Cuando una conferencia es algo más que hablar de Transformación Digital.

A finales de noviembre saldrá al mercado mi nuevo libro de la mano de Deusto Ediciones y Grupo Editorial Planeta. Un trabajo que de momento mantengo su título en secreto y en el que podrás encontrar un ensayo sobre el origen de nuestra situación socioeconómica y empresarial, un análisis de dónde estamos y una reflexión sobre el futuro al que nos dirigimos. Todo ello partiendo de, en mi opinión, un error mayúsculo que confundió el parto de una revolución tecnológica con una crisis financiera. Un libro que coincidirá con el argumento de mi próxima conferencia. Y es que a partir de septiembre presentaré una nueva ponencia que estamos ultimando estos días. Una charla que deriva de la actual ‘reWorking’ que, actualizándola a tiempo real, me ha acompañado durante los últimos cuatro años.

A finales de noviembre saldrá al mercado mi nuevo libro de la mano de Deusto Ediciones y Grupo Editorial Planeta. Un trabajo que de momento mantengo su título en secreto y en el que podrás encontrar un ensayo sobre el origen de nuestra situación socioeconómica y empresarial, un análisis de dónde estamos y una reflexión sobre el futuro al que nos dirigimos. Todo ello partiendo de, en mi opinión, un error mayúsculo que confundió el parto de una revolución tecnológica con una crisis financiera. Un libro que coincidirá con el argumento de mi próxima conferencia. Y es que a partir de septiembre presentaré una nueva ponencia que estamos ultimando estos días. Una charla que deriva de la actual ‘reWorking’ que, actualizándola a tiempo real, me ha acompañado durante los últimos cuatro años.

No obstante, aunque esta nueva conferencia se estrenará en unos meses, no es inédita del todo. Tuvo una previa en la primavera pasada. Concretamente durante la última edición del CX Summit de Oracle que me pidió una intervención inédita tras haber compartido escenario con el gran Martin Lindstrom un año antes. El público iba a ser el mismo y la empresa organizadora me retó a crear algo que nadie hubiera visto antes para la ocasión. No es fácil fabricar una conferencia totalmente distinta en un tiempo breve. Pensar su storytelling, sus toques de humor, comprar los recursos audiovisuales, establecer las claves formativas que debe incorporar, relatar un inicio y un final redondo. Pero acepté. A pesar de no estar terminada por aquel entonces decidí aceptar el desafío. En gran medida, lo que aquella tarde expliqué se ha convertido en el arquetipo de la que tendremos lista tras las vacaciones y que, en gran medida, su contenido encaja con la del propio libro. Un mismo viaje en dos formatos distintos.

Ahora bien, ‘reWorking’ sigue siendo una conferencia plenamente actual y especialmente bien recibida por todo tipo de público. De ahí que convivirán ambas y se podrán contratar en base a las necesidades de la audiencia. Las dos son en realidad un ejercicio de reflexión sobre el empleo del futuro, las claves de la transformación digital y los procesos tecnológicos y humanos que vivimos en plena Cuarta Revolución Industrial. ‘ReWorking’ seguirá siendo una charla a la vanguardia tecnológica, empresarial, social y económica y se complementará con la nueva. Han sido muchos kilómetros, aviones y eventos en los que ‘reWorking’ ha sido calificada como una conferencia divertida, inspiradora y didáctica. La gente que ha asistido, que luego se incorporan a mis diferentes redes sociales, se han convertido en una especie de comunidad a partir de los mensajes tecnológicos e inspiradores que siempre intento transmitir.

