Marc Vidal Marc Vidal

Innovar fracasando o fracasar innovando

Con un “hace veinte años me escribí una carta“ empecé mi charla en el IV Congreso Internacional de Excelencia que se celebró en Madrid hace unas semanas. En esa conferencia traté de ejemplificar con algunas experiencias de vida los elementos estructurales de mi manera de emprender innovando. Tengo claro que, de todos los elementos de aprendizaje que he tenido en mi vida, el que mayor valor y grado de conocimiento me ha aportado, han sido cada uno de los errores y fracasos que he sufrido. Sin embargo, como explico en el vídeo, lo que me preocupa es que “nadie muestra el modo de aprovechar el fracaso adecuadamente, no existen escuelas que te formen en el modo de equivocarse cada vez mejor“. Me pregunto que es mejor, ¿fracasar innovando o innovar fracasando?

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Tecnología como antídoto

Mientras en España se debate si se promueve Las Vegas II en una comarca barcelonesa o madrileña, algunos emprendedores e inversores creemos que ese no parece el camino acertado y que el modelo de crecimiento vinculado a la tecnología y a la economía digital es por el que se debe apostar. Me niego a pensar que la salida de esta hipotética crisis se formaliza a golpe de casinos, salas de topless y restaurantes de pollo frito condimentado. Es de vergüenza ajena comprobar como los políticos entran en trance cuando alguien les asegura que va a quitar de las listas del paro (y de un plumazo) un cuarto de millón de personas. Lo bueno es que no importa si es verdad o no, si es posible o no, si eso sucederá en los próximos cuarenta años. Para que luego digan que los políticos no miran al “futuro lejano”. Lo cierto es que a ellos lo que les motiva es el titular y anotarse la autoría del gesto. Lo determinante no es si es viable, cierto o correcto. Lo único interesante es una sucesión de fotografías con un magnate (que cercana fonética con mangante) que asegura ser una especie de “maná” millonario que nos solucionará la vida a todos los vivos y a las sucesivas generaciones de españoles jugones.
Si la apuesta de nuestros dirigentes es esa, que lo será por lo fácil que es repetir el trasiego de enumerar cifras grandilocuentes, tendremos que ser otros los que tomemos el sentido a las cosas. El escenario futuro a medio plazo debe alejarse del escaso valor añadido que proporciona una economía drogodependiente de un inversor del juego o de unos servicios que cada vez están más en competencia directa con mercados mucho más experimentados y eficientes que hace uno años. Y en eso estamos algunos, en cambiar esa facilona manera de entender la acción económica de nuestros miopes dirigentes. Toca apostar por el largo plazo, por solucionar problemas de generaciones venideras y no de lo de siempre: taponar agujeros e hipotecar el futuro de nuestros hijos. Ahora parece una buena idea eso de crear un parque temático gigantesco ya que dará trabajo a mucha gente, pero la derivada es siniestra. Bienvenida sea toda inversión, pero en tiempos de redes, en la era de la fibra óptica y los códigos binarios, parece que destinar la estrategia de generar riqueza en el número de vuelos de bajo coste que lleguen al año para dejarse monedas de medio euro en máquinas tragaperras es un error de percepción de los tiempos que nos están tocando vivir.

El jueves llego a España tras veinte horas de vuelos y casi sin tener claro la franja horaria en la que me encuentre, tendré el honor de coordinar uno de los paneles de uno de los encuentros mas relevantes en España sobre Inversores en Internet y Grandes Empresas. Un evento organizado con el objetivo dinamizar la inversión en España en empresas en el sector de Internet. Tengamos en cuenta como han ido cambiando las cosas y entre las diez empresas más importantes del planeta, más de la mitad son digitales. La mayor empresa del mundo en este momento es una empresa tecnológica como es Apple, fuertemente ligada a la red.

Atendiendo que en España el problema de crédito está frenando el desarrollo de este tipo de empresas, un grupo de emprendedores e inversores hemos pensado que es importante poner en contacto posibles agentes implicados en un sector que será tremendamente rentable.

En mi caso, como CEO y fundador de IDODI, que en breve presentará su propio fondo de inversión en Startups tecnológicas y de alto valor de crecimiento, IDODI LABS, me tocará hablar de las opciones de internacionalizar proyectos de este tipo.

Los participantes confirmados al evento son los directivos de AddoorAlianzo, Axon Capital, Banca Cívica, Bolsa.com, BBVA, Cabiedes & Partners SCRCatalana IniciativesCecop, CvBanDaD, Emprende Capital, Everis, IdeaUp, IDODI, Inspirit, InvereadyFDI, Gesiuris,ITnet, INVEST IN SPAIN-Ministerio de EconomíaJulián San Martín,Keiretsu Forum, KIBO VenturesLoogic, Mola.com, Networking ActivoTwindocs,Vitamina KVocentoWeblogs SL. y Yaysi.

Los temas propuestos para el debate en el próximo Encuentro de Inversores y grandes empresas en Internet serán:

  1. El reto de la internacionalización entre las grandes empresas de Internet españolas, debate iniciado por Marc Vidal.
  2. Los modelos de negocio del siglo XXI, debate iniciado por Rodolfo Carpintier.
  3. La creación de un “Fondo de Fondos Español”, debate iniciado por Rafael Garrido.
  4. ¿La seguridad jurídica para inversores y emprendedores en España?, debate iniciado por César Núñez.
  5. Inversión conjunta entre “Fondos e inversores” y empresas “Top 50 Españolas.
  6. Estudio de los primeros casos de éxito, casos Tuenti, BuyVip, Acens…  Y cómo afecta al mercado de la inversión en empresas tecnológicas, debate iniciado por Javier Martín.
  7. Puntos a mejorar en los emprendedores de empresas online: Búsqueda de exit para el inversor, falta de equipo, capacitación.
  8. El necesario crecimiento de los departamentos de negocios digitales en las grandes empresas en un ámbito de mayor negocio en la red.

Os informaré de como vaya.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Constructores de sueños

El artículo con el que cerré la semana pasada ha traído reacciones de todo tipo. Han venido lectores de todas partes. Al parecer muchos que aun no me conocían me descubrieron el pasado jueves. Curioso y alentador. No son lectores de cuando hace años comenté que “por el horizonte se avecinaba una enorme bola de mierda”, tampoco los que me leían cuando poco después hablé de quiebras bancarias, cierres de empresas y aumento de paro que multiplicarían por cinco los que había entonces. Tampoco son de los que debatían aquí cuando desaté feroces críticas al asegurar que la cosa se ponía fea en los circuitos bancarios, en los ayuntamientos y en sus derivados. Ahora, que todo eso es ya una evidencia y el peso de lo cotidiano es tan alto que no podemos ni respirar, toca desempolvar lo que decíamos para darnos cuenta cuanto tiempo hemos perdido sin poner remedio.
Hace unos meses escribí que había hablado con un amigo griego y otro portugués. Los dos explicaban unas situaciones complejas y siniestras. Ninguno de los dos pronunció la palabra “emigrar”. Por entonces decía que “esta noche he hablado con un amigo en Grecia que dirigía una de las empresas más importantes de Tesalónika. Ahora se dedica, tras desayunar en casa de su madre, a tirarle piedras a cualquier coche oficial que pase frente suyo. Lo hace en equipo y rodeado de parados y embargados cada día durante cuatro o cinco horas. (…) Ayer hablé con otro amigo, este portugués que vive en Oporto. Me describía su vida. Nadie mueve dinero, crece el trueque y los parados no se ocupan por no tener que facturar con el 24% de IVA que ahora les imponen. (…) Resulta que como no se puede pagar a los funcionarios, éstos se están convirtiendo en inspectores que lo inspeccionan todo para generar multas que subvencionen sus propios puestos públicos.”

Me preocupa que ante tanta miseria prefabricada y tanta burguesía de plástico se esconda la escasa capacidad para emprender estratégicamente, de producir competitivamente y de activar los pocos recursos que ya quedan en planes de estímulo que generen un nuevo modelo de crecimiento en Europa en general y en España en particular. Y en eso estamos cuando a uno se le quiebran las piernas pensando en sus ahorros, esos que tanto costaron reunir y que en gran medida dependen de “la buena gestión” de los que no vieron o negaron la que se avecinaba. ¡Menudos como para dejarles a sus merced nuestro capital!

En los últimos 15 años, los gestores no sólo no han añadido valor a los pobres resultados ofrecidos por los mercados en ninguna categoría, sino que han destruido en ocasiones el propio valor. Los resultados de los fondos de inversión están por debajo del resultado de mercado y en ocasiones del incremento del propio coste de la vida. Lo curioso es que esta cantidad es muy similar al coste total de las comisiones soportadas por un fondo típico. ¿Quién gana? Los de siempre ¿Quién pierde? De nuevo los de siempre.

¿Realmente son tan malos los gestores en España? Posiblemente no. Entonces, ¿por qué no generan valor para el cliente? El problema principal es el diseño de nuestro sistema financiero, donde los bancos son también los gestores de patrimonios. El conflicto de intereses no puede ser más dramático. El empleado de banco cumple su deber si intenta maximizar los ingresos del Banco, y su bonus depende de cumplir sus objetivos.

¿Les suena lo de las preferentes? El gestor financiero de un gran banco no tiene ningún incentivo para hacer un mejor trabajo para su cliente. Por esta razón, hay excelentes gestores independientes en España con pocos activos bajo gestión. Hay gestores muy potentes con los que trabajo en alguno de mis proyectos de emprendeduría financiera y que demuestran que la excepción confirma la regla. No tienen clientes cautivos como son los clientes de los bancos, que dejan que el propio banco gestione su patrimonio, con una confianza obviamente injustificada.

Emprender en España se pone difícil a pesar del discurso oficial. Una vez pase la contienda electoral andaluza los incrementos impositivos darán cuenta de ello otra vez pues las cifras de déficit no se están controlando por motivos estructurales que tienen mala solución. Se pone crudo para montar negocios pues el consumo se ha roto definitivamente y la financiación se la han tragado sin masticar los propios bancos quebrados para simular estados contables que no se cree ni Bob Esponja (que se lo cree todo).

Por eso, ahora me gustaría tomar decisiones en positivo y plantearte en público lo que hace ya casi dos años estamos haciendo un grupo de inversores y emprendedores sin hacer demasiado ruido, que todo llegará. Yo, como dije, he decidido no parar.

Si tienes una Startup de base tecnológica en fase de tracción con un plan de negocio claro o ya en un punto de creación ponte en contacto conmigo. Nos interesan tus ideas y tus sueños. Tal vez podemos ayudarte a que se conviertan en proyectos internacionales que te permitan sobrevolar la tempestad.

