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Desde Latam otra vez

Estos días estamos trabajando muy duro en la presentación de nuestros productos tecnológicos en algunos países latinoamericanos. De la mano de nuestros directores locales y sus equipos vamos poco a poco viendo como se aceptan y como entra en el mercado el resultado de tantos meses de trabajo. Es algo muy emocionante y más cuando notas que lo que estás presentando no sólo está muy bien hecho, sino que además quienes lo han hecho posible lo sienten como suyo. Tanto Openshopen, que está siendo recibido con entusiasmo por la combinación entre sencillez y robustez, como ebnto y emailfy, nuestro reto siguen cumpliendo etapas en esta primera fase de lanzamiento.
Estamos recorriendo Costa Rica, Perú, Panamá, Colombia, México y Estados Unidos. En breve regresaré para ayudar a los equipos de Idodi en Ecuador, Chile, Venezuela, Argentina y Brasil. Es fascinante descubrir que, a pesar de ser muy difícil y duro entrar todavía en algunos entornos de baja presencia en temas de comercio electrónico, las expectativas se nos plantean son muy altas.

Pero a Latinoamérica hay que venir a aprender. El error sería considerar que la hipotética ventaja tecnológica europea es la clave para vender más. Si piensas así no venderás nada. Lo importante es entender porque en un país como Panamá, por ejemplo, el crecimiento de usuarios de teléfonos móviles en 2010 fue de un 184,7 por cada por 100, superando incluso a países como Alemania que contaba con 127 por cada 100 habitantes. Panamá tiene 3,3 millones de habitantes y 7,3 millones de líneas de teléfonos móviles registradas, según la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos. Lo que supone más de dos líneas por persona. Algo excepcional en el mundo.

Hemos decidido entrar en muchos de estos países de la mano de su gente. Hace más de dos décadas que vengo asiduamente y que trabajo con ellos. He visto de todo y he aprendido mucho de todos ellos. Tengo claro que nuestros productos son una respuesta real y efectiva y con los equipos locales que han modificado y adaptado todos ellos, estamos en condiciones de liderar algunos de estos mercados.

Si estás en alguno de los países que te descrito y te interesa lo que te he contado puedes ponerte en contacto con mi equipo a través de este enlace a fin de asistir a alguna de las ruedas de prensa que estamos ofreciendo o para concertar entrevistas de tipo periodístico o empresarial.

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Tu propio negocio online

Hay que dar el paso, es la opción.  Muchos comercios deberían tener una extensión digital por muy pequeños y locales que sean. Ya no es suficiente mantener el factor geográfico como patrón y ante la nueva y difícil situación socioeconómica se hace preciso tomar las vías comerciales de la Nueva Economía. Por poner algún ejemplo, debemos saber que el comercio electrónico se dispara en España un 180% desde 2007. En concreto el comercio electrónico facturó el año pasado 10.455 millones de euros. Estos datos que se extraen el informe de la CMT contabiliza las compras realizadas con tarjeta de crédito o débito. La contabilización del número de operaciones es espectacular. De apenas 13 millones de transacciones en 2007 hemos pasado a más de 40 millones.
Ahora bien, el estudio muestra una leve desaceleración a finales de año, ya que los ingresos fueron inferiores (un 1,8% menos) que los del trimestre anterior, hasta los 2.656 millones de euros. Eso quiere decir que si bien los que nos dedicamos a aportar soluciones y modelos de gestión en venta online debemos mirar otros destinos. Algo que como sabéis eso es lo que hago desde hace dos décadas.

Cuando digo que hay que mirar fuera me refiero a dos escenarios. Por un lado el de ofrecer productos que permitan desarrollar comercios electrónicos a terceros y por otro la capacidad de vender productos dentro de una tienda online al exterior. Las transacciones por comercio electrónico desde el exterior con España en el cuarto trimestre registraron un incremento interanual del 15,4% y la UE fue el área geográfica que compró de forma electrónica más bienes de nuestro país. América Latina ostentó el segundo puesto por gasto, con un 7,1% del total, y el resto supusieron el 6,5%.

Actualmente la apuesta de mi empresa en materia de ecommerce se llama Openshopen. Un desarrollo reciente en beta constante pero que ya se puede contratar con total garantía. Hablo de una plataforma online que permite un amplio catálogo de opciones para la creación de tiendas online a muy bajo precio pero con una potencia profesional. Openshopen permite a todo tipo de empresas, desde autónomos a pymes, pero también a grandes organizaciones disponer de un site comercial con todo lo necesario para ponerse a vender desde el minuto cero. Sin conocimientos técnicos se puede abrir un comercio, gestionar stocks, transferir tu dominio, controlar pedidos, automatizar envíos y acceder a pasarelas de pago sin trámite alguno.

Durante casi un año de trabajo hemos desarrollado en nuestro laboratorio de IDODI una serie de herramientas que nos han enseñado mucho. Hemos intentado aprender de comerciantes, usuarios y clientes. Estamos seguros que nos queda mucho por aprender y errores que aceptar. En eso consiste. En apenas unos días desde el lanzamiento en abierto, han sido varias centenas las tiendas que se han dado de alta. Estamos muy contentos pues no responde ninguna campaña específica ni, todavía, al gran aval del proyecto: el internacional.

Openshopen pertenece a la familia de productos tecnológicos de tipo Saas y cloud que pretenden ser una solución sencilla pero potente en el ámbito del comercio electrónico. El resto de miembros son Emailfy y Ebnto. En breve se unirá Shopytime que permitirá que los comercios creados en Openshopen puedan aprovechar una potente maquinaria de venta internacional inédita en España y América. Estamos seguros que será el complemento diferenciador al conjunto.

