Nuestra oportunidad
Ya llegó y con todo su peso. Nos alcanzó un nuevo modelo económico que no precisa extinguir el anterior. Crecerá agarrado y al unísono a otro que se desmorona. Un modelo más digital, donde el individuo será protagonista de sus propia aventura, donde los negocios no dependerán de un vetusto Business Plan y pasarán a ser seres vivos con fechas de caducidad previsibles, donde la economía industrial dará paso a otra definida por los principios de la propiedad emergente y donde la gestión del conocimiento construirá sus propias autopistas y sus peajes.
Contaba Sir Robinson en una conferencia que una niña de seis años estaba en una clase de dibujo y su profesora le preguntó: ¿qué estás dibujando? la niña contestó: estoy dibujando a Dios, a lo que la profesora respondió: pero, nadie sabe que aspecto tiene Dios y la niña dijo: lo sabrán en un minuto. Obviamente la respuesta de la pequeña demostraba cuanta ignorancia somos capaces de acumular con los años y como nos desligamos del crecimiento íntimo. No se trata de saber más, se trata de vivir más. No se trata de ganar más dinero, sino de crecer como individuo, colectivo u organización, en ello siempre repercute un beneficio económico.
Creo que la realidad debe ser analizada fuera de ella. A distancia. Como cuando decimos que esta etapa de la humanidad no se entenderá hasta que se observé de lejos, con perspectiva, con los años lejanos y acumulados en un curso de acciones encadenadas que nos llevó a este punto de inflexión irremediable. Hablar del fin de un modelo económico puede entenderse de muchos modos, pero para los que estamos todo el tiempo intentando poner en marcha proyectos no puede ser más que un espacio de oportunidad. Estoy convencido que las cosas se van a poner mucho peor, lo llevo diciendo hace mucho y es tremendamente obvio a pesar de lo que nos canten en “do menor”. Sin embargo eso no va a limitar mi pasión por emprender donde sea y a buscar soñadores con los que compartir esos retos.
Por todo eso seguiré tras la pista y las claves de las nuevas oportunidades de negocio según mi criterio, de cómo la nueva economía digital o la innovación empresarial es capaz de generar un nuevo patrón de riqueza y gestión del conocimiento que permita sobrevolar esta situación actual. Seguiré con mi machacona e insistente necesidad de explicar como es un proceso de internacionalizar, de emprender, de generar valor colectivo en cuanto al conocimiento y de adquisiciones, fusiones o nuevas startups. Lo voy haciendo ejemplificando con mis empresas, mis proyectos, mis anhelos y mis sueños, pero también con los de amigos y socios (y viceversa).
Intento cada día, con toda mi alma, ayudar a otros a despertar de nuevo, a toda una masa social esclerotizada que a mi entender es la principal y mayor herida que nos queda de todo esto. Tengo la terrible sensación que muchos ya han tirado la toalla, que aquellos que gritaron hace unos meses que “con ellos no iban a poder” ya no tienen combustible para continuar y que, sin posibilidades para escapar, se han rendido a su suerte.
Espero por el bien de Europa que se vayan por el desagüe la mayoría de sus gestores públicos y sus voceros actuales a sueldo. Si algo bueno trae todo esto es que la voz es colectiva y los gobiernos cada vez representan menos en un modelo de nueva economía dependiente de factores colectivos.
Sin creatividad no hay escapatoria y los Estados no la fomentarán. Tampoco ningún escenario educativo lo intenta proporcionar. Si no se inspira a la juventud, mediante un sistema educativo que genere el deseo de crear difícilmente se conseguirá que se innove y si no se innova no hay empresa. Sin empresa nueva no hay innovación tampoco. Es un maldito pez mordiéndose su miserable cola.
¿Se imaginan al estado advirtiendo a los empresarios pequeños que el modelo económico está cambiando y que ellos son fundamentales en esa transición? Yo si, pero acompañado de un montón de promesas de ayudas que no llegarán. ¿Recuerdan lo que pasó con el sector en el que trabajaba Vicente?
#latinoamerica
Hoy hace exactamente 20 años que viajé a Latinoamérica por primera vez por motivos de trabajo. Fue un pequeño trayecto entre Bogotá y Medellín. Recuerdo como dar un paseo por el parque de la calle 93 con carrera 13 era una especie de safari de alto riesgo y lo era no sólo por temas de seguridad, que también, sino incluso por elementos de mobiliario urbano. Ha pasado mucho y bueno. A lo largo de ese tiempo he podido conocer a los colombianos, por centrarme en un país, que protagonizaron el cambio, la revolución que llaman algunos, la mutación que ha sufrido esa maravillosa capital. Desde hace más de una década, la capital colombiana se ha transformado en una urbe que ha sido elegida junto a Nueva York o Tokio como ejemplo de la buena arquitectura urbana contemporánea.
Pero no ha sido sólo una cuestión de infraestructuras, que también, o de aumento de la seguridad, por supuesto asunto clave, ni tan solo de crecimiento económico, ha sido algo que he podido vivir desde el interior de la moral latinoamericana y de su pasión por descubrir una vez fueron ellos descubiertos. Y esto no ha sido únicamente un asunto que se circunscriba a Colombia o a los países andinos. Durante estos veinte años he podido conocer y trabajar con varios presidentes y cargos públicos de primer nivel en una decena de países latinoamericanos, establecer proyectos en diversos campos tecnológicos, digitales y estratégicos con empresas e instituciones y, también, establecer amistades, vínculos y relaciones que me permiten, todavía al detalle, analizar la realidad de este gigantesco y heterogéneo escenario. América es compleja y diversa, de hecho me cuesta definirla como un espacio único. Ahora bien, os aseguro que, lejos de esos ámbitos de relación que pueden considerarse de “alto valor”, con lo que me quedo y disfruto es con el concepto global del pueblo latinoamericano en sus múltiples y diversas caras. Puedo decir que una vez “los comprendes“ (eso deben decir ellos de nosotros también) descubres que nada es lo que aparenta y que si existe un pueblo que se lanzó a la conquista de su propio futuro fueron ellos. Nosotros somos un continente en plena huída, ellos ahora son un mundo en expansión desde su propio origen.
Me gusta hablar de una ‘tierra reinventada’, de cómo, al contrario de la definición de algunos, América latina hubiera utilizado todo su organismo vivo tremendamente brillante y lo hubiera reconvertido en algo eficiente sin abandonar su esencia. Y es que no la han abandonado. Latinoamérica no es un lugar donde ir a “sacar” lo que ya no se puede obtener en los puntos de origen. Es un error imaginar que “nos están esperando” para que les enseñemos algo. En gran medida los que tienen mucho que aprender seríamos nosotros. Lo he dicho otras veces pero lo creo firmemente: considerar #latam como un granero, como segunda opción tras la ecatombe occidental o como un lugar de fácil crecimiento debido a que “llevamos ventaja” es un error que cuesta caro. Además, últimamente se suma el hecho de que en Sudamérica el crecimiento está desbocado y hace pensar que todo lo que allí se siembra crece casi sin regar. Ese es otro error tremendo. Limitar una estructura empresarial a un agente comercial tipo “partner” con “amigos, primos o cuñados de un viceministro que conoce a uno de los que firman los contratos del instituto de promoción de las acciones innovadoras” es no tan solo un error, sino sencillamente estúpido. Pensar que todas las reglas comerciales e industriales se saltan a la torera en América latina es absurdo. El funcionamiento es el mismo que en cualquier relación comercial pero con indicativos de implantación que no se pueden desestimar.
Me ha costado dos décadas establecer vínculos serios y fiables. Veinte años cuidando relaciones y generando beneficios en ese destino pues sino concedes no te entregan. Seguirá siendo difícil pero nos basamos en el maravilloso escenario que, ahora sí, permite que si has hecho bien el trabajo y has sido constante, los frutos puedan recogerse. Para ello aposté seriamente en los “centros de innovación” en Centroamérica, los “Bridges” de recursos humanos en el Cono Sur y, desde hace menos años, en la estimulación de la comunidad latina más potente del mundo: Norteamérica.
Ahora mismo estamos centrando los esfuerzos en potenciar nuestras filiales en Chile, Ecuador, Colombia, Panamá, Dominicana, Centroamérica, California y Florida, apostando fuerte por los nuevos equipos de Venezuela, Perú y Brasil y empezando a mover proyectos en México, Uruguay y Argentina. En breve prepararé un informe de cómo estamos desarrollando negocio en Asia Pacífico y la Europa menos “tradicional”.
El llamado Indicador del Clima Económico de América Latina se ubicó en enero en 5,5 puntos, por encima de los 5,2 puntos de octubre pasado y de los 5,0 puntos de enero de 2012, según el sondeo realizado trimestralmente por las dos instituciones entre 138 especialistas de 18 países.
El indicador no era tan elevado desde los 5,6 puntos medidos en julio de 2011, antes de que cayera a 4,4 puntos en octubre de 2011 como consecuencia del agravamiento de la crisis económica internacional.
De acuerdo con el estudio, el clima para los negocios subió entre octubre de 2012 y enero de este año impulsado principalmente por la expectativa de que la situación mejorará, ya que la evaluación sobre la actual coyuntura se deterioró ligeramente.
Mientras que el llamado Indicador de Expectativas, que evalúa las proyecciones de los especialistas para los próximos seis meses, subió desde 5,3 puntos en octubre hasta 6,0 puntos en enero, el Indicador de la Situación Actual, que evalúa la coyuntura, bajó desde 5,1 puntos hasta 4,9 puntos en el mismo período.
Pese a que el clima para los negocios mejoró en general en América Latina, en algunos países la situación se deterioró entre octubre del año pasado y enero de 2013, principalmente en Venezuela, en donde el índice cayó desde 3,4 hasta 1,5 puntos; Ecuador, con una bajada desde 5,0 a 4,0 puntos, y Bolivia, con un retroceso desde 6,0 hasta 5,4 puntos.
En Brasil, la mayor economía regional, el Índice de Clima Económico bajó ligeramente desde 6,1 puntos en octubre hasta 5,9 puntos en enero. Paraguay y Perú compartieron el mes pasado la condición de país mejor evaluado para los negocios, con 7,0 puntos, seguidos por Chile (6,6), Uruguay (6,3), Brasil (5,9), México (5,7), Bolivia (5,4), Colombia (5,3) y Argentina (5,2).
Los peor evaluados en enero eran Venezuela (1,5 puntos) y Ecuador (4,0 puntos).
Revolución íntima
Si tienes opción pon música. Te recomiendo algo suave, casi imperceptible que te permita reflexionar mientras lees. Un piano tal vez. Este post precisa de que lo leas con un poco de distancia, la que te otorgará un conjunto de notas preciosas y que servirán como gasa entre lo cierto, lo exacto y lo que percibo y siento. No estoy seguro pero estos conceptos me arañaron sin piedad hace unos días. Hace tiempo hablo de que el mundo vive una revolución histórica y así lo sigo pensando, sin embargo he ido notando que parte de mi discurso sobre que el punto de inflexión fue la erupción de un volcán en 2008, podría ser un error o estar incompleta. Tal vez no estamos ante ese punto exacto de la historia. Empiezo a pensar que estamos ante algo más complejo.
El pasado viernes volando por la zona andina el Boeing que nos llevaba a destino, pasó por encima de varios volcanes activos de alguna u otra manera. Lo cierto es que muchos aun restaban dormidos. Mientras mis ojos escudriñaban los que exhalaban humo y los que no me vino a la cabeza mi vieja teoría del volcán y la lava depositándose conformando una nueva ladera y su relación metafórica con la sociedad y los cambios que estamos viviendo estos tiempos. Pensé que tal vez me equivoqué al describir ese momento histórico y en reducirlo a una sola explosión. Tengo la impresión, viendo como todo se complica cada vez más, sintiendo como los responsables de estimular la mutación no se mueven y apreciando como los protagonistas de despertarse en ese instante no reaccionan, pienso que posiblemente ese vómito de fuego no fue el único y último sino el primero de un conjunto que se irán produciendo. Está por ver si ese enorme cambio sistémico que vamos a vivir se generará con erupciones similares, más leves o mucho más dolorosas. Me temo que debemos conectarnos todos y mucho para no desfallecer en perseguir nuestros sueños colectivamente y en una revolución íntima que se traslade a cada uno de nuestros semejantes. Deberíamos ser capaces de detectar nuestras opciones, sueños y acciones pendientes como indivíduos y sumar como colectivo. Tenemos pendiente una gran revolución económica que se producirá de manera inércica, una social que vendrá atada al curso de los tiempos y una íntima que tendrá que producirse en el interior de cada uno de nosotros.
Hace muchos años me explicaron la historia de un niño que fue al circo con su padre y quedó fascinado con la actuación de un enorme elefante de fuerza descomunal. Al terminar la función, el pequeño vio cómo el domador ataba una de las patas del animal a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, le sorprendió constatar que si bien la cadena era gruesa, la estaca era un minúsculo pedazo de madera. –Papá, ¿cómo puede ser que el elefante no se escape?–, le preguntó. Y su padre le dijo: –Porque está amaestrado–. –Si está amaestrado–, insistió, –¿por qué lo encadenan?–. El padre no supo qué decirle. Antes de marcharse a casa, un anciano que había escuchado la conversación le reveló la respuesta que andaba buscando. –El elefante no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que nació. Posiblemente, al principio tratara de soltarse, empujando con todas sus fuerzas. Pero siendo un pequeño elefante, la estaca era demasiado resistente para él. Y así continuó hasta sentirse agotado, impotente y, finalmente, resignado. Por eso ahora, siendo un elefante poderoso, sigue siendo preso de sus cadenas. Está convencido de que no puede liberarse de ellas. Lo que no sabe es que le bastaría con decir no…
Lo que no sabemos seguramente es que bastaría con decir no a muchas cosas, o tal vez, bastará con abrazar esos cambios con todas nuestras fuerzas y la cuerda se desatará sola.
Cambio sistémico y expandido
Todo sigue su curso hacia la conformación de una sociedad dividida entre ricos, pobres y miserables. En la Europa del Sur, la que va a cámara lenta, todo se precipita. Y lo hace por la indecente manera de explicar las cosas que tienen quienes nos gobiernan. Por un lado en el aspecto político financiero y la manía del ministro De Guindos de negar la mayor. La semana pasada algunas tuvimos acceso a datos que resumían la situación de España según el Secretario General del Tesoro y Política Financiera del Ministerio de Economía y Competitividad, el señor Fernández de Mesa. Este hombre además es el Consejero del Banco de España y de la CNMV. Durante un encuentro presentó un informe que, según él, da los argumentos por los cuales el actual Gobierno considera que todavía no es necesario que España solicite el rescate pero advierte que si será preciso durante el 2013. Es un insulto a la inteligencia pues esperar un desenlace inevitable sólo permitirá que el retorno cada vez sea más duro y complicado.
Los datos del Tesoro Público advierten claramente que algo se ha deteriorado tanto que seguramente no estamos ni tan siquiera en una fase de la crisis sino en algo peor pero no aciertan a definir “qué“. Yo se lo aclaro: no estamos en crisis, eso ya terminó, ahora vivimos una larga y apática etapa de mutación, de cambio sistémico que ha llegado para terminar con todo lo anterior.
