Cuando una conferencia es algo más que hablar de Transformación Digital.

A finales de noviembre saldrá al mercado mi nuevo libro de la mano de Deusto Ediciones y Grupo Editorial Planeta. Un trabajo que de momento mantengo su título en secreto y en el que podrás encontrar un ensayo sobre el origen de nuestra situación socioeconómica y empresarial, un análisis de dónde estamos y una reflexión sobre el futuro al que nos dirigimos. Todo ello partiendo de, en mi opinión, un error mayúsculo que confundió el parto de una revolución tecnológica con una crisis financiera. Un libro que coincidirá con el argumento de mi próxima conferencia. Y es que a partir de septiembre presentaré una nueva ponencia que estamos ultimando estos días. Una charla que deriva de la actual ‘reWorking’ que, actualizándola a tiempo real, me ha acompañado durante los últimos cuatro años.

A finales de noviembre saldrá al mercado mi nuevo libro de la mano de Deusto Ediciones y Grupo Editorial Planeta. Un trabajo que de momento mantengo su título en secreto y en el que podrás encontrar un ensayo sobre el origen de nuestra situación socioeconómica y empresarial, un análisis de dónde estamos y una reflexión sobre el futuro al que nos dirigimos. Todo ello partiendo de, en mi opinión, un error mayúsculo que confundió el parto de una revolución tecnológica con una crisis financiera. Un libro que coincidirá con el argumento de mi próxima conferencia. Y es que a partir de septiembre presentaré una nueva ponencia que estamos ultimando estos días. Una charla que deriva de la actual ‘reWorking’ que, actualizándola a tiempo real, me ha acompañado durante los últimos cuatro años.

No obstante, aunque esta nueva conferencia se estrenará en unos meses, no es inédita del todo. Tuvo una previa en la primavera pasada. Concretamente durante la última edición del CX Summit de Oracle que me pidió una intervención inédita tras haber compartido escenario con el gran Martin Lindstrom un año antes. El público iba a ser el mismo y la empresa organizadora me retó a crear algo que nadie hubiera visto antes para la ocasión. No es fácil fabricar una conferencia totalmente distinta en un tiempo breve. Pensar su storytelling, sus toques de humor, comprar los recursos audiovisuales, establecer las claves formativas que debe incorporar, relatar un inicio y un final redondo. Pero acepté. A pesar de no estar terminada por aquel entonces decidí aceptar el desafío. En gran medida, lo que aquella tarde expliqué se ha convertido en el arquetipo de la que tendremos lista tras las vacaciones y que, en gran medida, su contenido encaja con la del propio libro. Un mismo viaje en dos formatos distintos.

Ahora bien, ‘reWorking’ sigue siendo una conferencia plenamente actual y especialmente bien recibida por todo tipo de público. De ahí que convivirán ambas y se podrán contratar en base a las necesidades de la audiencia. Las dos son en realidad un ejercicio de reflexión sobre el empleo del futuro, las claves de la transformación digital y los procesos tecnológicos y humanos que vivimos en plena Cuarta Revolución Industrial. ‘ReWorking’ seguirá siendo una charla a la vanguardia tecnológica, empresarial, social y económica y se complementará con la nueva. Han sido muchos kilómetros, aviones y eventos en los que ‘reWorking’ ha sido calificada como una conferencia divertida, inspiradora y didáctica. La gente que ha asistido, que luego se incorporan a mis diferentes redes sociales, se han convertido en una especie de comunidad a partir de los mensajes tecnológicos e inspiradores que siempre intento transmitir.

