Startups, 'hubs' y futuro

Advierten mis amigos que eso de viajar tanto no puede ser bueno. Que un poco vale, pero que esa necesidad compulsiva no da para toda una vida. No sé, puede que si o que no. Lo que tengo claro es que viajando se aprende, se vuelve uno más intuitivo y es capaz de detectar aromas que antes no sabías ni que existían. En lo que respecta a lo que hoy quiero aportar, viajar fue determinante y lo sigue siendo.
Hace unos días apareció un informe que destacaba algunas ciudades del mundo como de alto interés en asuntos de Startups o como hubs tecnológicos. Se trataba de una aproximación a lugares donde no es habitual recabar o tener conciencia de que eso sucede. No aparecen San Francisco, Berlín, Nueva York, Miami, Santiago de Chile, Dubai, Singapore, Tokio u otras. Sin embargo son señaladas otras como Ámsterdam, Bangalore, Bogotá, Dublín, Lisboa, Nairobi, Sant Petersburgo, Estocolmo o Toronto. Todas ellas con un clarísimo camino a recorrer y en paralelo a sus crisis locales, todas ellas pendientes de concentrar talento, digitalización y esperando globalizar sus productos.

https://twitter.com/marcvidal/status/329534602739855362

En esa lista hay tres ciudades donde IDODI y sus “spinoffs” están ya ubicadas y trabajando duro hace tiempo. Bogotá, Lisboa y Dublín. Cada una por una razón distinta pero con un tronco común. No es fácil, quien lo crea gastará dinero y energía pues tremendamente retorcido todo el asunto, pero es factible. Lo importante es saber donde y con quien vas, perseverar, prepararse para sentirse solo a menudo y a comer de todo. Me gusta pensar que llevar tanto tiempo dando tumbos, conociendo de primera mano quien y como lo hace, que trámites, modos y contactos hay que tener para entender el momento de cada lugar, me ha dado ventajas objetivas para haber apostado por destinos con potencial en el futuro inmediato, a pesar de que muchos indicativos decían lo contrario.

Seguimos pendientes de abrir en junio una ronda de inversión sencilla para casi una decena de diferentes compañías del “pool” que gestionamos o mentorizamos y que ya tienen finalizados sus desarrollos y en algunos casos incluso ya están en producción. Ahora bien, lo curioso es que habiendo recibido peticiones de entrar en estas startups que superviso, la mayoría de ese interés proviene de países como los citados en este enlace, muy por encima del que surge de inversores españoles. El desarrollo necesita ideas, emprendedores, tecnología y estímulos, pero sobretodo precisa de capital. Si no circula en un lugar lo hará en otro y en ese tránsito todos irán ubicándose adecuadamente para alivio de unos, gloria de otros y desgracia de la mayoría que viven en el sofá social.

Llevo casi dos décadas viajando a Latinoamérica por negocios. He visto de todo y un día lo relataré espero. Recuerdo como era Bogotá hace 18 años por ejemplo y el riesgo que suponía en pleno centro de la ciudad asistir a cualquier evento. Don Álvaro Uribe me explicó, siendo aun presidente de Colombia, que su sueño era cimentar el futuro Sillicon Valley de Latinoamérica. Él sabía que dependía de mucho más que de su propia labor y concentró sus esfuerzos en vincular a diferentes agentes que ahora están siendo claves para que ese modelo tecnológico se afiance y se expanda.

Hay indicios que el modelo socioeconómico está en juego a nivel planetario. Miremos como entornos alejados históricamente de ese escenario tecnológico y digital se ha ido permeabilizando. Ya no es preciso tener sofisticados laboratorios de investigación para desarrollar tecnología disruptiva. Ahora una conexión permite viajar a miles de kilómetros formarse sin moverse de Dakar y empezar a parir una idea que, aunque puedan ser réplicas de otras en países más avanzados, se adapta a la idiosincrasia local y a los usos tecnológicos del momento.  Atentos a las startups más potentes del continente africano.

Os dejo con el enlace otra vez a la selección de ciudades a tener en cuenta titulado “Emerging Tech: 9 International Startup Hubs to Watch”. He aquí los nueve centros para startups de tecnología internacionales que podrían estar bajo el radar de cualquier emprendedor con vistas internacionales. Estas comunidades vibrantes son más que lugares donde se instalan startups. Son puntos de acceso completos a la innovación y al apoyo, donde la inspiración y la transpiración se mezclan con los planes de negocio para ser incubados.  Surgen oportunidades e incluso, seguramente, nacen mercados enteros en sí mismos. Quien crea que internacionalizar tecnología no requiere focalizar destinos se equivoca en un buen número de negocios, hacerlo de cualquier manera es el segundo error. Hablaremos de aventuras que estamos viviendo con mi equipo en otros posts por si interesa.

Anterior
Anterior

Nuestra oportunidad

Siguiente
Siguiente

Sueña o muere