Economía, Innovación, Sociedad, Tecnologia Marc Vidal Economía, Innovación, Sociedad, Tecnologia Marc Vidal

Un futuro automáticamente mejor

Como dice Tim Harford, la economía está en todas partes y en todas las cosas. La economía es el motor de cambio social más importante del que dispone la humanidad. Nada mueve con mayor virulencia los sistemas. En los años 70 el fútbol británico discriminaba claramente a los jugadores negros. Eran menos y cobraban poco. Pero los clubes que disponían de plantillas con jugadores negros gastaban menos y sus resultados eran similares en muchos casos. Esta simple regla económica, es preferible reducir costos siempre que se mantengan resultados, se convirtió en el mayor elemento de cambio social en materia de discriminación racial de cuantas se dispusieron en Inglaterra. Ninguna normativa o ley ayudó tanto a acabar con la discriminación como ese hecho deportivo y económico.
Ahora estamos ante un nuevo estímulo para el cambio de todo cuanto nos rodea pero lo haremos al revés. Una ola de aire limpio y tecnológico nos recorrerá de punta a punta tarde o temprano y el conocimiento será rentable porque procurará las cosas con un menor coste. Da igual si eso daña la cuenta de resultados de alguien, a la vez mejorará la de otro. Quien fabrica coches y los vende por el encanto de conducirlos deberá buscar otros reclamos en breve pues lo impensable ya llega y muchos, en menos de una década, estaremos adquiriendo autos automáticos por los extras en cuanto a comodidad en el habitáculo y capacidad para trabajar en su interior que por la forma, velocidad o aceleración.

Crees que nos pasamos con eso de pensar que esto va muy rápido. Yo solo procuro, como he hecho desde hace diez años en este blog, anticiparme lo justo a lo que interpreto que viene, sea bueno, malo o regular para que cada uno atienda a sus objetivos y criterios. Mis datos provienen de vosotros, de mis viajes, de mis negocios, de mi conocimiento y de mi experiencia, pero sobretodo son pura realidad contrastada e interpretada.

En 2005 el MIT de Boston, la universidad tecnológica más avanzada del mundo, establecieron diversas tareas que faltaban decenios para que los humanos dejaran de hacerlas y una máquina les sustituyera. Entre ellas destacaba la idea de que conducir un coche sería tarea humana durante al menos cincuenta años y que era inviable, por peligroso, que eso cambiara en pos de una máquina, software o robot.

En 2009 Google mostró su primer prototipo de coche que se conduce sólo. Miles de pruebas y ensayos demostraron que dificilmente tendría un accidente. De hecho el único que tuvo, se produjo cuando el coche paso del modo automático al modo manual conducido por un humano por cierto.

Como dijo nuestro amigo José Crespo en este mismo blog, ‘el error está en términos cognitivos humanos para resolver problemas’. Yo creo que una máquina puede suplir la carencia de “inteligencia humana” y aplastarla, simplemente al utilizar en tiempo infinitesimal una cantidad masiva de datos en red: extraer patrones de información y en base a esto, realizar predicciones.

Esta variable digital, social, humana y distribuida, este valor de conocimiento híbrido permite que un coche se conduzca sólo pero también que encontremos la pareja ideal o analicemos las variables de causa en un juicio próximo. Así vamos.

Hoy en día hasta los experimentados taxistas pulsan su GPS para no ‘preocuparse de las rutas’ ¿Dejarías que tu coche te llevara al trabajo? ¿De algún modo lo hace ya y si no lo hace, lo hará antes de que te des cuenta. Tengo claro que el coche que compre a mi hijo ya no lo conducirá él. Vivimos tiempos de sistemas complejos, de cambios que se estimulan por la economía pero que afectan a la sociedad como explicaba Tim Haldford con el tema del fútbol inglés.

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No te quedes en el andén

Ya hace un tiempo, el ‘The Economist’ aseguraba que España puede estar cerca de un estallido de revueltas sociales como las que viven en Ucrania o Venezuela. La prestigiosa publicación económica analizó ciento cincuenta países y sus razones para convertirse o no en candidatos a esas batallas civiles. Al parecer, y según estos sociólogos, mientras que el motivo principal en según que lugares es la reacción a regímenes dictatoriales o agresivos, en otros, como España, Grecia o Brasil serán motivos de tipo económico y de desintegración de la clase media.
Siempre según ese estudio, para los españoles el riesgo de explosión en las calles vendría del desempleo que no se recupera, de las desigualdades crecientes y del desprestigio político e institucional. Nada nuevo. The Economist incide en algo que no logran explicarse y que parece un misterio: España está sometida a injusticias, desequilibrios y dramas de altísima intensidad pero todo ello no ha estallado todavía en una cadena de protestas y revueltas de consideración. Piensan que seguramente la economía sumergida está evitando esa erupción o que es sencillamente la pasividad de la población que se ha resignado a vivir con el subsidio familiar que supone vivir entre los juguetes viejos en la habitación de estudiante pero esta vez compartiendo espacio con tu esposa e hijos.

No tengo claro que es. Seguramente una mezcla de todo. Un adoctrinamiento periodístico que funciona en muchos lugares y que en España parece salir de los libros de ‘propaganda’ de regímenes extintos. Tertulias de vergüenza ajena, noticiarios que ocultan descaradamente la verdad, programas que lobotomizan a la gente con las miserias de personajes sin ningún valor y críticas feroces a cualquier intento de remover conciencias.

La cobardía es un instinto y por eso el gobierno de España ha decidido evitar cualquier posible chispa que prenda en ese sentido. Evitar las revueltas con azotes no sirve, sólo encabrona, pero si lo que tocas es la cartera la cosa cambia. Miles de euros de multa por utilizar el diccionario en lugar de un bate de béisbol. Treinta mil en concreto por insultar a un policía. Así pretenden aplatanar las protestas.

Que las cosas van a mejor parece evidente. Que lo vaya para todos no. El problema es que seguimos en manos de quienes no supieron de que dirección venía el viento. Seguimos en manos de gente muy poco preparada y cuyas credenciales para marcar la salida de este barrizal son las veces que se han genuflexionado en el despacho de sus dirigentes para estar en listas electorales cerradas. No son ellos los que lo evitarán, será la inercia o será otro viento, pero no serán ellos.

El cambio de época será, está siendo y nada podrá detenerlo por mucho que algunos pretendan retrasarlo, por lo menos, hasta su jubilación. Es por eso que en lugar de estimular los procesos que deberían ponernos en manos del futuro lo que procuran es salvar los mecanismos oxidados de la economía que languidece.

No tengo ni idea de si algo provocará un estallido social. Probablemente ya no, pero a medida que los tiempos van pasando y no se actua de manera estratégica, la táctica nos aleja de la gran oportunidad que como colectivo estamos perdiendo. El mundo no se ha detenido como pueda parecer. Viajo mucho y lo veo todos los días. Hay protestas sociales que dicen basta, hay políticos corriendo como ratas escapando, hay cambios económicos y apuestas por la innovación, hay crédito o hay estímulos. ¿Qué hay en España?

Recuerdo cuando se publicaba aquello de que por encima del 8% de morosidad el sistema financiero español quebraría. Tenían razón, quebró. Quebró pero no nos hemos enterado pues lo hemos pagado todos. Se ha hecho requetebién. Ahora la tasa de ronda el 14%, más o menos unos 197.000 millones de euros que no se van a cobrar nunca. Aun puede ser peor. Hay otros 50.000 millones que está digiriendo el Sareb y que harían ascender en 3 puntos porcentuales más la merienda en cuestión.

Este modelo financiero está sujeto a esta bola de estiércol que ellos mismos crearon. Ahora lo único que sabemos es que el crédito a familias y empresas se convertirá en una quimera. Es una obviedad que con el panorama de impagos los bancos no se permitirán tomar riesgos ‘innecesarios’. Por lo tanto cada vez es más seguro que de este tránsito sólo saldremos con un plan en el que no aparezcan estos tipos. Por lo menos, no los actuales.

Es difícil explicarle a alguien que se mira un smartphone como si fuera un abridor de botellas, que el futuro se acerca a toda leche. Es casi imposible que te entiendan que aun nos queda una oportunidad de algo que ellos ni se plantean. Es duro descubrir como no entienden que la ventaja que aun tenemos deriva de una casualidad que nos concedió la madre naturaleza poniéndonos como vecinos de Francia en lugar de Uganda. Nada será gratis a partir de ahora y el esfuerzo es imprescindible pero también la conciencia de que hay que estructurar la competencia y el futuro.

No se si va a explosionar, pero a veces uno piensa que algo debería pasar. El silencio es atronador. El tiempo pasa, los trenes del futuro cada vez se ven más lejos desde el anden. Resulta que ya no vienen, es que ya se alejan. Tengo la impresión que ‘ellos’ no harán nada. Hagámoslo nosotros. No queda otra.

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Esto no va a parar

Vamos a toda leche. Esto no va a parar. Leí hace unos días un artículo firmado por Dana Ardi, fundadora del Corporate Anthropology Advisors Center y autor de un libro magnífico sobre el futuro empresarial titulado ‘The Fall of the Alphas: The New Beta Way to Connect’, donde decía que todo lo que creemos saber sobre el modelo laboral ya no está actualizado. Asegura que ‘atrás han quedado los días en que las decisiones se tomaban de arriba hacia abajo. Como antropóloga corporativa, Dana estudia la cultura de las organizaciones y la forma en que evolucionan’. En su libro describe esa mutación como el modo de interpretar el momento actual de nuestra civilización desde una de las entidades de mayor valor y capacidad de cambio: la empresa. Estoy de acuerdo con ella en que los negocios marcan, aceleran y establecen la mayoría de los cambios pues en su propia dinámica de supervivencia está la adaptación. Estos son los elementos principales que describe:

1_ El depósito global de talento crecerá. Como el uso de la robótica y la tecnología de automatización va en aumento, pronto no se les pedirá a los seres humanos realizar tareas rutinarias. Eso significará que la naturaleza de los puestos de trabajo va a cambiar. A mayor conectividad mayor acceso al talento, literalmente, en todo el planeta.

2_ Colaborar será el proceso natural. El tipo de empresa del futuro inmediato que prosperará mejor en este nuevo entorno, abrazará la colaboración y el trabajo en equipo. Serán los ‘Betas’. La conocida forma ‘Alfa’ de hacer negocios de arriba hacia abajo, de control y de comando ya no será viable y por supuesto poco competitivo. Habrá un cierto seguimiento que esperará que los trabajadores sientan suyos los procesos para activarlos en colectivos inteligentes. Hay que crear esos espacios de desarrollo de manera natural.

3_ La especialización será determinante. Está claro que si las organizaciones empresariales del futuro serán más horizontales y abiertas, será esencial que la gente pueda construir según sus habilidades y mantener un nivel de especialización que les permite sobresalir en una multitud de talentos.

4_ Las redes sociales y los entornos digitales se convertirán en un nivel de relación en todos los campos. El asociacionismo ya no precisa del contacto, y una acción digital tiene efectos cada vez mejor definidos. Los trabajadores de todos los niveles tendrán que comercializar, a través de sus redes sociales, la formación de asociaciones y la obtención de influencia por ofertas llamativas en función de su especialización de las competencias de profundidad.

5_ Todo el mundo será emprendedor o sus derivados. Aunque suene absurdo el mundo laboral del futuro exigirá que la gente trabaje en un estadio de exigencia voluntaria sobre su propia actividad que generará marca personal y acción transversal. Al mismo tiempo, los individuos deberán tener mayor control sobre el tipo de trabajo que abordan y cómo se les compensa, de manera que el ‘intraemprendedor’ irá tomando forma cada vez con mayor intensidad.