Si tienes intención de ayudar a emprendedores o tienes un capital que quieres diversificar tu modelo de gestión patrimonial con proyectos de alto valor de crecimiento seleccionados por expertos de primer nivel, contacta con nosotros también. Al igual que hago yo, puedes invertir o ayudar a proyectos tremendamente interesantes, muchos de ellos ya realidades internacionales.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Objetivo: no detenerse

Sigo por tierras americanas. Este año ya voy en cifras de récord. De apenas cincuenta días de 2012, llevo prácticamente cuarenta fuera de casa. Sólo en el 2001 estuve en esas tasas. Al final de aquel año fueron 301 días viajando. El año pasado tan solo 266 noches dormí lejos de Europa, tomé 174 vuelos y acumulé millas suficientes para dar la vuelta al mundo un buen número de veces. Muchos preguntan datos sobre esa manera de vivir y modelo de trabajo tan diverso asegurando que les parece fascinante, otros aseguran que estoy loco.
En unos días hará seis años que instalé una base profesional en America Latina y poco después en Estados Unidos. Son muchos años y mucho vivido, durante ese período he podido entender que disponer de un puñado de puntos de residencia en lugares que sean hubs logísticos puede ayudar a lograr objetivos tan complejos en tantos destinos. Ahora estamos centrando nuestro campo base en Miami y Los Ángeles sin desestimar Panamá, Bogotá, Mexico y Sao Paulo. Para llegar ahí me he desesperado muchas veces, me he sentido idiota por insistir en culturas extrañas, por atender sueños imposibles o por pretender que aquí entiendan lo que somos allí. Ha sido duro.

Permitidme algunas estadísticas, pues algunos lo preguntáis, y decir que en 2011 fundé tres nuevas empresas que ya empiezan a tener el producto tecnológico prácticamente en capilla, que entré en una decena más de empresas por invitación societaria de sus fundadores para aportar mentoring, contactos y experiencia y que gracias a una amplia red de colaboradores y consultores que trabajan conmigo hemos logrado internacionalizar 29 empresas en los 16 países que visité el pasado 2011.

Esperemos que las fuerzas respondan y este 2012 pueda seguir tachando sueños cumplidos que guardo en un cajón sin fondo. Mi objetivo vital: no detenerme, es más nutritivo (por lo menos para mí) estar siempre pendiente de aprender algo nuevo en algún lugar, sea donde sea.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

La crisis acaba hoy

En el primer mes de 2012, 30.458 trabajadores autónomos españoles se han dado de baja en los registros de la Seguridad Social, un dato idéntico a la pérdida en todo el completo del año pasado. Todavía hay quien considera que esto es el proceso natural de una crisis que se está alargando mucho. Es triste interpretar que los medios y derivados ahora se dediquen a darle un “margen de confianza” al nuevo ejecutivo o a utilizar “buenismos“ porque el gobierno recién estrenado utiliza términos como “emprendedores”, reformas en todas direcciones y anestesia variada.
Los “nuevossaben que tienen poco tiempo y por eso van rápido. Saben que, o acometen todas esas reformas rápido o todo se les vendrá encima. De momento el discurso “nos hemos encontrado esto hecho un solar“ funciona, pero no lo hará demasiado tiempo. Lo inevitable es imposible de evitar por propia definición.

Tengo la impresión que lo sucedido en Grecia pasará aquí. Un gobierno se montó un tinglado que no hubo manera de soportar, la derrota electoral masiva de la oposición constante llevó a otros al gobierno, las alabanzas de Europa hacia las reformas del nuevo gobierno heleno fueron unánimes pero a medida que las exigencias caían sobre las espaldas de los ciudadanos el ejecutivo se fue arrugando hasta que Europa decidió “eliminarlo” y sustituirlo por otro mucho más tecnócrata y sumiso. Una vez cayó ese segundo gobierno, las reformas entran como supositorios y cada vez es más ancho el espacio por el que a los pobres griegos les hacen un “idem“.

La desaparición indiscriminada de autónomos no es más que la evidencia de que el mercado está seco, que la máquina se para. No hay mucho más. Hoy estoy entre Miami y el Pacífico latinoamericano atendiendo proyectos en este nuevo escenario económico vibrante, escuchando como casi medio millón de españolitos ya han emigrado en lo que llevamos de vía crucis, que la mayoría son gente formada que ha decidido trabajar de lo que sea y donde sea con la esperanza que algún día en esos países puedan trabajar de “lo suyo”.

Médicos sirviendo cafés cerca de mi casa en Covent Garden y reconociendo que esperan poder entrar al coste que sea en algún hospital londinense, arquitectos poniendo gasolina en surtidores israelíes con el firme deseo de que en alguna nueva promoción sean precisados sus servicios, periodistas haciendo tortitas en algún restaurante de Miami rezando por un contrato en Globovisión. Leo que en Noruega los españoles que se fueron están atrapados, sin opciones y sin dinero. Lejos de todo y sin nada. Sé que en Centroamérica muchos han perdido lo que les quedaba y en Estados Unidos la sangría no es menor.

No voy yo a negar que lo que hay que hacer es lanzarse al abismo, pero sin embargo no está de mas calibrar y entender quienes somos, algo que ya no tiene mucho que ver con quienes éramos. En América cada vez se oye más eso de: “¿eres español?, ¿y tú que dices que sabes hacer mejor que nosotros?“. Por desgracia no nos enteramos de que las lecciones ya no las dan los de antes, nos toca ahora atender y hacerlo en serio.

En los próximos meses nos empacharemos de la “Ley de Emprendedores” y de la “asignatura sobre emprendeduría” que nos van a tirar contra la cara desde muchas administraciones educativas. No hagan caso, el problema no se arregla con envoltorios. Esperemos que esa ley se convierta en un instrumento de fomento y desarrollo de las nuevas iniciativas empresariales, que impulse las dinámicas que cambien el modelo de crecimiento de este país, pero me cuesta creer en la bondad del discurso bien empaquetado en papel celofán de color naranja y azul.

Me cuesta por tres razones:

Mientras se habla de impulsar la economía emprendedora se sigue derrochando a paladas los recursos públicos a través de subidas impositivas directas e indirectas para financiar a un sistema bancario que quebró hace años.

Mientras se llenan la boca de “medidas que nos lleven a la senda del crecimiento económico” se siguen liquidando todos los elementos que podrían poder hacer eso precisamente. Está como aceptado que los recortes masivos e indiscriminados es lo único que se puede o debe hacer (Merkel no permite muchos juegos alternativos) y por ello se hacen. Lo acepto, pero lo que no puedo asumir es que eso sea, ni por asomo, el motivo de la recuperación económica. Que hablen claro y digan que los ajustes presupuestarios son para que el tinglado no se venga abajo cuando Europa nos hostie a dos bandas como hizo con los griegos y que eso no estimula ni a la burra de Dorotea. Aquí no hay nada que estimular, sólo nos queda esperar.

Mientras los españoles huyen como liebres en todas direcciones buscándose la vida en este país siguen habiendo tipos con jubilaciones a los 53 años, retiros millonarios y pactos de salón que ponen a unos en casillas de salida privilegiadas a ocho meses de la debacle.

En definitiva, que la innovación, el mercado, el crecimiento y las reformas no van juntas. De momento no. Por desgracia tampoco va nada de ello asociado a hablar claro, asumir la realidad e informar a los españolitos que lo que deben poner a buen recaudo, sobretodo, es su dinero. Los que no lo hagan deberían de atender a como montar un negocio que asuma como indispensable sus opciones de vender en el exterior.

Para que las ideas fluyan y no nos tilden de pesimistas, a partir del lunes y de forma no lineal os iré contando en que consisten, como funcionan y que hacen las últimas empresas en las que estoy invirtiendo o he fundado directamente en estos dos años últimos y otras que, aun no estando directamente ligado, he podido asesorar o mentorizar y que ahora son compañías internacionales. Lo haré con el firme deseo de acercar modelos que están funcionando y en el modo en el que hemos dado la vuelta a formas de trabajar o vender para adaptarnos a los nuevos tiempos, duros pero apasionantes.

Para los que crean que esto de viajar es todo delightful me gustaría compartir un rato amargo. Escribo mirando el Océano Pacífico, pensando lo lejos que queda todo, incluido mi hijo de seis años y pensando en lo último que me ha dicho por Viber hace un buen puñado de horas: “papá, ¿cuándo terminará la crisis mundial?”. Le he respondido: “hoy”. Creo firmemente que todo esto termina cuando a cada uno de nosotros se nos meta el gusano obsceno de la rabia, de la revolución personal y de las ganas de tomar las riendas de tu propia vida. Me da igual lo que digan que harán por mí, yo sé lo que yo voy a hacer. Eso es lo único real, lo otro son quimeras.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Excelencia

El próximo miércoles ofrezco una conferencia en Madrid Excelente. La solicitud de la organización es que trate de explicar mi experiencia empresarial y que lo haga desde el punto de vista de cómo una empresa puede haber derivado en un caso de éxito a partir de la reinvención del modelo de negocio.
La verdad es que todavía no tengo claro que contaré y en que orden. Seguramente iniciaré la explicación desde la visión que tuve aun siendo menor de edad en mi huída a París, la vertiente posterior que me hizo fracasar en alguna ocasión cuando creí tener la idea del negocio definitivo o cuando transformé en otra cosa una empresa que nació siendo algo muy distinto.

Seguramente seguiré con alguno de mis viajes o anécdotas que me acompañaron en algún momento de la vida, como personas anónimas me dieron la clave vital para asumir los retos de la emprendeduría y cómo ahora, tras tantos años, todo eso se ha transformado en un proyecto empresarial complejo, diversificado, internacional y en gestación constante, en beta permanente.

Supongo que al final acabaré con la traducción de esas experiencias hablando de algunos casos en los que liquidé mi participación societaria como fundador y en como lo hice. Pero me gustaría centrarme es en como convertí algún proyecto tradicional en algo extraordinario. ¿Cual es esa curiosa y extraña sustancia que transforma lo mediocre en esencial, en único o en determinante. La verdad es que en eso consiste, en participar de aventuras que se conviertan en motores existenciales para quienes las protagonizan.

Al final siempre me ha quedado claro un factor: “decir que algo es extraordinario dura un rato, definitivamente debe ser extraordinario”. Extender la excelencia no es fácil, pero es el mejor de los caminos.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Sólo es cuestión de empezar

Hace unos días recibí un email de Mauro. Casi me da algo. Me decía que había leído mi libro y que su alegría era enorme, que estaba donde lo dejé y que era feliz. No puedo recordar su cara, no puedo pensar cuanto debe haber visto y vivido desde entonces. No puedo ni pensar com ha llegado mi obra a sus manos. Sólo sé que Mauro activó uno de los motores que impulsan mi vida.
Mauro era, probablemente aun lo sea, un cooperante brasileño que trabajaba en temas sociales en el corazón de una Fabela de Salvador de Bahía. Su apego a su entorno era admirable, su dedicación sorprendía y su capacidad para conectar envidiable. Era el tipo más amable, cariñoso y hábil que he conocido en la vida.

Lo conocí durante un viaje organizado por la Diputación de Barcelona hace muchos años en el que me enrolé. Me propusieron participar como observador de una aventura que prometía apasionante: estaríamos en la Fabela más grande de Rio de Janeiro, Rocinha. Allí estudiaríamos como se organizaban grupos de estímulo social para, a través de redes sociales (analógicas) se depuraban los inconvenientes que tenía el vivir en aquellas condiciones.