Con oficinas de apoyo comercial y técnico en once países, con sites propias por territorios e idiomas, Openshopen nace con la voluntad de ocupar un espacio muy competitivo pero con algunas diferencias y notables simplificaciones.  Por muy poco ofrecemos mucho y de manera constante. Cada quince días ofreceremos un update con nuevas plantillas, servicios, plugins y elementos que enriquecerán cualquiera de las tiendas ya creadas y aportará nuevas opciones a las que vengan. Por cierto, hemos logrado que cuando abras una tienda en Openshopen, actives automatismos y registros que te posicionan en Google y en otros buscadores de manera muy eficiente.

Nuestra tecnología ya incorpora algunas plantillas del tipo responsive y en breve podremos presentar una app cuyo módulo principal te permitirá gestionar tu tienda desde un dispositivo móvil con total sencillez y fiabilidad. A la vez que ofrecemos modelos automáticos, también estamos dispuestos a fabricarte tiendas ad hoc y al detalle si, a pesar de todo lo que ofrecemos, hay cosas que no encuentras.

Espero que te animes a probarla y a que puedas vender desde el minuto cero. El comercio electrónico no se detiene por el momento y puede ser la gran oportunidad. Puedes vender cualquier cosa, si quieres te aconsejamos. Déjanos ayudarte, veras que es más fácil de lo que parece.

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Abandonar el sofá social

Ayer durante una conferencia expliqué algo que ya escribí y que comparaba el hundimiento del Titanic con la situación económica actual. Dije que alguien me comentó que vivíamos aquel preciso instante del choque del buque con el iceberg, que la tripulación informaba a los de primera que el barco en dos horas se iría al fondo del océano y que muy pocos de tercera se salvarían. Les expliqué que para mi no era así, que en realidad no había habido un golpe y una grieta. El barco se hundía pero por viejo y que eso hacía mucho más lento el hundimiento. Concretamente un lustro. Vivimos ese momento. Lo trascendental realmente es entender el valor de ese colapso. Para mí, este terrible instante de la mal llamada crisis no es una oportunidad, es la opción. Entiendo que hay que pensar mucho, más que nunca, escudriñar como hacer mejor este mundo y lograrlo. Entre todo ello destaca la obligatoriedad de saltar del barco (del sofá social) y nadar (emprender). Rechazad las ayudas, aceptad los consejos. Ignorad las subvenciones, gestionad el capital inteligente.
A pesar de la que está cayendo, en lo que llevamos de año mi equipo ha puesto en marcha cuatro startups, impulsado otra docena y apoyado la creación de un buen número más. Nada de todo ello tendría valor sino fueran proyectos de los que aprendemos cada día. En julio saldrán al mercado y a nível mundial cuatro proyectos más: Tueddy, OpenShop, Emailfy y Ebnto. Todas ellas son sueños convertidos en código binario y una carrera por ofrecer puestos de trabajo en seis países diferentes en un principio. Todo para luchar contra una pobreza que se está extendiendo por todos los rincones y esquinas. Una nueva pobreza se está inoculando en el sistema. Una nueva clase social subvencionada y soportada por herramientas privadas o religiosas que suman lo necesario para que en este país nadie se muera de hambre. Un nuevo estigma socioeconómico compuesto por familias jóvenes monoparentales, con el paro vencido, niños pequeños y con deudas de todo tipo incluyendo tarjetas y créditos al consumo que han ido inflándose con los impagos. Una sociedad que se está empobreciendo y que, en su miseria, esconde la ineficacia de los estímulos ofertados por la administración. El círculo se va cerrando y toda la metodología que planteaba recuperar un modelo consumista se muestra operativa a corto pero terrible a medio plazo. Es como recoger la mierda con la mano. Nadie reacciona.

Seguimos combustionando cuatro tipos de pobrezas. Por un lado una primera que proviene del desempleo medio. Una segunda compuesta de pobreza incipiente y que constituyen jóvenes trabajadores e inmigrantes sin contratos cuyo sueldo es tan bajo que sería un insulto llamarlos mileuristas. No alcanzan las necesidades básicas y son atendidos también en la beneficiencia. Un tercer grupo de pobres es el de la pobreza estructural formada por ancianos y viudas con pensiones ridículas. Finalmente, la cuarta tipología de pobres proviene de una capa que se compone de gente muy joven que en estos momentos ni siquiera tiene idea de lo miserables que son. Bajo el amparo de sus padres y de la sociedad del consumo en rebajas constante, sus vidas transcurren en una especia de paraíso capitalista maquillado. Son los que ya hemos definido como microburguesía low cost.

El panorama no invita a la tranquilidad. Todo lo contrario pero si a la reacción. El Estado, cobardemente, esconde la tasa de pobreza real, pero esos números van suministrando el veneno necesario para que, por mucho que se estimule la economía, cada vez haya menos masa real para que las medidas sean eficientes. A medida que pasa el tiempo hay un mayor número de personas que dependen del servicio público y cada vez menos del estímulo público. Con lo primero sobrevives, con lo segundo emprendes. En mucho de estos casos de pobreza incipiente se esconde una perversa reacción en cadena. Un ciudadano que se ve expulsado de su modelo de vida por culpa de una crisis imperceptible aparentemente, un intento de lograr ser de nuevo asalariado y un rechazo persistente del sistema por diversos motivos. El camino se tuerce y cada vez está más lejos la salida. En el caso de que considere que lo mejor es emprender, es tomar las riendas de su vida y sus proyectos, se encuentra con mil obstáculos como hemos ido viendo. Desde los legales, los culturales y los intelectuales. Incluso uno mismo no se ve capaz de saltar, pues todos los resortes y herramientas de una sociedad apalancada caen sobre ti cada vez que piensas en el modo de salir del agujero.

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