Economía, Negocio, Prensa, Tecnologia Marc Vidal Economía, Negocio, Prensa, Tecnologia Marc Vidal

Próxima estación: 'emergentes'

La semana pasada se vivió la peor liquidación de divisas registrada en los mercados emergentes en cinco años. La reducción gradual de los estímulos monetarios en Estados Unidos están provocando los primeros síntomas de tipo global. Hay monedas con las que no solemos interactuar o saber poco pero que tienen un papel muy importante en, por ejemplo, la internacionalización de una compañía o de una startup. No todo funciona en dólares ni tampoco, en caso de que al final las pasarelas de pago locales así lo determinen, se puede operar con él.

La lira turca, el rand sudafricano y las monedas de Brasil o Mexico se fueron a niveles de 2008. En este cuadro yo no incluyo ni a Argentina ni a países de órbita compleja como Venezuela. Estos tienen otros problemas y son países donde yo no invitaría nunca a invertir ni un céntimo.

Mientras que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica fueron algunos de los motores del crecimiento mundial tras la crisis financiera de 2008, los mercados emergentes estarían empezando a representar una amenaza para la estabilidad financiera mundial. Nada es gratis en esta vida y lo que te dieron se lo vendrán a cobrar. Países como Colombia, que suponen un destino muy interesante para los que exportamos tecnología y que pertenece a un modelo comercial ideal pues su penetración digital es creciente, su nivel de vida ha mejorado notablemente y la proyección productiva es espectacular, también pueden estar en la sala de espera de su propia equivocación. Son crecimientos poco orgánicos y muy vinculados a que muchos inversores buscaban resquicios por donde invertir en el momento que el ‘primer mundo’ flaqueaba. Es importante ahora asegurar lo que era auténtico de lo que era fachada.

Me temo que pueden encontrarse en una encrucijada para la que no se han preparado y eso que llamaron crisis y que yo denomino ‘revolución’ esté iniciando su segundo capítulo ahora en ‘los países emergentes’. Oiremos cosas como que “el entorno actual es potencialmente muy tóxicos para los mercados emergentes“ o “es mejor no aconsejar invertir en mercados emergentes“. Ambas frases las pronunció la semana pasada Eamon Aghdasi de Société Générale, un tipo que conocí hace unos cinco años en Nueva York y que era el abanderado de la inversión en China, Brasil, México y otros.

Y es que el susto lo tienen en el cuerpo unos más que otros. China se puede contraer por primera vez en seis meses, sumándose a la preocupación de que el crecimiento está perdiendo empuje en la segunda economía más grande del planeta. Eso nos guste o no tiene que ver con ese macroajuste universal al que se está viendo sumida la humanidad. Tiene que ver con unos tiempos que parecían sólo afectar a las economías más desarrolladas y que, esa revolución, solo atacaba y se producía en el occidente desarrollado. La revolución digital y socializada tiene ya una expresión financiera y productiva en todos los países, incluso aquellos que no parecían implicados en esta metamorfosis socialmente y tecnológicamente planetaria.

Esto el principio del gran ajuste. De nuevo, como ciudadanos, pagaremos el desconocimiento general de quienes nos gobiernan. No es culpa de ellos, es, básicamente, motivo de que vivimos tiempos de cambio de época.

El Fondo Monetario Internacional pronostica que la ventaja que tuvo en el pasado el crecimiento de los mercados emergentes en relación a las economías más avanzadas, se reducirá este año a su menor nivel desde 2001. Que lo diga el FMI no es garantía de que tenga que suceder. No es necesario listar toda la cantidad de sandeces que han pronosticado estos burócratas alejados de la realidad. Sin embargo es cierto que, sin explicar el motivo, lo que se avecina es un cobro brutal por parte de los países ‘avanzados’ sobre los que ‘se aprovecharon de la crisis de éstos’. El cobro puede ser sangrante. Ya lo veremos.

De momento, sólo aconsejar a los que estamos trabajando modelos de negocio basados en escenarios complejos vinculados a países que van a vivir tormentas financieras, productivas y de, probablemente, cambios políticos y convulsiones sociales, que reajusten los planes de expansión y preparen diferentes modelos de flexibilización de esas campañas internacionales. Ya no va a ser tan fácil, será preciso tener un buen background, experiencia y espíritu de sacrificio para soportar muchos más viajes a fin de concluir operativas abiertas que se pueden romper en minutos.

Aunque hablamos de divisas, y hace muchos años que dejé de trabajar en ese mundo de la mano de Forex, la realidad y mi memoria me hace percibir que las antesalas de muchos procesos económicos empiezan o por la deuda o por el cambio de moneda. Mi consejo es asesorarse bien, no aventurarse si no se conoce el escenario y sumar con experimentados exploradores si es el caso. El mundo sigue su transformación, dura en los países ‘avanzados (sumergidos)’, progresiva en los ‘emergentes’. Para que todos floten será preciso un mundo más equilibrado y la tecnología lo estimula pero el hombre lo retrasa. Tengo claro que la primera se llevará por delante la voluntad de los segundos. De momento la siguiente parada de la revolución ya se ve a lo lejos: los mal llamados emergentes. ¿Porque no les contamos lo mal que lo hemos hecho nosotros?

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Las duras reglas de la Nueva Economía

Llevamos días hablando del futuro. No es una novedad. De hecho lo hemos ido haciendo todos desde hace casi una década. Empezamos con los avisos sobre lo que se cernía sobre nosotros, luego sobre como sería eso de las redes sociales, más tarde sobre negocios digitales, también pusimos en alerta la revolución emprendedora que se avecinaba y, por supuesto, en que consistiría el modelo social del futuro en términos tecnológicos y económicos. Seguiremos aportando esos juicios acerca del futuro. Es bueno y ayuda a marcar estrategias.
Ayer pudimos leer un estudio de John Cannarella y Joshua A. Spechler de la Universidad de Princeton que vamos a vivir cambios notables en el mundo de las redes sociales. En ese entorno de relaciones humanas digitalizadas que supone, por ejemplo, Facebook la metamorfosis ha empezado. Que el ingenio que mueve las conciencias y las disposiciones comunicacionales de más de mil millones de personas en el mundo pueda estar a tres años de su desaparición tiene importancia nos guste o no lo que representa.

Estos señores pronostican el inmediato proceso de hundimiento y mortalidad de la criatura de Zuckemberg. Sus conclusiones indican que este año Facebook reducirá hasta un 20% su tamaño, para experimentar a continuación una caída en picado que le llevará a perder el 80% de su actividad entre 2015 y 2017.

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Nadie está a salvo en esta economía cambiante y rápida, en este Fast-food de la innovación. La gent más joven está en huida masiva de la ‘vieja’ Facebook para refugiarse en otras más inmediatas, flexibles y epidérmicas como Twitter, Instagram, WhatsApp o la increible Snapchat. Parece ser que estar en Facebook empieza a verse como algo poco ‘cool’ y ‘plagado de gente mayor’. Recordemos que los jóvenes son los ‘early adopters’ por excelencia de este tipo de escenarios y los que determinan los flujos de la moda, algo tan superfluo e inconsistente a veces como determinante otras.

Mi impresión, no obstante, es que Facebook se podría morir por su propia estructura de negocio. Demasiado anuncio vinculado al propio y endogámico modelo de pautar tus impresiones. Tal vez las empresas dedicadas a esto logren ubicarse en el punto exacto pero conozco centenares de casos que ponen en duda la eficiencia o la ‘sinceridad’ de esta opción en las campañas de la red social en cuestión.

Estamos presenciando el principio del fin probablemente en Facebook. GlobalWebIndex ya reconoció una caída del 3% en el uso de Facebook durante la última mitad de 2013. Otros datos, los de Jaffray mostraban que el 26% prefiere Twitter, mientras que únicamente el 23% opta por Facebook.

Tal vez sea un error mantener la dirección sobre el modelo de anuncios y su réplica ‘googeliana’ que iniciaron hace tiempo. Ahora dicen que están desarrollando una red publicitaria móvil propia. El gigante social anunció el miércoles que se estaba llevando a cabo un examen para ayudar a los desarrolladores de aplicaciones monetizar el dispositivo móvil.

Como parte de la prueba, Facebook dijo que estaba ampliando su focalización para mejorar la relevancia de los anuncios que se muestran. La verdad es que parece que han perdido la iniciativa y todo cuanto anuncian va unos pasos por detrás de lo que su ‘competencia’ presenta. El desarrollo de esta red de publicidad por parte de Facebook se produce después de Twitter lanzó la suya el mes pasado, tras la adquisición de MoPub.

¿Que opinas de que una de las empresas con mayor cantidad de gente implicada del planeta pueda desaparecer en tan poco tiempo? ¿que crees que está afectando en un mundo tan rápido y cambiante?