Es bueno recapitular etapas, poner números a un período concreto y establecer nuevos límites a los que quieras llegar. En este caso, las cifras eran inimaginables hace una década. Impensables sin mi equipo actual además. En los últimos cuatro años hemos hecho ’reWorking’ en casi 250 auditorios, ante más de 200.000 personas y en 150 ciudades de 22 países. Países como, obviamente, España, latinoamericanos como Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Guatemala, República Dominicana, Honduras, Nicaragua, El Salvador o México; europeos como Francia, Reino Unido, Irlanda o Portugal; u otros tan interesantes como Estados Unidos o Dubai. He disfrutado igual en auditorios enormes con miles de personas escuchando, en lugares muy especiales o en sesiones privadas para grupos reducidos de directivos. Anécdotas hay de todo tipo y algún día escribiré sobre ello. Que se apaguen las luces de todo el recinto a media conferencia, que en pantalla salga la presentación de otro ponente, tener dos conferencias en dos ciudades distintas a un millar de kilómetros la una de la otra y en el mismo día y lograrlo sin problemas o que te cancelen el último vuelo nocturno que te permitía estar a primera hora en la otra punta del país para dar la charla inaugural de un congreso y tener que alquilar un coche para cambiar de aeropuerto y llegar a tiempo. A tiempo pero agotado completamente.

En todo caso, e independientemente de que para mejorar cada día como speaker, es preciso centrarse en la confección de la charla, de su forma, de aprender de las reacciones y de considerar cada evento como el más importante en el que has participado, en mi caso sumo algo que considero esencial. Al salir al escenario para hablar de empresa o de empleo, es mejor explicar conceptos, aunque sean técnicos, a partir de tu propio conocimiento profesional. No contemplo una opción más eficiente para explicar ‘hacia dónde va el mundo y la empresa’ que vivirla cada día desde dentro y, de ahí, lo puedas explicar e, incluso, ampliar teorizando. Por eso, a pesar de la intensa tarea que supone ofrecer prácticamente una conferencia semanal, combinarlo con la coordinación de diversos proyectos de consultoría, es un esfuerzo esencial y obligatorio bajo mi punto de vista.

Por eso, si estás organizando un evento sobre empresa, empleo, economía o del futuro de la sociedad en general, hazte la siguiente pregunta ¿que se te viene a la cabeza si alguien pronuncia McDonald’s? Lo más probable es que pienses en ‘Big Mac’ en lugar de ‘Big Data’. Sin embargo, eso no va a ser siempre así. Esta multinacional del ‘fast food’ está trabajando de manera muy seria en tener la tecnología que estructure la ingente cantidad de datos que poseen, y obtienen, de un modo continuo. Es evidente que lo que buscan es convertir esos datos en información y derivarla a conocimiento. De hecho han adquirido la empresa israelí Dynamic Yield para obtener información a partir de los datos en el ámbito de ‘la lógica de decisión’ de sus clientes. Algo que ya no se basa en la textura de una hamburguesa si no del rendimiento de los algoritmos que tienen a disposición. Ahora, pregúntate también, ¿que tiene que hacer el ser humano para enfrentarse a este desafío que suponen tantos cambios económicos, sociales y de empleo?

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Lo normal es que esas preguntas te hagan pensar en la velocidad a la que va todo y de la necesidad de atender a una exposición sobre esos cambios, ya sea de un modo formativo, animado e inspirador. Pues de eso hablo, de ese modo lo hago. De eso siempre van mis conferencias. De responder a esas preguntas y de trasladarlas a la audiencia para que entre todos descubramos las respuestas, sonriendo y aprendiendo. Del reto que supone abordarlo con entusiasmo e inspiración, pero también con seriedad, realismo y exigencia de estrategia a todos. De lo relevante que es entender que los modelos de negocio, los procesos, el contacto con el cliente, el nuevo papel del ser humano en este tránsito y del entendimiento del contexto automático, artificial e inteligente, han sufrido cambios irremediables, viven cambios integrales y sentirán cambios exponenciales en breve. ¡Nos vemos en la próxima!

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Las calculadoras no sustituyeron a los matemáticos pero les obligó a trabajar distinto.

