Marc Vidal Marc Vidal

¿Eres un emprendedor?

No todo el mundo debe ser un “emprendedor que monta empresas”. Sería absurdo, como tampoco podemos reducir todo esto a un mensaje de que “para salir de una hipotética crisis es preciso que todo Dios se ponga a emprender”. No tendría ni pies ni cabeza. Lo que si tenemos que procurar es incentivar que la mayor parte de gente que está en condiciones de ser emprendedor lo sea”. Sean cien o mil buenos serán. Ese nuevo curso deberá estimular otros cambios y entre ellos los que dinamicen a una generación aburguesada en la nada y que peligra como clase.
¿Te has preguntado si eres uno de esos emprendedores a los que todo el mundo alude? ¿Te has preguntado previamente si tienes los rasgos de un emprendedor? ¿Estas dispuesto a arriesgar tiempo y dinero tuyo¿? ¿Estas en condiciones de enfrentarte a las dificultades que supone ese desafío? ¿Has inventado algo? ¿Estás dispuesto a que tu empresa deje de funcionar sin ti algún día? ¿Has entendido que significa que la sociedad está aletargada, adormecida, insensible, y somnolienta?

Si has aceptado que tanta analgesia social no es buena ni para ti ni para los que vengan en el futuro, que existen opciones para cambiar el mundo que nos rodea desde una actitud crítica pero activa, de disposición al cambio y de puesta en marcha del motor colectivo, entonces este blog está sirviendo para algo. Habrá servido para interpretar un método, uno más de tantos, pero que sin lugar a dudas puede ser efectivo. Sigo intentando situar el escenario, hablar de un ecosistema que se resiste a morir pero que se regenera poco a poco hasta el punto que pronto parecerá otro. Es imprescindible buscar nuevos modelos de creación económicos, de territorios de conquista para los nuevos emprendedores y de que podemos hacer para padecer lo mínimo posible como sociedad que despierta de su largo letargo.

Durante un viaje en el Tren de Alta Velocidad francés, entre Bruselas y París, Loic Lemeur y yo estuvimos listando las oportunidades que considerábamos nos ofrecía el futuro: “es preciso que hablemos de talento global, de pensar diferente, de pensar compartiendo, de conectar cerebros, de cuenta de resultados de las ideas, del efecto contagio de la colaboración, de la garantía de la exclusividad como valor del compartir, del caudal de pensar conjuntamente y no tanto en equipo, de cambios inevitables, de gestión del conocimiento en las organizaciones del futuro, de modelos y razones de las comunidades virtuales, de alianzas de éxito como valor democrático de las empresas más débiles, de sociedades dinámicas, de las ventajas de esta crisis, de los negocios transparentes y de la recesión permeable.

Al llegar a Chatêlet ya tenía claro que los que entendieran que esos conceptos son los vértices de un polígono repleto de ventajas, tendrían muchas más herramientas para decidir. Cuantos más seamos más sentido tendrá llevar ese brazalete, esa pulsera de la verdad, del conocimiento, del pensar por nosotros mismos. Es momento de razonar, de emprender, de construirnos de manera individual a partir del conocimiento y no tanto del discurso oficial, para entre todos ir estimulando nuestro entorno en modelos económicos nuevos.

Estamos a las puertas de una revolución como ya lo estuvieron otros antepasados, sólo que esta vez es digital, orgánica, distribuida y global. Hace algún tiempo, al confluir diversos factores se reprodujeron sistemáticamente otros grandes cambios. La revolución industrial y tecnológica fueron grandes elementos de cambio, y  convivieron con una crisis sistémica que adelantaba una mutación real y evidente en todos los estadios de la economía. La manera de traducir aquellos cambios siempre condujo a mejores escenarios pero también con una fractura notable del propio sistema. El modelo financiero actual que se sustenta en un crecimiento del valor del dinero por encima del coste real del capital, ha provocado un desajuste insalvable a estas alturas, pero considero que más que una causa, no deja de ser una consecuencia de algo mucho más transversal y que la tecnología de la información ha acelerado, en definitiva es la gran oportunidad que unos pocos, espero que miles, sepan aprovechar para cambiar el mundo de otros muchos, espero millones.

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España será emprendedora o no será

Mi columna en ABC Empresa de ayer versaba sobre algo que para mí es fundamental en cualquier orden de la vida, pero especialmente cuando lo que te ocupa es la voluntad de emprender, la ilusión.  No es un artículo más, os lo aseguro, no minimiza el sufrimiento que muchos viven en un día a día que se torna gris y desesperanzador. Lo tengo muy presente y precisamente por eso quiero que cada uno de los que me leen y piensen que queda poco que hacer o que lo que están haciendo no suerte efecto, que repasen en lo más íntimo de sus deseos. Allí localizarán la gasolina de toda esta locura: la ilusión. Ese es el motor del emprendimiento y ese es el único patrón que ahora nos puede ser válido para adecuarnos a los cambios que nos acechan. Mañana os presentaré una iniciativa muy interesante de un buen amigo a la que me sumo para estimular que la gente tome la iniciativa ante tanta queja.

España será emprendedora o no será

El primer fin de semana que pasé con la persona que comparto sueños, Lara, fue en Portugal. De eso hace ya tiempo y a las primeras expuse, sin pretenderlo, como sería eso de tener una relación conmigo. Le envié un billete de avión Barcelona-Lisboa y le dije que cuando llegara, en un SMS le informaría del hotel al que debía dirigirse. Yo debía llegar con un margen de apenas unas horas y debía ser desde otra capital europea. Así fue, y la mirada de sorpresa e ilusión que puso al comprobar que todo encajaba en el aparente caos que rodea mi día a día, se le enciende todavía hoy cuando le digo “haz la maleta, nos vamos”.

Hace mucho tiempo descubrí que una nueva pobreza se estaba inoculando en el sistema, pero que sorprendentemente no era de tipo económica aunque a medida que iban incorporándose en las listas de la miseria más ciudadanos y familias así lo pareciera dejar claro. Pero repito, no era una “crisis” económica la que se avecinaba. Lo escribí hace ya 7 años, era probablemente una gran bola de estiércol que avanzaba irremediablemente pues no había nadie con la voluntad de detenerla. Era pues, una crisis de carácter moral, de estímulo y sobretodo de espíritu de sacrificio y de valor emprendedor. El valor negativo del fracaso, la sospecha sobre el éxito y la falta de instrucciones para soñar un futuro distinto fueron minando nuestra sociedad. No nos educaron para emprender. No nos explicaron lo importante que es tomar las riendas de nuestra propia existencia. Seguramente nadie quiso transmitirlo me temo y nadie estaba dispuesto a escucharlo supongo. Ahora, con todo ello nace una nueva clase social soportada por herramientas privadas o religiosas que suman lo necesario para que en este país nadie se muera de hambre. Un nuevo estigma socioeconómico compuesto por familias jóvenes monoparentales, con el paro vencido, niños pequeños y con deudas de todo tipo incluyendo tarjetas y créditos al consumo que han ido inflándose con los primeros impagos. Un estrato social que roza la miseria y que, en su pobreza, esconde la ineficacia de los estímulos ofertados por la administración miles de veces.

La reacción sigue siendo lenta y casi imperceptible, pero se va larvando. Unos emigran, otros se reinventan, algunos se deciden por recortar, un buen número se lanza a la calle y, cada vez más, unos locos soñadores deciden apostarlo todo al “rojo par y pasa”, pues pase lo que pase, pasa lo que quieren que pase: que pase algo y eso sea lo que ellos han soñado. Tener esperanzas y sueños de negocio rentable no es suficiente para ponerlo en marcha, por supuesto, pero es el primer paso de un largo camino. La creación de empresas de modo deliberado es la evidencia de que se ha tomado una decisión por uno mismo y se ha dejado de lado toda una literatura rancia sobre montar negocios y una educación esclerotizada que culpa a los valientes creativos y osados de clase y premia a los “empollones” que siguen al pie de la letra cuanto les piden. Encontrar personas adecuadas y recursos será el siguiente paso.

Os animo a que cada jornada se encienda con la ilusión del primer día de cualquiera de vuestros sueños. Mirad bien, este mundo grisáceo que todos describen como “crisis” es una diapositiva apagada a primera vista, pero repleta de colores cuando, por fin, aceptas que no estamos en ninguna “crisis”. Lo duro no es no tener dinero, lo jodido es no tener ilusión. Lo primero se puede pedir, lo segundo no. Yo he perdido dinero muchas veces en mi vida, pero peleo para no perder la ilusión. Que los que me rodean no la pierdan es también mi mayor reto. Soy adicto a las miradas que dicen “hoy es el primer día de todo cuanto me queda por vivir”.

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Entrevista en #ocupat

Poco antes de volver a América Clara Castelló me entrevistó para Canal 9 de Valencia. Concretamente en un interesante programa que trata de ayudar a encontrar trabajo a los valencianos. También procura claves sobre emprendeduría y hacía donde van los nuevos tiempos en materia económica. Os dejo con la entrevista de apenas 8 minutos y que se realizó en plena estación Joaquin Sorolla entre viajeros y anuncios de salidas y llegadas. Como mi tren salía en los minutos posteriores, casi pierdo el tren, muchos amigos que me reconocieron por el “show” montado allí mismo se acercaron a charlar durante el viaje. Aprovecho para saludarlos a todos pues, como siempre, aprendí muchísimo de las aportaciones de todos. La verdad es que se formó una especie de mesa redonda en el vagón bar con una decena de seguidores de twitter que no olvidaré en tiempo. El video está en catalán pero estoy seguro que en breve alguno de los lectores más “dedicados” me harán llegar la traducción para que la pueda insertar como subtítulos en este mismo post.

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'Art Made For People' en Mecenus

Que la revolución digital está siendo disruptiva y que está transformando a la vez procesos de producción y modelos de transmisión del conocimiento es de todos aceptado. Que eso está siendo la primera vez que sucede, que una misma tecnología afecte de modo estructural esos dos aspectos también. En ese camino está nuestro ‘pool’ de inversión que busca proyectos emprendedores de base tecnológica y que aporten valor a la economía digital. La semana pasada IDODI entró en el accionariado de Mecenus. De la mano de Ignacio Madrid y Pablo Perez-Bedmar, este “mercado del Arte online” va a revolucionar el modo en el que se relacionan artistas, galerías y compradores de todo tipo de arte. Hace unos meses, en una cena con emprendedores supe de ellos.
Cuando decidimos entrar en una compañía aportando mentoring, capital, espacios en 4 países donde ubicarse, apoyo tecnológico y focalización para internacionalizarse con garantías, buscamos que el equipo esté preparado, su espíritu de sacrificio identificable y su vinculación tecnológica importante. Es el caso de este magnífico proyecto. Os invito a leer este artículo que Expansión dedicó precisamente hace pocos días a Mecenus y donde se habla de cómo se gesta un proyecto emprendedor en un campo poco dado a la tecnología y al ecommerce.

De Mecenus iré hablando más adelante por supuesto ya que nos gusta decir que hemos entrado en un proyecto donde muy pocos están haciendo algo similar y que los que lo hacen están haciendo están logrando éxitos notables. Aunque hay iniciativas relacionadas nuestra expectativa se destina a ocupar un espacio determinante en España, enfocar Colombia y México en Latinoamérica y Malasia y Singapur en Asia Pacífico utilizando nuestras propias estructuras de implantación en IDODI y la energía y conocimiento de sus promotores.

Mecenus se diferencia de otros proyectos similares en que evita la impresión de copias de arte originales a cambio de promocionar artistas de su propia base mucho más orgánica y operativa que la de cualquier gran “maket place” actual. El uso de las redes sociales y el marketing online están siendo cuidados al detalle y se potenciarán estratégicamente aportando valor y no como un canal de comunicación simplemente. Queremos que sean puntos de encuentro y de gestión de intereses al respecto del arte. A todo el equipo nos encanta Mecenus y a mí especialmente me fascina ver como la innovación tecnológica (escasa en el sector) puede convertir esta apuesta en algo muy destacable en apenas un par de años.

