descalabro lo comprara algún banco dispuesto a comerse el marrón del FROB impagado de un grupo de cajas, entonces quien lo pagaría serían los clientes de ese banco que verían caer los rendimientos de sus productos financieros. Si eso lo paga el estado directamente está claro quien paga. Pues eso, ¡a pagar!

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¿transparencia?

El viernes pasado la Junta de la Reserva Federal ordenó que se disponga lo necesario por tal de hacer públicos los documentos que identifican a las entidades financieras que hubieran colapsado en los últimos dos años. Detrás de esa disposición se esconde la voluntad de evidenciar lo que hubiera pasado si no hubiera habido lo que se ha definido como “el mayor rescate bancario de la historia”. Es una buena manera de poner en el “estrado” a los que, tras la lluvia de millones, parece que quedan impunes. Tras el desplome de Lehman Brothers se repartieron más de dos billones de dólares para tapar lo que hubiera significado un colapso sistémico. 

Está por ver si se publicará algo, pero podría ser que pronto supiéramos quienes y cuando hubieran caído de no atajar la fallida con la mayor emisión de deuda de la historia de los EUA. Sabemos que unos 702 bancos medianos norteamericanos entrarán en quiebra en los próximos meses tal y como ha dicho el propio regulador. En España, las entidades en insolvencia manifiesta disfrutan de un tipo de rescate que en nuestro caso se llama FROB. Dejando de lado que para mi ese Fondo es una estafa legalizada por los intereses de una clase ineficiente, estaría bien saber "oficialmente" quienes y cuando hubieran colapsado sin ese recurso falaz transitorio.

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SEGUIMOS CUESTA ABAJO

Empieza la fiesta. Caixa Catalunya acaba de solicitar 1200 millones al FROB para hacer frente a la fusión que tiene en marcha con Caixa Tarragona y Caixa Manresa. Se ha pasado seis pueblos. El máximo permitido por el fondo en cuestión es del 2% de los activos ponderados por riesgo, en el caso de la caja roja serían 750 millones. Empieza el goteo de miserias que mostrará el estado real de los bancos y cajas de este país. Nuestro sistema financiero está en quiebra y la gente no es consciente de que ha estado al borde del colapso absoluto. Eso se paga y poco a poco iremos ajustándolo. En su último número, The Economist ya advertía que la mayoría de las cajas de ahorro españolas desaparecerán tras el aterrizaje que vamos a sufrir. Respecto a los bancos aseguran que la mayoría de los bancos vivirán un "estrangulamiento de sus resultados". Resulta que aunque hay dinero en el sistema a través de inyecciones públicas, este está estancado en una especie de charca de dinero virtual. 

Pero, ¿Por qué pasa esto? Veamos el motivo. El dinero es la gasolina del sistema. ¿Qué ocurriría si de pronto en todas las estaciones de servicio no se dispensaran ni una gota de combustible? Colapsaría. Sin embargo lo peor no sería ese grifo cerrado, lo verdaderamente más duro tendría que ver con la falta de conocimiento sobre cuando volverían a servir gasolina. Ese es el verdadero problema, la incertidumbre. En el sistema bancario es lo mismo.

Los bancos compran dinero en pasivo al precio más bajo posible y lo venden en activo al precio mayor que pueden. Es decir, lo que ellos ganan depende del tipo de interés que marca el precio de mercado de su producto a la venta, o sea el dinero. Cruda se come la verdura y sabe amarga. Los tipos actuales son los más bajos de la historia, de hecho nunca los veremos por debajo del valor existente sencillamente porque es imposible. Por ese motivo las entidades bancarias y las cajas están perdidas. A tres meses su tipo responde a poco más de un 0,5% y a 10 años la rentabilidad no supera el 3%. La ruina.

Pero además, aquí tenemos nuestro propio calvario doméstico. Sabemos que el problema de las cajas es que durante una década financiaron el "boom" de la construcción, aprovechando su fuerte presencia local, y ahora poseen el 56% de los préstamos hipotecarios del país, mientras que el 20% de sus activos provienen de los préstamos hechos a los propios promotores inmobiliarios. Es cierto que las cajas aún no tienen problemas de solvencia manifiesta, pero los tendrán en breve y tendrán que recurrir al dinero público. Antes de primavera las cajas meterán la mano en el fondo de 99.000 millones de euros que el Gobierno ha puesto a disposición para reestructurar al sector sin contemplaciones ni vergüenza y, no sé si como dice The Economist la mayoría se esfumarán, pero tengo claro que la mitad de ellas acabarán desapareciendo o serán absorbidas por instituciones más sólidas. La parálisis que está viviendo el sector de las cajas de ahorro traerá más restricciones para el crédito lo que retrasará la recuperación del propio sector. El volumen de préstamos disminuirá entre un 10 y un 20% hasta 2011. El consumo caerá y con ello el paro no hará más que crecer. Seguimos cuesta abajo.