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Soñadores, habilidades y empleo

Hoy hemos sabido que en España hay menos parados que hace un trimestre. Lo que por desgracia no parece fruto de ninguna política activa pues si así lo fuera, también lo tendría que ser que ahora, también, hay menos gente trabajando. ¿Dónde se han ido unos y otros? Hemos hablado muchas veces de que las cifras y la realidad no concuerdan cuando salen de la boca de un tecnócrata pagado por su partido.
Ayer un miembro de mi equipo me decía que prefería trabajar conmigo en Irlanda porque se había dado cuenta que estaba potenciando alguna de sus habilidades que consideraba más importantes para el futuro. Me aseguró que el tema del paro y de la falta de oportunidad no tiene que ver solo con la situación económica, que tal vez el asunto iba de no haber entendido bien el momento histórico y laboral que tenemos. Me habló de oportunidad, no de problema.

Recordé haber estado leyendo hace pocas semanas acerca de los empleos del futuro, de las habilidades que se exigirán en el futuro inmediato y de cómo los empleos que están dando más oportunidades también relatan nuevos modos de acción y relación. Hablamos de conectar empleos que no existían hace apenas cinco años con habilidades que no eran determinantes tampoco en esos momentos.

A pesar de que las habilidades que más me interesan están fuera de él y detallo al final del post, os quiero mostrar algunos fragmentos del informe ‘future Works skills 2020’ describe algunas de estas habilidades y que muy bien relata Ignasi Alcalde en un resumen publicado recientemente.

La primera es la síntesis objetiva. Cuando estableces un modelo de gestión que no es vertical, que se basa en la flexibilización de la propia compañía y sus posiciones, es evidente que lograr una acción coordinada exige determinar la síntesis de los puntos clave que nos ayuden a crear una visión unificada antes de tomar decisiones.

La segunda es la inteligencia social argumentada en la capacidad de conectar con tu entorno para estimular interacciones tal y como esperamos. Comportarse de manera flexible y adaptativa permite que los que nos rodean permitan la construcción de grupos eficientes y colaborativos.

La tercera es para mí la más importante. El pensamiento adaptativo. Una habilidad que surge de la superación de barreras o rutinas, que innova y crea y que se convierte en algo novedoso, atractivo y fundamentalmente divertido.

La cuarta, según el informe, trata de equiparar entornos culturales y habilidades lingüísticas y saber tratarlos sin problemas. Obviamente no se trata solo de hablar varios idiomas, cosa que es imprescindible hoy en día, sino que en el futuro inmediato lo determinante será combinar edades, culturas, lenguas y contextos en la propia empresa y reproducirlo a escala.

La quinta competencia que marcará el modelo de empresa en breve será la capacidad para el procesamiento de datos. Una especie de derivada computacional de nuestro modo de razonar. Entender los conceptos abstractos y razonarlos para poder traducir su significado y aumentar las funciones para sintetizar la información requerida.

La sexta no es opcional. Se trata de la alfabetización digital extrema. Pero el informe no habla de un entorno epidérmico de los medios digitales sino que asegura que en el futuro los trabajadores deberán tener fluidez en varios formatos para evaluar información de forma crítica y comunicarla a través de diversos canales que ahora mismo más parece vinculados a las cosas que a las pantallas.

La séptima nos indica que el conocimiento de nicho no será competente. Se espera que los trabajadores de nueva generación sean capaces de entender conceptos a través de múltiples disciplinas. Deberán poseer un profundo conocimiento de al menos un área, pero deberán tener la capacidad de conversar en los idiomas de otras materias.

La octava indica que en el futuro inmediato los trabajadores se vincularán de manera virtual a grupos y equipos. Está claro que eso ya es una evidencia, pero hablamos de naturalizarlo en el sentido más físico del término. La batalla moral al respecto va desapareciendo y otorgando valor a las relaciones digitales entre las empresas.

Hay varias más en ese informe pero yo quisiera incorporar tres que me parecen imprescindibles y que tienen que ver más con mi propia experiencia y en lo que yo detecto en el día a día. No me sirven esas competencias anteriores sino son bien mezcladas con modos y actitudes, con maneras de ser.

Una primera que habla de sueños como motor vital en un trabajador. Si no se estimula la necesidad de soñar para trabajar lo datos, las habilidades, las competencias y las obligatoriedades no valen un pimiento. Esto va de subir montañas, de vivirlas con intensidad en la subida, en relajarse un momento al llegar y de bajar a toda prisa para subir otra. La habilidad más importante para mi es la que tendrán aquellos que comprendan que no hay ‘empleo’ o ‘proyecto’ definitivo o para toda la vida, que lo que hay son miles de pasos y sucesos estimulantes, de errores y caídas, pero que lo importante, el ‘skill’ definitivo será saber disfrutar, cambiar y levantarse si toca.

Reclamo el derecho a ser un soñador, a creer que todo es posible. Es demasiado sencillo asumir la derrota y hacerlo sin mover un dedo. 

Una segunda que evidencia la necesidad de saber tratar con objetos hiperconectados y entender que en ellos se está reproducieondo la nueva revolución digital y tecnológica, que el nuevo escenario está repleto de datos pero también de cosas conversando.

Esperar que algún proyecto de base tecnológica resuelva problemas o situaciones que tienen que ver con lo cotidiano es muy estimulante. En ocasiones esto es realmente muy relativo y superficial pero pueden esconder grandes expectativas.

Y la tercera trata de conquista emprendedora, de abandono del ‘todo es culpa de otros’. El ‘worker’ del futuro debe tener unas competencia técnicas como las que hemos dicho pero también debe ser alguien que comprenda el momento y el escenario actual, que entienda que esto va de divertirse, de conquistar tu propia existencia, de determinar lo que quieres ser, de buscar tu destino y de que, ya que vas a pasarte la vida haciendo básicamente una cosa llamada ‘trabajar’, que sea exactamente como lo habías soñado.

A veces pienso que el emprendedor tiene una composición molecular peculiar. Se diferencia de otros individuos por ser creativo en mayor o menor medida, disponer de una gran intuición, incluso si fracasa, de un grado de optimismo patológico que puede perfectamente mezclarse con un espíritu crítico y analítico de la realidad, un emprendedor no es un iluso, es un valiente que decide tirarse por un acantilado sin saber, muchas veces, que le espera allí abajo.

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¿te da cosa la Internet de las cosas?

Aquí ya hemos hablado de la ‘Internet de las cosas’ y de cómo la llegada de la conexión de objetos y dispositivos revolucionará la vida de las personas, ciudades y organizaciones. Es algo tan imparable como lo fue en su día la llegada y despliegue de la propia Internet. Mucho tendrá que ver el concepto smart city y la extraordinaria manera de conectarnos con los modelos sociales que nos rodean. No es algo que se pueda elegir, viene y ya está, y como tal es bueno ir tomando conciencia de cómo logramos que eso sea un hecho beneficioso y no un tormento.
Parece evidente que en la empresa privada ‘la Internet de las cosas’ sufrirá una explosión inminente durante este año, pero muy especialmente en el que viene a través del retail y la manufactura. En el caso de éste último, las empresas podrán obtener mayor productividad, controlar su eficiencia y la logística gracias a nuevas aplicaciones y dispositivos de contacto, mientras que en el retail las empresas pueden prestar más atención a la experiencia del consumidor, al movimiento en sus tiendas, entre otras cosas.

El momento más intenso se vivirá cuando la ‘Internet de las cosas’ entre en colisión o contacto con el concepto ‘big data’ y lo que supone de exponencial su uso compartido. En 2020 habrá más de 50.000 millones de dispositivos conectados entre si, lo que supondrá una digestión inteligente de datos como nunca antes ha vivido la humanidad. Todo ello combinará inteligencia artificial, natural y conversaciones comerciales a partir de lo que el marketing matemático solicite y lo que el comercio de información entregue.

La penetración de smartphones, tablets, y otros dispositivos conectados a la red aumenta año tras año y actualmente ya hay 12.500 millones de cosas conectadas a Internet, que supone 4% de las máquinas que existen actualmente y llegaremos a esos más de 50.000 en apenas cinco años. Esta tendencia convertirá a las ciudades en ciudades inteligentes en las que el tráfico se controla a tiempo real, sensores miden de forma constante la contaminación del aire, aplicaciones de móvil nos indican dónde se encuentra el autobús que queremos tomar y cuánto tardará en llegar y dónde podemos saber donde hay sitios libres para estacionar el carro. Se trata de innovaciones que ya pueden verse en por ejemplo.