Para los que quieran saber más os invito a investigar como la economía digital está retocando todo, como está reformando las cadenas de valor y como los procesos se están viendo transformados en todos los campos y factores. El lema de Mecenus es ‘Art Made For People’ y en apenas unos meses ya han superado el centenar de artistas y el millar de obras. Ahora ya han dado el salto a las exposiciones híbridas.

Al igual que el resto de startups en las que hemos entrado e invertido, esta será ya una de los ‘topics’ destacados de este blog. Os invito a que os registréis y que le echéis un vistazo a las obras y proyectos de artistas que hay dentro. Un poco de arte en este momento no hace daño a nadie, sino todo lo contrario.

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#200 ideas

Ayer ABC Empresa dominical fue un número especial donde doscientas personas intentamos dar algunas claves sobre como afrontar el reto socioeconómico que vive occidente. La mayoría de ellos focalizaron en España como es lógico y en diferentes medidas de tipo económico que debían procurar una “recuperación” económica. Entre ellos los líderes de las empresas más importantes de España, de los sindicatos, de la patronal y de entidades económicas y educativas de primer orden.  A mi sigue chirriando eso de “recuperar” pero digamos que al parto de un nuevo modelo en todos los cambios, algunos lo llamarán sin embargo “salir de la crisis”. Lo acepto aunque es sustancialmente muy diferente. En lo que yo defino aparece el elemento moral y de superación como individuo indispensable para entender porque para mí es clave el papel del emprendedor. Mi aportación estaba en la última página, el remate #200 me tocó a mí. Aquí os dejo con mi aportación.

Sin cloroformo

Dando una vuelta por la selva de tiendas dutty free que hay en el aeropuerto Hartsfield Jackson de Atlanta localicé el libro de Linda Stratman “Choroform: The Quest for Oblivion” y pensé que definía muy bien lo que se vivía en mi país. Rondaba enero de 2006. Apenas unos días después de una Navidad repleta de créditos y coches inalcanzables pero apretujados en el coste a treinta años de la hipoteca actualizada y engordada con turrones. ¡Que tiempos aquellos! Ahora vivimos el despertar disruptivo, el tránsito que nos lleva desde la opulencia a la realidad. Seguimos, no obstante viviendo un adormecido curso hacia no se sabe bien donde. Parece que seguimos sin ver que el plan consistía en adormecernos.

Que venía un cambio era evidente, que no se podría asumir el crecimiento en base a cosas que no necesitábamos también, pero sin embargo seguimos y seguimos hasta la extenuación. El sueño en el que entró la sociedad se ha terminado. Ahora el despertar es duro pero debemos reconocer exactamente lo que es: era un escenario onírico que retrasó el gran paso, la mutación de un modelo en el que todavía podemos participar y de manera determinantes. Los que se presentan a las elecciones, los que gestionan los procesos de reformulación bancaria y los que se han inventado un hipotético modelo de recuperación de una hipotética economía anterior siguen pretendiendo esclerotizarnos. Dicen: “no se molesten, ya nos encargamos nosotros”. Pero no se engañen, no se ocupan. Hablar así permite mantener a todo el mundo callado o en manifestaciones de escasa efectividad o huelgas generales tradicionalmente creadas para justificar a unos sindicatos que representan otros tiempos.

Es un cachivache muy efectivo para amansar a las fieras. Fue descubierto por los que asistieron a las meriendas aquéllas del G-20. ¿Recuerdan? Primero trasladaron que nos encontrábamos ante la peor de las crisis conocidas, que había sido algo imprevisto y que por lo tanto se ponían urgentemente a buscar soluciones. Inventaron la deuda infinita y santas pascuas. El efecto fue demoledor. Medio planeta cree que estamos saliendo del agujero. Funciona muy bien acobardar las ovejas primero y dejarlas pastar después. En España este efecto es superlativo. Somos un atajo de rumiantes. Se tragó tanta anestesia matutina que parece imposible reconvertirnos. Aquellos que ahora, en los albores de la cincuentena, de los sesenta, en plena facultad mental y física, capaces todavía de afrontar retos personales consideran que no van a poder ponerse de pie y liderar su propia vida.

La España de hoy es la de personas en plenitud derrotados por la versión oficial de que ya no tienen nada que aportar. Ya sea porque estoy a apenas una década de eso, sea porque conmigo trabajan jóvenes de cincuenta o que me niego a aceptar la meta como destino y prefiero saborear la carrera y el paisaje, no sé, pero la verdad es que invito y animo a tantos desahuciados laborales a inventarse su trabajo, a emprender y a proponer. Emprendedor no es sólo el que monta una empresa, es quien se descloroformiza y se lanza a la conquista de su propia existencia, dejando de lado convencionalismos, reglas y tópicos sociales.

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Político "emprendedor".

Leí el caso de una peluquería en un barrio de Madrid. La crisis reducía la frecuencia con que los clientes pasaban por el establecimiento a mejorar su imagen y la dueña decidió buscar ingresos extra. Al igual que ocurre en ciudades como Londres, decide ofrecer bocadillos, bizcochos o frutas para que los clientes que acudieran a la hora de comer pudiesen tomar algo mientras esperan a ser atendidos. Se produjo la visita a la administración y todo fueron problemas. Licencias, requisito de una cocina industrial, acondicionamiento del local y mil trabas más. Descartado a la primera, pensó en una alternativa ¿Qué tal una máquina expendedora? Se produjo la segunda visita: Impuesto de explotación de máquinas, Impuesto municipal de ubicación y, si incluye cierta clase de comida, carné de manipulador de alimentos“. La peluquería ya no existe.
Si montas un negocio en cualquier parte del mundo civilizado el tiempo para poder tenerlo operativo siempre será inferior al que destines en España. La media es de entre 28 y 42 días, mientras que en el resto de países desarrollados es de entre 9 y 13. Lo dice la OCDE que de esto debe saber mucho espero. Lo publicó en el informe “Doing business 2010” que sitúa a España en el puesto 146 del mundo. Las actualizaciones no han repercutido en un mejor posicionamiento reseñable.

Ser idiota es una suerte. Una bendición que, si sabes administrarla bien, te abre muchas puertas en esta vida. Puedes pasarte una mañana entera memorizando los titulares de la prensa deportiva y no entrar en coma, puedes sentarte en un banco del Retiro y disfrutar con la colección de colores, texturas y formas que tienen las mierdas de los perros o puedes sentirte bien cuando alguien deposita una moneda en la gorra de un mimo cualquiera.

Ser idiota es un privilegio, una bendición que, si eres capaz de no derramarla, te ayuda a  afrontar cualquier reto por difícil que parezca. Por ejemplo, en política puedes pasarte una legislatura entera sentado en una esquina del pleno y no abrir la boca a cambio de una aportación económica que pagamos todo y que curiosamente se llama “indemnización”. También puedes estar dispuesto a soportar el ridículo sin miedo, porque eres idiota.

El problema de ser idiota es que te des cuenta un día que lo eres. Algo así como cuando quieres montar un negocio en España y te das de bruces contra un funcionario y toda la maquinaria penosa que le viste.

En este país incomparable se precisan 13 trámites administrativos para poner en marcha una empresa frente a los 9 de media que se necesitan en el resto del mundo moderno. Es, aparte de una mal trato al emprendedor nacional, un tabique interpuesto para que empresas pequeñas extranjeras se instalen por aquí. Ese capital nuevo más comprometido, que introduce nuevas tecnologías, estilos nuevos de gerencia y que al final crea empleo, lo que quiere es la menor fricción posible y aquí nuestra administración es de papel de lija.

Por suerte hay quienes no  piensan tragar. Por desgracia para algunos, en el peor de los teatros siempre surgen voces. No podemos esperar demasiado de quienes determinan que se debe hacer con nuestro dinero, no es preciso aguardar a que este cúmulo de mercenarios desideologizados nos ayuden a nada, pero detrás de ellos hay vida. Sus batallas responden a eludir la justicia o a la redacción de leyes insostenibles, por ello no hay mucho a lo que agarrarse, lo existente está entre nosotros. No esperemos que nadie disponga lo que debemos hacer el resto. Pongamos en marcha proyectos y demos la vuelta a esta sábana cloroformizada.

En este país si espíritu de cambio, con una tasa de emprendeduría que da pena y con una capacidad de reacción inversamente proporcional a la cantidad de pisos que se hacían en plena burbuja, es muy difícil hacer pedagogía de lo que está pasando. Ahora pretenden hacernos creer que la crisis es financiera, económica y política. Eso es cierto, obviamente, pero también es social. Lo es en el punto de vista que cada país o colectivo saldrá de ella en la medida que sea capaz de ejercer su propia libertad y pueda emprender sus propios caminos. No hablo de campañas manipuladoras para trasladar el problema a la gente, hablo de que nos dejen hacer, que permitan que de un modo consciente e informado podamos juzgar lo que está pasando para poder tejer nuestro propio destino. Un estado interventor es lo que menos necesitamos en estos tiempos que corren.

La Administración en España es un inconveniente para el progreso. Da igual el color. Unos fomentando un modelo de crecimiento que se basaba en la compra masiva de viviendas por parte de gente que no las necesitaba para simular ser ricos sin hacer más que quedar en un café de barrio para negociar el precio con un agente inmobiliario formado a distancia. Otros no supieron desinflar el asunto y les reventó en la cara. Lo peor es que lo negaron como los otros negaban su majestuosa montaña de mierda construida adecuadamente durante años. Un desastre en general. Nos toca a los emprendedores poner en marcha el motor oxidado de este país.

Y a todo esto uno se pregunta si ¿algún político ha sido emprendedor? Una Administración sobredimensionada (50% del PIB de España destinado a gastos del Estado), conformada por 17 miniestados autonómicos, absorbe una ingente cantidad de recursos (por ejemplo, el crédito que necesitan las empresas y las familias) que deja sin espacio a la iniciativa privada y que asfixia, por tanto, a la economía productiva y potencia la deuda y el gasto público en forma de despilfarro y corrupción política. El lo que los irlandeses llaman crowding out.

Como dijo el bueno de Lucio Muñoz, “en nuestro caso el mantenimiento de la gigantesca Administración española, financiada por el sector privado, ha supuesto la destrucción del tejido empresarial”. Pero, ¿conoce la casta política la realidad empresarial? ¿Algún político ha sido emprendedor? ¿Cómo pueden ayudar los políticos a los emprendedores si no saben ni cómo se crea una empresa? Tengo claro que no les interesa que aparezcan muchos emprendedores sabiendo que estos no están a favor de mantener el chiringuito político con su esfuerzo. Por eso no me creo nada de eso del “apoyo al emprendedor” y su demagógicaLey de Emprendedores. Hemos pasado de la sobre dimensión de la Administración al actual retraso en la reforma del modelo estatal.

Yo no necesito ninguna ayuda y los emprendedores que conozco tampoco. Lo que precisamos es que nos dejen en paz, que no intervengan porque cuando lo hacen interfieren y molestan y lo que realmente deben hacer es dejar hacer, dinamizar y no poner más inconvenientes, que eso lo saben hacer muy bien.

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Emprendedores 'aumentados'

Hace un tiempo, durante un evento en Boston estuve con el autor y empresario Alex Konanykhin. Es el fundador de KMGi y desarrollador de TransparentBusiness.com, una plataforma para la gestión de negocios online que apuesta a revolucionar el mundo del trabajo. La herramienta permite administrar y monitorear grupos de profesionales distribuidos alrededor de todo el planeta mediante una interfaz web, promoviendo el teletrabajo y permitiendo la gestión de proyectos coordinados y eficientes a través de Internet. Un tema tremendamente interesante pues, una vez haces uso, nada vuelve a ser igual en tu organización.
Os relato algunos puntos que se publicaron en La Vanguardia sobre este tema a raíz de la visita reciente a Barcelona de Konanykhin. Tengo en consideración que la revolución tecnológica y el talento para innovar son los dos grandes motores de la economía digital. Siempre defiendo que el valor de las ideas es superior a lo que con ellas se puede elaborar pero también es cierto que además de ideas, los emprendedores necesitamos tener las actitudes adecuadas y las habilidades que el nuevo entorno exige.