Los primeros días en Río te das cuenta de las diferencias sociales, por lo menos en aquella década de los noventa. Poco a poco vas entendiendo que hay zonas por las que pasar es un riesgo y por las que pasear un suicidio. Lejos del lance que suponía estar en Sao Paulo, la capital de playas eternas también era un lugar muy inseguro. Ahora bien, si algo no tiene comparación con nada conocido es una Fabela. Allí parece que las cosas deben estar una junto a la otra para impedir que todo el conjunto se caiga.

Mauro trabajaba allí, sin descanso, doce horas al día y el resto simulaba no hacerlo. Era querido por todos, amigo de todos. Su pasión era ayudar. Tras una semana con él y el equipo que nos paseó por aquella selva de barro y Uralita costaba entender porque seguía allí y no aceptaba las más de una decena de proposiciones para dejar ese lugar y trabajar en empresas privadas que le sacarían de la ruina para siempre.

El joven Mauro era licenciado en Comercio internacional y tenía un master europeo, algo poco usual en aquella época en Brasil. Además, como digo, era alguien con una empatía enfermiza que te provocaba tener ganas de trabajar con él, de aprender de su espíritu de sacrificio, de su valor y pasión.

El último día, despidiéndome de él, le pregunté porque seguía allí, ¿por qué no aceptaba alguno de los puestos muy atractivos que le ofrecían diversas empresas de Brasil, como Petrobras, y dejaba esa ocupación tan penosa, tan extremadamente desagradable y llena de peligros? Su respuesta fue la que esperaba viendo su actitud diaria.

-       No puedo dejar esto, aquí estamos haciendo algo importante, todo esto debe cambiar, todo debe mejorar.

Tan esperada era su respuesta que yo tenía otra pregunta encadenada preparada.

-       Mauro, ¿acaso crees que tú vas a poder cambiar esto? Eres el primero que se pone en serio, está muy lejos la posibilidad de lograrlo, ¿Cómo vas a conseguirlo tú solo?

Giró la cabeza, encendió sus ojos y me miró diciendo: “alguien tiene que empezar”.

La lección era tan metálica que helaba. Su manera de entender la emprendeduría social era tremenda. Mauro consideraba que lo importante no era el proyecto final, el objetivo a conseguir sinó el proceso que lo dirigía.

Para los que ponemos en marcha proyectos empresariales, a veces es más apasionante el momento de arrancar, de disponer de los resortes para que el motor se encienda, que el de conseguir algunos logros. No digo que no sea vibrante ver como se alcanzan objetivos, pero, como Mauro, a veces deberíamos aceptar que lo más interesante es la decisión, el motivo, y no tanto el resultado.

Mauro me cerró el cerebro durante unos meses. Tras un tiempo en el que no quise enfrentarme a ello, llegó el día de pensar en cuanto aquel chico me había transmitido y entender que si quería poner en marcha mi propia vida debía romper con muchas cosas y empezar, sólo empezar, ese era el juego.

Los colectivos que hoy en día se muestran reticentes a empezar algo por que se muestra tremendamente difícil o extremadamente largo en el tiempo necesario para alcanzarlo, son aristócratas de la desidia. Cuanto más fácil mejor. El mundo no mejora a través de atajos y senderos sin piedras. La sociedad que necesita emprender debe hacerlo incluso en aquellos territorios que te son hostiles, pues lo son para todos, y donde para todos es un lugar inhóspito existe la oportunidad de arrancar el mecanismo de la cisterna que limpia el mundo.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Requerimientos financieros

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, presentó ayer una reforma del sector financiero en la que la banca deberá sanear sus cuentas por la exposición al ladrillo con 50.000 millones contra resultados en un único año. Si quieres descargarte la presentación de la reforma aquí la tienes.
A mi modo de ver esta reforma, imprescindible no hace más que erosionar el sector. No se explica demasiado pero es evidente que, cuando las entidades financieras quieran aflorar sus propiedades y promociones inmobiliarias, se evidenciará lo que sabemos todos: el valor patrimonial que se les supone a los bancos y cajas de este país no es real y ha servido para simular un amortiguador sin liquidez que permitía aprobar auditorías de juguete a las que se ha sometido el sistema.

Es evidente que cuando pongan en venta ese montón de piedras que nadie quiere y que se le llama “ladrillo oculto” se convertirá en el estoque de gracia del sector. La insolvencia será evidente y la quiebra de algunas entidades financieras de calibre medio también. Para evitarlo se estirará hasta lo imposible el FROB. En definitiva, un salto hacia delante que no hace más que evidenciar el estado deplorable de todo el modelo económico al que tenemos el privilegio de ver morir. Seguiremos sufriendo como nos crujen a impuestos y poco a poco seguiremos viviendo como sobrevive de algún modo la increíble clase media menguante.

La buena noticia es que por fin sabremos la verdad, la mala que el crédito puede darse por extinguido definitivamente por mucho que nos digan lo contrario desde el gobierno. Digamos que es algo parecido a eso que nos repiten para que nadie enloquezca ante tanta miseria y paro. Cuando Rajoy dice que “este esfuerzo en más impuestos y recortes son para recuperar lo antes posible la senda de la recuperación económica“ es palabrería para insensatos. ¿Quien puede creerse que sin inversión en estímulos se puede recuperar nada? Sinceramente espero que nada de lo anterior se recupere y venga algo distinto, mejor a ser posible, pero lo que si sé es que ese discurso vacío y ridículo sobre las bondades de los impuestos y los recortes será un arma con un retorno nefasto para quien ahora lo pronuncia.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Harakiri

Hace algo más de un año me invitaron a dar una conferencia en Extremadura. Recuerdo que me sorprendió la grandilocuencia del evento y el gigantismo que lo rodeaba. Se trataba de unas hipotéticas jornadas sobre la emprendeduría. La inauguración estuvo a cargo del presidente local de entonces, Guillermo Fernández Vara. Lo hizo frente a un auditorio con cerca de 2.000 emprendedores durante un martes a las 10 de la mañana. Les dijo que “estaba orgulloso del cambio social y económico que había impulsado en su comunidad, que era el momento de todos ellos: los emprendedores”.
Cuando me tocó, y era el ponente económico inicial con una conferencia que versaba sobre la “oportunidad que nos tocaba asumir“, pensé en ejecutar mi propio suicidio público. Comenté, mirando la cara desencajada de aquel político, de su vicepresidenta y de varios consejeros, a la vez que señalaba a todo el auditorio, que “lo peor no era mentir, lo realmente terrible era creerse las propias mentiras y que si ya era duro escuchar a un político simulando que estaba hablando a emprendedores, era mucho más dramático observar las caras de satisfacción y los aplausos de todos ellos, cuando no eran más que funcionarios descontando tiempo de asuntos propios”.

Tras aquel harakiri, un silencio, un minuto y finalmente un aplauso. No dije nada que la mayoría no supiera. Había emprendedores, pero el auditorio estaba plagado de una amalgama de trabajadores públicos. Emprender es mucho más que asistir a congresos y charlas. Así les ha ido. El error de poner al mando de proyectos de estímulo de la emprendeduría a quienes jamás emprendieron nada al final sale caro.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Feliz fracaso

En los próximos días explicaré en un par de posts cuando, como y porqué me he arruinado dos veces. Explicaré que aprendí de cada una de mis derrotas y, sobretodo, que he dejado de hacer para no repetirlas. De hecho ahora, cuando noto el áspero aroma de la ruina, la identifico a tiempo, la racionalizo y actúo en consecuencia. El éxito es proporcional a la suma de fracasos. Sumar ilusos soñadores exentos de heridas con experimentados emprendedores que te muestran sus fracasos como cicatrices de un matador es lo ideal. Cómo combinarlo y en que dosis mezclarlo será la clave. De momento hoy hablaremos del extraordinario valor que aporta un buen y feliz fracaso.
Que la nueva administración anuncie el aumento de impuestos es símbolo de que acepta la reducción del consumo y con esto la parálisis industrial, el aumento de paro y la detención del mercado. Con la reducción de obras, cierre de empresas públicas y otros ejercicios de imprescindible ajuste presupuestario en la administración, se logra oxidar aun más todo ese engranaje ya bastante deteriorado por culpa de una sobreexplotación y calentamiento exagerado durante un quince años. ¿Cómo puede alguien decir que confía que con las medidas adoptadas de austeridad lo que se está gestando es la recuperación económica? Es de párvulos que eso es sencillamente falso.

Veamos donde estamos y que tiene que ver con la oportunidad de fracasar brillantemente. Hemos vivido años excepcionales y lo normal es que en épocas de chorizos y vino nadie gestione el riesgo. Pocos se prepararon para las turbulencias, salvo algunos espabilados que tenían información privilegiada y hacían lo contrario a lo que proclamaban (léase algún banco que vendió todo su patrimonio a seis meses de la explosión de la burbuja) u otros que leían blogs y foros donde de esto se avisaba con criterio y análisis en contra de la versión oficial y los insultos consecuentes.

Aunque parezca tarde para afrontar con garantías este momento, no lo es del todo. La gestión del riesgo es algo que se conoce bien desde donde estuve la semana pasada, en Colombia, México y California. Me cuentan como afrontan las crisis consecutivas, las quiebras de sistema repetidas y los maremotos inflacionistas sucesivos y es para maravillarse. Basarse en la experiencia de otros errores y equivocarse mejor puede ser la base del emprendedor del día de hoy. Si se analizan esas quiebras anteriores podremos prepararnos para el futuro inmediato. Por ello, una crisis no es más que un punto de inflexión, no necesariamente a mejor, pero si un momento de cambio. Es a partir de ese instante, justo cuando esa situación difícil se evidencia que debemos adoptar un modelo de gestión diferente, no hay otra opción. El FMI nos anuncia una nueva recesión. Great News!! Ya he dicho en alguna ocasión que “la recesión es una gran noticia para los que están emprendiendo”.

No hay un escenario más específicamente ideal para los emprendedores que la crisis (yo la considero un cambio de modelo), y cuanto más profunda mejor. A medida que se obtienen mínimos ingresos, incluso nulos, a medida que entendemos que es eso del negocio sin ingresos, veremos como las grandes estructuras de la economía tradicional se desmoronan, se debilitan. Será entonces, justo es ese momento, cuando los que ya provienen de la crisis estructural al propio hecho de emprender, que encontrarán su resquicio, su grieta por la que meterse. La economía de mercado actual está en plena depresión, tiene un tronco público deteriorado al máximo y produce que la empresa dependiente de la administración en cualquiera de sus estamentos esté tocando sus peores momentos. La fisura en la economía se agranda, es momento de colarse.

Aunque suene a oportunismo voraz no lo es, es algo más sofisticado y tiene que ver con la capacidad que cada uno tiene para encontrar en sus errores las soluciones. Los que quieran seguirme que vengan, algunos no pensamos parar. El camino está plagado de piedras que vana a afectar a unos más que a otros. Soy optimista, y lo soy todos aquellos que montamos negocios todos los días, no tanto para los que viven del momio, los que se esfuerzan en hablar y hablar y no hacer y no hacer. Lo mejor que pudo pasarme en la vida fue arruinarme dos veces completamente. Ayuda a entender que tras eso sólo hay otra oportunidad para arruinarte por tercera vez y en el tránsito construyes algo, si sale bien, lo repites, si sale mal, lo mejoras.