¿Dónde está la oportunidad de negocio? ¿Cómo diseñar programas y aplicaciones para sacar el máximo provecho a la información recabada por esos sensores y dispositivos de la ‘Internet de las cosas’? ¿cómo asegurar que se hace un buen uso de esta información? Esa es la clave del negocio que aportan. Además, se sabe que en 2030 se necesitará un 40% más de energía a nivel mundial para atender la demanda y alguna vendrá vinculada a esta ‘Internet de las cosas’ y las ‘smart cities’. Estoy convencido que el lenguaje e idioma de la máquinas, su vínculo social y su eficiencia productiva.

The Internet of Things’ como le llaman aquí ha llegado para quedarse y abrirá las puertas a una nueva era. Estoy seguro que en menos de cinco años llevaremos ropa, relojes y gafas conectadas a la red, que podrán medir nuestro pulso y temperatura, y enviarlos a tiempo real a nuestro médico. Esa misma ropa nos informará de que hay cerca alguien con intereses comunes, que estamos pasando por delante de un centro donde venden algo que detecta que nos falta según nuestro historial de navegación y si tenemos o no previsto diferentes situaciones sociales a la vista. Todo eso sucederá mientras nuestra nevera hace la compra y atiende a los informes del estado climatológico para así activar la calefacción de la casa antes de nuestra llegada programada según el tráfico que ya sabemos previamente. La cama iniciará un programa de ambientación y relajación seleccionando la película ideal y la música idónea para nuestra llegada según nuestro ritmo medio del día que nuestra ropa habrá ido informando puntualmente. ¿Te estresas?

A mi me encanta, no puedo dejar de ver en la tecnología un aliado, una herramienta para superar barreras y muros que otros, en el pasado, no pudieron superar por culpa de los elementos de clase, espíritu o condición.  

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Cilenis rumbo al MIT

Update 22 de noviembre: Cilenis logró una mención de honor que nos hace sentir más ilusionados y motivados para lograr nuestros objetivos y ratifica que cuando IDODI apostó por entrar en la desarrolladora del producto Avalingua hizo una apuesta de las ganadoras. En breve abriremos mecanismos para buscar socios estratégicos si fuera preciso. Un reto para Smart capital y Business Angels que quieran entrar en un sector de alto valor y de tecnología aplicada con gran futuro. Felicidades a todo el equipo.

Hace algún tiempo estuve en Boston con uno de mis proyectos emprendedores más complejos. Ya participé en su programa UPOP y descubrí que lo que allí sucede y como sucede poco tiene que ver con el ritmo y modelo que sufrimos en otros lugares del mundo. Es otra dimensión. De allí salen los mejores porque los mejores les enseñan y les proponen. Puesto que la tecnología es el motor de mi vida profesional, cuando alguien me propone algo que se adentra en el modelo MIT me apunto.
Hace unos meses informaba que una de nuestras participadas más interesantes, Cilenis, había llegado a la semifinal del Building Global Innovators, una iniciativa del MIT de Boston. En concreto lo lograron con uno de esos productos tecnológicos que me ilusionan profundamente, no sólo por lo que ya hacen, sino por lo que pueden llegar a hacer. Avalingua es un software que evalúa automáticamente el nivel lingüístico de documentos escritos, pero puede llegar a funcionar como plataforma Saas en métricas linguísticas para la mejora de competencias y desempeños, logrando así acercarse a modelos predictivos e incursionarse en el big-data semántico e inteligente.

MIT

Este concurso de emprendimiento con base tecnológica y de escala global tiene como principal objetivo asesorar e incentivar proyectos con alto potencial tecnológico y de innovación, particularmente en la etapa de búsqueda de inversiones. Los candidatos, en su mayoría Start-up y Spin-off con menos de cinco años, buscan acceder al reparto de un millón de euros en apoyo financiero. La tercera edición sumó al millón de los premios, 14 millones en inversión privada para los diferentes proyectos semifinalistas.

Cilenis y nuestro proyecto Avalingua se ha preparado a conciencia para durante el día de hoy dar el paso definitivo y resultar una de las cuatro ganadoras. Estar hoy en Lisboa ya es un mérito y un honor. Durante los últimos meses se han preparado a conciencia gracias a haber sido invitados por el MIT a hacer un curso en el Business School, Instituto Universitario de Lisboa y recibir formación específica y coaching a través de catalizadores de negocios, participación en Boot-camps e investor’s Pitches. Contará también con el apoyo de mentores del ecosistema MIT.

Hoy es el día. En Cilenis Language Technology, estamos preparados para convencer en MIT PORTUGAL de que Avalingua, el software que mejora el aprendizaje de las lenguas y monitoriza de manera eficaz y precisa la calidad lingüística pudiendo evaluar todo un sistema educativo, es el proyecto tecnológico e innovador que estaban esperando. Deseen suertes a nuestro equipo.

https://twitter.com/MITPORTUGALIEI/status/403614045804445696
https://twitter.com/marcvidal/status/403615959371366400

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Conectar cosas eliminando procesos

Leí hace unos días una entrevista a Steve Wozniak, uno de los fundadores junto a Steve Jobs, de Apple hace unas cuantas décadas. El hombre decía que parece muy difícil hacer predicciones en el sector tecnológico y que lo único que se puede decir es lo que no va a funcionar. Decía que “todo el mundo está hablando de la informática que podrá llevarse incorporada en la ropa, lo que permitirá que los ordenadores sean incluso menos visibles“.

El átomo es el pasado. El símbolo del siglo que viene es la red. La red no tiene centro, no tiene órbitas, no tiene incertidumbre. Es una red indefinida de causas. La red es el arquetipo diseñado para representar todos los circuitos, toda la inteligencia, toda la interdependencia, todas las cosas económicas, sociales o ecológicas, todas las comunicaciones, toda la democracia, todas las familias, todos los grandes sistemas, casi todo lo que nos parece interesante e importante. Mientras que el átomo representa la simplicidad bien definida, las redes representan la complejidad desordenada. La red es nuestro futuro.

Me parece interesante el término de tecnología invisible y sobre todo me gusta mucho la idea de llevarla encima. Sin embargo, como dice Wozniak,  no sabemos cómo será su tamaño ni su forma, ni en qué parte del cuerpo la llevaremos, ni lo que funcionará y lo que fracasará aun. De hecho no hay nadie que pueda decirnos cómo será ese tipo de informática. Tengo claro que el comercio electrónico deberá basarse en ese principio que marcará la internet de las cosas y que la voz también generará flujos de órdenes y ejecuciones. Con la voz lanzaremos una idea y sin recordar los pasos para llevarla a cabo, ese aparato inteligente la ejecutará de manera eficiente.

La dinámica de nuestra sociedad, y particularmente nuestra economía, cada vez más se atendrá a la lógica de las redes. Comprender cómo funcionan las redes será fundamental para comprender cómo funciona la economía. Todas las redes tienen dos elementos: nodos y conexiones. En la enorme red que estamos construyendo, el tamaño de los nodos está disminuyendo mientras que la cantidad y calidad de las conexiones está aumentando muchísimo. Estas dos esferas físicas, constituyen la matriz a través de la cual fluyen las ideas de la nueva economía. Estamos conectándolo todo Algo misterioso sucede cuando tomamos varias cosas que son bastante limitadas y las conectamos entre sí. Cuando tomamos cada uno de los chips poco inteligentes que contiene cada caja registradora de una tienda y los conectamos entre sí para formar un entramado, obtenemos algo más que poco inteligente. Tenemos sistemas de compras en tiempo real que se pueden ocupar de la gestión del inventario.

Para mí la clave estará en la eliminación de procesos y en la amnesia inducida, es decir, en el hecho revolucionario de que podamos ir olvidando los pasos y fases que un proceso se lleve a cabo porque un device inteligente lo resolverá inteligentemente por ti. Google será nuestra memoria y la internet de las cosas inteligentes nuestro actor principal.

Y en eso de definir un modelo económico están los que dirigen el mundo. Muchas veces olvidando cosas determinantes o entendiendo el punto exacto en el que nos movemos. Por ejemplo, seguir no definiendo nuestra era como la de la Nueva Economía es un error. Esa nueva escena tiene reglas y modos. Intentaré desgranarlo en otros artículos pero permitidme que los enumere en una primera aproximación.

Cuando permitimos que un objeto transmita una pequeña cantidad de datos y reciba información de su alrededor, cambiamos un objeto inerte por un nodo animado, vivo. No es necesario que todos los objetos conectados transmitan muchos datos. Un pequeño chip introducido en el interior de un depósito de agua de un rancho australiano sólo transmite el mensaje telegráfico de dos bits que indica si el tanque está “lleno” o si “no lo está”. Un ordenador personal es como una sola neurona del cerebro dentro de una caja de plástico. 

