El futuro no es gratis
A veces nos preguntamos porqué unos viajan a la velocidad de la luz y otros a la de un carro de trotones. Hay naciones que pasaron de sumergidas a emergidas sin apenas darse por aludidas cuando las denominaban ‘emergentes’. Otras no se dan por señaladas cuando sencillamente se han hundido. El ser más o menos en el panorama internacional tiene ya poco que ver con lo que fuimos, con lo que decimos ser o con lo que nuestros dirigentes insisten aseguran que seremos.
Es ridículo poner el adjetivo ‘valley’ a todo recinto que desarrolla tecnología aunque esta aporte poco o nada al conjunto de la economía donde se encuentra. Digamos que, por mucho ‘valley’ que le pongas a un polígono industrial o a un campus tecnológico, no lo conviertes en un polo de atracción para las grandes innovaciones o los grandes desarrollos.
Hace falta mucho más. Para empezar que alguien se lo crea. Los pilotos de la innovación conducen startups. Muchos de ellos no lo hacen bajo el flujo de la tecnología más avanzada del planeta, ni tan siquiera necesitan grandes computadoras que procesen sofisticadas ecuaciones infinitas. Hablamos de emprendedores que utilizan lenguajes de programación simples, ideas sencillas y paradigmas disruptivos. Uber no deja de ser una idea que rompe con estereotipos, no es una máquina tecnológica que colisione con la teoría de la física cuántica.
Blablacar, Airbnb, Twitter o el mismo Facebook, cualquier App doméstica, miles de desarrollos influyendo en nuestra vida cotidiana, aplicaciones domóticas, matemática computacional basada en algoritmos tradicionales, analistas de procesos que ordenan el mundo con tecnología existente pero bajo otro prisma, impresoras 3D que marcan dinámicas de producción o ‘drones’ que nos explican donde va la futura cadena de valor comercial. Sin necesitar a científicos candidatos al Premio Nobel, estamos con empresas que nacieron bajo la influencia de un ecosistema de desarrollo y de pensamiento distinto.
Hay universidades, investigadores, diseñadores, venture capitals, consultores, ingenieros, científicos, comunidades, innovadores, creativos y líderes políticos que deberían ponerse en marcha en su conjunto y acelerar la máquina que, por comparación con otros lugares, parece parada. Líderes de innovación empresarial, emprendedores comprometidos con la innovación y políticas públicas capaces de estimular tanto talento que, estoy seguro, se desvanece a nuestros pies.
Pero solamente en algunos países logran que estos elementos se despliegan logrando un impacto determinante en la vida económica de su entorno. Hoy en día es fácil distinguir a los países que apuestan por el futuro real y los que lo simulan. También a esas instituciones financieras o semipúblicas que se ofrecen a estimular al tejido emprendedor o al desarrollo tecnológico y tras publicar una cifra récord de beneficios trimestrales que ronda los tres mil millones de euros, ofrecen un programa de apoyo a los emprendedores de diez. Y hacen publicidad y todo que les cuesta uno.
Hay países, remotos o no, donde se ha entendido que el emprendimiento (y tecnológico) son motores reales de competitividad económica y de cambio social. Los paises que simulan tanta innovación pero que nunca arriesgan son las que suelen definir todos sus ‘parques tecnológicos’ como el ‘x’ Valley de turno.
Llamar a según que lugar el ‘Sillicon Valley’ de la zona ‘X’, a parte de ser ridículo es un problema de concepto pues, quien quiera innovar y de verdad para modificar los procesos sociales y económicos e influenciar en el futuro deberá crear su propio modelo basado en la eficiencia y en el gasto real con sentido. Hay que invertir e invertir en startups, tecnología y valor añadido. Quien se detenga o dude en hacerlo deberá contemplar el futuro desde las filas del fondo.
Quiero señalar la noticia que se ha publicado estos días acerca de que el gobierno de India ha explicado que destinará algo más de 1.600 millones de dólares exclusivamente para invertir en startups. Igualito que en España y sus 35 millones. A pesar de que la India es gigantesca y que su potencia se intuye de cara al futuro, cabe establecer su economía actual con respecto, por ejemplo a Europa. El PIB en 2013 del país asiático fue de 1.408.457 millones de euros y el de España, por ejemplo, de 1.023.000 millones. Los cuadros comparativos no son tampoco tan extraordinariamente distintos por cierto.
Resulta que como parte del presupuesto del año 2014, el gobierno de India anunció que destinará esos 1.600 millones a las empresas tecnológicas que florecen en su país. Lo que parece extraordinario no lo es tanto allí. Esta inversión es la continuación varios centenares de millones que en los últimos años se llevan invirtiendo para liderar, desde las instituciones, la estimulación de ese cambio.
El gigante asiático es uno más. No es el único que ha decidido aprovechar la oportunidad que los nuevos tiempos ofrecen a los que, con liquidez, afrontan el reto de construir un futuro tecnológico, económicamente más competitivo y tremendamente estimulante. Cambios sociales, nuevas tendencias, eliminación de elementos laborables que ahora son un lastre socioeconómico en esos países se irán convirtiendo en algo mejor. Poco a poco el nuevo mundo se va vislumbrando y, exceptuando a Estados Unidos, el resto del escenario está siendo vendido a nuevos actores.
Hace unos meses que una de nuestras empresas opera en Nigeria. En el proceso mismo de creación del proyecto de internacionalización hemos visto que de las dificultades surge el conocimiento y el respeto, pero también que, en los casi dieciocho meses que llevamos gestando esta operación, la velocidad con la que, en este caso el gigante africano, asumen y digieren la tecnificación y la tecnología asociada es brutal. Cabe también hablar a parte de las enormes inversiones que se hacen desde los dirigentes públicos y privados que, en muchos casos, se han formado en las grandes universidades del planeta. Un país y un continente más a tener en cuenta si queremos ser globales.
En Latinoamérica, al contrario y asistiendo a mi propia experiencia, se puede estar perdiendo la mayor oportunidad de la que ha gozado ese continente. Existen iniciativas para acelerar los proyectos tecnológicos, pero se diluyen lamentablemente al no existir apoyo real y consideración por parte de los gobiernos. Hay mucha publicidad implícita en muchos países de estos y poca creencia real del costo que tendría. En algunos casos me recuerdan a Europa, a España especialmente. Durante los años de bonanza en los que el dinero rebosaba por las cañerías se hizo nada o muy poco por las grandes ideas, por la innovación, por la creación real de empresas de hilo tecnológico, por la nueva economía por la realidad futura y si se hizo mucho por las obras inservibles, por lo monumentos a la idiotez y por la hipoteca puente interminable. Poco por la formación y mucho por las vacaciones, el Chayenne y la tele de plasma implícitos en la hipoteca renegociada gracias al nuevo y extraordinario valor de la vivienda familiar.
Si bien la mayor parte del capital indio se proporcionará en manera de préstamo, India acaba de poner el listón bastante alto en eso de apoyar a los emprendedores tecnológicos. Ha dejado en ridículo cualquier idea que se tenga de los centros tecnológicos Latinoamérica o de Europa.
Transformar los templos del fútbol
El domingo pasado acabó el mundial de fútbol de Brasil. Una especie de encuentro patriótico donde diversas naciones enaltecen el valor de serlo, gracias a los derechos de explotación de la imagen de los deportistas más destacados del planeta. Sin embargo, tras una épica escenografía y una arquitectura majestuosa se esconden años de trabajo y muchísimo dinero invertido, no siempre eficientemente.
Precisamente los estadios y sus áreas deportivas suelen quedar en semiabandono o en un uso menos destacado que para lo que fueron creados. Pongamos el caso de los casi tres mil seiscientos millones de dólares que la organización brasileña se ha gastado en convertir antiguos estadios en modernas instalaciones y campos desiertos en coliseos gigantescos.
Pero resulta que estos monumentos al ‘business’ deportivo ya han demostrado antes que tienen escasos beneficios económicos a largo plazo. Eso en un país como Brasil donde las revueltas previas al mundial se taponaron con promesas y subsidios efímeros podría ser una bomba de relojería a medio plazo. En el país carioca no se han terminado la construcción de todo cuanto estaba previsto, incluso se desestimó hacerlo para no dañar más todo el proceso mismo una vez llegaran las cámaras y los periodistas de todas partes. Pero hay otras obras en marcha, de mayor calado incluso, con mayor sintonía con el posterior abandono que pueden sufrir esas monumentales construcciones. Hablamos de las futuras Olimpiadas que, también, se llevarán a cabo en el país de ‘moda’ en América. Por lo menos hasta hace poco lo era.
Pero hoy quería tratar una idea de dos arquitectos franceses. Hay una propuesta, lejos de la tecnología que aquí tratamos pero que responde a criterios de innovación que si nos ocupa a veces y que da respuesta a un problema recogiendo una oportunidad. Puede incluso ser un modelo de negocio, híbrido entre lo inmobiliario, lo público y lo social, a medio plazo en muchos lugares. Se trata de que, en lugar de dejar que esas cajas enormes que suponen los estados sigan vacías, se conviertan en bloques de viviendas asequibles.
