Irlanda y la Nueva Economía
Se habla mucho estos días de el asunto de la fiscalidad de algunas empresas y su ubicación societaria. Se acusa a grandes multinacionales a jugar con la legalidad para derivar beneficios a países donde las condiciones tributarias sean menores. Se acusa a empresas como Apple a utilizar su filial en Irlanda para no afrontar los costes impositivos en USA. Es naif pensar que la estrategia comercial de una empresa enmarcada en la Nueva Economía no pueda utilizar todo el abanico existente para generar más valor, más empleo, más beneficios y revertirlos en lugar donde considere. Mantener ese discurso ridículo acerca de que quienes abran oficinas en países con impuestos de sociedades más bajos son una especie de delincuentes, es nocivo o bien por desconocimiento o por mala fe. Me temo, que es lo que me preocupa, que se trata de lo primero. Con un malvado se puede hablar y negociar, con un tonto no. Es ilógico charlotear sobre los beneficios de la internacionalización de las compañías y luego no aceptar que estas formalicen filiales en algunos destinos. Es absurdo. Hay tres maneras de internacionalizarse: vía filial, sucursal o con un partner local. Se elige dependiendo de tres factores: la propia decisión estratégica de costes, de estructura o de imperativo de la legislación local.
Debe saberse que hay muchos países donde si no te organizas como una sociedad afiliada a la matriz pero con capital y fiscalidad local no puedes lograr esa internacionalizacion con la que se llenan la boca esos que dicen saber tanto de externalizar empresas. Llevo 18 años en esto. He visto de todo y he sufrido las legislaciones de muchos países totalmente confusas e incoherentes. Por esta y otras razones que explicaré en otros artículos es preciso aclarar que no siempre esa aparente “ingeniería contable y tributaria” no es más que la única viable para poder estar en uno u otro país. Si además sumamos que cuando una empresa quiere repatriar beneficios obtenidos en un estado con fiscalidad baja, entonces, procede a pagar impuestos por ello en el destino.
Antes vivía en Londres y ya lo pude notar, pero que desde que vivo en Dublín, en realidad, pago más impuestos. Sin dejar de pagar las exigentes en otros países donde tengo actividad comercial, personal o societaria, en Irlanda todo lo que tiene que ver con la tributación personal es más alta. Sin contar tasas por casi todo, impuestos indirectos y acceso a servicios siempre previo importe contributivo, lo encarecido del modelo social es claramente muy superior al español o al norteamericano por ejemplo, que son los que me afectan. Otra cosa es como un país y sus gobernantes deciden estimular la economía o el cambio de modelo de crecimiento. Irlanda así lo hizo hace algunos años y ahora ven el resultado.
Quedarse con el elemento tributario es no acercarse a la herida. En Irlanda pasan cosas extraordinarias, nuevas y que significan un salto cualitativo en la percepción que el mundo está teniendo de que Dublín, pero en su conjunto toda Irlanda, se está convirtiendo en un ‘hub’ del negocio tecnológico con un potencial brutal. Si esto empezó por un tema tributario o no, ahora mismo ya es irrelevante, la verdad es que las grandes compañías del mundo en la vanguardia tecnológica ya están aquí y no sólo con una oficina comercial menor o con un “representante” legal. Hablamos de más de un centenar de miles de personas trabajando en Google, Apple, Ebay, Amazon, Cisco, Crompton Greaves, GSK, IBM, Intel, Merck, Microsoft, Siemens e IDODI (permitidme la licencia). Además ya no hablamos de una ciudad sino de todo un ecosistema nacional adaptándose a lo digital y a sus negocios derivados. Galway, Cork, Limerick y Sligo además de Dublín, componen un formato parecido al Sillicon Valley real. Nada que ver con otros lugares que se esfuerzan en catalogarse como tal. Cada vez que un entorno geográfico desea “modernizarse” a nível económico se pone ese distintivo californiano, pero llamarte César, no te hace emperador. Además, en Dublín por ejemplo se empieza a vislumbrar lo que será la relación entre Universidad (Trinity), Esculas de Negocio (DIT) y relación privilegiada hacia los fondos de capital riesgo británicos situados en Londres. Todo ello compone un escenario único que sitúa un pequeño país (4,4 millones de habitantes), frío y lluvioso, pero tremendamente joven (el 35% de la población es menor de 25 años) en un privilegiado punto de partida.
https://twitter.com/marcvidal/status/320927934397431809
Es cierto que el rescate europeo de la economía irlandesa repercutirá en los próximos años en aspectos poco agradables. Caerá la inversión pública, existirá una presión enorme sobre la gestión de ayudas y se planificará un ataque a su fiscalidad. No obstante, el camino se ha iniciado y sería preciso que en otros lugares se tomara en cuenta como y en cuanto se ha decido cambiar para llegar a esos estándares económicos de atracción del talento tecnológico. En Irlanda todo el mundo se está preparando. Lejos de enfrentarse a los cambios, muchas de las principales empresas han decidido adaptarse. Por ejemplo, la oficina de Dublín es la sede internacional de Facebook y actúa desde hace años como controlador para toda la comunidad de usuarios de la red social fuera de Estados Unidos. De hecho, es en el seno de la oficina irlandesa donde la red social ha creado ahora el llamado Consejo de Privacidad y Protección de Datos, encargado de asegurar precisamente la privacidad y la seguridad de las personas que utilizan Facebook en el entorno de la Unión Europea. Se sabe que en los próximos meses habrá cambios y las “excepcionales” tasas actuales se modificarán y colocarán a Irlanda en un lugar menos privilegiado pero dudo que todo lo creado y construido hasta la fecha se pueda desmontar por arte de magia.
En estos momentos es más fácil montar una empresa en España que en Irlanda. La isla tiene muchas cosas complicadas, muchos defectos en los trámites legales que requieren de comprobaciones analógicas sorprendentes (quien diga lo contrario es que no ha montado nada ahí), pero ofrece un marco fiscal, como hemos dicho que provoca la atracción de un modelo empresarial concreto. Irlanda tiene un impuesto de sociedades del 12,5% sobre beneficios, un régimen fiscal que concede un crédito del 20% sobre el incremento del gasto en I+D en que incurra una empresas, independiente de las deducciones a las que tienen derecho por este gasto. Lo impuso hace casi tres décadas y hace unos años que ya representa un importante factor en el PIB del país.
En ese marco de innovación, los dreamers de IDODI en Irlanda nos hemos unido a la iniativa de Google, Twitter, Facebook, Microsoft, Intel, Oracle, Symantec y PayPal con la que se intenta atraer talento a la industria tecnológica. La apuesta es cierta, sincera y muy decidida. La apertura a la inteligencia tecnológica es brutal y se nota en el día a día. Pruebas de selección tremendas, con ingenieros monitorizando en una pantalla lo que sucede en la tuya mientras intentas averiguar en un cuarto de hora una contraseña de un sistema, o mientras incorporas mejoras en un código que simplifique un proceso, no son más que ejemplos de lo que ahí está pasando. Ya no es tanto la búsqueda de emprendedores como la certeza de que el talento generado por los grandes atraerá a los primeros. Conozco profesores universitarios españoles que no han logrado pasar las pruebas de grandes compañías allí. La búsqueda de talento está a niveles que sólo había visto en el Valley hace unos años. Es fascinante y muy competitivo.
Irlanda en definitiva es un país pequeño enfocado definitivamente en promover el desarrollo de su industria tecnológica y hacerlo desde muchos campos y modos. Por poner un ejemplo, actualmente hay más de seis mil puestos de trabajo disponibles en esa industria, y un enorme interés por promover la inmigración tecnológica y cualificada. Así se condiciona y se prepara un país para un futuro competitivo en el marco de la Nueva Economía. Como es normal las críticas arrecian cuando se analiza su fiscalidad, pero quedarse ahí es un error que no permite ver por donde van los tiros en eso de “modernizar la economía” o “de cambiar el modelo de crecimiento”. Tengamos en cuenta lo que hacen otros países como España y lo que se obtiene con ello. No es tan difícil, sólo hay que ponerse. Crear empleo tampoco lo es, pero no hay manera.
El primer ministro irlandés, Enda Kenny, ha negado este miércoles haber dado un “trato especial” al gigante informático Apple y ha asegurado que su país lidera los esfuerzos internacionales para lograr más transparencia sobre la planificación fiscal de las multinacionales.
Kenny ha respondido así a la polémica provocada por un informe del Senado de Estados Unidos, que acusa a Apple deaprovechar lagunas en el código fiscal norteamericano y utilizar empresas en Irlanda para esquivar el pago de impuestos.
“No hacemos tratos especiales con ninguna empresa individual sobre el tipo impositivo (del impuesto de sociedades)”, ha dicho Kenny a su llegada al Consejo Europeo, cuya agenda está dedicada a la lucha contra el fraude fiscal. El impuestos de sociedades irlandés, al 12,5 por ciento, se encuentra entre los más bajos de la UE.
El primer ministro irlandés ha sostenido además que su país ha sido uno de los primeros en firmar un acuerdo con EEUU sobre intercambio automático de información en materia fiscal y está “a la vanguardia” de los esfuerzos de la OCDE para mejorar la transparencia de los regímenes que se aplican a las multinacionales, que se traducirán en la publicación de un informe en julio.
“Irlanda ha sido y será uno de los líderes a la hora de construir un nuevo consenso internacional sobre la transparencia de los regímenes fiscales que se aplican a las multinacionales”, ha insistido Kenny.
No obstante, el primer ministro irlandés ha dejado claro que su país “continuará compitiendo por empresas multinacionales” porque han creado 100.000 puestos de trabajo. A su juicio, tener “un impuesto de sociedades estable durante muchos años” no es el único factor que atrae a estas compañías a Dublín, sino también “la tecnología o el talento”.
Cristalización de sueños
Rocio Castro me hizo esta entrevista titulada ‘Los proyectos deben ser la cristalización de sueños’ para la publicación Emprendia, una publicación del Programa Uniemprende del Creación de Empresas de la Universidad de Santiago de Compostela donde desde hace unos meses tenemos implicación directa. Hablamos de porque pasé de directivo a emprendedor, de cual es el punto exacto en el que una persona decide dar ese salto, hablamos de tendencias, oportunidades de negocio, consejos, burbujas, futuro y del planteamiento adecuado para que España adopte el reto actual. Nada nuevo, un poco de lo que siempre digo pero en formato preguntas y respuestas. Importante para mí la parte en la que explico que, cómo y cuanto hace IDODI por los proyectos emprendedores que se nos acercan. Os dejo la transcripción de la entrevista.
Marc Vidal es un gurú del emprendimiento. Un ‘dreamer’ que solo entiende las empresas como sueños, como retos y como forma de vida. Muy crítico con el sistema de subvenciones europeo y, sobre todo, español, Vidal dejó su carrera profesional en grandes empresas para convertirse en un emprendedor en serie. Ha fundado cinco empresas en los últimos cinco años, que dan ocupación a más de un centenar de trabajadores en América y Europa. Su proyecto principal ahora es IDODI (Only different Ideas: soluciones de “internacionalización de autor” con Idodi Internacional, gestión en innovación empresarial con Idodi Corporate y la creación de un fondo para la incubación de proyectos de base tecnológica llamado Idodi Labs.)- ¿Por qué se decide a pasar de ser directivo de grandes empresas a crear startups? Cuénteme el proceso.
- La experiencia como directivo de grandes empresas me ayudó a formarme, a coger experiencia y a ver el comportamiento de distintos equipos, mercados y productos, pero lo más importante que me enseñó es que aquel sentimiento de parir ideas desde cero, maquinarlas en mi cabeza y verlas hechas realidad, era real.
El hecho de crear empresas surgidas de ideas que constantemente revolotean por mi cabeza y vivir todo el proceso de muy cerca es lo que realmente me satisface. Soñar, contarlo, desarrollarlo y vivirlo es el proceso completo que se siente al ser emprendedor, sumándole el rodearme de todo el equipo humano necesario para poder hacerlo realidad. La inteligencia colectiva es de los principales factores que potencia los proyectos y el compartir los distintos puntos de vista permite volar junto a otras personas con objetivos comunes o ayudar a levantar su propio vuelo.- Ha creado diversas empresas en los últimos años en Europa y América Latina. Su objetivo en 2013 es entrar en EEUU y Asia, ¿no?
- He fundado empresas y participo en otras. En todas ellas mi voluntad es siempre perseguir un formato global y escalable que permita no considerar los mercados como algo local sino absoluto y genérico. Allí donde la tecnología llegue, es un potencial cliente. La internacionalización es un proceso constantemente presente en los proyectos. De hecho todo mi impulso emprendedor se concentra ahora en un solo proyecto que lo engloba todo. Con Idodi ya estamos presentes en las zonas que comentas, y trabajando para aumentar los puntos del mapa. Es enriquecedor ampliar los puntos de vista, la forma de trabajar y los conocimientos a diferentes países ya que ayuda a reforzar los proyectos a nivel humano y profesional, una visión planetaria que se convierte en un “win‐win” por parte de todas las partes implicadas. En USA ya estuve hace unos años y aprendí muchísimo del ecosistema de Boston y de Sillicon Valley. Ahora pretendemos centrarnos en Miami y en Los Angeles, lugares donde el modelo de negocio que representan nuestros productos tienen más viabilidad.
