¿Deflación, inflación o hiperinflación? Ninguna de las tres; estanflación.

Aunque nos pongamos todos a vivir de noche, lo que vamos a pagar de electricidad cada mes no parece que vaya a reducirse. Algo que está empezando a afectar de manera importante a la inflación. Aunque no lo muestren de modo claro, la subida de precios es ahora mismo la primera preocupación económica de los bancos centrales. De momento aseguran que el repunte de los precios es consecuencia del encarecimiento de la energía, pero parece que hay alguna razón más: se han empezado a producir tensiones de precios por el 'boom' de la demanda y los problemas de oferta. Por primera vez en casi tres años, la inflación ha vuelto a tocar el 'umbral sagrado' para el Banco Central Europeo (BCE) del 2%. Este nivel de IPC es el fijado como el nivel de estabilidad de precios, a partir del cual surgen los problemas. Veamos cuales son las causas habituales de la inflación y cual es la que nos afecta:

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  1. La inflación por demanda: Aparece cuando aumenta la demanda general y la oferta del sector productivo no es capaz de hacer frente a esa demanda, por lo que suben los precios. 

  2. La inflación por costes: Se produce cuando aumentan los costes de producción, ya sea porque aumentan los precios de las materias primas, de la mano de obra o bien, porque suben los impuestos, lo cual provoca que los productores suban el precio final del producto o servicio para compensar dicha subida.

  3. La inflación autoconstruida: Surge ante expectativas de los productores de que van a subir los precios en el futuro y buscan anticiparse a ellos subiendo los precios primero, provocando que al final se cumplan sus predicciones por haber subido los precios.

  4. Por el aumento de la base monetaria: Cuando aumenta la base monetaria (cantidad de dinero que hay en una economía) provoca que aumente la demanda de productos más rápido que el suministro de los bienes y servicios de la oferta y ello provoca que aumenten los precios. 

Elige cual o cuales nos afectan, pero ¿qué pasa cuando tienes un poco de los 4 tipos? Pues que es muy probable que la tasa actual de inflación se supere durante los próximos meses, algo que podría motivar un cambio en la política de estímulos y obligar a cerrar el grifo de miles de millones de euros cada mes en la deuda pública para contener las primas de riesgo y facilitar la recuperación.

Es interesante analizar qué hizo el BCE en la última ocasión en que se superó el umbral del 2% de inflación. Fue en el año 2018, cuando la economía había cerrado ya por completo su ‘output gap’. Desde mayo hasta octubre de ese año, el IPC se situó en el 2% o levemente por encima, llegando a su nivel más alto, en el 2,3%. Sin embargo no retiró los estímulos. En ese momento, el BCE justificó que la subida del IPC se debía a factores coyunturales y que de ninguna manera significaba la existencia de presiones inflacionistas. Sus previsiones fueron correctas y los precios se moderaron rápidamente, hasta el punto de que en el verano siguiente el IPC cayó por debajo del 1%.

Pero te estarás preguntando ¿Qué ocurre con la inflación? ¿porque hay que contenerla por debajo del 2%? En los próximos meses se van a registrar importantes tensiones de precios en diferentes sectores. Ya están ocurriendo. En Estados Unidos, que lleva casi medio año de ventaja a Europa en la recuperación, anticipa lo que puede ocurrir en el Viejo Continente próximamente. Allí en abril, la inflación alcanzó el 4,2%, lo que supone el dato más alto registrado desde el año 2008, en plena burbuja inmobiliaria. 

Aunque la energía está jugando un papel clave también en EEUU, la subida de precios está siendo generalizada. El coste energético, si sube, se deriva en todos los bienes y servicios que necesitan esa energía para producir. Además se está produciendo un problema de economía básica: hay más demanda que oferta especialmente en materias primas por culpa del colapso derivado de los últimos meses. Hasta el mercado laboral tiene escasez de oferta de mano de obra en las últimas semanas que obliga a incrementar salarios y repercutirlos en lo que se vende. Estas tensiones en EEUU, entre la demanda acelerando y la oferta todavía contenida por lo que hemos vivido están generando importantes tensiones de precios. 

