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2019, el mejor año de la humanidad. ¡Feliz 2020!

Vamos a acabar el año en positivo. Según muchos indicadores, 2019 ha sido el mejor de la historia de la humanidad. Es cierto que seguimos con males endémicos y problemas cuyas soluciones todavía parecen a años luz, pero sin embargo, en términos generales, el mundo está mejor que nunca. Desde que los humanos modernos surgieron hace unos 200.000 años, este ha sido el año en que los niños han tenido menos probabilidades de morir o los adultos menos probabilidades de ser analfabetos.

Vamos a acabar el año en positivo. Según muchos indicadores, 2019 ha sido el mejor de la historia de la humanidad. Es cierto que seguimos con males endémicos y problemas cuyas soluciones todavía parecen a años luz, pero sin embargo, en términos generales, el mundo está mejor que nunca. Desde que los humanos modernos surgieron hace unos 200.000 años, este ha sido el año en que los niños han tenido menos probabilidades de morir o los adultos menos probabilidades de ser analfabetos.

Cuando nacieron mis padres, casi en la década de 1950, la mayoría de la población mundial era analfabeta y vivía en la pobreza extrema. Para cuando yo muera, según la esperanza de vida actual en España, el analfabetismo y la pobreza extrema habrán sido erradicados. Es difícil imaginar un mayor triunfo para la humanidad que esta comparativa que afecta únicamente a dos generaciones. 

En 2019, como indica el artículo del New York Times ‘This Has Been the Best Year Ever’, todos los días de este año que ya termina, 325.000 personas obtuvieron su primer acceso a la energía eléctrica, más de 200.000 accedieron al agua corriente por primera vez y unas 650,000 se conectaron a Internet por primera vez en su vida. Cada día de 2019, cifras que no se habían producido a ese nivel nunca antes.

En 1950, el 27% de todos los niños seguían muriendo a los 15 años. Ahora esa cifra se ha reducido a solo un 4%. Max Roser, un economista de la Universidad de Oxford que dirige World in Data asegura que ‘si se te diera la oportunidad de elegir el momento en que nacer, sería muy arriesgado elegir un momento en cualquiera de las miles de generaciones en el pasado porque en todas ellas, excepto las últimas tres o cuatro, casi la totalidad de la población mundial vivía en la pobreza extrema. Hablamos del 90% de la gente. Además, las hambrunas y las enfermedades han sido comunes a todo ese tiempo. Lo mejor es vivir hoy, en este tiempo’.

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Y viendo esas cifras, me pregunto porque seguimos atendiendo a noticias negativas constantemente. Los descubrimientos médicos se amontonan en la lista de conceptos que cambiaran nuestra vida a mejor en un breve espacio de tiempo. En este blog y en mis redes explico a diario cuales son. ¿Porque los periódicos y televisiones no encabezan sus portadas con algo así como que ‘Otros 170,000 salieron de la pobreza extrema ayer’? U otra opción podría ser ‘el número de personas que viven con más de 10 dólares al día ha aumentado en 245,000 ayer mismo’.

Hace medio siglo, la mayoría de la gente del mundo era analfabeta; ahora nos acercamos al 90 por ciento de la alfabetización de adultos. Ha habido avances particularmente grandes en la educación de las niñas, y pocas fuerzas cambian el mundo tanto como la educación y el empoderamiento de las mujeres. Además, curiosamente, cuando los padres confían en que sus hijos sobrevivirán a la vez que tienen acceso al control de natalidad, tienen menos hijos y el ciclo de crecimiento se equilibra y se hace más sostenible. Es terrible que cualquier niño muera en el mundo cada seis segundos, pero el día que se fundaba Facebook (por poner un hilo temporal reconocible), eso sucedía cada tres.

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El objetivo de las Naciones Unidas de eliminar la pobreza extrema en 2030. La tecnología puede ayudar como nunca antes. La automatización, la inteligencia artificial, el uso de los datos, la robótica, la edición genética u otros avances médicos pueden lograrlo. Somos la primera generación en disposición de erradicar la pobreza global y hay que aprovecharlo. El mundo ha cambiado a lo largo de la historia y ahora es el mejor momento para haber nacido en términos generales. Sin embargo, como dice el Max Roser, ‘tres cosas son ciertas al mismo tiempo: el mundo es mucho mejor, el mundo es horrible, el mundo puede ser mucho mejor.