El pasado jueves estrené conferencia. En concreto fue durante el espectacular evento ModernCX organizado por Oracle. El lugar donde sucedió era magnífico: el Club Retiro Florida. La verdad es que subirte al mismo escenario en el que en algún momento han actuado artistas como Ray Charles, Tina Turner, Plácido Domingo o Montserrat Caballé tiene su cosa. Mi charla se titulaba ‘Hold On! We are Humans’ (¡espera! somos humanos) y, aunque todavía le queda un tiempo de maduración y mejora, tuvo un buen recibimiento. En un evento cuyo objetivo es analizar el modo en el que colocamos al cliente en el centro de la cadena de valor y, con ello, le ofrecemos una experiencia compleja pero de interés, hablar de como los valores humanos deben anteponerse a los automatizados es un reto. 

El pasado jueves estrené conferencia. En concreto fue durante el espectacular evento ModernCX organizado por Oracle. El lugar donde sucedió era magnífico: el Club Retiro Florida. La verdad es que subirte al mismo escenario en el que en algún momento han actuado artistas como Ray Charles, Tina Turner, Plácido Domingo o Montserrat Caballé tiene su cosa. Mi charla se titulaba ‘Hold On! We are Humans’ (¡espera! somos humanos) y, aunque todavía le queda un tiempo de maduración y mejora, tuvo un buen recibimiento. En un evento cuyo objetivo es analizar el modo en el que colocamos al cliente en el centro de la cadena de valor y, con ello, le ofrecemos una experiencia compleja pero de interés, hablar de como los valores humanos deben anteponerse a los automatizados es un reto. 

Sin embargo, no seré yo quien deje de lado el valor exponencial de la tecnología ni tampoco voy a ser yo quien la coloque en un plano secundario.  Por dos razones, porque es a partir de la tecnología que las empresas y las organizaciones localizarán las vías de crecimiento y competitividad indispensable en los tiempos que vivimos y, en segundo lugar porque es a partir de esa tecnología que considero el ser humano puede proyectarse con mayor intensidad. Sigo pensando que la robótica nos hace más humanos, nos concede un tiempo muy valioso para ejercer de seres vivos. El problema está en que eso ni es automático ni carece de esfuerzos.

De ahí que cuando me propuse desarrollar una nueva conferencia, que fuera una evolución de la que durante tres años he ido ofreciendo con diversas mejoras y actualizaciones y titulada ‘reWorking’, pensé que el hilo argumental no podía ser otro que el de contraponer las virtudes y los riesgos que la Inteligencia Artificial y la automatización tienen en todos los ámbitos de la vida y del empleo. Por eso, en un punto intermedio de la misma comento que ‘ninguno de nosotros sentiría amenazado nuestro empleo hoy en día por una calculadora. Sin embargo, esta herramienta tan generalizada inquietó a la mayoría de matemáticos en los días de su lanzamiento’. Ahora los rápidos avances en inteligencia artificial y en aprendizaje automático generan debates y preocupación cuando hablamos del empleo del futuro.

En esta nueva conferencia, cuyo contenido y título evolucionará obviamente, ya no habla de otras revoluciones industriales. Ya no es necesario, todos lo tenemos claro. Los motivos de preocupación en la actualidad son similares a los que se presentaron hace 250 años y está más que demostrado que la tecnología es un facilitador de la eficiencia y la eficacia, que amplifica los logros humanos, en lugar de alejarse de ellos. Por eso, un canto a los beneficios de la tecnología no debe ser algo contrario a lo humano. No se pueden dar charlas diciendo simplemente que lo humano es mejor sin sustentarlo de manera firme lo lo convierte en una alegoría ‘buenista’ y ‘naif’ como he escuchado por ahí, anteponiendo sin justificación lo humano a lo robótico.

No es sencillo ni automático. Hay mucho que hacer antes de que la tecnología no sea un parto doloroso. Mucho que prever antes de que la inteligencia artificial no se lleve por delante millones de empleos. Mucho que estudiar estratégicamente para que las empresas que se automatizan no destruyan modelos productivos analógicos. Mucho que las administraciones deben empezar a analizar. Mucho que hacer y que a partir de unos meses empezaré a explicar en esta nueva conferencia. Una conferencia que se centra en la experiencia adquirida durante la transformación digital de algunas de las empresas para las que ahora mismo estamos trabajando y que nos ofrecen un grado de conocimiento espectacular.