- IDODI Labs es un grupo de inversión para startups (seed capital). ¿Qué características ha de tener un proyecto para que sea apoyado por IDODI?
- Es cierto que a nivel personal he invertido e invertiré en proyectos analógicos, pero cuando hablamos de nuestro ‘pool’ de inversión únicamente apostamos por los proyectos de base tecnológica, por aquellos que pueden facilitar procesos a los usuarios y así poder mejorar el día a día automatizando acciones que nos permiten actuar más rápido y convirtiéndonos en seres más eficaces. El elemento innovador del proyecto es uno de los que determina las expectativas que se le pueden atribuir a la vida del producto y establecer los objetivos a conseguir, así como tener claro qué se pretende con él y a quien va dirigido ayuda a apuntalar el proyecto hacia la realidad. Los proyectos que adoptamos en alguno de los campos de apoyo deben ser la cristalización de sueños, de voluntades personales e íntimas de un individuo o de un colectivo, pero deben ser deseos de crecer y sentirse conectados con el conocimiento. Finalmente nuestro campo principal de acción es el comercio electrónico en todas sus variables pero sin apartarnos de diferentes elementos que consideramos esenciales. Dispositivos móviles, ocio y gaming, big‐data, etc…
- ¿Hasta dónde llega el papel de IDODI en las empresas en las que invierte?
- El papel de IDODI se define dependiendo de la naturaleza, las características y las necesidades de cada uno de los proyectos. Nosotros aportamos mentoring y dirección, aportación y localización de capital para inversión, ubicación en sedes y ecosistemas alrededor del mundo de tipología digital emprendedora, localización de equipos complementarios, apoyo tecnológico y de desarrollo, internacionalización organizada y profesional y, finalmente, la opción de sentirse parte de nuestra familia si fuera el caso. Hay proyectos emprendedores que son poco viables solos, pero que cuando los complementas con otros de los que tenemos en el laboratorio puede salir algo muy potente. Les explicamos cómo lograrlo y les guiamos.
- Hay emprendedores españoles que afirman que aquí no hay inversores preparados para las TIC, dicen que los que hay son muy conservadores… ¿qué opina?
- Obviamente no estamos en la división de honor que viven otros países con mayor experiencia en este tipo de procesos, pero el crecimiento ha sido exponencial y el conocimiento ha aumentado mucho en los últimos años. En España están algunos de los Business Angels más inteligentes y de mayor visión del mundo, pero el asunto está en los proyectos que deben calificar. Cuando finalmente localizan alguno de ellos, el talento del emprendedor se multiplica con el talento del inversor. Eso en España pasa. El factor de riesgo es subjetivo. Yo no diría que no se apuesta y se arriesga o que los BA son conservadores. Yo diría que hay poco por lo que arriesgar todavía. Estoy convencido que esta mal llamada “crisis” traerá la pieza que falta para que se deje de decir que los emprendedores no localizan inversores arriesgados o los inversores no encuentran emprendedores excepcionales. Creo que en breve, de manera inminente, la pieza clave aparecerá y se llamará “pragmatismo”.
- ¿Cuáles diría que son los principales problemas del emprendedor medio español?
- Uno de los principales problemas al emprender es a nivel personal y es el miedo al fracaso. Fracasar en todos los ámbitos de la vida siempre da respeto y nosotros mismos nos convertimos en la principal barrera. Decidirse y luchar por los propios sueños es la receta definitiva que un emprendedor debe aplicarse y convertir ese miedo al fracaso en oportunidad, vivimos un proceso continuo de aprendizaje y no podemos olvidar que de las cosas que salen mal es de las que, a veces, más se aprende. El panorama económico actual que vive España se está convirtiendo en oportunidad para todos aquellos que ven como única salida trabajar por cuenta propia y conseguir ese sueño que siempre había tenido en mente, incluso desterrar el carácter emprendedor que muchos aún no habían descubierto que poseían.
- ¿Cree que se está creando una nueva burbuja en Internet?
- Internet hace muchos años que estalló y hasta el momento se está consolidando como principal base de muchos de nuestros comportamientos y proyectos. Hemos sido capaces de desarrollar nuevas formas de comportamiento, de comunicación y de relación que giran entorno a éste. Constantemente buscamos nuevas formas de explotar esta herramienta y cómo a través de ella somos capaces de simplificar y facilitarnos el día a día. Una vez descubierto esto, como sociedad vamos perfeccionando y buscando nuevas fórmulas para sacarle el máximo rendimiento. No hay burbuja en Internet como no puede haber burbuja en la vida. Internet es la naturaleza digital, la atmósfera y eso no permite adulterarla. Otra cosa son los elementos que viven dentro de ella. Esos si pueden estar inflamándose.
- ¿Qué opina del boom de aceleradoras de startups en España?
- Al igual que muchas personas han visto la oportunidad de lanzarse con su propio negocio y poder tirar así hacia delante, muchos han visto la oportunidad de subir un nivel más e intentar facilitar el camino a éstos. El principal problema actual que se vive en España es que en muchas ocasiones las personas que están al frente de estas aceleradoras no han vivido los problemas de raíz y en primera persona. Solo sabes las dificultades y barreras que se encuentra un emprendedor cuando lo eres, cuando lo has sido, cuando vives en la propia piel el ineficaz sistema a través del cual debemos constituir nuestra empresa, cuál es el grado de veracidad de las ayudas de las que tanto se llenan la boca y los dificultosos pasos que entorpecen procesos que podrían simplificarse tan solo dándole una vuelta de más. Me preocupa que un “mentor” sin facturación explique a un “emprendedor” cómo facturar. Sólo lo puede hacer desde la “teoría”.
- Usted fue uno de los pocos que alertó de esta crisis antes de que llegara… Ahora afirma que estamos asistiendo a un parto de un nuevo modelo económico. ¿Cómo será ese recién nacido? ¿Cuándo nacerá?
- La cara, el peso y las propiedades del recién nacido es el que vemos ya actualmente. El sistema económico evoluciona día tras día, ya sea para bien o para mal, y es al que nos debemos adaptar como sociedad. No vivimos en una crisis que en unos años habremos superado y nos podremos olvidar de ella sino que cada día se va perfilando el sistema actual económico, un sistema que requiere ponerse las pilas a los que mueven los hilos para tirarlo hacia delante, buscar las mejores formas de actuación de forma colectiva y no individual, pasar de las promesas a los hechos y la mentalización y adaptación de los ciudadanos que, curiosamente son los primeros a adaptarse por las situaciones en las que se encuentran y viven en su propia piel. El desastre social, financiero, político y ético que vivimos no es más que una fractura que se ha empezado a producir justo encima de nuestras cabezas. Es cierto que dañará a muchos inocentes, pero sobre todo a los que estén pendientes de si se les cae el techo. Yo recomiendo seguir disfrutando de este momento histórico que nos tocó vivir. No es una época de cambios, es un cambio de época como nunca antes hemos vivido. Tal vez no hay momento en la historia que se pueda equiparar por su trascendencia a los treinta o cuarenta años que nos están pasando por encima.
- ¿Qué posibilidades tiene España/Europa en todo esto? Si no somos países emergentes… ¿somos países sumergidos?
- Somos países en manos de la peor generación de dirigentes de la historia. Lo han hecho mal. Muy mal. Lo han hecho con un sistema bancario quebrado por su mala cabeza, lo han hecho con el modelo de fusiones que busca salvaguardar oficinas y estructuras analógicas en una banca cada vez menos presencial y más digital, lo han hecho con el modelo de gestión pública que sigue dependiendo de antiguas fórmulas vinculadas a la democracia participativa en lugar de la democracia deliberativa, lo han hecho con sus enquistadas orgías de debates inservibles en los que una oligarquía sigue decidiendo, lo han hecho manteniendo a base de subvenciones insultantes a mastodontes industriales que fabrican cosas ineficientes como automóviles que no se venden, lo han hecho con los recortes en innovación, lo han hecho con todo. Me temo que los que debieran liderar un proceso determinado siguen presidiendo la pasividad, la incomprensión de la oportunidad que supone la nueva hipersociedad y sus retos, en un cambio de modelo que dejó de ser crisis hace mucho a pesar de que ellos siguen actuando, parcheando y gobernando como si lo que vivimos fuera algo puntual y no estructural. Así nos va, que lo gratis y lo libre se confunden como se confunden la deuda y el déficit, sin embargo, el cambio se está produciendo ante sus narices, lenta y inexorablemente, con paso firme y todo lo digital y sus derivados socioeconómicos han llegado para quedarse. Todo va a cambiar absolutamente. La mutación está siendo ya muy dolorosa y estimulante a la vez. Es un tránsito tremendamente contradictorio como todos los puntos de inflexión de la historia de la humanidad. Es momento, ya que no podemos retroceder en el tiempo, de impulsar e inspirar a los más jóvenes, a través de la educación, a soñar, a crear, a hacerles ver que sin creación no hay innovación, y que sin innovación no hay empresa.
- ¿Cuáles son sus recetas para superar la crisis?
- No hay ninguna crisis que superar.
- Cuéntenos de su próximo libro…
Defendiendo siempre que pensar juntos es una cosa y hacerlo en común es otra, mis experiencias personales, mi punto de vista hacia la situación actual de la sociedad y del mundo emprendedor se englobarán bajo el título “Una hormiga en París” y que publicará Grupo Planeta, un título nacido de entre las miles de propuestas que recibí por parte de los lectores de mi blog y en las redes sociales. El libro combinará una recopilación de experiencias personales que sufrí, disfruté y aprendí a los 17 años en París. Todo ello junto a ideas nuevas, frescas y sobretodo positivas para animar a los más desanimados y a soñar a los más soñadores. Aun siendo hormigas en París, nunca estaremos solos.
El emprendedor que calló a la socióloga
Ayer me mostraba el director de IDODI Portugal el video que acompaña este post. No precisa mucha explicación el asunto. Basta con ver el minuto escaso que dura para darte cuenta de que el problema de nuestra sociedad es de sintonía con la realidad. El diálogo que muestra el vídeo es como una metáfora cínica y desgraciada que enfrenta el discurso oficial, la lejanía de la “casta” contra el esfuerzo, el riesgo y la valentía de un joven.
Se trata de un fragmento del programa en ‘prime time’ de la RTP1 llamado “Pros y Contras” en el que un joven de Cascais de apenas 16 años llamado Martim Neves explica que tiene una pequeña empresa de venta de ropa “fashion” llamada “Over It”. El alegato del joven ‘dreamer’ es un intento de animar a todos a tomar las riendas de sus propias vidas, de hacer por uno mismo lo que no hace nadie por nosotros y que en esa sintonía, seguramente, el futuro se terciará mejor.
Reconozco que es naif, si, pero hermoso y estimulante, con más razón y sustancia que la mitad de los discursos que a diario digerimos sobre concursos, ayudas y meriendas emprendedoras. Ahora bien, lo tremendo es lo que le dice la “excelentísima tertuliana a sueldo” e investigadora del Instituto de Historia Contemporánea de la Nueva Universidad de Lisboa, una tal Raquel Varela. La señora acusa al sector donde el chaval busca ganarse la vida y donde da trabajo a un grupo de personas, de explotar a los trabajadores, pues los “estudios” de la ONU dicen que ese es un modelo de negocio que apenas da un sueldo suficiente para vivir. La respuesta del chico le sale del alma.
Cada vez que me he ido a pique alguien me recordó que “ya te lo dije”, o el famoso “que como se te ocurre meterte en eso de Internet”, e incluso el “con lo bien que tú estabas trabajando para esa empresa tan grande”. Cada vez que he tenido que recoger cada uno de mis sueños del suelo, uno a uno, desperdigados y desordenados, manchados de lágrimas, sudor y deudas, al apretarlos de nuevo fuertemente con las puños cerrados, siempre he pensado que valió la pena. Siempre pensé “que en cuanto tenga un momento, la lío otra vez”.
Sobre 'digitoburbujas'
La empresa que estos días acapara titulares en el mundillo de las startups y de la emprendeduría digital en Sillicon Valley es Tumblr como ya lo fuera en su día Instagram cuando fue adquirida por Facebook por 1000 MM US$. Concretamente Yahoo lanzó una oferta de compra por 1,1 MM US$ que fue aceptada ayer por el CEO de Tumblr David Karp. Tuve el gusto de conocer a este figura hace un par de años. Tenía las ideas claras y demostraba ser constante y estas dos características, a mi modo de ver, fundamentan el éxito de una empresa que deriva su futuro a formatos de negocio todavía por definir o que no parecen evidentes. Cuando te metes en esto de desarrollar software que deberá explotarse en el futuro y que durante un tiempo sólo exige gasto y compromiso y aporta muy poca facturación, tener claro el objetivo y ser persistente en el plan es fundamental para lograr el éxito. Esta es una de las características de la llamada “digitoburbuja” actual. Por ejemplo, se dice que Pinterest no tiene modelo de negocio claro, que Twitter no es rentable o que Facebook está lejos de ser un gran negocio. Decir eso quiere decir que se está analizando el asunto desde la perspectiva contraria a la que exige la Nueva Economía y el momento actual donde las cosas no son como creemos que son.