Si se observa el IPC subyacente (el que excluye los dos elementos más volátiles, energía y alimentos frescos), los precios están creciendo un 3% que es algo muy preocupante. Se trata de la cifra más alta registrada desde el año 1996, hace nada menos que 25 años. Estas tensiones de precios deberían ser pasajeras. Sin embargo, también hay un riesgo de que estas presiones de precios se consoliden. Y ese sí sería un riesgo para los bancos centrales y obligaría a replantear la política expansiva actual. 

Para los países más endeudados, este escenario es más que preocupante, ya que dependen de los tipos de interés bajos para mantener el gasto financiero bajo control. Es el caso de España, que con una deuda pública ya en el 120% del PIB, necesita mantener la financiación barata durante varios años. 

Según el último observatorio de la deuda de la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) un incremento de un 1% de los costes de financiación de la deuda, tendría un coste acumulado de 15.000 millones de euros en solo cuatro años. Se trata de una cuantía muy significativa, que supera, por ejemplo, a la recaudación prevista con la subida de impuestos que incorporó el Gobierno al Programa de Estabilidad. La cosa es grave…

Esta es la preocupación. Los precios empiezan a dispararse. Esto suele precipitar la intervención de los bancos centrales. La subida de los tipos de interés y con la deuda que tenemos ahora mismo. Nada puede ser más catastrófico que que los bancos centrales empiecen a endurecer situaciones económicas y empiecen a subir los tipos de interés. 

Así que éste ahora mismo es el gran riesgo latente de la economía. Y es que los precios se están disparando de verdad. La Unión Europea registra precios altos. El máximo en dos años, desde octubre de 2018. Pero es que España tiene una inflación ya del 2,7 por ciento. Un país que está absolutamente parado tiene precios absolutamente disparados fundamentalmente por el calentón, el calambrazo eléctrico que estamos viviendo 

Esa subida de precios es el gran temor económico, porque con ella están obligados a actuar los bancos centrales. Si esta subida de precios es de verdad, el Banco Central Europeo va a tener que subir los tipos de interés. Es decir, subirá tu hipoteca si la tienes a tipo variable. Deberás pagar más intereses en el uso de herramientas financieras con tu empresa. 

¿Pero, es posible identificar lo que va a pasar? Esta es la gran cuestión algo en la que los bancos centrales jamás han acertado, porque una y otra han sido incapaces de ver cuando cambiaba el ciclo de la inflación. Ha ocurrido desde los años 60. En 1967, la Reserva Federal proclamaba estabilidad de precios, cinco minutos después empezaban los 14 años de mayor subida de precios vista hasta entonces.

Catorce años de inflación sostenida que ninguno de los bancos centrales vio llegar. Después llegaron los años 70, los años 80 y los precios crecían a niveles del 10 por ciento. ¿Se están enterando ahora o vuelven a desestimar el tsunami de la inflación? Debemos tener en cuenta que venimos de algo inédito. Nunca hemos parado la economía mundial tres meses y luego la hemos arrancado. Ese experimento no tiene precedentes en la historia reciente de la humanidad, desde que tenemos datos como económicos homogéneos

Tenemos indicadores que nos dicen que esto puede ser transitorio y se debería a que, simplemente, el petróleo hace un año estaba a 40 dólares y con el parón de la economía lo pusimos a 20 dólares. Ahora está dando círculos encima de 60. Entonces hay una parte claramente que es transitoria, que tiene que ver con el arranque de la economía, con cuellos de botella en las cadenas de las cadenas de valor y suministro. Pero la gran duda es si, manteniendo el desempleo actual puede producirse inflación sostenida. ¿Es posible una estanflación? ¿Estancamiento de la economía e inflación. 

Eso te lo cuento más abajo. Sigamos con el incremento de precios. Lo lógico es que entremos en una espiral de subida de precios, subida de salarios, subida de precios, subida de salarios y así ir calentando la economía hasta que los bancos centrales digan basta. Pero ahora mismo están subiendo los precios pero los salarios no. Y esta es la gran amenaza silenciosa en la economía, la subida de precios, la inflación sostenida.