La semana pasada dije en televisión que había países en América que no aceptaban avales de empresas en concursos de adjudicación público si estaban sindicados en entidades españolas fueran éstas, las que fueran. Es normal, no paran de mentir y, lo peor, se creen sus mentiras. Ya nadie se fia de nadie y la desconfianza empieza a erosionar todos por igual. Dejando de lado algunas entidades de juguete por no decir de risa que se sienten ahora muy grandes por haber sido “absorbidas” por un pez mayor, cuando en realidad estaban heridas de muerte y se les ha escondido bajo la alfombra del sistema financiero español, aquella en la que toda la mierda se acumula y que cuando alguien quiera cambiarla y la levante le explotará en la cara. Resulta que el regulador financiero de Reino Unido (FSA) ha restringido “la provisión de liquidez y capital por parte de Santander UK al resto del grupo Santander“. Ya se sabía hacia meses la existencia de controles por parte de los reguladores británicos sobre la actividad de Santander en Reino Unido pero hasta ahora no se había evidenciado públicamente. Desde ahora, entre otras cosas, la FSA limitará la exposición del propio Santander británico al resto del grupo y controlará el pago de dividendos que establezcan.
La decisión de la FSA advierte claramente que algo se ha deteriorado tanto que seguramente no estamos ni tan siquiera en una fase de la crisis sino en algo peor pero no aciertan a definir “qué“. Yo se lo aclaro: no estamos en crisis, eso ya terminó, ahora vivimos una larga y apática etapa de mutación, de cambio sistémico que ha llegado para terminar con todo lo anterior.
Vivimos colocados, en una especie de tránsito lisérgico, una modalidad de chute contable que basa sus resultados económicos en la publicación de datos falsos de toda falsedad, en documentar el desastre con trampas semánticas que la mayoría de becarios de redacción se tragan sin masticar y en la inyección indigesta de dinero inexistente por parte de las estructuras públicas que se llevó a cabo durante la primera parte de la mal llamada crisis. El Estado estaba incapacitado derrochar dinero destinado para mantener un armatoste inservible. Lo hizo justo en el instante que medio planeta se enfrentaba a un cambio de modelo económico global.
Tengo claro que los titulares mantendrán esa realidad inducida al mismo ritmo que el ciudadano seguirá perdiendo su propio terreno y su propia capacidad de decidir en su día a día. Por poner un ejemplo, los estímulos económicos que seguirán llegando, aun a expensas de un déficit que también se pintará de color pastel si es preciso, proporcionarán la visión de un oasis temporal a fin de que todo se tranquilice. Pero, a fin de que la sociedad no se alce y no sea capaz de enfatizar su enfado, ninguno de esos estímulos económicos llegará al sector empresarial privado de manera efectiva. No lo hizo antes y no lo hará ahora. De hecho ya nos dicen que “se acercan tiempos de nuevos sacrificios para todos”. Está claro que han tirado la toalla, estos no tienen pajolera idea de cómo arreglar el desaguisado que han montado. Esperan que la inercia traiga la bonanza y siguen sin entender el momento.
Y en eso estábamos cuando la clase media empezó a ceder terreno. Sucede a cambio de que otros aporten la solución o subsidio. Somos la increíble clase media menguante y lo somos en gran medida porque nos da la gana. Es posible que no nos demos cuenta de que los primeros responsables de muchos de los males que vivimos somos nosotros mismos. La velocidad y la fortaleza con la que salgamos de ese tránsito complejo y difícil dependerá en gran medida de la voluntad y la libertad que tenga la gente para afrontar este reto. Será doloroso, pero será. No darse cuenta es un tremendo error histórico.
Es tarea de los emprendedores de todo tipo y de quienes deben estimularlos en la nueva economía, de los innovadores y de los que lideran empresas de base tecnológica en la economía digital y de la sociedad hastiada de tanto modelo tradicional y de modelos de crecimiento viejos y caducados, ineficientes y especulativos, cambiarlo todo, reformar y no permitir que esta enorme oportunidad que la historia nos ha concedido se pierda por las cañerías de una sociedad adormecida. Despertemos a los que siguen en el sofá social y expliquemos que tanta dureza, tanto drama no puede les puede salir gratis a unos y carísimo a otros. Estamos en condiciones de cambiar el orden de esa multiplicación siniestra. Estoy convencido.
Millones de hormigas
Dicen que las crisis son tiempos para las oportunidades. Eso es demasiado genérico como para aceptarlo como norma. Una época de dificultad como la actual no deja de ser un escenario de dificultad añadida al ya difícil mundo de la emprendeduría. El coste de poner en marcha una empresa o un proyecto cualquiera es muy alto en tiempo, esfuerzo y sacrificios. Se debe asumir desde el principio el enorme reto que se te presenta en frente justo en el instante en el que decides arrancar. Si añadimos que esto no es una crisis si no algo mucho más complejo y sofisticado, más trascendental y menos anecdótico, entonces aun me lo pones más claro.
Algo está pasando en el mundo, como decíamos hay un cruce de revoluciones en marcha: la de los modelos de producción y los de la transmisión del conocimiento. Eso es inédito que ocurra a la vez y está repercutiendo en el modelo emprendedor y en la capacidad de hacerlo. Algo está pasando en el mundo y tiene que ver con el hartazgo y la evidencia mostrada millones de veces en la red. Ahora una cacerola es mucho más que un objeto, es una voz global en video, es el Global Noise. Recordemos que hace 15 años una fotografía se hacía con una cámara analógica cuyas instantáneas dependían de un comercio especializado. Luego fueron las fotos digitales y las impresoras, más tarde los teléfonos con cámara y ahora los smartphones que no sólo hacen fotos, las distribuyen de inmediato por las redes sociales, ya no fotografiamos, ahora compartimos momentos, sentimientos y sucesos. Tienen mucho que ver los que se enfrentaron a los saltamontes. El vídeo que acompaña fue enlazado por un buen amigo de este blog y le agradezco la analogía con la realidad. Me gustan estos símiles metafóricos. Me hizo pensar en el valor del trabajo en común, del talento global y de la capacidad de ser uno sólo cuando entre todos nos sumamos en un modelo propio. Pensé en aquellas sequoias.
El emprendedor tiene una morfología particular. Se diferencia de otros individuos por ser creativo en mayor o menor medida, disponer de una gran intuición, incluso si fracasa, de un grado de optimismo patológico que puede perfectamente mezclarse con un espíritu crítico y analítico de la realidad, un emprendedor no es un iluso, es un valiente que decide tirarse por un acantilado sin saber, muchas veces, que le espera allí abajo.
El emprendedor tiene un ADN compuesto por empuje, decisión, observación y energía para soportar los temporales que se encontrara en su camino. En España, además, el emprendedor suele tener dos caracteres más: la paciencia para tolerar la pesada administración pública y su burocracia e inconsciencia bien entendida para sobrellevar el riesgo de exclusión si te arruinas en este país.
Me gustaría destacar que no sólo de emprendedores es la tarea de mejorar nuestro entorno, tiene que ver con muchos otros elementos sociales. La multitud es el todo y es quien debe poner en marcha los resortes del cambio. Los gobiernos y los poderes políticos, públicos, financieros y privados, todos son la clave, pero la sociedad en su conjunto, emprendedores y emprendidos, todos adeudan ese impulso hacía un futuro más equilibrado y activo, donde ser concursante de Gran Hermano no sea el objetivo de millones de jóvenes por que consideran que siendo famoso la vida será más fácil.
No sólo de emprendedores va este post, también de todo lo que conlleva estimular cambios de conducta para tomar las riendas de tu propia vida, seas o no empresario, joven o anciano. No hablamos de estereotipos, pero si de actores. Hay personas que han nacido con una actitud en la vida que los posiciona como agentes de cambio, otros que se ven impulsados a ello.
La mal llamada crisis debería despertar en muchos ciudadanos su inquietud por emprender. Este momento, aparentemente poco propicio para poner en marcha proyectos, es uno de los más complejos por los que pasará la mayoría de las generaciones que les tocaron vivir. Con un endurecimiento del crédito, sin dinero público para invertir en reflotar la economía, con el consumo cayendo y sin expectativas de mejora, el horizonte no parece el más brillante para los que han decidido arriesgarlo todo por una empresa.
Banco malo malísimo
Una enorme bola de mierda nos ha pasado por encima y se lo ha llevado todo. Sin piedad ha convertido todo a su paso en desidia. A medida que rodaba por encima de las cabezas de todos se evidenciaba la enorme mentira en la que hemos vivido durante años. Unos más que otros. Que España está en default es evidente y que eso lo podemos llamar de doscientas maneras hasta llegar al ardor de estómago también. Es absolutamente decadente y pueril el esfuerzo ridículo de la “casta” por la semántica indolora. Que no es un rescate, es un golpecito en el hombro. Que no es una quiebra, es un recorte sin importancia. Que no es una intervención, es una invitación al cine. Son de aurora boreal todos ellos. Se parece mucho este rollo huidizo sobre la intervención de la economía española a aquella “leve desaceleración” que acabó siendo un porrazo planetario. Pues esta también acabará siendo lo que tenga que ser, pero con una diferencia notable que antes no se consideró. La casta europea no es mucho mejor que la ibérica. Estamos rodeados de la mayor merienda de cobardes de la historia moderna. Minúsculos tecnócratas e iletrados políticos jugando a los “países” y a las “conquistas” sin darse cuenta que lo han destrozado todo. El rompecabezas venía sin planos, o se lo tenía estos los han perdido.
Y es que los idiotas siempre han sido una “tribu grande y poderosa que ha influenciado en la mayoría de los acontecimientos de la humanidad” y normalmente por estar al frente de ellos. Y en eso estamos. Europa cierra las puertas por vacaciones y se encamina a la peor de las catástrofes. Será incapaz de gestionar el asunto. La agonía se alargará durante años pues en economía estos figuras han demostrado que se puede ir camino al abismo dando rodeos. Lo peor es que el rodeo nos lleva a un acantilado que está más alto. Fijaros en lo absurdo de algunos planteamientos que hasta mi hijo de siete años es capaz de ver sospechosas. El aumento del IVA responde a un criterio genérico aceptado por la encefalografía plana europea y la fábrica de estímulos sobre el agujero negro digno de estudio.
En ese punto de incoherencia absoluta aparece el banco malo malísimo y nos tomamos todos y aceptamos el tazón de cloroformo sin rechistar no vaya a ser que se nos enfríe. Es increíble. ¿Qué es un banco malo malísimo? Algo que ya lo quisiéramos todos nosotros. Imaginen que tienen un montón de deudas que no piensan o pueden pagar. Alguien viene y te las compra y te dice: “cuando lo que debes valga algo vengo y te lo traigo para que me vuelvas a dar y así quedamos todos en paz”. Es tan simple que asusta.
El nuevo gobernador del Banco de España, Luis María Linde ya está trabajando en la posibilidad de crear un banco malo malísimo que ahora (por aquello de cambiarle el nombre a todo lo que suena mal) lo llamaremos sociedad gestora de activos tóxicos. Además encontrarán al pringao que se lo trague todo: Banco de Valencia. Y va el tipo y dice que haciendo eso se descarta que sea el Banco de España quien se encargue de dirigir el asunto chusco de tanto estiércol financiero. Es de amanecer a las tres. ¿Si el banco malo con toda la basura que no se puede digerir no lo controla el Banco de España quien lo va a hacer? ¿Los gestores de un banco que está en quiebra técnica y que ha precisado de oxígeno? ¿Estamos todos locos? Encima el tipo dice que “no soy un experto en la creación de bancos malos”. Tiene su cosa, pues el FROB al final funcionó como algo parecido. Los puristas dirán que cada cosa a lo que es pero les aseguro que entre dejar dinero a fondo perdido a Bankia y sus secuaces y zamparse todas las hipotecas sobretasadas de este país no se que es peor. Disculpen, si, hay algo peor: “que te vendan bonos patrióticos y luego te digan que está complicado cobrarlos en el plazo o que te aseguren que tus preferentes son ahora una participación subyacente al valor de las acciones en el proceso de gestión del nuevo valor de asignación del propio activo facilitado en el nuevo porcentaje de exposición de las obligaciones de no se quien…” Ellos lo seguirán intentando, y muchos seguirán cayendo.
Hay una ecuación que se cumple de manera irremediable cada vez que se produce un factor. Si De Guindos, Rajoy u otro mandamás sea de donde sea y esté donde esté dice que una cosa no pasará, ¡pasa! Es como saber que sucederá mirando los posos del café en una taza. No dicen nada que sea real y seguramente porque no logran vivir en esa realidad que el resto de mortales tienen que ejercitarse moviendo a ambos lados brazos y codos.
El otro día un dirigente de CiU en Madrid, justo en el día que Catalunya pedía el rescate al gobierno, se vanagloriaba de haber pasado un largo rato hablando con Rajoy y que, a pesar de eso, no habían hablado de Catalunya. ¿De que leches hablaron entonces? ¿De las olimpiadas? Es tremendo pensar que aquellos que tienen que adoptar medidas para modernizar nuestra economía o dirigir y estimular el proceso llevan una eternidad en el congreso de los diputados. Los ministros de economía, en estos países del entorno, o son tecnócratas que provienen de los números gruesos de bancos malos malísimos (en este caso por el valor de sus activos el día que se fueron por la cloaca) o se han pasado la vida dando clases de manual en alguna facultad rimbombante de economía. Ahora si, pagar nóminas o arriesgar el patrimonio por un proyecto propio ni uno. No digo que sea imprescindible, pero seguro que ayudaría a entender lo nocivo de sus decisiones.
Rajoy y Rubalcaba acumulan entre los dos más de 45 años en el Congreso y los dos llevan 20 años como ministros. Es absolutamente comprensible que la crisis del mundo mundial y la de España en concreto les pillara por sorpresa y sin estar preparados. Es una evidencia que la “casta” está a las puertas de perder sus privilegios. La política vigilada ha llegado para quedarse y ya no es fácil que estos tipos se acomoden en sus privilegios. Lo de que 63 diputados (liderados por el ministro de Hacienda) cobren dietas por vivir fuera de Madrid cuando tienen residencia declarada y de propiedad en la capital es una muestra más. Viven dos metros sobre el suelo y poco a poco se les va a hacer bajar.
Vivo lejos, cierto, escribo esto desde un lugar donde mis proyectos logran una mayor aceptación pero sigo viniendo de manera continua y periódica. No es ese, como muchos dicen, el motivo por el que no escribo posts como este, no lo hago porque agota, desgasta y deprime. Hoy lo hago para desahogarme.
Sobre el tema que me ocupa, como ejemplo de la indigencia mental a la que estamos abonados, hablemos del banco malo malísimo. El gobierno español, asesorado por los más imponentes y aventajados economistas del Sistema Solar han llegado a la conclusión que es una gran idea montar un banco malo malísimo con una fórmula mixta en la que se segreguen los activo más tóxicos (dícese de hipotecas que no se sujetan al valor real del patrimonio asignado, por decirlo claro: un montón de dinero que no se sujeta a capital alguno) en sociedades que no consoliden en las entidades financieras. ¡Disculpen! Es más simple, el mundillo de los que mandan decide que meten todo eso en un pote y le ponen una etiqueta que dice “caduca de aquí a un tiempo, no tocar mientras tanto”. En realidad no ponen un céntimo, sólo fábulas. Sin dinero y un ente que cubra las pérdidas eso es una mentira contable, una irresponsabilidad más que conduce al mismo acantilado del que tanto hemos oído hablar hace años en este blog.