Tras esa reflexión global también es muy nutritivo hacer balance personal y confrontarlo al mundo en el que vivimos. En mi caso ha sido un año excepcional en lo personal y en lo profesional. Han sido más de un centenar de vuelos, veinte de ellos transoceánicos, para atender las casi cien conferencias ofrecidas este año en más de veinte países. Nuevos, y cada vez más importantes, clientes en nuestra consultora que se muestran muy contentos con el trabajo de transformación digital que les ofrecemos. Un nuevo libro tras dos años de trabajo. Más televisión y algunos reconocimientos como el TopVoices 2019 de Linkedin. En general, un buen año que no es más que el impulso para el próximo, en lo global como he expuesto al principio y en lo propio también. 

Permíteme un final típico pero necesario. Deseo para este 2020 que la tendencia global de mejora en todos los campos continue y, si es posible, se acelere. También, a todos los que me seguís en todos mis canales y redes, os deseo lo mejor para este año que viene. Hay mucho que hacer, mucho que aprender.

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¿Generación invisible?

Leo en ZeroHedge que la riqueza de este mundo sigue en manos de muy pocos. De hecho, menos del 1% de la población mundial atesora casi el 40% de la riqueza del planeta. Comentan acertadamente en Gurusblog por ejemplo que “uno se pregunta en que años los historiadores consideraron que salimos de la edad media, porque en cuanto a distribución de riqueza, uno tiene la sensación que han pasado épocas y régimenes y todo sigue más o menos igual”.
Las cosas no han hecho más que empeorar y parece que el ajuste que el mundo está sufriendo no finalizará de momento. Los que fuimos llamados Generación X lo sabemos bien. Un estudio reciente que atiende datos entre 1989 a 2010 recogidos por la Junta de la Reserva Federal y por la Universidad de Michigan, localizaron que la generación X (nacidos entre 1966 y 1975) se situaron en el nivel de deuda más alto hasta la fecha conocida. En Estados Unidos esas deudas venían por tarjetas de crédito y por préstamos estudiantiles. Precisamente esa cultura del crédito impulsó el auge de la vivienda y la hipoteca. La llamada crisis se llevó por delante todo ese impulso y azotó como nunca a toda una generación. Eso, de una u otra forma lo estamos viviendo en otros lugares. La cultura de la deuda no fue sólo una operativa bancaria sin razón, también estuvo inyectada en al cadena alimenticia del género humano durante décadas.

Mientras los primeros “Baby Boomers” (los nacidos entre 1946 y 1955) y los “Baby Boomers tardíos” (los nacidos entre 1956 y 1965) también sufrieron durante la recesión, éstos sólo perdieron sólo un pequeño porcentaje de su patrimonio neto promedio: se calcula que un 28% los primeros y un 25% los segundos. El informe al que me remito señala que los de la Generación X están siendo expoliados técnicamente por el propio sistema en más de un 60% de manera global. Mucho de todo esto tiene que ver con el modo en el que se está atendiendo el cambio de modelo en el crecimiento de muchos países.

En estos momentos hay una nueva definición generacional que impera en la socioeconomía y que se refiere a la llamada “generación why?”. Esta definición básicamente explica un modelo de consumo o de comportamiento, pero tal vez vaya mucho más allá. Sus motivaciones parecen muy distintas y sus limitaciones también están más claras. A pesar de la conciencia de que los jóvenes de hoy en día están bajo el modelo subsidiado familiar podríamos estar ante el nacimiento de un modelo de relación con el entorno que excluye el coste del mismo, la acumulación de riqueza por el mero hecho de tener más y ante el consumo digestivo de las cosas. En ese entorno y modelo se aprecia como la red es el ecosistema de relaciones que permite preguntar y responder a todo de manera colectiva e inmediata. Pasan muchas cosas en el mundo por ese motivo y por esa acción activa y determinante de los que “no tienen nada” o “no quieren tenerlo” y se conforman con vivir a su manera y disfrutar, aparentemente, consumiendo.

Tal vez la respuesta a los nuevos tiempos no esté en cifrar cuanto patrimonio pierde una generación. Posiblemente, en ese cambio de era que decimos estar viviendo, lo que sucede es que la tasa y valor de cuanto poseemos es menos matemático. Podría ser que acumular conocimiento, por fin, fuera un valor que supere a lo que con ese conocimiento se puede comprar. Cuando una idea valga más que lo que se puede fabricar con ella, algo sustancial estará cambiando.

