Marc Vidal Marc Vidal

Pura Vida

Este fin de semana lo he pasado en Costa Rica. Siempre intento aprovechar los días de descanso en mis viajes de trabajo para hacer cosas diferentes y utilizar las ventajas de estar, en ocasiones, cerca de destinos especiales para visitarlos. Costa Rica es un país donde la palabra “amabilidad” toma su esencia más absoluta. Incluso en la forma de comunicarse, entre ese spanglish abusivo y esa pronunciación gringa se encuentran palabras como “regalar” cuando se refieren a que alguien les venda algo o el recibimiento como “viajeros” en el aeropuerto en lugar de ciudadanos extranjeros.
Los costarricenses tienen un buen concepto de ellos mismos, se sienten especiales y en gran medida lo son. Un país sin ejército y donde una “guerra civil” fue un evento donde murieron dos personas durante 3 días de contienda, es un escenario para acometer proyectos interesantes. Intel así lo contempló, ubicando su mayor centro de producción en este precioso país. Intel Costa Rica inició operaciones en marzo de 1998, y en la actualidad cuenta con dos plantas de manufactura y un centro de distribución. Esto ha logrado que este territorio sea también la sede de otros importantes grupos que brindan servicios a la Corporación Intel que van desde labores de diseño de componentes y desarrollo de software hasta servicios contables y financieros. El ecosistema derivado es impresionante, hasta el punto que el PIB de Costa Rica se lee diferenciadamente con y sin la aportación de Intel.

Obviamente no hay nada que comparar con otros países como España u otros, pero es preciso atender al peso específico que supone industrializarse en una dirección concreta, la de la innovación real. Como idea no está mal. Imaginemos que la crisis del ladrillo no hubiera sido contemplada como una mala noticia y, en lugar de apostar miles de millones en minimizar el impacto de su explosión con planes inservibles, se hubiera basado el proceso de impulsar un crecimiento con mayor valor añadido, basado en la investigación y el desarrollo.

Esta semana he logrado concretar dos acuerdos de empresas españolas con administraciones provinciales en Mexico y, precisamente, en Costa Rica. Las dos buscan escapar de la estrechez y creyeron acertadamente que el mercado es global. Sin embargo ese paso lo pudieron dar innovando. No es fácil, antes hay que aceptar algunos elementos que muten las organizaciones que no estaban preparadas para exportar. Cambiar el patrón económico español e interiorizar la innovación es fundamental para la adaptación al nuevo escenario que supone el final de la crisis.

Me gustaría desmitificar la “innovación”. Por supuesto que innovar es utilizar herramientas tecnológicas que aportan nuevas respuestas a problemas de siempre o mejoran procesos en términos digitales o técnicos, pero sin embargo esa innovación puede ser cualquier elemento que comporte una mejora competitiva y de gestión. No es innovación aquello que el mercado no acepta, sólo lo supone aquello que se convierte en un factor de venta nuevo.

Zara basa su innovación en haber finalizado con el concepto “excedente”, algo crítico para empresas franquiciadas o puntos masivos de venta de ropa. Ahora los clientes de la empresa de Amancio Ortega saben que las prendas cuando se acaban no se reponen. Eso genera un estrés por el consumo que beneficia la marca. Es un ejemplo, otros son los aplicativos al marketing, otros al precio final como Ryanair, otros en procesos complejos, pero todos procuran combinar el I+D básico y esencial con puntos de competitividad que, al fin y al cabo, es el elemento estructural que logrará modificar el modelo de crecimiento de cualquier país.

Si estas pensando en innovar, en gastar dinero en un proceso de mejora de tus procesos, de tu gestión o de tu comunicación, piensa, pregúntate ¿qué tipología de innovación es la ideal para mi negocio? Y ¿qué pretendo hacer con esa mejora sustancial? ¿vender más, ganar marca, generar más empleo? La administración debe gastar en estos procesos, pero sobretodo, independientemente de aportar presupuesto, lo que tiene que hacer es generar una tendencia de opinión a favor de la estimulación de esa manera de hacer empresa, innovando, lo que al final representará un nuevo modelo de crecimiento para este país.

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Como Recortar Gastos

Atendiendo a diversos informes que he tenido que hacer para viabilizar alguna compañía en estos últimos meses me ha sido muy útil crearme una tabla de recurso para gestionar de un modo más sistemático los recortes que pudieran salvar una compañía. Por lo que he notado, cuando alguien me pide que le analice sus costes financiero o de estructura, veo como la mayoría están reduciéndolos como estrategia para afrontar el batacazo en los próximos meses. Sin embargo, sólo una parte reducida de ellas implementan un plan de reducción de costes que puedan aplicarse a toda la organización.

Normalmente las empresas lo primero que recortan son cosas sencillas y evidentes pues reportan resultados muy rápidos. Tiene menos riesgo pues no toca estructura, modelo de negocio o fondo objetivo de la misma. Muy pocas aplican reducción de costes de modo integral a partir de la búsqueda de ahorro en la producción y la logística. 

Si a alguien le interesa, os diré que mi modelo de gestión de recortes se basa en dos elementos fundamentales: por costes o por efectivo. El primero es por pérdidas o ganancias y el segundo por liquidez. En el escenario de Coste hay que atender a los gastos generales y de estructura atendiendo a funciones, procesos de soporte, iniciativas, proyectos, compras, tecnología, instalaciones y contabilidad. En este mismo territorio cabe la reducción del coste de productos atacando los procesos de operaciones, las ventas y el marketing, la segmentación de clientes, la cartera de productos, la fabricación, la distribución y los gastos materiales. De todo este primer campo se define la cuenta de resultados que debe proporcionar cada vez un mayor volumen positivo. Fijaros que no incorporo la reducción de personal puesto que considero fundamental no despedir y aportar valor a ese colectivo dentro de una operativa de recortes y de colaboración.

En un segundo estadio, como decíamos, esta el capital circulante. Este nos dará el balance de situación y para recortar en este sofisticado espacio debemos gestionar los activos líquidos, los inventarios, la eficiencia fiscal, el pasivo a corto plazo y el festival financiero. Todo ello debe conformar un plan integral y estratégico de reducción de costes y de eficiencia de la estructura. ¡Suerte! a los que estéis a punto de emprender este difícil proceso de adelgazamiento empresarial.

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