El equipo de arquitectos que lo han pensado lo llaman Casa Futebol y plantea un interesante debate acerca de que hacer con según que infraestructuras en los países que acogen eventos de este tipo. Visto lo visto podrían inspirarse algunos gobernantes de otros países que, si bien no han organizado nada reciente, si han construido mucho espacio que ahora está en desuso o desahuciado. Hablamos de aeropuertos que iban a liderar el cambio de época en zonas donde no aterrizan ni los ‘drones’ y de edificios ‘emblemáticos’ que siguen esperando el emblema pertinente pues no hay político que se atreva a fotografiarse en el ‘farwest’.
Axel de Stampa y Sylvain Macaux son los arquitectos que han propuesto este tipo de soluciones a los problemas de arquitectura. Os recomiendo su web si te interesa este tipo de temas pues cada semana presentan un proyecto. Lo llaman, una semana un proyecto y llevan ya veintinueve.
El modelo que presentaron para el asunto de los estadios brasileños es simple. Viviendas modulares diseñadas para encajar entre los postes de hormigón que rodea el exterior de un estadio como el de Maracaná, de manera que, según explican, han diseñado las hipotéticas casas para que el estadio pueda seguir funcionando como un espacio que albergue todo tipo de eventos y, que parte del dinero recaudado de la venta de entradas, se utilice para financiar la construcción y mantenimiento de las viviendas.
Axel y Sylvain aseguran que no serían ‘favelas de diseño’ sino viviendas de clase media con ventajas que generasen activos por el mismo hecho de estar donde están. Una teoría de reutilización para un mundo en transformación que, mientras elimina intermediarios en todo tipo de transacciones, no puede permitirse generar espacios sobredimensionados.
Cuando la alta tecnología deriva en algo doméstico
Hay quien está edificando el futuro. Son empresas que a partir de la colaboración de muchas personas a través de un modelo ‘crowdfunding’ o a partir de una inyección económica de un ‘venture capital’, están en este preciso instante desarrollando cosas que serán normales en el futuro inminente. Ayer supimos de dos de estas.
Por un lado ‘Ekocycle’, una bonita impresora 3D que pretende acercar el concepto de la fabricación de objetos a partir de desechos domésticos como botellas vacías de refresco y por otro ‘Spark’, una startup que pretende aplicar inteligencia a cualquier objeto doméstico al fin de que pueda conectarse a la Internet de las Cosas. Dos pistas donde se van a correr las grandes carreras en poco tiempo.
La transformación tecnológica de nuestra sociedad atravesará conceptos como la impresión en tres dimensiones y la conexión de datos y objetos. Todo ello ya está pasando y estos ejemplos de hoy no son más que los arquetipos que muestran los modelos iniciales de cuanto está por venir. ¿Recuerdas el aspecto que tenía una PDA? ¿Y lo que hacía? Tal vez ahora ves el reflejo de aquellas máquinas lentas y desconectadas en tu ‘smartphone’, de hecho algo hay, pero es increíble cuánto iba a evolucionar todo antes de que pudiéramos ni siquiera intuir el cambio.
Sobre la primera de las empresas que hoy estamos mirando, la Ekocycle, poco que añadir a lo que ya describen en Phys.org. Por algo más de mil dólares se podrá tener un aparato en casa que convierta botellas de CocaCola en cualquier objeto que te apetezca tener y que pueda ser susceptible de fabricarse en un material plástico. Sin embargo, lo que me interesa es el detalle de que ha trascendido que en 3DSystems están trabajando junto a Hershey’s para que cualquiera pueda ‘imprimirse’ los chocolates de la marca en la forma que uno quiera.
Poco a poco se van vislumbrando como otros intermediarios (tiendas) darán paso a un nuevo activo: los programadores de archivos 3D que podrán ser, perfectamente, ‘cocineros 3D’. Parece bastante evidente por donde van los tiros.
La otra empresa a la que nos referimos, Spark, es de esas de las que ya sabes que vas a poner en tu radar. Pretenden transformar tu universo inmediato en un complejo sistema de enlaces y conexiones que genere inteligencia y eficiencia a lo más cotidiano.
La tecnología de Spark quiere conectar el Spark Core, un dispositivo parecido a un microordenador instalado en cualquier producto eléctrico, con el Spark Cloud, que es el componente en el ‘cloud’ y que dispone de su propio sistema operativo de código abierto para que los desarrolladores puedan crear aplicaciones ‘conectoras’ sin problemas.
El fundador de Spark asegura que le vino el interés de conectar cualquier cosa con la Internet de las cosas al querer ayudar a su padre, con problemas de oído, con un sistema que hacía parpadear la luz cuando se tocaba el timbre. Algo básico que conducirá a algo complejo.
La teoría nos dice que ‘la Internet de las Cosas’ convierte en inteligente un objeto en el momento justo que se lo conecta a otro dispositivo o canal de datos. Si eso se puede hacer con una cafetera, una aplicación la convertirá en ‘inteligente’ y a partir de ahí dispara tu imaginación. ¿Cuantos desarrolladores de ‘apps’ para iOS o Android vieron desde el principio las posibilidades de crear aplicaciones hace ya unos años? ¿Quiénes están creando aplicaciones para iWatch o para las Google Glass? ¿Sabes quienes están pariendo software concreto para el Google Car? No se si se me entiende.
El periodismo instantáneo
Hace un tiempo en este blog comentamos que el papel del periodismo robótico iría en aumento en las redacciones de la mayoría de medios. Es cuestión de tiempo. De hecho hace unos días la agencia de noticias Associated Press comunicó que a partir de este mismo mes procederá a automatizar algunos artículos económicos, de manera que un software inteligente redactará lo que ahora hacían diferentes reporteros.
Al parecer, a la mayor agencia de noticias americana le preocupaba la enorme cantidad de información económica que gestionan los periodistas. Según ellos mismos relatan, en AP descubrieron la tecnología de la empresa Automated Insights que, combinada con datos de la firma Zacks Investment Research, les permiten generar historias cortas, de entre 150 y 300 palabras casi de modo automático, de manera que han pasado de emitir tres centenares de noticias a casi cinco mil cada trimestre.
Diarios de Israel y Estados Unidos ya emplean algoritmos que crean en poco tiempo noticias legibles usando bases de datos. A los eternos debates sobre si los periódicos deben seguir publicándose en papel o cobrar por el acceso a las ediciones digitales, se suma el de qué futuro le depara a la profesión de periodista ahora que las máquinas se han afianzado en un terreno que parecía inexpugnable: el de contar historias. (Via GEN-Summit)
Estamos automatizando el mundo, la vida. Esa automatización en el campo del periodismos debería de ser una buena noticia fundamentalmente si los medios son capaces de establecer el equilibrio que la tecnología nos suele exigir. Dice Ferrara, el actual director de AP, que ‘los periodistas tendrán más tiempo para analizar lo que significan los números, identificar tendencias y encontrar historias exclusivas que pueden publicarse conjuntamente con los resultados económicos y que la incorporación de robots no debe verse como una agresión laboral, sino una liberación a los reporteros para que hagan más periodismo y menos procesamiento de datos’.
Cada vez que la tecnología se nos aparece de un modo disruptivo la amenaza a los puestos de trabajo es el tema. Es ese mundo sin empleo del que hablamos a veces. Es ese planeta sin trabajo para todos y ese futuro en el que nuestro papel será el de convivir con lo automático, lo exacto, lo previsible. El equilibrio será complicado, más si cabe lo será el proceso de transformación.
Interpretar ese futuro tecnológico e innovador, automático e inmediato precisa de un esfuerzo a veces enorme. No todo cuanto hacemos, ni los que nos maravillamos de todo eso, responde a tan brillante escenario. Sin embargo es importante sentirlo esperanzado y procurar establecer vínculos con las oportunidades que nos ofrecerá en lo profesional y en lo social.
Estos días estamos impulsando proyectos en este campo de la lingüística inteligente. Ellos mismos me dicen que los blogs también los escribirán robots tarde o temprano o, por lo menos, algunos elementos de procesado serán ejecutados por algoritmos. De algun modo eso ya pasa con el acceso inteligente a ‘feeds’, redes diversas y automatización en el orden de algunos datos que proceden de diversas fuentes.
Decía la psicóloga Angela Bonet que ‘aquellos que no podían oír la música tomaban por locos a los que bailaban’.
Robots en los consejos de administración
Hace varios días que lo supe. Ayer lo releí. Deep Knowledge Ventures, una empresa de Hong Kong ha contratado una herramienta de inteligencia artificial que ayuda a predecir la magnitud y valor de cualquier inversión en empresas biotecnológicas. A través de esta tecnología, un robot casi tomará decisiones en el consejo de administración esta compañía. Se avecinan tiempos duros para los analistas financieros. Parece ser que la inteligencia artificial cada vez será menos artificial y se convertirá en algo más natural y eficiente en la toma de decisiones de alto valor.