6_ Las contribuciones individuales no podrán recompensarse con ascensos laborales y eliminará el valor de las titulaciones de cualquier titulación teórica. Con una red establecida de igual a igual las recompensas estarán ligadas al valor de la contribución de un individuo y no a cualquier título artificial.

El futuro del trabajo será diferente de lo que es hoy y, como dice un viejo proverbio ‘ la fortuna favorece a los preparados’. ¿Qué otros elementos consideras que transformarán el puesto laboral del futuro?

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Las 'otras' claves de la compra de Whatsapp

De la operación entre Facebook y Whatsapp parece que sólo importan los costes y se dejan de lado aspectos socioeconómicos y de identificación del futuro inmediato. Cierto que son 19.000 millones de dólares lo que le ha costado a Facebook hacerse con Whatsapp. Durante el Barcelona World Congress es bien seguro que Mark Zuckerberg cierre el acuerdo con Jan Koum lo que, por cierto, convertirá a la capital catalana no sólo en el ‘centro del universo conocido’, de la telefonía móvil y de los datos sino también de los negocios digitales y en red. (Que cada uno se lo tome con el tono que considere, todos valdrían).
Pero, ¿qué significa este acuerdo? Es importante destacar que el máximo responsable de Whatsapp, Koum, ha dicho ya que esta operación no hubiera sido posible si su compañía hubiera tenido que renunciar a sus principios básicos de libertad, visión y modelo de negocio. Eso puede marcar determinantemente lo trascendental de la cuestión.

Para entender realmente de lo que hablamos debemos abandonar los patrones de análisis económico tradicional como ‘beneficios’, ‘ebitda’ o facturación respecto a usos. En este caso y sin que sirva de precedente en este blog, lo que vamos a analizar es la grandiosidad de las cifras de uso.

Que los servicios de mensajería instantánea a través del móvil están de moda y son objeto de deseo es algo que llevamos comentando meses. El último movimiento en este sentido confirma la teoría.

La retórica habitual de la bolsa y de los noticiarios económicos no sirven hoy. Todo el mundo se olvida hoy de que el gigante de Internet Rakuten, conocido sobre todo por su tienda online de compraventa de todo tipo de productos, se hizo con el servicio de mensajería y de llamadas sobre voz IP Viber. Pagaron 900 millones de dólares a fin de plantar cara a Amazon por ejemplo. La guerra es más que económica, es social y de control de usuarios sino no se entenderían algunas cifras. ¿Influencia, datos y gestión social por encima de beneficio y facturación? Viber tiene una base de 300 millones de usuarios registrados en todo el mundo, mientras que Rakuten está presente en 40 países y espera a convertirse en el principal proveedor de servicios en Internet en el mundo, pero para ello, ahora, necesita el permiso del todopoderoso Amazon. Ya se verá.

Pero volvamos a lo que nos ocupa hoy. Hablamos de una empresa que tiene 1.200 millones de usuarios consumiendo publicidad todos los días de manera casi imperceptible para ellos y de otra que tiene más de 400 millones de clientes pagando una cuota ridícula anual por enviar mensajes. Sumados son una verdadera e inédita mole de datos y posibilidades. Jamás, la humanidad, estuvo en esas cifras bajo un paraguas del mismo tono y textura.

Lo miremos por donde lo miremos esto es lo más grande que hemos vivido a nivel corporativo en el mundo en cuanto a la influencia sobre el número de personas se refiere. Otra cosa serán las cifras económicas tradicionales que utilicen y sus expectativas. Como hemos visto últimamente, esas maneras de medir, ya no sirven siempre, hay otros factores que influyen en el atractivo de una empresa. Por ejemplo que hacen con el dinero y como determinan los ritmos vitales de otras miles de empresas que dependen de estas. ¿Quién duda en estos momentos que Facebook no influye en la toma de decisiones de centenares de multinacionales? ¿Quién puede dudar de que Whatsapp ahora determina muchísimas dinámicas comerciales de medios de comunicación? Pues eso.

Whatsapp se llevó por delante todas las operadoras de SMS del mundo en apenas dos años. Así, sin miramientos. Ahora todas ofrecen ese servicio prácticamente gratis. Era posible.

No me importa tanto el porque ‘ellos’ han llegado a ese acuerdo como lo que ‘nosotros’ vamos a lograr con ello. La Nueva Economía también se los llevará por delante si la decisión ha sido demasiado privada o pretende ser exclusivamente para el beneficio de esas compañías y olvidan que este mundo quita y pone reyes a una velocidad brutal si algo no es para el bien común.

Si lo han hecho por una u otra razón ya se verá pero lo que realmente importa es que Facebook se ha unido al enemigo, lo ha hecho para reforzar algo que buscan hace tiempo y que tiene que ver con la mensajería instantánea. Han descubierto que tener más mil millones de usuarios no garantiza dominar todo lo que se te ponga en la cabeza ‘obligando’ a tus usuarios a usarlo.

Facebook nota que pierde usuarios por las bandas, entre los que buscan comunicar rápido y privadamente y tras el fracaso por adquirir Snapchat se lanzaron a por la que domina el mercado. Esta operación, para mí responde a claros intereses de permanencia y de trascender a título puramente de negocios, pero hay cinco puntos que se derivarán y que de verdad importan a mi juicio:

1. Se están creando el nuevo escenario de relaciones sociales entre diferentes modos de conexión. Nunca antes los dispositivos dejaron de ser tan poco importantes y dejaron paso de un modo tan claro a ‘lo que hacemos’ y no ‘con que lo hacemos’. Esta ‘fusión’ de conceptos marcará el futuro inmediato.

2. Genera un espacio de libertad sin precedentes pues, a diferencia de lo que se escribirá y se nos dirá, Whatsapp supone un grado de gestión de datos inabarcable y de un valor privado mucho más evidente de lo que hacemos en Facebook. A partir de ahora deberán conjugar ese doble nivel de privacidad del que la red social carece y que necesitará mejorar.

3. Sentencia las compañías telefónicas al pasado definitivamente. Ya no hay vuelta atrás. Las compañías de telefonía deberán ir pensando en vender todo tipo de instrumentos de cocina pues en gran medida este es el pistoletazo de salida para que muchas de ellas no encuentren espacio para sus negocios. Tras esta operación vendrán otras como grandes empresas logísticas como Amazon u otras acaparen los modelos de pago, transacción, gestión y otros. PayPal ya advirtió. El fin de una era nos muestra otra más libre, estimulante y brillante. Si yo fuera transportista, cajero de un banco o dentista, empezaría a buscar a que me podría dedicar en el futuro inmediato.

4. Estimula modelos de negocio híbridos en los que unos buscan la publicidad y otros la cuota. Whatsapp no entrará en la publicidad, eso dicen, y Facebook no la abandonará. Nos enseñarán a vivir en ese doble escenario y aprenderemos a combinarlos con eficiencia.

5. Muestra el futuro inmediato. Todo pasa por la digitalización de las emociones, vivencias y relaciones. Esto no es solo una operación empresarial entre corporaciones, esto es el puto futuro viniendo a toda leche.

WhatsAppGrowth

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La política y la tecnología

IBM, en una de las campañas publicitarias más curiosas de la historia, logró exponer que su ordenador Deep Blue era capaz de vender al campeón mundial de ajedrez, el gran Garry Kasparov. Parecía que eso de ‘ganar’ a un humano se tuviera que referir a una ‘cualidad’ extra que la máquina hubiera sido capaz de desarrollar, como si de ese modo estuviera ‘pensando’, cuando en realidad lo que hacía era un cálculo de probabilidades y análisis matemáticos en los movimientos de las piezas de manera totalmente aséptica. Calculaba tanto y tan rápido que la mente del gran campeón soviético no era capaz de igualarla.

Hay otro juego, el Jeopardy, que es más complejo porque precisa de que se hagan preguntas sin respuesta directa y repletas de metáforas, lo que hace muy difícil que una máquina venza a un humano. Sin embargo el sistema que inventó otra vez IBM llamado Watson era capaz de vencer a cualquiera, combinando algoritmos genéticos, redes bayesianas y cadenas de Markov. Resultó ser una maravilla. Sin buscar la respuesta correcta avanza hacia la probable y el propio sistema va aprendiendo de cada aparente error y de cada éxito haciéndose mejor con el tiempo.

Hablamos de tecnología que asume que el mundo no es simple. Parece una obviedad pero hasta ahora el software y las máquinas que lo hacen funcionar no se habían percatado de este pequeño detalle. El mundo es tremendamente complejo y las variables que se utilizan no pueden ser sólo basadas en la simpleza de reglas y bases matemáticas, pues precisa de un complicado ecosistema de enfoques capaces de dar perspectivas nuevas a la resolución de problemas.

Eso es exactamente lo que le pasa a empresas, políticos y organizaciones que deben, pero no quieren, aceptar que el enfoque ya es otro, que el escenario no se parece en nada al anterior y que lo que antes era abrir una oficina a las 8 de la mañana para cerrarla a las 6 de la tarde se desvaneció hace ya mucho para dar paso a un mundo en el que no se cierra y cuyos adversarios están computerizados bajo dinámicos modelos de gestión financiera que se adapta en milésimas de segundo a los comportamientos del mercado.

Esto vale para todos. La política entra en conflicto con un mundo que no entiende ni quiere, al parecer entender. El mundo reacciona sin esperarlos, y la sociedad avanza, esta vez si, mucho más rápido que ellos. Fíjense en todo cuanto nos rodea, en como se transforma sin remedio. Aun a temor de parecer insistente, me permito advertir que avanzamos sin descanso hacia la desilusión de los que nos gobiernan. Se acerca el momento de que su control se disipe, se diluya entre las personas, las empresas distribuidas y las acciones líquidas.

Miremos tres ejemplos que marcarán la segunda parte de esta década: por un lado el incipiente reto que supone al sistema monetario establecido la aparición de una moneda alternativa. El bitcoin será o no será, da igual, pero su presencia establece por fin que fuera del hormiguero que es la economía global hay vida.

Por otro lado, las caídas encadenadas de diferentes modelos políticos y la adaptación obligatoria de los que dirigen el mundo a las ‘tendencias’ sociales que se instalan. Hay países que se resisten con leyes antiguas o con reposición de dictámenes que nos devulven a otros siglos, pero cada una de esas decisiones les explotará frente a sus narices con la fuerza de la tecnologíaa social y la capacidad de organizarse, actuar y distribuir su fuerza.

El tercer ejemplo es el que tiene que ver con el modelo de compra, con la relación comercial, con la diferida y extravangante modulación en la que se ha convertido un hecho sencillo y básico como el de comprar. Ahora afecta todo: opinión del comprador, de la competencia, del proveedor, la interacción del vendedor, la cadena de valor sin fricción y la representación de la marca por encima del producto. Todo es disitinto y se transforma rápidamente como cuando las nubes sufren las envestidas violentas del viento.

Pero la política sigue estando por todas las esquinas intentando medrar y detener lo que el hombre hace en la dirección correcta. A la política en términos genéricos y maniqueos le molesta el conocimiento pues la hace vulnerable y aquellos que viven de ella temen por sus sillones de alcántara, sus visas oro y sus liposucciones pagadas por todos.

La industria de la tecnología produce miles de millones en ganancias cada año y, de acuerdo con al menos un informe, está aumentando tres veces más que los del resto de la economía en Estados Unidos por ejemplo. Allí la industria tecnológica se interesa por la política, participa de ella y quiere determinar como se hará en el futuro. Suelen ser consultados, solicitados y se les permite participar. No solo a las grandes empresas, no solo a consultores o profesores universitarios, en California, emprendedores con ganas de cambiar el mundo también lo hacen en el escenario de colaboración de la política. Muy distinto de lo que pasa en Europa por cierto.

