Marc Vidal - Conferenciante, Divulgador y Consultor en Economía Digital

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Robots en los consejos de administración

Hace varios días que lo supe. Ayer lo releí. Deep Knowledge Ventures, una empresa de Hong Kong ha contratado una herramienta de inteligencia artificial que ayuda a predecir la magnitud y valor de cualquier inversión en empresas biotecnológicas. A través de esta tecnología, un robot casi tomará decisiones en el consejo de administración esta compañía. Se avecinan tiempos duros para los analistas financieros. Parece ser que la inteligencia artificial cada vez será menos artificial y se convertirá en algo más natural y eficiente en la toma de decisiones de alto valor.
La empresa británica dedicada a la biotecnología y a la medicina regenerativa, Aging Analytics, desarrolló este robot cuya ecuación automatizada recomienda y autoriza inversiones. Para ello, en esta caso y de algún modo, el algoritmo en cuestión ha sido nombrado como miembro del Consejo de Administración.

Vital’ es el nombre del robot en cuestión. Se trata de un software con la capacidad para analizar tendencias en las bases de datos de compañías relacionadas con la ciencia y con ello predecir inversiones de éxito. Su nombre proviene de ‘validating investment tool for advancing life sciences’ (herramienta que valida la inversión para el avance de las ciencias de la vida). Así, sin anestesia.

Se ha comentado que Vital ya ha realizado dos predicciones exitosas. Se asegura que aún no ha podido ‘votar’, solo aporta datos y elementos de juicio pero parece posible que si sigue siendo tan efectivo, Vital, podría ‘exigir un puesto ejecutivo en el Consejo, ¿no?

Ya en mayo nos informaron que Vital era el sexto miembro de la junta directiva de esta empresa. De hecho se le trata como a otro miembro. Los ejecutivos esperan que con el modelo de aprendizaje progresivo que va teniendo el robot pueda adquirir capacidad de decisión independiente y no solo hacer sugerencias como ahora. Hay quien asegura que se podría validar su voto como consejero no adscrito en la consulta sobre cualquier disposición final en una inversión en menos de dos años.

Aunque nos parezca lejano y extraño, incluso poco fiable, debemos observar todo esto con detenimiento. No es tan lejano. No es tan diferente a muchos de los procesos automatizados en los que nuestra vida discurre. Ahora mismo, la diferencia entre la ‘sugerencia’ automática y la ejecución predictiva es cada vez menor. Vivimos en un bucle electrónico que decide por nosotros un buen número de veces cada día.

Hemos leído sobre periodistas automáticos, coches sin conductor, mercados sin intervención humana, barcos sin tripulación, un mundo sin intermediarios, sexo robótico, datos masivos trabajando debajo de nosotros y ahora se aproximan más innovaciones cada vez más sintéticas y difíciles de descifrar para un humano. La toma de decisiones por una máquina no debe asustarnos, sino todo lo contrario. Los errores se van limitando. El objetivo es que este tipo de software tomen decisiones por sí solos y que se les pida cuentas de sus actividades como a cualquier trabajador.

A la tecnología no debemos tenerle miedo. Está y se quedará. Los robots nos harán la vida más facil y más nutritiva. Nos van a sustituir en casi todo y mejoraran la sociedad y sus derivados mientras nosotros haremos otras cosas. Es así y no hay vuelta atras, solo podemos irnos preparando, estableciendo el espacio, el modelo y el control de los tiempos. Los automatismos llegarán a cambiar, incluso, el valor de la experiencia y del razonamiento ante una duda.

Estos días hablaba con algunos desarrolladores tecnológicos sobre esto y me confesaban que ellos conviven con robots todos los días y que sería genial que esos robots empezaran a tomar decisiones sin margen de error, les ayudarían mucho a mejorar y ha ser más eficientes. ¿Contratarías un robot para tu empresa? ¿Le dejarías tomar decisiones y las aceptarías ciegamente?