Del escenario económico mundial sólo sabemos con certeza una cosa: que se “mueve” constantemente. En una era definida por la permanente transformación tecnológica y el creciente valor que adquieren las ideas, los negocios han dejado de ser una mera cuestión de cálculo y beneficio para convertirse en un terreno donde la información –y el manejo de ella– requieren nuevas habilidades.

Las herramientas digitales han modificado de forma radical la manera de emprender. Hoy, gracias a las ventajas que brinda el mundo digital es posible crear estructuras de operación flexibles, escalables y globales, que pueden brindar mayor eficiencia y tener la capacidad para adaptarse rápidamente a un contexto marcado por la velocidad del cambio. Las habilidades y las competencias que hoy requiere un emprendedor no son las mismas que se necesitaban hace diez años. La red plantea una nueva estructura de interacción, formas inéditas de contacto entre las empresas y los consumidores y, ante todo, nuevos desafíos a los que deben responder los negocios.

La era de los emprendedores

Conjugar el verbo “emprender” en esta era dominada por la tecnología es muy tentador. Según datos de Google, cada hora se crean en todo el mundo 16 nuevas empresas relacionadas con el mercado de Internet. Esta cifra no hace más que reflejar que, a diferencia de lo que ocurría dos décadas atrás, comenzar un negocio es ahora mucho más fácil y mucho menos costoso.

Pero esto no quiere decir que triunfar en el mundo de los negocios sea algo simple. La era de los negocios online es una etapa marcada por la visibilidad y la transparencia, y esto derrumba muchos de los paradigmas de operación que las empresas aplicaban en el pasado. Aunque la tecnología ha achicado notablemente el monto de las inversiones iniciales, y pese a que hoy casi cualquier compañía tiene la posibilidad de alcanzar presencia global, lo cierto es que también cualquier error de estrategia que un emprendedor cometa es mucho más visible y perjudicial para su negocio.

En ese contexto, hay algunas ideas fundamentales que cualquier persona que quiera hacer negocios en esta nueva era debe entender:

1. No cualquiera puede ser un emprendedor en la era digital. Parece muy simple: alguien crea un sitio web promocionando un producto o servicio a través de la red y, automáticamente, se convierte en un emprendedor. Pero un líder de negocios es mucho más que eso. Es, en primer lugar, alguien que tiene un proyecto con objetivos claros, que ha estudiado detenidamente el mercado en el que ingresa, que está  dispuesto a correr riesgos (invertir tiempo y dinero para alcanzar sus metas), y que tiene el conocimiento y las habilidades necesarias para adaptarse a los cambios del mercado y reformular sus planes si es necesario.

2. Una empresa ya no es un lugar. En la nueva era de los negocios online, las empresas se parecen más a redes de contactos y relaciones que a espacios físicos. Ya no es tan importante el tamaño de las oficinas, ni la cantidad de empleados. Ni siquiera cómo están distribuidos alrededor del mundo. La clave está en generar estructuras flexibles, que puedan responder rápidamente a los cambios del mercado y que permitan adaptarse a las necesidades puntuales de cada proyecto. Un emprendedor debe estar preparado para configurar equipos de trabajo de forma rápida y eficiente. Por este motivo es fundamental que logre tejer una red de contactos amplia, que le permita establecer modalidades de operación que minimicen los costes fijos y maximicen el rendimiento de las tareas.

3. La visibilidad es un factor vital. Mantener secretos no es una política corporativa recomendable en la etapa de las redes sociales y la visibilidad online. Al contrario, cada vez son más los proyectos que triunfan apostando por la máxima transparencia, tanto hacia al público en general como hacía la competencia o los consumidores. Mostrar cómo son los procesos de trabajo, tratar de brindar la mayor visibilidad posible en las etapas de desarrollo de productos y servicios, y plantear incluso las dificultades y desafíos que debe enfrentar un negocio son excelentes pràcticas para despertar la confianza del mercado y evitar crisis que dañen la reputación de un proyecto. En una época en la que es prácticamente imposible controlar el flujo de la información, la máxima transparencia es sin lugar a dudas la mejor opción.

4. Es imprescindible la capacidad para adaptarse. Para triunfar en el mundo de los negocios actual es necesario poder responder rápido a las demandas del mercado. Resulta imprescindible contar con la escalabilidad suficiente para ampliar la capacidad productiva de nuestros proyectos de la manera más rápida y eficiente posible. En la actualidad, las oportunidades surgen y se desvanecen con una velocidad nunca antes vista, y nuestra predisposición para responder a este contexto cambiante puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.  

En realidad todo esto no implica que haya caminos directos al éxito. En cualquier caso, la misión de emprender implica entender que en esta era dominada por la velocidad del conocimiento y la continua evolución tecnológica siguen siendo fundamentales las actitudes, un elemento que con frecuencia perdemos de vista. Tenemos que ubicarnos y atender a la morfología de nuestro modelo empresarial y emprendedor y, a partir de eso, buscar como mejorar habilidades, actitudes y retos.

Y es que en términos generales, podemos decir que el asunto de emprender y hacerlo eficientemente es algo incluso de tipo territorial y cultural. Hay países que la emprendeduría es un estado de ánimo. Algo que va en paralelo a la manera de afrontar la vida. El caso es que no siempre ese “Estado” es el que esperamos o creemos. Hay mucho tópico que viajando se curan. En Estados Unidos es evidente que lideran lo de ponerse manos a la obra, en Alemania su voluntad de exportar, en Francia la de salir de la crisis y en otros países el enfrentamiento al cloroformo social se interpreta de muchos modos.

En otros países distantes como Japón, el culto del trabajo es muy distinto. La competitividad se “educa” ya en la escuela, así como a ser un buen trabajador, fiel, y como no a ser un buen empresario. En Japón, enseñan a sus estudiantes a ser empresarios, proporcionándoles implícitamente las habilidades para ser buenos empleados, situación que no resulta a la inversa, ya que un buen empresario, trabajará en una empresa con mentalidad de negocio, aportando acciones creativas, emprendedoras, de cambio y buscando aprender para iniciar su propio negocio, en cambio un empleado, trabajará siempre sujeto a las órdenes de sus superiores, dedicándose a hacer lo que le manden. No tiene desarrollada una mentalidad de empresario. En las escuelas japonesas se enseñan conceptos como el “ser buena persona”, la honestidad, la puntualidad y la disciplina…todo regido por un principio fundamental: el respeto (los padres, a los mayores, a les jefes…). Como dice Alex Konanykhin, lo que nos conectará con el futuro será una mente digitalizadamente abierta, una plataforma global en internet que actúe como un cerebro externo, un disco duro complejo y adjunto a nuestras capacidades dándonos un nuevo modelo existencial más eficiente y poderoso. El cambio del que hablamos es uno que lo transformará todo sin remedio y que dará sentido definitivo a eso que algunos han ido llamando crisis en lugar de lo que realmente es: cambio.

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La vida está cambiando

“La vida está cambiando“. Así empezaba una de las conferencias que ofrecí la semana pasada. En el mismo día y en ciudades diferentes, Madrid y Zaragoza, intenté transmitir la misma sensación: todo está cambiando, lo hace por diferentes motivos y se está reflejando en lo económico y político cada vez con mayor fuerza, sin embargo esto es algo mucho más sustancial. El cambio en la distribución del trabajo y en la manera en como se transmite el conocimiento está siendo disruptivo y no parece que pueda compararse a nada anterior por la confluencia de esas dos revoluciones. Así lo intenté explicar y así lo reflejaron un par de medios que aquí os señalo.
 

“La vida está cambiando“. Así empezaba una de las conferencias que ofrecí la semana pasada. En el mismo día y en ciudades diferentes, Madrid y Zaragoza, intenté transmitir la misma sensación: todo está cambiando, lo hace por diferentes motivos y se está reflejando en lo económico y político cada vez con mayor fuerza, sin embargo esto es algo mucho más sustancial. El cambio en la distribución del trabajo y en la manera en como se transmite el conocimiento está siendo disruptivo y no parece que pueda compararse a nada anterior por la confluencia de esas dos revoluciones. Así lo intenté explicar y así lo reflejaron un par de medios que aquí os señalo.

En el Aragón Digital se hicieron eco de la conferencia ante mil empresarios que ofrecí en el Centro de Convenciones de la antigua Expo del Agua.

Marc Vidal: “No hay una crisis, hay un cambio de modelo”

Zaragoza.- Marc Vidal ha asegurado en su intervención en el Foro Empresa que el modelo económico y social ha cambiado radicalmente gracias a la revolución digital. El fundador y CEO de Idodi considera que no es una crisis lo que estamos viviendo y que el nuevo escenario implica una serie de importantes cambios que la empresa tiene que afrontar. Vidal ha defendido la importancia de las ideas frente a los productos como motor del cambio.

 

“La vida está cambiando, y todo cambiará más en los próximos años”. Con esta frase ha arrancado el fundador y CEO de Idodi, Marc Vidal, su intervención en el Foro Empresa 2012. “Desde hace años oímos que vivimos en crisis, pero no existe crisis que dure tanto, esto es otra cosa, lo que ocurrió en 2008 fue el inicio de un cambio absoluto”.

El analista especializado en nueva economía considera que los sistemas de producción y de transmisión del conocimiento están variando y son los que están haciendo cambiar al mundo. Según Vidal, al igual que a lo largo de la historia se han vivido revoluciones en los modelos productivos como la lítica, la domesticación de las especies animales o la industrial, ahora vivimos una digital.

La diferencia, según el ponente, es que ésta se produce justo cuando también sucede una variación en el modelo de transmisión del conocimiento y que confluye con los mismos elementos y herramientas. Del mismo modo que el saber humano se empezó a transmitir a través de los jeroglíficos y ha vivido diferentes etapas como la imprenta, el audio o el vídeo, ahora aparece lo digital. “Por primera vez en la historia se produce a la vez un cambio tanto en los sistemas de producción como los de transmisión del conocimiento, y eso es algo histórico”, ha señalado Vídal.

De este modo, Vidal plantea un mundo nuevo, una hipersociedad, un escenario de una “conectividad extrema”, de sistemas inteligentes, que se está consolidando de forma computacional y en el que hay tal sobrecarga de datos “que a veces nos sobrepasan”. Así, en esta nueva sociedad, recibimos tanta información que muchas veces es complicada de absorber algo que hace que “seamos menos reflexivos, porque no tenemos tiempo para ello, y que hagamos las cosas simplemente porque seguimos una tendencia de opinión”.

Según Vidal, este cambio en el modelo productivo ha provocado cambios en la cadena de valor. “En el mercado de la música, fue la empresa la que introdujo la tecnología digital para reducir costes, pero al consumidor le seguía costando igual, y se olvidó que la clientela podía pensar por sí misma, y lo que era una sustitución se transformó en un cambio de modelo de producción en el que han surgido nuevas plataformas para escuchar música”, ha ejemplificado Vidal, “ya no vendemos productos, proponemos servicios, y hay que entenderlo ya”.

