Marc Vidal Marc Vidal

Gràcies, gracias, thanks,...

A pesar de que aun no está extinguido el incendio que asola el norte de Catalunya y que la tristeza y preocupación por todo lo que ahora sucede se mantiene, quiero dar gracias por la parte que más me afecta en lo personal. El título de este post en tres lenguas no hace más que representar las numerosos idiomas en los que ayer me llegaron mensajes de soporte y apoyo y que llegaron desde decenas de países donde tengo amigos y que me siguen a través de twitter. Lo realmente emocionante no fue tan solo ese hecho, lo realmente extraordinario era lo útil de la gestión de las redes. Como sabéis, como cada mes, estoy en América. Eso me sitúa a más de 11.000 kms de distancia de donde estaba parte de mi familia. En el momento que el fuego se empezó a desplazar por las inmediaciones de donde viven, las fotos (concretamente la que acompaña el post) me parecían ciertamente preocupantes. Empecé a preguntar a la administración y la gente del lugar, via twitts, me daba información añadida pues los medios oficiales estaban colapsados o la información que daban era imposible que fuera al detalle. En un momento concreto mi familia me comunica que están atrapados y que no pueden salir. La angustia se apoderó de mí pensando que podía hacer yo. Publiqué la dirección exacta y cerca de quinientos retwits se empezaron a diseminar por la red solicitando ayuda. Algunos periodistas y habitantes (lectores) de la zona me enviaron fotografías, incluso la foto lejana de la casa de mi familia iluminada en la oscura noche demostrando que el fuego ya había pasado, datos, algunos intentaron acercarse, ofrecían consejos e incluso solicitaron a medios de comunicación que me dieran paso. Así pasó y la emisora catalana de mayor audiencia, RAC1, me buscó y me llamó en directo cuando ahí eran la 1 de la madrugada y para mi eran unas angustiosas 5 de la tarde. En ese instante, debo decirlo, un alud de mensajes desde todas las esquinas de las redes sociales llegaron ofreciendo información. El fuego pasó cerca pero lo ha destrozado todo. Agradezco de corazón a todo el mundo su apoyo y me presto para lo que sea preciso en la medida de mis posibilidades. Gracias de nuevo a la gente anónima y a los profesionales que a estas horas siguen jugándose la vida por evitar que el desastre sea bíblico.

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Marc Vidal Marc Vidal

Just landed


Algunos de mis amigos me llaman el “just landed“. Aseguran tener la sensación que siempre estoy de paso, llegando o marchando. Yo también. En concreto, en estos dos tres días que he pasado por España la sensación ha sido esa. El pasado lunes emitieron en la red de televisiones locales de Catalunya esta entrevista que no es más que un pequeño ejercicio de memoria sobre lo que aquí se ha dicho desde hace tiempo. Está en catalán y no se pueden insertar los subtítulos, pero si alguien no lo logra entender podemos incorporar un comentario con la traducción entre todos. Por otro lado el pasado martes intervine, recién llegado de Estados Unidos, en el mi tercer First Tuesday en Barcelona.

A pesar de que la velada fue tremendamente energética gracias a los más de trescientos amigos que se dieron cita y que pude saludar a muchos lectores y seguidores en las redes, lo que para mi lo más interesante fue detectar todo el potencial que se esconde tras algunas personas que, al finalizar mi intervención, se acercaron para comentar sus proyectos empresariales.

La mayoría eran jóvenes y con propuestas muy interesantes, pero entre ese grupo destacó una docena de no tan jóvenes que, rondando la cincuentena y tras haber sufrido el varapalo del despido o del fracaso empresarial reciente, explicaban sus nuevas intenciones por arrancar una empresa con tanta ilusión y energía como si fuera la primera vez. Eso me hizo pensar que, a pesar de todo y de todos, hay algo que es independiente a lo social y no es más que el valor que cada uno imponemos a nuestros propios retos.

En ese evento hablé de un tema que pasó desapercibido y que no generó revuelo ante mi sorpresa. El hecho de que el “fondo de garantía” de los depósitos en España no garantiza nada realmente me parece algo sabido, pero lo que parece que no se conoce mucho es que eso no es por la cantidad asignada al propio fondo, sino por que por regulación legal se puede dejar de pagar cualquiera de las cantidades establecidas. Es más, pueden esperar todo el tiempo que determinen. La norma lo explica claro. Si el banco en “quiebra” presenta un informe y un plan de viabilidad para subsanar su “suspensión de retiro de depósitos” y el banco central lo asume como válido, nadie percibirá los famosos 100.000 euros de la garantía individual mientras así sea establecido. Dice concretamente que “el Banco de España determine que, en su opinión y por razones directamente derivadas de la situación financiera de la entidad de que se trate, ésta se encuentra en la imposibilidad de restituirlos y no parece tener perspectivas de poder hacerlo en un futuro inmediato”. ¿Saben que nombre tiene eso si se produce?

En otro ámbito de cosas os comento que hoy mismo en Barcelona tendré la curiosa experiencia de dar una conferencia ante únicamente mujeres emprendedoras y estudiantes de diversas escuelas de negocio y universidades catalanas. Voy a hablarles de soñar y emprender, pero en hacerlo de manera consecuente y con elementos que puedan garantizar el menor número de errores. Les voy a hablar de que los que “hemos puesto en marcha nuestros sueños, sin saber si era posible tan siquiera, sabemos que es eso de pasar noches en vela, redactando, corrigiendo, trabajando en la soledad de las noches y los días que se amontonan unos encima de las otras. Vivir es ese domingo por la tarde, exhausto pero ilusionado, viendo desde la ventana del despacho como las familias pasean, las parejas hacen cola para el cine y el mundo no se detiene en su curso sinuoso de fin de semana. Obsesiones y retos, momentos duros que a veces no producen más que disgustos pero que cuando se reproducen con todo su brillo y belleza son la entrada perfecta a un club diferente, el “club de los soñadores”. En el caso de hoy, será de “soñadoras”. Ya os contaré que tal, deseadme suerte.

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