Marc Vidal Marc Vidal

La nueva clase dominante

bp8asrasteDe aquella bola de mierda que se acercaba por el horizonte, que llegó y lo impregnó todo y que ahora, tras su paso, nos ha dejado un montón de estiércol de diversas formas y colores. Mientras el sistema se descompone, a veces pienso que afortunadamente viendo lo visto, otros cuantos intentan buscarse la vida entre las rendijas de las cloacas en que se ha convertido la actualidad. De basura se compone la información, del más obsceno de los insultos a la inteligencia ver como se atan a unas butacas que no merecen, a unos privilegios que no les regalamos y a una aparente superioridad que esconde la mayor de las mediocridades. Los que ahora ministrean o se enorgullecen de liderar procesos irremediables no durarían ni un puto minuto en la empresa privada. Los que ahora ejercen de lagartijas salvapatrias no son más que cobradores de sobres, ocultafortunas sangrantes o abrazachollos de la burbuja. Pero hay legiones de aspirantes a la nueva clase dominante. ¡Cuidado!, que no se enteraron.
Cuando Gurbaksh Chahal tenía 16 años abrió su primera empresa. Se trataba de ClickAgents. Dos años después esa plataforma que utilizaba las oportunidades de la red a través de eBay, la vendió por cuarenta millones de dólares. Este americano de origen hindú se convirtió en un referente para la emprendeduría norteamericana en el campo de las nuevas tecnologías. Lo importante de este tipo, lo que suele destacar en sus charlas motivacionales, es que no dudó ni un solo momento en levantarse del sofá y poner en marcha la aventura que marcaría su vida. Lo tuvo claro en un momento determinado y lo hizo.

Logró su objetivo en un ecosistema, el californiano, que permite que esos sueños se cumplan. Muchos fracasan, pero bendito fracaso si es motivo de aprendizaje y sabiduría, pero si encima no yerras, el pastel es perfecto. Este hombre afrontó varios proyectos más, y con apenas 30 años ya ganó otros 300 millones de dólare con la venta de BlueLithium a Yahoo. Está claro que España y el mundo en general está a años luz de esos modelos económicos y esas plataformas de potenciación del talento emprendedor como para que tengamos éxitos similares. De momento aquí tenemos otros asuntos más urgentes que resolver. Una sociedad marchitada por sus propia sombra, por los hongos que crecen entre los pies de un cuerpo social lento, anticuado y pendiente del valor del metro cuadrado de su vivienda a las afueras de cualquier gran ciudad. Vivimos todavía en un país de adosado y piscina, del “quítate tú que me pongo yo”.

Cáritas edita un informe anual sobre sus actividades. En él se refleja claramente como evoluciona el asunto socioeconómico español año tras año. En el de 2011, expuso que una ingente masa humana, que hasta hace poco se las daba de rico plastificado, ahora le toca ejercer de miserable con hipoteca. La crisis económica ha puesto a más de un millón de personas en las listas de atención de la entidad de la Iglesia Católica. Es destacable que el 56% de los atendidos son personas que acudieron por primera vez a un comedor de esta organización. Si abrimos el diafragma un par de años, la tasa es siniestra. La mitad de los ciudadanos que han accedido a los servicios ofertados por Cáritas desde 2009 ni siquiera sabían donde estaban esos puntos de ayuda.

Vivimos tiempos de cambios radicales en cuanto a quien determinará los flujos y las tendencias sociales. La nueva clase dominante que sustituya la clase media será un estrato social inferior económicamente pero con mayor capacidad de adaptación a tiempos difíciles. Seguramente serán esos que ganan menos de 1000 euros. Jóvenes universitarios recién licenciados aceptando salarios miserables para hacerse con una experiencia laboral que desconocen que utilidad tendrá. A esa clase se han unido obreros con menor o mayor preparación, desempleados de larga duración, inmigrantes, miembros del mercado laboral que son expulsados por ser de mediana edad e incluso aquellos que se encaraman a la pre-jubilación. Una clase dominante que con dispositivos inteligentes estimularán su inteligencia colectiva e impedirán que esta pandilla de golfos que ha copado las estructuras de gobierno y desequilibrado el futuro que nos tocaba vivir, que han robado los sueños a una generación entera, que han disfrutado de gustos y dulces que no se ganaron, que se han vendido por servirse de lo público y no servir al público y que, en ningún caso entendieron de que iba eso de “los nuevos tiempos”, el cambio de modelo de crecimiento y la sociedad del conocimiento, básicamente porque les sonaba o a muy raro o a que les tocaba el salario, sus VISAs o sus privilegios.

Lo mejor, la buena noticia, es que esto ya no tiene que ver con quien nos gobierna, ni con que nos darán, esto ya empieza a ser cuestión de que viento queremos que nos sacuda la cara para despertar.

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