Quiero centrarme en eso. Cualquiera de las nombradas ingresa mucho más dinero que decenas de miles de “grandes” empresas que van por ahí presumiendo de rentables. Sin ir muy lejos hay ejemplos de compañías que siguen pendientes que alguien las compre o que les cierren rondas millonarias a pesar de facturar 400 o más millones de euros al año y así poder sobrevivir. Siguen en pérdidas años y años después. Eso si es preocupante. Pero hay otras que, estando en un mundo complejo y sofisticado y pudiendo perfectamente fracasar, no pueden englobarse sen una supuesta burbuja de cotización. Facebook maneja datos de más de mil millones de personas, sus gustos, condiciones, relaciones y ocupaciones. Twitter es capaz de ofrecer información a tiempo real y, en breve, a conceder predicciones inverosímiles en breve. Pinterest y la misma Tumblr pueden gestionar mucho más que publicidad, pueden establecer knowledge acerca de infinitos elementos. Tengo claro que en cinco años se hablará de Facebook como se hace ahora de la Yahoo de hace una década, de Twitter de cómo se hablaba de Myspace y así con muchas otras. Esa es la esencia y esa es la maravillosa realidad. Nadie está en manos del monopolio de los usuarios aunque lo parezca, sin embargo el valor de todas ellas está en la inmensa gestión que hacen y podrán seguir haciendo aunque varíen sus modelos de negocio y experiencia de uso, de toda esa montaña de conocimiento adquirido a tiempo real.
Si estás desarrollando algo, sigue pensando en el ‘como’, no en el ‘que’ y olvídate de la alucinante visión ‘hollywoodiense’ que suponen esas noticias sobre casi adolescentes que alcanzan riquezas insultantes por haber ‘pensado’ algo que parecía simple. Nada lo es y, por supuesto, cuando alguien vende por 1000 millones es porque hay muchos que les interesa que así sea. Esa es otra historia.
¿Que nos enseñará esta aparente burbuja digital si explota? Que valorar las empresas y cotizarlas por expectativas de facturación fue un error, que otorgar valoraciones mil millonarias cuando apenas tienen ingresos (Tumblr solo factura 13 millones de dólares en estos momentos) conducía irremediablemente a la quiebra para enriquecer a especuladores. Pero, ¿y si no explota? ¿qué aprenderíamos? Tal vez, que todo ha cambiado y mucho. Que el balance no se mide como si estas empresas fueran una cadena de venta de electrodomésticos o una petrolera, ni tan siquiera como un medio de comunicación o un gestor de contenidos. Tal vez nos demos cuenta que en plena nueva era, en los albores de un cambio de sistema inédito, estas no dejan de ser otra muestra del nuevo escenario. Un lugar donde lo que se piensa tiene valor y lo que se hace deriva de ello, un espacio comercial donde se maneja información combinada y no sólo emitida, un cuadrante social donde se gestiona el coste de la interpretación colectiva de las ventas que la contabilidad resultante.
Vamos irremediablemente a la programación colectiva, a la utilización compartida de productos que fabrican otros, al desarrollo en beta constante de una plataforma sin límites ni fronteras que no podrá venderse de unos a otros, que no será capaz de saber donde empieza Facebook o donde termina Twitter, vamos a un sistema operativo global que mutará de estas (hoy llamadas) compañías.
Entrevista #5preguntes
Pau Samó de smtrainers me propuso una entrevista hace unos días a través de correo electrónico. En su espació suele tratar habitualmente de técnicas de venta, de marketing y de actitudes. Pau recoge en su twitter una serie de preguntas que la comunidad le hace llegar acerca de personajes de interés. En esta ocasión y bajo el formato #5preguntes me trasladó cinco a mi. Este es el resultado traducido y el original en catalán en este enlace.
Alguna vez has mencionado que has tenido triunfos pero otras veces has terminado arruinado:
Jordi Valls (@ jordimkt) es un emprendedor creativo del mundo del marketing y la edición digital. Su pregunta es:
J: ¿Cuál es el momento idóneo para abandonar un modelo de negocio y empezar uno nuevo?
MV: A veces cuesta más redireccionar un mal proyecto que hacer fuego nuevo. No hay una ciencia cierta, ni un punto exacto pero si una sensación de que ha de darte la llave. En principio hay que ser capaz de luchar contra todos los elementos, en gran medida muchos emprendedores dejan de lado su negocio mucho antes de lo que podría ser el momento. Si se hubieran esperado o hubieran dado un poco más, el proyecto hubiera sido exitoso. Si dejas de creer, es el momento.
Las preguntas más recurrentes son sobre la financiación:
Mario Conde (@ marioconde), consultor y director comercial de la empresa Velneo una empresa española de software te pregunta lo siguiente:
MC: Es imprescindible un business angel o capital externo para una startup?
MV: Espero que no. La verdad es que la única cosa imprescindible debe ser el emprendedor y sus ganas de enfrentarse a un mundo desconocido, apasionante e infinito. Estamos cayendo en la parodia del negocio moderno. Todo el mundo cree que la figura del inversor es una de las fases del proyecto emprendedor y no debería ser así. En todo caso es una opción, en muchos casos clave, pero hay que ir también a buscar proyectos autofinanciables en la medida de ser rentables pronto. Es cierto que los grandes proyectos globales, escalables y tecnológicos tienen un punto exacto en el que les hacen falta una fuente de liquidez y apoyo.
En la misma línea Toni Bachiller apasionado por el mundo de los negocios, comprometido con los proyectos sociales e ilusionado por las nuevas tecnologías forma parte del proyecto www.uisplatform.com te pregunta:
T: ¿Qué vía consideras más efectiva para poder financiar los proyectos nacidos en Cataluña?
MV: No hay una vía especialmente más efectiva. No creo mucho en la gestión pública cuando se llena la boca de apoyo a los emprendedores ya que suele ser papel mojado y mucho justificación política. Suelen utilizar las palabras o tags más positivos del momento. Ahora toca “a los emprendedores” pero no hay tal. Ni en Cataluña ni en muchos otros lugares. No necesitamos dinero los emprendedores, borremos esto. No queremos que una entidad financiera ahora quiera limpiar su conciencia con créditos inservibles e insuficientes a coste reducido o con concursos para emprendedores que tampoco sirven para crear un ecosistema real y efecitvo. No he visto en Sillicon Valley ningún banco haciendo esto. Necesitamos modelos de estímulo empresarial y de dinamización proyectual, es preciso que se liguen empresa y universidad y hay que la atmósfera emprendedora sea auténtica y no sólo un reflejo de un show mediático puntual. Quiero decir que prefiero un acompañamiento en la localización de plataformas de venta de mis productos que dinero para ir a vender. Prefiero que me ayuden a entender que mi startup tiene buena pinta si vamos a Eslovenia, China o Islandia por motivos profesionales que si sigo insistiendo en el mercado local. Por eso hará falta algo más que un “consultor experto” y será necesario un punto de enlace con el sector privado. La vía más efectiva sería la de implicar un modelo de apoyo real capaz de aceptar el sacrificio de la banca, empresa y administración.
Otro aspecto importante de cara al futuro pasa por la formación y las ganas de aprender, Santi Juan ( @ sjuanapar ) Responsable de Marketing del Grupo Ticnova y profesor asociado de la Universidad URV en Dirección de Marketing te hace la siguiente pregunta:
S: Llega un punto que no se puede aprender más? Si llega ese punto, debes apartar para rodearte de gente más preparada? La tecnología nos puede llevar a esta situación?
MV: Nunca se puede dejar de aprender. De hecho incluso en la creencia de que ya sabes mucho de algo puede aparecer la lección más enriquecedora que existe: el fracaso. No nos enseñaron en la escuela a fracasar y menos a entender y aprovechar que se debe hacer con un error. Intento cada día equivocarme un poco en algo, lo hago voluntariamente tirando por el derecho cosas que pueden ser un error flagrante. Es muy nutritivo, aprendes y mejoras. Luego hay que tener al lado un equipo que sepa más que tú, que sean jóvenes y expertos, capaces de darle la vuelta a un problema por capacidad formativa, por insolencia de juventud y por sabiduría experimentada. Es maravilloso decir que no tienes ni idea de cómo avanzar en un tema y que en tu empresa un grupo de gente de todo tipo levante la mano y diga: “yo si que sé”.
Tus seguidores también tenemos inquietudes por conocer tus orígenes, Pascual Almudeve (@ pasqualalmudeve), emprendedor, abogado, consultor de iniciativas empresariales y miembro del equipo formador de la Fundación Escuela Emprendedores te hace esta pregunta:
P: Alguien como tú Marc, que tiene una actitud envidiable, creativa, visionaria, que emprende proyectos con tanta pasión, ha debido adquirir en buena parte, esta forma de ser en sus orígenes; qué tipo de educación familiar o hábitos tuviste o te transmitieron en casa para ser como eres ahora?
MV: En casa las pasamos canutas hace muchos años. Varios momentos de la historia familiar nos hicieron entender de pequeños que nadie regalaba nada en esta vida. En mi caso, además era muy inquieto y necesitaba no parar, por que tuve que adaptarme muy a menudo a cambios estructurales en casa. Debía ser capaz de hacer lo mismo con menos recursos o con menos según el momento y estado contable de la familia. De mis padres aprendí el valor del sacrificio, de dormir poco para conseguir llegar a metas, a aceptar el fracaso como parte de todo ello, a vivir la crisis con toda su virulencia y a celebrar pequeños éxitos.
Cuando era pequeño, siempre intentaba hacer cosas diferentes, era muy curioso, quería probar. De la música saltaba a la pintura o bien intentaba escribir, también cambiaba de deporte favorito e incluso de equipo de fútbol. Como consecuencia era valorado como inconstante, carente de objetivos y caprichoso. Me costó muchos años entender que en lo que realidad hacía era buscar mi talento natural, y de hecho aún sigo haciéndolo, pero esta diversidad de inquietudes ha sido mi mejor aliada a lo largo de los años, me convirtió en todo y al mismo tiempo en nada, pero me dio una visión amplia. Viajé como no me lo podía pensar. He estado en un centenar de países, he conocido miles y miles de personas extraordinarias. He sufrido voluntariamente y he vivido al límite. Aún hoy sigo inquieto, mantengo la ilusión para probar y aprender y la firme idea de que mientras encuentras tu talento, el auténtico valor no está en lo que haces sino en cómo lo haces. Me enseñaron de pequeño que lo principal no era llegar, era ir.
Nuestra oportunidad
Ya llegó y con todo su peso. Nos alcanzó un nuevo modelo económico que no precisa extinguir el anterior. Crecerá agarrado y al unísono a otro que se desmorona. Un modelo más digital, donde el individuo será protagonista de sus propia aventura, donde los negocios no dependerán de un vetusto Business Plan y pasarán a ser seres vivos con fechas de caducidad previsibles, donde la economía industrial dará paso a otra definida por los principios de la propiedad emergente y donde la gestión del conocimiento construirá sus propias autopistas y sus peajes.
Contaba Sir Robinson en una conferencia que una niña de seis años estaba en una clase de dibujo y su profesora le preguntó: ¿qué estás dibujando? la niña contestó: estoy dibujando a Dios, a lo que la profesora respondió: pero, nadie sabe que aspecto tiene Dios y la niña dijo: lo sabrán en un minuto. Obviamente la respuesta de la pequeña demostraba cuanta ignorancia somos capaces de acumular con los años y como nos desligamos del crecimiento íntimo. No se trata de saber más, se trata de vivir más. No se trata de ganar más dinero, sino de crecer como individuo, colectivo u organización, en ello siempre repercute un beneficio económico.
Creo que la realidad debe ser analizada fuera de ella. A distancia. Como cuando decimos que esta etapa de la humanidad no se entenderá hasta que se observé de lejos, con perspectiva, con los años lejanos y acumulados en un curso de acciones encadenadas que nos llevó a este punto de inflexión irremediable. Hablar del fin de un modelo económico puede entenderse de muchos modos, pero para los que estamos todo el tiempo intentando poner en marcha proyectos no puede ser más que un espacio de oportunidad. Estoy convencido que las cosas se van a poner mucho peor, lo llevo diciendo hace mucho y es tremendamente obvio a pesar de lo que nos canten en “do menor”. Sin embargo eso no va a limitar mi pasión por emprender donde sea y a buscar soñadores con los que compartir esos retos.
Por todo eso seguiré tras la pista y las claves de las nuevas oportunidades de negocio según mi criterio, de cómo la nueva economía digital o la innovación empresarial es capaz de generar un nuevo patrón de riqueza y gestión del conocimiento que permita sobrevolar esta situación actual. Seguiré con mi machacona e insistente necesidad de explicar como es un proceso de internacionalizar, de emprender, de generar valor colectivo en cuanto al conocimiento y de adquisiciones, fusiones o nuevas startups. Lo voy haciendo ejemplificando con mis empresas, mis proyectos, mis anhelos y mis sueños, pero también con los de amigos y socios (y viceversa).
Intento cada día, con toda mi alma, ayudar a otros a despertar de nuevo, a toda una masa social esclerotizada que a mi entender es la principal y mayor herida que nos queda de todo esto. Tengo la terrible sensación que muchos ya han tirado la toalla, que aquellos que gritaron hace unos meses que “con ellos no iban a poder” ya no tienen combustible para continuar y que, sin posibilidades para escapar, se han rendido a su suerte.