El experto considera que el modelo de gestión ha cambiado, “y lo ha hecho para siempre y no va a retornar nunca, esforzarse por recuperar algo no conduce a nada”. Frente a esto Vidal se ha mostrado partidario del intercambio de ideas, ya que pensar en común es algo que se puede hacer de manera aterritorial y atemporal. “El talento global se reproduce en este escenario, con ideas conectadas que permiten que la sociedad sea mejor, muchos de estos cambios van a surgir de la inteligencia colectiva”, ha señalado. En ese nuevo territorio aparecen conceptos como la economía relacional o de la atención, donde las nuevas aportaciones que las redes sociales y los escenarios digitales ofrecen un canal claro para ajustar costes y cristalizar modelos.

Trasladado al ámbito empresarial, Vidal considera que hay una actitud que acometer: “El cambio que tenemos que vivir inminentemente es creer que somos capaces de salir de estereotipos livianos, hay que liberarse, tenemos que quitarnos de encima las trabas que nos dicen que esto es una crisis”.

Según el ponente, considerado como una de las diez personas más influyente de Internet en España, las micropymes y emprendedores deben dejar de competir en el mismo escenario, “hay espacio para un nuevo juego y cada uno de nosotros estamos para inventarlo”. Para ello, ha animado a los asistentes a trabajar en equipo, utilizar el pensamiento lateral, a disfrutar del propio proceso de emprender y lanzarse y a aprender de los errores “porque la nueva economía está llena de retos”.

En la publicación de referencia TicBeat se explicaban los detalles de la conferencia matinal que ofrecí en el BBVA Innovation Center de la Plaza Sta. Barbara de Madrid donde ante un público vinculado al sector médico busqué como razonar los cambios que a ellos también les están afectando de manera trascendental. Aquí se habló mucho de Social Media, de procesos y de como algunas iniciativas médicas en las que participa IDODI están aportando elementos muy interesantes en el ejercicio de cambio empresarial inminente.

 

 

El mejor momento para emprender es ahora

Muchos profesionales no saben cómo reaccionar ante los cambios rápidos que están ocurriendo en el mundo del emprendimiento. Se han producido cambios rápidos e importantes durante las últimas décadas que han influido la forma en la que piensan los emprendedores, las ideas que surgen del emprendimiento y las herramientas que se utilizan para trabajar. Estos son algunos de los conceptos expuestos por Marc Vidal, economista especializado en la nueva economía y fundador de IDODI, durante el evento de Ideágoras en Madrid. El evento, de la que TICbeat es media partner, une a profesionales del sector empresarial y de la salud, se centra en los cambios que se están produciendo en el mundo gracias a la influencia de las nuevas tecnologías y las redes sociales.

En cuanto al emprendimiento, Vidal opina que ahora tenemos más oportunidades que nunca. La conectividad de las personas, el alcance que pueden tener individuos a través de internet y las repercusiones que tiene el entorno de información globalizada significan nuevas oportunidades y empoderamiento de nuevos emprendedores. Nuestra sociedad es capaz de vivir en aprendizaje constante; aprender del error es la clave para poder avanzar. Como sociedad, apunta Vidal, sabemos aprender juntos con una inteligencia colectiva. Con las herramientas tecnológicas ahora somos capaces de hacer muchas cosas a la vez, algo que no se podría hacer en generaciones previas.

Vivimos en un entorno social, en la que tenemos dispositivos que indican datos que no veríamos normalmente. “Vivimos en una sociedad de apps”, apunta Vidal. Esto ha transformado los proyectos que ahora están en auge dentro del mundo del emprendimiento; cada vez cobra más protagonismo los proyectos que usan estas nuevas tecnologías, además de los que puedan sacar partido al big data.

Vidal entró en la temática de la forma de trabajar de las empresas. Cada vez más empresas se están creando desde el punto de partida del uso de la nueva economía y las empresas ya existentes deberían saber cambiar su forma de trabajar para poder adaptarse a los cambios. “Las empresas horizontales son más eficientes, está probado”, apunta Vidal.

Al contrario de lo que piensan muchos profesionales y analistas, quienes consideran que el producto final es más importante que el concepto inicial, Vidal apuesta por el valor de las ideas. “Hoy en día la idea es capaz de fabricar cosas que valen mucho menos que la idea inicial”, apunta. “Por primera vez lo intangible parece más costoso”, añade.

Los cambios del emprendimiento no se restringen a las labores de empresa, sino también a la forma de pensar de los equipos. “Cuando busco un equipo tiene que ser uno que sepa crear cosas inútiles”, explica Vidal.  “Como sociedad podemos dar mucha importancia al valor de pensar lateralmente”, apunta, “el poder cambiar la forma de pensar y entender las cosas de otra forma”.

 

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Frente al Himalaya sin más

En 1999 estuve en el Nepal. Allí hay un aeropuerto que se le considera la puerta de entrada para los escaladores del Himalaya. Se llama Lukla y está a casi 3.000 metros de altura. Tiene una peligrosa pista de apenas 450 metros de largo. A pesar de que mi viaje no tenía nada que ver con esa gran cordillera, su omnipresencia aturde. En un lugar así piensas en lo que deben sentir aquellos que aterrizan para afrontar algo tan extraordinario como  ascender las cumbres más altas del planeta.
Me encanta comparar ese reto con el de emprender. Emprender en estos tiempos es un ejercicio arriesgado a la vez que estimulante y, además, ahora se hace como elemento que aporta valor al paisaje socioeconómico. Vivimos tiempos de malestar, donde la protesta social ha dejado de ser revolucionaria para transformarse en expresiva. Son tiempos de cambio de modelo, de era, de sistema.

Vivimos el momento exacto donde la política ha perdido su carácter de acción de cambio. Es el instante de la historia donde se está produciendo a la vez un cambio cultural, social, tecnológico y digital, así como en el modelo de distribución del trabajo y de la transmisión del conocimiento. Todo esto es una constante imparable. Nos ha tocado sufrir una época, donde la esperanza de un cambio de naturaleza política ha desaparecido, y a cambio, nos ha dejado la sensación de que, a través de ella, vivimos la parálisis. La lejanía de lo público del escenario donde pasan las cosas, incluido el ámbito emprendedor es de tal calibre que espanta y clarifica lo que tenemos que hacer y cuando: ponernos en marcha y ahora.

Más que nunca emprender es una responsabilidad emocionante. Me niego a aceptar que esto ya no se moverá. Si se potenciaran las redes de conocimiento, si se impulsara la proliferación del capital riesgo con apoyos tributarios, si las administraciones redujeran la fricción en los trámites, si el impulso a la innovación creciera en lugar de menguar, si la cultura emprendedora se transmitiera en las escuelas de secundaria y en las universidades, tal vez, si todo eso pasara, un asalariado que pasa a ser emprendedor (a la fuerza) lo tendría algo más fácil y con ello, un país como el que me vio nacer, estaría más cerca de la cabeza económica del mundo civilizado.

Retos y responsabilidades, pero también voluntad y sacrificio. Los que hemos puesto en marcha nuestros sueños, sin saber si era posible tan siquiera, sabemos como sabe ese domingo por la tarde, exhaustos, viendo desde el despacho como las familias pasean, las parejas hacen cola para el cine y el mundo sigue su curso de fin de semana. Eso sucede mientras sigues esforzándote en la búsqueda de la oportunidad, de la transformación de la idea en producto real. Soñar y emprender van juntos a pesar de que las dinámicas políticas no ayudan mucho. ¿Dónde quedó la ley del emprendedor? ¿qué fue del programa de solvencia para reducir la deuda pública a empresas y autónomos?

Los emprendedores no tenemos tiempo para esperar. Si vienen los sherpas mejor, sino es igual, esa montaña la vamos a escalar. ¿No es maravilloso contemplar frente a ti un reto tan enorme y tan extraordinario como montar una empresa independientemente de todo? ¿Cuándo has estado frente al Himalaya? Ahora lo estás, ¿vas a desestimarlo?

Artículo publicado en mi columna “up in the cloud” en ABC Empresa

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“¿Algún equipo por ahí?”

Uno de mis mejores amigos es piloto de American Airlines. Se llama Stephen y vuela más que yo. Su mayor afición es subirse a un avión y resulta que de su pasión hizo su trabajo. Casi como yo, que me gusta aprender y viajar, de lo que surgió emprender y asesorar empresas. Lo primero me permite aprender y viajar y lo segundo viajar y aprender. A mi amigo piloto le encanta lo de los vuelos comerciales porque es un trabajo en equipo. Desde quien está en la torre de control, hasta el responsable de catering, pasando por auxiliares de cabina y copiloto. Un equipo. Que maravilloso concepto: sumar para crecer. En mi caso, la mejor de las vitaminas para que nada me frene y que me retuerza en el estimulante mundo de las ideas nuevas es trabajar en grupo, con mi gente, con la gente más joven y así llenarme de energía y con los más mayores para que me regalen toda su experiencia. Es una maravilla, un puente estructurado sobre el conocimiento y sobre la alfombra aterciopelada del éxito colectivo.
Y es que hoy no quiero que nadie me frene, alguien de mi equipo tuvo una idea nueva. Algo que estoy seguro va a revolucionar el mundo, la vida de la gente y convertirá este valle de lágrimas en algo extremadamente agradable. Es una idea más, una de tantas. Una idea que nos mueve, nos levanta de la cama y muscula mi espíritu emprendedor. Como siempre, cuando llegue el café, esa utopía se rebajará como un cortado y se asentará en el territorio de las cosas pendientes de análisis. Y así será. Esa gran idea, la que sea, se convertirá en un modelo de negocio o no, pero seguro que será motivo de debate, reuniones y estudios por parte de algunos locos más que me rodean todos los días. Me encanta rodearme de locos. Me da igual su género, su edad o su origen, sólo quiero que sean soñadores: son más creativos. Procuraré siempre no hacerlo solo pues emprender, como muchas otras cosas de la vida, es más divertido si lo haces en grupo. Me maravilla el proceso metálico que rodea su cimentación.

Cuando las ideas se amontonan y se comparten, en un restaurante, en un bar o en el gimnasio, donde sea, se complementan y eso es fascinante desde todos sus vértices. Los que hemos puesto en marcha algún proyecto y lo hemos hecho rodeados de amigos, socios o inversores implicados sabemos lo extraordinario del camino a seguir. Cuando pasan unos meses, aquella idea inicial se convierte en algo radicalmente distinta aunque mantenga el tronco conceptual del principio. Es tremendo mirar hacia atrás y ver como mutan las grandes ocurrencias hasta el punto que la inicial parece una idea penosa comparada con la resultante. Y les aseguro que en cada centímetro recorrido en esta vida, donde un grupo inexperto y apoltronado de políticos ha procurado que nuestra dependencia del sistema sea siempre la más alta posible y así no sepamos lo fascinante que es ser crítico y combativo, los proyectos empresariales me permitieron siempre trasladar a la vida real aquello de “tomar las riendas de mi propia existencia y olvidarme de todos ellos”. Otros lo harán revolucionando sociedades o vete tú a saber, pero en general todos lo haremos buscando alguien que nos acompañe en ese tránsito. ¿Algún equipo por ahí?

Publicado en mi columna “up in the cloud” en ABC.

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#huelga14N

Ayer en mi twitter estuve debatiendo sobre lo que se considera óptimo para protestar socialmente. Estoy a favor de salir a la calle, de ser contundente y de actuar coordinadamente pero me cuesta entende la lógica de las huelgas hoy en día. Insistir en hacer huelgas generales contra gobiernos y bancos en pleno siglo XXI es seguir entendiendo el mundo como en el siglo XIX me temo. Hubo quien me recriminó que como podía sino pronunciarse la sociedad. Recordé algunos ejemplos recientes como que en Irlanda el 80% de los contribuyentes se negaron a pagar a un impuesto injusto para rescatar la banca y tuvo que ser retirado así como en Islandia, donde la población se plantó tributariamente para dejar caer un gobierno y redactar una constitución nueva. Hay maneras. Además tengo la impresión que en este caso las protestas deberían atacar a los causantes de este desastre, bancos y cajas y no provocar deterioro a los que sufren, emprendedores y autónomos. Cuesta aceptar que esto no es una crisis, que vivimos otra cosa mucho más compleja y que gritando o parando las máquinas no vamos a evitar el parto. La criatura ya muestra la cabeza.
Pienso en ¿que tendrá que ver parar un país (que no va a parar por que vivimos en entornos digitales) con lo que está pasando? Para protestar contra gobiernos y bancos organicemos votar en blanco o no votar, ejercer presión al político y acometer acciones contra los bancos por ejemplo. ¿Porque parar de trabajar? No lo entiendo. Además me huele tanto a justificación sindical. ¿Dónde estaban estos que convocan acciones de otro tiempo cuando realmente se les precisaba? Cuando se estaba gestando este desastre monumental, ¿dónde estaban?  Yo no tengo tiempo para huelgas, yo sigo intentando crear trabajo a pesar de todos estos y aquellos. En un año hemos logrado fundar varias empresas y poner a casi 50 personas a trabajar.