Hemos pasado del lápiz y papel a las calculadoras. Más tarde llegaron las hojas de cálculo. Ni unas ni otras reemplazaron a los matemáticos sino que los volvió incluso más imprescindibles. Ahora bien, quien no lo aceptase, quien no se volcó en su uso, perdió su trabajo. Es muy simple. El hecho de abrazar la tecnología para que nos proyecte de humanamente es un valor que aumentará a medida que el avance de los sistemas de análisis sofisticados generen la necesidad de una interpretación y una aplicación aún más avanzadas, algo que, por cierto, solo los humanos podemos hacer. La pregunta nunca fue si ‘una calculadora te iba a quitar el trabajo’, de hecho tampoco lo es ahora si un sistema de inteligencia artificial te lo va a quitar. Ni siquiera la cuestión es averiguar el grado de afectación que tu empleo tendrá a corto o medio plazo por culpa de las tecnologías exponenciales. El asunto es cómo imaginamos el espacio laboral del futuro inmediato. Un lugar automatizado, donde mucho de lo que hacemos ahora no lo haremos nosotros. Un lugar donde la pregunta real será ¿cuánto de computerizable eres?

Permíteme recordarte que ‘Hod On! We are Humans’  es una conferencia basada en el ‘build with people, no for people’. Una composición visual espectacular con un discurso focalizado en la importancia de las personas en todos los aspectos de la economía actual. En esta charla avanzo las cuatro claves para abordar con éxito el desafío digital que supone este momento de disrupción. El uso de los datos para generar mejores experiencias de cliente, la utilización de la inteligencia artificial para hacer mucho más eficientes los procesos empresariales, la mutación de los productos a servicios para generar nuevos modelos de negocio y, especialmente, la búsqueda de la excelencia en los equipos humanos, a partir de las competencias a estimular. Una conferencia que evita el futurismo improbable, aterrizando a nuestros días el verdadero valor de colocar en el centro de la economía la experiencia de cliente y la responsabilidad de los profesionales implicados en lograrlo. La tecnología no es opcional, pero el cómo la utilizamos sí.

En breve publicaremos las fechas y lugares donde asistir a esta nueva conferencia disponible. En el caso de que estés interesado en contratarla para un evento de tu empresa u organización no dudes en consultar disponibilidad aquí.

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Big Data, Innovación, Management Marc Vidal Big Data, Innovación, Management Marc Vidal

De la 'Experiencia de Cliente', al 'Cliente con Experiencia' en el Oracle Digital CX Summit

¿De qué sirven tantos datos sino se convierten en información? Así empezaba la conferencia de Martin Lindstrom el pasado jueves en el Oracle Summit Costumer Experience en el que tuve el honor de participar. Sí, compartir escenario con alguien como Martin fue algo extraordinario. Un evento en el que casi medio millar de expertos en experiencia de cliente se dieron cita en el Wanda Metropolitano para analizar, debatir y compartir acerca de cuál es el papel relevante de las estrategias centradas en colocar al cliente en el centro de la cadena de valor.

¿De qué sirven tantos datos sino se convierten en información? Así empezaba la conferencia de Martin Lindstrom el pasado jueves en el Oracle Digital CX Summit en el que tuve el honor de participar. Sí, compartir escenario con alguien como Martin fue algo extraordinario. Un evento, con Luis Piedrahita como maestro de ceremonias, en el que casi medio millar de expertos en experiencia de cliente se dieron cita en el Wanda Metropolitano para analizar, debatir y compartir acerca de cuál es el papel relevante de las estrategias centradas en colocar al cliente en el centro de la cadena de valor.

En mi caso, mi intervención titulada ‘reWorking, de la experiencia de cliente al cliente con experiencia’, intenté trasladar a la audiencia algunas reflexiones de cómo la tecnología está reconfigurando el modelo de trabajo en este ámbito y, sobretodo, como el papel de los estos profesionales tendrán en el futuro inmediato. Desde mi óptica, y así lo expliqué en la parte más emocional de la charla, lo humano será siempre imprescindible pero no lo será como ahora lo entendemos sino a partir del uso que, los seres humanos hagamos de la tecnología asociada.