¿Cómo lo hacemos? Pues con valor. Enfrentaros a la regulación excesiva, a la crisis financiera, a la propia recesión, al círculo vicioso de los protocolos, encontrad la oportunidad digital, la renovable, la de escuchar a los clientes descontentos de nuestra competencia, solicitad la ayuda colectiva para el control de costes, acumular eficiencia, retened el talento alrededor vuestro, aliaros con vuestro enemigo, transaccionar con proveedores, revisad si vuestro modelo de negocio no se ha quedado obsoleto y apostad por cambios que lo viabilicen cueste lo que cueste, aunque lo cueste todo y te lleve al cierre, en ese circuito habrás aprendido lo necesario para el próximo proyecto. Trabaja por la reputación digital de tus ideas, pues con ello aumentarás la confianza en tu propia aventura y eso te ayudará a no paralizarte.

Si estás paralizado como un alce en medio de la calzada de noche justo cuando un camión le hace luces para que se aparte, utiliza todo lo que tienes a tu alrededor. Te adelanto que ya no tienes lo que otros tuvieron hace unos meses: el desempleo de golpe o las ayudas que se recortarán obviamente. Sólo te queda gestionar bien el miedo al fracaso.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

El “derecho al olvido”

Saltaba la noticia de que la Comisión Europea sentó hoy las bases para proteger al máximo el “derecho al olvido” de los usuarios en las redes sociales como Facebook o en buscadores como Google. En un momento en el que sabemos que la conciencia global es cada vez nuestra conciencia y que la conectividad de nuestra razón se estimula en la perdida de memoria pues todo está al alcance de un clic, saber que la verdadera protección de datos, como derecho fundamental, va a estar garantizado es una buena noticia. Ya sabemos que “la nueva legislación obligará a las redes sociales y a los motores de búsqueda a borrar todos los datos de una persona de forma inmediata (y completa) si ésta así lo pide expresamente y si no existe ninguna razón de peso para retenerlos en la red”. Está por ver como se estructura todo eso ahora que hay quien asegura que nuestros correos están siendo escaneados de manera rutinaria y con objetivos “comerciales”

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Asesorar en la Nueva Economía

Hoy os dejo con un regalo de incalculable valor. Material compartido con James Levy. Hablamos de los inicios en Merrill Lynch Banca Privada en Madrid a comienzos de los años 90, las llamadas telefónicas entre España y Estados Unidos eran muy caras y sólo las grandes empresas contaban con redes de datos. Llegué a ser vicepresidente lo que me permitió conocer bien todo el engranaje del negocio. Nuestro modelo dependía en gran medida de ese monopolio que proporciona el acceso a la información sobre precios de los activos financieros y la capacidad para participar en el propio mercado. A través de la red corporativa de comunicaciones conocíamos los precios de acciones o materias primas en los mercados de EEUU y podíamos entrar, ejecutar y confirmar las órdenes de nuestros clientes en España en estos mercados casi a tiempo real.
El derecho a acceder a esta información y la capacidad de intervenir en los mercados justificaban el cobro de comisiones por las operaciones de compraventa. Estas comisiones eran más altas que las actuales, cuya única justificación en el actual acceso generalizado a los precios de los productos financieros a través de Internet es precisamente el de la mera ejecución de órdenes de compraventa. El cliente normalmente aceptaba las altas comisiones como el precio a pagar por tener una fuente fiable casi a tiempo real de los precios y la posibilidad de ejecutar órdenes con gran rapidez. El hecho de ser cliente, y por lo tanto el pago de estas comisiones, también daba derecho a charlar con el intermediario financiero, el mítico broker (como lo fuera el propio Marc entre los años 1999 y 2001), con quien se intercambiaban opiniones sobre los mercados, lo que se percibía como un beneficio adicional para el cliente.

Este modelo de negocio se gestó en el siglo XIX, cuando las empresas socias de la bolsa de Nueva York comenzaron a explotar la nueva tecnología del telégrafo para abrir oficinas satélites en las grandes ciudades de EEUU. Así, las oficinas de las empresas pioneras como Merrill Lynch o Morgan Stanley permitían a los clientes particulares acceder a los mercados financieros de Nueva York o Chicago sin tener que viajar a estas ciudades, y observar casi a tiempo real las variaciones en los precios de las acciones o materias primas, que se iban escribiendo en grandes pizarras a medida que se iban recibiendo por telégrafo las actualizaciones. Con pequeñas variaciones, este esquema se mantuvo durante más de un siglo. Las cuentas con un broker eran la forma consagrada de gestionar el patrimonio financiero para cualquier norteamericano que se atrevía a invertir en algo más exótico que los depósitos a plazo fijo ofrecidos por su banco local.

La oficina de Merrill Lynch en Madrid en 1991 aún funcionaba esencialmente de este modo cuando empecé a trabajar como asesor financiero (así se llamaban entonces sus brokers). Aunque no lo sabíamos entonces, este modelo de negocio iba a experimentar una transformación fundamental con profundas consecuencias, en general negativas para los inversores. En esta transformación hunde también sus raíces la actual crisis del sector de asesoramiento financiero, incluyendo su segmento más elitista de banca privada.

La revolución digital y omnipresencia de Internet ha eliminado cualquier vestigio de justificación para el cobro de comisiones por acceso a los precios de los activos financieros. Hoy en día, cualquier cliente tiene a su alcance información prácticamente a tiempo real sobre las bolsas y otros mercados financieros organizados en todo el mundo y puede ejecutar sus órdenes de compraventa a precios muy moderados a través de Internet desde cualquier lugar. Ante la amenaza para los ingresos en el modelo tradicional de negocio que representaba la facilidad de acceso a información por Internet, el sector de asesoramiento financiero planteó una respuesta basada en una serie de medidas defensivas. En mi opinión, estas medidas defensivas son precisamente la causa de los excesos y de la opacidad que ha llevado a esta industria a su actual descrédito entre sus clientes.

Antes de analizar estas medidas, me gustaría hacer un inciso para refutar unos de los mitos más extendidos entre inversores, esto es, la creencia de que “cuanto más grande, mejor” en referencia a la industria de asesoramiento financiero. Los acontecimientos de los últimos años han demostrado sobradamente que invertir a través de una institución de gran nombre, con cientos o miles de sucursales, no constituye ninguna garantía contra el fraude ni contra la quiebra. Respecto al fraude, recordemos que las instituciones no tiene moralidad ni ética profesional. Solamente los individuos poseen estas muy deseables cualidades, especialmente entre gestores de patrimonios financieros ajenos.

Tanto los bancos más grandes como la empresa de asesoramiento más pequeña pueden contar con profesionales ejemplares o con los peores timadores. Tampoco el tamaño de la institución es garantía frente al peligro de quiebra, muchas veces vinculado a las actividades ilícitas de altos directivos. Desde Lehman Brothers a Bear Stearns, pasando más recientemente por MF Global en EEUU (donde aún no han localizado 1.500 millones de USD de fondos de los clientes) hasta varias Cajas muy conocidas en España, vemos ampliamente demostrado que las grandes instituciones no ofrecen un margen de seguridad adicional sobre las entidades pequeñas. Al contrario, muchas veces merece más confianza un pequeño despacho con socios bien conocidos y con acreditada solvencia profesional, que un título de renombre en una gran entidad. En ausencia de una relación profesional a largo plazo, existe el riesgo de caer en manos de individuos poco éticos, escudados tras el nombre de una institución, que ante la presión de generar ingresos para alcanzar los objetivos anuales, pueden ceder a la tentación de “colocar” productos inadecuados a las necesidades de sus clientes. En contraste, los socios de un grupo asesor independiente sólo deben responder ante los propios clientes y no se les plantea este conflicto de interés con las exigencias corporativas.

A mi juicio, la respuesta defensiva de las empresas de asesoramiento financiero ante la amenaza para sus ingresos planteada por la extraordinaria facilidad de acceso a información a través de Internet ha seguido los tres ejes principales siguientes:

a) Opacidad. 

La industria de asesoramiento financiero ha reaccionado ante la disminución de la rentabilidad del negocio de intermediación en la compra directa de activos por parte de sus clientes con una gama de medidas para incrementar la opacidad de los productos financieros, con objeto de esconder u oscurecer los costes reales. No es casualidad que el auge en la creación y promoción comercial de los fondos de inversión en España haya coincidido con la llegada de la intermediación bursátil en condiciones muy económicas por Internet. Los fondos de inversión permiten a los bancos (cada uno a través de su gestora) seguir cobrando buenas comisiones al inversor, sea en fondos de renta variable, renta fija o los casi siempre inefectivos mixtos. ¿Cuántos inversores realmente leen las docenas de páginas de letra pequeña en los folletos de los fondos de inversión? Muchos inversores se conforman con ver la comisión de gestión, sin llegar casi nunca a enterarse de las posibles presiones a que se ven sometidos los gestores de fondos para incluir en los mismos los excedentes de activos financieros de los que desea desprenderse el banco matriz. Por ejemplo, si el banco emite un bono o es la entidad aseguradora de una emisión con mala acogida en el mercado, este mismo papel puede acabar colocado entre los fondos de inversión de la gestora del propio banco. Aunque la presencia de este papel puede resultar perjudicial para los intereses de los partícipes del fondo, es sin embargo positiva para las cifras de negocio de la casa matriz y, por ende, para la consecución de los objetivos anuales y los correspondientes bonos de sus empleados.

Después de los fondos de inversión, que en su gran mayoría no ofrecen ningún valor añadido al inversor para justificar sus alto costes, los bancos han promocionado un sinfín de productos cada vez más abstractos, más opacos y más rentables para el banco, que no para el sufrido inversor. Un ejemplo notorio lo ofrecen muchos productos estructurados, tan de moda en los últimos años. Construidos a partir de derivados complejos de uno o varios índices, como el Ibex o el Eurostoxx 50, o  de una cesta de acciones, estas mal llamadas inversiones a veces se parecen más a juegos de casino que a productos financieros dirigidos al gran público, sin formación específica en matemáticas financieras que le permita entender sus riesgos. Aunque son pocos los clientes que han ganado dinero invirtiendo en productos estructurados, para los bancos resulta imposible perder con ellos, ya que contienen en su propia estructura una generosa comisión, integrada de forma totalmente opaca para el inversor. A lo largo de mi carrera, los mejores profesionales de asesoramiento de inversión que he conocido siempre han coincidido en aplicar una regla de oro: no vendas nunca al cliente un producto financiero que no se entienda bien. Todos los inversores deberían aplicarse este consejo y exigírselo también a su asesor.

b) Restringir la liquidez

Una segunda vía utilizada por la industria de asesoramiento financiero para compensar la pérdida de su rentable monopolio sobre la información bursátil es restringir la liquidez de los productos de inversión que ofrecen a sus clientes, aumentando de este modo la rentabilidad para los bancos y sus gestoras. Por liquidez entendemos la posibilidad de comprar o vender cantidades razonables de un activo financiero sin que ello resulte en una variación en su precio. Por ejemplo, mientras una acción de una empresa cotizada en el Ibex u otro índice bursátil importante casi siempre tiene liquidez, muchos de los productos de inversión en los últimos años carecen intencionadamente de esta importantísima cualidad. Así, he escuchado a multitud de inversores quejarse amargamente del gran coste incurrido por vender anticipadamente productos estructurados, pese a que en teoría no estaban afectados por comisiones explícitas por esta causa. Los costes surgen del gran diferencial entre el precio de compra y el de venta de estos productos ilíquidos por parte del banco, que suele ser el único mercado de los productos en cuestión. Una parte no insignificante de este diferencial (que puede superar el 5% del montante del capital del cliente invertido en el producto) acaba engrosando las cuentas de resultados del propio banco, de forma totalmente opaca para el inversor.

c) Agudización del conflicto entre presión comercial y responsabilidad ante el cliente

La tercera vía utilizada por los bancos en los últimos años para asegurar un flujo importante de ingresos a pesar de la pérdida del monopolio de la información sobre los precios bursátiles ha sido la distribución masiva, mediante agresivas campañas de publicidad, de productos financieros no necesariamente adecuados para el gran público. El asesor de patrimonios debería sentir una gran responsabilidad fiduciaria, velando en primer lugar por los intereses del cliente que le confía sus ahorros. Aunque no esté obligado a ello por ley, el asesor tiene la obligación moral de ayudar al cliente a defender su patrimonio.