De generación X a la Y, a los milenials y ahora a los “Why?” Tengo la suerte es que convivo con ellos. En el trabajo mi equipo está plagado de ellos. No tiene que ver con la edad, tiene que ver con el modo en el que miras la vida. Mi suerte es que me rodean. En las universidades de medio mundo por donde tengo el privilegio de dar clases o charlas los hay a millares. Estaban antes y lo están ahora con todas las consecuencias. El mundo está en punto de ebullición. No es necesario dar muchas vueltas para ver que, a cada esquina, la revolución es inminente. No hablo política, social o económica, hablo de una revolución íntima que como individuos se está llevando a cabo y que desemboca, ya, en grupos sociales que deciden dar la vuelta a la tortilla.

Negocios encaminados a ese nuevo marco dependen de que entendamos su real ubicación, menos lejana y quimérica de lo que pensamos, mucho más cerca de lo que se pudiera pensar. Como escuché del Profesor Correa Alfaro “Los Why? están marcando están marcando tendencias y cambiando la economía del mundo. Se mueven por incentivos distintos a las generaciones anteriores. Aunque nacieron después de la creación de Internet, han crecido frente al computador.”

No les limitan las fronteras nacionales: ven al mundo como un solo gran mercado. Son estudiantes o profesionales jóvenes que las tiendas no han logrado atraer mediante las viejas fórmulas publicitarias”. Creen en la e-Zona, la que vende más. El propio Profesor Correa enumeró su estilo de vida en un estudio hace algunos meses.

Los Why? “buscan conectar la vida familiar, laboral y social. Si antes la profesión era la elección más importante en la vida, para los más jóvenes el estilo de vida es la máxima, incluso frente a incentivos económicos. Por ello, aspectos como el lugar donde vivir, el ambiente laboral o simplemente disfrutar la vida son más importantes y permiten la movilidad como nunca”

A la hora de elegir trabajo, prefieren empresas donde puedan destacar y dejar su marca personal. Privilegian la flexibilidad por sobre la estabilidad laboral. Son creativos y capaces de realizar varias tareas a la vez. En Estados Unidos, en 2011 se espera un gran cambio demográfico, cuando los más viejos de los baby boomers jubilen a los 65 años, lo que llevaría a más miembros de la generación X (nacidos entre 1960 y 1980) a los puestos más altos de las organizaciones, mientras los Why? ocuparán los cargos medios, lo que ya estaría ocurriendo.

Están familiarizados con Internet; la comunicación móvil en tiempo real y permanente; y las tecnologías de la información, aunque en esto son superados por sus herederos, la llamada generación Z (los menores de 15 años). Los “why?” son los primeros en nacer con Internet. Los Why? no sólo compran por internet. Según Paola Angelo, directora estratégica de Universal Mc Cann, “son consumidores muy informados gracias a su cercanía con Internet y consideran las opiniones de su grupo de amigos”

Para atraer jóvenes creativos a la empresa, Xerox ha elegido el eslogan “Expres Your Self” (“Exprésate”). La estrategia responde a la tendencia de los Why? de mostrarse a través de sitios de Internet. Según Pew Research, un 54% de los jóvenes estadounidenses entre 18 y 15 años ha usado redes sociales como MySpace o Facebook y un 44% ha creado su propio perfil con sus fotos, hobbies o intereses. Es común que sepan más de un idioma y hayan viajado al extranjero a estudiar o trabajar. En Estados Unidos son el grupo social más diverso, uno de tres provienen de una minoría.

Conocen y les preocupan los temas medioambientales y sociales, los que discuten y difunden vía Internet. Prefieren marcas que comparten sus preocupaciones, como el reciclaje, la protección a los animales y el fair trade (comercio justo). El 69% de los Why? en EE.UU. considera el compromiso ambiental de la empresa a la hora de comprar y un 83% dice que confía más en una compañía social y medioambientalmente responsable. Como comparten experiencias a través de redes sociales, las marcas que logran crear un ambiente de comunidad y comunicación bidireccional con sus consumidores son preferidas por los “Why?”, como el caso Apple.

Es cierto que mucho, no obstante, deberá cambiar. Está claro no obstante que, ya no tanto por una u otra generación, la superficie de todo esto está mutando. Algunso verán simples cambios en hábitos de consumo, de relación social, de nuevos actores económicos o de tendencias sociopolíticas. Yo veo mucho más y espero que así sea. Espero seguir apostando por negocios digitales, que apunten a una nueva propuesta en el que los actores del acto económico se sientan mejor.

Tal vez lo que toca es inspirarse más en la llamada Generación “why” y dejar de mirar hacia lo que ha pasado y cuestionarse lo que está pasando, pues afecta directamente a los retos en los que, como sociedad, estamos inmersos. Una generación aparentemente invisible, que circula por caminos y atmósferas propias y que con el tiempo modificará el valor de la riqueza y su reparto. Estoy seguro.

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