Os dejo con un increíble video de como un pájaro es capaz de, a través de la gestión de datos cruzados, análisis de los errores y de la gestión inteligente de los intentos (y supongo que el instinto) hacer algo que algunos humanos serían incapaces de procesar. No miro a nadie.

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Saben donde, cuando y qué comprarás

Acabo de llegar de un viaje muy nutritivo a Londres donde hemos llegado a un acuerdo con una compañía de análisis de datos pionera en el área del análisis de clientes. En unos meses ofreceremos un nuevo producto en IDODI que permitirá ‘predecir’ de algún modo el comportamiento de algunos clientes. Durante dos décadas metido en esto de los negocios he podido aprender, cometiendo muchos errores, que el marketing determina como evolucionarán las relaciones empresariales futuras. Es eso de que ‘si lo sabemos explicar, tendremos un modelo, si no es factible venderlo fracasaremos’. Por eso, ahora, tengo claro que la gestión del marketing es otra, pertenece a los datos y a como estos se transfieren a un cerebro humano en colisión constante con máquinas y dispositivos que filtran lo que nos tiene que advertir de comprar o no.

En estos tiempos es muy importante no recortar el gasto en marketing, es ahora cuando más debemos explicar lo que hacemos y porque somos excelentes. Es un error buscar austeridad en cosas que son estructuralmente más importantes de lo que creemos. No ir a un congreso por su excesivo precio o no tomar transportes más rápidos o mejor comunicados por ser más caros son errores típicos. En el primero ese gasto es una gran inversión de conocimiento, contactos y puede estar la puerta a clientes o talento para tu empresa que ni imaginas y lo segundo evidencia que no se ha entendido nada. Una hora en un tren de cercanías, dos transbordos  y un paseo de treinta minutos entre tu casa y el despacho puede ser muy nutritivo para la conciencia y para la salud pero habrá sido tiempo que para ahorrarse el coste de un taxi has utilizado de manera muy costosa por ejemplo.

Ahora ya tomamos los datos de transacciones de nuestros clientes strong>quién compró, qué y por cuánto y analizamos todos esos datos. Así podemos comunicar a nuestros clientes si sus clientes van a comprar pronto, que van a comprar y que elementos pueden hacer que eso suceda en un momento determinado o que suele hacer que no compren al final. Nada que ver con el análisis intuitivo o emocional, sólo datos y gestión de volúmenes de comportamiento.

Lo que me fascinó de este nuevo equipo en Londres es que logran analizar porciones de datos provenientes de una ‘máquina de café’. Son capaces de interpretar tiempos, acciones y relaciones con respecto a un producto tan concreto y de tan escasa variabilidad. Su potencial trata empresas muy grandes pero también, y ahí está lo que me interesa, a empresas con apenas mil o dos mil clientes.

Cuando se entrega esta información, big data le llaman algunos, se ponen en marcha procedimientos muy simples en primer lugar y muy complejos más adelante. Lo primero es que nuestros clientes podrán tratar esos datos para generar marketing directo con envíos tradicionales pero con información que puede hacer mucho más eficiente su campaña. La siguiente, la más sofisticada, permite que si nuestro cliente tiene un servicio de soporte, información o de gestión de calidad, una vez llama un cliente o posible comprador, con apenas una pocas preguntas el operador puede situarlo en un campo o en otro y modificar a su gusto y criterio, orientado por un software, lo que será finalmente una venta o una respuesta satisfactoria.

Es un producto capaz de predecir que se va a vender más en tu empresa durante los próximos sesenta días y que clientes desertarán en consecuencia. Todo esto se logra con los datos de transacción fundamentalmente. Sin lugar a dudas, y tras dos días en la capital británica, entendí que toda la amalgama imperfecta de datos que ofrecen las transacciones está la mayor y más ajustada máquina de predicción. Nada que ver con las ‘encuestas’. Esto es real.

Durante los años que me dediqué al marketing y consultoría electoral  (todavía de vez en cuando acepto algún encargo sólo internacional), aprendí que las respuestas a las encuestas tienen un margen de error proporcional a lo directo de la pregunta. Es decir, si preguntas ¿me votarás? o ¿comprarás mi producto?, el margen de error por culpa de una respuesta no sincera es mucho mayor que si haces la pregunta indirecta e interpretativa al efecto de ¿qué partido le parece mejor cuando hace lo que nosotros hacemos? o ¿le gustan las patatas empaquetadas en una bolsa como las nuestras? Aquí, cruzando con el periódico que lee el encuestado o el refresco que suele beber junto a las patatas descifras si es cierto o no lo que responde y si va directo a tu empresa o partido. Por eso, para modelos predictivos, prefiero la gestión masiva de datos que la estadística.

Por cierto, en el análisis de estos datos no se identifica a nadie. No se almacenan datos confidenciales ni de identificación, algo que me preocupaba desde el principio. El pasado jueves me mostraron como, manejando las actitudes de compra de más de un millón de clientes a lo largo de más de cien millones de transacciones, se puede ‘predecir’ una compra en un lugar determinado y en un margen de tiempo de apenas media hora. Fue increíble.

En IDODI hemos apostado siempre por la tecnología que aporte valor y entienda el momento económico actual. Hay dos maneras de vender más hoy en día. Con nuevos clientes o vendiendo más a los que ya tienes. No es fácil ganar nuevos clientes pero si es relativamente sencillo lograr que los que tienes compren más. Con Openshopen, uno de los desarrollos que ya han echado a andar solito, se logró eso adaptar el momento histórico y económico que vivimos con la necesidad de gestionar el comercio local pero electrónicamente.

¿Qué piensas del big-data? ¿Es momento de invertir más desde tu empresa para vender más?

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La 'no burbuja' de los billones

Ayer se supo que Twitter perdió 645 millones de dólares el pasado ejercicio. Sin embargo su valor nominal es brutal y, a pesar de que a estas horas su valor bursátil se ha desplomado, en cuestión de días que se recuperará. Aunque no aparezca en la lista, bien podría ser miembro de una de las listas más selectas del mundo empresarial y tecnológico actual. The Wall Street Journal publicó un gráfico interactivo en el que figuraban más de 30 startups con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares. Son valoraciones objetivas en base a las entradas de capital que han vivido recientemente.
Curiosamente, aunque no es una sorpresa, en este club casi no hay empresas europeas, pero si hay chinas. Tengamos en consideración que el futuro que ahora estamos labrando en términos como ‘la Internet de la cosas’, ‘el Big-data’ y la ‘metamorfosis de la sociedad’, se construye desde la empresa, es la apuesta tecnológica que hacen las organizaciones privadas las que marcan los comportamientos, la evolución y los ritmos sociales. Si en Europa cada vez es más difícil reconocer propuestas que puedan ser consideradas determinantes en la escena empresarial y tecnológica del futuro mal vamos. Esta lista, a parte de ofrecer una posible tendencia hacia la sobre valoración de las compañías, también nos dice que Europa envejece. Es obvio y que lo hace de la pegajosa mano de sus dirigentes también.

Me cuesta ver como algo etéreo e inconsistente un volumen tan grande de afectados. Miles de millones de personas activando y desactivando procesos que, independientemente del rango y cálculo en el que se ubiquen sus cuentas de resultados, está claro que rigen y condicionan el presente y asignarán las bases del futuro. Seguramente, en cinco años se hablará de Facebook como se hace ahora de la Yahoo de hace una década, de Twitter de cómo se hablaba de Myspace y así con muchas otras. Esa es la esencia y esa es la maravillosa realidad. Nadie está en manos del monopolio de los usuarios aunque lo parezca, sin embargo el valor de todas ellas está en la inmensa gestión que hacen y podrán seguir haciendo aunque varíen sus modelos de negocio y experiencia de uso, de toda esa montaña de conocimiento adquirido a tiempo real.

Las opciones son dos: que la ‘digitoburbuja’ explote y nos muestre que valorar las empresas y cotizarlas por expectativas de facturación es un error, que otorgar valoraciones mil millonarias cuando apenas tienen ingresos (Tumblr fue comprada por más de mil millones cuando solo facturaba trece) conduce irremediablemente a la quiebra para enriquecer a especuladores atentos.

La otra opción. ¿Y si no explota? ¿qué aprenderíamos entonces? Tal vez, que todo ha cambiado y mucho. Que el balance no se mide como si estas empresas fueran una cadena de venta de electrodomésticos o una petrolera, ni tan siquiera como un medio de comunicación o un gestor de contenidos. Tal vez nos demos cuenta que en plena nueva era, en los albores de un cambio de sistema inédito, estas no dejan de ser otra muestra del nuevo escenario. Un lugar donde lo que se piensa tiene valor y lo que se hace deriva de ello, un espacio comercial donde se maneja información combinada y no sólo emitida, un cuadrante social donde se gestiona el coste de la interpretación colectiva de las ventas que la contabilidad resultante.

Vamos irremediablemente a la programación colectiva, a la utilización compartida de productos que fabrican otros, al desarrollo en beta constante de una plataforma sin límites ni fronteras que no podrá venderse de unos a otros, que no será capaz de saber donde empieza Facebook o donde termina Twitter, vamos a un sistema operativo global que mutará de estas (hoy llamadas) compañías. Pero también vamos a las impresionantes cadenas del longtail, de la economía low cost y a la diversión monetizada.

Ahora bien, algunas de estas empresas están muy valoradas mientras sus modelos de negocio siguen sin estar validados y lo único que aportan es unas cifras de usuarios y escalabilidad brutal, aunque eso no se monetice. Su valor no deja de ser otro que su expectativa y no tanto la cuenta de resultados. Está claro que el mundo ha cambiado mucho pero no creo que podamos mantener por más tiempo ese recorrido por el desierto a menos que esto responda a la creación de una enorme y reluciente burbuja tecnológica. Creo que no, pero también creo que veremos caer alguna y que su derrumbe arrastrará algunas que si estaban en condiciones de soportar ese escenario de futuribles pero que precisaban más tiempo.

La exhuberancia de la época de las puntocom y su posterior quiebra no es comparable. En aquella época se vendían por miles de millones un ‘powerpoint’ sobre un portal donde no había ni un usuario registrado. Eran tiempos en los que un tipo con un ‘vespino’ y un ‘portátil’ preparado con una presentación basada en plantillas ‘cool’ se plantaba ante un consejo de administración de un banco europeo y en apenas diez segundos le compraban la idea, el proyecto y metían a media familia en el paquete. Ahora no es así pero la valoración desmedida de algunas compañías podría ser un hándicap, pues si alguna de éstas al final se la valora en revisión y pierde esa enorme consideración, arrastrará a muchas otras y con ello estaremos en un escenario que tampoco responderá a la realidad pero que se basará en el pánico, sobre todo de los mismos que ahora están engordando los valores de estas mismas empresas.

Mi impresión coincide con la del Harvard Business Review que ofrece una sencilla explicación a esta lista de empresas con valoraciones mil millonarias: “un dólar en el año 2000 no equivale a un dólar en 2014, sino a 1,35 dólares. Eso para empezar. Si en lugar de realizarse la comparación en términos nominales se lleva a cabo en términos reales, se descubre de que de las 25 empresas estadounidenses en la lista, solo 15 superarían una valoración de 1.000 millones de dólares en términos reales

Creo que si entramos en argumentos más técnicos, como se reflejaba recientemente en una publicación como Sintentia, “veríamos que la razón contraria a la existencia de una burbuja sería una comparativa entre los ratios Valor y Ventas en 1999 y en el momento actual. Veríamos pues que mientras que en 1999 este ratio indicaba que se estaban valorando a las empresas por importes de 26,5 veces las ventas, las valoraciones actuales son de solo 5,6 veces las ventas”, lo que parece situarnos lejos de una hipotética burbuja, al menos en lo que a la relación entre valor y ventas se refiere. ¿Tú que piensas?