Espero por el bien de Europa que se vayan por el desagüe la mayoría de sus gestores públicos y sus voceros actuales a sueldo. Si algo bueno trae todo esto es que la voz es colectiva y los gobiernos cada vez representan menos en un modelo de nueva economía dependiente de factores colectivos.
Sin creatividad no hay escapatoria y los Estados no la fomentarán. Tampoco ningún escenario educativo lo intenta proporcionar. Si no se inspira a la juventud, mediante un sistema educativo que genere el deseo de crear difícilmente se conseguirá que se innove y si no se innova no hay empresa. Sin empresa nueva no hay innovación tampoco. Es un maldito pez mordiéndose su miserable cola.
¿Se imaginan al estado advirtiendo a los empresarios pequeños que el modelo económico está cambiando y que ellos son fundamentales en esa transición? Yo si, pero acompañado de un montón de promesas de ayudas que no llegarán. ¿Recuerdan lo que pasó con el sector en el que trabajaba Vicente?
Startups, 'hubs' y futuro
Advierten mis amigos que eso de viajar tanto no puede ser bueno. Que un poco vale, pero que esa necesidad compulsiva no da para toda una vida. No sé, puede que si o que no. Lo que tengo claro es que viajando se aprende, se vuelve uno más intuitivo y es capaz de detectar aromas que antes no sabías ni que existían. En lo que respecta a lo que hoy quiero aportar, viajar fue determinante y lo sigue siendo.
Hace unos días apareció un informe que destacaba algunas ciudades del mundo como de alto interés en asuntos de Startups o como hubs tecnológicos. Se trataba de una aproximación a lugares donde no es habitual recabar o tener conciencia de que eso sucede. No aparecen San Francisco, Berlín, Nueva York, Miami, Santiago de Chile, Dubai, Singapore, Tokio u otras. Sin embargo son señaladas otras como Ámsterdam, Bangalore, Bogotá, Dublín, Lisboa, Nairobi, Sant Petersburgo, Estocolmo o Toronto. Todas ellas con un clarísimo camino a recorrer y en paralelo a sus crisis locales, todas ellas pendientes de concentrar talento, digitalización y esperando globalizar sus productos.
https://twitter.com/marcvidal/status/329534602739855362
En esa lista hay tres ciudades donde IDODI y sus “spinoffs” están ya ubicadas y trabajando duro hace tiempo. Bogotá, Lisboa y Dublín. Cada una por una razón distinta pero con un tronco común. No es fácil, quien lo crea gastará dinero y energía pues tremendamente retorcido todo el asunto, pero es factible. Lo importante es saber donde y con quien vas, perseverar, prepararse para sentirse solo a menudo y a comer de todo. Me gusta pensar que llevar tanto tiempo dando tumbos, conociendo de primera mano quien y como lo hace, que trámites, modos y contactos hay que tener para entender el momento de cada lugar, me ha dado ventajas objetivas para haber apostado por destinos con potencial en el futuro inmediato, a pesar de que muchos indicativos decían lo contrario.
Seguimos pendientes de abrir en junio una ronda de inversión sencilla para casi una decena de diferentes compañías del “pool” que gestionamos o mentorizamos y que ya tienen finalizados sus desarrollos y en algunos casos incluso ya están en producción. Ahora bien, lo curioso es que habiendo recibido peticiones de entrar en estas startups que superviso, la mayoría de ese interés proviene de países como los citados en este enlace, muy por encima del que surge de inversores españoles. El desarrollo necesita ideas, emprendedores, tecnología y estímulos, pero sobretodo precisa de capital. Si no circula en un lugar lo hará en otro y en ese tránsito todos irán ubicándose adecuadamente para alivio de unos, gloria de otros y desgracia de la mayoría que viven en el sofá social.
Llevo casi dos décadas viajando a Latinoamérica por negocios. He visto de todo y un día lo relataré espero. Recuerdo como era Bogotá hace 18 años por ejemplo y el riesgo que suponía en pleno centro de la ciudad asistir a cualquier evento. Don Álvaro Uribe me explicó, siendo aun presidente de Colombia, que su sueño era cimentar el futuro Sillicon Valley de Latinoamérica. Él sabía que dependía de mucho más que de su propia labor y concentró sus esfuerzos en vincular a diferentes agentes que ahora están siendo claves para que ese modelo tecnológico se afiance y se expanda.
Hay indicios que el modelo socioeconómico está en juego a nivel planetario. Miremos como entornos alejados históricamente de ese escenario tecnológico y digital se ha ido permeabilizando. Ya no es preciso tener sofisticados laboratorios de investigación para desarrollar tecnología disruptiva. Ahora una conexión permite viajar a miles de kilómetros formarse sin moverse de Dakar y empezar a parir una idea que, aunque puedan ser réplicas de otras en países más avanzados, se adapta a la idiosincrasia local y a los usos tecnológicos del momento. Atentos a las startups más potentes del continente africano.
Os dejo con el enlace otra vez a la selección de ciudades a tener en cuenta titulado “Emerging Tech: 9 International Startup Hubs to Watch”. He aquí los nueve centros para startups de tecnología internacionales que podrían estar bajo el radar de cualquier emprendedor con vistas internacionales. Estas comunidades vibrantes son más que lugares donde se instalan startups. Son puntos de acceso completos a la innovación y al apoyo, donde la inspiración y la transpiración se mezclan con los planes de negocio para ser incubados. Surgen oportunidades e incluso, seguramente, nacen mercados enteros en sí mismos. Quien crea que internacionalizar tecnología no requiere focalizar destinos se equivoca en un buen número de negocios, hacerlo de cualquier manera es el segundo error. Hablaremos de aventuras que estamos viviendo con mi equipo en otros posts por si interesa.
Sueña o muere
En el país de las “desimputaciones” el sol se pone al revés. Los que deberían estimular desaniman y los que tienen la obligación de atemperar incendian. Así ha sucedido siempre y costará que deje de pasar por arte de magia. Pero pasará que sin mediar palabra la sociedad se alzará y causará un destrozo considerable, eso es ya casi una apuesta segura. Nada puede mantenerse como sigue, ni por cansancio ni por ineficiencia. Sin embargo, mientras llega ese momento, los que nos jugamos a diario todo cuanto tenemos, seguimos atados de pies y manos a la inservible maquinaria de los hombres de piedra.
No es resentimiento, ni rabia, ni nada que se le parezca, es simplemente asco. Cuantos han logrado convertir en fango los sueños de una generación desahuciada a diario merecen un castigo. Los que han humillado a miles de adultos que ahora se arrastran por el comedor de sus padres, ya jubilados, esperando no molestar como mendigos de su pensión, merecen un bofetada con la mano abierta. Somos herederos de banqueros que siguen riéndose de todos los llantos y toda la mierda que han acumulado en la puerta de sus despachos porque a ellos el ambientador emocional les funciona que ni hecho a medida. Somos responsables de haber elegido a quienes siguen otorgando favores a éstos.
Y en eso, ahora, nos venden que aquí todo dios puede ser emprendedor, que todos deben casi serlo por obligación. De este modo el listado de inservibles viviendo del asunto ahora llamado “emprender” aumenta de forma exponencial. Tenemos asesores de emprendedores que no emprendieron nada, estimuladores del emprendimiento que no estimularían a nadie, dinamizadores de emprendedores totalmente desanimados, aceleradores de startups que no conocen ese pedal, eventos emprendedores que no son más que un bucle con subvenciones bien estructuradas, becas emprendedoras que lavan la conciencia de bancos y organismos públicos, leyes que nunca llegan y que si llegan no serán más que cosmética populista y programas de ayuda que no son más que modalidades sofisticadas y empapeladas en celofán que obligan a endeudarse de una u otra forma previamente.
Según la OCDE, el 44% de los españoles entre 25 y 30 años que tienen ocupación, están trabajando en algo que requiere menos habilidades de las que tienen. Los jóvenes españoles no van al trabajo pendientes de vivir retos, sueños y expectativas de crecer emocional y profesionalmente. Muchos van pensando que allí no va a pasar nada excitante, que lo importante es que pase el tiempo. La educación es pura instrucción, no hay debate, pensamiento o crítica. Nadie enseña a nuestros hijos el valor del fracaso, a perseguir sueños a pesar de no ser “rentables”, a emprender como valor de libertad y no como factor de enriquecimiento. No les enseñan a entender que un negocio es mucho más que una oficina, una fábrica, un campo de cultivo, un comercio o un escenario de venta, nadie les indica que también son espacios de conclusión, de rescate espiritual y de relación humana, de cooperación, de suma intelectual, de talento y de prosperidad.
Hubo un tiempo, cuando yo estudiaba, que me decían que la vida “ahí afuera” era una jungla, una competencia feroz donde solo sobrevivían los más fuertes, los más preparados y los más fríos. Me lo creí. Tardé tiempo en ver que así no se disfrutaba y que no era el mundo exactamente así, era yo que lo veía de ese modo influenciado por la manera de mostrarmelo que tuvieron en la facultad. Hoy, los que representan el pasado, las formulaciones antiguas de los negocios analógicos, oscuros y lejanos de los tiempos que vienen (y llegarán) mantienen esa actitud agresiva, defensora de valores en quiebra. Se equivocan.
El desastre social, financiero, político y ético que vivimos no es más que esa fractura que se ha empezado a producir justo encima de nuestras cabezas. Estemos tranquilos, dañará a muchos inocentes, pero sobretodo a los que estén pendientes de si se les cae el techo. Mientras tanto recomiendo seguir disfrutando de este momento histórico que nos tocó vivir. No es una época de cambios, es un cambió de época como nunca antes hemos vivido. Tal vez no hay momento en la historia que se pueda equiparar por su trascendencia a los treinta o cuarenta años que nos están pasando por encima.
No dejemos que los que se apuran por aminorar la marcha de esta fase histórica logren alguno de sus objetivos. La corrupción y su medicación dosificada es desastrosa para la modernidad y las mejoras. Convivimos con esa bacteria que corroe, que ensucia a la buena gente por verse incapaz de enfrentarse a la injusticia. Por desgracia, parece que no nos queda más que gritar e indignarnos. Confío en que a medida que todo un cambio genérico y generacional vaya tomando cuerpo, muchos de esos que ahora perseveran en su mediocridad manifiesta, pierdan su sillón de alcántara, su visa oro pagada por todos y los privilegios que nadie les otorgó y que tomaron sin preguntar. Sigamos firmes en eso que algunos llaman indignarse, otros emprender, algunos votar y muchos simplemente vivir. Yo me decanto por soñar, viajar, emprender y vivirlo con mi gente, mi equipo. Cada uno debe tomar una decisión acerca del momento que nos ha tocado vivir.
Vengo de una familia humilde. Nadie me ha regalado nada. Mi madre trabajó hasta la rotura y mi padre vio como su negocio se desvanecía ahogado a impuestos, tasas, recargos e impagos. Son gente extraordinaria que me anima a seguir haciendo lo que hago si eso es lo que deseo. Sigo firme en mis convicciones, en montar empresas, en hacerlas crecer y en venderlas, en poner todo lo que tengo una y otra vez, siempre con la misma energía. Me la seguiré jugando por lo que creo y disfruto a pesar de que cada vez es más arriesgado. Lo haré de nuevo aunque pudiera salir mal. Lo haré a favor de mis anhelos, pero en contra de los que quieren vernos parar, detenernos, dejar de ser críticos, analíticos y soñadores.
Hay mucha gente cazando #dreamers, muchos que esperan agazapados hasta que te ven volar. Conozco a muchos que, a pesar de ello, seguiremos montando empresas incluso con lo yerto que está el terreno. Lo haremos en España o donde sea, donde nos permitan levantar de nuevo el vuelo. Lo haremos con la misma energía, valor y responsabilidad, sabiendo que muchos amigos, colaboradores y socios van a nuestras oficinas pensando que nuestros sueños son, en gran medida, de la misma sustancia de la que se componen los suyos.
Lo haré aunque sea para que estos sinvergüenzas, esqueléticos morales e inservibles no me quiten lo único que nos queda: la dignidad. No te creas eso del “emprende o muere” que repiten estos días hasta la extenuación, quédate con el “sueña o muere”, pues esa es la verdadera esencia de lo que te hablo todos los días en este blog.
Las Google Glass
En el terreno de las nuevas plataformas o dispositivos con los que interactuaremos en breve, además de los ya mencionados por sus características móviles, otros que ya llegarán, hay que tener como nuevo actor a dos nuevos dispositivos o extensiones de tipo robótico de nuestra propia identidad. Me refiero a las Google Glass y a los relojes inteligentes. De estos últimos no podemos saber más que serán dispositivos parecidos a un smartphone pero con un punto de reducción de funciones o simplificación de procesos. Ahora bien, las gafas de Google pueden ser algo distinto. Está por ver hacia donde van, cuales serán las apps que se puedan ir incorporando al catálogo y de sus problemas éticos incluso. Como decía Enrique Dans “Vivir rodeados de cámaras preparadas para grabarnos en cualquier momento. Un Truman Show permanente. Si el smartphone nos puso a todos una cámara en el bolsillo, Glass va a hacer que, además, la llevemos preparada y funcionando”
Hace pocos días pudimos ver como funcionan exactamente las Google Glass y puesto que la apertura de su API para poder ir pensando y testear como podríamos colaborar empresarialmente, nosotros ya nos hemos puesto en marcha. Se nos ocurren miles de opciones, pero está por ver como se vinculan con el comercio electrónico y la visualización inteligente. Os dejo el video que muestra más claramente su real funcionamiento. ¿Que se os ocurre que podrías ser útil en unas Google Glass para un software que desarrolla tiendas online, que envia emails de forma inteligente o para otro que establece eventos a través de una plataforma online?