El Nuevo Modelo

En los últimos años, una parte importante de mi trabajo como asesor de inversiones ha consistido en estudiar las recomendaciones de los bancos a mis clientes para detectar los problemas mencionados anteriormente y sugerir actuaciones alternativas. Como hemos visto, se han producido cambios sustanciales en la industria de asesoramiento financiero, que ofrecen la oportunidad de desarrollar nuevos modelos de inversión y de gestión patrimonial adaptados a un escenario dinámico, con gran facilidad de acceso a información para obtener valor añadido para nuestra cartera. La denominación Banca Privada ha quedado totalmente desacreditada en un mar de conflictos de intereses y productos fracasados e inadecuados, en un entorno de exceso de agresividad y falta de responsabilidad fiduciaria.

En estas circunstancias, ¿qué debe hacer el inversor tradicional? Mis recomendaciones son las siguientes:

1) Enterrar los prejuicios contra las empresas pequeñas de asesoramiento de inversión o gestión de activos. En la nueva economía digital, los grandes bancos y gestoras pierden ventaja frente a la agilidad de las pequeñas empresas que, como veíamos, cuentan con idéntica capacidad de acceso a la información y de ejecutar órdenes de compraventa en todo el mundo. Está ampliamente demostrado que los pequeños fondos de inversión “de autor”, donde el gestor principal tiene invertida una gran parte de su propio patrimonio, ofrecen los mejores resultados a largo plazo.

2)  Utilizar las herramientas de la nueva economía para saber a quién estás encomendando el cuidado de tu dinero como asesor o gestor. ¿Cómo es su huella digital? Desde Facebook, Twitter, Linkedin a sus intervenciones en conferencias o publicaciones en prensa, hay gran cantidad de información al alcance de cualquiera con una conexión a Internet, simplemente con el uso de un buscador. Hoy más que nunca, el inversor es quien manda. Antes de confiar los ahorros conviene mantener al menos una reunión presencial o contacto telefónico o a través de Skype. Elegir un asesor financiero se parece mucho a buscar un buen médico o un buen canguro. El tiempo y esfuerzo que dediquemos a hacer una buena selección se verá compensado ampliamente en el futuro.

3) Finalmente, conviene mantener una actitud abierta ante las magníficas oportunidades y nuevas formas de invertir que nos brinda la economía digital. La época de escoger banco porque tenía sucursal en la esquina de casa se ha acabado. La plena libertad de movimiento del capital y el perfecto funcionamiento de los bancos modernos por Internet han eliminado el obstáculo de la distancia física. Además, ya es posible invertir directamente en proyectos de emprendedores a la vanguardia de la nueva economía con cantidades de dinero al alcance de muchos ahorradores. La diversificación efectiva consiste en participar en varias clases de activos con baja correlación entre sí, más allá de la tradicional dicotomía entre renta fija y renta variable. Invertir en proyectos de economía digital de la mano de un asesor de confianza con habilidad demostrada en este campo puede ofrecer importantes beneficios a largo plazo.

Leer más
Economía, Sociedad Marc Vidal Economía, Sociedad Marc Vidal

El soldado invencible

546675
Paul Valéry dijo que “la guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que si se conocen pero que no se masacran”. Hay guerras con armas y batallas con otros elementos. Ahora estamos inmersos en una contienda que utiliza herramientas sofisticadas y complejas. Estamos en la batalla por la conquista de la Nueve Economía aunque muchos no lo sepan. Os dejo una historia que sucedió hace mucho tiemp y que seguro os va a hacer reflexionar. Que lo disfruten.

El poeta y crítico francés, líder del movimiento surrealista, André Breton conoció al soldado invencible. Fue durante una gélida mañana de invierno de 1916, en un hospital de guerra francés donde trabajaba como apoyo a los que intentaban evitar que el imperio germano devorara Francia. Fue a primera hora, justo en el instante que parece definirse la barrera entre el día y su noche anterior. Cuando André tuvo que acercarse a uno de los carromatos donde se hacinaban los heridos que llegaban del frente. Frente a las ruedas embarradas, manchadas de fluidos y sangre, con la banda sonora eterna de llantos y lamentos, los mismos que estaba tan acostumbrado a escuchar, contó los cuerpos y se lanzó en ayuda de los que parecían más graves. Como siempre los amputados, los que habían perdido alguna extremidad y estaban prácticamente muertos eran los prioritarios, los que a criterio del poeta, debían ser tratados sin espera. A veces, sólo a veces, alguno de esos moribundos se salvaba.

Aquella mañana sin embargo, una orden cambiaría para siempre su percepción de la guerra y de sus consecuencias. En el momento que André Breton empezaba a engasar las llagas de algunos de los soldados más castigados por la metralla, una orden directa y sin paliativos le dijo:

- “André, deja lo que estás haciendo y ayúdame con este herido”.

El joven artista no salía de su asombro. El herido era una hipótesis, un ejemplo evidente del ileso en plena batalla, normalmente se atribuía ese efecto al soldado que huía antes de empezar, solían ser desertores. No aparentaba tener ni un solo rasguño. Por eso, sin demasiado recelo, giró su atención y continuó con lo que estaba haciendo. Arrugó otro nuevo trozo de tela y la apretó contra la herida de un pobre moribundo sin piernas al que llevaba un rato tratando de taponarle la hemorragia. Pero el mismo superior que hacía unos segundos le espetó con autoridad, volvió a incidir en la misma dirección.

- “André, le he dado una orden, venga aquí ahora mismo y ayúdeme con este herido”

Bretón nació humilde. Seguramente eso le ayudó a entender que, en la guerra, como en la vida, nada es lo que parece, que las cosas que quieres debes ir a buscarlas pues no suelen llegar solas. Desde muy joven supo que las apariencias engañan y por ello, muy a su pesar, abandonó el cuerpo dramáticamente herido que estaba tratando y se acercó a su superior. Éste tenía agarrado de su brazo a un hombre rubio, alto, con la mirada perdida, al que le resbalaban gotas de saliva por la barbilla y que, como evidencia de haber estado en batalla, tenía sangre seca por todo su uniforme. Le preguntó que donde estaban sus heridas, donde debía empezar a desinfectar, cortar, curar. La respuesta fue simple: “en su mente”.

La explicación del suceso que protagonizó ese soldado era escalofriante. Al parecer durante la última contienda en la que su batallón se vio implicado, todos murieron menos él. Un puñado de explosiones detonaron en la zanja donde, desde hacía días, habían estado resistiendo los ataques del enemigo. A medida que la bruma se esparcía, el soldado ileso entendió la magnitud de la masacre. Sin humo de la pólvora que engasara la imagen, pudo ver como era el único superviviente. Todos yacían muertos en la trinchera, sin apenas poder reaccionar, desesperado, con un sentimiento de culpa que sólo pueden tener los que se salvan de una catástrofe, durante unos segundos, minutos talvez, ese hombre enfurecido se limitó a gritar, a desear el mismo destino cruel que sus compañeros. Por eso salió de esa morgue rectilínea y se presentó ante el enemigo gritando:

- ¡Eh! ¡aquí estoy! ¡matadme!

Lo que pasó a continuación no tiene explicación lógica ninguna, pero así lo explicaron los dos centinelas que le rescataron. Dos compatriotas que vieron la atrocidad desde otro comando corrieron a rescatar a los heridos, de allí no pudieron llevarse a nadie más que a un enloquecido soldado que se mostraba con el pecho descubierto frente a un centenar de bayonetas y cañones. Mientras sus salvadores se acercaban no daban crédito a lo que estaba sucediendo. Disparos, explosiones y detonaciones no cesaban en el intento de matar al suicida. Ninguno acertó y en consecuencia, cuando fue apartado de esa posición, su cuerpo estaba intacto. Ni una herida, ni una sola cicatriz, nada epidérmico. La lesión ya hurgaba por el interior de su alma. Ese hombre creyó no estar en ninguna guerra, pensó que todo era producto de su imaginación. Estaba convencido de que todo era una tremenda alucinación que su cerebro le estaba fabricando, una broma macabra que no aceptaba como válida ahora que podía probar, aparentemente, que era invencible. Lo era porque no existía tal batalla.

La verdad es que ante esa realidad, el herido de guerra era el más atractivo de todos para Bretón. Para un aficionado a la mente humana, teórico representante del surrealismo poético, este caso era una especie de regalo. Estuvo unos días tratando aquel hombre hasta que llegó a la conclusión que lo más grave que le podía pasar a un ser humano era alejarse de su propia realidad, abandonar la evidencia del escenario en el que se encuentra y decidir no aceptar la guerra que le ha tocado vivir.

Uno de los principales valores que debe tener un emprendedor, alguien que quiere poner en marcha sus proyectos, sean los que sean, es el de aceptar el territorio en el que nos ha tocado vivir. Aceptar cada una de las aristas que tiene. Para un emprendedor, no darse cuenta que “esto es una batalla real” puede ser tan perjudicial como no entrar en ella. No nos vale creernos invencibles, no funciona ir sin radar, hay que afinar el valor de la prospección. De hecho como decía Simón Bolivar “el arte de vencer se aprende de las derrotas”. Es tan cierta esta frase que, si no sabemos asimilar bien cada una de las heridas que la emprendeduría nos va a deparar, nunca lograremos generar un proyecto sólido. No digo que la suerte no juegue su papel, por supuesto, hay quien sin sufrir una sola herida, saliendo de cualquier trinchera, logra sus objetivos sin recibir ni un solo balazo, pero eso es algo poco habitual.