Es bueno recapitular etapas, poner números a un período concreto y establecer nuevos límites a los que quieras llegar. En este caso, las cifras eran inimaginables hace una década. Impensables sin mi equipo actual además. En los últimos cuatro años hemos hecho ’reWorking’ en casi 250 auditorios, ante más de 200.000 personas y en 150 ciudades de 22 países. Países como, obviamente, España, latinoamericanos como Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Guatemala, República Dominicana, Honduras, Nicaragua, El Salvador o México; europeos como Francia, Reino Unido, Irlanda o Portugal; u otros tan interesantes como Estados Unidos o Dubai. He disfrutado igual en auditorios enormes con miles de personas escuchando, en lugares muy especiales o en sesiones privadas para grupos reducidos de directivos. Anécdotas hay de todo tipo y algún día escribiré sobre ello. Que se apaguen las luces de todo el recinto a media conferencia, que en pantalla salga la presentación de otro ponente, tener dos conferencias en dos ciudades distintas a un millar de kilómetros la una de la otra y en el mismo día y lograrlo sin problemas o que te cancelen el último vuelo nocturno que te permitía estar a primera hora en la otra punta del país para dar la charla inaugural de un congreso y tener que alquilar un coche para cambiar de aeropuerto y llegar a tiempo. A tiempo pero agotado completamente.

En todo caso, e independientemente de que para mejorar cada día como speaker, es preciso centrarse en la confección de la charla, de su forma, de aprender de las reacciones y de considerar cada evento como el más importante en el que has participado, en mi caso sumo algo que considero esencial. Al salir al escenario para hablar de empresa o de empleo, es mejor explicar conceptos, aunque sean técnicos, a partir de tu propio conocimiento profesional. No contemplo una opción más eficiente para explicar ‘hacia dónde va el mundo y la empresa’ que vivirla cada día desde dentro y, de ahí, lo puedas explicar e, incluso, ampliar teorizando. Por eso, a pesar de la intensa tarea que supone ofrecer prácticamente una conferencia semanal, combinarlo con la coordinación de diversos proyectos de consultoría, es un esfuerzo esencial y obligatorio bajo mi punto de vista.

Por eso, si estás organizando un evento sobre empresa, empleo, economía o del futuro de la sociedad en general, hazte la siguiente pregunta ¿que se te viene a la cabeza si alguien pronuncia McDonald’s? Lo más probable es que pienses en ‘Big Mac’ en lugar de ‘Big Data’. Sin embargo, eso no va a ser siempre así. Esta multinacional del ‘fast food’ está trabajando de manera muy seria en tener la tecnología que estructure la ingente cantidad de datos que poseen, y obtienen, de un modo continuo. Es evidente que lo que buscan es convertir esos datos en información y derivarla a conocimiento. De hecho han adquirido la empresa israelí Dynamic Yield para obtener información a partir de los datos en el ámbito de ‘la lógica de decisión’ de sus clientes. Algo que ya no se basa en la textura de una hamburguesa si no del rendimiento de los algoritmos que tienen a disposición. Ahora, pregúntate también, ¿que tiene que hacer el ser humano para enfrentarse a este desafío que suponen tantos cambios económicos, sociales y de empleo?

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Lo normal es que esas preguntas te hagan pensar en la velocidad a la que va todo y de la necesidad de atender a una exposición sobre esos cambios, ya sea de un modo formativo, animado e inspirador. Pues de eso hablo, de ese modo lo hago. De eso siempre van mis conferencias. De responder a esas preguntas y de trasladarlas a la audiencia para que entre todos descubramos las respuestas, sonriendo y aprendiendo. Del reto que supone abordarlo con entusiasmo e inspiración, pero también con seriedad, realismo y exigencia de estrategia a todos. De lo relevante que es entender que los modelos de negocio, los procesos, el contacto con el cliente, el nuevo papel del ser humano en este tránsito y del entendimiento del contexto automático, artificial e inteligente, han sufrido cambios irremediables, viven cambios integrales y sentirán cambios exponenciales en breve. ¡Nos vemos en la próxima!

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Personal Marc Vidal Personal Marc Vidal

Mi vida y 'aquí ya es mañana'