No temas que un robot te quite el empleo, lo hará una persona que se lleve mejor que tú con un robot. Esa afirmación es la que sujeta todo mi argumentario en el momento de analizar en lo que se está convirtiendo el día a día de quienes tienen la importante función de configurar las experiencias de cliente en sus compañías. Desde mi punto de vista, los clientes actuales, y en gran medida los que se ven venir por el horizonte, interactúan con las empresas bajo un patrón de desafíos que no se pueden obviar. Esos retos tienen que ve con cuatro aspectos que configuran las acciones en Customer Experience hasta el punto que pasamos del diseño de una ‘experiencia de cliente’ a la composición de estrategias vinculadas a ‘un cliente con experiencia’ de la que obtenemos datos y conocimiento. Nos sirve en gran medida para generar nuevos productos y servicios en nuestras empresas, modificando así el papel de los desarrolladores de productos y los encargados de hacerlos vendibles.

  1. El primer reto se basa en que esa estrategia esté centrada en el cliente. Una cosa es conocer el viaje de tu cliente y otra es reformular toda la organización de la empresa para que ese conocimiento tenga sentido.
  2. El segundo reto tiene que ver con los datos y la vista única de ese cliente. Para ello es indispensable conectar esa experiencia a una medida real, a un valor medible. Las métricas del cliente ahora son un lugar común. La métrica es importante, pero a veces se considera el punto final en lugar de el punto de partida.
  3. El tercer reto, el que tiene que ver con la integración en múltiples canales de ese cliente, permite poner en valor la innovación. Cada empleado debe entender su papel en esa experiencia de cliente y, por ello, equiparse con habilidades tecnológicas para aportar su capacidad en el pensamiento y diseño de metodologías ágiles basadas en el ‘prueba y aprende’.
  4. Y finalmente, un cuarto reto que incorpore la inteligencia artificial como un elemento natural en la toma de decisiones en tiempo real y de análisis de cliente de un modo objetivo. Tener un análisis alimentado por la IA aporta un conocimiento imposible de abordar desde un plano humano. La IA es mucho más que ‘business intelligence’. Hablamos de una nueva competencia en si misma para los equipos creando roles nuevos como los analistas o arquitectos de experiencias.

Estos cuatro elementos determinan la importancia de atender de un modo distinto la ‘experiencia de cliente’ hasta el punto que no podremos atenderla sin entender que ese cliente, ahora, es un generador de datos masivos que debemos convertir en información. Es un ‘cliente con experiencia’ que podemos leer y aprender de ella. De ahí que ese nuevo cliente, el de la Era Digital, se deba tomar como un ‘devorador de emociones digitales’. De ahí que la proactividad automatizada será uno de los aspectos que proporcionen mayor satisfacción al cliente. Gestionar la interactividad debe ser una de las funciones centrales de los centros de experiencia del cliente. La automatización inteligente tomará relevancia en una nueva etapa de innovación, cuando sea impulsada por la inteligencia artificial y una nueva generación de autoservicio inminente.

Si estás trabajando en uno de estos departamentos piensa que los centros de experiencia de cliente van a ir ocupando un papel central en el modelo de negocio digital. Negocio digital es negocio. Cada vez es tiene menos sentido poner el ‘digital’ a ningún negocio pues no va a haber negocio sin componente radicalmente digital. Pero ese nuevo papel requerirá una implicación muy alta de los agentes con su trabajo, aumentar sus habilidades en el uso de tecnologías digitales, adquirir más agilidad y autonomía en la toma de decisiones y, de algún modo, aparecer frente al cliente como asesores. Si estás diseñando el modo de trabajo de uno de estos centros de experiencia de cliente piensa en que quienes vayan a trabajar deben cumplir estos aspectos de un modo u otro. Pronto no va a ser opcional. Te lo digo como experiencia de cliente en camino de ser un cliente con experiencia también.

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Marc Vidal Marc Vidal

¿OTRA BURBUJA PUNTOCOM?

