Optimismo inevitable
Desde hace algunos meses algunos de los lectores de este blog critican, estoy seguro que de buena fe, mis artículos “optimistas“ y “alejados de la realidad“. Con mi propia hemeroteca podemos detectar que no fue precisamente mi característica principal esa de la que ahora dicen que hago gala. Lo que sucede es que uno no está para “anunciar el fin del mundo constantemente“. Ya pasó, ya lo hice, ya lo dijimos. Cuando participé junto a Niño Becerra al programa “Singulars”, donde ya había estado antes y donde estaré en pocas semanas de nuevo, recuerdo lo que nos diferenciaba: yo señalé culpables, dije que se podía salir de esto si se asumía que era un nuevo sistema en todos los ámbitos humanos y sociales, él aseguró que era inevitable y que era una crisis económica de tipología sistémica. Seguimos pensando distinto. De hecho es normal. Mi buen amigo Santiago es un académico que puede patinar por el escenario de las hipótesis por calibrar, pero yo soy emprendedor y no me puedo permitir esos excesos. Ahora toca seguir viviendo. Seguir viviendo. Elegí hace 16 años hacerlo constantemente viajando, recorriendo el mundo y descubriendo territorios. Lo convertí en mi modo de vida, supervivencia y, ahora, gracias a un sofisticado network de colaboradores, compañeros y socios en todo un reto constante ayudando a emprender a otros. Siento ser optimista, pero no tengo más remedio. Estamos viviendo una especie de fin del mundo, lo sé, pero quiero ser testigo y partícipe, cueste lo que cueste, del nuevo.
Mis amigos me escuchan y callan. Lo hacen desde hace lustros. Saben que cuando me arruiné por completo (prometo describirlo en breve), y eso sucedió dos veces, lo pasé fatal. Algo que se explica en 4 minutos se tarda en digerir 4 años. Sin embargo, cuando les cuento un nuevo reto, un nuevo proyecto en el que voy a depositar toda mi energía y patrimonio, ni se inmutan, saben que no va a ser posible evitarlo. Esperan y observan. Si me va bien, lo celebran, si me va mal, me apoyan.
Las dudas sobre el perfil de un tipo que se dedica a montar empresas y casi ni a disfrutarlas es algo difícil de cristalizar. Es posible que esté tatuado en alguna especie de versión molecular de su organismo. No lo sé pero suena siniestro que así fuera. Es como si el resto de la sociedad, esa que duerme la siesta en el sofá social sin inquietarse, no tuviera ninguna función más que esperar a que les despierten puesto que los “emprendedores con ADN de emprendedor” ya se encargarán de poner patas arriba esta sociedad. Pues no.
Creo que todos tenemos esa titularidad. Plantearse un objetivo y un plan para lograrlo es algo que ha hecho todo el mundo en algún momento de su vida. Calcular como se logrará, que exactamente, quien nos ayudará, cuanto costará y desde donde lo haremos son las preguntas que cualquier individuo se plantea ante un reto personal. Lo mismo que los negocios, pero al igual que en lo cotidiano, las empresas requieren que arriesguemos, que nos la juguemos. En esas preguntas hay alguna que va implícita como ¿qué me va a pasar si no lo logro? Precisamente esa última cuestión es la que frena muchos proyectos. Pero si algo frena el progreso desde siempre es la constante presión sobre quien quiere intentarlo. Los pesimistas gozan de una buena reputación, pero también se equivocan. Eso no fue lo que pasó, pero esta vez pudiera ser.
Millones de hormigas
Dicen que las crisis son tiempos para las oportunidades. Eso es demasiado genérico como para aceptarlo como norma. Una época de dificultad como la actual no deja de ser un escenario de dificultad añadida al ya difícil mundo de la emprendeduría. El coste de poner en marcha una empresa o un proyecto cualquiera es muy alto en tiempo, esfuerzo y sacrificios. Se debe asumir desde el principio el enorme reto que se te presenta en frente justo en el instante en el que decides arrancar. Si añadimos que esto no es una crisis si no algo mucho más complejo y sofisticado, más trascendental y menos anecdótico, entonces aun me lo pones más claro.