Os enlazo para leer algunas cosas que he escrito al respecto anteriormente:

Los sindicatos deberían de adaptarse a los tiempos. No es una frase hecha, es una verdad lírica. ¿Qué es eso de reducir los servicios mínimos? ¿Qué tipo de chantaje social oculta esa solicitud? ¿A que se refieren con eso de que no quieren que el 29 de septiembre no salgan vuelos internacionales de ningún aeropuerto español? Cuando un dirigente social exige algo de este tipo es que no está cerca de la realidad. Aunque se definan como líderes laborales, el contacto con la realidad empresarial y emprendedora de este país es nula.

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 No voy a hacer huelga mañana, me cuesta entender elmétodo. A pesar de que comprendo el motivo no lo comparto. La reforma laboral no puede ser el elemento detonante de una reacción popular contra todo lo que nos ha llovido y nos lloverá. Y mucho menos que ese catalizador de la protesta lo lideren un entorno sindical que se ha caracterizado por la abulia, la distancia y la complicidad con lo que sucedía. La desidia por ser organismos antiguos y agigantados, la lejanía porque no están actualizados con el modelo económico actual, y colaboradores con los que azuzaron la crisis por no plantarse frente a los que no tomaban medidas mientras el paro aumentaba y la capacidad de reacción se esfumaba. Ahora no me valen sus quimerasObviamente tampoco la de la CEOE. Lo que le aplico a los primeros sirve, punto a punto, para los segundos.

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¿de que ríen?

El pasado 31 de octubre estuve por tercera vez en Singulars, el magnífico programa que dirige Jaume Barberá en TV3. Esta fue la que tuvo mayor repercusión por la gran cantidad de mensajes recibidos. De hecho fuimos Trending Topic por partida doble esa noche tanto por mi nombre como por el del programa. Hubo diversas frases o partes de la entrevista que se replicaron en las redes de manera importante. En concreto la que más apoyo recibió fue cuando tras visionar un video en el que Rajoy hacía bromas de temas muy serios en una rueda de prensa, los periodistas le rieron las gracias en lugar de ser incisivos. Le pregunté a Jaume: “¿de que ser ríen esos periodistas? La verdad es que mi actitud fue algo más calmada y probablemente algunos considerarán que derrotista, pero no es cierto. Sigo pensando y luchando como nunca, pero con nuevos matices como digo en el programa. Digo que hay políticos que se llenaron la boca de leyes de emprendeduría, contra la morosidad pública (el plan montoro) o cualquier otra se han traducido en la mayor mortalidad de proyectos emprendedores de la historia reciente por un lado y por la situación de quiebra del 20% de las empresas de este país por falta de cobro de la administración. Para llorar (o reír para algunos periodistas supongo). Os dejo con el video de ese día subtitulado en castellano gracias al trabajo desinteresado de un buen grupo de lectores y seguidores a los que les debo un café (cómo mínimo).

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Emprendeduría en la sangre

A veces pienso que el emprendedor tiene una composición molecular peculiar. Se diferencia de otros individuos por ser creativo en mayor o menor medida, disponer de una gran intuición, incluso si fracasa, de un grado de optimismo patológico que puede perfectamente mezclarse con un espíritu crítico y analítico de la realidad, un emprendedor no es un iluso, es un valiente que decide tirarse por un acantilado sin saber, muchas veces, que le espera allí abajo. Lo hace porque disfruta. A pesar de que vivimos momentos de incertidumbre, de cambio de modelo y de que, en gran medida, muchos emprenden por que no hay más remedio, la verdad es que algunos de ellos, en ese tránsito cercano al acantilado descubren que su condición natural, su ADN, era el de emprendedor.
El emprendedor tiene un ADN compuesto por empuje, decisión, observación y energía para soportar los temporales que se encontrara en su camino. En España, además, el emprendedor suele tener dos caracteres más: la paciencia para tolerar la pesada administración pública y su burocracia e inconsciencia bien entendida para sobrellevar el riesgo de exclusión si te arruinas en este país. Me gustaría destacar que no sólo de emprendedores es la tarea de mejorar nuestro entorno, tiene que ver con muchos otros elementos sociales. La multitud es el todo y es quien debe poner en marcha los resortes del cambio. Los gobiernos y los poderes políticos, públicos, financieros y privados, todos son la clave, pero la sociedad en su conjunto, emprendedores y emprendidos, todos adeudan ese impulso hacía un futuro más equilibrado y activo, donde ser concursante de Gran Hermano no sea el objetivo de millones de jóvenes por que consideran que siendo famoso la vida será más fácil.

En este sentido leí este artículo en Bloomberg Business que os transcribo y traduzco sobre algunas de las consideraciones de nacer, ser o crecer como emprendedor o empresario y que nos viene a cuestionar si eso de ser emprendedor es algo que se lleva en la sangre.

“Se nace empresario. El resto es sólo una cuestión de revelar tu talento oculto”.  Eso, al menos, fue la opinión expresada por la empresaria francesa Aude de Thuin durante la aceptación del galardón de la “Mujer Empresaria del Año en el World Entrepreneurship Forum en Lyon”. Dijo que ese es un viejo debate, por supuesto, cuando se trata de tener éxito en su campo elegido, lo que realmente cuenta solo pueden ser dos aspectos: la naturaleza o la educación. Yo no creo que haya mucha discusión que Usain Bolt nació para correr, o que Miguel Ángel era un genio con un pincel. Al parecer cada vez que aportamos un argumento en uno u otro sentido aparece el contrario para equilibrarlo.

Pero ¿qué pasa en el negocio? Para mí, el empresario es un producto de sus valores de educación, sociales, momentos cruciales de vida y, por supuesto, la buena fortuna de estar en el lugar correcto en el momento adecuado. Después de todo, ¿no es así en la universidad de la vida que se desarrolla nuestra actitud frente a la toma de riesgos, nuestro deseo de emular a otros empresarios, a ruina momentos de pérdida, o aprovechar los destellos de inspiración, o simplemente la necesidad de encontrar una manera de pagar las cuentas al final de cada mes?

A pesar de la dislexia como elemento diferenciador que mostraría algún elemento biológico pues es una condición compartida por muchos empresarios exitosos-como Steve Jobs, Walt Disney, Charles Schwab y Ingvar Kamprad de Ikea, es cada vez más corriente pensar que la educación es la clave. Incluso si nacemos con ciertos talentos es imprescindible educarlos para explotarlos adecuadamente. Esto da una oportunidad sin precedentes para las escuelas de negocios para ayudar a desarrollar la próxima generación de creadores tanto de la riqueza y de la justicia social.

Dado que es difícil encontrar una escuela de negocios que no pretenda enseñar el espíritu empresarial en estos días, ¿podrían realmente ser los catalizadores para crear la próxima generación de Zuckerbergs, Bransons, o pioneros como Muhammad Yunus? Echemos un vistazo a la India, por ejemplo. En los últimos 20 años ha habido una proliferación de la educación empresarial en el país, hasta el punto que ahora tiene una de las mayores poblaciones de MBAs en el mundo. Y al mismo tiempo, el prestigio de las carreras tradicionales en el derecho, la medicina y la administración pública parece estar disminuyendo. Los empresarios indios son ahora las nuevas estrellas de Bollywood. ¿Podrían las dos tendencias, posiblemente, estar conectadas?

En definitiva, el artículo habla de talento, genética y poco de situación y coyuntura. Creo que hay que tener en cuenta que hay momentos que provocan la proliferación de emprendedores, estos tiempos pueden ser evidentemente uno de ellos. Sin embargo un consejo: ni caso a los hipotéticos planes para apoyar a emprendedores y simulacros parecidos, no existen, son más de lo mismo, discursos vacíos para fanboys de partido que no han montado una empresa en su vida, y lo peor, no tienen intención de cambiar.

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Economía, Politica, Sociedad Marc Vidal Economía, Politica, Sociedad Marc Vidal

Cambio sistémico y expandido

Todo sigue su curso hacia la conformación de una sociedad dividida entre ricos, pobres y miserables. En la Europa del Sur, la que va a cámara lenta, todo se precipita. Y lo hace por la indecente manera de explicar las cosas que tienen quienes nos gobiernan. Por un lado en el aspecto político financiero y la manía del ministro De Guindos de negar la mayor. La semana pasada algunas tuvimos acceso a datos que resumían la situación de España según el Secretario General del Tesoro y Política Financiera del Ministerio de Economía y Competitividad, el señor Fernández de Mesa. Este hombre además es el Consejero del Banco de España y de la CNMV. Durante un encuentro presentó un informe que, según él, da los argumentos por los cuales el actual Gobierno considera que todavía no es necesario que España solicite el rescate pero advierte que si será preciso durante el 2013. Es un insulto a la inteligencia pues esperar un desenlace inevitable sólo permitirá que el retorno cada vez sea más duro y complicado.

Los datos del Tesoro Público advierten claramente que algo se ha deteriorado tanto que seguramente no estamos ni tan siquiera en una fase de la crisis sino en algo peor pero no aciertan a definir “qué“. Yo se lo aclaro: no estamos en crisis, eso ya terminó, ahora vivimos una larga y apática etapa de mutación, de cambio sistémico que ha llegado para terminar con todo lo anterior.

La semana pasada dije en televisión que había países en América que no aceptaban avales de empresas en concursos de adjudicación público si estaban sindicados en entidades españolas fueran éstas, las que fueran. Es normal, no paran de mentir y, lo peor, se creen sus mentiras. Ya nadie se fia de nadie y la desconfianza empieza a erosionar todos por igual. Dejando de lado algunas entidades de juguete por no decir de risa que se sienten ahora muy grandes por haber sido “absorbidas” por un pez mayor, cuando en realidad estaban heridas de muerte y se les ha escondido bajo la alfombra del sistema financiero español, aquella en la que toda la mierda se acumula y que cuando alguien quiera cambiarla y la levante le explotará en la cara. Resulta que el regulador financiero de Reino Unido (FSA) ha restringido “la provisión de liquidez y capital por parte de Santander UK al resto del grupo Santander“. Ya se sabía hacia meses la existencia de controles por parte de los reguladores británicos sobre la actividad de Santander en Reino Unido pero hasta ahora no se había evidenciado públicamente. Desde ahora, entre otras cosas, la FSA limitará la exposición del propio Santander británico al resto del grupo y controlará el pago de dividendos que establezcan.

La decisión de la FSA advierte claramente que algo se ha deteriorado tanto que seguramente no estamos ni tan siquiera en una fase de la crisis sino en algo peor pero no aciertan a definir “qué“. Yo se lo aclaro: no estamos en crisis, eso ya terminó, ahora vivimos una larga y apática etapa de mutación, de cambio sistémico que ha llegado para terminar con todo lo anterior.