André Bretón no decía que “lo que amo de la imaginación es que no perdonas”. Dejemos a nuestra imaginación trabajar en paz, sin paliativos, pero no nos olvidemos que la guerra existe y que sin aceptarla fracasaremos irremediablemente. El valor de la prospección es evidente. Para encontrar un príncipe hay que besar muchas ranas, por eso sabemos que un buen proyecto emprendedor no siempre aparece a las primeras de cambio, precisa de insistir. Muchos de los que se retiran en mitad de la batalla lo hacen por que al salir de la trinchera y pensar que no les daría ningún proyectil se llevaron un terrible desengaño. Todos estamos expuestos a ello, pero sólo los que lo prevean podrán pasar al siguiente capítulo.

Una sociedad incapaz de aceptar el entorno que le ha tocado vivir, sin voluntad de afrontar la situación desde la necesidad de ponerse en marcha, asumiendo la realidad y no aceptando lo que otros cuentan, es una sociedad que no podrá afrontar los retos del futuro.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Innovación o renovación


Las empresas que generan valor en nuestro tiempo son las que se comportan como seres vivos. Nacen, crecen, se reproducen y, si es preciso, mueren con dignidad. No sucede nada, no es ningún drama, que una empresa sea capaz de decidir cuando sucumbir, pues el coste de modificar toda su estructura y modelo de gestión es inasumible y muy superior a la generación de una nueva compañía no debería de sonrojar a nadie. Crear una nueva compañía con los valores aprendidos y con las mejoras por establecer es mucho mejor que insistir con algo que ya no logra los éxitos anteriores. Innovar puede ser también renovar. Los tiempos que corren, la era empresarial que nos ha tocado vivir es la de los escenarios complejos, la de los territorios inteligentes y donde una empresa fuerte debe asumir los retos incluso cuando estos no son los previsibles. A este tipo de actitud yo le llamo “conocimiento empresarial”. La deriva de esto sería concretar “empresas inteligentes”.

Hace casi cinco años, durante una conferencia que tuve el honor de ofrecer a estudiantes de Administración de Empresa en el Aula Magna de la Facultad de Economía de l’Echole National d’Economique de Paris, hablé por primera vez de “empresa inteligente”. Lo que ahora es un término de uso cotidiano en las escuelas de negocio por aquel entonces sonó muy extraño. Ese término fue complementado con otros del tipo “open Business” o “negocio en red”. El concepto de empresa inteligente se trata de una organización que posee las habilidades para crear, adquirir y transferir conocimiento. Debe tener también la capacidad de modificar su conducta, su manera de hacer las cosas, al haber generado nuevos escenarios de visión y nuevos puntos registros.

Debemos aceptar que el momento actual no tiene comparación a nivel económico y empresarial con ningún otro. Los cambios políticos, económicos y sociales se suceden a una velocidad de vértigo y el futuro que nos depara ya no es el que se insinuaba tan solo hace una década. Se acerca una revolución del conocimiento que se llevará por delante todas las barreras y ventanas que teníamos establecidas en el modelo empresarial anterior.

No asistimos a un simple cambio de modelo económico, estamos siendo llamados a presenciar una de las revoluciones de mayor calibre que haya conocido la humanidad: la revolución de la hipersociedad. Estamos protagonizando, casi sin saberlo, la etapa del cansancio de los modelos de negocio tradicionales dando paso a los modelos del conocimiento. Se está pasando de la producción industrial sujeta al factor económico a la producción intelectual amparada en el valor de la inteligencia. El destino para las empresas que no se adapten en los próximos cinco o seis años será mucho más duro que para los que acepten esa mutación natural que deberán asumir.

El destino que nos espera a todos es inexorable: finalmente el intelecto y el espíritu del trabajador de las empresas hacen explosión y se expande sin remedio hacia todas partes incluyéndolo todo en una amalgama imperfecta de retos tecnológicos y estimulantes que se avecinan y que, en resumen, no solo darán respuesta empresarial a nuevos problemas de la humanidad sino que también contribuirán a un mundo mucho mejor. Estoy seguro que, tras este tiempo de cambios, el futuro que le espera a mi hijo será mucho mejor que mi presente. De eso tenemos que encargarnos todos, y de eso el mundo empresarial y directivo tendrá mucho que hablar.

Hace mucho que me retuerzo generando modelos de gestión, creando escenarios nuevos para que una idea sea factible, revisando planes de negocio y sobretodo dirigiendo equipos que a veces se sumergen en una total falta de creatividad. He vivido buenos y malos momentos. A las puertas de la mayor agresión formal y oficial a la clase productiva de occidente, la posibilidad de darle la vuelta a todo el asunto se hace inevitable. ¿Vamos hablando de como regenerarnos? Yo estoy desarrollando un nuevo negocio como sabéis, un entorno empresarial basado en los clusters y las incubadoras de startups, la internacionalización y la renovación de procesos en empresas existentes y, por supuesto, buscando financiación donde la hubiese para los que están en condiciones de encontrar viabilidad a sus proyectos.

Mientras unos siguen atendiendo a peluquerías de muñecas, los asuntillos del yerno real o polémicas artificiales que se crearán para amansar a las fieras, otros hemos dejado de protestar. Esto va de tonto el último. Sumemos a los que no se tomaron la pastilla que permite vivir eternamente en Matrix. Es tiempo de cambios, cambios que no veremos por televisión ni en los informativos ni medios, tiempos de recortes, de olvidos, de incautación y, sobretodo, tiempo de exculpación de responsables. Serán tiempos de gente sin capacidad para sacarnos de un escenario del que no podemos salir pues no es una crisis a lo que nos enfrentamos, ni tan siquiera una mala racha, lo que viene es la síntesis, la cristalización del modelo final.

Le damos credibilidad a un catedrático que llega a ministro o a conseller por alguna extraña razón que desconocemos. Suele gobernarnos gente que jamás pagó una nómina, que no sabe que es lo que sufre una empresa pequeña o mediana, que no conoce que supone un incremento indiscriminado de impuestos y que nunca podrá saborear el amargo sabor del cierre de un negocio. Creemos que saben lo que hacen y que “no es posible la quiebra del Estado pues ello sabrán como evitarlo”. Bueno, pues atendiendo a lo que ha pasado en Catalunya hace unos días es para temblar. Una eminencia proveniente de Boston, con una aureola de genio de la economía ha sido incapaz de prever algo que cualquier autónomo habría tenido en cuenta: que no te pague alguien no te exonera de pagar tus obligaciones recurrentes y por lo tanto te aseguras que la tesorería no sufra de iliquidad pues eso le llevaría a la quiebra. Algo tan simple no parece haberlo previsto el Conseller. No obstante eso es algo que tampoco han previsto la mayoría de dirigentes que nos rodean peligrosamente por todas partes.

Como decía… “nosotros a lo nuestro”, hay escenarios y formas, ¡discutan!

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Salvaguardar depósitos

El número de consultas acerca de como salvaguardar los depósitos ante una posible “quiebra“ del sistema financiero español no dejan de llegar. Me preguntan por email, en persona, a través de los comentarios del blog, tras cualquier evento, en los aeropuertos cuando alguien me reconoce, me consultan familiares, amigos, socios, periodistas y, aunque parezca sorprendente, trabajadores bancarios. Al respecto he ido hablando con otros blogueros económicos, asesores de patrimonio y directivos financieros en los que confío y todos coinciden en algo que parece haber cambiado sustancialmente en los últimos días: la gente ya pregunta abiertamente sobre la posibilidad de un corralito en España y como pueden evitarlo. Hace unos años, la palabra corralito suponía la expulsión del género humano. Hoy parece que, los que nos definían como incendiarios inconscientes, son los mismos que se apresuran a saber como sacar su dinero del sistema financiero español. Advierto que estoy convencido que las cifras de la fuga legal de depósitos debe estar siendo gigantescas. Es posible que los datos oficiales no respondan a la verdadera magnitud de la huida pues desencadenaría un circuito viciado que retroalimentaría lo que quisiera evitar.
Que obliguen a algún banco a digerir en sus balances a una caja con una agujero bíblico, no ayuda mucho a que el sistema cure sus deficiencias. Que se avance la creación de un banco malo no ayuda demasiado. ¿Alguien puede confiar a estas alturas que un banco repleto de basura financiera va a ayudar a que la realidad se convierta en algo mejor? ¿Alguien cree que tomar todos los activos tóxicos de la banca española y convertirlos automáticamente en los activos de una entidad de resguardo lo soluciona todo? ¿Nos toman por estúpidos? El banco malo se compone de las cosas que nadie va a pagar, de las deudas que se deben eliminar en los balances que evidenciarían quiebras y fallidas técnicas en algunas entidades. El gap es que se confía demasiado en que algún día alguien querrá esos activos malos. Si eso no pasa en un tiempo prudencial, la hostia será soberana y todos tendremos que refinanciar el macroagujero.

Los ahorros deberían ser fuente de tranquilidad y seguridad, no de preocupaciones añadidas en estos tiempos tan revueltos. Haber conseguido ahorrar unos euros es una hazaña notable, dado el incremento de impuestos y precios en un contexto de creciente desempleo, quiebra de empresas, asfixia de autónomos y congelación de salarios y pensiones. La enorme mayoría de los ahorradores solo pide tres cosas: seguridad, liquidez y, por último, algo de rentabilidad. Una petición tan sencilla, pero tan pocas veces satisfecha por los bancos y cajas, sobre todo en los últimos años.

En los últimos años hemos vivido una erosión del concepto de responsabilidad fiduciaria que debería imperar en las actuaciones de todos los responsables de la gestión de nuestros ahorros. Hemos sido testigos de un cadena de fallos, de los reguladores, de la entidades públicas, de los mecanismos de control interno de los bancos y cajas y, lo que es peor, de la voluntad de nuestros líderes políticos para tomar las duras medidas necesarias para poner fin a la crisis y poner las bases de una nueva fase de crecimiento fundamentada en la oportunidades que ofrece la nueva economía digital y la emergente hipersociedad. El principal modelo de consulta de personas preocupadas por la situación financiera de España y la seguridad de sus ahorros en su banco o caja de toda la vida es que hacer con sus depósitos y ¿como evitar un corralito? Lamentablemente, como ya comentaba en otros posts, un análisis detallado del funcionamiento del fondo de garantía de los depósitos bancarios no resulta tranquilizador para el ahorrador por las dudas que se plantean sobre la seguridad y la accesibilidad inmediata al dinero depositado, sobre todo en el caso extremo pero no descartable de fallo en cascada de varias entidades bancarias.

De aquí resulta la primera y primordial preocupación, la sensación popular y que algunos expertos defienden, de que los ahorros en el banco o caja no están seguros en el contexto de la crisis actual. Esta inseguridad surge de dos fuentes. La primera es la preocupación sobre la solvencia del banco o caja en concreto y de la capacidad de respuesta del fondo de garantía de depósitos, y la segunda es la posibilidad de una ruptura del propio euro (cada vez mas comentada en las últimas semanas en Berlín y París), que dejaría a España, y por lo tanto todos los balances y depósitos bancarios en España, excluida del club del euro fuerte. En este escenario, sería probable que el nuevo euro de segunda velocidad sufriera inmediatamente una devaluación del 30% ó 40% en relación con el Euro de primera velocidad y, por lo tanto, una similar devaluación en relación con otras divisas, como el dólar estadounidense. Esto no lo digo yo, se comenta en muchos foros económicos que antes negaban esta posibilidad y que ahora se reafirman en las cada vez más evidentes opciones al respecto. Muchos preguntan que se puede hacer. A continuación os detallo algunas de las opciones que se barajan en los entornos de capital medio y que son totalmente legales y cuya homologación financiera no deja de ser factible.