La solvencia del sistema financiero español es cero. Supongo que ahora me dirán de todo, pero bueno, uno ya está curado de eso y hasta le da aliento. Las cosas son como son y no como quisiéramos y la aritmética es plomiza. Durante el último lustro no se ha hecho nada por recapitalizar y además se ha ido aplazando “sine die” el grano de los activos, de manera que al final se acabó el tiempo y las represalias van llegando desde Berlín y derivados. El fracaso de ese retraso ha sido evidente. Toca ver a uno de esas marionetas encorbatadas admitir la realidad y decirla en público para avisar, a ahorradores, del boquete que sufrirá el valor comparativo de sus ahorros si esto desemboca donde me da la impresión que lo hará. Que decisión tras decisión todas van siempre en la misma dirección: retrasar el desenlace. Es inevitable porque esto no es ningún tránsito lisérgico por una cosa llamada crisis, esto es el nuevo modelo que aun está por ajustar.
Quisiera decir mucho más, pero me agoto. Ya se lo grité incluso a una diputada, se lo dije a un superviviente del corralito argentino y se lo conté a un periodista que se ha convertido en el máximo exponente de la verdad durante los últimos años de anestesia en los medios. Dije que se había terminado y que había que arrancar cosas. Lo siento, quiero seguir construyendo y que todo este barrizal sirva para que los que lo horadaron se los trague. Para mí, la crisis acaba cada día, hoy por ejemplo. Sumemos.
Por cierto, si lo que deseas es seguir hipnotizado, haz click en la foto y quédate un minuto mirando al centro de la imagen. Seguirás pensando que, esperando, todo se arreglará.
Crea empresas, crea empleo
Ayer en unas jornadas en las que participé sobre emprendeduría, territorio e innovación empresarial, el asunto de crear empresa como valor fundamental a la hora de generar empleo estuvo presente en todo momento. Aparecieron múltiples ideas y se proyectaron diversas opciones de como se puede sobre volar este duro momento. Sin embargo mi teoría define la situación actual como un parto, no como una crisis, un nacimiento de un nuevo modelo económico y social, la génesis de una nueva dimensión incluso del concepto trabajo. Considero que se avecinan tiempos en los que, como ya detectamos, no habrá trabajo para todos, que unos pocos trabajarán mucho y de modo muy eficiente y otros no lo harán y vivirán en condiciones razonables pero sin las expectativas que el mundo competitivo y empresarial procura. Elegir donde se quiere estar, cuales son los elementos que cada uno quiere elegir serán la clave.
Hay personas que si no “trabajaran” serían mucho más “rentables” en términos culturales, filosóficos, artísticos, emocionales o vitales. Si hubiera un modo de que todo no estuviera asentado en la dictadura de lo comercial, el consumo, la eficiencia de costes y los beneficios líquidos, tal vez estaríamos construyendo una sociedad más equilibrada y capaz de gestionar las diferencias entre las personas y sus intereses. No hablo de subsidios ni de subvenciones, hablo de encaje y de aceptación de realidades. El dinero trae comodidad, tiempo, tranquilidad, pero hay individuos que eso lo cambiarían por otros términos menos estructurales. El futuro, estoy seguro que será mejor, pero no necesariamente llegará rápido. El escenario actual es duro, difícil y tremendamente complejo. Es importante en este momento ir definiendo que somos, si emprendedores o poetas, y aceptar cada uno de los condicionantes que conlleva esa decisión. Considero que una sociedad dependiente de los rescates, incapaz de entender la importancia de generar empleo y empresa, de detectar el valor real y no publicitario de los emprendedores, de atender a la llamada empresarial como sentimiento vital y no como algo “nocivo”, alejada de la comprensión del fracaso y distante del reto personal y del espíritu de sacrificio que ello conlleva, es un país, una sociedad o un colectivo empobrecido en lo moral por encima de todo, de lo económico incluso. Ser pobre en libertad individual, en capacidad para tomar las riendas de tu propia existencia es parecido a la ingesta matinal de un buen tazón de cloroformo para desayunar.
Os dejo con las propuestas que muchos emprendedores consideramos de requerimiento forzado para impulsar la creación de empresas y, por derivación, de empleo. La parte “líquida” la aporta este listado de 40 ideas, la parte “gaseosa” la espero pacientemente a medida que este nuevo mundo, esta nueva sociedad del conocimiento, este nuevo sistema socioeconómico cristalice. Tomar las riendas de tu vida es algo opcional pero para los que quieran un consejo: hacedlo, es brillante despertar cada día con un sueño por cumplir, una idea por desarrollar, un reto por concretar, y sobre todo, es tremendamente espectacular hacerlo con el estímulo de vivir mejor, más libre y aprendiendo cada día algo nuevo.
MEDIDAS GENERALES
1. Hacer de España un polo tecnológico: situar el tipo del impuesto de sociedades en un 10% para empresas tecnológicas que nazcan o vengan a nuestro país. En Irlanda, el tipo impositivo al 12,5% supuso una llegada importante de nuevas compañías y sedes corporativas de entidades en expansión hacia Europa: Google, Microsoft, Intel o eBay son algunas de las que han aterrizado en suelo irlandés. Recientemente, LinkedIn, Facebook y Zynga han decidido llevar su sede corporativa europea a Irlanda. España puede posicionarse como un hub tecnológico para las empresas de países emergentes que están llegando a Europa (Baidu, Alibaba, Tencent). Además, podemos ser sede corporativa para las firmas europeas que se expanden haca América Latina (Spotify, Ventee Privée, etcétera).
2. Creación del Chief Innovation Officer con rango de secretario de Estado y comunicación directa con Presidencia del Gobierno. Esta figura existe en otros países como Reino Unido, Estados Unidos, Canadá o Israel.
3. Buscar activamente las mejoras que permiten mejorar en las comparativas internacionales (Informe Doing Business del Banco Mundial, principalmente). En el último año España ha mejorado su posición en el informe del puesto 45 al 44. Sin embargo, ocupa el 133 en el apartado Starting a Business, lo que puede ser un freno para la llegada de emprendedores a nuestro país. Puede establecerse como meta gubernamental la mejora en 50 puestos en este apartado para los próximos tres años (el último año hubo una mejora de 15 posiciones). Y se puede pensar como objetivo a medio plazo la entrada en el top 10 de este ránking.
4. Potenciar la marca España como imagen de creación, innovación y emprendimiento. Fortalecer la imagen externa e interna de los emprendedores. Realizar campañas de publicidad que muestren este cambio en el posicionamiento de España. Mejorar la imagen del emprendedor en los medios de comunicación: fomentar la creación de un programa televisivo donde se valore su figura y se den oportunidades reales de financiación.
5. Considerar Internet como la palanca de crecimiento de la economía y cejar en los ataques. La Ley Sinde agiliza los procedimientos para cerrar páginas web. Por su parte, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) actúa como juez y parte porque se financia con las multas que ella misma impone (más del doble que todas las demás agencias europeas semejantes juntas).
MEDIDAS FISCALES
6. Fijar el mínimo de la cotización de la Seguridad Social de autónomos en 20 euros. En el Reino Unido el mínimo es de 10 libras al mes, que equivale a 12 euros. En España es de más de 200 euros mensuales, lo que supone una barrera a la entrada y un coste fijo no necesario para los emprendedores y autónomos. Bajando el importe mínimo se fomenta el desarrollo de un ecosistema de proveedores autónomos que puedan prestar sus servicios a las start up.
7. Devolución mensual del IVA a las start up. Una empresa recién nacida, con apenas recursos y sin clientes, tiene que dedicar el 18% de su escaso capital a financiar al Estado adelantando este pago que, con suerte, se devuelve un año después.
8. Facilitar la creación de planes de opciones con una tributación más favorable para el trabajador, que permita atraer el talento. Con nuestra legislación, un inversor paga el 21% de su plusvalía en un negocio, pero el empleado que gana dinero con un plan de opciones tiene que pagar el 47% de su beneficio.
9. Permitir que se destine en la Declaración de la Renta un porcentaje a emprendimiento. Crear una nueva casilla del 0,7% ayudaría a financiar las medidas planteadas y a promover un gran proyecto de emprendimiento público-privado.
10. Favorecer la fiscalidad de la financiación de business angels. Que se tribute como inversor personal en start up igual que los fondos de inversión, pudiendo descontar las inversiones fallidas de las plusvalías en las desinversiones con éxito, y una exención del pago de plusvalías cuando los beneficios de una venta se reinviertan en menos de doce meses en otras start up.
MEDIDAS LABORALES
11. Establecer un tope en la indemnización por despido. Fijar un número máximo de meses. Se puede establecer un número de días por año trabajado hasta los dos años y un tope de un número de meses de indemnización.
12. Considerar la previa contratación de desempleados cuando se valoren los costes del despido. En relación con la medida anterior, se puede bonificar a los emprendedores que hayan contratado a personas en paro.
13. Facilitar los trámites de contratación de talento extranjero. Start Up Chile se ha propuesto la entrada de 1.000 emprendedores desde 2010 hasta 2014. Tras una selección de los proyectos, se les facilita un visado de un año para trabajar y reciben una subvención de 40.000 dólares. El coste total del proyecto es de 40 millones de dólares en cuatro años. Start Up Spain podría llevar a cabo un plan similar, con 50 millones de euros de presupuesto. Se podrían atraer 500 start up con subvenciones de 100.000 euros por proyecto. Se podría anular la fiscalidad de estas empresas durante los dos primeros años desde su creación, así como dar facilidades para que estos emprendedores obtengan sus correspondientes visados.
OTRAS MEDIDAS
14. Mayor agilidad en la concesión de licencias para la apertura de locales. Una tramitación más sencilla, que agilice su concesión eliminaría la inseguridad jurídica que se genera con retrasos que pueden ser superiores a los quince meses.
15. Evitar la duplicación de esfuerzos entre las comunidades autónomas. Resulta imprescindible coordinar las acciones de modo unificado, de manera que no se dupliquen los recursos destinados a la generación y atracción de start up. En este sentido, la creación de una agencia al estilo de Start Up Chilefacilitaría la reducción de esfuerzos.
16. Potenciar una auténtica responsabilidad limitada de las sociedades. Las sociedades de responsabilidad limitada en España no existen salvo por el nombre. Hoy fracasar es el fin de la carrera profesional. Si va mal un negocio, no se puede montar otro. Las deudas con la Seguridad Social van contra todos los ingresos presentes y futuros.
17. Eliminar los requisitos de antigüedad a los proveedores de las administraciones públicas. Permitir que las administraciones puedan tener como proveedores a empresas de reciente creación, de modo que se sólo se tenga en cuenta la competitividad del producto.
18. Fijar como práctica de buen gobierno corporativo las compras a empresas nuevas (el 2% puede ser el umbral). Mostrar esta información como parte del Informe sobre Responsabilidad Social Corporativapodría incentivar a las compañías a llevar a cabo esta política de compras. Las del Ibex 35 podrían incluirla en sus informes anuales.
19. Permitir que los socios de una compañía sean autónomos con el 1% del capital de la entidad, en lugar del 25% actual. Hacer posible que la relación entre socios se regule libremente, como un contrato comercial, en lugar de mediante un contrato de empleo.
MEDIDAS A MEDIO PLAZO
20. Promover la continuidad de la gestión de las nuevas empresas antes de su venta, para erradicar la cultura del pelotazo.
21. Potenciar la llegada de venture capital a nuestro país y también dentro de él. Los datos en torno a esta realidad son claros: el volumen de venture capital per cápita en nuestro país es inferior a un dólar. En Israel es 142 dólares; en Estados Unidos, de 70 dólares; en Suecia, de 45 dólares; y en Noruega, de 42 dólares. Para lograrlo, se podría potenciar el programa Invierte Economía Sostenible en el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), tomando como modelos los programas Yozma de Israel.
22. Fortalecer la seguridad jurídica ante los impagos. España ocupa la posición número 54 en relación a la facilidad para hacer cumplir los contratos. Como media, se dedican 515 días a resolver estas cuestiones, con 39 procesos distintos. Mejorar estas circunstancias implica reducir el riesgo que supone la actividad empresarial y, por tanto, emprendedora.
23. Facilitar la salida a bolsa de start up tecnológicas. La Administración Obama ha anunciado recientemente la limitación de los costes inherentes a la salida a bolsa de una compañía. La mayor parte del empleo de las empresas cotizadas se crea tras su entrada en este mercado.
24. Acercamiento de la universidad al mercado laboral. Una buena idea es el fomento de prácticas en empresas durante las vacaciones de verano en los estudios universitarios. Además, resulta necesaria la formación del profesorado en emprendimiento. También lo sería la combinación de pedagogía y contenido, mediante interacciones con emprendedores locales.
25. Emprender, también dentro de la empresa, es la base de la innovación. Es un buen lugar de pruebas para la innovación. Su fomento facilita la generación de potencial emprendedor y la difusión de una cultura en la que no se castiguen los errores. Los equipos multidisciplinares y los procesos de información transversales facilitan el desarrollo de emprendedores internos.
26. Desregular: por cada norma nueva, eliminar dos. Los emprendedores no quieren subvenciones ni oficinas gratis, saben que muchas veces son una pérdida de tiempo. Quieren que les dejen trabajar. No necesitan que la Administración haga más cosas, sino menos. Que se quite de en medio y no ahogue con impuestos a start up que acaban de echarse a andar y ni siquiera facturan aún.
27. Asociar fondos públicos y privados que acerquen la gestión del capital a los emprendedores. El plan Start Up America, que combina la participación público-privada, ha elevado recientemente el umbral que para la simplificación de trámites de recepción de inversiones desde los 5 millones de dólares hasta los 50 millones, manteniendo la protección del inversor.
OPORTUNIDADES
28. El emprendimiento es la única vía para salir de la crisis y el paro. Desde 1977 hasta 2005 en Estados las empresas con más de 12 meses de actividad sólo crearon empleo neto en siete años, mientras que las de nueva creación generaron tres millones netos de puestos de trabajo anuales.
29. España cuenta con tres de las mejores escuelas de negocios del mundo, lo que supone la llegada de mucho talento extranjero al país. De acuerdo con el ranking Financial Times 2011, el IESE es la primera escuela del mundo en programas abiertos de executive education, Esade es la quinta en formación a medida y el IE es la segunda escuela en másteres de finanzas (sin experiencia previa). Tanto IE como IESE están en el top 10 del Global MBA.
30. Necesidad de cambio de modelo de crecimiento económico. El basado en el sector inmobiliario está agotado. La competencia en el sector turístico cada vez es más importante. El emprendimiento se sitúa como una actividad sobre la que construir el nuevo modelo económico, para generar empleo y buscar nuevas alternativas.
31. Oportunidad: precio del suelo, oficinas vacías. En la actualidad, un exceso de inmuebles desocupados, unido a la caída en el precio inmobiliario, puede suponer una ayuda para el establecimiento de nuevas compañías en nuestro país. Según un estudio de BNP Paribas Real Estate, Valencia es la ciudad europea con más locales comerciales desocupados, Barcelona está en la novena posición y Madrid se sitúa en la undécima.
32. España tiene un vínculo grande con Latinoamérica que amplía las posibilidades del mercado. El vínculo cultural y lingüístico también es económico. Desde la década de 1990, grandes instituciones financieras y no financieras han llevado esta relación económica a cifras récord: el Santander obtiene el 44% de su beneficio en Latinoamérica, Telefónica algo más del 46%.
33. Aprovechar el tamaño de nuestro país para atraer emprendedores de otros países de Europa con mercados más pequeños. España es el quinto país más poblado de Europa, con más de 46 millones de habitantes. Es el segundo más extenso, por detrás de Francia, con 505.000 kilómetros cuadrados.
34. Hay una gran oportunidad para emprendedores extranjeros por el desfase español en innovación.Muchos proyectos e ideas nacen o llegan con años de antelación a Estados Unidos, Reino Unido o Alemania. Ejemplos como el márketing de afiliación, las herramientas de eCRM o la publicidad en Internet por vídeo demuestran que España es un buen mercado en el que importar ideas exitosas de otros lugares.