Un cambio de ciclo que implicaría actuaciones del Banco Central Europeo, endurecimiento de hipotecas, endurecimiento de créditos empresariales y recorte en los préstamos a los gobiernos. Entonces, hacía donde nos dirigimos. ¿Que escenarios se pueden dar en el futuro próximo?

  • Deflación: la disminución de los precios. Es decir, inflación negativa. Con un rebote de la economía eso es improbable 

  • Inflación moderada: Elevación lenta de los precios dentro de los márgenes que la economía es capaz de digerir.

  • Inflación galopante: Niveles de inflación donde algunos productos pueden llegar a triplicar su precio en apenas un año, provocando una pérdida tremenda de poder adquisitivo.

  • Hiperinflación: Son aumentos de precios que generan graves crisis económicas, ya que el dinero no acaba valiendo prácticamente nada y el precio de los bienes y servicios resulta excesivo. 

Obviamente cuando alguien hable de hiperinflación no puede hablar de Europa. Una cosa son los titulares y otra los aspectos técnicos que lo definen. Lo grave es que luego tenemos un concepto como te decía antes que es muy chungo. Es la estanflación. La estanflación en un país es la combinación de inflación y decrecimiento económico. Este fenómeno mezcla estos dos conceptos, que cuando se producen a la vez son devastadores para la economía.

En otras palabras, la estanflación surge cuando la economía de un país se encuentra en recesión y a la vez se encarece el costo de vida. Procede del discurso frente a la Cámara de los Comunes que diera en 1965 el ministro de finanzas británico, Ian McLeod. El alto funcionario aseguró que el Reino Unido se encontraba en una especie de “stagflation”, combinando las palabras inflation (inflación) y stagnation (estancamiento).

Se trata de una coyuntura en la que un país sufre el estancamiento de su economía y un aumento del costo de la canasta básica. Es un escenario muy complicado donde se solapan situaciones de alza de precios, aumento de desempleo y estancamiento económico. Nosotros no lo estamos ni lo estaremos mientras la economía se encuentre en rebote. Los fondos europeos son para evitar esto. El problema es que para evitar la inflación que sí es muy probable que se produzca, se pongan en marcha los sistemas de defensa del BCE y amortiguen el crecimiento. Hay países a los que las subidas de tipos les afecta mucho menos que a España.

Por eso y por si acaso, ¿Cómo puede distinguirse que un país se halla en estanflación? Hasta mediados de los sesenta, estos dos graves inconvenientes macroeconómicos (estancamiento e inflación) se creían incompatibles entre sí. Pero resulta que es posible. las tasas de crecimiento negativo y el alto índice de paro puede venir acompañado de una espiral ascendente de precios. Algo que empobrece principalmente a los estratos medios y bajos de la sociedad y dificulta el crecimiento empresarial.

Según el Premio Nobel de Economía Paul Samuelson, la estanflación es un fenómeno “típico de las economías mixtas debido a factores diversos, dónde las sociedades generan mecanismos institucionales como subsidios de desempleo, salarios mínimos, segmentación del mercado laboral, entre otros, que hacen que la economía reaccione de forma distinta a la teoría. Los programas económicos que mejores resultados han dado para combatir este fenómeno son la flexibilidad laboral, la fiscalidad empresarial con incentivos, la distribución comercial menos rígida, la defensa de la competencia, una educación y formación ligada al aparato productivo y una modernización del modelo de crecimiento.

Vamos a vivir uno o dos años de crecimiento fuerte por comparación. Venimos de un 2020 con una caída del PIB inédita. Lo expliqué en un vídeo. Por lo tanto la estanflación no cuenta para el futuro próximo. Pero, si no somos capaces de gestionar adecuadamente los fondos europeos, y eso es algo que no hemos sabido hacer nunca (solo hemos sido capaces de aplicar a proyectos el 38% de los fondos de cohesión europeos durante 12 años y hemos devuelto a Europa el 62% restante), ya veremos que tal con los 140.000 millones que vienen. 

Si no los usamos bien, la economía se estancará en 3 años a la vez que el precio de la energia y derivados se irán encareciendo por que ‘la lucha contra el cambio climático, la sociedad del bienestar y el modelo tecnológico al que nos dirigimos, no es gratis’. 

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