Kevin Kelly definió las bases de un modelo económico digital y descentralizado. Se le llamó Nueva Economía y en eso se cuadra todo el modelo de crecimiento que un país de nuestro entorno debe zambullirse. Sería interesante que algunos de los que definen y estimulan procesos de cambio económico, ya sean bancos, políticos o derivados, entendieran exactamente en lo que se encuadra todo esto. Para refrescarles les cuento que la Nueva Economía tiene tres características básicas. Por un lado es global, por otro apoya las ideas, la información y los sistemas relacionados, es decir, lo intangible y está intensamente conectada. Esos tres elementos se basan en el poder de la descentralización.

Las partes poco inteligentes, adecuadamente conectadas para formar una red, proporcionan resultados inteligentes. La red no está compuesta únicamente por seres humanos que se comunican entre sí a través de AOL, a pesar de que estos constituyen una parte de la misma y lo seguirán siendo mientras que la seducción y la pasión estén presentes. En realidad, la red es la interacción total colectiva de un trillón de objetos y de seres vivos, conectados entre sí, por medio del aire y del vidrio. Varias pequeñas cosas conectadas entre sí para formar una red, generan un poder increíble. Pero este poder interconectado necesita un mínimo gobierno desde arriba para maximizar su utilidad. La supervisión adecuada depende de la red. Durante muchos siglos, hemos estado obsesionados con el papel del gobierno. Pero la gran excitación de la nueva economía es que sólo ahora hemos empezado a explorar el poder del nivel más bajo, donde está el reino de los iguales. Con la invención de unos pocos sistemas distribuidos, como Internet, hemos podido demostrar el potencial de lo que las redes mínimamente centralizadas son capaces de hacer. Primero, fabricamos un chip para cada objeto, después los conectamos. Seguimos conectando todos los seres humanos, Ampliamos nuestra conversación para incluir el mundo y todos sus artefactos. Dejamos que la red de objetos se gobierne a sí misma con la máxima autonomía posible; nosotros mandamos cuando es necesario. En esta matriz de conexiones, interaccionamos y creamos. Esta es la red que constituye nuestro futuro.

La totalidad del proceso no se completará mañana, pero el destino está claro. Estamos conectando todas las cosas, hasta que lleguemos a agrupar todo lo que el hombre ha creado. Y en esa agrupación hay un nuevo poder. Estrategias “Hacer que la tecnología sea lo más invisible posible”. A medida que la tecnología es cada vez más ubicua, cada vez es más invisible. Cuantos más chips proliferen, menos advertiremos su presencia. Cuantos más éxitos se consigan a través de las redes, menos seremos consientes de ello. La tecnología informática está experimentando el fenómeno de la desaparición. Si la revolución de la información triunfa, eventualmente el ordenador de sobremesa aislado acabará desapareciendo. Sus chips, sus líneas de conexión, incluso sus interfaces visuales se sumergirán en nuestro entorno hasta que ya no seamos consientes de su presencia.

A medida que la era de las interconexiones vaya evolucionando, sabremos que los chips y las fibras de vidrio han triunfado, sólo cuando los hayamos olvidado. Puesto que para medir el éxito de una tecnología hay que ver lo invisible que se vuelve. “Si no es una tecnología viva, haga que lo sea”. Del mismo modo que la tecnología de la escritura abarca prácticamente todo lo que hacemos, muy pronto, las tecnologías de la interacción abarcarán todo lo que hacemos. “Si no está conectada, conéctela”. Como primer paso, cada uno de los empleados de una institución debería tener un acceso íntimo, fácil y continuo a los medios de comunicación de la empresa, correo electrónico, buzón de voz, radio, lo que sea. Cualquier avance que promueva conexiones más baratas, más extensas y universales, será un progreso en la dirección correcta. “Distribuir el conocimiento”. Utilizar el mínimo número de datos para mantener informados a todos los miembros que integran el sistema. Intente que las máquinas se comuniquen entre sí directamente. La información debería fluir lateralmente y no únicamente alrededor a un centro, sino fuera y entre el centro. “Si no funciona en tiempo real, está muerto”. Las redes necesitan comunicación en tiempo real. Los sistemas vivos no se pueden permitir el lujo de esperar toda la noche para procesar una señal entrante. Si se duermen, pueden llegar a morir mientras están durmiendo. Con muy pocas excepciones, la naturaleza reacciona en tiempo real. Con muy pocas excepciones, las empresas cada vez tienen que reaccionar más en tiempo real.

Un puñado de granos de arena nunca formará una avalancha, por mucho que uno lo intente. En realidad, uno podría estudiar un solo grano de tierra durante cien años y nunca llegar a la conclusión de que esa tierra podría provocar una avalancha. Para formar una avalancha hacen falta millones de granos. Una red con un millón de nodos actúa significativamente de forma diferente de una con cientos de nodos. Por ejemplo, 20 millones de martillos de acero moviéndose al unísono siguen siendo 20 millones de martillos de acero. Pero 20 millones de ordenadores interconectados en una red, es mucho más que 20 millones de ordenadores funcionando individualmente. “Haga todo lo que pueda para hacer más”. En una red el problema del huevo y la gallina puede ser un problema desde un principio, no hay audiencia porque no hay contenido, y no hay contenido porque no hay audiencia. De este modo, algunas veces, los primeros esfuerzos al conectarlo todo dan muy pocos frutos. El juego de la economía interconectada consistirá en descubrir lo pequeño que se ha pasado por alto y averiguar la mejor manera de hacer que entre a formar parte de un entramado o red.

El post de hoy está dedicado a uno de mis referentes en cuanto a teoría de la información y del modelo de sociedad en red, el gran Kevin Kelly.

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Soy digital y me siento bien

Soy digital y me siento bien, por lo menos más vivo. Soy amante de la tecnología porque me ha hecho más humano y porque gracias a ella, mi epidermis se estremece con todo cuanto ve y siente. Como hoy. Un día en el que te despiertas a golpes de metralla y piensas que los sueños de tanta gente siguen desparramados por el suelo de una avenida de Boston. Es el mismo día que todo demuestra la mutación de nuestro entorno y de cómo llegamos a saber de él. Llegamos a la información de un hecho tan despreciable de otra manera. Antes de que muchos medios supieran que estaba sucediendo, en la red y de la mano de una aplicación que subía videos de 5 segundos de manera automática desde un móvil ya lo habíamos podido deducir. (El vídeo que enlazo es anterior a los atentados, quien quiera ver el resto de desagradables imágenes las puede localizar fácilmente).
Las cosas pasan por que deben pasar, pero también empiezan a pasar irremediablemente. No vivimos una época de cambios, vivimos un cambio de época. Estamos en medio de una erupción gigantesca que lo cambiará todo. Vivimos en un mundo líquido, complejo y al que o te adaptas e innovas o te devora. La globalización avanza sin descanso y permite que los más flexibles y rápidos se acomoden antes a sus beneficios. El poder económico se está moviendo de manera radical a Asia fundamentalmente diseminándose el conocimiento por lugares no previstos.

A medida que avanza este escenario complejo una nueva clase media aparece en ese entorno. En apenas quince años una sexta parte de la población mundial, más de mil millones de personas, serán miembros de esa clase media acomodada y consumista al extremo. Para satisfacerlos nacerán industrias nuevas y segmentadas. En ese escenario ilógico las grandes compañías se concentrarán y se despedazarán las unas a las otras hasta llegar a la atomización absoluta. Sin embargo aparecerán nuevas industrias, nuevos modelos de negocio desconocidos a fecha de hoy, y surgirá una nueva percepción de la realidad.

Hoy en día consideramos que estamos en la más absoluta ruina o en “crisis” cuando perdemos algunos elementos vitales que consideramos imprescindibles. Si comparamos ese listado con el que mantenían como necesario en apenas unas cuatro o cinco décadas se nos caería la cara de vergüenza. Ni siquiera compararé con un siglo o más. En este tiempo aumenta la desconfianza en las instituciones que representan lo viejo y lo estático. La falta de transparencia repercutirá en la necesidad de cambiarlas, de rebuscar en el exterior de ellas para renovar su esencia. Seguramente el cambio no ha hecho aun ni acto de presencia pero en los próximos años viviremos cosas que hasta hace apenas una década eran impensables absolutamente.

En ese mundo inminente cada vez se precisa un personal más especializado y con un conocimiento y habilidades de mayor firmeza. A medida que los años avancen ese bien será el más escaso. En un mundo robotizado el ser humano será imprescindible. Pero lo será en áreas de conocimiento. En ese campo también se producirán grandes cambios. En el mundo denominado subdesarrollado hay ya el doble de universitarios que en el primer mundo y esa proporción va en aumento.