La empresa británica dedicada a la biotecnología y a la medicina regenerativa, Aging Analytics, desarrolló este robot cuya ecuación automatizada recomienda y autoriza inversiones. Para ello, en esta caso y de algún modo, el algoritmo en cuestión ha sido nombrado como miembro del Consejo de Administración.
‘Vital’ es el nombre del robot en cuestión. Se trata de un software con la capacidad para analizar tendencias en las bases de datos de compañías relacionadas con la ciencia y con ello predecir inversiones de éxito. Su nombre proviene de ‘validating investment tool for advancing life sciences’ (herramienta que valida la inversión para el avance de las ciencias de la vida). Así, sin anestesia.
Se ha comentado que Vital ya ha realizado dos predicciones exitosas. Se asegura que aún no ha podido ‘votar’, solo aporta datos y elementos de juicio pero parece posible que si sigue siendo tan efectivo, Vital, podría ‘exigir un puesto ejecutivo en el Consejo, ¿no?
Ya en mayo nos informaron que Vital era el sexto miembro de la junta directiva de esta empresa. De hecho se le trata como a otro miembro. Los ejecutivos esperan que con el modelo de aprendizaje progresivo que va teniendo el robot pueda adquirir capacidad de decisión independiente y no solo hacer sugerencias como ahora. Hay quien asegura que se podría validar su voto como consejero no adscrito en la consulta sobre cualquier disposición final en una inversión en menos de dos años.
Aunque nos parezca lejano y extraño, incluso poco fiable, debemos observar todo esto con detenimiento. No es tan lejano. No es tan diferente a muchos de los procesos automatizados en los que nuestra vida discurre. Ahora mismo, la diferencia entre la ‘sugerencia’ automática y la ejecución predictiva es cada vez menor. Vivimos en un bucle electrónico que decide por nosotros un buen número de veces cada día.
Hemos leído sobre periodistas automáticos, coches sin conductor, mercados sin intervención humana, barcos sin tripulación, un mundo sin intermediarios, sexo robótico, datos masivos trabajando debajo de nosotros y ahora se aproximan más innovaciones cada vez más sintéticas y difíciles de descifrar para un humano. La toma de decisiones por una máquina no debe asustarnos, sino todo lo contrario. Los errores se van limitando. El objetivo es que este tipo de software tomen decisiones por sí solos y que se les pida cuentas de sus actividades como a cualquier trabajador.
A la tecnología no debemos tenerle miedo. Está y se quedará. Los robots nos harán la vida más facil y más nutritiva. Nos van a sustituir en casi todo y mejoraran la sociedad y sus derivados mientras nosotros haremos otras cosas. Es así y no hay vuelta atras, solo podemos irnos preparando, estableciendo el espacio, el modelo y el control de los tiempos. Los automatismos llegarán a cambiar, incluso, el valor de la experiencia y del razonamiento ante una duda.
Estos días hablaba con algunos desarrolladores tecnológicos sobre esto y me confesaban que ellos conviven con robots todos los días y que sería genial que esos robots empezaran a tomar decisiones sin margen de error, les ayudarían mucho a mejorar y ha ser más eficientes. ¿Contratarías un robot para tu empresa? ¿Le dejarías tomar decisiones y las aceptarías ciegamente?
Los taxistas utilizarán 'Uber'
Medio Londres paralizado. Los taxistas colapsan la ciudad. La gente pregunta que ocurre y la respuesta es que están protestando contra la plataforma Uber. ¿La que? Dicen nueve de cada diez. Al terminar la jornada de protesta y tras ser trending topic mundial durante horas, Uber tiene millones de usuarios nuevos en medio mundo. Independientemente de la campaña de publicidad gratuita que le han regalado ‘sus enemigos’, la plataforma debe ser analizada en el contexto de la economía, sociedad y relaciones en red en la que vivimos. Nada es como queremos que sea, es como es y lo jodido de esto es que por mucho que insistamos no hay ‘tutía‘ de cambiarlo. Puedes retrasarlo, pero no evitarlo. Lo mejor es prepararse, tomar medidas y cuando llegue casi tenerla amortiguada.
Conozco taxistas que usan Uber. ¿Se han unido al monstruo? No, a su modo de ver son adelantados a su oficio, profesionales que identifican que hay que renovarse y renovarse va más allá de si tu vehículo tiene revistas, iPads o conexión wi-fi incorporada. Son conductores que advierten un cambio más grande que el que Uber o Blablacar representan para el sector. Tiene que ve con la desaparición de la profesion en unas pocas décadas, tiene que ver con coches autopilotados y eficientes. Tiene que ver con que un ‘humano’ taxista del futuro inminente será un analista de flotas inteligentes autoconducidas que poco precisaran de la intervención de una persona. Ese nuevo empleo aun no existe, pero existirá.
Cuidado con seguir dando la razón a una gente que se marchita en su despacho. Europa es un cementerio intelectual cada vez más irrelevante en la revolución tecnológica. Hay muy poca cosa interesante y la que hay no se la potencia ni ayuda, todo lo contrario. Estados atrofiados a normas y regulaciones, haciendo todo lo posible para que no avance nada y la innovación se agote a fin de que los mercado no se abran, no sea que los grandes intereses se vean afectados.
Europa languidece pero despertará a pesar de sus dirigentes. Es un desastre de dimensiones bíblicas cuando hablamos de futuro, innovación, revolución tecnológica y negocios del futuro. Está en manos de todos cambiarlo y acabará dando razones a cuantos diseñan las herramientas del futuro. Nos hacen falta mercados sin restricciones y más valientes aceptando la realidad de nuestro tiempo para, entre todos, innovar en todos los campos. Pidiendo prohibir, cancelar o eliminar no se gana nada. La historia y el progreso lo va a pisotear todo. Si es más fácil, social, económico y rápido se te llevará por delante. Date por relevado, seas taxista o torero.
Si aquí todo va así, porque en otros lugares no. ¿Qué tienen sobretodo California, pero también Florida y Massachussets que viven un progreso tecnológico similar al del Renacimiento? Menos intervención política, regulación moderada, mercados abiertos, inversionistas que entienden que esa facilidad para innovar no se enfrentará nunca a la política restrictiva que vivimos en Europa por ejemplo.
Por ejemplo, mientras Europa se lanza contra Uber, Goldman Sachs, Google Ventures y Benchmark invierten en ella. The Wall Street Journal valora en 17.000 millones de US$ al juguetito este. Digamos que seguir con el discurso de que esta aplicación permite que ‘gente sin licencia haga de taxista’ es complicado de sostener.
El tema es que si yo tengo un coche y me ofrezco a llevar a alguien en él a cambio de que me compense por ello, la plataforma que me facilita el enlace me pide un porcentaje de ese acuerdo. Es una transacción, pero ¿que servicio se ofrece? ¿compensar el coste del uso del vehículo o el uso tecnológico? Sinceramente da igual. Regular estas actividades que ya se sitúan en escenarios que la tecnología da por superados es perder el tiempo. Lo mejor es empezar a buscar el punto de encuentro entre nuevos tiempos, nuevas imposiciones más realistas, profesiones en retroceso y acciones en red y socioeconómicas. Lo barato, rápido y social se llevará por delante el asunto.
Seguir considerando una licencia de taxi como una inversión es un error que muchos están empezando a notar. Eso ya pasó. Aquí hablamos de que la tecnología permite poner en la cesta tiempo libre de personas con artilugios que se conducen. Eso antes no era factible con esta potencia y el monopolio estaba en manos de otros. Ahora no hay monopolio por mucho que queramos impedirlo. Otra cosa es que TODOS deben regularse en aspectos como la seguridad, impuestos, calidad de servicio, y lo que sea, pero no imposibilitar un nuevo modelo que es irremediablemente parte del futuro.
¿Recuerdan lo imposible que era entender que el sector musical debía de aceptar Spotify? A Napster se lo cargaron, pero cambió el mundo. Así es la noria esta. Gira y gira te llames SGAE o te llames Kodak. Mi imagino la cara que pusieron las grandes APIs cuando Idealista empezó a poner en contacto a compradores y vendedores de fincas. Con el tiempo, Idealista es el mejor canal de venta de las inmobiliarias también
En otro post hablaremos de otros ejemplos del esfuerzo por ralentizar la velocidad a la que gira el mundo como el ‘aparente vacío que paraliza el uso de drones’. Con esto si que hay para escribir un libro. Decenas de juristas, expertos, políticos, cómicos y periodistas tratando el tema que nace viejo nada más empezar el debate.
Ministros tratando de imponer leyes, regulaciones y así atender las presiones de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Casi un centenar de empresas paradas, cancelando contratos, perdiendo inversores y viendo como años de desarrollo se pierden por culpa de este tipo de pastores. Resulta que debaten sobre quien y como debe pilotar desde tierra un dron no pilotado. Hablan de capacitar a los conductores y meriendas parecidas cuando el dron del futuro inmediato es autopilotado con sensores y geolocalización desestimando la mano humana en ningún proceso. Cuando se den cuenta, también se pondrán a legislarlo y aun lo retrasaran mas. Que alguien les avise, ganaremos tiempo.
Yo si fuera taxista, ya me habría dado de alta en Uber.
