DESPROPOSITOS EDUCATIVOS

Aun a riesgo de ser tachado de anticuado debo confesar que me pierdo con eso de los cambios en la enseñanza, con las reformas y contrarreformas, con las modificaciones y los catálogos educativos. Yo vengo de la generación de la EGB, del BUP y del curso que desorientaba universitariamente, el COU. Seguramente nuestros padres debieron encontrar aquel plan excesivamente blando comparado con el sistema educativo que ellos sufrieron y nuestras evaluaciones continuadas eran una broma contra aquellos míticos, por desconocidos, exámenes de estado. Pues ahora me pasa a mi.

La nueva reforma contempla una novedad. Se podrá pasar de primero a segundo de bachillerato con la mitad de las asignaturas suspendidas. Para algunos será muy avanzado, pero para mi es un atraso. Te concentras en las famosas “marías” y ya tienes el número de aprobados necesarios para pasar de ciclo. El resultado es que si ya te costaba el curso anterior, ahora el curso se complicara el doble. Al parecer la cuestión principal no será aprender, sino pasar curso. Hay que evitar los repetidores, que queda feo y es poco moderno. Hay muchos motivos para encajar mal un curso y no por ello se debe estigmatizar al repetidor. Es una garantía de adquisición de conocimientos. Algunos brillantes licenciados que conozco fueron repetidores de BUP y pésimos estudiantes de EGB.

Al parecer la decisión está tomada y no pasa nada. Si los aprobados han de bajar el nivel a fin de que los suspendidos lo puedan equiparar es por solidaridad adolescente. Este torpe mecanismo se reproducirá uniformemente hasta la universidad, un lugar que hoy en día no deja de ser a una prolongación de la escuela y donde la inmadurez es una colección de privilegios absurdos. La enseñanza y su estructura definen el embrión de la sociedad futura, genera conciencia y procura el debate, permite adquirir la base intelectual y de conocimiento para poder desarrollarse de un modo adulto y culto. No obstante, medidas como la de permitir que se pase curso con graves deficiencias formativas desembocará en un país lamentable.

Solo encuentro una explicación. Debe ser que quien se inventa estas cosas lo que pretenden es que todo el mundo esté a su nivel y por ello intentan evitar que los jóvenes suban bien preparados con una base sólida de conocimientos y con una plataforma critica como ciudadanos. La verdad es que si existiera una asignatura que valorase los despropósitos, algunos políticos sacarían sobresalientes de forma regular y continuada.

www.marcvidal.cat – Comentarios en la versión catalana

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