En apenas quince años, también, la expectativa de vida en muchos países rozará el siglo. Evidentemente la población envejece y precisa de nuevos recursos, modelos fiscales, conciencia vital y generosidad. Nuevos “targets” comerciales aparecerán y con un modelo de consumo muy concreto y adaptable. La tercera edad se dedicará a interpretar el momento y a digerirlo. La tecnología en la mano de los abuelos es algo ya visible. La cuarta y quinta edad harán acto de presencia y nos mostrará que jubilarse es algo voluntario y casi un lujo. No parece sostenible una sociedad con personas que empezaron a trabajar (decentemente) a los 34 (media sur de Europa), se jubilaron a los 62 (media europea) y murieron a los 98.

La tecnología modificará la manera de hacer las cosas. Todos estamos interconectados en todo momento y lugar, las redes son el oxígeno y el aire y es a partir de todas las interacciones en las redes que lo rutinario se automatiza. Parece evidente que la tecnología y lo digital cuando está al alcance de todos mejora la vida pero amenaza los recursos. Por eso vivimos una época donde crece la conciencia y la responsabilidad sobre nuestro entorno, sobre este planeta mal herido.

Tenía ganas de escribir algo así, un resumen desordenado y sin pretensiones. Simplemente quería relatar que en un día triste como hoy el hecho evidente de que la hipersociedad quiere ya otras cosas. La falta de trabajo, de expectativas o de futuro en muchos casos no puede tumbar las necesidades vitales como especie. Una cosa es quedarse sin trabajo y otra es quedarse sin propósito. Que no le pase a nadie y que si no tiene empleo no se sienta parado, que si no encuentra trabajo y no está en condiciones de emprender o inventárselo pues los cantos de sirena de muchos le ensordecen, que se lance a la lucha íntima y revolucionaria para cambiar la vida, la de todos, no sólo la suya. En ese activismo personal, digital y emocionante se conectará colaborativamente. Le llaman cerebro global, inteligencia colectiva, sociedad expandida o mil cosas más que en realidad solo quieren decir “transparente”.

Si no ves esa luz, haz otras cosas. La ética no precisa de ayudas públicas ni de planes de negocio. Hay quien me pregunta en ocasiones, y de ello escribiré en breve, cómo pude salir de dos fracasos emprendedores y de que calibre fueron. Puedo decir que el primero con apenas 24 años fue devastador y me dejó con una deuda olímpica tras la Barcelona’92. Miré hacia fuera en lugar de hacia dentro. Pagué mis deudas y retomé la energía. Puedo decir que la palabra “arruinarse” se pronuncia en apenas 2 segundos pero se sufre durante por lo menos 4 años. Sin casi ayuda familiar (mi familia sufrió igual destino) tuve que enfocar hacia lo que “venía” y en como sería el mundo inmediato en el que yo, seguro, tenía algo que ofrecer.

La segunda fue aun más dura en lo emocional pero menos en lo económico y la verdad, salvo en el valor que cada uno le de a la amistad y a los socios, no hay mucho más interesante que contar. Sólo puedo decir que correr me dio vida y volví a estar bien conmigo mismo.  Sentirse bien física y emocionalmente ayuda a entender, a cada kilómetro, el mundo de cambios que se nos viene encima.

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Hipersociedad en Bogotá

En las últimas semanas de trabajo en Latinoamérica la actividad ha sido muy estimulante. Hemos logrado inaugurar nuevas sedes e impulsar nuevos proyectos que llevábamos meses empujando. Ahora ya estamos en el capital de tres startups tecnológicas latinoamericanas ubicadas en Miami, Chile y Colombia. Hemos estado en medios de comunicación y ofrecimos varias conferencias en foros muy interesantes. Destaca el último en el Colombia 3.0. Me quedo con tres cosas de esa sesión: compartir escenario con Burton Lee (profesor de Stanford y asesor de la NASA), disfrutar del sentido del humor de un tipo excepcional llamado Adolfo Corujo y lo dificil que es compartir espacio y tiempo con mi gran amigo Enrique Dans que tras recorrer medio mundo, unas miserables horas de diferencia entre los que vienen y los que se van no permitieron ni tomar un buen café colombiano. Os dejo con el material que ellos mismos editaron sobre mis comentarios en la conferencia y la entrevista derivada.

LA HIPERSOCIEDAD DE MARC VIDAL

“Hoy  la vida está cambiando, como todo cambiará en los próximos años”. Así arrancó Marc Vidal su presentación,  al presentar una foto de un casete y un lapicero que representa el pasado.

Marc Vidal es un barcelonés de 39 años, experto en comunicación  y creador de su primer fondo de Seed Capital vinculado a uno de sus proyectos IDODI LABS, analista económico especializado en Nueva Economía. Fue interim manager y consultor en modernización de compañías e internacionalización de empresas. Ha sido seleccionado una de las 10 personas más influyente de Internet en España. No obstante, si bien en su primera etapa su ocupación se centró en grandes compañías, ahora el denominador común de esta segunda etapa profesional es la de las start-ups, en especial en su primera fase de recorrido, el llamado ‘successful start-up’.

En su conferencia,  indicó también que los modelos de distribución del trabajo y modelos del conocimiento son los que están revolucionando el mundo. “No darse cuenta de estos es un tremendo error”. Así mismo resaltó que el  mundo quizas está agotado del consumismo y se pregunta: “¿Podemos obviar lo que está pasando o aceptar que el mundo está cambiando?”.

Con estos cuestionamientos, Vidal   profundiza en  los nuevos retos del mundo digital.  “Hay aplicaciones que son capacez de cambiar el mundo, estamos hablando de cambios simples, pues el cambio económico no es determinante, sino  pequeños cambios  van determinando la nueva economía”.

Aconsejó a quienes tienen empresas, no preocuparse por qué  dicen de ellos, sino que dirán, pues los emprendedores  cambian el mundo.  Esos cambios son los que definen la nueva sociedad.

Vidal asegura que las ideas son lo que mueven este planeta, “sin ideas no hay hipersociedad, no hay  sistemas y modelos de distribución del trabajo. Gracias a las ideas el mundo local se convierte en global”.

Además explica que la hipersociedad ataca un  elemento clave:  la propiedad emergente, si intercambiamos ideas, nos llevamos más de las que puedo construir.  Pensar en común es algo que se puede hacer de manera aterritorial y atemporal.

El talento global se reproduce en ese escenario de emergencia. Ese talento  son ideas conectadas  que permiten que la sociedad sea mejor.

“Yo soy optimista pues creo que el mundo va mejor a pesar de lo que dicen”,  indica Vidal, en medio de su explicación sobre la hipersociedad.

Para  concluir,  señaló que hoy  la sociedad cuenta con un radar sociocompartido. Además indicó que cuantas cosas sucederían si todos nuestros cerebros se interconectaran para crear una  hipersociedad.

Hizo un ejercicio preguntándole a los asistentes de su conferencia  cuál es la mitad de 13? luego de varias opciones de lo que puede ser la mitad de trece  demostró que   las cosas  son como cada quien las ve o las quiere ver.

Para terminar  dijo: “34 gigabytes de información diaria recibe nuestro cerebro. En una década esa cifra se multiplicará , la pregunta es: ¿estamos preparados para esto?”. Vidal  indica  que las micropymes, cada uno de los emprendedores deben dejar de competir en el mismo escenario que hasta ahora. Hay espacio para un nuevo juego y  cada uno de nosotros estamos para inventarlo. Para terminar, resaltamos la columna que Vidal publicó en su blog sobre esta conferencia.

Y esta es la entrevista resultante al terminar la conferencia.

LAS COMPAÑÍAS DISCOGRÁFICAS NO SE HAN DADO CUENTA DE QUE SU MODELO DE NEGOCIO MURIÓ”: MARC VIDAL

Durante su participación en Colombia 3.o, Marc Vidal se mostró carismático y además de enseñar, divirtió a la audiencia con sus relatos. Comenzó con una anécdota: hace 21 años escribió una carta para sí mismo en la que hablaba de sueños y retos, la cual abrió en mayo del año pasado. Al leerla se dio cuenta de que la persona que le hablaba era alguien que no conocía, hablaba con otro vocabulario, incluso grosero. Él no se imaginó que existirían los ‘smartphones’ y que el mundo sería tan distinto al de entonces.

Aunque la conferencia tenía que ser encaminada hacia el e-commerce, Vidal mismo escribió en su blog que el título era solo una fachada porque en realidad quería era “exponer es como todo ello ha sido afectado por un nuevo modelo de transmisión del conocimiento“.