¿Por qué lo llaman domótica cuando quieren decir 'Internet de las cosas'?
Que la industria de la domótica esté incorporando a grandes players como Google, Apple, Microsoft o Samsung nos indica la tonalidad de la batalla tecnológica de los próximos años. Vimos a Google mostrando su Google House, para ver como la tecnología actual ofrece elementos a la vida cotidiana. Es fascinante atender a un día cualquiera de una vivienda inteligente, ‘domotizada’ y con usuarios hiperconectados.
Algo así como a una nevera comprando de manera independiente, alguien cocinando en base a documentos que flotan en la nube de datos de la casa, niños jugando a tiempo real en cualquier superficie y en una videoconferencia colectiva. A eso le sumas una tele que deja de ser tele en un universo multipantalla accesible desde unas Google Glass y te aseguro que la vida inminente se parece más a una película de ciencia ficción que a la que tenemos al llegar a nuestro apartamento actual.
Sin embargo si comparas tu casa con la que podías haberte imaginado hace apenas una década y verás lo factible que se torna todo.
Todo esto no sería en sí nada más que elementos formales del futuro sino estuvieran tocados por el tono de la Internet de las cosas. Hablamos de eficiencia energética, automatización al extremo y datos inteligentes al servicio de una mejor relación entre las personas y sus extensiones tecnológicas.
Google lo muestra en ‘pisos piloto’. Otros como Microsoft lo explican a partir de las gestiones con empresas. Insteon es la apuesta por integrar más de dos centenares de sensores y cámaras para monitorizar y automatizar todos los procesos generados en artilugios y objetos de una casa. A esto se le llama ‘ecosistema digital’.
Si Google y Microsoft van a toda leche en este campo, Apple no se queda atrás. Hace pocos días los de Cupertino presentaron una especie de plataforma para controlar ese ecosistema digitalizado llamado ‘homekit’ y del que no mucho se sabe todavía.
Pero no nos quedemos en la superficie de esta mutación irreversible. La Internet de la cosas va mucho más allá de la domótica. Como nos contaba José Crespo, ‘la tecnología que ya se está probando permite colocar una red de sensores wireless acoplados a minicontroladores y alimentados por energía solar, de manera que los se cubre una superficie como la de un bosque a fin de monitorizar contra incendios con un coste de hardware bajísimo. Lo mejor es que se basa en el uso de software y hardware existente pues el minicontrolador es programable y el protocolo te permite enviar la información a tiempo real al twitter de un guardia forestal, por ejemplo, previo paso por tu server para elaboración de estadisticas y salvar el historial en tu Base de datos’. No es más que Internet de las Cosas, Big-data y hardware a bajo coste aplicado.
Creo que si los grandes actores de la tecnología de usuario o hardware aplicado se lanzaron ya a este universo es porque identificaron la siguiente estación. Hablamos del siguiente paso de todo esto. En unos años todo cuanto nos rodee estará conectado a algo. Incluso nosotros. Habrá tanto dispositivo y datos circulando que la automatización de cuanto conocemos se hará natural y racional. Ese es el campo de desarrollo futuro.
Si eres emprendedor digital debes afrontar ese nuevo continente, ese sexto continente. Piensa en como ahora los sistemas inteligentes que se conectan en wireless ya no conectan solo cosas sino que también conectan territorios completos a la red para que se automaticen los procesos que le afecten. Hay quien defiende que la integración de sistemas es la verdadera Internet de las cosas, la inteligencia de esos conectores.
Los gigantes tecnológicos a todo esto le llaman todavía ‘domótica’ por que no está claro que podamos racionalizar lo que significa la verdadera ‘Internet de las cosas’. Es algo así como pasa con la Impresión 3D, que si le llamáramos del modo que realmente se debería, entraríamos en ‘shock’.
Un mundo sin empleo
Ya hemos hablado de un mundo sin la mitad del empleo actual. Un mundo cercano y complejo repleto de sistemas automáticos y de robots. Sin embargo hay quien va más allá y lo hace desde un lugar donde, por experiencia, se define el futuro, Sillicon Valley. Hay quien habla de un mundo sin trabajo, sin empleo.
Steve Jurvetson, socio de la firma de capital de riesgo de Sillicon Valley DFJ, dijo durante el evento Xprize Visionering que el mundo tiene que pensar en cómo atenderá la cada vez mayor diferencia entre ricos y pobres y no en como va a ocupar a las personas que irremediablemente irán perdiendo sus puestos de trabajo.
Conocí a Jurvetson hace dos años en San Francisco. Este inversor de empresas de tecnología futuristas como SpaceX o la misma Synthetic Genomics, es un tipo que cuando habla parece definir con precisión un mundo que sólo él ve, pero que, sin embargo, a medida que te lo explica, lo comprendes y lo interpretas en toda su aplastante lógica.
Al igual que Jurvetson pienso que ‘el ritmo del progreso tecnológico está desacoplado de la economía y la brecha entre los ricos y los pobres no puede ya ir cambiando de dimensión estrechándose y encogiéndose como hizo en otros momentos de la historia’. Las clases medias menguan sin descanso y en algunos puntos del planeta incluso tienden a desaparecer para dar paso a otros modelos denominados ‘microburguesia low cost’.
Suponiendo como dice Jurvetson que ‘todas las industrias vivirán el momento en el que los robots y software se llevarán por delante el trabajo no deseado, no habrá empleo suficiente para todos los seres humanos’, entonces una pequeña porción de la humanidad controlará la tecnología de la información que permitirá esa ‘automatización global’. Eso, atendiendo a que la economía actual no funciona a ritmo de esos avances podría generar un escenario aterrador donde casi el 80% de la población en disposición de tener empleo no logre tenerlo.
Imaginar un mundo donde no fuera necesario apenas trabajar pues todo estaría automatizado parece ciencia ficción pero cada vez es menos ficción y más ciencia. Coches, transporte, operadores, mecánicos, manufactura, extracción, enseñanza, medicina y cualquier cosa que imagines ya tiene componentes automáticos o derivados que nos hacen ver como será el futuro inmediato.
El reto está en encontrar el modo que permita obtener de esa ‘maravillosa’ opción del ‘automatismo’ la consecuencia de acceso a los derechos fundamentales a toda la población mundial. Salud, conocimiento, cultura, alimentos. Un mundo robotizado para hacer más humana la vida. Para ello se precisa una ‘transición tranquila hacia el mundo de la abundancia’
¿Te lo imaginas? ¿Cómo será esa transición? ¿Cuándo?
Mirar sin mirar
El asunto de hacer una cosa mirando otra es la clave esencial de las Google Glass. Eso de que, mientras realizas algún trabajo, puedes tener activos elementos visuales añadidos y en exposición constante complementando lo que ves es fascinante. La superposición de datos necesarios para mejorar la experiencia en ejecución es lo revolucionario. No es tan solo compartir aspectos puntuales o sustituir una pantalla, es, estoy seguro, una simbiosis plástica entre visualizaciones que aun no somos capaces de comprender.
El asunto de hacer una cosa mirando otra es la clave esencial de las Google Glass. Eso de que, mientras realizas algún trabajo, puedes tener activos elementos visuales añadidos y en exposición constante complementando lo que ves es fascinante. La superposición de datos necesarios para mejorar la experiencia en ejecución es lo revolucionario. No es tan solo compartir aspectos puntuales o sustituir una pantalla, es, estoy seguro, una simbiosis plástica entre visualizaciones que aun no somos capaces de comprender.
Hay mil indicios. Hay uno que tiene que ver con la propia industria televisiva y otros con elementos mucho más técnicos como la sanidad, la seguridad o la geología. Existen casos apasionantes como las sorprendentes razones por las cuales las petroleras viven con ilusión la irrupción de estas gafas ‘del futuro’.
Las Google Glass han tenido una recepción compleja entre los consumidores tradicionales, pero puede ser más práctico para los trabajadores que necesitan tener acceso a los datos, esquemas, mapas o de captura de vídeo para que desde una base externa se pueda interactuar a tiempo real. Mientras que el uso de las dos manos para hacer el trabajo real sea imprescindible, poder seguir viendo cosas que ‘no están y que son necesaria’ puede ser una gran ventaja. Se están probando como parte de una herramienta de gestión de flujo de trabajo para trabajadores en campos petroleros como muestra el video.
Otro ejemplo será el del consumo televisivo. En un mundo con ocho mil millones de habitantes y treinta mil millones de dispositivos conectados a la red todo cuanto ahora vemos o sabemos cambiará irremediablemente por automatización o por distribución. La experiencia lineal hoy en día es cada vez menos rígida pero sigue siendo un proceso simple que se basa en ‘encender’ un aparato y esperar un contenido ya sea a la espera de una programación o seleccionando a la carta.
La caja tonta dejará de serlo y se adaptará a nuestra manera de entenderla. Las fuentes y los lugares de emisión dejarán de tener el valor actual, y eso de manera inminente, comportará también la quiebra de otro modelo económico y de sus procesos vinculados.