Facebook maneja datos de más de mil millones de personas, sus gustos, condiciones, relaciones y ocupaciones. Twitter es capaz de ofrecer información a tiempo real y, en breve, a conceder predicciones inverosímiles que los modelos ‘big data’ están atrapando. Gestores digitalizados de posicionamiento aplicados a compañías aéreas se basan en gestores de color o impresiones como las que entregan Pinterest o Tumblr establecen valores de empresa que hasta ahora no se contemplaban. Trescientos millones de usuarios en aplicaciones móviles como Whatsapp conceden expectativas muy distintas a todo ese universo de esa llamada ‘burbuja’.

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Como se podía leer recientemente en el Wall Street Jounal, una de estas empresas que aun no están en esa lista pero que probablemente lo estarán, Foursquare, ha logrado materializar un contrato con Microsoft por algo que si será determinante: los datos. Mientras que la publicidad en esa plataforma no arranca, lo datos que maneja de los millones de usuarios si son oro de muchos kilates. Ahora mismo la entrada de estos 15 millones por un convenio de colaboración vinculante ponen a los de la red de geolocalización en los 650 millones de dólares de valoración nominal. Yo sigo pensando que lo que se está organizando y posicionando es el futuro esencialmente y el modo en el que lo vamos a vivir, comprar y vincular a las empresas que diseñarán como nos acercamos a nuestros intereses más inmediatos.

 

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Está en tus manos

A partir de mañana en este blog trataré ejemplos de negocios en los que he tenido que ver. Sus aciertos y sus fallos. Detallaré temas de gestión de personal, management directivo y aspectos de desarrollo comercial o tecnológico. Una especie de terapia que será muy útil para todos creo. Pero hay dualidades que querré reflejar. Hay binomios que parecen resultado de la generalización, pero la estadística también lo es y nos la tomamos muy en serio. Seguramente el término medio sea el idóneo para todas las comparaciones, sin embargo, ¿innovación y emprender no deberían de ir juntos? ¿Son los emprendedores los gestores del cambio a partir de un valor por la innovación que se les presupone?
Innovar hoy en día es algo muy complicado, ya nada está limitado como en el pasado. Antes alguien que se ponía en marcha, primero estudiaba, luego trabajaba y al jubilarse se dedicaba al ocio. Ahora eso ha cambiado, primero se jubila, luego aprende y finalmente trabaja. O incluso de otro modo, primero trabaja, luego aprende y al final se jubila, para volver a trabajar más tarde o estudiar, vete tú a saber. El cambio de orden si afecta el producto. Es muy distinto. Por eso ahora decir que una cosa va ligada a la otra no es tan evidente, pero si sabemos que muchos de esos procesos están generando un verdadero valor innovador.

Hay ejemplos que demuestran lo que digo, pero, me quedo con uno denominado modelo de “ecoinnovación”. Concretamente uno que Gunter Pauli cita como experiencia de calado social en la isla canaria de El Hierro. Pauli “fue capaz de movilizar más de cien millones de euros en un año con recursos naturales como el viento, la marea o la agricultura“. Ahora mismo, cuenta que a partir de ese proyecto, surgieron 19 proyectos capaces de generar trescientos empleos. Pero como siempre pasa en un país donde emprender es pecado, se mantiene el escaso interés por este nuevo modelo.

Gunter Pauli es alguien admirable. Recomiendo descubrirlo a través de sus libros, de sus videos o de sus aventuras explicadas por otros. Sus libros se escriben en España muchas veces y lo curioso es que, en lugar de editarse aquí, se traducen en China y Corea prioritariamente. De hecho si quieres uno de sus últimos textos debes pedirlo en húngaro como más cercano. Este hombre dice cosas como esta: “cuando se toma café sólo se aprovecha el 0,2% de un grano de café, nadie presta atención al otro 99,8%”. Con él, en Colombia se producen hongos tropicales a menor precio y con más calidad que los chinos y nadie lo destaca, siendo uno de los elementos farmacológicos más potentes y efectivos contra múltiples acepciones y enfermedades cutáneas”.

Sigo pensando que el grado de responsabilidad de los emprendedores digitales y tecnológicos es muy alto. Somos de algún modo quienes, obligados o no, debemos impulsar cambios severos en la manera de gestionar empresas, en los valores de éstas y del modo en el que se relacionan con otras de su misma ‘especie’.

En esta nueva era, en este nuevo ecosistema plagado de ideas, en ese nuevo mar en el que deberemos navegar, los que antes entiendan que deben impulsarse con vientos desconocidos, los que sepan que es tiempo de veleros y no de lanchas motoras, esos sobrevivirán, crecerán y serán mucho más felices. Los que escuchen a sus mandatarios, a esos dirigentes aparentemente perdidos, a esos que cambian sus previsiones una y otra vez, los que esperen de ellos que les ayuden a sobrevolar este momento crucial de la historia sufrirán mucho más.

No es momento de subsidios sino de purgas, no es momento de alargar agonías sino de amputar aquello que está podrido. El sistema es demasiado duro y robusto como para permitir un parto sin dolor, pero el sistema no es inmune. El momento está cerca y me ilusiona enormemente que así sea. Deseo un mundo mejor para mi hijo, mejor que este. Me gusta pensar, y me estimula hacerlo, que yo puedo ser parte de esa metamorfosis a pesar de políticos y derivados, que en mi mano está la opción de innovar, emprender, innovar emprendiendo y emprender para innovar. En mi mano está todo cuanto yo quiera.

La innovación no nos dará el paso a este nuevo escenario por si misma pero sin ella será imposible salir de modo efectivo y completo. Por eso es imprescindible que los motores económicos preexistentes asuman su condición e innoven en lo fundamental. Si no se les anima, en momentos de escasez, pocos lo harán y estaremos perdiendo la gran oportunidad de modernizar y posicionar este país en la vanguardia económica que nos venden.

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Los resultados de Facebook

Hace pocos días comentábamos que algunos indicadores podían estar señalando que Facebook estaría iniciando un descenso hacia el infierno. Informes como el de Princeton aseguraban fechas concretas y números directos de pérdidas de usuarios. A fecha de hoy lo único que sabemos es que en el histórico de valor de la cotización de la red social y de su número real de usuarios activos siguen creciendo y parecen muy lejos de lo que podría ser un final a la vista. Nadie puede asegurar que ese traspaso suceda, de hecho es un secreto a voces que Facebook tiene algo menos de repercusión en las campañas elaboradas que hace unos meses, pero puede que simplemente sea un ajuste hacia nuevos modelos de gestión en el uso de la red a título publicitario, comercial o profesional. Pienso que las empresas que han puesto rumbo al futuro están consolidando su negocio y su escenario de manera cada vez más eficiente. Creo que se aprendió mucho más de lo que parece de la burbuja puntocom.

Facebook es una mina de oro, al menos de momento. La compañía dirigida por Mark Zuckerberg se ha disparado completamente en bolsa después de presentar este miércoles sus resultados. Las acciones que cotizan en el Nasdaq 100 han abierto esta tarde con un crecimiento del 15% hasta alcanzar los casi 62 dólares,  su mejor dato desde que la compañía se estrenara en bolsa el 18 de mayo de 2012. La fiebre ha sido tal que las operaciones durante el cierre del mercado llegaron a aupar los títulos a un crecimiento cercano al 20%.

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Obviamente no se puede decir que una empresa pueda estar en crisis o vislumbrarla en el futuro cuando la facturación de la compañía asciende en un año a 5.788 millones de euros, un 55% más que en todo 2012. Sin embargo no olvidemos los motivos por los que se asegura que puede estar iniciando un retroceso en los usuarios del futuro, los jóvenes, y consolidando los que exigen menos innovación.

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Emprendedor tecnosocial

Leo que la tecnología, los tiempos que corren y la sucesión de acontecimientos que se derivan de la vanguardia digital podrían ser perjudiciales y negativos para el aspecto humano más esencial. Hoy os relato dos casos que son significativos de cómo la revolución que vivimos como sociedad también toca desde esa piel a todo nuestro entorno. Aquí un par de ejemplos, de muchos otros, que demuestran que tecnológicamente la solidaridad es mucho más potente y radical. Emprendedores tecnológicos y sociales, startups del futuro que no se amedrentan ante lo que debe de ser justo y lo que, por culpa de esa enorme y fantástica metamorfosis que vivimos como especie, no lo está siendo todavía.
El tiempo ubicará a esa cuarta parte de la humanidad que va a perder su empleo en los próximos treinta o cuarenta años, el tiempo y la inteligencia trabajarán para que esos miles de millones de personas logren encajar en un planeta donde el trabajo pase a ser un modo de vida y un mecanismo para generar riqueza transversalmente y así que llegue a una distribución mucho más equiparada. Mientras tanto conviviremos con lo despiadado de ese curso, con la pobreza y la exclusión de quienes no lleguen a tiempo a esa reconversión íntima. Por eso es tan importante que la tecnología, a la que se le culpará de que por su progreso muchos sufrirán, se encargue también de minimizar sus efectos.

Ha llegado el momento de la emprendeduría tecnosocial, es una deuda que la sociedad tecnológica está adquiriendo con quienes no se pueden subir a su carro y que es bueno nos pongamos a pagar ya. Vivimos una ola de aplicaciones y plataformas que intentan beneficiar a quienes menos tienen y valdría la pena estructurar el nacimiento de muchas más. Son aplicaciones móviles, propuestas de crowdfunding y apoyo al comercio electrónico.

Hace unos meses conocí a Rose Broome y me quedé fascinado por la pasión y la delicadeza que aplica a su proyecto. Por un lado es capaz de mover lo que haga falta para determinar por donde quiere que vaya su proyecto y por el otro lo hace con un cuidado extremo sobre las personas a las que afecta. Su compañía se llama HandUp y trata directamente de apoyar a aquellos que no tienen donde dormir. Me contó que decidió ponerse en marcha en crear un proyecto como HandUp al ver una mujer en la calle pasando frío y con una manta muy fina para evitarlo.

HandUp ayuda a las personas sin hogar en San Francisco, dándoles la oportunidad de solicitar donaciones a través de mensaje de texto o un perfil en línea. La compañía edita unas tarjetas de visita para repartir con las instrucciones dirigidas a los que deseen ayudar. Con el dinero que envían los usuarios de la plataforma, la persona sin hogar recibe unos créditos canjeables por artículos a través del Proyecto Homeless Connect .

Lo bueno del modelo bidireccional es que no tan solo se ayuda o se genera un espacio de adecuación de los recursos, mirando los listados y tamaños de los grupos se conciencia de la grandiosidad del ajuste que vivimos como sociedad, de lo enorme que es ese espacio de pobreza extrema y que tras cada fotografía, tras cada cuerpo tirado en un cajero tapado por cartones descansa y se lamenta un ser humano como tú o como yo pero, o con menos suerte, menos capacidad o menos amigos.

Estar cerca de los problemas ayuda a entenderlos en su justa magnitud. Cuando he ido a Africa para ayudar en dos proyectos en los que estoy implicado hace muchos años, la pregunta siempre es la misma: ¿no te da ‘cosa’ ir a esos lugares tan duros para un ‘europeo’? Mi respuesta también siempre es la misma: la vida es lo que vives, es a lo que te enfrentas, no lo que te cuentan o te advierten que es mejor no vivir. 