Vivimos colocados, en una especie de tránsito lisérgico, una modalidad de chute contable que basa sus resultados económicos en la publicación de datos falsos de toda falsedad, en documentar el desastre con trampas semánticas que la mayoría de becarios de redacción se tragan sin masticar y en la inyección indigesta de dinero inexistente por parte de las estructuras públicas que se llevó a cabo durante la primera parte de la mal llamada crisis. El Estado estaba incapacitado derrochar dinero destinado para mantener un armatoste inservible. Lo hizo justo en el instante que medio planeta se enfrentaba a un cambio de modelo económico global.

Tengo claro que los titulares mantendrán esa realidad inducida al mismo ritmo que el ciudadano seguirá perdiendo su propio terreno y su propia capacidad de decidir en su día a día. Por poner un ejemplo, los estímulos económicos que seguirán llegando, aun a expensas de un déficit que también se pintará de color pastel si es preciso, proporcionarán la visión de un oasis temporal a fin de que todo se tranquilice. Pero, a fin de que la sociedad no se alce y no sea capaz de enfatizar su enfado, ninguno de esos estímulos económicos llegará al sector empresarial privado de manera efectiva. No lo hizo antes y no lo hará ahora. De hecho ya nos dicen que “se acercan tiempos de nuevos sacrificios para todos”. Está claro que han tirado la toalla, estos no tienen pajolera idea de cómo arreglar el desaguisado que han montado. Esperan que la inercia traiga la bonanza y siguen sin entender el momento.

Y en eso estábamos cuando la clase media empezó a ceder terreno. Sucede a cambio de que otros aporten la solución o subsidio. Somos la increíble clase media menguante y lo somos en gran medida porque nos da la gana. Es posible que no nos demos cuenta de que los primeros responsables de muchos de los males que vivimos somos nosotros mismos. La velocidad y la fortaleza con la que salgamos de ese tránsito complejo y difícil dependerá en gran medida de la voluntad y la libertad que tenga la gente para afrontar este reto.  Será doloroso, pero será. No darse cuenta es un tremendo error histórico.

Es tarea de los emprendedores de todo tipo y de quienes deben estimularlos en la nueva economía, de los innovadores y de los que lideran empresas de base tecnológica en la economía digital y de la sociedad hastiada de tanto modelo tradicional y de modelos de crecimiento viejos y caducados, ineficientes y especulativos, cambiarlo todo, reformar y no permitir que esta enorme oportunidad que la historia nos ha concedido se pierda por las cañerías de una sociedad adormecida. Despertemos a los que siguen en el sofá social y expliquemos que tanta dureza, tanto drama no puede les puede salir gratis a unos y carísimo a otros. Estamos en condiciones de cambiar el orden de esa multiplicación siniestra. Estoy convencido.

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Caramelos, relojes y corbatas

Mi columna de esta semana en ABC versaba sobre un tema recurrente en el mundo emprendedor: el equilibrio entre el seed capital y la implicación íntima del equipo fundador. La nueva economía implica una serie de cambios disruptivos a todos los niveles. Desde cambios en la cadena de valor, ya que las ideas son las que tienen importancia y no el soporte como en muchos de los modelos tradicionales, hasta cambios en los procesos y en la gestión de las organizaciones. Aceptar que este nuevo modelo implica nuevas condiciones y sólo aquellos capaces de inventarse un nuevo entorno laboral vinculado al nuevo modelo, te acerca al éxito. En ese campo entra el concepto de “emprender sin dinero”. Tiene mucho que ver con la creatividad, la imaginación y el espíritu de sacrificio. Este nuevo modelo, esta nueva etapa, implica apostar por la innovación, siendo ambiciosos y pensando en global (tanto para ofrecer el producto a cualquier pais del mundo como para ser capaces de conceptualizar un producto global para ofrecerlo a nivel local),  siendo capaces de trabajar en equipos y en organizaciones complejas, dinámicas, atemporales y aterritoriales y entender la empresa como un gran ser vivo. Todo es una cuestión de actitud, tenemos que estar en “beta” constante para afrontar los nuevos tiempos y no tener miedo al cambio y al fracaso.

“Caramelos, relojes y corbatas”

La Terminal 2 del nuevo aeropuerto de Hong Kong es una maravilla. Con la estética asiática es capaz de transportarte al futuro. Amplio, diáfano y tremendamente funcional. El sector que me fascina es uno que conjunta diversos espacios suspendidos y balcones. Los conectan una compleja pero eficiente red de pasarelas que permiten observar detenidamente todo lo que pasa ahí abajo. La última vez que estuve recuerdo que un hombre regalaba caramelos a los niños, vistosos relojes de plástico a las mujeres y elegantes corbatas a los caballeros. Lo estuvo haciendo durante horas. En un momento le cuestioné que vendía y me respondió que “aun nada, que de momento captaba futuros clientes pues como no tenía demasiado dinero había decidido buscar una masa crítica y luego investigaría que necesitan”. Pensé que, o estaba loco o era un emprendedor visionario capaz de jugarse todo su reducido patrimonio por una locura: emprender. Diferente a otros que uno tiene que lidiar todos los días. En estos tiempos sigue enquistado en el modelo emprendedor algún factor que no lo aleja demasiado de la cultura del subsidio. Hay quien sólo tiene una idea, un “powerpoint” interesante y muchas ganas de dar conferencias, pero su apuesta personal se deriva de la capacidad por encontrar en una “ronda de inversión” alguien que coloque la pasta. La apuesta personal, pocos son las excepciones, radica en que les “localices” capital suficiente para auto ocuparse. El capital debe llegar, pero cuando toca. No antes. La financiación es algo determinante pero no es imprescindible. Hay otras ramas que se deben cortar. Me está dando la impresión que emprender está como distorsionado. Ahora que las escuelas de negocio explican como hacerlo y los gobiernos se llenan la boca con el término, resulta que el modelo emprendedor no está engrasado.

Hemos pasado del glamour emprendedor a la evidencia que no todo es factible. Hoy en día es normal escuchar a un emprendedor decir: “yo no me dedico a vender, yo soy un técnico”. Eso es un error dramático, un emprendedor no puede diferenciar ese perfil como si se tratara de un directivo de una multinacional. ¿Cuando se ha visto un emprendedor que no sea un vendedor de su proyecto? No es necesario apostar al rey, esperar que un director comercial externo aparezca por arte de magia, con un sueldo astronómico por un proyecto “start-up” y que aporte negocio. Aquí toca patearse la calle, regalar caramelos, relojes y corbatas. Menos dinero y más acción, menos financiación y más perseverancia. El proceso de crecimiento condicionará esas acciones, esas incorporaciones. Responsables de marketing y financieros, desarrolladores, diseñadores, capataces o lo que haga falta irán llegando, pero de momento, al principio, el emprendedor, si hace falta, pasa el mocho. El paso de emprendedor a empresario es algo impreciso que se produce en un momento indeterminado, pero que algo tendrá que ver con eso. Seguramente pero hay empresarios que no dejan de ser nunca emprendedores pues el “capital aportado” no cambia el espíritu de construir proyectos desde abajo y disfrutar viéndolos crecer.

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De nuevo en 'Singulars'

Es casual, lo aseguro, pero mañana, por Halloween, estaré en la tele celebrando la noche de difuntos. Por cierto, en Catalunya esa noche se denomina “castanyada“. Mañana a las 22:40 participaré por tercera vez en Singulars. El programa que dirige Jaume Barberá en la televisión pública catalana y que se ha convertido en una referencia para los que piensan de forma lateral. Cada vez que paso por Catalunya suelo tener alguna intervención en prensa pero esta es especial. La primera vez que estuve, hace casi 4 años, titularon mi intervención como “No anem bé“ (“No vamos bien”). Aquella intervención marcó un antes y un después. Mi blog por aquella época hablaba de economía digital y de proyectos emprendedores pero también era ácido y crítico y más de un susto. A pesar de que llevaba años denunciando hacia donde me daba la impresión que iba nuestra sociedad  y su modelo económico, a pesar de que puse nombres a quienes nos estaban enfocando al abismo y a pesar de comentar que sin apoyo al emprendedor y con un modelo especulativo no íbamos a ningún sitio, tuvo que ser a partir de esa noche que algunos de esos análisis empezaron a evidenciarse de un modo dramático y en diversos medios. Un año después me invitaron a participar en el primer programa a cuatro manos. Junto a Santiago Niño Becerra y en un programa titulado “Dues visions de la crisi“ (“Dos visiones de la crisis”) se produjo uno de los llamados “minuto de oro” en la televisión: el instante en el que Jaume nos preguntó que hacer con nuestros ahorros. Los dos nos quedamos en silencio, nos miramos y durante unos eternos segundos no dijimos nada.
En esta tercera ocasión el título es una pregunta: “Cada día pitjor?“ (“¿Cada día peor?”). Que la emisión sea el miércoles de Halloween lo podemos asociar a que ahora vivo en Dublin, que estamos en la era del truco o trato o que la política española es una fiesta de disfraces, vete tú a saber. En esa noche se suelen gastar bromas, contar historias de miedo y se visionan películas de terror. Pues eso, que no he sido yo quien ha elegido la fecha, lo juro.

Voy a intentar ser crítico, pero analítico. Los responsables son los que son, los que se han fundido el dinero de todos son los que son, los que han jugado y juegan con la vida de las personas son los que son, los que humillan a la gente son los que son, los que viven alejados de la realidad son los que son, los que piden sacrificios pero no los practican son los que son, los responsables existen y hablaremos de ellos. Sin embargo espero que pueda compaginarlo con mi verdadera pasión, la que me lleva desde hace 20 años a montar negocios: el espíritu emprendedor, la innovación, viajar para aprender, descubrir y sobretodo para llevar las riendas de mi propia existencia por encima de todo y de todos.

Tengo claro, desde hace tiempo, que en manos de la “casta” política y de sus “mamporreros” de corbata y hall decorado con deportistas de élite asegurando la luna será inviable tirar para delante. Es de inidigencia supina decir que una entidad financiera catalana ahora es “internacional” y que es una de las más grandes del mundo porque “se ha unido” a un gran banco. Que falta de moral. Esa entidad estaba rota, quebrada e insolvente y que ahora todo eso parezca un sueño depende de que se han sociabilizado todo ese dispendio entre el resto de “no responsables”. Eso mismo pasa con otra de las entidades de vergüenza ajena. Hay un banco o lo que sea ya que se denomina “banca inteligente”. Pues eso, yo le hubiera puesto “banca lista” que no es lo mismo. Y ahora toca el “banco malo”, ese en el que van a meter toda la bazofia financiera como si de ese modo no doliera. Es como barrer la mierda y meterla debajo de la alfombra. Seguirá allí hasta que salgan bichos. De momento, el coste de todo ese banco malo de las gaitas lo pagaran todos los españoles. Recuérdenlo cada vez que oigan aquello de que “el FROB se hace cargo”.

Que los políticos sigan diciendo cosas como “estamos saliendo de la crisis“ o que “debemos asegurar las instituciones“ cuando quieren decir “durante lo que me queda de legislatura rezaré para ver si por ciencia infusa baja el paro“ y en el segundo caso “no entiendo porque la gente protesta tanto si no es culpa nuestra haber prometido no subir impuestos, no recortar nada y la luna llena en un plato y no haber podido cumplirlo“. Y es que estamos en manos de la peor generación política y financiera de la historia. La orgia que se han pegado unos y otros la vamos a pagar todos, incluidos los que no jugamos a “multipropietarios” de tres al cuarto y nos fuimos a emprender lejos, nosotros también pagamos por cierto. Ahora que los jóvenes huyen, ahora que socialmente España se quiebra, ahora que emprender es un reto más moral que económico, donde si no te organizas un modelo de negocio sofisticado e imaginativo las opciones de fracasar son altísimas, ahora pues, es momento de afrontar el reto de una nueva sociedad, de un nuevo sistema social que no deja de ser al fin y al cabo una oportunidad de dejarles a nuestros hijos un mundo mejor. Está claro que si no hacemos algo eso no sucederá y seguiremos la inercia de aquella gran bola de mierda que se avecinaba por el horizonte y que nos ha pasado por encima.