Ecommerce en dispositivos móviles
Ando estos días por América. Desde Miami a Santiago de Chile pasando por Colombia, Ecuador, Panamá y México. En cada uno de esos lugares estamos presentando nuestras “betas” del primer pool de productos que salen del laboratorio de IDODI. En este primer capítulo buscamos entrar en el mercado global, sin pretensiones ni grandes estridencias ya que en los próximos meses lo que pretendemos es aprender de las experiencias de usuario, alcanzar métricas fiables y atender todas las mejoras y acciones necesarias para llegar al objetivo final: simplificar, automatizar y perfeccionar este tipo de Saas del ecommerce. Lo primero que hemos descubierto es la importancia de ofrecer respuestas en dispositivos móviles y en la urgencia de focalizarse en ese escenario. En un par de meses tendremos las versiones app estables y decididamente orientadas a la venta en todos ellos.
La verdad es que los dispositivos móviles están generando una revolución extrema en las relaciones humanas, en su comunicación y en sus hábitos de compra e información. Es aquí en América, sobretodo en Latinoamérica, donde se está produciendo un salto gigantesco y arriesgado entre aplicaciones y dispositivos. Mientras que en Europa e incluso Estado Unidos, primero debes tener disponible un producto en formatos fijos o vinculados a soporte tradicional, en estos países se procura primero el uso del expositor móvil por encima de cualquier Saas sujeto a plataforma estática. Es increíble cómo, si pretendes hacerte con cuota de mercado significativo, debes atacar esa fórmula.
En términos generales un 46% de los usuarios ya inicia su proceso de compra a través de su dispositivo móvil, aunque acabe comprando de forma offline, o a través de otro dispositivo según comenta el estudio Path to Purchase que ha elaborado la prestigiosa Telmetrics.
Una de las cosas que me han sorprendido y que se ha convertido en una de las obsesiones de trabajo en los últimos meses en IDODI, es que aunque los usuarios recurren a sus smartphones para comprar si se encuentran fuera de casa, al llegar a su hogar lo hacen o continúan el proceso con su tablet. Todo esto conlleva que, a pesar de que la compra pueda ser en offline, la puerta de entrada a tu comercio es bajo la efectiva fusión de devices distintos. Concretamente el estudio indica que el 74% de las búsquedas móviles se completan offline, mientras que el 54% de las compras que tuvieron origen en la tablet finalmente se materializaron online, bien sea a través del pc o del dispositivo móvil.
Una de las principales conclusiones que se desprenden de este estudio es que los clientes son multipantalla como ya estábamos contemplando hace tiempo y por ello es importante proporcionar una experiencia integrada, facilitar el acceso a la información y fomentar la conversión a través de cualquier canal. Os dejo con uno de los gráficos que acompaña el estudio y que es realmente clarificadora.

'Delayed'
Esta semana ABC Empresa estaba dedicado a la formación para emprendedores. Por ese motivo mi columna ‘up in the cloud’ trató el tema pero desde la perspectiva de aquello que considero formación y no tanto modelo académico. Tengo la sensación que tratamos demasiado “business plan” y escasamente se tratan elementos esenciales en lo que no se aplica a un balance. Podemos tener una formación extrema y un grado de experiencia pésimo. Podemos haber sido protagonistas de un gran éxito y no haber aprendido nada. Sin hacer apología del fracaso considero que a los más jóvenes no les enseñan el compromiso vital que supone afrontar una derrota y, si en lugar de castigar los errores en las aulas, se les “enseñara” a entender y a valorarlos mucho de lo que ha pasado y pasa no estaría pasando. Os dejo con el artículo.
“Delayed”. Temida palabra. Suele comportar cancelar compromisos o esperas sofisticadas. Pero en ocasiones es un vocablo bendito. Hace un cuatro años, tras una conferencia en Orense, al llegar al aeropuerto de Santiago de Compostela un “delayed” protagonizaba repetitivamente el listado de vuelos pendientes. Entre ellos el mío. Fue una suerte. Conmigo estaban Felipe y Genís. ¡Que noche! Durante las casi tres horas de retraso estuvimos examinando como se hacen y deshacen las ideas. Llegamos a la conclusión que la formación era esencial, pero sin creatividad y estimulación emprendedora poco había que esperar. Y listamos como surgen las ideas. Sabemos que a la escuela fuimos con un interrogante y salimos con un punto y aparte. La formación para una cultura emprendedora debería surgir de la propia educación para tener ideas. Es fundamental que se prepare a los jóvenes, aunque parezca una obviedad, para tener creatividad. Y las ideas surgen con humor. A veces no me queda claro si lo paso bien porque tengo buenas ideas o tengo buenas ideas porque me lo paso bien. También es clave estimularse para pensar. El hombre puede vivir minutos sin respirar, días sin beber, meses sin comer, pero puede vivir años sin pensar. Por ello hay que darle cuerda. Debemos pensar como un niño pero antes de ir a la escuela, justo cuando todavía preguntan cosas como “la edad de la luna”. Debemos animarnos a vivir viajando. Es una experiencia vital extraordinaria y ayuda a pensar sustituyendo el mirar por el observar, el respirar por el vivir y el pensar por el cambiar.Para ser creativo y emprendedor hay que valorar el fracaso. Ser un poco loco y saltar por un acantilado una y otra vez. No como un suicida, pues como decía Woody Allen “yo no tengo miedo a morir, simplemente no quiero estar allí cuando eso ocurra”. Ahora bien, la formación que otorga el fracaso es parte sustancial de la creatividad emprendedora y deben enseñar a los jóvenes a entender su valor. La formación emprendedora debe ser capaz de redefinir problemas. No generar nuevos problemas al problema principal suele rebajar al capacidad creativa. Como decía Picasso, “las computadoras son inútiles, pues sólo dan respuestas”. No nos comportemos como computadoras y generemos problemas y no tantas soluciones. Derribar barreras. En eso debe consistir la enseñanza para montar empresas. No hagamos todos lo “que hace la mayoría”. Hay que olvidar para inventar. Recomiendo hacer un fuerte ejercicio de pérdida de memoria para regenerar las ideas y combinar viejos elementos con nuevos totalmente limpios de toxinas mentales. Anestesia temporal, amnesia genérica para aprender, para innovar. La escuela de emprendedores, si la hubiera de verdad, debería ser capaz de explicar el “hazlo tú mismo, equivócate y persevera. Si no tienes dinero, pídelo, si no tienes tiempo, levántate antes y si no sabes del tema, aprende”. No hay excusa.
Finalmente, lo que deberían aplicar las escuelas, cursos, masters y derivados a sus alumnos, fans o interesados, es la capacidad de pensar con retraso. Con esa calma que otorga un “delayed” en la pantalla de todos nosotros. Vivimos tiempos en los que los jóvenes esperan demasiado pronto un fruto a su esfuerzo, a veces sin entender que no se lo merecen aun. Toca espíritu de sacrificio. A las puertas de perderse dos generaciones enteras, una diluyéndose en los embargos e hipotecas eternas, otra en la mala formación y la cultura del éxito sin esfuerzo. Hagamos caso de que un retraso, a veces, es el mayor valor de aprendizaje, creatividad y conocimiento posible.
Evolución del emprendedor
No todo el mundo debe ser un “emprendedor que monta empresas”. Sería absurdo, como tampoco podemos reducir todo esto a que “para salir de este fangal es preciso que todo Dios se ponga a emprender”. No tendría ni pies ni cabeza pues no todo el mundo está en ese punto exacto que se lo permite. Ahora bien, lo que si podemos incentivar es que la mayor parte de gente en condiciones de ser emprendedor lo sea. Cien o mil, buenos serán. Tenemos la obligación de estimular a una generación aburguesada en la nada y que peligra como clase. Por eso es bueno preguntarse si eres uno de esos emprendedores a los que todo el mundo alude.

¿Te has cuestionado si tienes los rasgos de un emprendedor? ¿Estas dispuesto a arriesgar tu tiempo y tu dinero? ¿Estas en condiciones de enfrentarte a las dificultades que supone ese desafío? ¿Has inventado algo? ¿Estás dispuesto a que tu empresa deje de funcionar sin ti algún día? ¿Has entendido que significa que la sociedad está aletargada, adormecida, insensible, y somnolienta? Estamos a las puertas de una revolución como ya lo estuvieron otros antepasados, sólo que esta vez es digital, orgánica, distribuida y global. Sin embargo sería bueno saber como la atendieron en cada momento esos arriesgados emprendedores. ¿Cómo fue en otros tiempos? El origen podría remontarse a la Edad Media según el gráfico que os aporto hoy. Un cuadro que muestra los cambios sustanciales que ha sufrido el concepto y sus protagonistas hasta nuestros días e insinúa por donde irá el asunto en los próximos años. Atentos a la evolución del valor patrimonial y de relaciones con la tecnología puntual en cada momento.
Andalucía emprendedora
Este jueves estaré en Granada ofreciendo una conferencia invitado por la estupenda gente de Spiral Startups. El título será “Las claves de la economía digital”. Volver a Andalucía me ilusiona especialmente pues si hay una zona castigada por el desempleo en España y que precisa de toda la ayuda posible, es esa extraordinaria tierra. Los valientes que se lanzan por el estimulante acantilado de emprender tendrán siempre todo el apoyo que esté en mis manos. En estos días duros y complejos, lo daré hasta la extenuación. Siempre que puedo y la ocasión lo merece allí voy.
El ultimo informe de Analistas Económicos de Andalucía escupe unas cifras que deberían poner en la cola del paro a toda la clase política responsable, que se colocaran cogiditos de la mano y en fila de a dos, chupándose el dedo los unos a los otros, que debe ser como piensan vivimos los ciudadanos. La caída de la economía andaluza, según éstos expertos, será del 1,6% (teniendo en cuenta que es un comparativo contra el año anterior, no contra el inicio de este desajuste hace cuatro años) y el paro rozará el 37%. Podemos hablar de economía sumergida, de paro estructural, de recepción de ayudas, subsidios o meriendas variadas, pero la verdad es que fuera del circuito productivo oficial, el año que viene, en Andalucía, uno (casi y medio) de cada tres ciudadanos en disposición de trabajar no lo hará.
Sin consumo (casi un 3% menos), con el gasto público (motor efectivo económico de la comunidad hasta hace poco) y un descenso de la inversión superior al 7%, parece imposible dar la vuelta a esta situación. Por lo menos no con la disposición tradicional y con la visión de que lo que vivimos es una crisis.
¿Estamos drogados o que? ¿quién puede pensar que un paro de casi un 40% es motivado por una crisis coyuntural? ¿cómo se puede creer que el retroceso continuo de casi un lustro en la industria, los servicios en quiebra, el PIB en encefalograma plano, la banca insolvente y la capacidad productiva desactivada, se debe en exclusiva y de manera eterna por la explosión de una burbuja inmobiliaria cualquiera?
Si pensamos que la construcción y sus deshechos nos han traído aquí, lo mejor será que pongamos punto y final. A partir de ahí, no hay siguiente capítulo. Sin embargo, si entendemos que esta “crisis” no es más que una modulación dramática de una nueva sociedad tal vez tengamos esperanza. No vivimos una época de cambios, vivimos un cambio de época.
El drama andaluz no es más que una fotografía de la situación global, retorcida y exagerada, con un aumento del contraste que obliga a verlo todo en mayor dimensión, pero que, por eso, precisa que se cambie de un modo más radical. Mientras los que dirigen o lideran procesos para modificar el camino emprendido sean los mismos, con las mismas manías, intereses y miedos, poco se podrá contar con lo público. Toca cambiar de ideas, algo que normalmente va asociado a un cerebro, y éste a una cabeza y ésta a un cuerpo, y normalmente, cerebro y cuerpo son una persona. Toca cambiar personas también. Pero sobre todo actitudes. Hay que impulsar soñar, sacrificar y arriesgar. Toca regenerar esta sociedad adormecida. Con emprendedores, con tecnología y con empoderamiento.
Mientras el riesgo de quedar en la cola del paro de los políticos y protopolíticos (asesores) sea cada vez más importante y factible, menos podremos esperar de todos ellos. El miedo paraliza y es inversamente proporcional al riesgo. La firmeza que debe tener un gestor público en estos tiempos es absoluta y sus decisiones deberían de ser independientes a su reelección. Vivimos tiempos de políticos suicidas, no hay más. O se la juegan responsablemente por todos o esto no tomará velocidad. En otros países lo están haciendo y nos adelantan sin poner el intermitente.
Espero que este jueves pueda inspirar a unos cuantos futuros emprendedores a tomar las riendas de su vida con mayores garantías, a los que ya lo son a tener herramientas que puedan mejorar sus proyectos actuales, a inversores a dar soporte firme, a instituciones a que se dejen de palabrería vacía y arriesguen y a los políticos (que siempre suele haber) que, por lo menos, se den por aludidos.