Otro gran tipo que he tenido la suerte de conocer es Chase Adam, fundador de Watsi. A Caza lo pude escuchar durante un evento en el que ambos participamos en Costa Rica. Allí pensó su plataforma de crowdfunding con la que ayuda a personas del tercer mundo a fin de que reciban tratamiento en temas de salud. Hoy ya lleva financiados más de mil. Watsi trabaja con una red de hospitales y organizaciones médicas. Cuando un paciente entra en una clínica con síntomas que cumplen los criterios de Watsi, el paciente puede optar por el programa, y tan pronto como hayan sido aprobados, podrá ser tratado.

Hay otros proyectos que acercan la tecnología y la emprendeduría social, muchos que tienen bondades y elementos que permitirán hacer menos duro este tránsito hacia un nuevo modelo social y económico. Muchas que van naciendo en todo el mundo. Enumero cuatro más que no tienen ni orden de importancia ni elementos de juicio o envergadura pero que, como las dos anteriores, sencillamente son ejemplos, anécdotas que ojala pudieran ir conquistando el paisaje digital de un modo más evidente.

Os recomiendo echar un vistazo, sintiendo el motivo y no tanto el modo, a estas plataformas que a mi me parecieron delicadamente apasionadas. Son soko, prizeo, homejoy o appsforaptitude entre decenas más que no he podido revisar.

En la aceleradora en la que soy socio, Conector, pusimos como elemento imprescindible que en cada proceso de aceleración hubiera por lo menos una startup de este tipo. ¿Por qué no me dices las que te parecen a ti interesantes de señalar y les damos un poco de publicidad?

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Compañías rumbo al futuro

Las empresas que marcan el ritmo económico o por lo menos lo animan son las tecnológicas. En el ámbito corporativo algunas ya están de compras, otras plantean fusiones estratégicas y unas más se preparan para su salto al parqué.
Yahoo adquirió el lanzador de aplicaciones. La operación puede haber costado unos 80 millones de dólares. Es una compra más que se acumula a las de Tumblr, Summly y otras. Facebook está obsesionado por no perder el tren del teléfono móvil. Sus compras se han materializado con Little Eye Labs y Branch. Las compras pueden haber sumado 15 millones. Google sin embargo ha ido mucho más lejos y su factura le ha subido 3.200 millones de dólares. Concretamente es lo que le ha costado comprar Nest. Parece ser que la conquista de 2014 tiene un terreno de juego claro: dispositivos móviles, geolocalización inversa y patrones de comportamiento.

Por otro lado tenemos las valoraciones que los mercados hacen a empresas cuyos modelos de validación siguen pendientes del encaje con la economía tradicional (antigua). Por ejemplo pasa con Dropbox que podría haber cerrado una ronda de financiación gigantesca. Casi 250 millones de dólares que valoraba a este almacén tecnológico en la nube por encima de los 10.000 millones de dólares. Cabe destacar que con la rondas previas que ya ha tenido el total suma más de 507 millones de dólares para un negocio con mucho consumo y gasto, un modelo de negocio calibrado pero con dudas sobre su viabilidad a medio plazo.

¿Dropbox tiene potencial como para valer 50 veces los ingresos que espera lograr a lo largo del año 2013? Tal vez la pregunta no está bien formulada. Volvamos a intentarlo para ir descifrando que pasa en el mundo de la Nueva Economía. Sería ¿tiene Dropbox una posición dominante para influir a medio plazo en los modelos de almacenaje, logística digital y modelos de transferencia de datos? El resultado económico es imprescindible para medir eso, pero hoy en día no es exclusivo y debemos interpretar la capilaridad de la economía relacional, de datos y distribuida. Además, el cloud computing, junto al big data, el comercio electrónico inteligente y la Internet de las cosas son los escenarios donde el futuro se va a ir definiendo.

Sin embargo todo gira en torno al mismo elemento. ¿Vale tanto lo que compran las grandes? ¿Es lo mismo facturación que expectativas? ¿Cómo generarán negocio suficiente que justifique su valoración y la apuesta que hicieron los inversores? En principio ese no es el objetivo inmediato. Seguimos bajo el modelo de la influencia, de la creación de empresas diferentes donde el ‘fremium’ (que no gratis) y los entornos de consumo en diferido estarían permitiendo que el talento no estuviera sujeto sólo a una tabla contable.

Puede que el mundo tarda mucho en aceptarlo pero son tantos y tan extraordinarios los cambios que vivimos que algunos parecen un tremendo absurdo. Que Pinterest esté valorada en más de 3.800 millones de dólares y no haya emitido ni una sola factura es parte de ese escenario difícil de explicar en una cena familiar. La teoría del ‘crea masa crítica que luego ya veremos como le sacamos rentabilidad’ es un poco bruta pero es una de las dinámicas que viven esas empresas. Sin llegar a ese ‘claim’ si es cierto que la economía digital y los modelos vinculados a la Nueva Economía exigen interpretaciones muy distintas a las tradicionales (antiguas).

En contraste, las grandes tecnológicas, esas que van de compras presentan sus cuentas. Apple mostrará cierta dificultad para crecer más, Yahoo describirá su sólido modelo publicitario, Facebook explicará que la huida de usuarios no es tan grave y que la compensará con una apuesta absoluta al móvil, Amazon explicará mañana que crece de manera sostenida camino de un monopolio logístico impresionante y Google se presentará algo más moderado que en otras ocasiones por lo que se comenta.

Por supuesto que no vamos ahora a pensar que detrás de tanto millón no hay especulación, intereses y desidias, por supuesto que no, pero tampoco podemos negar que la mayoría de esas compañías nacieron de mentes privilegiadas, manos creativas y espíritus exploradores. Soñadores que lograron encajar sus anhelos con las voluntades económicas de otros. El resultado fue lo que ahora vemos.

En definitiva, las grandes tecnológicas son tan interesante de estudiar como de utilizar. Estamos en sus manos en gran medida pero también somos sus propietarios por el tremendo uso que hacemos de ellas y como les marcamos lo que queremos que suceda con sus modelos evolutivos. Creo que tienen cosas malas, como todo lo que es tan enorme, pero también que lideran, de manera privada, y desde el valle de los sueños emprendedores e innovadores, la revolución que nos lleva a la siguiente parada: el futuro.

En nuestro país se lleva poco eso de sumar, fusionarse, las operaciones corporativas o las que generan valor multiplicándose. Deberíamos atender a como crecieron otros para entender como podemos crecer nosotros. Tener empresas mundiales que exporten conocimiento depende, también, de creer que es posible. Por supuesto que hay que poner el caldo y la olla en el lugar donde eso pasa, pero el interés de los implicados debe ser el de crear algo enorme, revolucionario y universal.

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Dinero del futuro y pago 3.0

El presidente de PayPal, David Marcus, es un tipo directo y brillante. Por lo menos cuando considera que tiene que marcar el ritmo de los acontecimientos así se muestra. Lo conocí en Santa Bárbara hace tres años y por lo que he visto en el video que os enlazo sigue estando bajo el mismo sentido de la oportunidad y de la visión de negocio. Os recomiendo su perfil de Twitter, que aunque no es que tenga muchos seguidores si es realmente descriptiva de su manera de dirigir un gigante tecnológico y financiero que ahora es propiedad de eBay.
Marcus define el dinero del pasado como moneda 1.0, el dinero plástico vinculado a tarjetas el 2.0 y el 3.0 que él considera se describe dentro del pago móvil. Estoy de acuerdo y además considero que ese método va a ser determinante en el equilibrio global del planeta. Es impresionante ver como los métodos de pago mayoritarios en países africanos es vía teléfono móvil. Los países más desarrollados y con mayor penetración en este tipo de modelos de pago son los del cuerno de África concretamente por encima de cualquier otro del mundo ‘desarrollado’ y extra tecnológico.

Todo, en el campo de la economía relacional y de los escenarios de pago convergerán en el móvil. PayPal asegura que el ‘cash’ se mantendrá un tiempo pero dejará de usarse en unos años. No muchos. La tecnología Beacon es clarísimamente un paso hacia eso, que sumado a la Internet de las cosas que comenté el otro día hace del mundo del pago y la gestión comercial un innovador espacio de relaciones empresariales. Importante para los que venden, pero también para los que compran, sin dejar de lado los que piensan en la relación entre ambos casos.

Que PayPal cobra un buen pellizco por transacción es de todos conocidos, que tal vez en muchos casos puede parecer un modelo derivado del bancario también, pero que esta empresa está trabajando duro en los arquetipos de pago y cambio del futuro junto a un conjunto de plataformas y compañías a modo de ‘pool’ monetario es un hecho que muchas entidades financieras del mundo deberán tener en cuenta muy pronto. No por amenaza en el negocio, que también, sino para entender, de una vez, por donde va todo eso de la gestión y la intermediación de pagos y cobros. El futuro está aquí, hoy ya es pasado.

Con bitcoin (mal día para hablar de la moneda virtual en cuestión) y otros puntales de la nueva era de la inversión económica entramos ya en la sala de espera de un nuevo mundo también en este campo. El oro, el dólar y otros activos considerados patrones de cambio se empezarán a diluir, en unos años, entre el conjunto de otros que formarán patrones más tecnológicos, menos intuitivos y más exactos, con mayores cifras de seguridad y menos de incertidumbre. Eso es lo que entiende el nuevo PayPal y como experimento está bien observarlo.

Los que nos dedicamos a eso del comercio electrónico sabemos que hay una ola de dinero que se está llevando por delante el comercio analógico le debe su crecimiento a los tiempos de espera, a las garantías de seguridad, a la fe de comerciantes y consumidores, pero ahora, sobretodo tendrá que ver con la buena y eficientes transición a los pagos via teléfono móvil y sus derivadas técnicas. Tiene que ver con el uso, la experiencia del modelo de compra y de factores de acomodación al uso de tabletas, ‘smartphones’ y dispositivos de todo tipo. Es la era de lo ‘light’, del menos es más.

El monedero digital es evidentemente el salto social inminente, que si a su vez se le permite dialogar con objetos y ofertas, estaríamos ante la Internet económica y social de las cosas. Según Marcus, esto sucederá en menos de cuatro años.

Me preocupa, atendiendo al valor de los datos, que hacen con todo lo que aprenden, saben y descubren de las operativas y comportamientos comerciales de sus clientes. El Bitcoin no se convertirá en una verdadera moneda en 2014. Su precio es demasiado volátil para los comerciantes, que gustan de fijar los precios fijos. Tal como se establece, esto puede cambiar. Por ahora, PayPal tendrá que esperar hasta que los reguladores de todo el mundo deciden cómo manejar la situación antes de PayPal puede iniciar transacciones en el mismo.

 

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Próxima estación: 'emergentes'

La semana pasada se vivió la peor liquidación de divisas registrada en los mercados emergentes en cinco años. La reducción gradual de los estímulos monetarios en Estados Unidos están provocando los primeros síntomas de tipo global. Hay monedas con las que no solemos interactuar o saber poco pero que tienen un papel muy importante en, por ejemplo, la internacionalización de una compañía o de una startup. No todo funciona en dólares ni tampoco, en caso de que al final las pasarelas de pago locales así lo determinen, se puede operar con él.

La lira turca, el rand sudafricano y las monedas de Brasil o Mexico se fueron a niveles de 2008. En este cuadro yo no incluyo ni a Argentina ni a países de órbita compleja como Venezuela. Estos tienen otros problemas y son países donde yo no invitaría nunca a invertir ni un céntimo.

Mientras que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica fueron algunos de los motores del crecimiento mundial tras la crisis financiera de 2008, los mercados emergentes estarían empezando a representar una amenaza para la estabilidad financiera mundial. Nada es gratis en esta vida y lo que te dieron se lo vendrán a cobrar. Países como Colombia, que suponen un destino muy interesante para los que exportamos tecnología y que pertenece a un modelo comercial ideal pues su penetración digital es creciente, su nivel de vida ha mejorado notablemente y la proyección productiva es espectacular, también pueden estar en la sala de espera de su propia equivocación. Son crecimientos poco orgánicos y muy vinculados a que muchos inversores buscaban resquicios por donde invertir en el momento que el ‘primer mundo’ flaqueaba. Es importante ahora asegurar lo que era auténtico de lo que era fachada.