El futuro de la televisión pasa por agregar y discurre por la multi pantalla, pero la clave estará en la convivencia entre una industria que deberá reinventar su distribución urgentemente y la transmisión del conocimiento que se le repercute a este. Hoy en día se ve la televisión desde el sofá a la vez que se interactúa con redes sociales o se amplia información sobre lo que sucede en la pantalla ‘madre’ con tablets o smartphones. En breve esa interacción sumará un nuevo elemento mas intrusivo y determinante en el tipo de consumo. Las Google glass basarán esa interacción con la mezcla visual entre pantallas.
Un buen campo de desarrollo puede ser el de generar aplicaciones que vinculen ambas experiencias. Si además es capaz de generar enlaces con modos de compra podemos estar fabricando la televisión, por llamarle de algún modo, del futuro.
Un feed personalizado por cada televidente que mezcle video bajo demanda, en vivo y tradicional, que interactúe con enlaces sociales e identidad digital de observador y observado, inmersión multi pantalla y gestión automatizada de procesos de compra, consumo y asimilación.
Esto en cuanto diferentes sectores industriales, de ocio, de gestión, de servicios, pero me imagino en otros campos como el conocimiento, la enseñanza, la globalidad y el transporte. Todo va llegando. ¿Se te ocurre alguna aplicación en este campo y relacionando todos estos actores? ¿Cómo se medirá la influencia, audiencia o eficiencia? ¿Deberán cambiar las leyes? ¿A que velocidad permitirá la industria que eso suceda? ¿Podrán retrasarlo como si lo han logrado otros sectores en otros campos?
Y Google dijo otra vez 'ok!'
Google lleva tiempo apostando por los coches auto conducidos. De hecho, de la mano de Lexus, han llegado a organizar excursiones por Sillicon Valley de manera periódica. Hace más de cuatro años que la gigantesca compañía de Mountain View experimenta y desarrolla en la conducción automática de vehículos tradicionales, de manera que a partir de un momento determinado un coche convencional pasa a ser tecnología sensorial que atiende a su entorno y te conduce gracias a los avances en materia de navegación que ya poseen. Es normal que lo hagan ellos. No olvidemos quienes parieron el Google Maps, Google Earth o el mismísimo Google View.
Pero en un acto celebrado el pasado 13 de mayo, Google reveló que no son capaces de alcanzar un grado de seguridad suficiente cuando modifican automóviles convencionales que precisan el control de seres humanos en situaciones de emergencia. Por esa razón y en secreto, la empresa se puso a trabajar hace más de un año en la automatización absoluta del transporte personal en entornos urbanos. La búsqueda de alcanzar la seguridad completa eliminando la intervención humana convierte, ahora si, el proyecto a un ventana al futuro real.
Ellos llaman ‘burbuja’ al conjunto de sensores que lleva su nuevo prototipo y que lo convierten en una máquina muy segura. A velocidades ciertamente bajas tiene un campo de control absoluto y circular. Ver como desde un iPhone puedes ‘llamar’ a tu coche y que este venga donde estás desde su estacionamiento tiene su ‘que’.
El vehículo que puedes ver en el video es un habitáculo para dos personas, espacioso y sin elementos informativos ni consolas. Lo que si hay son diferentes elementos de seguridad pasiva por si hubiera alguna pequeña colisión. Me recuerda a los vehículos sin conductor que aparecían en algunas novelas, películas y cómics de ciencia ficción de los años cincuenta o sesenta y que recorrían ordenadamente las ciudades del ‘futuro’. Nos cuentan que mucho de eso estará ‘ready in a year’.
En aquellas escenas de hace varias décadas en las que se veían vehículos parecidos faltaban detalles que ahora si podemos incluir. Acceso a tiempo real a la información del tiempo, noticias, lecturas del correo o lo que sea. Obviamente dejaremos de ir a ningún lugar para empezar algo, lo que sea podrá iniciarse en cualquier momento. La seguridad, la eficiencia energética y derivados son oficialmente sus puntos de defensa.
Creo que desarrollar aplicaciones, dispositivos, elementos que proporcionen algún tipo de innovación relevante o que enlace un ‘google car’ con cualquier aspecto de la Internet de las Cosas, puede ser un buen objetivo para una startup.
En la medida de las acciones por las que nosotros podemos ser competitivos por conocimiento, ‘expertise’ y visión de producto, en Openshopen, donde tenemos un pequeño laboratorio destinado a investigar puntos de encuentro con otras tecnologías, vamos a iniciar un proyecto que vincula el futuro de la movilidad automatizada y la experiencia de compra en circuitos de ecommerce.
Tengo la impresión que el ‘Auto Coche’ no será un riesgo para el vehículo privado a medio plazo. Creo que el punto de relación entre este tipo de coches y los usuarios que lo adquieran o utilicen será más en un entorno de servicio asociado a diferentes patrones de uso, como la logística, el transporte físico y otros. Precisamente ahí viene la clave del asunto. Amazon confesó que su ideal de gestión logística pasaba por el uso de ‘drones’ no tripulados.
Es significativo que Google está comprando empresas vinculadas a la robótica y al uso físico de la tecnología. Mover cosas, depositarlas, acceder a lugares una vez el vehículo llega y afrontar desafios con muchas limitaciones actualmente. En concreto llevan ya en cartera una decena de compañias, algunas de las cuales trabajan en ‘robots que andan’.
Piensa en como tu compra online puede verse afectada con algunos de los ‘futuros’ proyectos de Google en breve.
Me imagino el momento en el que alguien propuso a la dirección de Google ‘fotografiar el mundo’ ponerlo en la red y permitir que cualquier pudiera acceder. La respuesta de los que dieron permiso fue ‘ok’. Me imagino el instante en el que alguien propuso a la dirección de Google ‘fotografiar todas las calles del mundo’ y meterlas en la red para que pudiéramos caminar por ellas de manera virtual. La respuesta tambien fue ‘ok’. Ahora me imagino que alguien ha propuesto a la dirección de Google que ‘un coche que va solo, te traiga las cosas a casa, y que un robot andante toque tu timbre y te las entregue’. Creo que la dirección de Google, con unas Google Glass puestas, ha vuelto a decir ‘OK’.
El 'spotify' del café
En el Cafe Panino Mucho Giusto de la 551 Hudson St. en NYC puedes tomar todo el café que quieras sin pagar. Eso mismo lo puedes hacer en una buena cantidad de cafeterías de esa ciudad y de otras dos en Israel. Solo podrás hacerlo si te has descargado una aplicación llamada CUPS que permite a los usuarios tener tarifa plana en consumo de café. Lo probé hace poco en mi último viaje a Estados Unidos y la verdad es que es una sensación curiosa entre tocar el futuro del que hablamos siempre y la excentricidad comercial.
Sin embargo, la ‘descarga’ de una taza cuando queramos (con intervalos mínimos de media hora) te recuerda el modelo que va asentándose en formatos digitales como video, música, telefonía, libros y, en algunos lugares, la electricidad, el agua, servicios puramente analógicos o la eliminación de intermediarios de manera absoluta. Es una especie de ‘spotify del café’.
Este punto de encuentro entre el ‘longtail’ que proviene del producto digital y la oferta globalizada no es más que la respuesta a los tiempos que vivimos y la percepción de un modelo de consumo más estructurado en la visión de ‘usuario’ que en la de ‘consumidor’. La facilidad para generar un espacio digital de conversión entre usuario, consumo, oferta y espacios donde proponer este uso genera nuevos puntos comerciales e industriales para todos y que benefician este escenario tan innovador.
Si no tuvieramos la tecnología asociada y móvil no podríamos ni pensar en este modelo de venta y consumo. Entronca directamente con la distribución en red y en la generación equitativa por reparto de los costes. Es la teoría de los seguros donde unos pagan por el siniestro que no les va a pasar nunca y que otros si precisarán.
CUPS sólo lo puedes disfrutar en Israel y en New York. Veremos que sucede en España u otros lugares. Innovar y transformarte para sobrevivir es algo que también te toca a ti aunque solo tengas una cafetería. No va de convertirla en un ‘cybercafé’, va de meterte en la tarifa plana digital. Esto sucederá con todo. En IDODI tenemos una aplicación desarrollada muy parecida para hacerlo y es cierto que en estos días son dos las cadenas que se han mostrado interesadas en el modelo. No solo vale como ‘barra libre’ de café, estamos en condiciones de ofrecerla para otro tipo de consumos. ¿Qué piensas?
Impresoras 'drone' o la tecnología promiscua
Hace unos meses que, junto a otros amigos apasionados por los avances tecnológicos y por el estudio que nos deriva el pensar cómo afectará nuestras vidas inmediatas, estamos inmersos en el estudio de algunos proyectos vinculados a la impresión 3D. Aun no tengo claro pordóndee y el cómo, pero si es seguro que voy de cabeza.
Hoy me gustaría hablar de la tecnología infiel o promiscua, la que mezcla el avance de un campo con el de otro. Hoy os quiero aportar una nueva idea con respecto a la impresión en tres dimensiones pero con una diferencia curiosa. Hablo de una plataforma móvil completamente automatizada con capacidad para la impresión 3D de objetos sin limitación de escala.
