Marc Vidal Marc Vidal

Silenciar expectativas

Este fin de semana estuve en una cena que no olvidaré en tiempo. No la olvidaré por el menú que era exquisito, ni por ser en un lugar en Costa Rica desde el que se pueden divisar los dos oceanos a la vez, ni por estar organizada por un expresidente centroamericano sino por las palabras que me regaló alguien muy sabio que allí se dio cita. Me explicó que era un concepto olvidado por la prensa pero que se utiliza mucho en los entornos de la comunicación política de altas administraciones: “crear expectativa recursiva“. No tengo ni idea de que es pero la ampliación de la información me sirvió para entenderlo. Resulta que los países pueden generar tensión hacia una información en el momento y del modo necesario para luego establecer el resultado mediático según interese y no con ello manipular nada ni nadie. Eso sirve para muchas cosas, pero también para aquellos formatos que puedan silenciar informaciones. Eso me hizo pensar en como pasó desapercibido un detalle de nuestra crisis inmobiliaria y de la corrupción política que le acompañó y que afecta a todos los partidos en general. Que no se venden pisos está descontado, que hay miles de causas abiertas para saber si algunos son o no legales no trasciende.
Hace tres años, un artículo del International Herald Tribune que hablaba de las miles de viviendas que en España deberían ser demolidas pasó desapercibido. Según ese medio, 100.000 casas estaban en situación ilegal. La información destacaba la campaña jurídica de los compradores de esas viviendas por tal de evitar que fueran derribadas. Aquello no surtió demasiado efecto en los medios. Está claro que la difusión de ese tipo de informaciones podía desalentar a los compradores exteriores, que, en gran medida, habían impulsado parte del auge inmobiliario español.

El Herald hacía hincapié en ese reportaje, publicado el 13 de mayo de 2008 y que no puedo enlazar pues es sólo visible en cuentas Premium, un detalle clave: los 8111 ayuntamientos españoles tenían (y tienen) competencias para tomar decisiones en planificación y emitir licencias de construcción sin apenas supervisión nacional o regional. En ese artículo descifraban en detalle como, a medida que los precios aumentaban, los funcionarios locales decidieron sacar tajada de la construcción de nuevas viviendas y aumentar los ingresos extraordinarios para sufragar gastos que se transformaron en ordinarios. Algo que ahora sabemos ha sido clave para que, a partir del 23 de mayo (obviamente), muchos municipios y autonomías se declaren en concurso de acreedores.

Over the past decade, developers built about 100,000 illegal homes in Spain, and consumer advocates say that because of the technicality, thousands of those are now threatened with demolition as regional governments try to deter clandestine construction. The crusade may discourage the foreign buyers who fueled Spain’s housing boom and deepen a slump that began last year.

Pues bien, hoy hemos sabido que todo un ministro del gobierno español se va a lanzar a la actividad comercial inmobiliaria pues, según él, estamos en un buen momento para vender vivienda de segunda residencia. Al leer esto pensé que me había tomado unas setas sin darme cuenta, pero no era así, creo.

Me sabe mal informar a su excelentísimo señor ministro que hace años los inversores europeos miran hacia otros lugares. El propio diario norteamericano destacaba ya como un hecho algo que ahora es más dramático si cabe: algunos municipios se niegan a informar sobre cuantas viviendas podrían ser destruidas en los próximos años debido a la inminente situación electoral. La ocultación de datos y el juego falaz por no caer primero en la ratonera está ayudando a que las ventas a extranjeros cayera de modo definitivo hace un par de años. No sabemos cuantos y como se están llevando a cabo esos procesos y sus investigaciones previas. No sabemos nada. Se han silenciado las expectativas sin esfuerzo pues se generaron otros focos de atención voluntaria o involuntariamente.

Por cierto, seguimos sin tener datos al respecto, ni elementos de juicio, pero a cambio sabemos todo y más de la patada (y tenemos imágenes y análisis desde todos los ángulos y vértices) que le dio (o no) un jugador del Real Madrid a otro del Barça.

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