Me temo que pueden encontrarse en una encrucijada para la que no se han preparado y eso que llamaron crisis y que yo denomino ‘revolución’ esté iniciando su segundo capítulo ahora en ‘los países emergentes’. Oiremos cosas como que “el entorno actual es potencialmente muy tóxicos para los mercados emergentes“ o “es mejor no aconsejar invertir en mercados emergentes“. Ambas frases las pronunció la semana pasada Eamon Aghdasi de Société Générale, un tipo que conocí hace unos cinco años en Nueva York y que era el abanderado de la inversión en China, Brasil, México y otros.

Y es que el susto lo tienen en el cuerpo unos más que otros. China se puede contraer por primera vez en seis meses, sumándose a la preocupación de que el crecimiento está perdiendo empuje en la segunda economía más grande del planeta. Eso nos guste o no tiene que ver con ese macroajuste universal al que se está viendo sumida la humanidad. Tiene que ver con unos tiempos que parecían sólo afectar a las economías más desarrolladas y que, esa revolución, solo atacaba y se producía en el occidente desarrollado. La revolución digital y socializada tiene ya una expresión financiera y productiva en todos los países, incluso aquellos que no parecían implicados en esta metamorfosis socialmente y tecnológicamente planetaria.

Esto el principio del gran ajuste. De nuevo, como ciudadanos, pagaremos el desconocimiento general de quienes nos gobiernan. No es culpa de ellos, es, básicamente, motivo de que vivimos tiempos de cambio de época.

El Fondo Monetario Internacional pronostica que la ventaja que tuvo en el pasado el crecimiento de los mercados emergentes en relación a las economías más avanzadas, se reducirá este año a su menor nivel desde 2001. Que lo diga el FMI no es garantía de que tenga que suceder. No es necesario listar toda la cantidad de sandeces que han pronosticado estos burócratas alejados de la realidad. Sin embargo es cierto que, sin explicar el motivo, lo que se avecina es un cobro brutal por parte de los países ‘avanzados’ sobre los que ‘se aprovecharon de la crisis de éstos’. El cobro puede ser sangrante. Ya lo veremos.

De momento, sólo aconsejar a los que estamos trabajando modelos de negocio basados en escenarios complejos vinculados a países que van a vivir tormentas financieras, productivas y de, probablemente, cambios políticos y convulsiones sociales, que reajusten los planes de expansión y preparen diferentes modelos de flexibilización de esas campañas internacionales. Ya no va a ser tan fácil, será preciso tener un buen background, experiencia y espíritu de sacrificio para soportar muchos más viajes a fin de concluir operativas abiertas que se pueden romper en minutos.

Aunque hablamos de divisas, y hace muchos años que dejé de trabajar en ese mundo de la mano de Forex, la realidad y mi memoria me hace percibir que las antesalas de muchos procesos económicos empiezan o por la deuda o por el cambio de moneda. Mi consejo es asesorarse bien, no aventurarse si no se conoce el escenario y sumar con experimentados exploradores si es el caso. El mundo sigue su transformación, dura en los países ‘avanzados (sumergidos)’, progresiva en los ‘emergentes’. Para que todos floten será preciso un mundo más equilibrado y la tecnología lo estimula pero el hombre lo retrasa. Tengo claro que la primera se llevará por delante la voluntad de los segundos. De momento la siguiente parada de la revolución ya se ve a lo lejos: los mal llamados emergentes. ¿Porque no les contamos lo mal que lo hemos hecho nosotros?

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Las duras reglas de la Nueva Economía

Llevamos días hablando del futuro. No es una novedad. De hecho lo hemos ido haciendo todos desde hace casi una década. Empezamos con los avisos sobre lo que se cernía sobre nosotros, luego sobre como sería eso de las redes sociales, más tarde sobre negocios digitales, también pusimos en alerta la revolución emprendedora que se avecinaba y, por supuesto, en que consistiría el modelo social del futuro en términos tecnológicos y económicos. Seguiremos aportando esos juicios acerca del futuro. Es bueno y ayuda a marcar estrategias.
Ayer pudimos leer un estudio de John Cannarella y Joshua A. Spechler de la Universidad de Princeton que vamos a vivir cambios notables en el mundo de las redes sociales. En ese entorno de relaciones humanas digitalizadas que supone, por ejemplo, Facebook la metamorfosis ha empezado. Que el ingenio que mueve las conciencias y las disposiciones comunicacionales de más de mil millones de personas en el mundo pueda estar a tres años de su desaparición tiene importancia nos guste o no lo que representa.

Estos señores pronostican el inmediato proceso de hundimiento y mortalidad de la criatura de Zuckemberg. Sus conclusiones indican que este año Facebook reducirá hasta un 20% su tamaño, para experimentar a continuación una caída en picado que le llevará a perder el 80% de su actividad entre 2015 y 2017.

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Nadie está a salvo en esta economía cambiante y rápida, en este Fast-food de la innovación. La gent más joven está en huida masiva de la ‘vieja’ Facebook para refugiarse en otras más inmediatas, flexibles y epidérmicas como Twitter, Instagram, WhatsApp o la increible Snapchat. Parece ser que estar en Facebook empieza a verse como algo poco ‘cool’ y ‘plagado de gente mayor’. Recordemos que los jóvenes son los ‘early adopters’ por excelencia de este tipo de escenarios y los que determinan los flujos de la moda, algo tan superfluo e inconsistente a veces como determinante otras.

Mi impresión, no obstante, es que Facebook se podría morir por su propia estructura de negocio. Demasiado anuncio vinculado al propio y endogámico modelo de pautar tus impresiones. Tal vez las empresas dedicadas a esto logren ubicarse en el punto exacto pero conozco centenares de casos que ponen en duda la eficiencia o la ‘sinceridad’ de esta opción en las campañas de la red social en cuestión.

Estamos presenciando el principio del fin probablemente en Facebook. GlobalWebIndex ya reconoció una caída del 3% en el uso de Facebook durante la última mitad de 2013. Otros datos, los de Jaffray mostraban que el 26% prefiere Twitter, mientras que únicamente el 23% opta por Facebook.

Tal vez sea un error mantener la dirección sobre el modelo de anuncios y su réplica ‘googeliana’ que iniciaron hace tiempo. Ahora dicen que están desarrollando una red publicitaria móvil propia. El gigante social anunció el miércoles que se estaba llevando a cabo un examen para ayudar a los desarrolladores de aplicaciones monetizar el dispositivo móvil.

Como parte de la prueba, Facebook dijo que estaba ampliando su focalización para mejorar la relevancia de los anuncios que se muestran. La verdad es que parece que han perdido la iniciativa y todo cuanto anuncian va unos pasos por detrás de lo que su ‘competencia’ presenta. El desarrollo de esta red de publicidad por parte de Facebook se produce después de Twitter lanzó la suya el mes pasado, tras la adquisición de MoPub.

¿Que opinas de que una de las empresas con mayor cantidad de gente implicada del planeta pueda desaparecer en tan poco tiempo? ¿que crees que está afectando en un mundo tan rápido y cambiante?

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Soñadores, habilidades y empleo

Hoy hemos sabido que en España hay menos parados que hace un trimestre. Lo que por desgracia no parece fruto de ninguna política activa pues si así lo fuera, también lo tendría que ser que ahora, también, hay menos gente trabajando. ¿Dónde se han ido unos y otros? Hemos hablado muchas veces de que las cifras y la realidad no concuerdan cuando salen de la boca de un tecnócrata pagado por su partido.
Ayer un miembro de mi equipo me decía que prefería trabajar conmigo en Irlanda porque se había dado cuenta que estaba potenciando alguna de sus habilidades que consideraba más importantes para el futuro. Me aseguró que el tema del paro y de la falta de oportunidad no tiene que ver solo con la situación económica, que tal vez el asunto iba de no haber entendido bien el momento histórico y laboral que tenemos. Me habló de oportunidad, no de problema.

Recordé haber estado leyendo hace pocas semanas acerca de los empleos del futuro, de las habilidades que se exigirán en el futuro inmediato y de cómo los empleos que están dando más oportunidades también relatan nuevos modos de acción y relación. Hablamos de conectar empleos que no existían hace apenas cinco años con habilidades que no eran determinantes tampoco en esos momentos.

A pesar de que las habilidades que más me interesan están fuera de él y detallo al final del post, os quiero mostrar algunos fragmentos del informe ‘future Works skills 2020’ describe algunas de estas habilidades y que muy bien relata Ignasi Alcalde en un resumen publicado recientemente.

La primera es la síntesis objetiva. Cuando estableces un modelo de gestión que no es vertical, que se basa en la flexibilización de la propia compañía y sus posiciones, es evidente que lograr una acción coordinada exige determinar la síntesis de los puntos clave que nos ayuden a crear una visión unificada antes de tomar decisiones.

La segunda es la inteligencia social argumentada en la capacidad de conectar con tu entorno para estimular interacciones tal y como esperamos. Comportarse de manera flexible y adaptativa permite que los que nos rodean permitan la construcción de grupos eficientes y colaborativos.

La tercera es para mí la más importante. El pensamiento adaptativo. Una habilidad que surge de la superación de barreras o rutinas, que innova y crea y que se convierte en algo novedoso, atractivo y fundamentalmente divertido.

La cuarta, según el informe, trata de equiparar entornos culturales y habilidades lingüísticas y saber tratarlos sin problemas. Obviamente no se trata solo de hablar varios idiomas, cosa que es imprescindible hoy en día, sino que en el futuro inmediato lo determinante será combinar edades, culturas, lenguas y contextos en la propia empresa y reproducirlo a escala.

La quinta competencia que marcará el modelo de empresa en breve será la capacidad para el procesamiento de datos. Una especie de derivada computacional de nuestro modo de razonar. Entender los conceptos abstractos y razonarlos para poder traducir su significado y aumentar las funciones para sintetizar la información requerida.

La sexta no es opcional. Se trata de la alfabetización digital extrema. Pero el informe no habla de un entorno epidérmico de los medios digitales sino que asegura que en el futuro los trabajadores deberán tener fluidez en varios formatos para evaluar información de forma crítica y comunicarla a través de diversos canales que ahora mismo más parece vinculados a las cosas que a las pantallas.

La séptima nos indica que el conocimiento de nicho no será competente. Se espera que los trabajadores de nueva generación sean capaces de entender conceptos a través de múltiples disciplinas. Deberán poseer un profundo conocimiento de al menos un área, pero deberán tener la capacidad de conversar en los idiomas de otras materias.

La octava indica que en el futuro inmediato los trabajadores se vincularán de manera virtual a grupos y equipos. Está claro que eso ya es una evidencia, pero hablamos de naturalizarlo en el sentido más físico del término. La batalla moral al respecto va desapareciendo y otorgando valor a las relaciones digitales entre las empresas.

Hay varias más en ese informe pero yo quisiera incorporar tres que me parecen imprescindibles y que tienen que ver más con mi propia experiencia y en lo que yo detecto en el día a día. No me sirven esas competencias anteriores sino son bien mezcladas con modos y actitudes, con maneras de ser.

Una primera que habla de sueños como motor vital en un trabajador. Si no se estimula la necesidad de soñar para trabajar lo datos, las habilidades, las competencias y las obligatoriedades no valen un pimiento. Esto va de subir montañas, de vivirlas con intensidad en la subida, en relajarse un momento al llegar y de bajar a toda prisa para subir otra. La habilidad más importante para mi es la que tendrán aquellos que comprendan que no hay ‘empleo’ o ‘proyecto’ definitivo o para toda la vida, que lo que hay son miles de pasos y sucesos estimulantes, de errores y caídas, pero que lo importante, el ‘skill’ definitivo será saber disfrutar, cambiar y levantarse si toca.