Actualmente se vive la revolución digital, y están sucediendo dos revoluciones al mismo tiempo: la del modelo de distribución del trabajo y la de los modelos de producción del conocimiento, y si el mundo no se da cuenta de lo que está sucediendo “es un tremendo error”.

En esta Hipersociedad “todo va a cambiar, y en la comunicación también”. Porque vivimos en una sociedad gratuita y “es mejor trasmitir el conocimiento gratuito”, ya que gracias a esto se da la oportunidad, por ejemplo, de que Marc Vidal estuviera en Corferias dando una charla. Si no fuera por sus libros en línea, serían pocos quienes lo conocerían.

Después de abordar diferentes temas, tan variados que parecería que no tenían relación, como la economía relacional, el talento global, de cómo Facebook no fue inventado por Marck Zuckerberg sino en el neolítico y de por qué saltan los pingüinos al mar, Marc Vidal nos concedió una breve entrevista antes de dirigirse al Ministerio TIC.

¿Cuál es su opinión sobre el potencial de Colombia en el negocio de los contenidos digitales?

Colombia está en un punto concreto en el que puede aprovechar precisamente la ventaja adquirida en estos últimos años con respecto a su entorno, está por delante de otros países en el uso de la tecnología digital y evidentemente de la gestión de ese contenido.

La oportunidad no durará mucho, es decir, estar ahí como posible abanderado del cambio tecnológico en la zona, durará el tiempo que dure. Creo que Colombia está en la posición de salir con algo de ventaja y que para ello debe estar bien asesorada, tiene que rodearse de quienes ya han hecho ese proceso y de quien ya se ha equivocado en ese proceso.

No me estoy vendiendo a mí, sino a aquellos que sí que saben dónde están los errores, para que eso no suceda en Colombia. En estos nuevos tiempos, en la nueva Hipersociedad los períodos son muy cortos, la capacidad que tenemos de racionalizar las cosas que pasan es más escasa, tenemos que ser capaces de trasformarnos de una manera más rápida.

Ya que lo menciona, ¿cómo percibe al resto de la región en ese tema?

Bien. Latinoamérica tiene una particularidad que no se produjo ni en Europa ni en Estados Unidos, y es que ha adquirido antes prácticamente que llegase ese contenido, todas las herramientas para fabricarlo, es decir, aquí tiene todo el mundo un ‘smartphone’, la capacidad de penetración ha sido muy alta. El sentimiento, de que esa tecnología tiene un sentido es muy alto, pero lo que falta todavía es ese contenido de calidad y un contenido sobre todo que más que anecdótico sea fundamentalmente algo que genere valor.

El contenido por el contenido yo no lo defiendo, defiendo el contenido de valor, que cuando se cree un contenido digital sea para complementar mejor la sociedad, y para ello hay una serie de elementos que Colombia como cualquier otro, debe ser capaz de reconocer, como el talento global, la inteligencia colectiva, las experiencias compartidas y en sí mismo el pensar en común.

Hay expertos que pueden ayudar a Colombia y otros países a que eso suceda, pero fundamentalmente es un cambio generacional, de conducta y de actitud.

 ¿Cuáles son las tendencias del consumo del consumo inteligente?

Básicamente consumos digitales, es decir, la sociedad que se rige en entornos digitales lo que consume es eso. Que puedan mostrar conocimiento, que les ayuden a aprender diferentes cosas, a mejorar sus productos. En estos momentos vivimos un momento de la historia en el que la idea del que fabrica es más importante que la cosa que se fabrica, y eso es una de las esencias principales.

Todo está cambiando y no darse cuenta es un error. ¿Qué consecuencias trae el hecho de no darse cuenta del cambio?

No darse cuenta de que todo está cambiando tiene un mal acabar. Por un lado, evidentemente la no prosperidad, el no entender las oportunidades empresariales. El no aceptar esos cambios de forma profesional sería no ser capaces de afrontar las posibilidades de modernización de un país y no aceptar ese momento actual es empobrecer intelectualmente a la sociedad.

¿Cómo darse cuenta de los cambios? ¿Quiénes deben hacerlo primero?

Debemos darnos cuenta los que nos dedicamos a esto, los primeros somos los ciudadanos, los que nos dedicamos a usar ese entorno nuevo natural para generar valor, es decir, los que tenemos la responsabilidad, los emprendedores en gran medida, de aceptar esos cambios.

Somos los que tienen que arriesgar. Luego están las grandes compañías, han de ser capaces de apostar por los nuevos emprendedores en la medida en que ellos puedan ayudarles a producir cosas mejores y luego la política, los gobiernos, han de ser capaces y han de ser líderes en ese proceso. Tienen que ser capaces de entender esto no como un estatus electrónico o como una moda, sino como el verdadero modelo de cambio de su país, han de liderarlo y estimularlo, no es necesario que lo subsidien pero sí estimularlo, han de ayudar a que eso suceda.

Vivimos en una sociedad gratuita, pero parece que cada vez más se quiere monetizar algunos productos  digitales (libros, películas, programas). ¿Por qué no es una tendencia generalizada?

Bueno, porque tienen que esforzarse en salvaguardar su modelo de negocio. No se han dado cuenta, en su mayoría, de que vivimos en una sociedad gratuita, y por eso lo aguantan.

Las compañías discográficas, las editoriales, no se han dado cuenta de que su modelo de negocio murió y en estos momentos esforzarse en que el costo que tiene escribir un libro y llevarlo a la venta no puede ser el mismo ahora que antes, porque antes requería una distribución, una tienda, una imprenta, una serie de elementos que en la cadena de valor incrementaba el costo y el precio.

Ahora mismo yo escribo un libro y lo pongo a vender en la Red, y no necesito a nadie, y la campaña me la hace la propia Red. Tienen que entender que su valor añadido ya no es el que era, ¡es un error!

Para quienes quieren conocer más a fondo las ideas del español, en su propio blog Marc Vidal compartió los planteamientos  que plantearía en su conferencia en Bogotá.

 

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Adaptarse al cambio

En este blog se habla de modelos de negocio, de gestión de formatos en entornos de nueva economía que puedan sustituir los más tradicionales. Obviamente no es factible mutar una modelo de crecimiento de la noche a la mañana ni tampoco puede ser posible que una territorio que vivía de acumular ladrillos pase a ser el paraíso de la biotecnología aplicada. Eso no puede ser y además es imposible. Lo que si es una opción es revisar como se puede transformar una parte de todo ello a pesar del escepticismo que despierta. No quiero parecer el inventor de nada, ni el vendedor de cosas que puedan ser interpretadas de cambio imprescindible o que, con el análisis de hoy, se pretenda trasladar la impresión que defiendo este tipo de empresas como las “mejores” o “únicas” para el futuro de todos los emprendedores. Hoy sólo quiero dejar una muestra diáfana de por donde van algunos modelos de gestión, de negocio y de innovación en la producción y su consumo que poco o nada tienen que ver con lo que ahora define nuestra modelo socioeconómico que languidece y muere poco a poco.
En un entorno económico en K.O. técnico, los nuevos modelos de negocio que sepan adaptarse, podrán sobrevolar los tiempos duros que aún quedan por soportar. En ese nuevo territorio aparecen conceptos como la economía relacional o de la atención, donde las nuevas aportaciones que las redes sociales y los escenarios digitales distribuidos ofrecen un canal claro para ajustar costes y cristalizar modelos. Tenemos múltiples ejemplos de cómo empresas minúsculas lograron destacar en esos escaparates socializados.

La cúspide del debate entorno a esos nuevos entornos está colonizada por el famoso asunto de los derechos de autor y los activos que pueden ser copiados. En este sentido y para diferenciar factores me interesa que se comprenda que cuando algo es libre, no necesariamente es gratis y que en esa libertad de copia e incluso en su gratuidad puede estar la clave del negocio. Sabemos de grupos musicales que venden más y de manera reiterada por que entregan gratis en un modelo freemium algunos de los temas de sus nuevos productos. 

Durante un debate sobre economía del futuro (curioso compuesto) tuve una recriminación por parte del público criticando que mi discurso era una repetitiva exposición sobre que el “mundo ha cambiado mucho y que sólo nos quedaba una opción: adaptarnos”. La verdad es que, aun respetando la opinión, me reitero en mi posición. Digamos que en los entornos económicos actuales el valor que más peso específico supone es la de “no erosión” o la de reducir al máximo los elementos que intermedian entre la creación de un producto y el consumo del mismo.