SOCIEDAD
35. Mejorar la percepción del emprendedor en la sociedad. Un 48% de los ciudadanos tiene una imagen favorable de los emprendedores. En cambio, sólo el 38% de los jóvenes cree que la sociedad tiene una imagen favorable de aquellos. Las empresas tienen mala imagen, que nos lleva a hablar de emprendedores en lugar de empresarios.
36. Potenciar la cultura del esfuerzo. Se observa una tendencia en nuestra sociedad hacia la recuperación de la cultura del esfuerzo. El eslogan más popular, establecido por el presidente de Mercadona, Juan Roig, habla de pasar de la cultura del maná a la del esfuerzo. Otros empresarios han expresado esta misma idea de formas distintas.
37. La difusión del emprendimiento en los medios de comunicación. En España, un 41% de la población cree que los medios de comunicación difunden noticias de manera frecuente sobre emprendimiento exitoso. Tan solo superamos en esta categoría a Vanuatu (Pacífico Sur), Grecia e Italia, ocupando el puesto 55 de las 58 economías sobre las que hay información disponible.
38. Educación en innovación desde la enseñanza Primaria. Potenciar las aulas digitales e incluir asignaturas ligadas a la innovación en los planes de estudio. El cien por cien de los expertos consultados coincide en afirmar que la enseñanza Primaria y Secundaria no fomentan actitudes emprendedoras, y sólo el 14% cree que la universidad proporciona una adecuada formación para la iniciativa emprendedora.
39. La aversión al riesgo en nuestro país es un lastre para el emprendimiento. Sólo el 19% de los jóvenes españoles considera que la formación que han recibido les lleva a interesarse por asumir riesgos. Apenas un 12% se considera una persona que toma riesgos. Sólo el 25% de los jóvenes se ve en el futuro dirigiendo su propio negocio, son más los que se ven trabajando para una compañía.
40. El miedo al fracaso paraliza el emprendimiento. En España, sólo 3 de cada 10 jóvenes dicen no tener miedo a ser rechazados por sus opiniones. Sólo 2,5 de cada 10 son optimistas respecto al futuro. El miedo al fracaso es el principal obstáculo de la iniciativa emprendedora para un 66% de los jóvenes.
Cronología de una catarsis
Sigo por tierras lejanas. Cada vez son más los clientes y amigos que piden que les ayudemos a salir del complicado escenario español y buscar nuevos horizontes para sus negocios. Aunque la mayoría lo hacen empujados por la necesidad y no tanto por una estrategia estructural si es cierto que es una buena opción si se hace de manera bien organizada y consultada. El número de emprendedores y empresarios que deciden ponerse en marcha en territorios distantes aumenta desde hace años y a ritmo cada vez más acelerado. Mucho ha llovido desde que aquí habláramos sobre quiebras bancarias, cierres de empresas y aumento de paro que multiplicarían por cinco los que había entonces.
Viviremos tiempos de millones de parados, de huelgas y de altercados en las calles. Los policías se esconderán, los ciudadanos buenos serán atacados para silenciarlos y los emprendedores sólo emprenderán la huida. No vienen tiempos de coyuntura, es una crisis sistémica. Muchos querrán llamarla crisis durante mucho tiempo, pero otros, los que aquí seguiremos, sabremos mucho antes que los demás que eso no será una crisis sino un cambio rotundo de modelo social y económico. Espero equivocarme en lo que interpreto y no me atrevo a escribir. Un país que verá caer bancos, que se disfrazaran con fusiones o con lo que sea pero que al final en 2013 o 2014 o incluso después todos tendremos que pagar. En esta Era de la avaricia, el horizonte se nos presenta oscuro. Durante tres o cuatro años pintarán bastos. Los españoles han saqueado su país, cuya realidad económica vive bajo un estado lisérgico permanente.
Los efectos de este tripi gigante acabaron y ahora, la política y sus actores, deberán gestionar el enorme chasco. El sueño ha acabado y el despertar es como una garrafa de agua helada. Ningún político fue lo suficientemente suicida como para avisar de lo que se avecinaba pues hubiera certificado su derrota electoral. ¿Quién iba a votar a alguien que garantizaba la mayor crisis económica de los últimos cincuenta años y sus recortes y subidas de impuestos sin compasión? Que alguien les explique que no es una crisis. Que es hora de liderar un nuevo mundo. Y se lo advertimos, la cosa se puso más fea en los circuitos bancarios, en los ayuntamientos y sus derivados. Hoy todo eso es ya una evidencia y el peso de lo cotidiano es tan alto que no podemos ni respirar a pesar de que me rebelo contra todo ese malestar tatuado de manera transversal y espero poder retomar mi espíritu optimista y trasladárselo a mis socios, colaboradores, amigos y clientes.
No todo será malo. En muchos casos, la estrechez resultante provocará que algunos servicios que hasta la fecha se hacían sin mesura, deban adaptarse a los nuevos y gélidos tiempos. Las corporaciones municipales que quieran apostar por un valor en el servicio público deberán modificar sus objetivos si estos son faraónicos o desmedidos. Procurarán, los que puedan, atender exactamente a las necesidades de sus vecinos. El entendimiento por mancomunidades será uno de los efectos inmediatos a esta nueva situación. Algunas poblaciones que ahora no puedan afrontar la construcción, por ejemplo, de un polideportivo de según que dimensiones o coste de mantenimiento, podrán asociarse con otras para afrontar el proyecto con garantías de uso y equilibrio económico. Esto es diferente, duro y poco electoral pero no habrá otro remedio. Lo bueno que conlleva es que el dinero público deba invertirse de un modo mucho más eficiente.
Aun recuerdo la noche de hace un año en la que hablé con un buen amigo que vivía en aquel entonces en Grecia y que dirigía una de las empresas más importantes de Tesalónika. Me decía: “ahora me dedico, tras desayunar en casa de mi madre, a tirarle piedras a cualquier coche oficial que pase frente a mi”. Me dijo que así era hacía tiempo, que lo ejecutaba en equipo y rodeado de parados y embargados cada día durante cuatro o cinco horas. Unos días después publiqué algo que me confesaba otro amigo. Este era directivo de una entidad financiera española y decía que “si la gente supiera la verdadera liquidez que tiene el sistema no se lo creería”. Y a todo eso, hace un año, un 15M, la gente salió a la calle y se habló mucho de ello. Algunos regresaron a sus ordenadores, otros a sus reuniones de barrio y la mayoría a un limbo líquido donde se regeneran las pasiones.
El asunto es grave, ahora lo dicen todos los medios. Mucho más tarde de lo que hubiera sido de agradecer. Tal vez, con algo de tiempo, la gente podría haberse buscado la vida y no estar ahora en este barrizal cada vez más siniestro. Seguimos dando vueltas al mismo circuito y ese ahora ya es un cortocircuito que evidencia la majestuosa incompetencia de cuantos nos han dirigido en las últimas décadas y de cuantos se creyeron que la bonanza sobre la especulación no tiene fin. Lo que vivimos es un robo organizado en concepto de socializar las pérdidas y legalizado por la subida de impuestos que no estamos preparados para soportarla ni en el tiempo previsto, ni en la intensidad prometida, y menos para compaginar un crecimiento económico que pueda salvar todo esto a medio plazo. Por mucho que hagamos, el agujero es tan profundo y oscuro que nos engulle inapelablemente. Les pasó a irlandeses, griegos y portugueses y nos va a pasar a nosotros, a los italianos, belgas y derivados. En ese planteamiento de incerteza dramática hay que poner los tacos y preparar el punto de partida. Un nuevo mundo, una nueva oportunidad.
Esto lo escribo, peleando y arriesgando mi patrimonio otra vez, mirando desde las nubes el majestuoso Océano Pacífico, pensando lo lejos que queda todo, incluido mi hijo de casi siete años y recordando sus palabras en Viber: “papá, ¿cuándo terminará la crisis mundial?”. Le he respondido: “hoy”. Esto termina cuando a cada uno de nosotros se nos meta el gusano obsceno de la rabia, de la revolución personal y de las ganas de tomar las riendas de nuestra propia vida. “Me da igual lo que digan que harán por mí, yo sé lo que yo voy a hacer: emprender”.
Que no nos engañen más. Que le digan a todos que no tienen la más remota idea de cómo desmontar ahora el desastre que han organizado. Primero vertiendo dinero sin reparo, ahora retirando los estímulos, luego acelerando la modificación del sistema financiero, luego salvaguardándolo, primero hablando de reformas, luego de impuestos. Que acepten que el desastre es de tal calibre que no hay por donde cogerlo. Yo ya no cuento con ello y por eso me lo monto yo mismo y me lo organizo a mi manera, esperando el fracaso ilusionadamente.
La sociedad que no arriesga, no avanza. Hoy en día el valor de equivocarse parece un síntoma de final irrecuperable, cuando debería ser todo lo contrario. Sólo se hace gigante aquel liliputiense capaz de acumular errores. Un buen empresario no lo es hasta que no ha fracasado alguna vez. En Estados Unidos ese valor prevalece en cada proyecto que sus ciudadanos ponen en marcha. No hay fracaso malo, sólo hay oportunidad fallida. Hay más. En nuestro país y en algunos de nuestro entorno inmediato entrar en default es sinónimo de imposibilidad de poder afrontar otro reto emprendedor en tu vida. Las catalogaciones contra el histórico crediticio te amputan todas las opciones. Ese es uno de los motivos por los que, poco a poco, hemos ido deconstruyendo una sociedad que en su momento estuvo llena de vida.
Por mucho que nos llueva el mensaje a mi no me cuadra tanto discurso emprendedor. Los que ahora hablan de todo eso no son más que los creadores de tanta miseria prefabricada y tanta burguesía de plástico donde se esconde la escasa capacidad para emprender estratégicamente en muchos puntos de la vieja Europa, de producir competitivamente y de activar los pocos recursos que ya quedan en planes de estímulo que generen un nuevo modelo de crecimiento. Y en eso estamos cuando a uno se le quiebran las piernas pensando en sus ahorros, esos que tanto costaron reunir y que en gran medida dependen de “la buena gestión” de los que no vieron o negaron la que se avecinaba. ¡Menudos como para dejarles a sus merced nuestro capital!
Que obliguen a algún banco a digerir en sus balances a una caja con una agujero bíblico, no ayuda mucho a que el sistema cure sus deficiencias. Que se avance la creación de un banco malo no ayuda demasiado. ¿Alguien puede confiar a estas alturas que un banco repleto de basura financiera va a ayudar a que la realidad se convierta en algo mejor? ¿Alguien cree que tomar todos los activos tóxicos de la banca española y convertirlos automáticamente en los activos de una entidad de resguardo lo soluciona todo? ¿Nos toman por estúpidos? El banco malo se compone de las cosas que nadie va a pagar, de las deudas que se deben eliminar en los balances que evidenciarían quiebras y fallidas técnicas en algunas entidades. El gap es que se confía demasiado en que algún día alguien querrá esos activos malos. Si eso no pasa en un tiempo prudencial, la hostia será soberana y todos tendremos que refinanciar el macro agujero.
Foto: Reuters
Adaptarse al cambio
En este blog se habla de modelos de negocio, de gestión de formatos en entornos de nueva economía que puedan sustituir los más tradicionales. Obviamente no es factible mutar una modelo de crecimiento de la noche a la mañana ni tampoco puede ser posible que una territorio que vivía de acumular ladrillos pase a ser el paraíso de la biotecnología aplicada. Eso no puede ser y además es imposible. Lo que si es una opción es revisar como se puede transformar una parte de todo ello a pesar del escepticismo que despierta. No quiero parecer el inventor de nada, ni el vendedor de cosas que puedan ser interpretadas de cambio imprescindible o que, con el análisis de hoy, se pretenda trasladar la impresión que defiendo este tipo de empresas como las “mejores” o “únicas” para el futuro de todos los emprendedores. Hoy sólo quiero dejar una muestra diáfana de por donde van algunos modelos de gestión, de negocio y de innovación en la producción y su consumo que poco o nada tienen que ver con lo que ahora define nuestra modelo socioeconómico que languidece y muere poco a poco.
En un entorno económico en K.O. técnico, los nuevos modelos de negocio que sepan adaptarse, podrán sobrevolar los tiempos duros que aún quedan por soportar. En ese nuevo territorio aparecen conceptos como la economía relacional o de la atención, donde las nuevas aportaciones que las redes sociales y los escenarios digitales distribuidos ofrecen un canal claro para ajustar costes y cristalizar modelos. Tenemos múltiples ejemplos de cómo empresas minúsculas lograron destacar en esos escaparates socializados.
La cúspide del debate entorno a esos nuevos entornos está colonizada por el famoso asunto de los derechos de autor y los activos que pueden ser copiados. En este sentido y para diferenciar factores me interesa que se comprenda que cuando algo es libre, no necesariamente es gratis y que en esa libertad de copia e incluso en su gratuidad puede estar la clave del negocio. Sabemos de grupos musicales que venden más y de manera reiterada por que entregan gratis en un modelo “freemium” algunos de los temas de sus nuevos productos.
Durante un debate sobre economía del futuro (curioso compuesto) tuve una recriminación por parte del público criticando que mi discurso era una repetitiva exposición sobre que el “mundo ha cambiado mucho y que sólo nos quedaba una opción: adaptarnos”. La verdad es que, aun respetando la opinión, me reitero en mi posición. Digamos que en los entornos económicos actuales el valor que más peso específico supone es la de “no erosión” o la de reducir al máximo los elementos que intermedian entre la creación de un producto y el consumo del mismo.
Esto sirve para todo y por ello se debe tender en este nuevo escenario donde limitar la fricción es fundamental, el crear empresas que no precisen de intermediarios en ningún campo, ni vendedores (ecommerce), ni distribuidores (fcommerce), ni publicidad asociada (socialshopping), etc… En ese sentido el producto cultural en Internet es la máxima expresión de la reducción de ese factor, hasta el punto que el soporte y la copia dejan de tener valor ya que con un click puedes obtener una copia. Los que critican ese hecho lo hacen desde el punto de vista de que debe abonarse un importe determinado en consideración del hipotético valor derivado de esa copia y no del uso de la misma. Olvidan que cada una de ellas permite que el producto circule más y por extensión sea más conocido.
Este asunto es válido para los productos culturales y para cualquier otro que pueda ser efectivo en la gestión del comercio electrónico y susceptible de aceptar nuevos entornos valorados en las comunidades en red. La relación de la industria creativa y formal con la distribución libre (que no gratuita) y/o descargas en Internet ha sido muy dura en una primera fase pero eso está cambiando a medida que, esas plataformas comerciales, van comprendiendo el nuevo entorno viéndolo como un aliado más que como un enemigo. La nueva relación “autor-consumidor” suele traducirse, como demuestran las estadísticas en un mayor consumo de esas creaciones.
Que la industria discográfica ingrese menos no es culpa del consumidor, sino de una deficiente adaptación al nuevo escenario. Ahora la gente consume más y por eso compra más también, pero compra en otros modelos y en lo que se ha venido a llamar “long-tail”. El ejemplo más fácil de comprender (radicalizando) es esa larga cola permitiendo que un consumidor compre directamente a un creador de modo totalmente legal tras haberse enamorado de su música en una descarga irregular o de haber escuchado la recomendación de alguien que hizo eso mismo.