Reclamo el derecho a ser un soñador, a creer que todo es posible. Es demasiado sencillo asumir la derrota y hacerlo sin mover un dedo. 

Una segunda que evidencia la necesidad de saber tratar con objetos hiperconectados y entender que en ellos se está reproducieondo la nueva revolución digital y tecnológica, que el nuevo escenario está repleto de datos pero también de cosas conversando.

Esperar que algún proyecto de base tecnológica resuelva problemas o situaciones que tienen que ver con lo cotidiano es muy estimulante. En ocasiones esto es realmente muy relativo y superficial pero pueden esconder grandes expectativas.

Y la tercera trata de conquista emprendedora, de abandono del ‘todo es culpa de otros’. El ‘worker’ del futuro debe tener unas competencia técnicas como las que hemos dicho pero también debe ser alguien que comprenda el momento y el escenario actual, que entienda que esto va de divertirse, de conquistar tu propia existencia, de determinar lo que quieres ser, de buscar tu destino y de que, ya que vas a pasarte la vida haciendo básicamente una cosa llamada ‘trabajar’, que sea exactamente como lo habías soñado.

A veces pienso que el emprendedor tiene una composición molecular peculiar. Se diferencia de otros individuos por ser creativo en mayor o menor medida, disponer de una gran intuición, incluso si fracasa, de un grado de optimismo patológico que puede perfectamente mezclarse con un espíritu crítico y analítico de la realidad, un emprendedor no es un iluso, es un valiente que decide tirarse por un acantilado sin saber, muchas veces, que le espera allí abajo.

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El concepto trabajar en la Nueva Economía

La velocidad con la que circulamos por la historia cada vez es mayor. Hace una década no existían las empresas que ahora marcan nuestro día a día de manera irremediable. Compañías que no tan sólo son parte de todo lo que nos afecta sino que además son las más valoradas económicamente en algunos mercados de valores. Hace cinco años no existían tampoco una gran cantidad de ‘oficios’ que ahora son los más demandados. Curioso ver también como esos nuevos modelos laborales se basan en otros procesos profesionales que nada tienen que ver con el pasado.
Yo trabajo muchas horas al día. De hecho me cuesta separar el trabajo de mi propio ocio personal e individual. Cuando no afecta a nadie, mis lecturas, paseos y diversión gira entorno a aprender algo que mejorará mis proyectos, a reflexionar sobre alguna nueva idea o a conversar sobre mis sueños que suelen tener algo que ver con lo digital, lo emprendedor o la vinculación a personas con ese espíritu. Dice un buen amigo mío que ‘si odias los lunes es porque aun no estás haciendo lo que te apasiona’.

Mi familia sabe que me encanta hablar de los elementos que me afectan en mi vida profesional porque tiene que ver con mis instintos, sueños, valores y metas. Mis amigos suelen tener vínculos en mi entorno profesional o, como mínimo, saben de que va. El deporte me enlaza con el sacrificio y la superación y cuando escribo o hablo en público también tiene ese tono que domina mi paisaje mental y emocional. Y no soy adicto al trabajo, soy adicto a soñar, lo cual, os aseguro, es algo muy distinto.

Hace muchos años fui un adicto al trabajo. Dedicaba mi vida a una agencia de compra y venta de acciones, luego a otra de inversiones y también a otra proyectos digitales. Trabajaba mucho obsesionado por los resultados y poco por el recorrido. Terminó el día que descubrí que si quería disfrutar de la vida, atendiendo que me gustaba trabajar, debería de hacerlo en aquello que me permitiera tocar el cielo de vez en cuando con los dedos.

Los sinsabores que he vivido no los recuerdo aunque me enseñaron. No pienso en pasado, aburre. Pienso en cada uno de los millones de segundos que me quedan por conquistar, los centenares de personas que con las que trabajaré en los próximos mil años.

Volver a poner el trabajo en el centro de los valores porque el trabajo de hoy debe ser concebido como experiencia íntima y emocional, como factor de conquista de algo más que dinero o reconocimiento, debe ser abiertamente un propósito de satisfacción moral y del conocimiento. Trabajar para aprender, para innovar socialmente e individualmente.

Existe la concepción de que eso del trabajo es un atraso de la humanidad y por eso buscamos métodos para minimizar su carga. Es cierto que cada vez ‘trabajaremos’ menos según esa manera de describir el trabajo. Vamos a una sociedad donde el elemento laboral deberá ser considerado como algo muy distinto y de calificación diferencial según lo que se logre con ello, pero a la vez cada vez ocuparemos más tiempo en ese crecimiento personal vinculado a ‘estructuras conectadas entre lo laboral y lo personal’. Por poner un ejemplo podemos ver que los profesionales más demandados este año pasado en Linkedin están centrados en profesiones inexistentes hace muy poco como marca el gráfico acompaña el post de hoy.

Trabajar debe recuperar el valor del progreso y la innovación como factor social y personal. El hombre ha progresado por ese esfuerzo en el trabajo, por esas ganas de construir, de creer y de inventar. Arte, cultura y trabajo constituyen los elementos de evolución que el hombre ha precisado históricamente.

No estoy hablando de la cultura del esfuerzo, o el sacrificio, que es otra cosa y que suena más a penitencia y sumisión, a explotación y entierro, no, yo apelo al valor del trabajo como elemento de progreso, no como distorsión de la libertad individual. Yo quiero liderar mi vida, marcar sus fases y establecer mis metas.

Aquí cabe la descripción del concepto intraemprendedor, emprendedor y soñador, y cuesta más incorporar otros que buscan en el trabajo, de manera lícita por supuesto, otras derivadas menos alimenticias. En la Nueva Economía se hace difícil utilizar esos modelos de separación entre lo que es laboral y lo que no. Probablemente la pasión con la que vivas la vida también marcará lo que quieras hacer en lo profesional.

Aquí os dejo los 10 puestos laborales más requeridos en Linkedin actualmente y que hace tan solo cinco años no existían. Esto va muy rápido en los modelos, en los tipos y en las maneras.

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No me ayudes, déjame como estoy

La política económica de apoyo al emprendedor, al autónomo o al empresario en España es de detención sin leer los derechos. En España el sol se pone al revés y los que deberían estimular la economía desaniman y los que tienen la obligación de atemperar la estrangulan. Estos que han logrado convertir en fango los sueños de una generación desahuciada a diario merecen un castigo. Los que han humillado a miles de adultos que ahora se arrastran por el comedor de sus padres, ya jubilados, esperando no molestar como mendigos de su pensión, merecen un bofetada con la mano abierta.

Y es que somos herederos de banqueros que siguen riéndose de todos los llantos y toda la mierda que han acumulado en la puerta de sus despachos porque a ellos el ambientador emocional les funciona que ni hecho a medida. Somos responsables de haber elegido a quienes siguen otorgando favores a éstos pero es que ni avisados hubiéramos podido pensar que la inutilidad manifiesta y la incapacidad mental para gobernar podía llegar a ser tan tóxica.

Durante las fechas de recogimiento y turrón indigesto, el gobierno ha aprovechado para subir cuatro impuestos que, sumados, suponen una patada en los ventrículos inferiores de muchos emprendedores y autónomos. Con nocturnidad navideña y la alevosía del que sabe que hace algo malo, estos tipos que llevan media vida amamantados por la plata pública, asumiendo privilegios como derechos y cuya preocupación por el futuro socioeconómico es la misma que la que tiene un cactus, han aumentado un 2% la base mínima de cotización para los autónomos y un 5% de la base máxima, una insultante subida del 22% a los autónomos societarios y con empleados y se pasa a cotizar por todo lo que no deja de ser derivadas del trabajo que no puedes ahorrarte como la comida, el transporte, la guardería y otros. Este delicado decreto ley también ha incluido como elementos cotizables algunos que hasta ahora no se incluían en la base de cotización, como las ayudas de comida, los seguros médicos, los complementos de transporte o los propios planes de pensiones, entre otros.

La medida afecta a los autonomos societarios y a los que tengan contratados al menos a 10 trabajadores. Esto supone el 43% de todos los autónomos de España y no afecta (de momento) a los otros. Pero creo que el volumen de personas a las que nos toca la medida es suficientemente amplio como para suscitar este debate.

Sigo pensando que, o no tienen puta idea de lo que hacen o les da igual lo que suceda. Su periplo vital no ve más allá de 3 o 4 años por lo que no se esfuerzan en mucho más por que tanto emprendedor, en el fondo, es incómodo. Su visión global se limita a las estadísticas y a los sondeos de opinión. Estaría bien que quien hace esos sondeos se pasara por casa de alguno de esos autónomos ahogados por la realidad, quebrados familiarmente a pesar de currar más que un burro y no tener ni para comer. El sondeo se lo iban a dar a más de uno en plena cara.

Todo esto sucede mientras, además, se congela el salario mínimo interprofesional en 645 euros cuando en Irlanda por ejemplo es de 1462. Tengamos en cuenta que una factura emitida por un autónomo tiene un 42% ya del importe que no es del él. Un 21% es IVA y otro 21 es retención. De cada 100 euros facturados, 42 se los lleva el Estado.

Pero no se vayan todavía que aun hay más. El lucimiento no es sólo el que se ha señalado en muchos medios sobre lo que acabo de describir. No es sólo que suban las cuotas, si no que, además, la Agencia Tributaria no va a admitir ningún aplazamiento o fraccionamiento de retenciones ni pagos a cuenta de los modelos 111, 115, 123 y 124. Aseguran que la Agencia Tributaria actuará rechazando por inadmisibilidad todos los aplazamientos que se soliciten, generando desde hoy un recargo del 20%. Es decir, me equivoqué cuando dije que ‘La ley del Emprendedor’ era papel mojado, no, era algo peor, era papel higiénico. Todo cuanto se plantea para estimular la emprendeduría es de suicidio colectivo. Si acaso que nos dejen como estábamos y no nos ayuden más. Haber vivido en varios países permite comparar como se entiende el apoyo a la gestión económica privada, emprendedora o autónoma, como se le dirige o no y como se vende ese estímulo. En Reino Unido no se exige que tributes mientras no tengas beneficios claros o factures más de 40.000 euros. A partir de ahí los tramos son diversos pero está claro que se relaja mucho el peso fiscal al iniciar un proyecto empresarial. Igualito que en España. Bajad los putos impuestos, por Dios, que no hay manera de recuperar una economía a la que se la estrangula en cuanto te despistas. Si no os veis capaces, os ruego nos dejéis en paz, ya vamos tirando nosotros mismos, mejor casi seguid con vuestras meriendas y sin molestar. Que nadie vea en todo esto una crítica al PP, es algo genérico de la peor clase política de la historia de España, incapaz de entender el momento, la problemática y de asumir los criterios para aprovechar la oportunidad que supone esta revolución absoluta. El PSOE también esclavizó a los autónomos cuando pudo. Ahora mismo la administración pública pretende salvaguardar un modelo de Estado que se aguanta a base de recortes, subida de impuestos y realidades disfrazadas en los informativos. Saldremos de esta, a finales de año las cosas pintarán mejor pero no será por la gestión de estos tipos, sino por que el peso de inevitable también juega su propia partida. No nos equivoquemos. El esfuerzo que hacen empresarios, emprendedores, autónomos y trabajadores es titánico, pagando impuestos y teniendo cada vez menos servicios disponibles. Todo para salvar bancos que desahucian personas, para pagar festines de partidos políticos y organizaciones de dudoso criterio, para soportar un tinglado de otra época. Todo eso nos lo vamos a cobrar tarde o temprano. Esto no puede salir gratis. Cuantas medidas se podrían tomar en cuenta y ni se escuchan. Así ha sucedido siempre y costará que deje de pasar por arte de magia. Pero pasará que sin mediar palabra la sociedad se alzará y causará un destrozo considerable, eso es ya casi una apuesta segura. Nada puede mantenerse como sigue, ni por cansancio ni por ineficiencia. Sin embargo, mientras llega ese momento, los que nos jugamos a diario todo cuanto tenemos, seguimos atados de pies y manos a la inservible maquinaria de los hombres de piedra.