Son la gente de Gensler, en Los Ángeles, quienes están investigando con la esperanza de superar las barreras físicas que un dispositivo de impresión pueda tener al estar sujetos a algún lugar. La mezcla de ‘drones’ e ‘impresoras 3D’ convierte el ‘asunto’ en apasionante por varios motivos.
Sabemos que se está procurando imprimir en 3D a tamaños muy grandes, como coches o casas. Los intentos de crear impresoras capaces de hacer algo así convierten el hardware en insostenible y encarece lo que tenga que ‘imprimir’. Recordemos que la clave del negocio estará en los consumibles, la ‘tinta’, y no en la ‘impresora’.
La limitación de los ejes XYZ se supera con un objeto volador capaz de generar esa inyección de tinta en cualquier punto y lugar de las tres dimensiones. A partir de ahí las barreras para diseñadores desaparece en cuanto al tamaño de lo que piensen.
El proyecto se finalizó en abril de 2014 con el Hexacopter, un prototipo que se puede ver en el video y que permite a la tecnología robótica incorporar lo que la ciencia llama ‘tech merging’ o lo que es lo mismo, interactuar entre disciplinas de aspectos tecnológicos futuros o en estudio. Es el caso entre domótica con la Internet de las Cosas o el Big Data con el business inteligence.
Me fascina pensar que esta tecnología podría en unos pocos años construir de manera convencional lo necesario para ayudar al progreso global. En lugar de transportar grandes cantidades de objetos necesarios para la edificación al tercer mundo o para lo que sea, se podría pasar a la transferencia de los mismos en forma de datos a ‘drones impresores inteligentes y autónomos’.
De hecho el puesto laboral de ‘conductor de drone’ es un trabajo del futuro que ya puede darse por extinguido y con parados, pues los drones, por definición, funcionarán digital e independientemente. Solo necesitarán datos y coordenadas, no conductores.
Esto representa sólo el comienzo. Gran parte de todo esto dependerá de la comunidad que genere esos avances y esos archivos. La herramienta, y el como usarla, será solo cuestión de unos ‘minutos’ más. Prepararos, el futuro se está imprimiendo.
Conferencia sobre innovación en Palencia
El próximo jueves 29 de mayo estaré en Palencia invitado por la Asociación Jóvenes Empresarios de Palencia para dar una conferencia en el marco del Primer Encuentro Emprendedor ‘Innova Palencia‘. Soy sabedor de que mi amigo Luis, de Nevel Consultores, lleva detrás de llevarme a su tierra para ofrecer una charla desde hace mucho tiempo y me hace feliz poder estar en breve ahí y conocer todo cuanto se está haciendo por la innovación, las startups y por el emprendimiento en general.
Mi charla será una revisión de la que ya di en Puerto Vallarta hace unas semanas junto a Jordan Belfort. Sin lugar a dudas la historia de ‘Una hormiga en París‘ ayuda mucho a contextualizar el valor de emprender y el hacerlo con el rumbo de la innovación como patrón.
Si puedes estar el próximo jueves a las 12 en la hermosa Palencia, si tienes ganas de escuchar hacia donde va este mundo tecnológico basado en ‘la Internet de las Cosas‘, ‘el big-data‘ y la gestión de las redes en nuestra vida inminente, si estás emprendiendo o piensas en hacerlo pronto, si quieres innovar y no sabes por donde enfocarlo o, tan solo, te apetece saludarme, no puedes faltar y en el Centro Cultural Provincial de la Diputación de Palencia te espero. Lo pasaremos bien.
La tele del mundo
Nacho le dijo a su madre que vio la entrevista que le hicieron en Irlanda. Cuando ella le preguntó en que canal exactamente, éste le respondió que en ‘mi canal, en Youtube, en la tele del mundo’. Una anécdota que se puede empezar a elevar a categoría pues es cada vez más evidente que el consumo de la televisión de nuestros hijos es la modalidad que se va imponiendo.
En Irlanda tenemos acceso completo a Netflix. Actualmente en Europa sólo se puede ver aquí y en Holanda sin aditivos técnicos. Está previsto que llegue a finales de año a seis países más entre los que no figura España por cierto. Lo cual es de un absurdo importante pues, sin delinquir, sin piratear o sin rebuscar costuras legales, te puedes saltar a la torera la ‘imposición’ de la tele ‘de siempre’ que tan amablemente nos tienen dedicada nuestros gobernantes. Solo precisas un programa como ‘hola’ en tu navegador Chrome, pagar tu cuota mensual de manera legal y ya está, puedes ver lo que te venga en gana estés donde estés. Legislar para las ovejas es lo que hacen esta gente.
El avance de las nuevas tecnologías, internet y las plataformas de vídeo en streaming están llevando a la televisión a perder su posición de principal canal de entretenimiento. El video que acompaña es del grandioso Kevin Spacey. Es el discurso que dio en el Festival Internacional de Televisión que se celebró en Edimburgo hace un tiempo. Allí aseguró que ‘el auge de internet y la posibilidad de elección entre los consumidores están llevando a que los espectadores busquen libertad y esa libertad esta en las plataformas de suscripcion con contenidos en streaming de alta calidad’. Una de ellas es Netflix y una muestra es House of Cards.
No soy objetivo con esta serie. Me parece una obra de arte. Además representa mucho más que televisión, es la muestra de la ‘televisión del mundo’. Sus episodios se estrenan, temporada tras temporada, de manera simultánea a través de Netflix en todo el planeta. Las plataformas de suscripción que ofrecen contenidos en streaming de alta calidad están precipitando los hábitos de consumo de productos televisivos. Ya han cambiado. La espera y la digestión televisiva son el pasado como tantas otras cosas.
Amazon y Google se han unido a Apple en la pasión por el contenido en streaming. El enfoque es siempre el mismo: un box conectado a Internet enlazado a un televisor habitual que ya va perdiendo su antigua figura. A partir de ahí, suscripción, big-data, gestión de datos y análisis.
¿Lo ves? Pues aunque parezca sencillo, claro y evidente, no todos lo ven. La industria y la revolución tecnológica no están yendo al mismo ritmo. Siguen los modelos políticos de control sobre algo que ya cada vez es menos controlable, las audiencias caen y se diversifican, los mecanismos publicitarios no entienden cómo deben adaptar su exposición y derivadas varias.
Mientras que el contenido se adapta a los tiempos, los mecanismos básicos de la televisión como medio y su monetización no lo hacen. La tele tradicional sigue siendo unidireccional, universal y restringida a los medios digitales. En medio siglo poco, conceptualmente, ha cambiado por el lado de los que ‘hacen televisión’, solo está mutando por el lado de los que ‘consumen televisión’. A este paso un día alguien estará emitiendo para el vacío absoluto.
Televisión social, multi pantalla, inteligente, conectada a las cosas y atemporal. También, y en eso estamos trabajando algunos hace años, será una fuente de datos inmensa para la estudios de comportamientos, tendencias y conversiones de negocio. Concretamente estamos desarrollando para un cliente un dispositivo que es capaz de implicar audiencia y marca enlazando la pantalla de un dispositivo en streaming con juegos y conversaciones reales. Youtube se lanza a la compra de Twitch por que lo ve venir.
Sigo pensando que para nada, de todo este momento de la historia, hay un final de via. Creo que, por ejemplo, la publicidad en televisión tiene mucho que ganar al mejorar su ritmo y su valor en las pantallas. Audiencias estimuladas podran comprometerse con las marcas de una manera diferente y simultánea. El interes por un producto en una familia de cuatro miembros puede emitirse de cuatro maneras distintas y enlazar con el posible cliente de cuatro maneras diferentes por edad, perfil de consumo, frecuencias de visionado o lo que sea. Esto podria ser la publicidad responsable de la ‘televisión del mundo’.
La industria de la televisión tiene el reto de adaptarse y de ser imaginativa, sino el riesgo de ser cada vez más irrelevante corre a toda velocidad y en direccion a ella.
Puro futuro, pura innovación
Ayer se celebró el primer Conector Demoday en el que cuatro de las startups que estamos acelerando pudieron mostrar su estado actual. A pesar de que yo tuve que seguir el evento digitalmente, noté la ilusión de quienes presentaban sus proyectos. La verdad es que la calidad de todos es ya muy alta y quienes las impulsan destacaron la gran experiencia que ha sido pasar por Conector. Mentores, emprendedores, socios e inversores ya están tramando el futuro inmediato de todos ellos.
En mi caso, a pesar de ser inversor en todas por extensión a Conector, me he planteado invertir en el resto también a título individual tras analizar estado y opciones. La primera ha sido PopPlaces y a medida que se vayan abriendo las rondas aplicaré en las aperturas del resto. Tengo conocimiento cercano de todas ellas debido a que comparto el día a día de sus progresos y de sus anhelos. La calidad de los equipos y los modelos de negocio que se ofrecen me dan una gran confianza en el valor de invertir en ellos.