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INSOLVENCIA Y QUIEBRA

Leo en burbuja.info la referencia a un artículo que publiqué acerca de la situación compleja del Banco Sabadell. En concreto se cita ese post como posible fuente utilizada por un tertuliano en una televisión vasca asegurando que ese banco está en quiebra. El personaje en cuestión es, y cito textual, “un tal Jose Gurrea, ginecólogo, simpatizante del PP y ex-comunista”. Obviamente desconozco quien es. Tampoco tengo conocimiento que se base en algo escrito por mí, aunque está claro que, si así fuera, no entendió nada. Hay mucho opinador analógico y tradicional que a partir de lo que leen en los blogs conforman teorías económicas poco complejas y basadas en la inmediatez. Como sabéis, últimamente convivo con tertulianos y periodistas de todo tipo, entre ellos algunos de esta especie que se muestran capaces de sostener conceptualizaciones económicas a partir de lecturas en diagonal de diversos agregadores de blogs. La verdad es que no hacen nada delictivo, lo que me molesta es que la mayoría son los mismos que hace tan solo unos meses, acusaban esas fuentes que ahora les nutren de fundamentalistas del Apocalipsis.

Leo en burbuja.info la referencia a un artículo que publiqué acerca de la situación compleja del Banco Sabadell. En concreto se cita ese post como posible fuente utilizada por un tertuliano en una televisión vasca asegurando que ese banco está en quiebra. El personaje en cuestión es, y cito textual, “un tal Jose Gurrea, ginecólogo, simpatizante del PP y ex-comunista”. Obviamente desconozco quien es. Tampoco tengo conocimiento que se base en algo escrito por mí, aunque está claro que, si así fuera, no entendió nada. Hay mucho opinador analógico y tradicional que a partir de lo que leen en los blogs conforman teorías económicas poco complejas y basadas en la inmediatez. Como sabéis, últimamente convivo con tertulianos y periodistas de todo tipo, entre ellos algunos de esta especie que se muestran capaces de sostener conceptualizaciones económicas a partir de lecturas en diagonal de diversos agregadores de blogs. La verdad es que no hacen nada delictivo, lo que me molesta es que la mayoría son los mismos que hace tan solo unos meses, acusaban esas fuentes que ahora les nutren de fundamentalistas del Apocalipsis.

Repito lo del banco de Sabadell para que quede claro. Yo dije que “todas las operaciones de soporte evidenciadas por los agentes propios han acabado mal. La historia de la bolsa y de la economía está llena de apalancamientos domésticos que han llevado a la quiebra a quien los ejecutó”, pero es obvio que para afirmar que el Sabadell está en quiebra hay que aportar datos. Yo hablé de insolvencia a medio plazo, lo que es muy distinto de la suspensión de activos o quiebra técnica.

La insolvencia se presenta cuando el pasivo es superior al activo pero, en realidad,  el estado de cesación de pagos está relacionado con la imposibilidad de hacer frente con medios ordinarios a las obligaciones vencidas, lo que evidentemente no es descabellado asumir como posibilidad en aquellas entidades que están gastando sus fondos para adquirir autocartera de un modo desorbitado. En términos contables habría que relacionarlo con una imposibilidad de hacer frente al pasivo corriente con el activo corriente, es decir, la insolvencia se da cuando no hay ingresos normales para pagar las deudas o en la retirada de fondos. Digamos que un banco se puede encontrar en el estado de cesación de pagos cuando ejecutan una opción de malvender bienes, acciones o mantener valores para afrontar sus obligaciones o no perjudicar el valor patrimonial de la entidad.

Pero, al señor de la tertulia vasca eso le pilla lejos. La quiebra es otra cosa. Ya que ésta tiene por finalidad liquidar el activo del deudor y pagarle a reparto a todos sus acreedores.  Con el mecanismo de la quiebra se lo separa al deudor de la administración, interviene un síndico, vende todo el activo que tiene y le paga a los acreedores en forma proporcional y a todos de una manera similar. Un banco en quiebra debe ser ejecutado por la autoridad del Banco de España y afrontar sus garantías del Fondo Nacional así como todas las disposiciones que la normativa en intervenciones bancarias aporta. Ahora bien, tanto en una intervención por insolvencia como en una quiebra los clientes y acreedores tienen que cumplir con mecanismos similares para poder ingresar al procedimiento que hay que seguir y, de esa manera, también para tener alguna posibilidad de pago de sus deudas y recibir sus depósitos según sea el papel de cada uno.

El Sabadell no está en situación de quiebra ni, de momento, insolvencia. Su operativa de compra de autocartera es poco saludable pero puede mantener el tipo medio año más, pasado este tiempo, deberá de volver a ser atractivo su valor para inversores o su ratio de posicionamiento en el tiro de activo con respecto al de valor puede ponerle en la franja de la insolvencia técnica. Tenemos claro que la quiebra es otra historia, pero sabemos que en el pasado fue una realidad siniestra en otras entidades que se quedaron atrapadas en la compra de autocartera sin estrategia de salida. Ahora bien, recuerden que en España, ese país modelo internacional de gestión financiera y de pulcritud bancaria tiene cuatro cajas menores en situación de insolvencia manifiesta, dos medianas rozando ese riesgo y otra en quiebra técnica. El fondo de Garantía de depósitos no soportará esa presión si no se inyecta más liquidez al sistema y, en consecuencia, todos pagamos la fiesta. Pinta mal, pero hay opciones de salir del atolladero financiero si se reacciona, el problema es que todas las reacciones están aplicándose en el sentido opuesto al correcto.

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