En este debate suele malinterpretarse el valor de lo “gratis” y lo “libre”. El malentendido surge de la palabra en inglés que significa ambas cosas con un término único: “free”. Cabe determinar que libre no es gratis. Lo que se puede copiar libremente no significa que tenga un coste cero, pero resulta que Internet elimina la dependencia del autor sobre el soporte y por consecuencia deja de depender de una factoría de grabación que distribuye, promociona y vende sus creaciones. Ahora el autor salvaguarda sus derechos en la copia con lucro o en la venta a precio razonable si es su deseo y puede establecer que lo que le interesa no es la venta sino la distribución para poder vender otras cosas que puedan ser asociadas al primer producto (el que se puede copiar) y que le reporte mayor beneficio incluso por el alto grado de conocimiento en el público que puede alcanzar.
El autor de hoy puede grabar en múltiples modos y espacios de altísima calidad como vemos todos los días, puede tener una producción exquisita por miles de profesionales que así se muestran en la red, puede promocionarse en términos sociales con una potencia que ninguna campaña estratégica y analógica pudiera lograr, puede vender directamente él en su web, blog o plataforma de ventas online y finalmente no precisa distribuir su obra pues está a un click de distancia. Eso es lo que ha cambiado y adaptarse o no, supone la desaparición.
Los sectores financieros, la administración, los medios, la industria y otros siguen empecinados en contrarrestar el peso de lo inevitable: que el usuario o cliente determina y que la ley de la economía básica habla que la supervivencia de un producto se somete al principio de “más rápido, más barato, menos difícil”. Las administraciones, el gobierno inclusive, deberían de atender esas nuevas fórmulas puesto que empecinarse en la protección de los modelos enquistados en los modelos inmóbiles y los deberes asumidos no nos conduce más que al vagón de cola de una economía que no va a esperarnos otra vez.
Lo han hecho con un sistema bancario quebrado por su mala cabeza, lo han hecho con el modelo de fusiones que busca salvaguardar oficinas y estructuras analógicas en una banca cada vez menos presencial y más digital, lo han hecho con el modelo de gestión pública que sigue dependiendo de antiguas fórmulas vinculadas a la democracia participativa en lugar de la democracia deliberativa, lo han hecho con sus enquistadas orgias de debates inservibles en los que una oligarquia sigue decidiendo, lo han hecho manteniendo a base de subvenciones insultantes a mastodontes industriales que fabrican cosas ineficientes como automóviles que no se venden, lo han hecho con los recortes en innovación, lo han hecho con todo. Me temo que los que debieran liderar un proceso determinado siguen presidiendo la pasividad, la incomprensión de la oportunidad que supone la nueva hipersociedad y sus retos, en un cambio de modelo que dejó de ser crisis hace mucho a pesar de que ellos siguen actuando, parcheando y gobernando como si lo que vivimos fuera algo puntual y no estructural. Así nos va, que lo gratis y lo libre se confunden como se confunden la deuda y el déficit.
Why Venture Capital?
Hace unos días hablábamos de los emprendedores freemium. Dejando de lado el acrónimo y el elemento metafórico que buscaba si es cierto que algo está cambiando en el escenario de las inversiones en start-ups. De hecho hay una tendencia que prioriza la búsqueda de capital inteligente antes que la tan ansiada liquidez. En ese sentido hace unos días cayó en mis manos este artículo que lo refleja bien. La computación en la nube, los dispositivos móviles, las redes sociales y otras tecnologías de acceso rápido a Internet, están produciendo oleadas de nuevas start-ups, pero para muchas de estas jóvenes empresas, el capital riesgo es la respuesta equivocada, por lo menos al principio. Os traduzco lo que considero más relevante.
Así lo expresó un grupo de inversores y empresarios que hablaron de Microsoft en Silicon Valley en un evento patrocinado por el Club de Churchill. Con Amazon Web Services y una mirada de otras tecnologías libres o de bajo costo, la creación de empresas es más barato que nunca, por ejemplo. Como inversor, Draper Fisher Jurvetson socio de Heidi Roizen dijo que trata de convencer a la gente de lo bueno del capital riesgo, pero como profesor en Stanford trata de explicar otros puntos de vista.Dice que “todos los estudiantes de mis clases quieren recaudar dinero y hacerlo público y les digo: ¿Estás construyendo un restaurante o un McDonald?”. Añade que “si has creado un sitio web alrededor de lo que te apasiona y ganas 25.000 US$ al mes puede ser un gran logro y un estilo de vida, pero si tras lograr 5 MM US$ de capital riesgo prepárate para darle un exit de diez veces su dinero”.
Internet permite a los empresarios innovar de formas que no son técnicas por ejemplo. (…) Los emprendedores que quieren empezar con empresas de base tecnológica deben buscar la mayor cantidad de servicios gratuitos que puedan. MacAskill, cofundador y director ejecutivo de SmugMug, un sitio web de fotos de 10 años de edad, dijo que, en su caso, el intercambio para los fotógrafos profesionales debía ser rentable por si mismo y no depender de la entrada del capital de riesgo.
En estos momentos, a medida que con mi equipo vamos aprendiendo de la experiencia, estoy convencido que a veces los proyectos son más intensos si apoyamos el modelo con algo de desarrollo tecnológico asociado, que con dinero para localizar esos ingenieros. Si somos capaces de equilibrar esas entradas de capital en el momento exacto estaremos ante succeful start-ups.
Cómo las secuoyas
Hoy replico uno de los capítulos de mi último libro. En concreto el que trata del valor de emprender en red, de la capacidad humana de pensar colectivamente y de estimular con ello los modelos de creación de proyectos emprendedores. Este episodio motiva normalmente, cuando lo aporto en las reuniones de trabajo, una dinamización sistemática e inmediata de la voluntad de colaborar, de crecer en grupo.
Existen muchos modelos de emprendeduría. La que me interesa a mí es la que encaja con los tiempos que me ha tocado vivir, tiempos de tecnología, de redes, de fuegos artificiales y de conversaciones. Precisamente en ese nuevo modelo digital de proyectar empresa está el de actualizar una nueva economía basada en la colaboración y en la experiencia colectiva.
No hay nada más importante en un mundo como el actual, en el que las manadas duermen en las planicies esperando que alguien les informe por donde deben escapar, y donde lo más probable es que nadie cambie si no lo hacemos colectivamente, el valor de lo enredado, de lo cambiante y dinámico se hace tremendamente imprescindible.
Existe un árbol que ha alcanzado los 115 metros de altura. Está al norte de San Francisco y es una secuoya. La altura media de este tipo de cupresácea está cerca de los 80 metros. Son muy longevas, existe una secuoya roja de más de dos mil años que ahí está, esperando que todo cambie a su alrededor.
Lo más extraordinario de este tipo de árbol no es la longitud vertical que logra sino como el mecanismo que utiliza. ¿Qué profundidad deben tener las raíces de un árbol que alcanza esa tremenda altura? Cuando cuestiono esto a conocidos o en charlas públicas, las respuestas son de todo tipo. Cien metros, doscientos, cuarenta, diez, hay de todo. Sin embargo la sorpresa es general cuando descubro la gráfica que demuestra que la profundidad de las raíces de este tipo de planta es muy inferior a lo previsto.
Apenas tienen unos pocos metros de profundidad, hay casos incluso que muestran árboles de casi un centenar de metros de alto con unas raíces de apenas uno de profundidad. El método para soportar la presión lateral es una maravilla de la naturaleza. Las secuoyas sólo pueden crecer en grupo. Las pocas que hay de modo aislado en alguna zona europea (tras una replantación en el siglo XIX) no alcanzan apenas los treinta metros de talla.
Para alcanzar su altura media y su longevidad, las secuoyas son los únicos árboles capaces de enlazarse los unos a los otros hasta el punto que llegan a perder el sentido de quien es uno y quien es otro. Se han hecho pruebas de inyectar un líquido coloreado en la raíz de una de ellas ubicad en un punto concreto y esperar unos años. Tras ese tiempo se descubre como ese líquido puede detectarse en todo el bosque.
Aunque estén unidos hasta el punto de fundirse los unos a los otros, lo cierto es que mantienen su propia individualidad genética y biológica pero si uno de ellos precisa savia por algún motivo, el bosque entero en general, y los árboles más cercanos en concreto, le proveen.
Ese lazo extremo entre todos permite enfrentarse a la inclemencia atmosférica aunque estén a tanta altura y tan expuestos, les permite crecer hasta una altura inconcebible por la naturaleza de un modo lógico.
Estos árboles representan un modelo de gestión en equipo, global, comunitario. Si una de las secuoyas empieza a ceder, si su verticalidad se pierde por algún motivo, el bosque hace fuerza contraria durante décadas hasta que recupera el eje. Todo el conjunto de árboles ayuda a recuperar el punto de equilibrio. Es tremendamente emocionante pensar como se produce ese efecto extraordinario.
Pensemos que importante es esto. Cuando una sociedad es capaz de estructurarse hasta el punto de llegar a la excelencia de grupo es porque es madura, capaz y autosuficiente como colectivo. Pensemos también que atendiendo al ejemplo de estos maravillosos seres vivos que son las secuoyas, y observando lo que pasa cuando no están en un bosque, sólo es posible alcanzar grandes alturas si están juntas, y lo más asombroso es detectar que son todas las secuoyas al unísono las que logran tales cotas. El éxito no es para una, sino para todas. Trabajar en red proporciona el valor a todos. Este proceso de emprender es clave en una sociedad enfrentada a la competitividad mal entendida.
La comunidad es capaz de estructurarse en red, lo demuestran miles de actos y acciones digitales que se han sucedido en los últimos años. Diseñar modos que permitan convertir tanta energía en proyectos y empresas es el reto de nuestra sociedad actual.
Las secuoyas son una lección que como sociedad no debemos obviar. Convencer a nuestro entorno del valor de enredarse y hacerlo digitalmente en una amalgama desordenada de individuos vinculados en redes sociales complejas es la opción que nos queda.
El soldado invencible
Paul Valéry dijo que “la guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que si se conocen pero que no se masacran”. Hay guerras con armas y batallas con otros elementos. Ahora estamos inmersos en una contienda que utiliza herramientas sofisticadas y complejas. Estamos en la batalla por la conquista de la Nueve Economía aunque muchos no lo sepan. Os dejo una historia que sucedió hace mucho tiemp y que seguro os va a hacer reflexionar. Que lo disfruten.
El poeta y crítico francés, líder del movimiento surrealista, André Breton conoció al soldado invencible. Fue durante una gélida mañana de invierno de 1916, en un hospital de guerra francés donde trabajaba como apoyo a los que intentaban evitar que el imperio germano devorara Francia. Fue a primera hora, justo en el instante que parece definirse la barrera entre el día y su noche anterior. Cuando André tuvo que acercarse a uno de los carromatos donde se hacinaban los heridos que llegaban del frente. Frente a las ruedas embarradas, manchadas de fluidos y sangre, con la banda sonora eterna de llantos y lamentos, los mismos que estaba tan acostumbrado a escuchar, contó los cuerpos y se lanzó en ayuda de los que parecían más graves. Como siempre los amputados, los que habían perdido alguna extremidad y estaban prácticamente muertos eran los prioritarios, los que a criterio del poeta, debían ser tratados sin espera. A veces, sólo a veces, alguno de esos moribundos se salvaba.
Aquella mañana sin embargo, una orden cambiaría para siempre su percepción de la guerra y de sus consecuencias. En el momento que André Breton empezaba a engasar las llagas de algunos de los soldados más castigados por la metralla, una orden directa y sin paliativos le dijo:
- “André, deja lo que estás haciendo y ayúdame con este herido”.
El joven artista no salía de su asombro. El herido era una hipótesis, un ejemplo evidente del ileso en plena batalla, normalmente se atribuía ese efecto al soldado que huía antes de empezar, solían ser desertores. No aparentaba tener ni un solo rasguño. Por eso, sin demasiado recelo, giró su atención y continuó con lo que estaba haciendo. Arrugó otro nuevo trozo de tela y la apretó contra la herida de un pobre moribundo sin piernas al que llevaba un rato tratando de taponarle la hemorragia. Pero el mismo superior que hacía unos segundos le espetó con autoridad, volvió a incidir en la misma dirección.
- “André, le he dado una orden, venga aquí ahora mismo y ayúdeme con este herido”
Bretón nació humilde. Seguramente eso le ayudó a entender que, en la guerra, como en la vida, nada es lo que parece, que las cosas que quieres debes ir a buscarlas pues no suelen llegar solas. Desde muy joven supo que las apariencias engañan y por ello, muy a su pesar, abandonó el cuerpo dramáticamente herido que estaba tratando y se acercó a su superior. Éste tenía agarrado de su brazo a un hombre rubio, alto, con la mirada perdida, al que le resbalaban gotas de saliva por la barbilla y que, como evidencia de haber estado en batalla, tenía sangre seca por todo su uniforme. Le preguntó que donde estaban sus heridas, donde debía empezar a desinfectar, cortar, curar. La respuesta fue simple: “en su mente”.
La explicación del suceso que protagonizó ese soldado era escalofriante. Al parecer durante la última contienda en la que su batallón se vio implicado, todos murieron menos él. Un puñado de explosiones detonaron en la zanja donde, desde hacía días, habían estado resistiendo los ataques del enemigo. A medida que la bruma se esparcía, el soldado ileso entendió la magnitud de la masacre. Sin humo de la pólvora que engasara la imagen, pudo ver como era el único superviviente. Todos yacían muertos en la trinchera, sin apenas poder reaccionar, desesperado, con un sentimiento de culpa que sólo pueden tener los que se salvan de una catástrofe, durante unos segundos, minutos talvez, ese hombre enfurecido se limitó a gritar, a desear el mismo destino cruel que sus compañeros. Por eso salió de esa morgue rectilínea y se presentó ante el enemigo gritando:
- ¡Eh! ¡aquí estoy! ¡matadme!
Lo que pasó a continuación no tiene explicación lógica ninguna, pero así lo explicaron los dos centinelas que le rescataron. Dos compatriotas que vieron la atrocidad desde otro comando corrieron a rescatar a los heridos, de allí no pudieron llevarse a nadie más que a un enloquecido soldado que se mostraba con el pecho descubierto frente a un centenar de bayonetas y cañones. Mientras sus salvadores se acercaban no daban crédito a lo que estaba sucediendo. Disparos, explosiones y detonaciones no cesaban en el intento de matar al suicida. Ninguno acertó y en consecuencia, cuando fue apartado de esa posición, su cuerpo estaba intacto. Ni una herida, ni una sola cicatriz, nada epidérmico. La lesión ya hurgaba por el interior de su alma. Ese hombre creyó no estar en ninguna guerra, pensó que todo era producto de su imaginación. Estaba convencido de que todo era una tremenda alucinación que su cerebro le estaba fabricando, una broma macabra que no aceptaba como válida ahora que podía probar, aparentemente, que era invencible. Lo era porque no existía tal batalla.
La verdad es que ante esa realidad, el herido de guerra era el más atractivo de todos para Bretón. Para un aficionado a la mente humana, teórico representante del surrealismo poético, este caso era una especie de regalo. Estuvo unos días tratando aquel hombre hasta que llegó a la conclusión que lo más grave que le podía pasar a un ser humano era alejarse de su propia realidad, abandonar la evidencia del escenario en el que se encuentra y decidir no aceptar la guerra que le ha tocado vivir.