Mientras explicaba a unos amigos mi agenda de los últimos días alguien me dijo que deberías de hacer un postsobre como gestionas tu agenda. Se refería a la curiosa habilidad que he ganado con los años de poder hacer mil cosas en lugares donde aparentemente es complicado hacerlas. Sin embargo a lo que hacían referencia era a lo que consideran ‘frenético’ ritmo de vida. Lo importante de un post como este no es escudriñar mi agenda, lo determinante debería ser el método de gestión. Os aseguro que hay truco. Bueno, varios. Intentaré hacer llegar cuales son brevemente.
Primero, veamos mis últimos días. Ese tramo empieza hace unos doce días con uno de los casi treinta vuelos entre Dublín y Madrid que tomo al año. Al llegar a España mantengo dos reuniones con colaboradores por un lado y con posibles clientes por otro. Al poco me entrevistan en una revista de sociedad y me meto en un vuelo a Barcelona. Llego a Barcelona y ceno con mis amigos. Visito a mi madre y me llevo a mi hijo a recorrer rincones de la Ciudad Condal. Luego me lo llevo a Figueres donde con mi pareja disfrutamos de vida familiar de calidad ya que no la tenemos en cantidad.

https://twitter.com/marcvidal/status/440154245023928320

Eso sucedió entre un viernes y un domingo noche. A partir de ahí empieza una semana (la pasada) que me llevará a 4 países y dos continentes, filmaré un programa de televisión durante casi un día, cerraré el acuerdo corporativo más importante de mis últimos años (pronto será público) y definiré el contenido de mi próximo libro, una obra de teatro sobre ‘la hormiga’, atenderé a diversos posibles trabajadores futuros y trazaré una transición empresarial (también en breve será conocida) hacia alguien muy especial para mí.

https://twitter.com/marcvidal/status/441245914687340545

Tuve tiempo antes de salir para Colombia para comer con mi mejor amigo Luis, cenar con la mujer de mi vida y disfrutar de una de esas charlas inolvidables con mis padres. Al llegar a Colombia, todo fue veloz, intenso pero gratificante. Luego, tres días estuve en Perú, Costa Rica y finalmente Panamá. Hoy estoy en el Istmo.

https://twitter.com/marcvidal/status/441493120463933440

Los cosas para poder hacer muchas actividades son diversas, pueden ser de todo tipo. En mi caso hay cinco trucos clarísimos: ganas de vivir hasta la extenuación, correr muchos kilómetros cada día para oxigenarme y estar en forma de manera radical, no ver la televisión casi nunca y usar ese tiempo en otras cosas, organizar mis espacios vitales como aviones, trenes u hoteles como despachos improvisados y tener siempre tarjetas SIM (datos) del país de destino para el conjunto de dispositivos necesarios para estar comunicado siempre con el mundo.

Hay tres más a título espiritual: requiero momentos de soledad cada diez días para recomponer mis estructuras de interés, suelo perder la noción del tiempo con lo que no me importa mucho cuanto dedico a algo y lo disfruto intensamente y procuro conocer muchas personas en mi día a día para aprender y maravillarme de todo.

Pero, a veces, uno escribe para homenajear y este es uno de esos artículos. La clave está en mi equipo. En la gente que me rodea (virtualmente). Al detalle, busco estar rodeado de gente que es mejor que yo en alguna faceta. Eso te hace mejor. Lo tengo claro. Fijaros:

Quien ahora es mi asistente personal lo hace desde París. Quien tiene la facultad de estimular mi profundo sentimiento de la lealtad lo hace desde Accra. Quien escucha por mi lo hace desde Madrid. Quien revisa que mis pasos siempre sean seguros lo hace desde su despacho de Paseo de Gracia. Quien me asesora como debo fundamentar mis inversiones lo hace desde Nueva York. Quien atiende a mis expectativas como conferenciante lo hace desde Dublín. Quien se esfuerza para que la prensa tenga todos los recursos sobre mis actividades lo hace desde Londres. Quienes consiguen que mis empresas sigan creciendo lo hacen desde una docena de países en tres continentes.

Una vez dije que ‘me siento como un director de orquesta. A veces me olvido la partitura pero o bien improviso y me siguen o bien ellos tocan de memoria’. En cualquier caso, estoy en manos de gente increíble que se fueron acercando y la mayoría se quedaron y lo disfrutamos.

Estas son las claves, los trucos, las cosillas que logran cumplir mi actual vida. Mi vida. Como dice mi hermano cuando le escribo con una diferencia horaria como la de hoy con respecto a Europa, ‘aquí ya es mañana’. Pues eso, que siga la función pues.