La reseña del programa explica que no es la primera vez que voy al plató de Singulars y que como siempre vendré cargado de ideas nuevas con respecto al mundo de los negocios y de visiones del futuro que nos alejan de lo tradicional.

Este economista de 42 años es un emprendedor nato que a los 17 años montó su primer negocio. En los últimos 5 años ha fundado 5 empresas con más de un centenar de trabajadores en Europa y América.

Marc Vidal es un experto en nueva economía y estrategia a través de las redes sociales. Además de la gestión de sus empresas, hace conferencias y colabora con diversas universidades europeas y americanas como tutor en postgrados y másters de nuevas fórmulas de negocio y comunicación tecnológica.

Nos viene a hablar de “responsabilidades y oportunidades“. Responsabilidades porque dice que hay que señalar quiénes son los responsables directos de la grave situación económica española y oportunidades para tomar conciencia de que la economía del futuro nos lleva a abrirnos al mundo para buscar nuevas formas de negocio aprovechando el espacio sin fronteras de las tecnologías digitales. De hecho él se define como “experto en negocios digitales”.

Es muy crítico con la clase política, con la burocracia que convierte a España en uno de los países donde es más difícil montar una empresa, y donde menos apoyo tienen los emprendedores. Ha escrito un libro que se llama “Contra la cultura del subsidio“ y es muy claro cuando dice que la política de subsidios es uno de los grandes males de nuestra sociedad.

Me han comentado algunos lectores que durante el programa van a a estar traduciendo al castellano lo que suceda en el programa por lo que será posible seguirlo en imágenes a tiempo real fuera de Catalunya también via TV3 a a la Carta y leerlo en castellano via twitter a través del hashtag #singulars31O o #singumarc (prefiero la primera). Tras la emisión del programa estaré operativo un ratito en mis perfiles de TwitterFacebook y en los comentarios de este mismo post para participar de la tertulia digital globalizada e hipersocial que se produzca a partir de entonces. El hashtag que han propuesto algunos lectores twitteros será #singulars31O y #singumarc para antes, durante y después del programa.

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Hipersociedad en Bogotá

En las últimas semanas de trabajo en Latinoamérica la actividad ha sido muy estimulante. Hemos logrado inaugurar nuevas sedes e impulsar nuevos proyectos que llevábamos meses empujando. Ahora ya estamos en el capital de tres startups tecnológicas latinoamericanas ubicadas en Miami, Chile y Colombia. Hemos estado en medios de comunicación y ofrecimos varias conferencias en foros muy interesantes. Destaca el último en el Colombia 3.0. Me quedo con tres cosas de esa sesión: compartir escenario con Burton Lee (profesor de Stanford y asesor de la NASA), disfrutar del sentido del humor de un tipo excepcional llamado Adolfo Corujo y lo dificil que es compartir espacio y tiempo con mi gran amigo Enrique Dans que tras recorrer medio mundo, unas miserables horas de diferencia entre los que vienen y los que se van no permitieron ni tomar un buen café colombiano. Os dejo con el material que ellos mismos editaron sobre mis comentarios en la conferencia y la entrevista derivada.

LA HIPERSOCIEDAD DE MARC VIDAL

“Hoy  la vida está cambiando, como todo cambiará en los próximos años”. Así arrancó Marc Vidal su presentación,  al presentar una foto de un casete y un lapicero que representa el pasado.

Marc Vidal es un barcelonés de 39 años, experto en comunicación  y creador de su primer fondo de Seed Capital vinculado a uno de sus proyectos IDODI LABS, analista económico especializado en Nueva Economía. Fue interim manager y consultor en modernización de compañías e internacionalización de empresas. Ha sido seleccionado una de las 10 personas más influyente de Internet en España. No obstante, si bien en su primera etapa su ocupación se centró en grandes compañías, ahora el denominador común de esta segunda etapa profesional es la de las start-ups, en especial en su primera fase de recorrido, el llamado ‘successful start-up’.

En su conferencia,  indicó también que los modelos de distribución del trabajo y modelos del conocimiento son los que están revolucionando el mundo. “No darse cuenta de estos es un tremendo error”. Así mismo resaltó que el  mundo quizas está agotado del consumismo y se pregunta: “¿Podemos obviar lo que está pasando o aceptar que el mundo está cambiando?”.

Con estos cuestionamientos, Vidal   profundiza en  los nuevos retos del mundo digital.  “Hay aplicaciones que son capacez de cambiar el mundo, estamos hablando de cambios simples, pues el cambio económico no es determinante, sino  pequeños cambios  van determinando la nueva economía”.

Aconsejó a quienes tienen empresas, no preocuparse por qué  dicen de ellos, sino que dirán, pues los emprendedores  cambian el mundo.  Esos cambios son los que definen la nueva sociedad.

Vidal asegura que las ideas son lo que mueven este planeta, “sin ideas no hay hipersociedad, no hay  sistemas y modelos de distribución del trabajo. Gracias a las ideas el mundo local se convierte en global”.

Además explica que la hipersociedad ataca un  elemento clave:  la propiedad emergente, si intercambiamos ideas, nos llevamos más de las que puedo construir.  Pensar en común es algo que se puede hacer de manera aterritorial y atemporal.

El talento global se reproduce en ese escenario de emergencia. Ese talento  son ideas conectadas  que permiten que la sociedad sea mejor.

“Yo soy optimista pues creo que el mundo va mejor a pesar de lo que dicen”,  indica Vidal, en medio de su explicación sobre la hipersociedad.

Para  concluir,  señaló que hoy  la sociedad cuenta con un radar sociocompartido. Además indicó que cuantas cosas sucederían si todos nuestros cerebros se interconectaran para crear una  hipersociedad.

Hizo un ejercicio preguntándole a los asistentes de su conferencia  cuál es la mitad de 13? luego de varias opciones de lo que puede ser la mitad de trece  demostró que   las cosas  son como cada quien las ve o las quiere ver.

Para terminar  dijo: “34 gigabytes de información diaria recibe nuestro cerebro. En una década esa cifra se multiplicará , la pregunta es: ¿estamos preparados para esto?”. Vidal  indica  que las micropymes, cada uno de los emprendedores deben dejar de competir en el mismo escenario que hasta ahora. Hay espacio para un nuevo juego y  cada uno de nosotros estamos para inventarlo. Para terminar, resaltamos la columna que Vidal publicó en su blog sobre esta conferencia.

Y esta es la entrevista resultante al terminar la conferencia.

LAS COMPAÑÍAS DISCOGRÁFICAS NO SE HAN DADO CUENTA DE QUE SU MODELO DE NEGOCIO MURIÓ”: MARC VIDAL

Durante su participación en Colombia 3.o, Marc Vidal se mostró carismático y además de enseñar, divirtió a la audiencia con sus relatos. Comenzó con una anécdota: hace 21 años escribió una carta para sí mismo en la que hablaba de sueños y retos, la cual abrió en mayo del año pasado. Al leerla se dio cuenta de que la persona que le hablaba era alguien que no conocía, hablaba con otro vocabulario, incluso grosero. Él no se imaginó que existirían los ‘smartphones’ y que el mundo sería tan distinto al de entonces.

Aunque la conferencia tenía que ser encaminada hacia el e-commerce, Vidal mismo escribió en su blog que el título era solo una fachada porque en realidad quería era “exponer es como todo ello ha sido afectado por un nuevo modelo de transmisión del conocimiento“.

Actualmente se vive la revolución digital, y están sucediendo dos revoluciones al mismo tiempo: la del modelo de distribución del trabajo y la de los modelos de producción del conocimiento, y si el mundo no se da cuenta de lo que está sucediendo “es un tremendo error”.

En esta Hipersociedad “todo va a cambiar, y en la comunicación también”. Porque vivimos en una sociedad gratuita y “es mejor trasmitir el conocimiento gratuito”, ya que gracias a esto se da la oportunidad, por ejemplo, de que Marc Vidal estuviera en Corferias dando una charla. Si no fuera por sus libros en línea, serían pocos quienes lo conocerían.

Después de abordar diferentes temas, tan variados que parecería que no tenían relación, como la economía relacional, el talento global, de cómo Facebook no fue inventado por Marck Zuckerberg sino en el neolítico y de por qué saltan los pingüinos al mar, Marc Vidal nos concedió una breve entrevista antes de dirigirse al Ministerio TIC.

¿Cuál es su opinión sobre el potencial de Colombia en el negocio de los contenidos digitales?

Colombia está en un punto concreto en el que puede aprovechar precisamente la ventaja adquirida en estos últimos años con respecto a su entorno, está por delante de otros países en el uso de la tecnología digital y evidentemente de la gestión de ese contenido.

La oportunidad no durará mucho, es decir, estar ahí como posible abanderado del cambio tecnológico en la zona, durará el tiempo que dure. Creo que Colombia está en la posición de salir con algo de ventaja y que para ello debe estar bien asesorada, tiene que rodearse de quienes ya han hecho ese proceso y de quien ya se ha equivocado en ese proceso.

No me estoy vendiendo a mí, sino a aquellos que sí que saben dónde están los errores, para que eso no suceda en Colombia. En estos nuevos tiempos, en la nueva Hipersociedad los períodos son muy cortos, la capacidad que tenemos de racionalizar las cosas que pasan es más escasa, tenemos que ser capaces de trasformarnos de una manera más rápida.

Ya que lo menciona, ¿cómo percibe al resto de la región en ese tema?

Bien. Latinoamérica tiene una particularidad que no se produjo ni en Europa ni en Estados Unidos, y es que ha adquirido antes prácticamente que llegase ese contenido, todas las herramientas para fabricarlo, es decir, aquí tiene todo el mundo un ‘smartphone’, la capacidad de penetración ha sido muy alta. El sentimiento, de que esa tecnología tiene un sentido es muy alto, pero lo que falta todavía es ese contenido de calidad y un contenido sobre todo que más que anecdótico sea fundamentalmente algo que genere valor.

El contenido por el contenido yo no lo defiendo, defiendo el contenido de valor, que cuando se cree un contenido digital sea para complementar mejor la sociedad, y para ello hay una serie de elementos que Colombia como cualquier otro, debe ser capaz de reconocer, como el talento global, la inteligencia colectiva, las experiencias compartidas y en sí mismo el pensar en común.

Hay expertos que pueden ayudar a Colombia y otros países a que eso suceda, pero fundamentalmente es un cambio generacional, de conducta y de actitud.

 ¿Cuáles son las tendencias del consumo del consumo inteligente?

Básicamente consumos digitales, es decir, la sociedad que se rige en entornos digitales lo que consume es eso. Que puedan mostrar conocimiento, que les ayuden a aprender diferentes cosas, a mejorar sus productos. En estos momentos vivimos un momento de la historia en el que la idea del que fabrica es más importante que la cosa que se fabrica, y eso es una de las esencias principales.

Todo está cambiando y no darse cuenta es un error. ¿Qué consecuencias trae el hecho de no darse cuenta del cambio?

No darse cuenta de que todo está cambiando tiene un mal acabar. Por un lado, evidentemente la no prosperidad, el no entender las oportunidades empresariales. El no aceptar esos cambios de forma profesional sería no ser capaces de afrontar las posibilidades de modernización de un país y no aceptar ese momento actual es empobrecer intelectualmente a la sociedad.

¿Cómo darse cuenta de los cambios? ¿Quiénes deben hacerlo primero?

Debemos darnos cuenta los que nos dedicamos a esto, los primeros somos los ciudadanos, los que nos dedicamos a usar ese entorno nuevo natural para generar valor, es decir, los que tenemos la responsabilidad, los emprendedores en gran medida, de aceptar esos cambios.