Cada vez más gente se pregunta si estamos a las puertas de otra burbuja puntocom. Parece lógico que así lo piensen algunos. Atendiendo a los índices así lo parece. En los últimos doce meses el que refleja la situación de las empresas de tecnología de la información ha crecido más que el propio Nasdaq. El primero ronda el 32% y el segundo no llega al 28%. Por ejemplo, Google ha engordado un 57% e IBM un 50%. Incluso, lejos de Estados Unidos, vemos que Telefónica ha tenido un comportamiento reseñable, casi un 62% en doce meses. El Nasdaq ha subido el doble que el Standard & Poors y el triple del Dow Jones. ¿Es esto fiable? ¿Se refleja las expectativas de futuro de estas compañías en esas cifras?

Burbuja
Cada vez más gente se pregunta si estamos a las puertas de otra burbuja puntocom. Parece lógico que así lo piensen algunos. Atendiendo a los índices así lo parece. En los últimos doce meses el que refleja la situación de las empresas de tecnología de la información ha crecido más que el propio Nasdaq. El primero ronda el 32% y el segundo no llega al 28%. Por ejemplo, Google ha engordado un 57% e IBM un 50%. Incluso, lejos de Estados Unidos, vemos que Telefónica ha tenido un comportamiento reseñable, casi un 62% en doce meses. El Nasdaq ha subido el doble que el Standard & Poors y el triple del Dow Jones. ¿Es esto fiable? ¿Se refleja las expectativas de futuro de estas compañías en esas cifras? 

En el mercado ya se descuenta que la inversión en equipos se caerá un 11%, los contratos de externalización un 2% y, en definitiva, se prevé una caída contundente en el consumo que afectará a ventas y en beneficios. Sabemos que la irremediable parada técnica de la economía interferirá en un crecimiento económico mucho más lento y angustioso. En esos términos, las empresas vinculadas al consumo o al músculo financiero lo pasarán mal. Otras, las tecnológicas, parecen haber entrado en un escenario de bondad y fiabilidad. La mayoría no hacen más que subir en bolsa, de hecho, si consideramos los mínimos de marzo, el Nasdaq ha crecido un 70%, algo que no sucedía desde los albores del crash puntocom. 

En lo que llevamos de año la mayoría de compañías que cotizan en ese índice han doblado su valor. Es tal el optimismo en este sentido que ya han empezado a producirse los primeros gestos de inversión arriesgadamente imprevisible. Que Twitter haya pasado de valer unos hipotéticos 250 millones de dólares en febrero a 1000 millones ahora parece excesivo, no sólo porque no da un duro a sus gestores, sino porque, en estos momentos, aun no dispone de un modelo de negocio fiable, ni creíble. Lo mismo que Facebook que, una vez convertido en el site más visitado en los Estados Unidos incluso por encima de Google no ingresa ni una centésima parte que el buscador. 

Pero diferenciemos el análisis. Las empresas de TI están tomando posiciones para proveer servicios de cloud computing. Algo que es absolutamente estratégico. En tiempos en los que adelgazar la cuenta de gastos parece imprescindible es un buen camino adentrarse en el uso de diversos servicios informáticos que se encuentren en la nube. Un 20% de las empresas norteamericanas ya usan de modo fiable Google Docs. Un sistema de almacenaje remoto que lo tiene todo. Permite depositar, retocar y distribuir sin necesidad de casi nada, por no precisar no precisa ni de procesador de texto instalado en el ordenador. Es una opción que las grandes empresas están integrando. Van a disminuir los gastos en servicios vinculados a las empresas tecnológicas pero a su vez se incrementarán los que se asocian a este tipo de proveedores de externalización digital.