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Prensa Marc Vidal Prensa Marc Vidal

La prostitución de la palabra emprendedor en 'La Opinión'

Al finalizar la conferencia del pasado miércoles en A Coruña me entrevistaron para diversos medios. Os dejo con la charla que tuve con los amigos de “La Opinión”. De todo cuando dije el medio quiso resaltar una de las denuncias que hice en el propio evento. Para mí el término emprendedor está siendo utilizado de manera totalmente masiva y sin cuidado, convirtiéndolo en una caricatura de lo que verdaderamente es. Emprender es duro y difícil, mantener ese discurso maniqueo e infantil sobre lo que es en sí montar empresas es cuanto menos peligroso. Os dejo con la entrevista y con la curiosa pregunta de los viajes que he hecho en mi vida. En realidad no sé como han hecho ese cálculo pero hace gracia. Es posible que sea lo que dicen, lo ignoro, lo único que sé, pues lo estuvimos contando recientemente con mi hijo, que para ser exactos serían 99 países en 25 años.
 

Marc Vidal: ´En España la palabra emprendedor se prostituye´

“Las personas que cuelgan su vida en las redes sociales deben saber que son una calle más de su ciudad. Yo no voy saludando a todo el mundo”

Marc Vidal, analista económico experto en redes sociales que ha sido seleccionado como una de las diez personas más influyentes de internet en España, ofreció ayer en el Centro Sociocultural Novacaixagalicia la conferencia No es una época de cambios, es un cambio de época. La charla fue organizada por la Concejalía de Empleo y Empresa, dirigida por María Luisa Cid.

-Ha visitado más de 20 países en 18 meses, ¿con qué anécdota se queda?

-Para mí la anécdota que marcó mi vida fue cuando fui a Chinguetti, una población del Sáhara. La ciudad la han tenido que ir reconstruyendo cada dos kilómetros y medio porque el desierto la ha ido devorando. Pregunté por qué no la construían 40 kilómetros más allá y me dijeron que si lo hacían estaban condenando a su sociedad a no aprender de sus errores. A través de los errores aprendían las modificaciones que tenían que hacer en la siguiente ciudad. Hay que viajar mucho, hay que ir a observar e ir asumiendo que a donde vayas, por muy tercer mundo que sea, te van a enseñar muchas cosas.

-¿Por qué cree que en España falta espíritu emprendedor?

-En España no se emprende porque se teme al fracaso. Se cree que fracasar es algo que te va a acompañar toda la vida, que no vas a poder superarlo y que estás acabado. Hay países donde el fracaso se convierte en un elemento de aprendizaje. Eso es fundamental. En España se está viviendo un momento donde la palabra emprendedor se prostituye y se utiliza como pancarta publicitaria. Todo el mundo tiene algo para los emprendedores. Pues no. No todo el mundo puede ser emprendedor ni acelerar empresas. Es una cosa que se tiene que hacer de forma más orgánica y hacerlo artificialmente, como se está haciendo, provoca que no se lo crea nadie. En EEUU los fondos que crean dinero para emprendedores no son los bancos, son emprendedores.

-¿Qué características debe tener un emprendedor?

-Tiene que ser, primero, un soñador. Tiene que tener un sueño y perseguirlo, ser constante, saber que el talento está muy bien, pero que lo principal son las habilidades. Debe adquirir habilidades, no tanto directivas, pero sí de trato con socios, con amigos, con equipos. El emprendedor de hoy en día tiene que ser capaz de entender lo digital y lo comunitario, trabajar en común.

-¿Qué le diría a las personas que no utilizan las redes sociales?

-No existen (risas). Las aleja de algunas cosas que están sucediendo. Si no tienen, por lo menos, que sepan lo qué. Si quieren estar al día de lo que sucede en este entorno de cambio que estamos viviendo, estar en entornos digitales es importante. Ahí es donde pasan cosas. Lo importante es que la utilización de la tecnología se normalice. No debe ser tan inhumana.

-¿Y a las que cuelgan toda su vida en las redes sociales?

-Que sepan que las redes sociales son una calle más de su ciudad. Yo por la calle no voy saludando a todo el mundo que no sé quién es, no regalo fotos a nadie, ni abrazo a la gente ni le doy besos ni digo: ‘me gustas’. Compórtate como te comportas en la vida real porque al final es un derivado más de tu identidad.