Uno de los principales valores que debe tener un emprendedor, alguien que quiere poner en marcha sus proyectos, sean los que sean, es el de aceptar el territorio en el que nos ha tocado vivir. Aceptar cada una de las aristas que tiene. Para un emprendedor, no darse cuenta que “esto es una batalla real” puede ser tan perjudicial como no entrar en ella. No nos vale creernos invencibles, no funciona ir sin radar, hay que afinar el valor de la prospección. De hecho como decía Simón Bolivar “el arte de vencer se aprende de las derrotas”. Es tan cierta esta frase que, si no sabemos asimilar bien cada una de las heridas que la emprendeduría nos va a deparar, nunca lograremos generar un proyecto sólido. No digo que la suerte no juegue su papel, por supuesto, hay quien sin sufrir una sola herida, saliendo de cualquier trinchera, logra sus objetivos sin recibir ni un solo balazo, pero eso es algo poco habitual.
André Bretón no decía que “lo que amo de la imaginación es que no perdonas”. Dejemos a nuestra imaginación trabajar en paz, sin paliativos, pero no nos olvidemos que la guerra existe y que sin aceptarla fracasaremos irremediablemente. El valor de la prospección es evidente. Para encontrar un príncipe hay que besar muchas ranas, por eso sabemos que un buen proyecto emprendedor no siempre aparece a las primeras de cambio, precisa de insistir. Muchos de los que se retiran en mitad de la batalla lo hacen por que al salir de la trinchera y pensar que no les daría ningún proyectil se llevaron un terrible desengaño. Todos estamos expuestos a ello, pero sólo los que lo prevean podrán pasar al siguiente capítulo.
Una sociedad incapaz de aceptar el entorno que le ha tocado vivir, sin voluntad de afrontar la situación desde la necesidad de ponerse en marcha, asumiendo la realidad y no aceptando lo que otros cuentan, es una sociedad que no podrá afrontar los retos del futuro.
Sobre la edad de jubilación en el blog del BBVA
Hace unos días en el Blog de ActiBva nos pidieron a algunos analistas económicos que reflexionáramos acerca de si la ampliación de la edad de jubilación dará estabilidad a la Seguridad Social o de cual debe ser el modo de articular un sistema de pensiones público para que no peligre su sostenibilidad a largo plazo. Es muy interesante observar los diferentes puntos de vista y las coincidencias evidentes. Os dejo con mi respuesta y os invito a leer el resto.
La pensiones son una especie estafa de tipo piramidal aceptada. El dinero aportado por los nuevos aportantes se usa para pagar a los que salen. Imaginemos que eso deja de pasar a un ritmo soportable. El caso de que deje de ingresarse cantidad suficiente pondría en quiebra el modelo cuando los que salen no pudieran acceder a sus prestaciones. Como ese dinero no revierte en inversiones ni gestiones importantes de activos no se multiplica y el existente es el que se debe reutilizar.
A medida que la clase ejerciente se va jubilando se muestra el envejecimiento de nuestra sociedad y con ello la perdida de cotizantes. Si sumamos un paro estructural que nadie sabe como evitar la cosa pinta muy mal.
Por ello el aumento de dos años para dicha jubilación es la respuesta a una formula aritmética básica que intenta sustentar el modelo público e ineficiente. Se soporta un peso de pensionistas con muy pocos cotizantes. Esa diferencia irá en aumento y el único remedio es ir estirando los límites revertibles. El problema es que todo tiene un límite. Debemos caminar hacia un modelo mucho más permeable y menos tutelar
Apuntalar La Deuda
A pesar de que hay por ahí quienes consideran que la deuda española está bien posicionada y que, sin aportar ni un solo dato, aseguran que sigue en manos de inversores internacionales, la verdad dista mucho de eso. Además, esos que aseguran que nuestros bonos soberanos son un buen producto y que no corre ningún descrédito en el exterior son los mismos que la gestionan o mercadean con ella. Los encontraréis en gestoras “líder” en la intermediación de deuda y mercado interbancario español y obviamente son parte interesada.
A pesar de que hay por ahí quienes consideran que la deuda española está bien posicionada y que, sin aportar ni un solo dato, aseguran que sigue en manos de inversores internacionales, la verdad dista mucho de eso. Además, esos que aseguran que nuestros bonos soberanos son un buen producto y que no corre ningún descrédito en el exterior son los mismos que la gestionan o mercadean con ella. Los encontraréis en gestoras “líder” en la intermediación de deuda y mercado interbancario español y obviamente son parte interesada.
He trabajado en ese escenario y recuerdo los “consejos” para informar en una línea u otra cuando se editaban informes no vinculantes. Pero la verdad es plomiza y acaba mostrando su cara más seria. Resulta que el interés que tienen los inversores nacionales por nuestra propia deuda interfiere y mucho en el valor que la misma tiene. Resulta que ese “dedicado” valor otorgado a los bonos por culpa del apetito por bono español protege nuestra deuda de un aumento de costos de financiación. Es decir, como siguen comprando los de aquí, no se encarece para los de allí. Más de la mitad del bono emitido está en casa, cerca del 59%. Más de doble que el alemán por ejemplo.
La rentabilidad de los bonos patrios a una década se mantienen por debajo de los italianos, griegos y portugueses a pesar de que el porcentaje de inversores nacionales sigue siendo el más alto. Es evidente que tanta entrada doméstica protege nuestra deuda de especuladores que pudiera desmontar el andamiaje. Parece incoherente o raro que la rentabilidad de los bonos españoles bajara (cuanto más seguro es un bono menos rentabilidad tiene) 7 puntos básicos este año, mientras que la de la deuda portuguesa equivalente subió (cuanto más riesgo más rentable) 19 puntos básicos y la de la deuda griega se disparó 85 puntos básicos. Digamos que sin llegar a ese extremo y descontando el apuntalamiento ibérico, la nuestra debería ir aumentando su rentabilidad por riesgo.
Se hace difícil de creer que nuestra deuda siga siendo atractiva cuando continúa el goteo de índices que reflejan nuestra decadente situación. A pesar de las descalificaciones surrealistas que he oído sobre el Índice de Miseria publicado por Moody’s Investors Service, ésta es una buena tabla de análisis, por lo menos sintomática. En esa tasa que conjuga el desempleo con el déficit del presupuesto España aparece como el más elevado con diferencia de la eurozona. Además los pronósticos sólo permiten ver que empeorará. España está en la Champions League del índice de miseria europeo.
Microburguesía Low Cost
En mi columna de hoy en El Confidencial hablo de una nueva clase social llamada “microburguesía low cost“. Un nuevo estrato social que surge de un modelo de crecimiento erróneo basado en el consumo no estratégico que a su vez ha derivado en cuatro clases de pobreza. Aquí os dejo el artículo.
Hace pocos días Cáritas emitió su informe anual. Refleja lo que ya sabíamos. Una ingente masa humana que hasta hace poco se las daba de rico plastificado ahora le toca ejercer de miserable con hipoteca. Como siempre, las comparaciones inmediatas esconden la cruda realidad pues debe hacerse con mayor proyección. La crisis económica ha puesto a más de 800.000 personas en las listas de atención de la entidad de la Iglesia Católica en lo que llevamos de año. Como decía, la comparación inmediata esconde la crudeza del asunto. Es cierto que en 2008 ese número era de la mitad, pero hace dos años era tan solo una cuarta parte. Pero si los números brutos dan miedo, los porcentajes son peores.Resulta que el 36% de los atendidos son personas que acudieron por primera vez. Si abrimos el diafragma un par de años la tasa es siniestra. La mitad de los ciudadanos que han accedido a los servicios ofertados por Cáritas desde 2007 ni siquiera sabían donde estaban esos puntos de ayuda. Una nueva pobreza está inoculando el sistema. Una nueva clase social subvencionada y soportada por herramientas privadas o religiosas que suman lo necesario para que en este país nadie se muera de hambre. Un nuevo estigma socioeconómico compuesto por familias jóvenes monoparentales, con el paro vencido, niños pequeños y con deudas de todo tipo incluyendo tarjetas y créditos al consumo que han ido inflándose con los primeros impagos.
Una sociedad que se está empobreciendo y que, en su miseria, esconde la ineficacia de los estímulos ofertados por la administración. El círculo se va cerrando y toda la metodología que planteaba recuperar un modelo consumista se muestra operativa a corto pero terrible a medio plazo. Es como recoger la mierda con la mano. Toda esa “recuperación” que vamos a tener que digerir durante los primeros meses de 2010 es sólo eso, una “recuperación de un modelo perverso anterior”. Recuperar el consumo exagerado, el gasto especulativo y el crédito desbocado no modifica el sistema que nos ha ido sodomizando poco a poco. En países como el nuestro toda la recuperación depende de “recuperar” la construcción como motor. Menuda recuperación.
En diferentes medidas, pero con parámetros similares, muchos de esos países que ahora reflejan cifras de mejora aparente, también tienen cada vez más capas de empobrecimiento enquistando. Por ejemplo, en Estados Unidos casi 40 millones de personas viven de unos cupones que garantizan alimentos básicos. Incluso algunos comerciantes norteamericanos disponen anuncios en sus tiendas aceptando esos papelitos del subsidio mínimo a fin de acumularlos ellos mismos por si los precisan en el futuro. Es como una nueva moneda en el curso de la pobreza del país más rico del mundo. Atentos.
Y aquí seguimos combustionando cuatro tipos de pobrezas. Por un lado la que ya he descrito, la que proviene del desempleo medio. Una segunda capa de pobreza incipiente es la que constituyen los jóvenes trabajadores e inmigrantes sin contratos cuyo sueldo es tan bajo que sería un insulto llamarlos mileuristas. No alcanzan las necesidades básicas y son atendidos también en la beneficiencia. El tercer grupo es el de la pobreza estructural formada por ancianos y viudas con pensiones ridículas. Finalmente, la cuarta tipología de pobres proviene de una capa de pobres que aun no se ha evidenciado y que se compone de gente muy joven que en estos momentos ni siquiera tiene idea de lo miserables que son. Bajo el amparo de sus padres y de la sociedad del consumo en rebajas constante sus vidas transcurren en una especia de paraíso capitalista maquillado. Son la microburguesía low cost.
El panorama no invita a la tranquilidad. Todo lo contrario. Uno de cada cinco atendidos en las entidades de ayuda privada o religiosa de este país viene expulsado del sistema público.Las listas de espera para acceder a los servicios de ayuda que dependen de la administración superan el medio año. Las previsiones se han desbordado y nada hace pensar que vaya a poder reducirse la demanda de esta nueva pobreza. Cada día son más los expulsados de una sociedad engordada a golpe de visa oro. Aun faltan muchos por incorporarse a esta merienda de pan con pan.
Los parados sin subsidio, los de los 420 humillantes euros, los EREs, las quiebras y la deuda privada fuera de todo límite irán sumando individuos a esas cifras publicadas por Cáritas y otros organismos de ayuda privada. El Estado esconde la tasa de pobreza real de este país, pero esos números van suministrando el veneno necesario para que, por mucho que se estimule la economía, cada vez haya menos masa real para que las medidas sean eficientes. A medida que pasa el tiempo un mayor número de personas dependen del servicio público y menos del estímulo público para, por ejemplo, emprender.
Ahora que medio planeta busca como volver a encauzar el modelo de crecimiento asemejando lo nuevo a lo viejo, la fotografía de miles de personas que hace unos meses pasaba sus vacaciones en la cubierta de un crucero se ha tostado de color y ha pasado a ser la caricatura triste de una realidad insistente. Muchos pensaron que la tormenta no iba con ellos. Es el conocido “síndrome Buenos Aires”, aquel que describe como los argentinos consumían enloquecidamente productos de lujo pocas horas antes del decreto de corralito cuando éste era un secreto a voces.
Lo peor es que el Estado pretenderá hacernos creer que esto es pasajero, que no es tan grave y que las políticas sociales procurarán el bienestar de todos. Eso pronto no lo podrá garantizar nadie. Sin entrar en términos econométricos, solo de pura lógica, un gobierno centrado en acometer las gigantescas necesidades de la sociedad empobrecida velozmente, no puede afrontar políticas que reviertan la tendencia a tiempo real.
Contra el coste de todo este barrizal se expone lo que debe la administración autonómica que ya roza los 90.000 millones, la morosidad bancaria que el Estado cubrirá tarde o temprano y que alcanza los 87.000 euros, la deuda pública emitida que supera el 30% del PIB y el propio déficit estructural. En definitiva, mientras el gasto público aumenta y lo hace fuera de todo control, el requerimiento de soporte de la administración sobre una clase media cada vez más pobre se agranda sin mesura. Esto ya tiene poco que ver con el ministerio de Economía, pronto tendrá que ver con el de Interior y el de Defensa.
¿Quieres ser funcionario?
Para los que se mantienen informados por los mecanismos tradicionales la noticia del día es la rinoplastia de alguna famosa, para los que utilizan los medios digitales lo más destacado es que la crisis ha tocado punto y final, para los económicos que el Ibex va y viene y, en ese territorio de libertad y crítica llamada blogosfera, la cosa que ocupa más espacio es el asunto del manifiesto y su cortina de humo. En resumen, que seguimos lejos del debate real y cada vez quedan menos dispuestos a no pasar por el aro. La noticia que ayer saltaba por los aires y que referenciaba el primer susto importante que se le da a la credibilidad de la deuda pública española pasó sin pena ni gloria. Afecto a la bolsa lo justo y a otra cosa mariposa. Ese es el miserable problema de este embrollo. Pase lo que pase aquí no pasa nada.
Si se finiquita la opción de deuda o ésta es mucho más cara como parece que así será, se acaban el cheque en blanco para subsidios y matapenas. Por ejemplo, se irán retirando las prestaciones esas de la indigencia subvencionada que oscilan entre los 386 y 712 euros y que se conceden entre seis y doce meses. El número real de parados en España ya supera los 5 millones de personas, pero lo peor está por llegar. La orden encubierta del gobierno central a fin de poder garantizar la “paz social” ha sido la de suministrar somníferos sociales a todas las comunidades autónomas garantizando el soporte a cualquier plan diseñado para permitir un peligroso escenario de ayudas económicas de protección social a los parados que hayan finalizado el periodo de cobro por desempleo.
Lo han hecho con el “Salario Social”, la “Renta Mínima de Inserción”, la “Renta de Integración Social”, las “Ayudas de Inclusión Social” y la “Renta Básica Asignada”. En general se obtienen por diversos mecanismos y tienen que ver con aspectos aritméticos confeccionados a partir de las unidades familiares. Lo grave es que esas ayudas tienen cláusulas que prevén el derecho a la continuidad de la percepción en periodos sucesivos de seis meses, mientras persistan las circunstancias que motivaron su concesión. Es decir, el gobierno y sus derivados autonómicos no tienen claro cuando vamos a salir de esta y consideran que, a mejor propuesta, seguirán pagando una cuota insultante a colectivos que no serán ocupados en nada probablemente nunca más. Hay personas de más de 50 años que ya no volverán a trabajar jamás. De su “ayuda social” pasarán a la jubilación en precario y mínimo que resulta de un cociente perverso obtenido de los últimos quince años “cotizados”.
Y es que en España el problema es estructural. Pongamos cifras obtenidas del propio Instituto Nacional de Estadística. En España trabajan 18.872.932 personas de un total de 46.661.950 habitantes. De esos trabajadores 3.029.511 son funcionarios públicos. De los 15.843.421, 2.923.988 perciben su salario por trabajos vinculados en exclusiva con las administraciones públicas. Es decir de los 18.872.932, sólo 12.919.433 pueden abstraerse de las ayudas públicas y de sus cuentas. No puedo incorporar en este resultado aquel asalariado y autónomo que depende de contratos públicos mixtos, lo que aun empeoraría la estadística.