Entonces podemos decir que ¿se está gestando una nueva burbuja? Parece que hay unas empresas que no están impulsando esa posible especulación desmedida. Empresas tecnológicas que se adentran en la tecnología de la información y lo basan en un escenario futuro ligado al cloud computing. Empresas que han diseñado una acción financiera, económica y de valor industrial están trabajando para que no sea así. Pero hay otras creadas por chicos que no tuvieron, durante la gestación de esos proyectos, ningún planteamiento de negocio y que ahora charlotean como ideólogos de la economía digital. Son los creadores de proyectos de éxito y que tienen millones de “clientes” y que no ingresan un céntimo. Esos si que están inflando a todo pulmón ese globo que nos explotará a todos en la cara. La burbuja existente no es tanto puntocom o tecnológica sino dospuntoceriana. En ese sentido las empresas vinculadas a escenarios de redes sociales deben diseñar estrategias de base tecnológica alejadas de todo ese ruido ineficiente que se irá evaporando poco a poco. 

Ahora bien, debemos saber si es lógico que entre las 15 compañías más capitalizadas del planeta estén Microsoft, Apple y Google. La última, con poco más de una década de vida, vale más que British Petroleum, Walt Disney y McDonalds juntos. Parece que nadie duda del verdadero sentido del valor de Google, pero lo interesante es saber si el sector tecnológico está en situación de riesgo, de moda o es un futurible asegurado. Parece que algunas compañías han entendido que hay que hablar menos y actuar más. Si analizamos los movimientos de algunas compañías en los últimos 3 o 4 años, veremos que la aventura no empieza ahora, sino que lo hizo ya hace algunos años. 

La estrategia de las grandes compañías que pretenden salvarse de un hipotético varapalo bursátil no es casual. Aprendieron en su día de la burbuja puntocom de hace unos años. Les permitió entender que es preciso adelantarse a los acontecimientos. Los modelos de inversión y crecimiento de las compañías IBM, HP o Dell así lo demuestran. Todas ellas se lanzaron a la compra de otras empresas vinculadas a los servicios outsourcing. Adquirieron PWC, EDS y Perot Systems respectivamente a fin de dejar de ser fabricantes de hardware para mutar en proveedores de servicios para aquellos que no les quieran comprar sus productos a medio plazo. Buena estrategia la de copar una demanda posiblemente dual durante un tiempo de transición. 

Otras empresas que están siendo premiadas en los mercados, como Oracle también han cumplimentado una estrategia sofisticada que parece convencer a los inversores. Cuando compró Sun inició la carrera por devorar un mercado liderado por IBM: el de las soluciones integradas del tipo hardware, sistema operativo y base de datos. Todo su negocio futuro se sustenta en la voluntad de reinar también en la nube.

La sedimentación de burbujas es algo consustancial al mercado. Como ecosistema dinámico precisa de escenarios que le permitan refugiar inversores asustados. El inmobiliario, financiero y el que se vincula al consumo se muestran muy inestables y por el contrario el digital vinculado a la tecnología de la información sobretodo parece tener un largo recorrido por su apuesta decidida en los mercados emergentes. Pero esta vez puede que no sólo se esté sobre valorando a esas empresas sino todo lo contrario. El potencial de crecimiento de estas compañías parece exento a los escenarios cíclicos, monetarios, gubernamentales, etc.

Pero la supervivencia debe estar encajada en los mecanismos de siempre en cuanto a valoración de las compañías. Una empresa es viable si vende más de lo que compra. Es muy sencillo. Los modelos de negocio no pueden amontonarse en una orgía de hipótesis y futuribles, es necesario dar respuesta a corto plazo. A mi modo de ver hay dos elementos a tener en cuenta. Por un lado las empresas de base tecnológica que han establecido una estrategia de valor y que enlaza directamente con el cloud computing como escenario inmediato y los que, en esa nube, siguen posicionando unas compañías que no tienen un modelo de negocio factible y que se basan en el tráfico generado. 

Me gusta mirar la economía digital en tiempos de redes desde la perspectiva del economista de toda la vida. La batalla por el cloud computing, esencia real del asunto, ya ha empezado pero se volverá sangrienta a medida que las empresas vuelvan a invertir en este tipo de servicios. De momento es una toma de posiciones y la bolsa así lo ve. De hecho los inversores premiaron a Google el día que Microsoft presentó Windows 7, lo que parece una contradicción. 

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