-Dice que vivimos un cambio de época. ¿Hacia dónde vamos?

-Ni idea. En 2007 se produjo una explosión de un volcán que llamamos crisis. La lava todavía se está depositando y la ladera de ese volcán está cambiando de fisionomía. Va a ser distinta. Va a tener que ver con la tecnología, con que cambiarán los modelos de producción, con que va a cambiar el modelo de transmisión del conocimiento. Lo tendremos que ver en 30 o 40 años. Tendremos un mundo que estará interconectado, donde las cosas tendrán conexión propia, interactuaremos con objetos. Ese entorno será más eficiente, más eficaz y estoy seguro que más feliz.

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Negocio Marc Vidal Negocio Marc Vidal

Vale la pena seguir

bp26Esta vez habían sido demasiados días. Casi un mes. Nunca superaba las tres semanas pero en esta ocasión no pude impedirlo. Un vuelo cancelado, un conjunto de inconvenientes y enlaces mal gestionados obligaron a retrasar mi regreso casi una semana más. Y allí estaba yo, nervioso, esperando que entre las decenas de niños acelerados saliera por aquella pequeña puerta misteriosa mi hijo. Al final salió, me vio y encendió sus enormes ojos verdes. Todo lo demás dejó de importar, se paró el tiempo y ya nada ni nadie podría impedir que durante los próximos cinco días el centro del universo fuera un planeta llamado Max.
Vienen tiempos muy duros, más que los que ahora estamos sufriendo. Ya no tiene que ver con el dinero o los beneficios, ni con el paro, ni con los despidos, ni con los cierres o la miseria. Tendrá que ver con la moral, con la ética y la desaparición de los sueños. Sigo creyendo que esto es una tremenda sucesión de volcanes en erupción. Que sólo hemos vivido la primera vomitona de lava. Ahora viene el resto.  Poco a poco la implosión continua, es como si todo se estuviera consumiendo desde dentro y lo hace más rápido cada vez que alguien deja de soñar, de pensar que algo maravilloso es posible.

No dejemos que eso suceda. Vuelvo a reclamar el derecho a ser un soñador, a creer que todo es posible. Es demasiado sencillo asumir la derrota y hacerlo sin mover un dedo. Yo no lo voy a hacer y por eso la esencia de este blog sigue siendo analizar la realidad, oportunidades de negocio, descripción de proyectos y recopilación de estímulos para afrontar la vida con un sentido emprendedor. Eso es lo que se puede leer aquí, no mucho más. De eso es lo único que puedo hablar. Lo de ser emprendedor en serie es una manera de ver la vida, ni buena ni mala, un modo. Trae mucha angustia, derrotas, miedo y soledad en aeropuertos perdidos. También  te regala amigos, retos, idiomas, sentir los límites que desconocías tener y saber que hay un punto que creías de no retorno pero que simplemente era un lugar oscuro del que si se puede regresar.

Y finalmente, cuando vuelvo con mi hijo de pasar “nuestro tiempo”, ese espacio en el que ensamblo mi alma a la suya, esos segundos que se convierten en todo y esos días que transcurren como un instante, le explico como es el mundo que recorro, como es la gente, como lo echo de menos y  como es de intenso vivir persiguiendo sueños, uno tras otro. Max suele preguntarlo todo, a veces repetidamente, pues hay elementos que le estimulan especialmente. Nunca son detalles concretos, suelen ser más esenciales. No son los aviones lo que le gusta, no son los paisajes lo que le preocupa, no son las personas que conozco por importantes que puedan ser lo que le interesa, lo que le fascina es saber “¿qué pasará cuando alcances eso que buscas?”. Tarde tiempo en averiguar la respuesta. Lo descubrí hace poco, hablando con alguien muy especial. Lo que pasará es sencillamente que “cuando lo encuentre, lo volveré a esconder”.

Cuando pienso en un nuevo negocio pienso en si lo puedo defender como un sueño. Si lo puedo definir a mi equipo como tal. Si entre todos vivimos el reto común como una búsqueda absoluta, entonces, vale la pena seguir.

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