No somos héroes, no queremos golpecitos en la espalda, queremos ponernos en marcha y que eso no sea un problema repetitivo y humillante en ocasiones. Si estás por Andalucía y te va bien venir, te espero.
Invertir en Startups
Tras el susto vivido en Chipre muchos se preguntaron si era seguro tener un depósito. Tan seguro como cualquier producto financiero. A mi modo de ver en unos dos años, la medida de laboratorio de Nicosia se vivirá en otros lugares. Todo ha sido un desastre bíblico y alguien tiene que pagarlo. De no aceptar una crisis, se pasó a comérsela cruda, tras no aceptar un cambio sistémico se pasó a una digestión keynesiana, de no aceptar una quiebra del sistema se pasó a los recortes masivos, y ahora, de no querer trasladar el gasto a todos se pasará a que paguen los que la fastidiaron.
Me queda claro que aquello que era tan “seguro” no lo es. No lo fue invertir en inmuebles que nunca bajarían, en el sistema financiero español pues era el más robusto del mundo u opositar para funcionario que era ideal de la muerte. Nada es seguro y nada es arriesgado por derivación. Te pasas la vida ahorrando porque te contaron que eso era lo que tocaba hacer y puede que te quiten parte de lo acumulado por orden divina, te compras viviendas como patrón inversor y descubres que al final te sale más caro tenerlas que no y te pasas la vida creyendo que Disney era un paraíso y resulta que también debía haber mala gente.
Yo casi siempre aconsejo, la inversión corporativa, la de invertir en empresa. En rondas privadas de captación de recursos (nunca públicos) lo hacemos para mis propias empresas (en las que creo lógicamente) y en otras como en las que invierto como Business Angel también (en las que considero una opción viable). Si además son empresas de base tecnológica mejor y si tras ellas hay experiencia las opciones mejoran. He creado un buen número con algún fracaso y éxitos notables y seguiré pensando que, visto lo visto, no es tan mala idea seguir apostando en ese tipo de inversiones.
¿Nazis?
El 5 de agosto de 1940 Janusz Korczak se levantó de la litera que presidía la sala principal del Orfanato de la calle Krochmalba de Varsovia. Sembró su cara de proyectos con el agua de seda que tapizaba el suelo de verde viejo. Poco después fue arrestado. Aquel médico polaco, conocido por sus cuentos infantiles, y director del centro para huérfanos, fue deportado junto a 196 niños a Treblinka. Cuentan que ningún niño lloró. Ninguno trató de huir. Tragando su dolor se aferraron a su maestro y un testigo describió el paso. Desfilaron despacio como en procesión, tan lenta y silenciosamente que fracturaba el alma. Korczak marchó al frente de todos ellos.
Los nazis no eran afectados por la hipoteca, ni directivos de alguna compañía aérea, ni periodistas críticos con un gobierno, ni tan siquiera eran demócratas venidos a menos. Nunca hablaban de manifestantes contrarios ejerciendo sus derechos, ni de rodear congresos fura más o menos razonable, ni de manifestarse frente a la vivienda de alguien aunque pueda parecer incómodo. No obligaban a saber catalán, ni castellano, ni les iba o venía ninguna de las cosas que ahora se dicen. Hoy no puedo hablar de empresa, ni de sueños, ni de nada. Empieza a ser ridículo por no decir cosas peores que cada matinal, al mirar la prensa española (y otras) desde la lejanía anglosajona como la clase política ibérica se ha vuelto esquizofrénica. Lo peor es que parece que actuar en esa constancia dialéctica de bar tiene seguidores. ¿Cómo puede una dirigente política decir que en España hay actitudes “nazis” y que no se levante el auditorio de inmediato y la dejen con esas cinco letras tatuadas en su boca? Será porque lo ven crudo y la mayoría de esos aplausos son bonos en la cola del paro inmediato.
Los nazis no eran nadie de los que ahora son tachados de serlo. Lo que la historia nos recuerda es que los nazis enviaban, a diario, centenares de seres humanos a las cámaras de gas. Diseñaron métodos para matar personas en serie del modo más productivo posible. Con el gas Zyklon-B perfeccionaron el sistema de eliminar razas, pensamientos y opciones sexuales. Con el fin de fundamentar terroríficas teorías raciales, científicos psicópatas en nombre del nacionalsocialismo, inyectaban cloroformo en el corazón de personas de diferentes razas para comprobar los efectos en los órganos una vez muertos.
Korczak murió en Treblinka, junto a casi dos centenares de niños pocos meses después de llegar al campo de exterminio. Su recuerdo, y el de los millones de polacos judíos, civiles eslavos, prisioneros soviéticos, disidentes, gitanos, discapacitados, homosexuales y testigos de Jehová que murieron en ese siniestro recinto se pierden en la historia junto a los seis millones que aniquilaron los nazis en el resto de campos de exterminio.
Tenemos la obligación moral de mantener intacto el recuerdo de las victimas de aquella terrible matanza. Las torturas de los nazis no pueden ahora quedar en la metáfora. No es justo, para los que fueron aniquilados, utilizar el nombre de sus verdugos para definir al contrario político cuando este tiene una actitud intolerante o cuando a un pobre imbécil ex diputado se le ocurre cubrirse de mierda hasta la garganta. No podemos llamar nazi, y ya esta, a quien no piensa como nosotros, por muy violento que parezca, por mucho que grite, por mucho que nos zarandee, por mucho que interprete erróneamente una situación lingüística o una ley hipotecaria. ¿Nos hemos vuelto locos? Es un insulto a la capacidad mental de los seres humanos mantener esa idiota manera de hacer discursos populistas, fáciles y perversos.
La intolerancia fue el germen, junto con otros factores, del exterminio y de los campos de concentración. Por suerte, ahora la intolerancia, en el peor de los casos y como mucho, los llevará ante un juez. Espero que la “clase” política rectifique, que no se comporten como abanderados del ridículo más absoluto y dejen estar este asunto en manos de la obviedad y de la lógica.
Pero no seamos ilusos, pues hablando de historia entenderemos precisamente que busca tanto discurso retorcido. Recordemos a Paul J. Goebbels. Era delgado y cojo. Tenía una pierna más larga que la otra. No se parecía en nada al arquetipo de raza aria que él mismo obligaría a imprimir en millones de carteles. Sufrió humillaciones de niño e incluso fue rechazado por el ejército cuando se presentó para combatir en la Primera Gran Guerra. Pero a nivel intelectual era inteligente, brillante, radical y cínico.
En un manual, Goebbels escribió: “No hay necesidad de dialogar con las masas, los eslóganes son mucho más efectivos. Actúan en las personas como lo hace el alcohol. La gente no reacciona como lo haría un hombre, sino como una mujer, sentimental en vez de inteligente. La propaganda es un arte, difícil pero noble, que requiere de genialidad para llevarla a cabo“. Cuando fue nombrado Ministro de Instrucción para el Público y Propaganda pasó a ser el responsable del mensaje oficial en todos los medios de comunicación. Para dar credibilidad al movimiento nazi mantuvo la moral militante en alto. No requería de grandes esfuerzos debido a las exitosas campañas de guerra por parte de los nazis. No fue hasta la segunda parte del conflicto que demostró ser un maestro en esto de manipular la opinión pública. A pesar de los intensos bombardeos y que las ciudades hermanas estaban convertidas en ruinas, la propaganda invitó al pueblo alemán a no desfallecer, a no perder el espíritu y, incluso, a reforzar la confianza en Hitler.
Cuando Alemania estaba a pocos días de caer bajo el peso del ejército aliado, inventó armas secretas y fortalezas impenetrables para que la gente, aún con una bayoneta entre pecho y la espalda, siguiera creyendo en la gloria militar que tarde o hora llegaría. El primero de mayo de 1945, después de envenenar a sus seis hijos, Joseph Goebbels se pegó un tiro en la cabeza. Para bien o para mal, la propaganda del Tercer Reich enseñó a los políticos y agitadores del mundo que más vale una mentira creíble que una verdad inverosímil.
Intelectuales brillantes, propaganda manipulando la opinión pública a fin de mantener la moral militante en alto, invitación a no desfallecer en el intento aunque haya que inventar “brotes verdes”, “finales de la crisis”, informes financieros falsos y sobretodo políticos de tertulia y periodistas agitadores dando prioridad a un buen número de mentiras creíble por encima de verdades inverosímiles. Es tan actual e identificable que asusta.
¿Estás haciendo lo que te apasiona?
Me dijeron hace muchos años que eso de montar un negocio era una mala idea. En un par de ocasiones lo comprobé. En otras tantas lo pensé y todavía hoy, a veces, la energía se resiente por tanto esfuerzo y puede jugarte un mal rato. En esos momentos suelo cambiar mi manera de pensar y me refugio en otro lugar. No tiene nada que ver con los beneficios, la facturación o los resultados como empresario. Suelo pensar si hago realmente lo que me apasiona, si lo hago desde la convicción de que es lo que quiero hacer. Es en ese preciso instante que lo siento en lo más exacto y procedo a soñar despierto. Me pregunto si en ese preciso instante, ¿estoy haciendo exactamente lo que me apasiona? La respuesta sigue siendo si. Elegirlo no es fácil, pero tienes la obligación de perseguir aquello que querías ser. Os dejo con el video en inglés “all work and all play” y que os traduzco justo a continuación más abajo. Defiende la teoría de que, si pasamos la vida trabajando, si en el mundo que nos ha tocado vivir ya no proceden las fronteras entre lo laboral y lo personal y si por ello, la mayoría del tiempo sucederá en ese escenario nuevo, deberíamos poder pasarlo disfrutando.
La verdad es que esa generación representa la nueva fuerza del trabajo global y tienen grandes aspiraciones. La mitad de ellos ya posee o planea tener su propio negocio. Debido a su mentalidad digital, fluida y colectiva están afectando la manera en la que vamos a trabajar en el futuro. En realidad mantener las cosas simples era la forma de trabajo de la generación Baby Boomers en los años 60 y 70. Las reglar eran muy claras en esa época. El espacio de trabajo se limitaba a la oficina, las responsabilidades eran individuales y muy específicas y sabías exactamente cuando empezaba y terminaba tu jornada laboral.
En aquella época las instituciones representaban la estabilidad. Tenía sentido ser un buen empleado de la compañía y responder bien a las rígidas estructuras lineares y jerárquicas. Sin embargo una vez que elegías una carrera era algo que te acompañaría el resto de tu vida. Los más viejos enseñaban siempre a los más jóvenes, pues era la experiencia dentro de una empresa lo que determinaba tu conocimiento en teoría. Tener un empleo garantizaba un estatus social y era un primer paso para el matrimonio y los hijos. El trabajo no se mezclaba con la vida personal y el trabajo no se llevaba a casa. No obstante los ‘baby boomers’ trabajaban mucho por disciplina y sentido del deber. Eran sacrificios diarios para garantizar los mínimos de la familia. Todo el mundo esperaba la gran recompensa.
Mientras tanto la generación “X” redefinía la relación entre trabajo y recompensa. Gente segura, extrovertida y competitiva buscando crecimientos rápidos. Buscaban siempre mejores propuestas y una idea rentable los colocaba en un lugar de liderazgo. Aparece la meritocracia que no tiene demasiado que ver con la experiencia. Para ello se apoyan en todo tipo de titulaciones y másters para diferenciarse de sus competidores. En esa lógica individualista un buen armario y una tarjeta personal ayudaba a expandir contactos. Estar en el lugar y en la hora correcta era el plan de trabajo muchas veces. A partir de ahí empezaron a surgir los adictos al trabajo y se mezcló con la vida personal. Ser adicto al trabajo era sexy y el vencedor era el primero en llegar a la mesa de Director. Se pasaba de la carrera rápida por ascender a disfrutar de los premios.
Ahora todo es distinto. Parece ser más importante disfrutar del camino que llegar al destino final. Irónicamente, los “milennials”, jóvenes impredecibles, son los que traducen perfectamente esa nueva visión. En una era donde el placer determina la dimensión de los logros profesionales, ellos saben como nadie reconocer oportunidades que conectan pasión y trabajo. La economía creativa, nuevas profesiones, el boom de una actitud emprendedora y la nueva fuerza colectiva están decorando un inédito escenario. Ya no impresiona que los “millennials” sean impacientes pues la velocidad en como se conectan a la vida y al mundo les permite vivir a otro ritmo. Proyectos que solamente marcan la diferencia a largo plazo no les interesa, no les esitmulan, y necesitan constante “feedback” para sentir que sus esfuerzos están siendo reconocidos.
La pirámide tradicional de las compañías no les sirve a estos jóvenes ansiosos. Se entusiasman trabajando con otras generaciones pero desde una base de igualdad y respeto. Es una cuestión de intercambiar conocimientos, no importa la edad porque para esta nueva generación la fortaleza está en querer descubrir las cosas por ellos mismos. De aquí nace el “enpowerment“. Es natural para ellos diversificar los canales de información y buscar fuentes alternativas de información. Al final, comprometidos con lo profesional es algo más que una norma, es algo que emerge de las experiencias y el “enagadgement” que tienen con su entorno.