Los cuatro proyectos que se presentaron en el demoday de ayer y que ‘inauguran’ las ‘licenciaturas’ de nuestros acelerados fueron Lynber, Adictik, Conductr y PopPlaces
Lynber. Una plataforma tecnológica que permite a los clientes la personalización de productos de moda y complementos. Para mi es la mejora de algunos de los proyectos en los que me impliqué en el pasado. Estoy convencido que la retirada de intermediarios en el mundo de la moda aún no ha llegado al límite. Lo que puede pasar gracias a Lynber en el mundo de la moda, pasará por primera vez. Son puro futuro, pura innovación
Adictik. Una de mis mentorizadas. Todo ilusión. Sin lugar a dudas responde también a las reglas esenciales del futuro de la Nueva economía. REtirada de intermediarios, generacion de informacion diversa y distribuida. Adictik es una plataforma tecnológica que permite a las marcas patrocinar a sus fans. Lo que puede pasar gracias a Adictik en el mundo de la publicidad, pasará por primera vez. Son puro futuro, pura innovación.
Conductr. Una App para iPad que funciona como controlador del software de referencia para la producción musical, el Abelton Live. No tiene menús, funciona por contacto utilizando fórmulas nunca vistas con anterioridad. Es un producto para musicos hecho por musicos, la electrónica y las acciones de producción musical sin intermediarios. Lo que puede pasar gracias a Conductr en el mundo de la música, pasará por primera vez. Son puro futuro, pura innovación.
PopPlaces. Un Market place donde los comerciantes alquilan sus tiendas por días a las marcas. Se dedican a encontrar y gestionar las mejores localizaciones para sitios pop-up. Ya cerró su primera ronda de inversion y no paran de ganar premios. Todas las cosas que gracias a Pop Places pasaran por primera vez en la gestion de los espacios son puro futuro, pura innovacion. Lo que puede pasar gracias a PopPlaces en el mundo de la gestión de espacios, pasará por primera vez. Son puro futuro, pura innovación.
En breve comunicaremos desde Conector los, entre 15 y 20, seleccionados para ser acelerados en la segunda edición que está apunto de empezar. Si tienes proyectos en marcha vete preparando para la tercera, si eres inversor no dudes en solicitar información para las inminentes rondas que se van a abrir y si quieres ser parte de Conector patrocinando alguna área concreta ponte en contacto con nuestra CEO aquí.
Archivos que salvarán millones de vidas
Entre los cambios que se avecinan a mayor velocidad destaca la mal llamada ‘impresión 3D’ y que debería tener otro denominativo más eficiente para describir lo que realmente puede llegar a ser esta tecnología. Lo que tenemos ante nosotros es la puerta a la retirada disruptiva de todo tipo de añadidos y artificios que, por diferentes razones, irán dejando espacio a lo digital, a los datos y la llegada implacable del modelo en transmisión de datos. Complejo definir, denominar o clasificar algo así.
Uno de los ejemplos más emocionantes lo hemos conocido hace pocos días. Kyllie Wicker es una niña de 9 años de Illinois que nació sin dedos en su mano izquierda. Ella protagoniza esta hermosa historia donde la tecnología y la humanidad se abrazan de manera extraordinaria. Al parecer, según el padre de la niña ‘una prótesis puede costar entre 20.000 y 50.000 dólares y el seguro sólo pagaría una en la vida de Kylie, por esa razón la decisión a que terminara de crecer y pudieran dotarla de una prótesis con sensores para leer las señales musculares retrasaba la opción de que la pequeña tuviera algún tipo de ayuda en su mano afectada’.
Los estudiantes de la Boylan Catholic High School en Rockford, también de Illinois, fabricaron una mano para Kylie después que su padre, Jeromy Wicker, descubriera que otro hombre había hecho una impresión en 3D de una prótesis de mano para su propio hijo también muy joven.
Todo fue extremadamente sencillo. El profesor a cargo del proyecto encontró las instrucciones para la mano en un sitio Web llamado Robohand y dijo que el costo apenas cinco dólares.
En estos días, y para subir si cabe a un nivel aún más complejo, se ha sabido que la impresión 3D también ha sido probada y con éxito en la producción de pequeños vasos sanguíneos para ratones donde los científicos se ven capaces de poder armar un corazón completo en los próximos tres años. Hablan de ‘bioficial heart’ donde se mezclan elementos orgánicos vivos con otros artificiales y que el coste de un coraz. De hecho, el biologo celular Stuart Williams, en uno de los proyecto más ambiciosos en cuanto a la tecnología de impresión 3D, está tratando de producir un corazón humano completo que sería asequible para cualquier persona en coste y tiempo. Hasta el momento, su Universidad, la de Louisville en Kentucky ya ha impreso válvulas cardíacas humanas acompañadas de pequeñas venas con sus propias células. El tiempo corre y pesa como el plomo.
Seguimos sin detectar donde lleva la tecnología de la impresión en 3D, donde se posicionará cada activo y quienes serán los players definitivos. No sabemos si es un tema de fabricantes de hardware, un asunto de comunidad e inteligencia colectiva, un escenario de encuentro para diseñadores y compradores en la longtail, simplemente un factor de cambio en la cadena de valor entre quien quiere algo y finalmente lo disfruta o la casi extinción del transporte de pequeños objetos. Sea lo que sea, ya empieza a dar pistas del tremendo cambio que va a generar en todos los campos de la vida.
Como especie seguimos dándole vueltas a lo nuestros problemas, a ese conjunto de cosas que componen la vida, pero mientras tanto en algún lugar de este maravilloso lugar llamado Planeta Tierra, alguien está pariendo ahora mismo el archivo que salvará millones de vidas en el futuro inminente.
La mano que imprime
El criterio que utilizo para proponer proyectos tecnológicos a este blog responde a cuatro aspectos: que tengan un modelo de negocio disruptivo y escalable o que sea fácilmente identificable en un mercado genérico, que signifiquen un avance notable en algún campo de la gestión de procesos lo más sencillos posible y que permitan establecer un enlace inteligente entre usuario y objeto. El último requisito es que lo conozca de primera mano o bien por tener contacto con los emprendedores o bien por la invitación al uso del producto.
En mi opinión, hablar de hacia donde se está dirigiendo nuestra sociedad en base a los avances tecnológicos y disruptivos debe ‘mezclarse’ y desdramatizarse con la incorporación de otros avances menos ruidosos y espectaculares pero que, en su esencia, responden a la creatividad, la tecnología aplicada y lo cotidiano.
A mi modo de ver Mini Mobile Robotic Printer alcanza algunos de esos puntos. Es cierto que la impresión como apoyo de lectura no goza de un futuro brillante, tal vez todo lo contrario, es evidente que el soporte digital evitará cada vez más la impresión sobre papel. Sin embargo creo que este dispositivo se presenta para ocupar un espacio muy interesante y huérfano. El prototipo que he podido testear es fascinante. Fabricado por Zuta Labs gira entorno a la movilidad, a los tiempos actuales y espera reinventar la impresión personal.
Guardando la distancia necesaria hacia lo que en esencia es una impresora, me interesa cómo se pueden repensar algo tan esencial. No dejamos de darle vueltas todos los días a la robótica y sus derivadas en todos los campos. ¿Qué podemos aprender de la manera en que estos chicos han llevado a cabo este desarrollo? A mi modo de ver, lo esencial es como lo han pensado, como lo han conceptualizado y a que respuesta han llegado.
¿Qué es una impresora? Básicamente una mano computerizada. A partir de ahí nace la curiosa innovación. Se observa un documento y lo escribe de un lado a otro de la hoja. A partir de ahí la idea principal era retirar el corsé que supone considerar que la impresora debía tener un tamaño, ancho o largo, similar a la hoja donde se iba a trabajar. La esencia de este ‘device’ es que la impresora ‘se arrastra’, la mano robótica escribe.
El resultado es que una vez colocas este aparato sobre la página en blanco, el software inteligente define el movimiento, el espacio y su gestión. Para documentos de varias páginas, sólo tiene que levantar el Mini Mobile y colocarlo sobre otro papel en blanco en el momento que se detenga. Su mayor hándicap es su lentitud pues tarda un minuto por hoja, pero se compensa con detalles como que permite el uso de cartuchos tradicionales de tinta y que su coste rondará los 100 Euros.
Por cierto, si quieres una puedes reservar una aquí donde ya han logrado recaudar el dinero necesario para afrontar el reto de su comercialización básica.
El futuro avisa
Hay compañías en el mundo que forman parte del futuro. Lo son por su importancia actual. Google o Facebook son empresas, que junto a otras tantas, definen el presente y trabajan por seguir haciéndolo en los próximos anos. Eso se logra anticipándose. La diferencia entre las empresas que lo lograron hacer en otros tiempos, y perduran, con respecto a las que no lo hicieron, y languidecen, es la hoja de ruta que nos lleva a otra época: al futuro inmediato e inminente.
A mi modo de ver hay seis puertas entre abiertas para entrar en él con garantías: gestión de datos (Big-data), procesos de venta automatizados (smart commerce), auto logística (drones), inteligencia artificial e integral (robótica), comunicación hipersocial (redes complejas) e Internet de las Cosas (domótica).