Esto sirve para todo y por ello se debe tender en este nuevo escenario donde limitar la fricción es fundamental, el crear empresas que no precisen de intermediarios en ningún campo, ni vendedores (ecommerce), ni distribuidores (fcommerce), ni publicidad asociada (socialshopping), etc… En ese sentido el producto cultural en Internet es la máxima expresión de la reducción de ese factor, hasta el punto que el soporte y la copia dejan de tener valor ya que con un click puedes obtener una copia. Los que critican ese hecho lo hacen desde el punto de vista de que debe abonarse un importe determinado en consideración del hipotético valor derivado de esa copia y no del uso de la misma. Olvidan que cada una de ellas permite que el producto circule más y por extensión sea más conocido.

Este asunto es válido para los productos culturales y para cualquier otro que pueda ser efectivo en la gestión del comercio electrónico y susceptible de aceptar nuevos entornos valorados en las comunidades en red. La relación de la industria creativa y formal con la distribución libre (que no gratuita) y/o descargas en Internet ha sido muy dura en una primera fase pero eso está cambiando a medida que, esas plataformas comerciales, van comprendiendo el nuevo entorno viéndolo como un aliado más que como un enemigo. La nueva relación “autor-consumidor” suele traducirse, como demuestran las estadísticas en un mayor consumo de esas creaciones.

Que la industria discográfica ingrese menos no es culpa del consumidor, sino de una deficiente adaptación al nuevo escenario. Ahora la gente consume más y por eso compra más también, pero compra en otros modelos y en lo que se ha venido a llamar “long-tail”. El ejemplo más fácil de comprender (radicalizando) es esa larga cola permitiendo que un consumidor compre directamente a un creador de modo totalmente legal tras haberse enamorado de su música en una descarga irregular o de haber escuchado la recomendación de alguien que hizo eso mismo.

En este debate suele malinterpretarse el valor de lo “gratis” y lo “libre”. El malentendido surge de la palabra en inglés que significa ambas cosas con un término único: “free”. Cabe determinar que libre no es gratis. Lo que se puede copiar libremente no significa que tenga un coste cero, pero resulta que Internet elimina la dependencia del autor sobre el soporte y por consecuencia deja de depender de una factoría de grabación que distribuye, promociona y vende sus creaciones. Ahora el autor salvaguarda sus derechos en la copia con lucro o en la venta a precio razonable si es su deseo y puede establecer que lo que le interesa no es la venta sino la distribución para poder vender otras cosas que puedan ser asociadas al primer producto (el que se puede copiar) y que le reporte mayor beneficio incluso por el alto grado de conocimiento en el público que puede alcanzar.

El autor de hoy puede grabar en múltiples modos y espacios de altísima calidad como vemos todos los días, puede tener una producción exquisita por miles de profesionales que así se muestran en la red, puede promocionarse en términos sociales con una potencia que ninguna campaña estratégica y analógica pudiera lograr, puede vender directamente él en su web, blog o plataforma de ventas online y finalmente no precisa distribuir su obra pues está a un click de distancia. Eso es lo que ha cambiado y adaptarse o no, supone la desaparición.

Los sectores financieros, la administración, los medios, la industria y otros siguen empecinados en contrarrestar el peso de lo inevitable: que el usuario o cliente determina y que la ley de la economía básica habla que la supervivencia de un producto se somete al principio de “más rápido, más barato, menos difícil”. Las administraciones, el gobierno inclusive, deberían de atender esas nuevas fórmulas puesto que empecinarse en la protección de los modelos enquistados en los modelos inmóbiles y los deberes asumidos no nos conduce más que al vagón de cola de una economía que no va a esperarnos otra vez.

Lo han hecho con un sistema bancario quebrado por su mala cabeza, lo han hecho con el modelo de fusiones que busca salvaguardar oficinas y  estructuras analógicas en una banca cada vez menos presencial y más digital, lo han hecho con el modelo de gestión pública que sigue dependiendo de antiguas fórmulas vinculadas a la democracia participativa en lugar de la democracia deliberativa, lo han hecho con sus enquistadas orgias de debates inservibles en los que una oligarquia sigue decidiendo, lo han hecho manteniendo a base de subvenciones insultantes a mastodontes industriales que fabrican cosas ineficientes como automóviles que no se venden, lo han hecho con los recortes en innovación, lo han hecho con todo. Me temo que los que debieran liderar un proceso determinado siguen presidiendo la pasividad, la incomprensión de la oportunidad que supone la nueva hipersociedad y sus retos, en un cambio de modelo que dejó de ser crisis hace mucho a pesar de que ellos siguen actuando, parcheando y gobernando como si lo que vivimos fuera algo puntual y no estructural. Así nos va, que lo gratis y lo libre se confunden como se confunden la deuda y el déficit.

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Blogs y bluffs

Por mi trabajo estoy acostumbrado a vender las propiedades positivas de los productos. A veces, incluso, las que no tienen. Para lograrlo con cierto éxito hay que decirle al cliente, cuyo artículo es un soberana mierda, que su producto es una soberana mierda. Por eso se que es contraproducente decir que los blogs con contenido político pueden ser los principales causantes de una muerte lenta y angustiosa de la propia blogosfera. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio y advertir que si no conseguimos desenredar el infecto sistema endogámico que la mayoría de partidos que con la excusa de la e-democracia están utilizando esto no va a tener muy mal final.
A pocos meses de unos comicios municipales se nos presenta una nueva oportunidad para que los agentes políticos cambien la dinámica actual en la blogosfera política hecha por políticos. Los partidos ayudan a sus dirigentes a crear blogs, les enseñan y educan en la maravillosa herramienta que supone la bitácora. Les recomiendan disfrutar del magnífico instrumento que tienen entre sus manos. Les explican que la interacción con el militante, el votante y el ciudadano va a ser algo que los acercará al cielo. Montan seminarios y encuentros supermodernos de fin de semana. Sin embargo el resultado final es una montaña de blogs generados de forma automática que sirven para amplificar el discurso oficial de partido durante una campaña electoral. Los blogs transvertidos en sofisticadas pancartas que dicen lo que sus lectores quieren oír. Anécdotas que permiten a secretarios de formación de las ejecutivas de los partidos llenar un informe de gestión de más de 100 paginas y apuntarse un puntazo modernísimo de cara al próximo comité de jefazos que con dificultad saben que es el método “qwerty, pero que saben lo bien que quedan esos blufs de cara a su imagen de acercamiento y vanguardia.  Si uno es crítico con el poliblogger de alto standing y se le ocrurre la desfachatez democrática de depositar un comentario, puntualmente puede recibir un desconcertante “lo tomaré en consideración”, pero en la mayoría de las ocasiones, su “comment” se traduce en un silencio ensordecedor y obsceno. Las excepciones las hay, en todos los partidos. Hay ministros que están construyéndose una reputación e-democrática muy interesante y bloggers en la oposición en diversas instituciones que también están significándose muy positivamente.

La blogosfera política respira con dificultad pero aun nadie se ha percatado de que está enferma. La red de blogs hecha por políticos por bloggers alineados en un territorio de partido serán los responsables de la crisis cardiorrespiratoria que se avecina. Los blogs no dejan de ser un tablero donde dejar un posit y esperar la reacción ciudadana. La diferencia que juega a favor de la blogosfera es que en ese tablero de un millón de almas, otras miles enfocan sus espejos y multiplica el efecto del primer posit. En el mundo real un posit puede ser clavado en el tablero del concejal de urbanismo de tu pueblo. Ese señor pasa por delante del posit diez veces al día pero nunca hace caso al papelito amarillo. Un día ese papelito se cae y una secretaria se da cuenta que iba dirigido a su jefe. Se lo deja en su mesa. Después de dos meses el concejal lo lee, lo arruga y lo tira a la basura. Copia la dirección del remitente y le contesta “lo tendré en consideración, gracias”.

Sería tan bonito que los ciudadanos pudieran dejar sus opiniones libremente y que sus líderes las leyeran y las tomaran en consideración y si las respuestas fueran escritas por el propio candidato sería algo insuperable. Que lejos estamos de Italia, Estados Unidos y ya no digamos de Francia. Cuando digo que la distancia que nos separa es enorme no me refiero a la difusión, número o audiencia de los blogs. Me refiero al uso y servicio que se les concede. Cabe decir que el “síndrome Alicia” que está propagando por la red no es algo local en nuestro país. De los 260 millones de blogs creados en el mundo hasta hoy, “solo” están operativos 56 millones, únicamente el 2% de los internautas visitan blogs frecuentemente.