En España hay 15.449.210 jubilados o ciudadanos no activos, 4.123.300 parados según el INEM y 8.219.450 estudiantes. En total, y haciendo la demagogia justa, podemos decir que hay 12.919.433 de trabajadores que aportan todo lo que precisan 46.661.950 en términos de presupuesto público. Obviamente no es un análisis al milímetro pero que si se mira de modo objetivo demuestra lo que si es cierto: parece difícil de soportar este otro déficit, el déficit socioeconómico, pues esos 12 millones son los encargados de establecer los cambios estructurales para modificar el modelo de crecimiento de este país y no parece que se pueda hacer cuando la preocupación máxima será lograr que esos paguen lo que necesitan los otros para subsistir. Queda poco margen para las aventuras.
Ahora bien, mientras nadie ponga coto a nuestra fábrica de dependientes de la cosa pública, esto no va a mejorar. Hace unas semanas en una charla que di en Sevilla ante centenares de universitarios cuestioné quienes de todos ellos pensaban ser emprendedores o montar un negocio en los próximos cinco años. La respuesta fue siniestra: sólo levantaron la mano dos jóvenes. Luego pregunté cuantos querían ser funcionarios y la respuesta fue masiva. Un grupo importante no levantó la mano. No se que es peor.
El expolio de tus sueños, no lo permitas
Alguien nos ve como estatuas de sal. Fijaros: la Secretaria General de empleo, Maravillas Rojo, ha dicho que la cifra de paro actual está en línea con las previsiones del Ejecutivo, que el incremento se ha producido “a ritmos inferiores al año anterior”. Sin que se le caiga la cara de vergüenza asegura que en septiembre del año pasado el desempleo subió en 95.367 personas y que en este año, en septiembre también “sólo” han sido 80.000. De verdad que no pienso analizar ni comentar esos datos ni ese insulto a la inteligencia, prefiero entrar en lo que significa que la clase media se esté evaporando poco a poco y que quiere decir todo ello en un contexto mucho más global.
Alguien nos ve como estatuas de sal. Fijaos: la Secretaria General de empleo, Maravillas Rojo, ha dicho que la cifra de paro actual está en línea con las previsiones del Ejecutivo, que el incremento se ha producido “a ritmos inferiores al año anterior”. Sin que se le caiga la cara de vergüenza asegura que en septiembre del año pasado el desempleo subió en 95.367 personas y que en este año, en septiembre también “sólo” han sido 80.000. De verdad que no pienso analizar ni comentar esos datos ni ese insulto a la inteligencia, prefiero entrar en lo que significa que la clase media se esté evaporando poco a poco y que quiere decir todo ello en un contexto mucho más global.
De momento, el mayor exponente de nuestro drama doméstico, el paro, sigue sin afectar a la clase media en términos generales. Seguimos con un perfil de parado que pertenece en su mayoría a los sectores más débiles. De hecho hay cifras que revelan esta situación. De los 4 millones largos de desempleados, sólo un 2% eran trabajadores con contrato indefinido. Sin embargo, estamos en la sala de espera de una nueva dinámica. De momento el riesgo de perder el empleo está entre los que tienen contratos temporales. Digamos que a iguales motivos, el indefinido tiene 6 veces menos probabilidades de tener que ir a la cola del INEM. El ajuste de plantilla de la mayoría de empresas se ha llevado a cabo a partir de la no renovación. Ese acomodo del sistema laboral en un nuevo paradigma afecta a los jóvenes de un modo insultante. El 36% de los menores de 30 años están parados. Los inmigrantes tienen 8 veces más probabilidades de ir al paro que un nativo. De hecho ya hemos pasado el millón de parados inmigrantes con subsidio. Poco a poco ese veneno irá recorriendo todos los sectores a medida que se reduzcan los procesos comerciales por la falta de capacidad de compra y consumo.
De momento una clase media aparentemente robusta aguanta e incluso se da algún capricho pues su poder adquisitivo ha aumentado gracias a la deflación. Pero el futuro inmediato no tiene previsto mantener esta situación de mercado laboral de tipo dual. El estrechamiento de las diferencias será cada vez mayor, hasta el punto que en menos de dos meses el margen para ajustar las pérdidas de las empresas despidiendo los trabajadores menos caros en términos de costes por rescisión se habrá esfumado.
La clase media es el mecanismo por el cual la Hacienda pública se aguanta y es el garante del Estado tal y como lo conocemos en los términos de bienestar social. Los países ahora dejan de estar en las listas de los desfavorecidos no por el puesto que ocupan sus ricos en el ranking de los que más tienen, sino por la dimensión y superficie de su clase media. Pero parece que la clase media está en franca decadencia. Estamos asistiendo a su destrucción, algo que no será inmediato sino prolongado en el tiempo.
Probablemente no habrá modo alguno de evitarlo y la nueva clase dominante que la sustituya será un estrato social inferior económicamente pero con mayor capacidad de adaptación a tiempos difíciles. Seguramente serán esos que ganan menos de 1000 euros. Jóvenes universitarios recién licenciados aceptando salarios miserables para hacerse con una experiencia laboral que desconocen que utilidad tendrá. A esa clase se han unido obreros con menor o mayor preparación, desempleados de larga duración, inmigrantes, miembros del mercado laboral que son expulsados por ser de mediana edad e incluso aquellos que se encaraman a la pre jubilación. Unos catorce millones de personas sólo en España. El sueldo medio en España en 2006 era de casi 20.000 euros al año. Cuatro años antes, en 2002, era de algo menos de 20.000 también. Es decir, que en los tiempos que la economía española vivió su mejor época, los salarios cayeron en términos brutos si se aplica la inflación. Curiosamente las decisiones políticas que el gobierno español ha preparado para luchar contra un déficit que ellos han creado giran en torno a la destrucción de esa clase media.
Bien analizado veremos que los sueldos se han desplomado pese a la prosperidad económica e independientemente del color del gobierno en los últimos años y que la riqueza creada ha ido a incrementar principalmente las llamadas rentas del capital. Que la clase media tiene los días contados es una opinión personal que cada vez veo con mayor claridad. Creo que la oportunidad ofrecida por esta crisis va a repercutir en tedio y desgana. Toda una generación perdida y un montón de gente anestesiada frente al expolio de sus sueños. Está gestándose un nuevo sistema social polarizado, con una clase tecnócrata reducida y crecientemente más rica en un extremo, y en el otro un tumulto social sin clase donde se confunden las antiguas clases media y baja, con una capacidad de consumo cada vez más limitada y cuyo patrón girará alrededor de los servicios y artículos low cost. Una clase social satisfecha por comer en el Pans & Company, viajar con EasyJet y montarse sus propios muebles.
Lo malo de esto es que la sociedad que surge es menos robusta, aparece escasa de ética y valores, oportunista y sin planes de futuro. España será candidata a ser la campeona de esa ex clase media pero otros países la están fabricando. En el primer motor europeo, Alemania, la clase media ha pasado de representar el 65% al 52%, y se estima que para 2020 estará muy por debajo del 45%. En Francia los babylosers están parados a niveles del 35%. Lo grave es lo acomodados que se muestran, lo conformistas que resultan. Aquella generación de Mayo del 68 que gritaba “sed realistas, escoged lo imposible” que rondaban los 30 años ganaban un 15% menos que sus compañeros cincuentones; ahora, la diferencia es del 40%. Del resto de países, incluidos los EUA mejor no hablamos de momento. De esta quema sólo se libra Brasil que fabrica clase media a una velocidad inédita en el planeta y China que sigue preparando una clase superior de la que emanará su propia clase consumista.
A medida que los resultados del paro son los que son, da igual si desde la administración se falsean los datos, si la oposición no se da cuenta o si la prensa lo traduce. La verdad es que los pobres limpios, como se denomina a los que han descendido desde la clase media, comienzan a saturar los servicios sociales en España. Las solicitudes de soporte a Cáritas han aumentado un 45%, y el individuo que la pide va mutando: ahora es padre de una familia media, normalmente masculino, esta desde hace unos meses sin trabajo, ronda la cuarentena, tiene una hipoteca que posee cuatro recibos sin pagar, vive al día como puede y ya ha agotado las prestaciones que el Estado tiene diseñadas para engañarle.
La aduana entre clase media y la miseria se ha desvanecido. La desigualdad crece y el modelo de protección social que hemos conocido tiende reducirse. En España hay un dato que debería asustar a la clase media de verdad. El número de familias que tiene a todos sus miembros en paro ha sobrepasado el millón y medio. Y peor aún, la tasa de paro de la persona de referencia del hogar está ya en máximos inéditos. Además, si en la época que se ataban los perros con longanizas no disminuyó la desigualdad, es prácticamente seguro que habrá un aumento en un periodo de recesión.
Por primera vez desde la II Guerra Mundial, esta nueva hornada de jóvenes vivirá peor que sus padres. La falaz mejora en viajes, estudios y medios es una sensación de riqueza ilusoria para los jóvenes contemporáneos, ya que surge de un modelo de dependencia parásita familiar. El número de jóvenes españoles que dispone de una independencia económica plena disminuyó desde el 26% en 2004 al 19% en 2008 y eso se está extendiendo por toda Europa. Cuando esos maduros alumnos se incorporan al mercado laboral ya sólo les quedan contratos de tipo temporal para el resto de sus días. Son gente que pueden entrar en el mercado laboral a los 35 años y encontrarse con un Expediente de Regulación de Empleo a los 50. ¡Menuda carrera!
El drama laboral no sólo lo sufren los jóvenes. Puede que los miles de trabajadores que están perdiendo su empleo vuelvan al mercado laboral cuando la crisis escampe, pero no con las mismas condiciones. Todo lo que aprendieron a hacer trabajando en los últimos años les valdrá de poco o nada. Por tanto, no es de esperar que sus salarios sean muy altos cuando encuentren nuevos empleos. Ser funcionario es el objetivo laboral de toda una generación, y de hecho ese puede ser el último circuito para permanecer dentro de la clase media. Pero hay un riesgo latente. Es improbable que se pueda mantener el pago de dicha factura. Este es un país donde los ingresos por cotizaciones sociales están bajando a marchas forzadas y cediendo por los impuestos ligados a la actividad o a la renta. Los funcionarios han crecido en un año en 140.000 personas, sobrepasando por primera vez la cifra de tres millones largos, con una factura salarial de 105.000 millones de euros. ¿Es factible una nómina pública que consume el equivalente al 13% del PIB? La respuesta es no y el fin de la seguridad aparente del funcionariado también está a la vuelta de la esquina.
Sigo pensando que pronto se vivirán convulsiones sociales. Sin embargo nada hace pensar que pueda ser así. Aquí no se mueve ni Dios. En España, ni siquiera se han convocado paros o manifestaciones. Los sindicatos no hacen nada y cuando lo hacen fracasan. Las huelgas generales convocadas por los sindicatos tradicionales en países como Francia o Italia no han tenido consecuencia alguna, porque los más afectados no se sienten representados por ellos. Cinco millones de desempleados son hoy menos peligrosos de lo que lo eran en 1929, porque no hay una ideología política que aglutine ese malestar. Como recientemente en uno de los debates abiertos en burbuja.info “el mileurista ya no tiene edad. No gana ni mil euros, no ahorra, vive al día de trabajos esporádicos o de subsidios y, pese a todo, no se rebela, ni tiene pensado hacerlo”.
¿Cómo pagar algo menos de impuestos de manera legal?
Dado que lo que nos espera es pagar más de modo “indirecto” voy a procurar dar algunos consejos para pagar menos de modo “directo”. Aun estamos a tiempo para reducir algo lo que se pretende embolsarse las Hacienda el año que viene. Será uno de esos años en los que hacer lo que sea legalmente por pagar menos impuestos está más que justificado. Según las medidas que este gobierno ha ido adoptando queda claro que, con nuestro dinero, lo único que de momento han logrado hacer es malgastarlo en medidas inconcretas, fuera de tiempo y, por supuesto, nada estructurales. Estamos a tiempo para que, la declaración del IRPF que haremos en mayo de 2010 sobre nuestra actividad de este año, sea algo más digerible. Nos culparán de alimentar el déficit público pero, que le vamos a hacer, años de lealtad soplan a favor de los lectores de este blog.
Dado que lo que nos espera es pagar más de modo “indirecto” voy a procurar dar algunos consejos para pagar menos de modo “directo”. Aun estamos a tiempo para reducir algo lo que se pretende embolsarse Hacienda el año que viene. Será uno de esos años en los que hacer lo que sea legalmente por pagar menos impuestos está más que justificado. Según las medidas que este gobierno ha ido adoptando queda claro que, con nuestro dinero, lo único que de momento han logrado hacer es malgastarlo en medidas inconcretas, fuera de tiempo y, por supuesto, nada estructurales. Estamos a tiempo para que, la declaración del IRPF que haremos en mayo de 2010 sobre nuestra actividad de este año, sea algo más digerible. Nos culparán de alimentar el déficit público pero, que le vamos a hacer, años de lealtad soplan a favor de los lectores de este blog.
Asumiendo que aquí no se pueden hacer milagros, vamos a ver que podemos ahorrarnos. Primero anotaremos unas consideraciones previas para los que no estén avezados en estos temas “apasionantes” de carácter fiscal. Debemos asumir que la declaración en este país, como en la mayoría de nuestro entorno, se convierte en un impuesto de dos vertientes. Por un lado la renta general que tributa según la tarifa progresiva, y por otro, la renta del ahorro y las ganancias patrimoniales, que tributa al tipo fijo del 18%, sin consideración alguna del tiempo de permanencia.
Debemos saber que seguramente se volverán a modificar los límites máximos de aportación a planes de pensiones. Ya se redujeron a 10.000 euros para personas de hasta 50 años de edad, y a 12.500 euros para quienes la superan, no pudiendo pasar nunca del 30% de los rendimientos netos del trabajo o actividades empresariales o profesionales, o del 50% respectivamente. Del mismo modo se supone que también desaparecen las compensaciones fiscales aplicables a los contribuyentes que hubieran adquirido su vivienda habitual antes del 4 de mayo de 2000. Es marca de la casa PSOE ir reduciendo ese escenario.
Entonces, ¿como ahorrarse algún eurillo?
En primer lugar analizamos los ahorros por vivienda habitual. Es una buena decisión mantener un préstamo cuyas cuotas anuales se aproximen a los 9.015 euros por declaración, es decir el máximo de desgravación que permite la legislación vigente y que aunque parezca insuficiente es un buen elemento de partida.
Si se decide hacer amortizaciones parciales por encima de tales importes estaremos desperdiciando en el futuro una fuente de desgravación.
Sólo recomiendo amortizar si la cuota periódica ya estuviera por encima de 9015 euros y fuese conveniente rebajar el importe del préstamo para ajustarla.
En principio no contemplo que alguien esté pensando en comprar su primera vivienda habitual en los próximos 4 años, no lo aconsejo salvo que no sea con espíritu especulativo. No obstante, si es así o se vaya a rehabilitar la que ya se tiene en ese plazo máximo de 4 años, conviene abrir una cuenta de ahorro vivienda y hacer aportaciones máximas de 9.015 euros al objeto de ahorrar al 15%.
Curiosamente, la cuenta ahorro, recomendable para quien prevea una probable opción de salida a la crisis el autoempleo se debe hacer lo mismo. Si se piensa constituir por primera vez una empresa en el plazo máximo de cuatro años, también se puede aportar a una cuenta de ahorro empresa, hasta un máximo de 9.000 euros por declaración, desgravando igualmente al 15%.
Acumular todos resguardos de los diferentes tipos de donativos realizados. Se puede llegar a deducir hasta el 30% de las cantidades donadas, dependiendo del tipo de entidad o institución beneficiaria. Recomiendo aportaciones a Entidades culturales ligadas a museos de primer orden por proporcionar los mejores ratios.