Cuentas internacionales

La única manera totalmente segura de evitar este escenario es mantener balances en la cuenta corriente y depósitos a plazo en cuentas bancarias fuera de los países en riesgo de sufrir esta exclusión del euro de primera velocidad. Es totalmente legal y legítimo para cualquiera ahorrador residente en España abrir una cuenta bancaria no residente en cualquier otro país que no presente el riesgo de quedar fuera de la zona del euro de primera velocidad, si es que esta hipotética ruptura llegara a materializarse. En España hay total libertad de movimiento de capitales, y los ahorradores no deberían sentir ningún reparo en utilizar esta libertad para mandar fondos a otros entidades fuera de España si estas le dan más seguridad, liquidez y rentabilidad para sus ahorros. Igualmente, fuera del la zona euro, los ahorradores pueden abrir cuentas no residentes en Suiza o los EEUU, países que históricamente han ofrecido un gran estabilidad y cuentan con muchas entidades financieras de última generación en varias divisas, que ofrecen acceso electrónico a los fondos por Internet, y servicio al cliente en español. En la nueva economía digital nuestra selección del banco en que invertir parte de nuestros ahorros no debería estar condicionada por la proximidad de una sucursal a nuestra casa, sino por la capacidad de la entidad financiera, dondequiera que se encuentre ubicada en el mundo, para satisfacer mejor nuestras necesidades. Hay que destacar que cualquier operativa en este sentido debe ser notificada a la autoridad tributaria y que los rendimientos y aportaciones deberán tributar oficialmente.

Inversión en Bonos Corporativos de Empresas no financieras.

Una vez asegurada la seguridad de los ahorros, la liquidez y rentabilidad son las siguientes prioridades. Una inversión es líquida cuando se puede comprar o vender en grandes cantidades cualquier día laboral sin incurrir en costes importantes y sin influir en el precio de mercado. Tradicionalmente, uno de los mercados mas líquidos has sido el mercado de bonos soberanos y letras del Estado, pero en  la actual situación los bonos de los países considerados fuertes (es decir, Alemania) están muy sobrecomprados, con rendimientos muy bajos, mientras los bonos y letras de otros países de la zona euro ofrecen mejores rentabilidades, pero tienen el peligro de sufrir una conversión al hipotético euro de segunda velocidad, con la consiguiente pérdida para el ahorrador que ya hemos comentado.

Por esta razón, recomiendo evitar los bonos soberanos o letras de tesoro a favor de los bonos corporativos de empresas solventes, con mucho flujo libre de caja y libres de cualquier duda sobre su solvencia. Por supuesto, con este criterio, excluimos los bonos de las entidades financieras por ser el sector en el ojo del huracán de la crisis actual que azota Europa y evitamos bonos emitidos en países en peligro de quedarse fuera de la zona del euro de primera velocidad, incluso si se trata de  empresas de la máxima solvencia. En este tipo de empresas, nuestra preocupación se centra en la divisa en que se producirá la devolución del capital a su vencimiento, si en el periodo que media entra la compra de los bonos soberanos o letras del tesoro se produce la ruptura del euro. De producirse la devolución del capital en euros de segunda velocidad, ello acarrearía un grave perjuicio para el ahorrador.

Con bonos corporativos de alta calidad, tanto por la solvencia de la empresa como del país bajo cuya legislación se produce la emisión de los mismos, el ahorrador puede conseguir seguridad, liquidez y rentabilidad, pero con un condicionante muy importante: debe realizarse su compra de forma directa, no a través de fondos de inversión. Efectivamente, este activo no suele ofrecer buenos resultados en el formato de fondo de inversión por dos razones principales. Primero, en la actual coyuntura de bajos tipos de interés, las comisiones y otros costes se comen una gran parte de la rentabilidad de los bonos subyacentes en la cartera del fondo. Segundo, el gestor de un fondo de bonos corporativos suele recibir grandes cantidades de órdenes de venta por parte de los participantes en sus fondos precisamente en los momentos más agudos de crisis en el mercado, cuando las ofertas de compra son más escasas y pobres. Precisamente en estos días el gestor tiene forzosamente que vender los bonos para hacer frente a las órdenes de venta de participaciones de sus fondos. La consecuencia es una bajada de valor contable del fondo que merma de forma sustancial sus resultados como consecuencia de la venta de los bonos en el peor momento posible. Por esta razón, a mi empresa le he ordenado que siempre asesore en la opción de operar en este activo clave a  través de compras directas de bonos con el objetivo de mantenerlos en cartera hasta su vencimiento.

Préstamos Persona a Persona (P2P)

Los préstamos persona a persona constituyen una clase emergente de activos que permite la desintermediación del banco a través de la utilización de herramientas digitales. Ya existen plataformas digitales donde los ahorradores pueden prestar dinero a otras personas cuidadosamente seleccionadas, dispuestas a pagar un tipo de interés muy atractivo por conseguir el préstamo. Todo esto sin la intervención del banco, pero sí con la ayuda de un equipo de personas muy cualificadas para mantener la plataforma, asegurar su legalidad y seleccionar únicamente los candidatos más solventes entre las solicitudes de préstamos. Los préstamos P2P son otro elemento de la nueva forma de gestionar los ahorros con la que estamos ofreciendo rentabilidades muy atractivas para los ahorradores.

Cuentas Segregadas

En los últimos años hemos sido testigos de muchos fallos y negligencias en la responsabilidad fiduciaria, precisamente por parte de los responsables de la gestión de la inversión del ahorro. Casos como los de Madoff,  donde los mas sofisticados inversores del mundo de los grandes bancos perdieron miles de millones de euros de sus clientes, e incluso casos tan recientes como el colapso de MF Global en los EEUU la semana pasada, nos deberían servir de aviso del peligro de confiar en sistemas regulatorios de países extranjeros donde el control sobre el gestor de fondos adolece de graves carencias.

A mi equipo les he recomendado que se ofrezca respuesta honesta, realista y analítica al problema de falta de responsabilidad fiduciaria de tantos gestores de una forma clara y sencilla. Simplemente, el dinero del cliente no sale nunca de su cuenta de origen hacia la cuenta del gestor de fondos u otra entidad financiera que preste servicios de gestión de inversiones. Toda las gestiones de compra/venta se realizan en la propia cuenta del cliente. Este principio de actuación, conocido como “gestión por cuenta segregada”, protege al cliente de la posibilidad de encontrarse entre las víctimas de la próxima estafa en la que desaparecen los ahorros de tantas personas. Los resultados de la gestión por cuenta segregada podrán ser buenos o malos, pero en cualquier momento el cliente puede suspender la delegación de la gestión si los resultados no le satisfacen, ya que durante todo el proceso el cliente mantiene el control sobre su cuenta.

Participaciones Societarias

Las inversiones en depósitos a plazo o bonos corporativos emitidos en países fuera de peligro de encontrarse dentro del euro de segunda velocidad ofrecen seguridad y liquidez al ahorrador, pero con una rentabilidad bastante modesta, ya que los tipos de interés se encuentran en niveles muy bajos por la actuación de los bancos centrales, que los mantienen en estos niveles con la falsa esperanza de estimular así la economía. Al fin y al cabo, la única posibilidad de conseguir rentabilidades altas viene de participar como accionista en el éxito de una empresa. En el caso de las empresas cotizadas, sobre todo los miles de empresas de pequeña capitalización bursátil que coticen en las bolsas de los EEUU, el inversor puede participar en empresas de gran crecimiento con una transparencia informativa total a través de los informes periódicos obligatorios por parte de los reguladores norteamericanos.  Otra forma de convertirse en accionista es tomar participaciones societarias en nuevos proyectos empresariales (no cotizados en bolsa). Aunque una inversión directa en las acciones no cotizadas de una compañía con buenas perspectivas en la nueva economía no ofrece liquidez, puede ofrecer rentabilidades muy atractivas si la empresa cumple sus expectativas de crecimiento. Es necesario que los que tenemos empresas que asesoran en este punto asuman criterios nuevos, lejos de los libros tradicionales, que aporten nuevas fórmulas pues ahora mismo nadie se puede dar por salvado. Nosotros por ejemplo lo que hacemos es ofrecer a ahorradores cualificados la posibilidad de participar en proyectos cuidadosamente seleccionados como los mejores apuestas de obtención de beneficios en la nueva economía en los próximos años.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Cooperar sin miedo

En mi primer comentario Bits libres propuso el tema, y en la comida del día 1 lo volvimos a comentar. Se me acerco Vizcaíno  y me habló de perder el miedo al cooperativismo. Me dijo que “la experiencia cooperativa de Mondragón puede aportar claves interesantes para las organizaciones del futuro”. La experiencia cooperativa de Mondragón ha creado organizaciones de base democrática en el ámbito de la industria, del crédito, de la educación, de la seguridad social, del consumo, de la universidad, de la investigación tecnológica y de otros ámbitos, todos ellos basados en arquitecturas de poder fundamentadas en última instancia en la autogestión y la co-gestión.

Su trayectoria de medio siglo con más de un centenar de empresas, más de 80.000 trabajadores entre socios y trabajadores por cuenta ajena, filiales en 16 países como China, India, EE.UU., Brasil, México, etc. muestra que, con las limitaciones y condicionantes que conlleva el funcionar en un sistema de mercado capitalista, es posible ser democrático y eficiente al mismo tiempo. De alguna forma contrarresta esas críticas habituales según las cuales, las cooperativas solo son aplicables en ámbitos como el agrícola o que las organizaciones del ámbito de la economía social son poco eficientes.

Ahora bien, la experiencia cooperativa de Mondragón no es una fórmula teórica genial que pueda funcionar universalmente en cualquier circunstancia y lugar. El cooperativismo para que pueda desarrollarse requiere de una cultura cooperativa previa. Diríamos que el cooperativismo ha de cultivarse. ¿Sabéis que cultura y cultivo tienen la misma raíz? A veces la etimología de las palabras suelen dar pistas. Quiero decir que el cooperativismo es una forma de organización empresarial que puede ser eficiente y exitosa pero que requiere de unos condicionantes previos que faciliten su desarrollo. Además, el uso de la palabra “experiencia“ no es casual, sino que pretende transmitir la idea de que como toda acción, el cooperativismo, ha de ser vivido y constantemente mejorado en el elemento de ser compartido.

¿Quien mejor que Bits Libres para complementar este tema? Uno de los lectores de mayor implicación en este blog siempre ha defendido el valor de la cooperativa. Concretamente la defiende diciendo:

“hay muchos tipos de cooperativas y aspectos legales importantes. Coop de consumidores. productores o también de gestión. Dentro de las coopo y soc coop  relacionadas más con la gestión abre la posibilidades de unir profesionales independientes (freelance) sin perder nuestra independencia. Un soporte legal dentro del régimen general de la seguridad social, pero que con un pequeño capital social podemos parar golpes de posibles impagos o morosidad y cubrir esos IVAs impagados. Cada persona paga su SS según unas tablas ya establecidas. Hay un miedo enorme a cooperar o pensar que cooperar significa perder nuestra independencia y es todo lo contrario.”

