Marc Vidal Marc Vidal

No tiremos la toalla

Lo que se comenta estos días en Londres es terrible. Se habla de cómo las familias denunciaron a sus hijos tras los sucesos ocurridos en agosto por miedo a perder subvenciones y ayudas. Familias desestructuradas con apartamentos con pagos mensuales de apenas cien libras y que cobran subsidios de todo tipo recibieron la amenaza de que si descubrían que sus hijos estaban implicados en los incidentes podrían perder todos esos beneficios a menos que hubieran sido denunciados por sus propios padres antes. Es lo que me explican mis vecinos de Covent Garden que aseguran que sin esa apreciación es imposible creerse que la policía hubiera sido capaz de detener a los casi dos mil implicados que dicen haber detectado.
Con noticias como estas a uno se le quitan las ganas de escribir. Quiero agradecer la dedicación de muchos lectores que han seguido dándose cita en este blog cada día a pesar de no haber ningún post nuevo y darle vida con vuestros comentarios.

El motivo del silencio han sido varios. Por un lado, cierto, el cansancio sobre la actualidad económica. Agosto fue un mes dramático como advertí un tiempo antes y muchos son los que escriben ahora sobre lo mal que va todo. Por otro lado mi descanso veraniego, que aunque nunca es demasiado intenso, si lo requiero por unos días. También el inicio y estructuración de dos nuevos libros, uno técnico sobre internacionalización y otro mucho más emotivo sobre emprendedores han copado mi capacidad de escritura. Tengo un límite y roza las diez o doce páginas diarias que se fueron con esas tareas. No quedó espacio intelectual para el blog.

Sin que quiera justificarme os comento que parte de ese silencio se debe a una imposibilidad manifiesta de hacerlo todo. He abierto dos sedes de mis empresas en América y he fundado una nueva empresa en Europa. En unos días actualizaré el blog y sus enlaces y os comentaré detalles pues algunos estoy seguro pueden ser de interés para muchos de vosotros.

Permitidme no obstante, para dar cuerpo a este “regreso”, cinco consideraciones que marcarán este curso en este espacio digital.

  1. Seguiré analizando la realidad pero desde un punto de vista distinto. Hablar del fin de un modelo económico puede entenderse de muchos modos, pero para los que estamos todo el tiempo intentando poner en marcha proyectos no puede ser más que un espacio de oportunidad. Estoy convencido que las cosas se van a poner peor, lo llevo diciendo hace mucho, pero eso no va a limitar mi pasión por emprender donde sea.
  2. Seguiré denunciando aquello que, no obstante, me parezca mezquino, injusto o que insulte a la inteligencia. No entraré en las obviedades que ahora se escuchan en tertulias de radio o se puede leer en columnas de diario. Se pueden leer ahora miles de aportaciones catastróficas sobre el presente y futuro por parte de los mismos que insultaron a gente que, como yo, denunciamos lo que se avecinaba, avisamos a los que quisieron escuchar para salvar sus muebles y anunciamos que se podía salvar lo peor.
  3. Continuaré ejerciendo la didáctica con el mismo valor y sentido que he hecho durante más de ocho años. La realidad económica debe mirarse desde la distancia y al hacerlo, entenderla, es algo más complejo. Volveremos a descifrarla aquí.
  4. Daré las claves de nuevas oportunidades de negocio según mi criterio, de cómo la nueva economía digital o la innovación empresarial es capaz de generar un nuevo patrón de riqueza y gestión del conocimiento que permita sobrevolar esta situación actual. Hablaré de internacionalizar, de emprender, de procesos y de adquisiciones. Lo haré ejemplificando con mis empresas, mis proyectos, pero también con la de amigos y socios.
  5. Intentaré con toda mi alma ayudar a otros a despertar de nuevo a toda una masa social esclerotizada que a mi entender es la principal y mayor herida que nos queda de todo esto. Tengo la terrible sensación que muchos ya han tirado la toalla, que aquellos que gritaron hace unos meses que “con ellos no iban a poder” ya no tienen combustible para continuar y que, sin posibilidades para escapar, se han rendido a su suerte.

Como sucede en el Reino Unido, la sociedad ha perdido el sentido y está dispuesta a denunciar a un hijo por no perder un modelo de vida subsidiado, pues en muchos casos, es el único modelo posible. Estamos jodidos y no lo dejaremos de estar si seguimos atendiendo gustosos a la sodomización intelectual que, en dosis, nos siguen practicando desde muchos estamentos de poder. Ejemplos:

  1. Decir que en Grecia hay posibilidades de que “salga del Euro” es tomarle el pelo al respetable pues ya no están en la moneda única, y no lo están hace meses. Nadie puede, en Grecia, comprar nada vía pago transaccional desde una entidad helena pues ningún banco externo la acepta. Están atrapados y lo saben todos los que trabajan en ese sector.
  2. Advertir que Grecia está cerca de la quiebra pero que aun le queda alguna opción de salvarse por no se que enlace con la banca francesa, también es algo lírico. Atenas sabe que no queda un céntimo líquido en su sistema financiero, saben que cualquier ayuda se va por el retrete pues no hay manera de impedir que los griegos busquen la manera de sacar su dinero del país por miedo al default. No hay salida y el mercado lo descontó hace meses. ¿Es posible que un bono a un año tenga una rentabilidad del 104% y nadie se ponga a reír?
  3. De España se escapan cada mes casi 2.000 millones de euros. El sistema se va secando y cada vez de un modo más rápido. La liquidez real se evapora y se sustituye por otra que proviene de la compra de bonos patrios por parte del BCE saltándose todos los efectos normativos y lógicas económicas. Comprar lo que fabricas tú mismo suele acabar muy mal.
  4. La FED reconoce que se ha equivocado comprando deuda pública. Ahora “han descubierto” que no pueden hacerlo eternamente. De verdad a veces me pregunto que hacían mientras en clase el profesor explicaba que 2+2 son 4. En Europa es cuestión de tiempo que se haga un reconocimiento similar.
  5. Que la subida de impuestos en países como España va a ser olímpica es una obviedad y que nadie se atreve a comentarlo en período electoral también. Aquí lo hemos comentado muchas veces, pero hasta ahora no se había reproducido de manera eficiente.
  6. Esa subida de impuestos, la rebaja de servicios, la caída del consumo por la reducción de capacidad adquisitiva, el aumento de paro, la baja competitividad, el escaso cambio de modelo, la sistemática moderación del crecimiento en términos globales conducirán a un escenario más severo. De eso hay culpables y deben pagar.
  7. Pasan cosas que son humillantes. Hoy escuchaba a un hombre como López Garrido decir que “no ve hoy por hoy riesgo de quiebra en Grecia y que considera el rescate como algo que está funcionando”. El actual secretario de estado para la unión europea vive en otra realidad paralela en el mejor de los casos o algo mucho peor. El tipo destacó el “buen funcionamiento” del programa de rescate y dijo que estaba seguro que todo iba a salir bien. Es terrible pensar que este hombre nos representa en algún ámbito. Atenas apenas puede pagar nóminas y pensiones a menos que se les entregue el sexto tramo de los 110.000 millones irreales de euros que le prometieron a los pobres griegos para salvar su Grecia de juguete.

Sigo con este desorden intencionado. Resulta que el Banco Central Europeo compró deuda durante todo el agosto sobretodo a España e Italia y poco a poco ha ido viendo como los efectos se iban diluyendo. Además se han dado cuenta que si siguen con esa acción nos vamos a comer una inflación de narices a medio plazo. Para eso hoy se han dedicado a subastar 143.000 millones. Resulta que el BCE ha sido el principal comprador de la deuda con la que España e Italia han ido pagando sus facturas a medida que los vencimientos que no podían cubrir llegaban. ¿A que parece evidente el desenlace en unos meses? Imagina que en tu casa tu compras la deuda de tu hijo. Que además cada vez que se la compras es para que con ese dinero pague la deuda que él tiene contigo. ¿Sigo?

Tengo la impresión que el mercado ha sido dopado durante años con inyecciones de liquidez, compra de bonos y otros derivados y que cada vez los efectos de dicha droga en el sistema hace menos efecto y por menor tiempo. Pronto ese chute no hará efecto ninguno pero será imprescindible para seguir vivos. Como un yonki que se droga para no sufrir el síndrome de abstinencia pero que ya no logra ningún efecto significativo con las sucesivas dosis.

Pero tengo otra teoría. Considero que se está dejando caer todo el sistema a cámara lenta. Lo hacen de este modo conscientemente a sabiendas que no hay solución. Esperan que en la medida de lo posible, el repunte de la economía mundial afecte a lo nuestro desde Latinoamérica, China y otros. En eso están. Prefieren que la caída definitiva de algunos grandes países sea desde el escalón más bajo y no desde el más alto. Así, descontando esas quiebras, el ruido y dolor será menor. El contagio puede evitarse si al mismo tiempo el mundo reacciona. Espero que esta vez si me equivoque pues si vuelvo a acertar estamos ante la antesala de la peor recesión jamás vista.

Hoy alguien me pedía que replicara algo que escribí hace más de un año en francés y que también salió publicado en español. Concretamente es un texto que viene muy bien hoy. ¿Me permitís que lo replique ahora?