En el análisis de si se tienen ejecutadas plusvalías o minusvalías, ver la conveniencia de materializar operaciones que generen rentas del signo contrario al objeto de compensar y actualizar valores. Esto permite un ahorro significativo. Aunque es un ajuste técnico no es complicado y cualquier gestor experto puede recomendar el método. No todos lo pueden hacer pero existen dos maneras legalmente admitidas.
Aportar a fondos de pensiones, mutualidades de previsión social, planes de previsión asegurados y otros de este epígrafe son aportaciones que ahorran al tipo marginal que se tenga en la base imponible. Como puede llegar a ser hasta del 43% es algo muy interesante. Par que se entienda, una persona con una base imponible de 30.000 euros, si aportara 4.000 euros ahorraría al 37%; y aunque al retirarlos tuviera que pagar, matemáticamente siguen siendo más interesantes. El resultado sería a devolver en su IRPF en la mayoría de los casos.
Realizar también aportaciones a favor del cónyuge o pareja legal establecida sin sobrepasar los 2.000 euros. En este caso es imprescindible ajustar los ingresos de éste a un máximo de 8.000. Un ahorro del 37% en este caso es muy adecuado para incrementar el valor de devolución final. Este es uno de los mecanismos que los asalariados pueden usar y obtener mejores garantías de adelgazamiento tributario.
Aportar capital a fondos de pensiones o patrimonios protegidos a favor de minusválidos, dentro de los límites y condiciones establecidas. Son carteras delegadas en fondos de inversión que suelen comercializar algunos bancos bajo el nombre de “acuerdos de gestión”. Muy recomendable por lo que revierte y por lo nuevo del producto.
Uno de los recursos de ahorro más utilizados y que no recomiendo por lo indisciplinado del tipo marginal es utilizar también los vehículos de transmisión sucesoria. Se suele recomendar hacer aportaciones para la contingencia de fallecimiento, o de la propia jubilación si aún no se hubiese dispuesto de ninguno de los planes que se tuviera. Lo que pasa es que el ahorro no es expreso y puede gravar negativamente en otros elementos de la declaración.
Cuando, en mayo de 2010 nos llegue el borrador debemos revisarlo adecuadamente, pues suelen errar en lo relativo a las bonificaciones por inversión en vivienda habitual y por rescates en operaciones de seguros.
Si se ha vendido la vivienda habitual este año, a parte de celebrarlo con un buen cava, deberá analizar la conveniencia de dejar exenta o no la plusvalía ya que podría no resultar interesante si con ello se pierde la posibilidad de desgravar a futuro en una cuantía muy superior.
Revisar las declaraciones de los últimos tres o cuatro años por si hubiera bases imponibles negativas o minusvalías pendientes de compensar. Esto suele ayudar a entender los errores encadenados que podemos haber estado ejecutando. Ese historial estaría bien que lo pudiera leer un experto. A veces es bueno que haya un predeclaración de la renta, puede ayudar ahorrar una buena cantidad.
En cuanto a las deducciones por patrimonio inmobiliario o de resultante de una gestión patrimonial no exenta las claves son tantas y de tan diversa materia que debería de analizar una por una para otorgarle variables, pero os aseguro que hay métodos que pueden ayudar a que nuestra aportación tributaria sea la más ajustada posible.
¡Suerte! Poco más se puede hacer. Otro día miramos como se puede hacer lo mismo con el Impuesto de Sociedades.
Saco sin fondo.
Los inversores ven desplomarse la rentabilidad de la deuda pública española. La remuneración de las Letras del Tesoro llegó al 1% a 12 meses cuando en septiembre pasado estaban al 4,29%. El motivo de este descenso está detrás de la caída de tipos, de las turbulencias financieras y de la menor credibilidad de la fuente estatal. Los “clientes” de este producto se alejan poco a poco. La verdad es que no es malo que así suceda si a cambio permite que el mercado general gane en atractivo y ayude a normalizar el escenario normalizado de recuperación, pero en realidad perjudica la capacidad del Estado para financiar su endeudamiento.
Los inversores ven desplomarse la rentabilidad de la deuda pública española. La remuneración de las Letras del Tesoro llegó al 1% a 12 meses cuando en septiembre pasado estaban al 4,29%. El motivo de este descenso está detrás de la caída de tipos, de las turbulencias financieras y de la menor credibilidad de la fuente estatal. Los “clientes” de este producto se alejan poco a poco. La verdad es que no es malo que así suceda si a cambio permite que el mercado general gane en atractivo y ayude a normalizar el escenario normalizado de recuperación, pero en realidad perjudica la capacidad del Estado para financiar su endeudamiento.
A medida que el atractivo de los bonos públicos desciende la credibilidad para endeudarse del Estado también lo hace. Por eso, decisiones gubernamentales como emitir 100.000 millones de deuda pública para este año, son una locura, pues no hacen más que complicar un disparado déficit público cada vez más, sobretodo atendiendo a que el techo presupuestario crecerá un 14% y la recaudación fiscal descenderá un 10%. En este sentido hay que empezar a apretar botones de emergencia pues el déficit público español se triplicó en mayo si lo comparamos con las cifras de abril.
Trichet dijo la semana pasada que Gobierno Español "no tiene más margen para endeudarse”. No obstante a “palabras necias, oídos sordos” debe pensar el gobierno. Lo peor de todo es que el gobierno de España necesita emitir esa deuda pública por importe de 100.000 millones de euros este año obligatoriamente. Si pretende afrontar el desbarajuste de gasto que se ha ido fabricando el solito no tiene otra opción. Sin embargo en esa cantidad no se incluyen los otros 90.000 millones destinados al rescate de la banca española. Si España alcanza el demencial endeudamiento récord de 190.000 millones de euros la cosa va a ponerse muy fea para agarrarse al tren de la recuperación cuando ésta se produzca en otros países occidentales.
Cada vez es más evidente que nosotros nos hemos bajado del tren, seguimos en la estación, cada vez más solos y menos preparados para comprar un nuevo billete de un convoy que no está ni anunciado en los tablones informativos. No todos los países van en ese tren que se aleja, todos no, algunos se han quedado con nosotros, pero de los que podemos considerar importantes, esos que nunca hablaron de brotes verdes, esos ya han empezado a trabajar para no hundirse en el barro durante décadas. Uno de los salvavidas es, sin duda, no hipotecar el futuro.
A este ritmo, se puede estimar que la deuda pública alcanzará el 66,2% del PIB en 2010 lo que cifra la factura de la crisis en unos 300.000 millones de euros más o menos. Muy probablemente nos estemos quedando cortos ante la acuciante necesidad de rescatar al sistema financiero español. Al tiempo. Hace unos meses nadie aceptaba la palabra “corralito”, ahora es evidente que el sistema deberá ser rescatado in extremis y se ocultará una insolvencia generalizada con dicho plan.
Si bien hasta ahora España no ha tenido problemas para colocar las fuertes emisiones de este año, no parece que sea tan simple vender los casi 50.000 millones que faltan por colocar todavía, puesto que el mercado de bonos se está deteriorando claramente ante las fuertes emisiones de todos los países occidentales y la baja rentabilidad adquirida. A ver como nos enfrentamos a este circulo vicioso.
Soluciones para pymes
En el futuro se estudiarán estos años como una etapa de crisis extremadamente virulenta, una recesión que quebró el sistema y una depresión profunda y de dimensiones desconocidas anteriormente. Sin embargo, en el peor de los escenarios también es posible sobrevivir, mantener espacios de oportunidad y soportar las amenazas. Asumir con toda su intensidad el peso de este momento económico puede ser determinante para la evolución positiva de cualquier negocio y en especial de las pymes. Si sabemos cual es el peligro real y en que territorio exacto, repleto de dificultades, vamos a tener que desarrollar nuestra actividad, con toda seguridad estaremos en condiciones de traspasar esa aduana compleja y siniestra. Ha llegado el momento de tomarse la pastilla roja. Estamos ante un momento excepcional como indican algunos datos como que por primera vez en la historia del FMI, este indique que el mundo estará en recesión técnica. Pinta duro, pero aquellos que no sean capaces de evolucionar en crisis y utilizando ese patrón difícil como combustible, morirán por inanición. Admito que hay días que paseando por las ciudades de medio mundo observo como la gente actúa, ríe, conversa, compra, come, consume, vende y vive como si nada de lo que se derrumba a sus pies fuera con ellos, me siento como el protagonista de Matrix. Tengo una extraña y angustiosa sensación, observándolos, de ser el único que se da cuenta de lo que está pasando. Se acerca un momento muy penoso y para ese momento es posible prepararse. No es el fin del mundo, no tiene nada que ver con escenarios esotéricos o extramundanos, no, tiene que ver con el cambio de patrones financieros, económicos y de cultura del negocio, tiene que ver con otro paradigma de la producción. A medida que eso llega, las empresas deben prepararse para ese circo. Habrá pymes que desaparecerán, ya lo hacen muchas cada días, pero otras podrán salvarse de la quema. ¿Cómo? Aquí van algunas ideas:
En el futuro se estudiarán estos años como una etapa de crisis extremadamente virulenta, una recesión que quebró el sistema y una depresión profunda y de dimensiones desconocidas anteriormente. Sin embargo, en el peor de los escenarios también es posible sobrevivir, mantener espacios de oportunidad y soportar las amenazas. Asumir con toda su intensidad el peso de este momento económico puede ser determinante para la evolución positiva de cualquier negocio y en especial de las pymes. Si sabemos cual es el peligro real y en que territorio exacto, repleto de dificultades, vamos a tener que desarrollar nuestra actividad, con toda seguridad estaremos en condiciones de traspasar esa aduana compleja y siniestra. Ha llegado el momento de tomarse la pastilla roja. Estamos ante un momento excepcional como indican algunos datos como que por primera vez en la historia del FMI, este indique que el mundo estará en recesión técnica.
Pinta duro, pero aquellos que no sean capaces de evolucionar en crisis y utilizando ese patrón difícil como combustible, morirán por inanición. Admito que hay días que paseando por las ciudades de medio mundo observo como la gente actúa, ríe, conversa, compra, come, consume, vende y vive como si nada de lo que se derrumba a sus pies fuera con ellos, me siento como el protagonista de Matrix. Tengo una extraña y angustiosa sensación, observándolos, de ser el único que se da cuenta de lo que está pasando. Se acerca un momento muy penoso y para ese momento es posible prepararse. No es el fin del mundo, no tiene nada que ver con escenarios esotéricos o extramundanos, no, tiene que ver con el cambio de patrones financieros, económicos y de cultura del negocio, tiene que ver con otro paradigma de la producción. A medida que eso llega, las empresas deben prepararse para ese circo. Habrá pymes que desaparecerán, ya lo hacen muchas cada días, pero otras podrán salvarse de la quema. ¿Cómo? Aquí van algunas ideas pues despedir no es la solución.
DESPIDOS IMPROCEDENTES
En primer lugar las pequeñas y medianas empresas deberán asegurar una implicación real de sus trabajadores. Ha llegado el momento de implicar al personal más valioso en el devenir de la pyme. Adecuar plantillas reduciendo por sistema a fin de equilibrar los balances es un error pues descapitaliza conceptualmente la empresa. Esa no es la primera medida a tomar, en todo caso, debe ser una propuesta derivada. Renunciar al talento que en toda empresa es posible descubrir la hipoteca para siempre y dificulta la salida doméstica de esa situación de crisis. Implicar a los propios trabajadores en modelos de gestión puede ser posible con retribuciones e incentivos no dinerarios y, tal vez, excepcionalmente menos tradicionales.
DISPOSICION ESTRATEGICA
Lograr circulante no es fácil, eso lo sabemos, sin embargo ha llegado el momento de establecer canales de financiacion global y progresiva. Las pólizas de crédito serán elementos financieros complejos pero asequibles si se solicitan de un modo compartido. Generar sinergias con otras compañías afines puede ser una fórmula de ingreso a medio plazo, convocar agentes fiscales y gubernamentales a fin de estudiar pagos fraccionados, aun pudiendo atenderlos en un solo pago, es imprescindible para acumular liquidez. Mantener fondos de corto recorrido y gestionar los cobros con visión patrimonial puede ser un valor al final. Los intereses devenidos en el pago retrasado de obligaciones se compensaría con el cobro incentivado y aplicado a la gestión de valor parecido al inmovilizado corriente.
IMPLICACION CREATIVA
En España las pymes innovan muy poco. No gastan en investigación y desarrollo. Fundamentalmente porque bastante tienen con la gestión comercial y financiera como para establecer líneas de desarrollo por innovación. Sin embargo, y siendo cierto que desde las instituciones no se premia correctamente esa opción de modernización, ha llegado el momento de crear cubículos de conocimiento y que ese valor, ese talento, llegue a las pequeñas empresas. No estoy hablando de maquinaria, tecnología o esfuerzos que pudieran ser suicidas, no, estoy hablando de creatividad. Recuerdo como proponer a un restaurante que incluyera un monitor que cuidara los niños de los comensales los domingos repercutió en un aumento del 40% de la demanda. A veces no hace falta un grupo de investigadores en la empresa, eso es inviable, sino que se puede incorporar a ese modelo de modernización creativa a todo el personal.
PRESENCIA EN REDES
El uso de las redes sociales y los nuevos escenarios de desarrollo comercial. Espacios donde es muy económico estar, relacionarse y generar comunidades entorno a la marca o producto que quieran exponer. Ese nuevo territorio es preciso que sea ocupado definitivamente por nuestras pymes y lo hagan de un modo adecuado, profesional y respetuoso con los modelos de uso de las propias redes. Ser competitivo requerirá entrar en todos los mercados, en internacionalizar productos que aparentemente no parecían exportables, disponer de especialidades que sea difícil encontrar en otros mercados y ofrecer la venta por vía telemática, proponer grupos de opinión y uso de los elementos que definen cualquier empresa asegurará flujos comerciales que ahora parecen inasumibles. Las empresas que tengan opciones de externalizar sus procesos deberán asumir ese nuevo esquema pues evitará consumos recurrentes y proporcionará valor a otras compañías. Ante un despido masivo, recuerdo como una empresa propuso a sus trabajadores montar una empresa a subcontratar, aplicando sobre sus hombros el valor de gestionar ese nuevo valor comercial. El resultado fue que, de un despido inminente de 20 personas y el cierre asegurado de esa empresa, se pasó a una contratación recurrente del producto que esos 20 hacían con una nueva cooperativa montada por ellos, un aumento de sueldo real y la salvación de la antigua compañía y de los 30 empleados que se quedaron.
SUMAR ENERGIAS
Uno de los temas tabú para un pequeño empresario es el de fusionar su empresa con otras. Una pyme o incluso una micropyme no es un elemento extraño que no pueda sumar. Existen muchas empresas compatibles que sumando serían más fuertes. Produciendo lo mismo o complementando un paquete de productos. El valor fundamental será el de gestionar gastos a la baja. Un solo espacio de producción, gestión, un personal mucho más específico y una gestión seguramente mucho más ejecutiva de ese valor humano, reducir directivos y acentuar la presencia en publicidad. Los empresarios de pymes de este país deberán abandonar esa sensación de que fusionando se pierde esencia. El problema es que muchas sólo podrán adoptar esa medida como solución. Sumar dos empresas en crisis no da una gran empresa en crisis sino una compañía fuerte que ha reducido costes y que es mucho más efectiva en busca de clientes. Es importante que la gestión de esas fusiones sean dirigidas por un externo experto en ese uso. Recuerdo alguna de las fusiones erróneas que tuve que reconducir en su día y a veces es mucho peor el remedio que la enfermedad.