Partiendo de estas sabias palabras de dos lectores y participantes del blog de Marc, creo que ha llegado el momento de abandonar barreras y perder el miedo a cooperar, a colaborar. Pensamos en grandes proyectos, pero a veces es tan sencillo como llamar a tu competencia mas cercana que seguramente estará pasando las mismas dificultades que tú  y hablarle de cooperar, de ayuntar esfuerzos, seguramente entre los dos prodremos mejorar el negocio y sobrevivir a este entorno actual .

Si vives en una ciudad pequeña puede que tengas un acceso mas fácil a los responsables públicos. Sigamos el ejemplo de Perroflauta que, con el proyecto de  montar huertos urbanos, está logrando cosas increíbles.

“Las dos residencias públicas que tenemos, hay personal del ayuntamiento que ven con bastante recelo un proyecto vecinal de este tipo. Como me vean hablar con los abuelillos lo mismo me echan, es el problema de los pueblos, por mucho que tengamos 65.000 hab esto sigue estando lleno de caciques. No se si me dejarán pegar un cartel en algún tablón de anuncios pero no te preocupes que lo intentaré. Por mis cojones que levantamos la asociación. Y la siguiente será emprendedores. “

Este tipo de proyecto, que para algunos podría parecer pequeño, son los que hacen grande la gente que vive en ese país. El objetivo es reflexionar y abrir nuevos horizontes, recopilar el máximo de ideas para ver que se puede hacer entre todos, y con ello, llegaremos al punto donde otros lectores ya han empezado a comentar acerca de crear un proyecto en común. ¿Os imagináis que de esto surgiera una empresa que ocupe a un buen grupo de personas que leen este blog? ¿Que a partir de los miles de lectores diarios surgiera una cadena de clientes que diera valor a todo ello?

Hoy os planteo el “Emprende Café”. Se trata de compartir ideas olvidando las distancias y el tiempo, la diferencia de edades y planteamientos, sólo incorporando en nuestro modelo el concepto 2.0 que tan brillantemente nos ha inoculado Marc durante estos últimos años y que ahora parece una de las grandes opciones para superar esta dura etapa de la historia.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Hipersociedad en Amposta

El próximo viernes estaré en la provincia de Tarragona, en concreto en Terres de l’Ebre para ofrecer una conferencia de acceso libre titulada “The Crisis is Over, construyendo la nueva hipersociedad”. En esta conferencia, que se llevará a cabo en el edifici “El Casal” que está en la calle Simpática número 6 de la ciudad de la preciosa ciudad de Amposta. Durante una hora y poco más intentaré contagiar al público del espíritu emprendedor con el que lleno mis depósitos todos los días y con los que afronto los retos cotidianos de dirigir mis empresas y, con ello, de marcar el rumbo de mi propia vida.
Considero que el espíritu emprendedor es la mejor forma para  afrontar con éxito el nuevo ecosistema económico y social en el que ya estamos sumergidos y que he explicado alguna vez por aquí. Me gusta pensar que tenemos una gran oportunidad y que todo prácticamente depende de que lo aceptemos.  ¿Sabíais que toda la tecnología que uso la NASA en 1969 para poner al hombre en la luna cabe hoy en día en cualquiera de nuestros Iphones? Si el hombre de entonces llegó a la luna, con la misma tecnología en una sola de nuestras manos, ¿donde podemos llegar juntos?

Ya no estamos en una crisis. La crisis fue la explosión de un volcán y ahora lo que estamos viviendo es como el magma de ese volcán configura un nuevo paisaje. La envergadura del cambio es de tal calibre que cuesta enmarcarlo en su verdadero contexto. Un nuevo paisaje cuya textura final desconocemos pero lo que si sabemos es que ese magma dejará un resultado final totalmente diferente a lo que estábamos acostumbrados a ver.  Este nuevo paisaje se basará en una sociedad hiperconectada donde las relaciones ya no son son lineales sino transversales y donde la suma de las individualidades dentro del colectivo conformarán como una especie de gran cerebro digital.

La nueva economía implica una serie de cambios disruptivos a todos los niveles. Desde cambios en la cadena de valor, ya que las ideas son las que tienen importancia y no el soporte como en muchos de los modelos tradicionales, hasta cambios en los procesos y en la gestión de las organizaciones. Aceptar que este nuevo modelo implica nuevas condiciones y sólo aquellos capaces de inventarse un nuevo entorno laboral vinculado al nuevo modelo, te acerca al éxito.

Este nuevo modelo, esta nueva etapa, implica apostar por la innovación, siendo ambiciosos y pensando en global (tanto para ofrecer el producto a cualquier pais del mundo como para ser capaces de conceptualizar un producto global para ofrecerlo a nivel local),  siendo capaces de trabajar en equipos y en organizaciones complejas, dinámicas, atemporales y aterritoriales y entender la empresa como un gran ser vivo. Todo es una cuestión de actitud, tenemos que estar en BETA constante para afrontar los nuevos tiempos y no tener miedo al cambio y al fracaso.

Hay cuatro formas distintas de ver un vaso: los pesimistas lo ven medio vacío, los optimistas medio lleno, los racionalistas dicen que sobra medio vaso pero los emprendedores solo se cuestionan de qué y cómo llenarán ese medio vaso que falta por cubrir.

Agradezco las reflexiones sobre otra ponencia anterior por parte de Enrique Díaz.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Lectores emprendedores

El próximo jueves en un restaurante del centro de Madrid nos reuniremos un buen número de lectores de este blog, la mayoría ya buenos amigos. Entre otros invitados estarán Juan Carlos Barba y Alberto Artero. Un evento impulsado por Suso y apoyado por muchos de los históricos del blog. La verdad es que el tema poco tiene que ver con las fechas, que casualmente son cercanas a la Navidad, mucho con el deseo de afrontar retos, poner en común iniciativas y, sobretodo, con la necesidad orgánica, de gente que se niega a desayunar su tazón de cloroformo, de descifrar lo que está sucediendo en nuestro entorno inmediato. Hablaremos del verdadero calibre de nuestro tiempo, de que la crisis como tal ya se ha terminado, hablaremos de nuevos tiempos, de objetivos, de volver a empezar. A los que vienen, nos vemos, a los que no, será en la próxima. Ahora me gustaría que comentárais los temas que os apetece que tratemos y que luego difundiremos.
 

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Digitalización inevitable

Ayer, cenando uno de mis restaurantes favoritos de Panamá, le comenté a un emprendedor amigo de origen griego las claves para afrontar el futuro empresarial y sus modelos de innovación asociados. El debate giró entorno a modelos económicos inminentes y en los cambios que se avecinan y sobretodo como afectarán los procesos de modernización irrenunciables a la realidad empresarial de tipo tradicional. Os aseguro que este es uno de los temas que más me preocupan actualmente en términos socioeconómicos. En ese sentido me vino a la cabeza un caso personal que ya expliqué hace un tiempo y que ejemplifica un proceso de transformación de un negocio tradicional en otro entroncado en la nueva economía a través de la innovación bien entendida. Ahora bien, innovación sólo es aquello que el mercado acepta, no lo olvidemos. Os dejo con el caso.

Hace un par de años un amigo me llamó para pedirme ayuda. Su negocio estaba en quiebra. Tenía un desguace de vehículos y, contrariamente a lo previsto, la crisis no le estaba beneficiando. Sus ventas habían caído en picado. Su modelo de negocio dependía de que los automóviles que debía descuartizar no eran suficientes para ofrecer un recurso atractivo a los escasos compradores que se acercaban a su superficie en las afueras de una pequeña población al norte de Barcelona.

Me instalé en su empresa durante dos semanas. Examiné los procesos y hablé con los implicados. Al poco le ofrecí una solución que resultó ser muy beneficiosa. Lo primero que le comenté era que su sistema de desguazar los autos debía estar sintetizado. Para ello compré una base de datos que aportaba la mayoría de modelos y marcas del mercado. El sencillo software que instalamos en una PDA permitía que el desmontaje se codificara y concediera una ubicación ordenada de todas la piezas. Asi se lograba una eficaz distribución y una eficiente inventario a tiempo real. Ese listado se incorporaba a una base de datos en las oficinas de la empresa. Hasta ese punto nada nuevo, nada especial.

No disponíamos de ninguna característica que diferenciara ese negocio de otros que ya hacían algo parecido. La singularidad, el diferencial, el valor añadido se logró en el preciso instante que esa base de datos, esa eficiente máquina de ordenar las existencias, se digitalizó en la red. A partir de ese instante las ventas online empezaron a producirse. En menos de un año la facturación aumentó a niveles impensables durante la crisis. A pesar de todo esto, no nos paramos. Ramón, que así se llama el hombre que decidió no detenerse ante las dificultades, preguntó si era factible vender piezas de coches clásicos por Internet.

Fue posible. Esa es ahora una de sus principales ofertas. Se ha convertido en un hub de captación para los coleccionistas y un conector para los exclusivos clientes que se esconden tras el apasionado mundo de los coches de autor. Ahora sus ventas se miden por países y no por comarcas.

Escuchando a los que nos gobiernan y atendiendo a los que garantizan nuestro ahorros, no puedo más que pedir a todos los que nos encontramos aquí que no se detenga nadie, que no se duerman, que hay oportunidades pero todas requieren afrontar los retos con entusiasmo y valor. Si una chatarrería clásica pudo convertirse en un referente digital, que no podemos conseguir cualquiera de nosotros. Recuerdo que algunos de vosotros están organizando un encuentro en Madrid para el día 1 donde podremos hablar de estas cosas y de otra muchas. Tendremos invitados destacados en el campo de la economía y de la emprendeduría. El único requisito es ser lector y miembro de esta comunidad.

Leer más
Marc Vidal Marc Vidal

Desvirtualizando

Al final podrá ser. Ya hay un día y un lugar para que una parte del colectivo creativo e inteligente que se da cita a diario en este blog se conozca en persona. A muchos ya os conozco a través de correos personales y a otros a partir de encuentros en alguna conferencia. A veces, tras algún evento, se acerca alguien y me dice “vengo desde muy lejos para verte y saludarte” y me viene una sensación extraña entre orgullo, responsabilidad y una enorme gratitud.
Será un almuerzo en algún restaurante por decidir de Madrid el próximo 1 de diciembre. Siento no poder ser más flexible, pero los que conocéis un poco mi vida seguro que entendéis la dificultad. Para los que queráis asistir no tenéis más que poneos en contacto con Suso, que es en gran medida el culpable de todo esto.

Por cierto, ya tengo confirmado que van a venir dos personas más muy conocidas y que van a permitir darle un toque muy estimulante al encuentro. Gente que han estado estos años en la misma linea que nosotros y que han volcado todo su esfuerzo en crear un escenario de pensamiento alternativo más allá de ideologías o de patrones, simplemente han procurado descloroformizar a la gente. Ellos son lectores también de mi blog. Lo iré desvelando en breve.

Leer más