Vivimos tiempos en los que además de tener un empleo, es importante tener un propósito y que sea factible llevarlo adelante de distintas formas al unísono. Movilidad, espacios de trabajo compartidos, teletrabajo, la oficina en casa y la dirección de tus propios horarios logran que el trabajo esté en todo momento presente, en cualquier momento, en todos los lugares. Por ese motivo personas con distintos estilos de vida tienen ahora más libertad para desarrollar su talento. Gente introvertida ha logrado convertir una idea en una empresa multimillonaria.
Hoy en dia puedes quedarte en pijama mientras tus perfiles en las redes sociales sigan bien cuidados. Flexibilidad es el camino a seguir. Los millennials se siente fascinados por los proyectos en constante progreso y cuando perciben que logran adquirir nuevas habilidades. Se entusiasman por un mundo abierto y en beta constante donde probar e intervenir en algo inacabado para poder así crear algo nuevo. Los millennials necesitan sentirse autónomos pero colaborando para crear colectivamente. Son capaces de cambiar de dirección con rapidez para vivir mejor el presente sin la ilusión de que el futuro esté bajo control. Esto es por una sola razón: quienes se adaptan mejor, pueden evolucionar con los cambios.
Pero, ¿Estás haciendo lo que te apasiona en este preciso momento? Tu vida tiene prisa y el despertador está sonando. Descubre tu propósito en esta vida y conviértelo en tu realidad. Si amas tu trabajo te activarás pues es la única manera de vivir una vida plena todos los días.
Una hormiga en París
Fueron más de mil propuestas las que llegaron para poner título a mi próximo libro. Llegaron por diversos caminos lo que me hizo reflexionar sobre los lugares por los que se disemina este blog. Fueron correos, comentarios en Facebook, mensajes en Twitter y en Google+ e incluso a través de aplicaciones sociales que tengo en mi móvil. Ha sido muy difícil elegir una de ellas pero al final será “Una hormiga en París”. Curiosamente el motivo por el que “convoqué” este brainstorming digital era el de poner a pensar colectivamente a quienes quisieran y pensé que al final ganaría una sola propuesta de entre todas. La realidad superó mis intenciones y el título no tiene autoría concreta sino que un grupo de colaboradores a partir de cinco opciones “finalistas” parieron este. Es decir, el pensamiento colectivo se convirtió en una decisión común. Siempre defiendo que pensar juntos es una cosa y hacerlo en común es otra. Primera buena noticia.
El título responde bien a lo que el libro explicará. Cómo un tipo que ya supera los cuarenta y que no ha hecho más en la vida que emprender, para bien algunas veces y para mal otras tantas, decidió con 17 años tomar un tren y largarse a un lugar que estaba mucho más lejos que ahora y que él consideraba “la capital del Mundo”. Con éxitos y fracasos, pero con espíritu de mejorar y de no hacerlo solo, he pasado la vida, pero le debo tanto a aquellos meses allí que ha llegado el momento de explicarlo. Un libro corto, fácil pero intenso, divertido pero con algunas partes duras, con un trasfondo íntimo pero didáctico. A través de una decena de episodios cuento me las ingenié para vivir en esa jungla. Era como si llegara una hormiga a París.
“A los pocos días de llegar tuve que idear algo. Por casualidad, como el que caza oportunidades, lo descubrí. En ese libro contaré como se puede innovar para sobrevivir y a continuación, con ese espíritu, logras organizarte y, como las hormigas, construyes un pequeño ecosistema donde incorporar mejoras, propuestas y posibilidades. Todo para cuando venga el invierno. Lo que allí pasó lo sabe alguna gente, los detalles no tanta, pero lo que estoy seguro es que los que me conocen descubrirán elementos que conectan directamente en el porque soy de una determinada manera y a otros les descubrirá el origen de un emprendedor”
Finalmente no he podido rechazar la oferta y ofrecimiento de Roger Domingo, mi editor en Grupo Planeta para publicar este libro también en su sello. Con él ya he tenido una muy buena experiencia y, sobretodo, se aprende muchísimo. No obstante os aclaro que solicité un precio en la edición final casi idéntica a lo que estaba previsto en una hipotética auto edición. El libro saldrá en octubre pero empezará a vivir mucho antes en una web propia y en las redes sociales. Atentos.
Soy digital y me siento bien
Soy digital y me siento bien, por lo menos más vivo. Soy amante de la tecnología porque me ha hecho más humano y porque gracias a ella, mi epidermis se estremece con todo cuanto ve y siente. Como hoy. Un día en el que te despiertas a golpes de metralla y piensas que los sueños de tanta gente siguen desparramados por el suelo de una avenida de Boston. Es el mismo día que todo demuestra la mutación de nuestro entorno y de cómo llegamos a saber de él. Llegamos a la información de un hecho tan despreciable de otra manera. Antes de que muchos medios supieran que estaba sucediendo, en la red y de la mano de una aplicación que subía videos de 5 segundos de manera automática desde un móvil ya lo habíamos podido deducir. (El vídeo que enlazo es anterior a los atentados, quien quiera ver el resto de desagradables imágenes las puede localizar fácilmente).
Las cosas pasan por que deben pasar, pero también empiezan a pasar irremediablemente. No vivimos una época de cambios, vivimos un cambio de época. Estamos en medio de una erupción gigantesca que lo cambiará todo. Vivimos en un mundo líquido, complejo y al que o te adaptas e innovas o te devora. La globalización avanza sin descanso y permite que los más flexibles y rápidos se acomoden antes a sus beneficios. El poder económico se está moviendo de manera radical a Asia fundamentalmente diseminándose el conocimiento por lugares no previstos.
A medida que avanza este escenario complejo una nueva clase media aparece en ese entorno. En apenas quince años una sexta parte de la población mundial, más de mil millones de personas, serán miembros de esa clase media acomodada y consumista al extremo. Para satisfacerlos nacerán industrias nuevas y segmentadas. En ese escenario ilógico las grandes compañías se concentrarán y se despedazarán las unas a las otras hasta llegar a la atomización absoluta. Sin embargo aparecerán nuevas industrias, nuevos modelos de negocio desconocidos a fecha de hoy, y surgirá una nueva percepción de la realidad.
Hoy en día consideramos que estamos en la más absoluta ruina o en “crisis” cuando perdemos algunos elementos vitales que consideramos imprescindibles. Si comparamos ese listado con el que mantenían como necesario en apenas unas cuatro o cinco décadas se nos caería la cara de vergüenza. Ni siquiera compararé con un siglo o más. En este tiempo aumenta la desconfianza en las instituciones que representan lo viejo y lo estático. La falta de transparencia repercutirá en la necesidad de cambiarlas, de rebuscar en el exterior de ellas para renovar su esencia. Seguramente el cambio no ha hecho aun ni acto de presencia pero en los próximos años viviremos cosas que hasta hace apenas una década eran impensables absolutamente.
En ese mundo inminente cada vez se precisa un personal más especializado y con un conocimiento y habilidades de mayor firmeza. A medida que los años avancen ese bien será el más escaso. En un mundo robotizado el ser humano será imprescindible. Pero lo será en áreas de conocimiento. En ese campo también se producirán grandes cambios. En el mundo denominado subdesarrollado hay ya el doble de universitarios que en el primer mundo y esa proporción va en aumento.
En apenas quince años, también, la expectativa de vida en muchos países rozará el siglo. Evidentemente la población envejece y precisa de nuevos recursos, modelos fiscales, conciencia vital y generosidad. Nuevos “targets” comerciales aparecerán y con un modelo de consumo muy concreto y adaptable. La tercera edad se dedicará a interpretar el momento y a digerirlo. La tecnología en la mano de los abuelos es algo ya visible. La cuarta y quinta edad harán acto de presencia y nos mostrará que jubilarse es algo voluntario y casi un lujo. No parece sostenible una sociedad con personas que empezaron a trabajar (decentemente) a los 34 (media sur de Europa), se jubilaron a los 62 (media europea) y murieron a los 98.
La tecnología modificará la manera de hacer las cosas. Todos estamos interconectados en todo momento y lugar, las redes son el oxígeno y el aire y es a partir de todas las interacciones en las redes que lo rutinario se automatiza. Parece evidente que la tecnología y lo digital cuando está al alcance de todos mejora la vida pero amenaza los recursos. Por eso vivimos una época donde crece la conciencia y la responsabilidad sobre nuestro entorno, sobre este planeta mal herido.
Tenía ganas de escribir algo así, un resumen desordenado y sin pretensiones. Simplemente quería relatar que en un día triste como hoy el hecho evidente de que la hipersociedad quiere ya otras cosas. La falta de trabajo, de expectativas o de futuro en muchos casos no puede tumbar las necesidades vitales como especie. Una cosa es quedarse sin trabajo y otra es quedarse sin propósito. Que no le pase a nadie y que si no tiene empleo no se sienta parado, que si no encuentra trabajo y no está en condiciones de emprender o inventárselo pues los cantos de sirena de muchos le ensordecen, que se lance a la lucha íntima y revolucionaria para cambiar la vida, la de todos, no sólo la suya. En ese activismo personal, digital y emocionante se conectará colaborativamente. Le llaman cerebro global, inteligencia colectiva, sociedad expandida o mil cosas más que en realidad solo quieren decir “transparente”.
Si no ves esa luz, haz otras cosas. La ética no precisa de ayudas públicas ni de planes de negocio. Hay quien me pregunta en ocasiones, y de ello escribiré en breve, cómo pude salir de dos fracasos emprendedores y de que calibre fueron. Puedo decir que el primero con apenas 24 años fue devastador y me dejó con una deuda olímpica tras la Barcelona’92. Miré hacia fuera en lugar de hacia dentro. Pagué mis deudas y retomé la energía. Puedo decir que la palabra “arruinarse” se pronuncia en apenas 2 segundos pero se sufre durante por lo menos 4 años. Sin casi ayuda familiar (mi familia sufrió igual destino) tuve que enfocar hacia lo que “venía” y en como sería el mundo inmediato en el que yo, seguro, tenía algo que ofrecer.
La segunda fue aun más dura en lo emocional pero menos en lo económico y la verdad, salvo en el valor que cada uno le de a la amistad y a los socios, no hay mucho más interesante que contar. Sólo puedo decir que correr me dio vida y volví a estar bien conmigo mismo. Sentirse bien física y emocionalmente ayuda a entender, a cada kilómetro, el mundo de cambios que se nos viene encima.
Ciudad del conocimiento
Pasa lo que pasa y pasa por que debe pasar. Mientras en España y en muchos otros países europeos que se debaten entre la miseria subsidiada, el recorte obsceno y la reconquista del sofá social, en otros se ha puesto la directa. Mientras que en España un buen grupo de lesionados morales se llenan la boca de programas emprendedores de juguete que dan vergüenza ajena en otros países las apuestas son decididas. Atrapar la historia es una cosa, que la historia te atrape es otra. Mientras observamos como envejecen aeropuertos inservibles, hospitales sin presupuesto para funcionar, recortes en i+D y epopeyas que nadie se cree, en otros lugares que hasta hace un minuto considerábamos tercer mundo, han decidido forjar su propio destino. Menos estrategia y más hacer, menos ayuditas y más impulso, menos créditos blandos y más implicación, menos becarios y más empresa que nacen de la universidad, menos discurso alérgico emprendedor y más creación de un ecosistema real para la innovación empresarial, menos programitas de televisión que empaquetarán con celofán a los emprendedores y más atender los desastres personales, patrimoniales y estructurales de muchos que no lo lograron y, finalmente, menos fiesta de la emprendeduría del power point y la “ronda” y más quitar trabas fiscales, tributarias y de gestión administrativa a los que se la juegan. Menos letra y más número.
Hace unos días recibí una invitación de un proyecto muy interesante y que encaja muy bien con mi manera de entender los tiempos que nos toca vivir. Se trata de aportar conocimiento al proyecto Yachai en Ecuador. Se tratará de una “ciudad inteligente” que espera convertirse en un centro integral de inteligencia y tecnología. De hecho no es la primera vez que a nivel personal asesoro en temas de este tipo. Hace unos años participé en el diseño, me tocó plantear modelos de emprendedores digitales y aportar lo que a mi modo de ver eran las claves en un ecosistema de este tipo, de la “ciudad modelo“ de Honduras. La experiencia en Centroamérica se complementó en la Knowledge City de Panamá y en los modelos iniciales que diseñaron el moderno ecosistema de trabajo académico y tecnológico en la ciudad chilena de Talca. Es decir, que nos va impulsar este tipo de retos que nos nutren enormemente y que permiten vivir la emprendeduría con mayor perspectiva incluso.
Ecuador tiene muchas oportunidades y su apuesta por la tecnología y los proyectos emprendedores digitales son intensivos. Es un buen lugar que deberá no obstante facilitar temas financieros, fiscales y administrativos si se persigue la línea de proyectarse al mundo.
Os dejo con el video que promociona Yachai lo que a buen seguro puede ser un elemento a verificar en el futuro en cuanto al grado de cumplimiento. También un texto asociado abajo que analiza los tiempos futuros en cuanto a este tipo de proyectos y que aporto al debate que me parece interesantísimos. Es una traducción del artículo de Eric Mack titulado “Plotting the next Silicon Valley, you’ll never guess where” publicado en CNET hace unos días.