Desde hace mucho, mi vida gira en torno de la estimulación de negocios, viabilizar proyectos y arrancar aventuras empresariales. Lo hago aquí o donde sea, no me paro, no pienso detenerme frente a un enorme castillo de naipes que se desmorona. Conozco decenas de personas con ideas suficientes para cambiar el mundo. El problema no es tanto si estamos o no aportando soluciones, no nos toca seguramente, ni tampoco si denunciamos o no a los estamentos superiores, cosa que, como ciudadano libre, pienso seguir haciendo hasta el día que no me quede una gota de oxígeno. El asunto es como se denuncia a los que denuncian. Lo grave es vivir todos los días con el estigma de ser un agorero que no acepta lo impensable de nuestro destino inminente. La gravedad de la situación actual era evitable y sí se pudo prever. A la tertuliana que dijo que la reducción del déficit era algo que se tiene que realizar inevitablemente pues era algo que nadie pudo pensar cuando se empezó a estimular la economía, le recomendé leer la hemeroteca de este mismo medio digital o los archivos de un buen puñado de blogs. Ya se denunció qué significaba actuar con tal retraso y qué variable ponía en marcha utilizar a Keynes sin control.

Ha llegado el momento de denunciar a los que han arruinado el futuro de mi hijo, los que ganaron premios suecos asegurando que ese era el mecanismo para evitar la recesión. Ahora toca despacharlos y dejarlos en evidencia. A los que no han tenido narices para evitar esto, gestionarlo adecuadamente o informar a la gente para que tomaran las riendas de su destino, no podemos ofrecerles el beneplácito ahora de comandar la salida de este laberinto.

A cada uno su oportunidad, el desastre no lo puede arreglar quien lo ha provocado, o como mínimo, lo ha amplificado. A mí no me toca dar soluciones, aunque las pueda aportar, a los pobres ciudadanos que tuvimos la decencia de denunciar la enorme bola de estiércol que algunos estaban fabricando, nos queda buscarnos una salida de emergencia. En la medida de lo posible, nos toca perder el menor tiempo para afrontar nuestra propia vida.

En menos de seis meses vivir en Europa va a ser un calvario. Sobrevivir en una España intervenida será un infierno. Sueldos a la baja, impuestos progresivos, aumento de sanciones administrativas hasta el ridículo, colectivos diferentes en protesta, aumento de paro, economía de mercado en parada técnica, administraciones en insolvencia, cajas simulando fusiones para alicatar a la valenciana sus boquetes con el fondo de rescate de entidades en quiebra, reducción de estímulos a la investigación y a la creación de un modelo de crecimiento amparado en las nuevas tecnologías, cierre de grandes empresas vinculadas a la obra pública y descapitalización del sector financiero por parte de depositarios foráneos y locales.

Ese listado es de todos conocido. Por eso, cuando alguien asegura que decir todo ello es ser catastrofista, entonces le acribillo a ideas, una detrás de otra. Ideas que me llevan a pelear contra todo eso, a buscar la oportunidad, a buscar valor, a diseñar modelos de negocio inexistentes, a versionar los que tengo, a darle la vuelta a la caja y dejar que caiga lo ineficiente, a pactar con mis socios, trabajadores, amigos, competencia, proveedores, universidades, administraciones, agentes, con quien sea para sobrevivir en este puñetero barrizal en el que se está convirtiendo emprender en España.

Llevo en crisis toda la vida. Lo he hecho sin quejarme. Emprender es estar en crisis constantemente, pues cuando tienes algo, lo inviertes, cuando por fin un proyecto está maduro, generas otro. Sin embargo no aceptaré bajo ningún concepto que alguien pretenda callarme, taparme la boca o condicionar mis críticas y avisos sobre la que se nos viene encima definitivamente y los responsables de su mala gestión, con la advertencia de que eso me convierte en “catastrofista” o en “el quinto jinete de la Apocalipsis”. Eso es una trampa, un cepo de mal tertuliano. Justifica y ampara a los que debieron hacer algo, permite que la gente siga en la inopia ahora que empieza el mundial que nos alejara de nuestra desdicha y empuja hacia una miserable oferta de recortes en las capacidades de cada uno de sentirse libre de decir lo que piensa.

Lecciones de moralina buenista las justas. Ahora que incluso los columnistas de todo signo se han dado cuenta que la crisis era algo real, que su envergadura era descomunal y que a lo que estamos abocados es a un cambio sistémico, algunos se dignan a criticar a los que denunciamos una hipocresía lírica de periodistas descolocados por la situación actual. Ahora ya parece que han encontrado justificación y amparo. La culpa es del liberalismo. Es de juguete, pero les sirve. Los que llevan años viviendo de un momio protogubernamental pretenden dar lecciones baratas de ética informativa.

Hay cuatro maneras de ver el vaso. Medio lleno si eres optimista, medio vacío si eres pesimista, medio vaso que sobra si eres un tipo racional y medio vaso por llenar si eres un emprendedor. La primera es la manera en como ven el recipiente algunos de los que están apunto de perder su trabajo o pagar más impuestos que nunca. La segunda forma es la de los que la situación les ha vencido ya. La tercera es la modalidad menos arriesgada y suele adoptarse por aquellos que se huelen que lo peor está por llegar. La última es la mía. Lo llenaré con agua española o con la que sea, pero el vaso va a rebosar de agua tarde o temprano, se pongan como se pongan unos y otros. Me encanta el oxímoron ese de la destrucción constructiva o la del emprendedor catastrofista. ¿Tú que eres?

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