Empleos de alto valor que se van a ventilar los robots ya mismo.

¿Te preocupa que los robots te quiten tu empleo? El Financial Times te echa una mano para ver si lo tienes crudo o no. A través de una aplicación puedes comprobarlo. Introduces tu sector, tu especialidad y las actividades que desarrollas y, en un instante, la calculadora del McKinsey Global Institute te dice el riesgo que tienes de ser sustituido en los próximos cinco o seis años por un artilugio robótico o un sistema inteligente. Habla de que como máximo será un tercio de esos empleos los que sufran la sustitución traumática. 'Solo' uno de cada tres. Hagan sus apuestas. Tengamos en cuenta que ‘robot’ en este caso serían algoritmos inteligentes que se ejecutan en plataformas informáticas diseñadas y entrenadas específicamente para sustituir a humanos en tareas que ahora realizan estos. 

 

De los resultados hay cinco que no suelen salir en las habituales listas del Top Five de la Robocalipsis y que, si se detalla adecuadamente el formulario, se muestran como en zona de alerta. Se trata de algunos mandos intermedios, los comerciantes de productos básicos, los redactores de informes, los contables y los médicos. Es muy curioso apreciar como los llamados ‘empleos de alto valor’ pueden estar en mayor riesgo que otros que se les considera de menor escala. Es muy improbable que los asistentes y enfermeros sean sustituidos por robots por su necesaria actividad 'humana', pero los doctores podrían encontrar un serio contrincante a la hora de diagnosticar en la inteligencia artificial.

Según la Universidad de Oxford, el 47% de los empleos en el mundo occidental se van a automatizar en dos décadas. Si tienes treinta años o cuarenta, en algún momento te va a tocar sí o sí. Ya sabemos que los que tienen que ver con las tareas repetitivas, conductivas o de escasa necesidad creativa, tienen los días contados. No obstante, la versión oficial de todo esto es más que revisable. Ahora bien, hay cinco profesiones de ‘cuello blanco’ que van directas a la gran batalla contra una máquina y que, según uno de los grandes consultores de empleo en el mundo, Shelly Palmer, tienen los días contados. Al final del artículo procuraré dar la clave para no sucumbir a este ‘susto o muerte’.

Quedan esperanzas. The National Academies of Sciences, Engineering and Medicine convocaron un comité para investigar el impacto de la tecnología en los empleos. En un estudio de 184 páginas, 13 expertos en economía e informática concluyeron que no tienen suficientes datos para determinar exactamente cómo la automatización, los robots y las innovaciones están afectando el empleo. Sin embargo si que hay datos. Muchos ejemplos que demuestran como está derivando. Casos concretos como el de Fedex u otros. De hecho hay gente que ya habla de que el empleo, como concepto, va a desaparecer en 60 años. Para todos los gustos. 

Pero vamos a los cinco que comenta Palmer:

Gerentes de proyectos. Si tu vida gira en torno de la creación y control de bases de datos, hojas de cálculo y software de gestión de proyectos, los robots te están apunto de sustituir. Todo cuanto realizas y que tiene una base analítica lo puede hacer un software, aprender rápido y mejorar lo que haces. Esto va de reducir los costes de ejecución y aumentar los beneficios por eficiencia.

Los vendedores y comerciantes de productos básicos, así como los responsables de compras de esos mismos productos. En todo proceso de compra y venta de las denominadas ‘commodities’, las variables que se manejan en la negociación tienen que ver con las especificaciones técnicas, el precio y la disponibilidad. En ese campo, un algoritmo capaz de analizar inteligentemente todo ese proceso pronto logrará mejores resultados que cualquier ser humano. Al final esto va de resultados y de cifras. Mayor beneficio y menor costo.

Redactores, periodistas y algunos autores. Aunque se contempla el hecho que escribir es algo complejo, redactar informes y noticias básicas no lo es tanto. Analizar documentación, investigar imágenes, o conversaciones y convertirlo en un informe ya es algo que sucede y que sólo hará que aumentar su calidad y precisión.

Contables, gestores y analistas financieros. La contabilidad robótica todavía está en fases iniciales pero actualmente ya interviene en infinidad de asuntos que, hasta hace muy poco, requería de supervisores humanos. La analítica financiera, la gestión contable y el asesoramiento económico tiene un duro escenario desde el punto de vista laboral y de reinvención.

Algunos médicos también lo tienen complicado. Por lo menos los que tienen que ver con la identificación de enfermedades y aplicación de tratamientos. Algo que, por otro lado, parece una buena noticia si atendemos a las necesidades del planeta. La población mundial rozará los 10.000 millones en apenas tres décadas. Va a ser improbable que la medicina pueda atender de un modo humano a esa población. El coste de un médico robótico será mucho menor y su capacidad de atención muy superior. La precisión quirúrgica de un brazo armado conectado a un algoritmo inteligente será tan sorprendente como la velocidad a la que se realice cualquier operación. Ya está sucediendo. Watson de IBM ya curra de médico en una docena de clínicas americanas.

Estas son cinco, pero hay muchas más profesiones. La idea es que tengamos claro que no hay territorio intocable, empleo que se libre ni escenario previsible. Cuando hablamos de ‘como va a ser el futuro’ debemos ir con cuidado. ¿Recuerdas que país mostró en la Expo de Sevilla’92 su plan de desarrollo de algo llamado Internet? Ninguno, nadie hablaba de Internet en la feria de la Innovación por excelencia en aquellas fechas. Nadie. Un lustro después, la red era parte de nuestra vida. Dos décadas más tarde era toda la vida.

Por lo tanto, cuidado con anunciar como será el mundo en 2100, 2074 o 2030. Con hablar de los próximos cuatro o cinco años vamos listos. Mi consejo a empresas, directivos, empleados y clientes en general es tratar este asunto por partes. Primero aceptando que todos tenemos los días contados. Por lo menos en el modo en el que trabajamos. Vamos a trabajar distinto, todos. Por eso es imprescindible prepararse para ello.

El progreso tecnológico ni es bueno ni es malo, sencillamente es. No hay que enfrentarse a él, hay que entenderlo, formarse, abrazarla. La tecnología no viene a ayudar por definición a nadie en particular. En todo caso viene a mejorar las cosas que se hacen. Si te pilla por medio se te ventila. Por eso es mejor adaptarse y modificar lo necesario para que el equipo formado entre tecnología y yo mismo sea una multiplicación exponencial y no una división irremediable.

La gran noticia es que sabemos que viene. No se va a parar. Sabiendo eso no tenemos otra que prepararnos. Negarlo o pensar que ‘me queda tiempo’ es tomar un riesgo que pasará factura. La pregunta no es si ‘me tocará o no’, la cuestión es ‘cuando me tocará y con que tecnología sucederá’. Todos los empleos que van a ser sustituidos, automatizados y robotizados pueden ser, a la vez, generadores de otros espacios laborales que potencien a tu empresa. No lo veas como un riesgo únicamente, míralo como una oportunidad, como una ventaja de incalculable valor.

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