Hay empresas que nos dan pistas. Pongamos de ejemplo a Google. Esta ‘super empresa’ ha pasado de ser un motor de búsqueda a un ecosistema de intereses tecnológicos en todos los sectores. Se ha convertido en la guía de referencia para saber hacía donde vamos. La compañía de Mountan View fundada por Larry Page y Sergey Brin ha puesto la directa en tres campos concretos: robótica, domótica y drones. Por su lado, Facebook, lo ha hecho en los otros dos: realidad virtual probablemente enfocada a aspectos comerciales e hipersociales o Whatsapp, buscando comunicación social también enfocada al Big-data.
Si hablamos de robótica debemos integrar también la inteligencia artificial como factor estimulante de este cambio brutal que vive nuestro planeta. Google compro casi una decena de compañías que se dedican a la investigación y el desarrollo en este campo. Destacan algunos. Boston Dynamics y DeepMind han sido las más destacadas.
Si hablamos de domótica queremos reducir a un vocablo el complejo mundo de la Internet de las Cosas. La compra de la empresa Nest lo dejó claro. Google apuesta por integrar dispositivos en la casa con la red y sus relaciones con las personas.
Finalmente el otro sector de interés, el de los drones, busca claramente integrar la logística a ese nuevo modelo social y económico que llega. La también compra de Titan Aerospace hace pocas semanas cierra un primer círculo a observar por parte de todos los que nos dedicamos a emprender tecnología.
Obviamente no todos podemos trabajar en esos campos pero si abrimos la mente, las expectativas y pensamos lateralmente veremos que la innovación puede estar mucho más cerca de lo imaginable. En cualquiera de estos campos hay derivadas latentes, aspectos a mejorar y complementar. Es el partido de las estrellas y todos tienen puntos que aportar. El desarrollo de grandes y sofisticados brazos armados precisa de centenares de ‘addons’ para que sea completo.
El ecommerce como lo vemos ahora no deja de ser un escaparate digital de millones de negocios. Cuando lo veamos como parte de esa revolución logística, secuencial, inteligente y socionómica, entonces, veremos cual es el papel de todos. El renombrado Big-data no deja de ser otra derivada de estos modelos.
Tengo claro que la internet de las cosas, la que necesita de dispositivos para establecerse, nos dará la clave en breve. Quien quiera vender algo en la red, deberá “convencer” a una máquina. Digamos que si nuestra nevera se queda sin queso y ella se encarga de pedirlo por la red, la selección algún día se basará en criterios técnicos o sustanciales a lo que un software pueda decidir. Big-data, algoritmos, experiencias o lo que sea marcará que quien te compré el queso no será un humano, lo acabará haciendo una máquina atrapada en el modelo móvil de su dueño.
El futuro dicen que llega sin avisar. Que los avances se nos tiran encima y que las novedades tecnológicas, a veces, se deben digerir tan rápido que nos superan. Eso no es cierto. Si nos quedamos pendientes de lo que nos explican los titulares de un informativo cualquiera, tras un programa donde se subastan personas como ganado, entonces es probable que la mayor novedad que seamos capaces de anticipar sea una aplicación móvil capaz de decirnos donde ir a comer. Fascinante. El futuro avisa, y lo hace sólo para los que quieren ser avisados.
De revoluciones y milagros
Conocí a David Jones en Maryland hace unos años y ya me llenó la cabeza de una cosa que él definía como la ‘teletransportadora de cosas’. Ahora le llamamos impresoras 3D y son parte de la revolución inminente. David y su equipo presentaron a un grupo de inversores hace unos meses un prototipo que nos encantó y la mayoría nos comprometimos con ellos. Sin embargo, visto lo visto en la campaña que lideran en Kickstarter el dinero no va a ser un problema. Superando los tres millones de dólares la cosa queda en manos de la ejecución y del desarrollo final para el negocio. En 11 minutos lograron los 50.000 US$ que precisaban por cierto.
Todo parece indicar que lo que llamamos técnicas de impresión 3D avanzan de manera exponencial pasando de lo experimental a lo operativo. En Sant Cugat la empresa HP ya ha puesto su central de desarrollo de este tipo de producto por ejemplo y están trabajando a pleno rendimiento para atrapar al futuro.
Las impresoras 3D que bien podrán llamarse de muchos modos menos impresoras suponen un cambio en todas las cadenas de valor que ahora no somos capaces ni de imaginar. Todo se podrá reproducir, incluso aquello que ahora consideras imposible. La limitación sólo residirá en el material a clonar y la capacidad de moldearlo o trabajarlo. Ahora parece difícil cocinar algo con una impresora 3D, pero obviamente eso es sólo un problema técnico que se podrá solucionar con brazos articulados, transferencia de tiempos, procesos y ‘descarga de tintas’ comestibles. Es por poner uno de los ejemplos que Jones me comentó sobre lo distinto que será el mundo en breve.
La entrada de las impresoras 3D a los procesos industriales se va a llevar por delante conceptos residentes e inamovibles desde hace décadas. Va a haber una batalla y como en todas las guerras, unos ganan y otros pierden. De momento sabemos que la llegada de estos dispositivos a la vida de los ciudadanos será moderada y, como pasa ahora con la impresión tradicional, cada vez más la dependencia estará en los consumibles que en el hardware, así como, ‘imprimir’ en según que materiales lo dejaremos para las comercios capaces de disponer de muchos ‘cartuchos’ de materiales distintos. Tengo la impresión que las impresoras 3D entrarán en lo cotidiano cuando dejemos de llamarlas impresoras y las denominemos ‘creadoras’.
El traslado semántico de ‘printer’ a ‘maker’ es el enlace mental pendiente para una sociedad que puede aceptar la copia de objetos pero todavía no les puede dar el valor que tendrán esas reproducciones.
Estamos ante un momento brutal. El tiempo pasa y muchos se van quedando. Directivas políticas procurando el ralentí tóxico de toda una sociedad. Legislar contra todo avance y retrasarlo, generar espacios legales con excusas sobre la protección de las personas cuando en realidad sólo es la coartada para seguir controlando el asunto que perciben se les va de las manos. Un momento único que, este tipo de dispositivos nos muestran como puede llegar a ser.
La impresión 3D y todos los cambios en los procesos industriales que se van a producir, la Internet de las Cosas y la mutación disruptiva que supondrá ‘dar vida’ a máquinas y objetos conectados entre si, y, por supuesto, la eclosión de la red absoluta donde las personas no deberán atender a intermediarios donde no son necesarios.
La primera revolución, la de la impresión diferida, modificará el valor de la producción. La segunda, la de los objetos conectados, cambiará la percepción de la vida. La tercera, la de la eliminación de intermediarios, revisará el papel de los políticos, periodistas, abogados, médicos, etc.
¿Por qué durante cuatro años la política circula lejos de la ciudadanía cuando de manera electrónica se podría consultar, casi sin coste, en múltiples ocasiones y por múltiples temas? La respuesta es tan escandalosa que duele. Es como comentó José Crespo en este mismo blog hace unos días ‘Atrévete, desarrolla red, desarrolla software y desarrolla hardware, integremos a España en ese mundo global y tecnológico al margen de esta gentuza que nos dirige. Entonces empezaremos a ver cosas que hoy nos parecen auténticos milagros‘.
Otro enfrentamiento épico
Durante la visita que hice a Portugal la semana pasada, compartí workshop con una presentación de la empresa alemana Kuka. La verdad que mirar un robot jugando al tenis de mesa sin cometer errores es algo fascinante. Esta empresa fabrica brazos articulados inteligentes y para demostrar el grado de perfeccionamiento del asunto se han marcado el video que acompaño sobre una batalla entre la máquina y el campeón alemán de ping-pong Timo Boll.
Es una batalla épica donde, aunque al final el hombre vence, se denotan los avances tecnológicos que van más allá del software, también de la precisión del hardware que calcula golpe, retroceso, efectos y otros elementos con una extraordinaria facilidad.
Obviamente hablamos de una especie de metáfora, de algo que puede usarse para hacer un spot publicitario o para adornar algún reportaje efectista, pero también podemos tomarlo como la parte en el que el hardware, los robots físicos, podrán ejecutar órdenes inteligentes y, cada vez, de un modo más perfecto. Seguimos, y rápido, estructurando un futuro sin empleo masivo, sin espacio para lo ineficiente y donde poco a poco estoy seguro lograremos encajar menos trabajo, más máquinas y un mejor planeta en consecuencia. Tardaremos en lograr conjugarlo, pero la historia del mundo es la crónica de la adaptación y de la conquista del tiempo.
Me decía mi peluquera que un robot jamás podrá cortar el pelo bien, ni interpretar el gusto y las sensaciones. Que un movimiento de cabeza podría generar un desastre en el corte. Me temo que eso no es así y pertenece a los tópicos del ‘falta mucho para eso’.
Aunque Boll gana por poco, 11-9, y parece una trivialidad, el ping-pong se ha convertido en una forma habitual de demostrar la agilidad y los reflejos rápidos de los robots. Ya lo hizo la empresa vietnamita Tosy.