Algo está pasando en el mundo, como decíamos hay un cruce de revoluciones en marcha: la de los modelos de producción y los de la transmisión del conocimiento. Eso es inédito que ocurra a la vez y está repercutiendo en el modelo emprendedor y en la capacidad de hacerlo. Algo está pasando en el mundo y tiene que ver con el hartazgo y la evidencia mostrada millones de veces en la red. Ahora una cacerola es mucho más que un objeto, es una voz global en video, es el Global Noise. Recordemos que hace 15 años una fotografía se hacía con una cámara analógica cuyas instantáneas dependían de un comercio especializado. Luego fueron las fotos digitales y las impresoras, más tarde los teléfonos con cámara y ahora los smartphones que no sólo hacen fotos, las distribuyen de inmediato por las redes sociales, ya no fotografiamos, ahora compartimos momentos, sentimientos y sucesos. Tienen mucho que ver los que se enfrentaron a los saltamontes. El vídeo que acompaña fue enlazado por un buen amigo de este blog y le agradezco la analogía con la realidad. Me gustan estos símiles metafóricos. Me hizo pensar en el valor del trabajo en común, del talento global y de la capacidad de ser uno sólo cuando entre todos nos sumamos en un modelo propio. Pensé en aquellas sequoias.
El emprendedor tiene una morfología particular. Se diferencia de otros individuos por ser creativo en mayor o menor medida, disponer de una gran intuición, incluso si fracasa, de un grado de optimismo patológico que puede perfectamente mezclarse con un espíritu crítico y analítico de la realidad, un emprendedor no es un iluso, es un valiente que decide tirarse por un acantilado sin saber, muchas veces, que le espera allí abajo.
El emprendedor tiene un ADN compuesto por empuje, decisión, observación y energía para soportar los temporales que se encontrara en su camino. En España, además, el emprendedor suele tener dos caracteres más: la paciencia para tolerar la pesada administración pública y su burocracia e inconsciencia bien entendida para sobrellevar el riesgo de exclusión si te arruinas en este país.
Me gustaría destacar que no sólo de emprendedores es la tarea de mejorar nuestro entorno, tiene que ver con muchos otros elementos sociales. La multitud es el todo y es quien debe poner en marcha los resortes del cambio. Los gobiernos y los poderes políticos, públicos, financieros y privados, todos son la clave, pero la sociedad en su conjunto, emprendedores y emprendidos, todos adeudan ese impulso hacía un futuro más equilibrado y activo, donde ser concursante de Gran Hermano no sea el objetivo de millones de jóvenes por que consideran que siendo famoso la vida será más fácil.
No sólo de emprendedores va este post, también de todo lo que conlleva estimular cambios de conducta para tomar las riendas de tu propia vida, seas o no empresario, joven o anciano. No hablamos de estereotipos, pero si de actores. Hay personas que han nacido con una actitud en la vida que los posiciona como agentes de cambio, otros que se ven impulsados a ello.
La mal llamada crisis debería despertar en muchos ciudadanos su inquietud por emprender. Este momento, aparentemente poco propicio para poner en marcha proyectos, es uno de los más complejos por los que pasará la mayoría de las generaciones que les tocaron vivir. Con un endurecimiento del crédito, sin dinero público para invertir en reflotar la economía, con el consumo cayendo y sin expectativas de mejora, el horizonte no parece el más brillante para los que han decidido arriesgarlo todo por una empresa.
Empieza el #TueddyTrip
Más de quinientos candidatos se presentaron a la oferta de Tueddy en lo que nos gustó llamar “el mejor trabajo del mundo“. El 92% de ellos fueron chicas por cierto. Las exigencias eran la voluntad recorrer el mundo, hablar tres o más idiomas, tener un absoluto dominio de la tecnología móvil, ser capaz de moverse con una maleta ligera y ponerle mucha pasión y conocimiento sobre el mundo de la moda y de las redes. La selección se filtró por diferentes factores pero el principal fue el de diseñar el antianuncio laboral. No dimos casi pistas de lo que queríamos, ni demasiadas indicaciones, sólo insinuamos que y donde pero no como. Eso nos daría y así fue perfiles definitivos de personas capaces de ser proactivas, capaces de resolver creativamente y sobretodo de tener mucha iniciativa. La verdad es que no ha sido nada sencillo descartar tanto talento, pero ya tenemos a nuestras TueddyTrippers para Latam y Europa.
Esta primera fase comienza la semana que viene con la salida desde Barcelona y Lisboa de Ona Vinyamata y de Sara Coimbra respectivamente. La primera pasará por Italia, Inglaterra, Irlanda, Belgica, Holanda, Francia y Alemania. Nuestra tueddytripper para América Latina lo hará en Portugal, Chile, Argentina, Colombia, Mexico y Brasil. Ambas se encontrarán con el resto del equipo Tueddy en Berlin durante el Bread & Butter en enero, donde esta empresa participada por IDODI se presentará ante la sociedad de la moda global. En la siguiente fase, en enero, otra selección de tueddytripers irá a USA, Canadá y Asia Pacífico.