Pero también entró al escenario un nuevo actor que nadie habría podido vislumbrar en el mundo de la tecnología hace apenas una década. Es en este particular contexto futurista que una pequeña cantidad de innovaciones, que va rápido en aumento, se da a luz, se cría, se produce y se envía al mercado, desde un diminuto aunque vivaz país arrinconado entre el Pacífico y la Amazonía: el Ecuador.
Científicos e investigadores se reúnen en esta nueva competencia latinoamericana para Silicon Valley con vistas a desarrollar nuevos medicamentos, a pocos pasos de una selva amazónica notablemente biodiversa, que también provee de abundante material para el desarrollo de tecnologías vanguardistas de celdas solares y de tecnologías petroquímicas. Los diseñadores de software y de hardware tomarán ventaja de un vivero de empresas, que, combinado con el parque industrial adyacente, les permitirá ver sus nuevas promesas tomando forma sin la necesidad de hacer el largo viaje hacia una fábrica asiática y volver.
De esto se trata el sueño un tanto atrevido que ya se construye aquí, en esta nación de 15 millones de habitantes, que se desarrolla rápidamente. Desde que asumió el poder en el 2007, el gobierno socialista de Ecuador, dirigido por el economista Rafael Correa —estudió en Estados Unidos y en Europa—, ha estado invirtiendo compulsivamente: modernización de las carreteras, inversión en las escuelas, pero también aumento del acceso a internet, entre otros proyectos. Y todo esto a una velocidad cegadora.
Pero tal vez la iniciativa más ambiciosa sea la recién nacida Yachay, en el norte de la sierra ecuatoriana. La“Ciudad del Conocimiento” que se planea construir resume las esperanzas de la administración de Correa de competir y colaborar algún día con Silicon Valley, Corea del Sur, Japón, y todos los demás grandes centros de innovación alrededor del mundo.
Yo nunca había escuchado de Yachay hasta que vine a Ecuador el año pasado. Buscando en Google encontré este Yachay mientras estaba sentado en un departamento en la tercera ciudad más poblada del Ecuador y buscaba los precios alucinantes de los aparatos electrónicos de consumo en Ecuador y el resto de Latinoamérica (¿Quiere el último iPod Nano? Le costará $350 – poco más que el salario promedio que ganan aquí). Había pequeños informes sobre el proyecto en inglés, y los videos de presentación y la propaganda oficial de la página web del Gobierno parecían, a primera vista, unos castillos en el aire comparables con lo que planean, del día a la mañana, esos proyectos omnipresentes: explotar minería en los asteroides.
Entonces reservé un vuelo a Quito para enterarme de esto directamente con el hombre de la situación, René Ramírez, Secretario Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación.
En Ramírez, al menos desde mi punto de vista de extranjero, se personifican numerosas características de ese nuevo y moderno Ecuador. El Ecuador de hoy ha estado emergiendo rápidamente a raíz de que el Gobierno de Correa inició una campaña implacable para modernizar y estabilizar el país, que durante años fue considerado a nivel internacional como poco menos que un caso perdido en el plano económico.
Ramírez luce una cola de caballo y unos lentes brillantes rojos al más puro estilo de Bono, de U2. Entiende y habla inglés, pero contesta mis preguntas en su español nativo para poder usar un lenguaje más preciso. Mientras un intérprete me repite sus respuestas detallistas, Ramírez hunde su mirada en su iPad, probablemente para ver su cuenta Twitter, que cuenta con cerca de 20 000 seguidores. No es muy difícil imaginarse a este individuo dirigiendo una charla TED. El único problema sería que 18 minutos serían insuficientes para él para contar todo lo que quiere decir sobre Yachay.
“¿De qué se tratará?” lanza Ramírez, rodeado de su equipo en una sala de conferencia de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, en la capital ecuatoriana. “Es una ciudad completa y extensa, la primera ciudad del conocimiento que se concibe no sólo aquí, en Ecuador, sino en toda Latinoamérica…”
“Esta ciudad girará [en torno a] la universidad, pero también será una zona de desarrollo económico especial. Dentro de la ciudad estará la universidad experimental… y también estarán otras instituciones públicas de investigación —y todos los centros de investigación y de desarrollo, sean nacionales o internacionales—, así como parques tecnológicos del conocimiento. También habrá viveros de empresas y pre-viveros gracias a las innovaciones que producirán estos centros de investigación”.
Y, por supuesto, Ramírez añade que la ciudad estará dotada de todo lo propio de una ciudad: escuelas primarias, alojamientos al estilo Nuevo Urbanismo, restaurantes, y discotecas. El Yachay que se imagina no sólo es el destino de los grandes pensadores, creadores, conseguidores y agitadores, sino también de los turistas.Imagínese un encuentro entre la ciudad de Palo Alto, California (en Silicon Valley), y Dubái: sería la evidente etapa adicional al típico recorrido turístico de Ecuador, a más de las islas Galápagos, la selva amazónica y la sierra andina. Vea el video promocional oficial sobre Yachay del Gobierno ecuatoriano (la descripción real del proyecto empieza en el minuto 2:55):
El pedazo de tierra adquirido por Ecuador para el proyecto mide poco más de 4.200 hectáreas, el equivalente de la superficie de Atlantic City —más apropiado sería comparar con la ciudad de Palo Alto: sería la misma superficie si se eliminaran la totalidad de los espacios abiertos—. Por supuesto, si Yachay se convierte en un éxito, hay espacio de sobra en la región andina de los alrededores para que pueda crecer más.
Yachay no nace de la nada tampoco. En su lugar, se elevan varias docenas de edificios, casi todos abandonados —algunos, viejos de hasta 200 años, son considerados por el Gobierno como “patrimoniales“— y en distintas etapas de deterioro que ahora están siendo preservados, rehabilitados e integrados a la sección universitaria del desarrollo.
“No hay un lugar en Sudamérica que atraiga realmente a una gran cantidad de estudiantes y científicos… Hay buenas escuelas, pero ninguna que esté realmente en la cima” me indicó por teléfono José Andrade, profesor asociado de la división de ingeniería y ciencias aplicadas del California Institute of Technology. Andrade es originario de Ecuador y jugó un papel clave en el creciente compromiso de Caltech con el desarrollo de Yachay.
Andrade me dijo que Caltech está aportando su ayuda en el diseño de un plan de implementación para la Universidad de Yachay y en la estrategia general que ayudará a que las innovaciones desarrolladas en el seno de la “Ciudad del Conocimiento” puedan crecer, desde el concepto de investigación hasta los productos acabados, los cuales podrían fabricarse en el vecino parque industrial.
Si todo funciona como está previsto, numerosos productos, desde celdas solares hasta software e incluso productos farmacéuticos podrían llevar la mención “Hecho en Ecuador”.
Podría tomar décadas antes de que el Yachay completo, como se lo proyecta —una urbe vibrante y moderna organizada en torno a una universidad de investigación de primer orden, poblada de viveros de empresas, centros de investigación y desarrollo, y fábricas que puedan competir con las de China o de Brasil— pueda realizarse. Pero el Gobierno ecuatoriano no está perdiendo tiempo.
El Gobierno de Correa aspira a imitar los milagros económicos de países asiáticos como Japón o Corea del Sur, que aprovecharon la oportunidad de exportar productos de alta tecnología y otros bienes manufacturados al mundo entero para transformar a alta velocidad sus tierras, antes devastadas por las guerras y la pobreza, en potencias mundiales. De hecho, el Gobierno ecuatoriano ha suscrito un convenio con la Zona Económica Libre de Incheon para aplicar a Yachay el modelo de esta ciudad prometedora Surcoreana.
“Por primera vez, existe un grupo de personas que piensan sobre tecnología y conocimiento y sobre tener una universidad de excelencia… es inaudito en este país” añadió Andrade. “Personalmente, estoy enamorado de este proyecto. Es una de las cosas más grandes que jamás he visto en este país.”
Hoy por hoy, ya se sabe dónde se va a construir la Ciudad del Conocimiento; los principales socios ya están listos; y ya se ha empezado a cavar la tierra donde se levantará la nueva Universidad, que será el centro neurálgico de Yachay, especialmente en las primeras etapas de su desarrollo. El Gerente del Proyecto de Yachay me ha contado con absoluta naturalidad que espera que las primeras clases arranquen a finales de este año.
Por supuesto, dictar unas pocas clases en una Universidad en plena construcción es una cosa. Convencer al mundo entero que este diminuto país —más conocido en el mundo de la tecnología por dar refugio al editor de Wikileaks, Julian Assange, en su embajada de Londres— es el próximo gran centro de innovación, ya es otra cosa, y muy distinta.
Start-up creates really jobs
I read an article by Salim Furth on job creation and the new economy. You can find it at the Heritage Foundation. Who needs more than anyone to be innovative? An entrepreneur must face what is already on the market. You have no choice. Job creation is currently the Holy Grail for Washington policymakers. In order to craft better job policies, it is valuable to understand when, where, and by whom jobs are created. Rigorous data analysis tells us that start-up firms are disproportionate job creators and that new firms tend to appear in cities with smaller incumbent firms. Policymakers should keep future job-creating start-ups in mind whenever they hear an argument to protect the economic status quo.
Job Growth Through ChurningIn 2002, the U.S. Census compiled data on businesses going back to 1976 into the Longitudinal Business Database. By virtue of size, firms with more than 500 employees provide a large share of the jobs in the private nonfarm economy: 45 percent. Generally, larger sectors and industries see more jobs created as well as more jobs destroyed. The churning is part of a healthy economy, as long as gross jobs created exceeds gross jobs destroyed. From 1975 to 2005, economists John Haltiwanger, Ron S. Jarmin, and Javier Miranda report that gross annual job creation was 17.6 percent of all jobs and gross annual job destruction was 15.4 percent, resulting in net job creation of 2.2 percent annually.
The firms that systematically create more jobs than they destroy are young ones. Sixty percent of the jobs created by start-ups still exist five years later. Haltiwanger, Jarmin, and Miranda note that “startups are a critical component of the experimentation process that contributes to restructuring and growth in the U.S. on an ongoing basis.”
Small Firms, Jobs, and Young Workers
Young firms are vital to growth. Two other papers show that concentrations of young or small firms are associated with higher subsequent growth across U.S. cities and across countries.
Haltiwanger, Jarmin, and Miranda emphasize that young firms are the most important net job creators. Since young firms are almost always small, a casual look at the data shows that small firms create many net jobs. However, deeper econometric analysis shows that the key feature is firm age, not firm size. Thus, we should expect roughly the same rate of net job creation from firms of equal age, regardless of their size.
Economists Edward Glaeser, William Kerr, and Giacomo Ponzetto go a step further. Knowing that entrepreneurial start-ups cause job growth, they ask the data where entrepreneurship occurs. Controlling for industry and region effects, they find that cities where the average establishment had fewer employees in 1992 had higher start-up rates there from 1992 to 1999. Thus, even if small businesses do not directly create jobs, they are a feature of a business environment that encourages entrepreneurship, and entrepreneurs do create jobs.
In a follow-up paper, Glaeser, Kerr, and Sari Pekkala Kerr dig deeper into the past and find that cities built near coal and iron mines tended to develop larger establishments and, therefore, to be less entrepreneurial.
Economists Ejaz Ghani, Kerr, and Stephen O’Connell confirm the same pattern in India. Using an Indian dataset that includes both formal and informal manufacturing firms, they find that young firms create jobs in India, too. Likewise, clusters of small firms are associated with more start-ups in the future.
Economists Paige Ouimet and Rebecca Zarutskie find that young workers are the group most likely to find jobs at start-up firms. In fact, they find that younger firms tend to offer better wages for young workers than older firms. And young firms seem to benefit from hiring young workers. Ouimet and Zarutskie suggest that some characteristics of young workers—such as their willingness to take risks—makes young workers a good match for young firms.
How It Works
Job creation and destruction occur in a highly complex, intertwined system. Glaeser, Kerr, and Ponzetto work to eliminate some possible explanations for the geographic correlation between average establishment size and subsequent start-ups. The link is not due to a city’s industrial composition, nor to general features of the city or region. They also rule out geographic differences in productivity and average age of incumbent firms, although those independently affect start-up rates.
The data leave two explanations standing: differences in fixed costs of starting a new business and geographically differing supplies of entrepreneurs. Regulatory hurdles, paperwork, and environmental restrictions, for example, can all raise fixed costs and discourage start-ups.
Policy Implications
New jobs come from new firms. New firms tend to appear alongside existing small firms. Given that these patterns persist in economies as different as the U.S. and India, it seems likely that the patterns of job creation represent fundamental economics, not a particular institutional framework.
Government can encourage job creation by making it easy to start a new business. Although large firms have lawyers working full time to help them navigate regulatory mazes, small businesses generally do not. The risk involved in entrepreneurship is ample; government should seek to remove barriers to entering business instead of erecting them.
Because incumbent firms and large corporations have the resources to lobby their representatives for favorable treatment, Washington policymakers often see persuasive arguments in favor of protecting the economic status quo. Where job creation is concerned, however, future start-ups are the champions, and they have no lobbyists.
The success and failure of startups are crucial mechanisms by which the economy organically encourages good ideas and discourages ones that do not meet consumers’ needs. Thus, although start-ups as a group create many net new jobs, individual start-ups frequently fail. Government should stay out of the business of “picking winners.” When a start-up based on a bad idea goes out of business, its capital and labor are freed up to better serve consumers.