Somos los que tienen que arriesgar. Luego están las grandes compañías, han de ser capaces de apostar por los nuevos emprendedores en la medida en que ellos puedan ayudarles a producir cosas mejores y luego la política, los gobiernos, han de ser capaces y han de ser líderes en ese proceso. Tienen que ser capaces de entender esto no como un estatus electrónico o como una moda, sino como el verdadero modelo de cambio de su país, han de liderarlo y estimularlo, no es necesario que lo subsidien pero sí estimularlo, han de ayudar a que eso suceda.

Vivimos en una sociedad gratuita, pero parece que cada vez más se quiere monetizar algunos productos  digitales (libros, películas, programas). ¿Por qué no es una tendencia generalizada?

Bueno, porque tienen que esforzarse en salvaguardar su modelo de negocio. No se han dado cuenta, en su mayoría, de que vivimos en una sociedad gratuita, y por eso lo aguantan.

Las compañías discográficas, las editoriales, no se han dado cuenta de que su modelo de negocio murió y en estos momentos esforzarse en que el costo que tiene escribir un libro y llevarlo a la venta no puede ser el mismo ahora que antes, porque antes requería una distribución, una tienda, una imprenta, una serie de elementos que en la cadena de valor incrementaba el costo y el precio.

Ahora mismo yo escribo un libro y lo pongo a vender en la Red, y no necesito a nadie, y la campaña me la hace la propia Red. Tienen que entender que su valor añadido ya no es el que era, ¡es un error!

Para quienes quieren conocer más a fondo las ideas del español, en su propio blog Marc Vidal compartió los planteamientos  que plantearía en su conferencia en Bogotá.

 

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Aquella burbuja laboral

Para aquellos que estén buscando trabajo aporto algunas de las ofertas laborales que alguna de mis empresas proponen. Son para cubrir 18 puestos de trabajo en 7 países distintos, en 11 ciudades y para diversos conceptos. Si te apetece y sientes ganas de incorporarte a un proyecto global con espíritu emprendedor díselo a mi equipo. Un consejo sobre los que duden en aprovechar algunas oportunidades pensando que “o es una oferta débil” o “ya vendrá algo mejor”. No vendrá nada mejor. Tomad la oportunidad, la casualidad de estar seleccionados en un momento concreto, como la opción de mostrar, de evidenciar que sois válidos y eficientes. El mercado laboral español sólo va a estrecharse, a deteriorarse y a depender cada vez más de factores externos que no controlamos. Las ofertas también son para residentes en los países que salen en el website. Nuestra prioridad ahora mismo son los desarrolladores, pero también los consultores en innovación. Que los candidatos sean lectores y amigos de este blog es una de las cosas que más me ilusionan pues es más fácil definir mi estilo a gente que ya me conoce.
Sobre la burbuja laboral que vivió este país obviamente no queda mucho que decir de lo que ya dije en su día. En agosto de 2009 escribí sobre una burbuja laboral que me parecía un insulto seguir soplando. Poco después los modelos alemanes para soportar la sacudida provocaba la duda generalizada. Aquí os copio lo que comenté en julio de 2010 y que ahora, por desgracia, como dice la frase final, “nos ha reventado en la cara“.

No sólo tenemos burbujas laborales en España. Hay otros creativos de la ecuación maquillada del paro. La que fuera considerada una de las decisiones laborales más efectivas para evitar que la tasa de desempleo aumentara en Alemania está empezando a tomar un tono muy pálido. Ese modelo de “trabajo reducido” tiene efectos secundarios. En principio podemos aceptar como válido el hecho que el Gobierno alemán hizo una gran labor en mantener a límites bajos el desempleo durante la recesión, no hay duda de que sus políticas han sido sumamente exitosas, pero el problema es que el mercado de trabajo, y por extensión el gasto de los consumidores, no recibirá el impulso que debería durante la recuperación económica. Es problable que en el momento que la economía repunte, el modelo laboral alemanán no esté en su mejor disposición y haya perdido competitividad por culpa de aumentar el volumen artificial de su envergadura.

Mientras la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial hizo subir el desempleo en Estados Unidos a 10,1% por ejemplo, el nivel más alto en 27 años, en Alemania la tasa comparable cayó a 7, el nivel más bajo en 17 años. En vez de despedir trabajadores cuando la economía se contrajo un 5% durante todo el año pasado, los alemanes buscaron fórmulas para incentivar la contratación. El método era tan sencillo que asusta. Reducir jornada y aumentar personal. Eso podría estar bien si no fuera porque el sobrecoste de ese aumento de trabajo “artificial” lo pagaban todos los alemanes. Así no vale. De ese modo todos somos capaces de mantener las tasas de empleo. ¿No?

Al más puro estilo SEAT en España, algunas empresas alemanas fueron subsidiadas por el gobierno germano. Siemens o Volkswagen fueron ayudadas para mantener sus niveles de ocupación  con horarios de trabajo reducido, salvando de este modo cerca de un millón de empleos. Está claro que no es oro todo lo que reluce y los que parecían los artífices de un milagro laboral que suponía la capacidad de aumentar el empleo en plena recesión era un pufo.

El llamado Kurtzarbeit o trabajo reducido “permite a las empresas a efectuar semanas laborales más cortas para bajar los costos” durante las épocas de demanda menor. Éstas pagan solamente las horas trabajadas y el estado aporta hasta el 67 por ciento del salario restante“.

Algo así como el bulo del “abaratamiento del despido” en España, que al final lo pagamos todos. Podríamos definir todo esto como un artilugio por aumentar el gasto público a costa de medidas aparentemente de “alta ingenieria” socioeconómica. Menudo bulo. La mayor crisis económica de los últimos dos siglos resulta que se ha evitado creando dinero, repartiéndolo a diestro y siniestro y se acabó. Pues no se acabó. Incluso Alemania va a tener que buscar el mecanismo de arranque de un motor gripado. Los alemanes mantuvieron el programa inventado a 1,5 millón de empleados en más de 63.000 empresas salvando casi un millón de empleos en 2009.

“Esta idea no es nueva, data de 1910, cuando el Gobierno indemnizó a los trabajadores que fueron pasados a horarios más cortos en la industria de fertilizantes y potasa durante una caída de las ganancias. Luego, en 1924, cuando el desempleo trepó a 11 por ciento, el Gobierno introdujo en todo el país políticas de trabajo reducido similares a las utilizadas en la actualidad. Una cuarta parte de la fuerza de trabajo alemana se inscribió en ese momento en el programa. Innovar no es eso, aportar politicas activas para solucionar la crisis tampoco”.

Eso no se puede mantener sin plazo final, en el mejor de los casos te revienta en la cara.

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Colombia 3.0 y la hipersociedad

Mañana en el encuentro Colombia 3.0 daré una conferencia sobre economía digital, los cambios en los modelos de producción y acerca del ecommerce social. Os adelanto que eso será como una excusa pues lo que yo quiero exponer es como todo ello ha sido afectado por un nuevo modelo de transmisión del conocimiento. Con el tiempo y la distancia, en un futuro cercano interpretaremos correctamente el significado de estos días, meses o años. Vivimos cambios en todos los órdenes de nuestra vida y apenas somos capaces de calibrarlos. Este jueves en Bogotá hablaré de lo que esa mutación digital está provocando en el comercio y en la economía de escala.
Cuando teorizo sobre el social commerce o de las propias oportunidades del ecommerce en la nueva hipersociedad intento alejarme del conocido f-commerce (comercio electrónico insertado en facebook) o de las estrategias complementarias a la venta electrónica que utilizan algunas redes sociales como canal de venta. No, yo hablo de otra cosa, lo hago de un complejo ecosistema de interacciones que, tambien en las redes, se conectan, distribuyen y relacionan en múltiples formatos y dispositivos hasta generar tendencias de consumo inteligente.

En primer lugar defino el momento actual como un instante en el que vivimos un estallido único en el que la humanidad está viviendo dos cambios trascendentales a la vez: una revolución en el modelo productivo que ha llegado para quedarse donde las ideas poseen más valor que lo que se fabrica con ellas y una revolución en como el ser humano transmite su conocimiento, puesto que ahora lo hace de manera integral, transversal y socializándolo como nunca antes. Poco tiene que ver esencialmente con la creación de Facebook, Twitter y otras herramientas de comportamiento y relación social. Hablo de algo mucho más orgánico y estratégico, que sobrevuela todo ello, es un cambio de criterio y de concepción. Todo cambió y eso, que se estimuló con la tecnología, ahora está tatuado en la realidad y no se puede borrar. Retorcerse de rabia por emprender un proyecto empresarial y acomodarlo a los nuevos espacios y relaciones humanas es precisamente una de esas características emergentes de las que hablo.

La otra revolución es la de la transmisión del conocimiento. Un cambio que también ha llegado para quedarse. No hay alternativa ni la deseamos. El poder individual florece en la distribución de su razonamiento. Nunca antes habíamos sido capaces de transmitir a mayor velocidad y con mayor fiabilidad un dato, una idea, un modelo o concepto.

La imprenta fue eso en su momento, un salto cualitativo como lo fuera la creación de la escritura en su día. Ahora lo digital se convierte en ese elemento transformador inédito en la fase de conectar el conocimiento humano. Que eso suceda en el preciso instante que los modelos productivos también se ven afectados como nunca antes, modificando cadenas de valor, beneficios y procesos, no ha sido casual, pero si será algo que se lo va a llevar todo por delante.

No todos lo están entendiendo y parece hasta algo bueno que sea así. La política sigue a años luz y muchas empresas permanecen en un limbo denso donde tampoco logran entender el verdadero valor de lo que vivimos. Seguimos culpando a lo financiero, a lo político, a lo hipotecario y a miles de elementos tradicionalmente responsables de las desgracias y miserias humanas. Tal vez lo son, pero también son responsables de no haber detectado que esto estaba cambiando, que los modelo de gestión, producción y distribución estaban deteriorándose sin remedio y que se debía generar un espacio receptor para todo ello urgentemente.

Por eso sé que liderar este cambio es cosa nuestra, tarea de emprendedores, de creativos, de innovadores, de gente que gestiona el miedo y los retos adecuadamente, de seres activos en entornos digitales y de la inteligencia colectiva tatuada en la red.

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Claves del negocio en internet

Hace unos días me entrevistaron en El Comercio de Ecuador para la revista Líderes. Hablamos de emprender, de hacerlo en la nueva economía digital y de cómo Latinoamérica estaba afrontado ese reto. Comenté que todo está cambiando y que, aunque emprender es una actitud hay elementos que identifican estos tiempos como un instante único y revolucionario. En mi opinión vivimos varias revoluciones a la vez. Por un lado la de las personas, una alteración genérica e imparable del modelo productivo que nos afecta y, por otra, la de la transmisión del conocimiento humano que nos engloba y nos define.
La nueva economía, la hipersociedad y el knowledge social son mucho más que marketing o modas, son los patrones de un cruce histórico de cambios, una quiebra del sistema en el comportamiento socioeconómico de la especie humana. Entenderlo como un anecdótico comportamiento publicitario o como una herramienta de generación de tendencias entre comunidades es un error y la pérdida de una oportunidad única para trascender a sociedad “empoderadamente” inteligente.

La cuestión es no detenerse. Imaginemos un desierto. Dos ciudadanos anónimos esperan hace horas que alguien los saque de ahí. Si el tiempo pasa y nada ocurre seguramente morirán. Uno de ellos empieza a andar. No hay dirección concreta ni plan. Sólo intuición y valor. El otro espera que llegue un helicóptero. ¿Quién tiene más opciones de salvarse? Seguramente ninguno tiene muchas, pero el que espera sólo hace eso, esperar. El que decide andar disfruta del propio sacrificio, del reto y de su voluntad de emprender un proyecto para sobrevivir. Digitalmente eso no se diferencia. En la entrevista reflejo algunos elementos que si distingue un negocio analógico de otro que se entronque en la red.

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