La plataforma o aplicación, es difícil definirla, está lista para abrirse al público en general. Eso sucederá este mismo mes pero todavía estamos ultimando la entrada de marcas muy importantes de casi todo el planeta. Tuvimos una aceptación muy superior a lo previsto cuando presentamos el proyecto y se nos fue la mano cuando “garantizamos” que a los primeros diseñadores y marcas les “haríamos el trabajo de subir su material nosotros mismos como regalo de bienvenida”. Estamos encantados, pero ha sido duro. La aplicación está siendo muy bien vista en eventos y encuentros internacionales donde estamos presentándola y la ronda de financiación para la captación del capital sin haber empezado está casi cubierta.
Desead suerte a nuestras chicas, ellas son personas que no soportan quedarse en el sofá. Podréis seguir sus andanzas por el mundo a tiempo real en el blog TueddyTrip y en sus canales sociales, donde subiran fotos, experiencias, videos, entrevistas, reflexiones y todo lo que les preguntéis os lo responderán.
Muerte al 'Business Plan'
Mi columna en el diario ABC de esta semana se titula “Muerte al Business Plan“, y explica una de las conversaciones que tuve con Jack Welch hace un tiempo acerca de como se debía gestionar el documento previo a montar un negocio. Welch está considerado el mejor CEO de la historia y sus carrera avala una capacidad para convertir en una máquina de hacer dinero compañías con dudas sobre su futuro inmediato. El artículo relata la parte en la queeste hombre asegura que no hay ideas nuevas ni que éstas puedan ser factibles de generar otras brillantes, que todo está inventado. Sigo en desacuerdo con él, pero si entiendo cual es el motor de la innovación para su generación. Ahora bien, cuando Welch asegura que el Business Plan, el plan de negocio de toda la vida, es un falaz argumento para inversores, que no sirve para dirigir una empresa y que suele ser, en los tiempos que vivimos, energía desaprovechada estoy completamente de acuerdo. Os dejo con el artículo que complemento con otro texto al respecto ya publicado con anterioridad.
Conocí a Jack Welch hace unos años. ¡Mi suerte! Compartí con el mejor CEO del siglo XX unas horas en Capri durante unas jornadas sobre Nueva Economía. Recuerdo el debate que se produjo al finalizar el evento, durante un encuentro informal. Mientras yo defendía que lo más importante en un proyecto empresarial eran las ideas y el plan de negocio que lo llevaría a destino, él me aseguraba que “las ideas geniales no existen” y que “el business plan deberían erradicarlo”. Sobre las ideas (geniales) defendía que éstas no existen y que todo está inventado. Lo soportaba sobre la curiosa “teoría estructuralista de los cuentos” de Vladimir Propp. Según ésta, hay trenta y un esquemas dentro de los cuales es posible encaber cualquier cuento, historia o novela que se haya escrito o narrado. Chico conoce chica, transgresión, alejamiento, prueba del héroe y otros tantos que se van combinando para generar toda la litaratura existente. Igual sucede con la innovación decía. Todo está inventado y lo fascinante es la combinación eficiente de esos factores.Con el tiempo he descubierto que el esfuerzo más intenso radica en la búsqueda de un problema. Pensé que si quería grandes beneficios, debía solucionar grandes problemas. Si le pasó a Steve Jobs ¿por qué no puede pasarte a ti?. En lugar de pensar en un gran producto que volviera a posicionar a Apple en la cabeza tecnológica, Jobs se dedicó a indagar“el gran problema”. El rompecabezas que localizó situaba a la industria de la música en el punto de mira. Como las discográficas y autonres no lograba superar la quiebra que suponía la descarga masiva y gratuita. Pensó eniTunes y creó un portal donde se cepilló la cadena de valor tradicional en el negocio. Lo hizo apostando por el problema y entregando la solución: 99 centavos de dólar por canción. Lo logró porque no tenía otro remedio. Si Steve Jobs hubiera fracasado en base a un Plan de Negocio hubiera aportado su plan B, C, D o E y así hasta alcanzar una solución. Lo hubiera logrado porque había elegido muy bien el problema.