En los próximos dos años las cybercampañas francesa, americana y española marcaran la evolución de la blogosfera política mundial. En concreto, en nuestro país, durante las municipales de mayo aun no sufriremos ninguna erosión significativa, pero a medida que la clase política se de cuenta que es más efectivo un buen spot en youtube que una respuesta en su blog semimuerto, el camino tendrá un mal destino. Es por eso que apelo a todos los que desde sus propias filas se niegan a ser críticos con sus partidos, apelo a los que tienen la obligación moral de abrir puertas y acercar la democracia participativa de verdad y no de pega,  increpo a aquellos ciber demócratas a sueldo de las instituciones publicas, que no permiten comentarios en sus blogs, a todos ellos les digo que en sus manos está la defensa de todos los que día a día utilizamos nuestra bitácora para exponer un razonamiento, una idea, una crítica y un anhelo. Es nuestra responsabilidad que podamos construir una democracía particiapativa y real, la que da hace libre y da voz a la gente por igual.

No jueguen con nosotros, que es muy fácil añadir sacarina a este café amargo. Es preciso darnos cuenta ahora porque de momento hay remedio. Por ahora todo es crecimiento. Según un estudio de Nielsen/NetRattings la cifra de lectores de blogs ya supera a los lectores de periódicos online. El internauta prefiere contrastar percepciones y conformarse la noticia con el conjunto. Los blogs son instrumentos revolucionarios y en algunos países como EUA algunos cuadernos de bitácora tienen una influencia similar a los noticieros de comunicación tradicionales. En Francia los blogs económicos son verdaderos gurus de inversión, Loic Le Meur es omnipresente en los medios galos, y en Italia los debates entre candidatos se suceden en blogs ínter partidistas a tiempo real.

A mi modo de ver, la blogosfera política española y catalana van a cámara lenta. En Catalunya, sin embargo, hemos tomado ventaja y de momento se puede percibir en una cierta repercusión en los medios de comunicación. Parte de responsabilidad sobre una campaña de desprestigio subterránea hacia la blogosfera es la de tildar de “periodistas aficionados” a los bloggers. Algunos periodistas tradicionales obvian los blogs porque interpretan en ellos una amenaza más que un aliado, otros ven una obligación y montan el suyo con más pena que gloria y unos pocos lideran proyectos interesantes. Poliblocs, en Catalunya, intenta remover la quietud en la que esta entrando la catosfera. Es una novedad que, para devenir un referente, deberá ir más allá del portal sectorial de blogs y transformarse en el generador de opinión política más importante de Catalunya, algo, por otra parte, exportable.

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Menos estudiar y más 'play'

En el año 425 se fundó la universidad imperial de Constantinopla. Junto a una academia clerical dirigida por un patriarcado eran las únicas instituciones educativas en la parte más importante del imperio de Bizancio. A finales del siglo VI la decadencia del estudio y de la cultura era irreversible en todo el imperio. Durante tres siglos, hasta mediados del IX, no hay testimonio del estudio de los clásicos y difícilmente educación de algún tipo. El resto de escuelas fueron las de Atenas, Esmirna, Pérgamo, Alejandría y Gaza.
A finales del siglo VI, los latidos de vida literaria son cada vez más débiles y el conocimiento del griego decayó hasta desaparecer. Constantinopla había sido una región bilingüe donde el latín y el griego siempre se habían entendido por igual. Poco a poco la producción de libros empezó a decaer y el griego fue muriendo durante el reinado de Justiniano. El aislamiento de la lengua griega fue un acontecimiento crucial y hacia mediados del siglo VII, prácticamente ningún estudioso occidental era capaz de entender griego. La desidia cultural y la desgana por el conocimiento son las armas más peligrosas a las que se enfrenta una civilización

En nuestros días vivimos algo parecido. Hoy vemos un futbolista presidir portadas y encabezar telediarios porque le ha dicho a su entrenador, que tenga “cojones de decírselo a la cara”. Cuando a un grupo de jóvenes con el ego encharcado se les da la importancia que se le ha dado al tema Eto’o por ejemplo, es que algo va mal. Que Catalunya se haya convertido en un logo del Barça, que en ocasiones parezca que el fútbol y sus actores son quienes trazan el camino por el que la vida debe transcurrir, es ciertamente preocupante. Como también que Oleguer tenga que ser quien diga las cosas por su nombre en este país de pesebres por que los políticos no tienen “cojones de decirlo a la cara”. Que la indigestión televisiva de millones de personas de occidente sea diaria, y lo sea entre polígrafos e intimidades obscenas es decepcionante. ¿Que le pasa a todo el mundo?.

Vivimos en un planeta europeo, español y catalán que acumula miserias que se ofrecen a modo de cobertura o catálogo de los despropósitos. Menos leer y más gritar. Menos estudiar y más “play”. ¿Alguien ha visto un futbolista con un libro en la mano al entrar al autobús cinco estrellas que les llevará al campo de batalla? A parte de los Mp3 y las gafas de marca, los trajes italianos y la firma de autógrafos tipo párkinson, ¿por que no dan ejemplo y se enfundan un libro en el cinto? Igual algún niño de esos que tanto los admiran se pregunta, ¿Qué es eso que lleva Ronaldinho junto al móvil polifónico0?

 

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Profecías y blogocosa

Blogger Según Ipsos el 33 % de los lectores de blogs europeos no comprarán un determinado producto por las críticas leídas en la blogosfera. Teniendo en cuenta que el 20% de estos, bucean por las redes sociales dependientes de esos blogs, podemos descifrar que cerca de 39 millones de personas han dejado de comprar un producto, influenciados por las críticas leídas durante el último año. Este es un síntoma de los cambios que la blogosfera está provocando de un modo natural. En un primer término la economía deberá adaptarse a la blogosfera y sus derivados futuros. Los mercados dejarán paso a las redes, y el acceso sustituirá cada vez más a la propiedad.

 
Según Ipsos el 33 % de los lectores de blogs europeos no comprarán un determinado producto por las críticas leídas en la blogosfera. Teniendo en cuenta que el 20% de estos, bucean por las redes sociales dependientes de esos blogs, podemos descifrar que cerca de 39 millones de personas han dejado de comprar un producto, influenciados por las críticas leídas durante el último año. Este es un síntoma de los cambios que la blogosfera está provocando de un modo natural. En un primer término la economía deberá adaptarse a la blogosfera y sus derivados futuros. Los mercados dejarán paso a las redes, y el acceso sustituirá cada vez más a la propiedad.

Las empresas y los consumidores comenzarán a abandonar la realidad básica de la vida económica de hoy: el intercambio mercantil de la propiedad entre compradores y vendedores será el capital intelectual como fuerza motriz de la nueva era y, a la vez, será lo más codiciado. Los conceptos, las ideas, las imágenes –no las cosas- son los auténticos artículos con valor en la economía del futuro inmediato. La intercomunicación sustancial entre usuario, venta y canal blog es un territorio desconocido al que se enfrentan cada día decenas de responsables del branding corporativo de algunas compañías. El desplazamiento desde un régimen de patrimonio en bienes, que se apoya en la idea de propiedad ampliamente distribuida, hacia un régimen de accesos y opiniones bidireccionales, mutará de manera fundamental nuestras nociones sobre como ejercer el poder económico en los años venideros. A ese nivel es preciso reducir del ciclo de vida de los productos, la disminución de los inventarios físicos, la desmaterialización del dinero, el descrédito del ahorro y el auge de endeudamiento, la externalización de la propiedad, las franquicia, la económica de los servicios y la ética del juego a fin de deslocalizar la factoría del siglo XX y pasar a la ciudad de las ideas del siglo XXI.

Los políticos son muy rápidos en hacer suyos los canales de venta y convencimiento más efectivos. No tanto por el uso tecnológico que proporciona o por la interactividad y proximidad que garantiza, sino por el posicionamiento estético y el “push” de estatus con el que barnizan sus programas electorales. Los gestores públicos saben que la blogosfera ha desbordado su control político e ideológico y se deben enfrentar a un gigantesco músculo que funciona como antídoto a la autarquía y al politiqueo de convención partidista. La escena blog, con sus miserias y sus infiltrados efímeros, destaca por ser el canal por el que los gestores públicos del futuro serán elegidos. Los políticos que ahora deciden que debemos desayunar, donde podemos fumar y donde no, fueron escogidos por televisión, a través de campañas infecciosas de descrédito del contrario y de venta de sonrisas y ventajas de uno mismo, pero tiene sentido pensar que la clase política dirigente del futuro se forjará en las redes sociales fundamentalmente. Estos líderes del futuro son los jóvenes que rondan los 30 años estos días y que, para ellos, Internet es una extremidad de su cuerpo. Dependemos de esa generación de políticos 3.0, los que de la red obtuvieron un mensaje, una idea de libertad e interacción como hasta la fecha nunca ha existido. La libertad, la justicia y la igualdad de oportunidades son conceptos que deberán ser más factibles en ese territorio universal que simboliza la blogosfera. Tengo claro para quien escribo, porque en manos de algunos de los que leéis estos caracteres de silicio está el futuro.

www.marcvidal.cat – Comentarios en la versión catalana

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