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Sueños hipersociales

La Psicohistoria aparece en ‘La Fundación de Asimov y estaba basada en la predicción del futuro basándose en la masa humana y a su comportamiento. El futuro es un territorio desconocido y en economía su estudio requiere de formulas muy complejas. Sin embargo, dicen, se puede intuir gracias a la colaboración masiva. Debemos tener en cuenta que la sorpresa y la imprevisión están muy lejos del comportamiento de un grupo condicionado por aspectos individuales.

El estudio del comportamiento de un grupo permite predecir que sucederá de un modo distinto al que efectúa la estadística. Lo que está ocurriendo con la “web social” y la actividad que genera, es más bien la caída del efecto de previsión al que la sociedad nos tiene acostumbrados, puesto que tiene que ver más con el comportamiento de grupo, mucho más complejo y deliberativo que el que surge de cada uno de los individuos que los forman. El ejemplo más didáctico sobre este aspecto lo podemos presenciar en la naturaleza, donde un individuo no interviene salvo cuando la dirección tomada por la manada la incorpora y es luego cuando interfiere en la decisión como parte de ella.

En la Nueva Economía, las empresas deben adaptarse al nuevo mundo de la colaboración masiva. Un Producct manager o un branding research de reconocido prestigio, hoy en día, comparten escenario con creadores de opinión “aficionados” que trastocan, sin poder evitarlo nadie, el resultado final de la marca. Las empresas que obvian la digitalizad universal que les rodea en realidad obvian una red autoorganizada de miles de millones de voces virtuales que fabrican opiniones, comentarios y relaciones entre ellos.

Ahora los individuos intercambian y comparten conocimiento, capacidad y recursos, muchos de ellos libres y gratuitos, para crear un diverso catálogo de bienes y servicios. Está pasando ahora mismo, mientras yo escribo o tú lees, alguien está creando valor de un modo veloz, fluido y, sobretodo, inquietante. Las empresas no pueden abandonarse a la marea esperando ilusamente que ese agente perturbador les afecte hasta el punto de anular su gestión de marca.

La economía relacional establece instrumentos para el mando y el control, pero sobretodo constituye un elemento que derribará los anticuados sistemas jerárquicos que han quedado obsoletos. Las redes flexibles para productores autónomos demostrarán que miles de voluntarios dispersos pueden crear proyectos rápidos, fluidos e innovadores que superan a los de empresas enormes. De hecho está pasando y, por supuesto, los talentos serán colectivos y los consumidores parte de ello.

La nueva generación de consumidores de productos estará en el derecho a introducir modificaciones en ellos como algo coexistente a la propia generación de producto. Esos son los nuevos tiempos, los del “busque, compare y si encuentra algo mejor, dígaselo a su empresa habitual”.

Emprender hoy en día tiene mucho que ver con entender ese nuevo escenario de colaboración, líquido y tremendamente flexible. Si has decidido poner en marcha los resortes de tus propios sueños, si estás pensando en poner en marcha un proyecto, piensa en que de algún modo complejo dependen y se conectan al de miles o millones de personas con el mismo pretexto vital: soñar. No dejes de aprovechar esa oportunidad extraordinaria que te ofrece el tiempo que nos ha tocado vivir.

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¿Que somos, leopardos o gacelas?

La diferencia entre un leopardo y una gacela es que el primero puede equivocarse una y otra vez, la segunda no. Por ejemplo, durante siglos la banca se ha equivocado en innumerables ocasiones, pero sin embargo no ha permitido que sus fieles lo hicieran. Unos son gacelas y otros leopardos en esta vida. Durante decenios el sagrado sistema financiero ha permitido sin que le temblara el pulso que miles de personas fueran embargadas por cometer un error en el mejor de los casos. En el peor, por no cometerlo.
¿Y si la relación que muestra la metáfora estuviera cambiando también? Acabo de llegar a USA. Este es un país donde el uso de la moneda de plástico es masivo y donde la deuda se genera para superponerse a un déficit personal anterior. Los ricos a crédito no son exclusivos de América, están por todas partes, especialmente florecieron en la España enladrillada. Muchos de estos individuos que estructuran su vida en base al pago a crédito, para abonar todo su consumo cotidiano en términios que ya se han convertido en un “retainer” a perpetuidad, son “expertos” financieros que consideran estar amortiguando sus gastos gracias al mal llamado “cómodos” plazos. Esos son las gacelas. Poco o nada pueden hacer con su destino. Lo deben.

¿Quienes están pues en condiciones de cometer errores? Los soñadores, los que apuestan a sabiendas que sin arriesgar no se innova. Yo reclamo el valor y derecho a ser un #dreamer y exijo mi derecho a equivocarme cada vez mejor. En definitiva los leopardos de la Nueva Economía deberían ser los emprendedores, especialmente, los que desarrollan proyectos digitales por su especial materia y menor fricción.

En definitiva, un emprendedor es un soñador, alguien que se pregunta todo y que se muestra crítico con aquello que le molesta, estorba o despista, pues se juega el patrimonio, la vida y el futuro. Es muy distinto ver lo que va mal cuando te afecta de verdad a cuando le afecta a otros.

Por eso, cuando se impone el terror al fracaso lo que realmente se logra es asfixiar la vitalidad  económica. La gestión del fracaso en España y en Europa en general es contraria al estímulo empresarial. No se valora como factor de aprendizaje sino todo lo contrario, no se entiende que tras un error hay un aprendizaje. Nuestra sociedad está acomplejada, mínima, incapaz de enfrentarse a ese miedo a fracasar, la cantidad de gente que emprende es menor que en otros países y en gran medida está provocado por ese siniestro círculo cerrado. Cuanto menos intentos menos éxitos, cuanto menos éxitos menos innovación, cuanto menos innovación menos competitividad. Es una regla que asusta de lo simple que es y que conduce a la parálisis.

Hay millones de personas que no ven los goles de la vida porque tienen miedo o por mantenerse seguros en la “zona de confort”. Pero oyen el rugido del público e interpretan que ha habido un gol. El modelo social en el que vivimos intenta con todas sus fuerzas a que vivamos de espaldas a lo que sucede y muchos se resignan y se toman su tazón de cloroformo matinal para no sentirse mal. Es gente que en muchas ocasiones saben mucho, leen mucho, escuchan mucho y seguramente conocen tantas cosas que podrían llamarse “sabios”. Se puede ser sabio pero a la vez se puede no estar viviendo.

Ya no sólo es cuestión de cambiar modelos de crecimiento, de impulsar políticas activas, de renovar acciones complementarias, de estimular la emprendeduría, de mejorar las tasas tributarias o de impulsar la exportación y la internacionalización, ni siquiera es tema de tecnología sólo o de entender los tiempos que corren. Lo que realmente toca es un cambio de actitud, un gesto global y entendible, la composición de un sueño colectivo que sea capaz de disolver en la nada tanta pesadumbre y tristeza. Es la hora de los soñadores, de los valientes, de los que ven en cada dificultad una aventura y en cada ruina una lección.

Es la hora de los que saben que no son gacelas, que como los leopardos pueden cometer errores y volverlo a intentar. Si vas a intentarlo y temes equivocarte, no te preocupes, hay muchas opciones de que así sea. Luego te queda el resto de tu vida para poner en práctica todo lo que hayas aprendido.

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Bajar impuestos, crear empresas

El Gobierno español encargó hace meses a un grupo de expertos la elaboración de una especie de reforma del sistema fiscal. En febrero sabremos como queda. Obviamente la prioridad es recuperar los ingresos que se han perdido desde el inicio de la llamada ‘crisis’. Por poner un ejemplo del deterioro de ingresos tengamos en cuenta que si en 2007 España recaudó por el cobro de impuestos el 37,1% del PIB, seis años después se quedó en el 33%. La media europea es del 40% por cierto.
Resulta que por mucho que paguemos no se alcanza el valor previsto. Ya lo decía la maldita curva de Laffer con eso de que por mucha presión fiscal al final no consigues recaudar más pues la asfixia lo que genera es la pérdida de capacidad económica en los que debieran poder pagar esos tributos.

Lo de demandar menos impuestos no es un capricho neoliberal o algo parecido. Es una premisa que suele funcionar cuando lo que quieres es estimular el tejido empresarial y emprendedor. La falta de solvencia repercute en no poder ofrecer tarifas más bajas y atacar directamente a los salarios para reducir la fricción. Esa rebaja de salarios al final también afecta a la recaudación indirecta pues el consumo se reduce.

Las pruebas están en la pared. Pese al incremento de presión fiscal a partir de 2007, que ha llevado a elevar los tipos marginales del IRPF hasta el 52% frente al 38% de media en la UE, a mantener el tipo de Sociedades en el 30% frente al 23,2% de media en la UE y a llevar el IVA hasta el 21%, convirtiendo a España en el segundo país europeo que más subidas ha aplicado en menos tiempo, mientras rebajaba todos los activos de sociales en forma de recortes que obligaba a gastar aun más a todos debido a que según que ahora ya no venía dado por los propios impuestos generados.

En ese escenario estamos y con la competencia que una fiscalidad más blanda supone. Portugal se ha decidido a bajar impuestos a las empresas. Con el paso del tiempo, los gobiernos de los países europeos están empezando a admitir que tal vez sea el momento de introducir estímulos en la economía, que comiencen a cambiar las cosas por el lado de la demanda. La primera en poner en marcha esa nueva filosofía será nuestra vecina Portugal. Lo que han hecho es bajar el Impuesto de Sociedades del 25 % al 23%. La voluntad de Lisboa es reducir gradualmente el impuesto de sociedades para que en 2016 ronde el 17%.

Bajar impuestos no es pecado. Es una opción legítima. Incluso diría yo que exonerar algunas fases de la propia constitución de nuevas empresas o de contratación sería muy bien aceptado en el cómputo del algoritmo resultante de la presión fiscal.

España es un país en el que las alzas de impuestos han hecho mucho daño a las empresas y no han permitido crear nuevas con garantías. No hay estímulos tributarios a la Nueva Economía como si adoptan otros países que están protagonizando el cambio de ciclo mucho mejor que nosotros.

Escribí en 2009 que “a medida que entremos en el invierno la pesadumbre y los datos se irán instalando en un gris húmedo y desagradable. Por eso aumentar la presión fiscal es un suicidio. Es que vivimos en un despropósito gigantesco. Por ejemplo, si el gasto discrecional de estímulo se tuviera que reducir en 2010 querrá decir que la presión tributaria sumará como elemento de contracción en la economía y como consecuencia una recaudación aun menor”. 

Hablo desde la observación de alguien que paga impuestos en varios países y que tiene claro que darse cuenta tarde de los perjudiciales efectos de políticas de tributación alta generan, pero también de lo beneficioso que es para estimular cambios económicos la reducción de esa presión fiscal. Es preciso y urgente actuar en ese sentido o se agotará la posible herramienta que nos conecta con el futuro. Si seguimos exprimiendo esa naranja no va a dar ni gota en breve, justo ahora que empezábamos a tener claro de que va todo esto.

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