El business Plan no es más que una opción de ruta, una línea que nos cuenta donde estamos y como pensamos lograrlo, no lo que vamos a lograr. Welch me dijo en el aeropuerto de Nápoles, dos días después, que el error no era el modelo de emprendeduría y la dependencia de su plan director, según él, el disparate que cometemos los europeos es que “siempre esperan que los gobiernos lideren la economía”. No piensan en el problema, sólo en el plan del negocio. Él tomó su jet privado y yo esperé en la sala GroundForce un tiempo más a que un A321 me sacara de allí. Revisé mi Mac y mandé a la papelera alguna idea “única” y la convertí en papel digital reciclable.
A veces hay artículos que se complementan con partes de otros anteriores. Este parece el caso. Hace tiempo hablé de que “lo importante no es el avión, lo esencial es volar“ y lo expliqué en la parte final así:
Nos hemos quedado sin ideas. Vivimos el origen de una nueva era, un nuevo modelo económico impulsado con vientos desconocidos. Los que entiendan que es tiempo de veleros y no de lanchas motoras sobrevivirán, crecerán y serán mucho más eficientes. Los que escuchen a esos dirigentes perdidos que cambian sus previsiones una y otra vez, que esperan un salvavidas o una subvención, lo pasarán francamente mal. En estos días de convulsión financiera, a minutos de la quiebra del sistema, lo que menos precisamos es ser dirigidos por quienes nos metieron en esto. A los políticos se les llenará la garganta con la palabra “emprendedor”. Sería un error esperar de quienes apenas emprendieron nada en la vida se les suponga ahora una capacidad lírica para estimular la economía. Son gente sin ideas que confunden el fondo con el papel celofán que la envuelve. La realidad paralela en la que viven es de vergüenza ajena. Todos los malabaristas que nos gobiernan son de cartón piedra y es obligación del resto asumirlo y tomar conciencia. Es nuestro tiempo, momento de crear algo nuevo. Como interpretaba Eduardo, si seguimos paralizados, esperando que otros lo resuelvan, nos iremos apagando poco a poco. Tiene más valor una idea que lo que se produce con ella. Lo esencial no es el avión, lo esencial es volar.
Invertir en la Era Cero
Vivimos tiempos de incertidumbre. Que hacer con el dinero y como abordar su protección no es sencillo cuando los que hasta la fecha debían dedicarse a eso se han convertido en una amalgama imperfecta de frases incoherentes y muchas veces paradójicas. Ni banqueros, políticos, periodistas o catedráticos han sido capaces de dar alternativa fiable al riesgo actual. Vamos a intentar abordarlo. En mi opinión, lo de sacar el dinero de España no tiene sentido si no es de un modo estratégico y global. Es más seguro en algunos casos inverir en deuda alemana desde un banco español que lo contrario, es decir, invertir en un fondo francés o alemán que en realidad esté compuesto por deuda griega, portuguesa o española. Hay un futuro financiero complementario con el futuro emprendedor, tener datos y conocimiento sobre ambos es fundamental en tiempos de redes, nueva economía y tormentas.
Los futuros historiadores quizá utilizarán la expresión “Era del Cero” para referirse al presente periodo, comenzado con el colapso de los bancos irlandeses, antes de que la crisis financiera se ramificara en las múltiples facetas que exhibe actualmente. Gracias a la errada respuesta de nuestros llamados líderes, que en esencia han socializado las enormes pérdidas de los bancos, esta generación y la próxima se enfrentan a la tarea hercúlea de pagar las gigantescas deudas bancarias asumidas por los gobiernos soberanos. La crisis económica permanente es ahora la nueva normalidad, el resultado de estas políticas económicas mal concebidas que han dado lugar a un sector público hinchado, necesitado de impuestos crecientes a extraer de un sector privado exhausto y menguante.
La Era del Cero plantea un panorama muy complicado a aquellos afortunados con ahorros disponibles para invertir. Así, la Era del Cero se caracteriza por unos muy bajos tipos de interés oficiales, mantenidos artificialmente en esto niveles en un vano intento de estimular la economía. En consecuencia, los bonos de alta calidad ofrecen rendimientos próximos o incluso inferiores a cero. Para completar el cuadro, los crecimientos económicos están estancados en niveles próximos o inferiores a cero, mientras las tasas impositivas sobre el consumo, ahorro y trabajo se acercan a niveles confiscatorios. Sólo en el caso improbable de que comenzaran a aplicarse reformas radicales en pro del crecimiento, esto es, bajada de impuestos acompañada por reducción drástica del gasto público, podríamos imaginar un escenario que nos permita volver a la senda del crecimiento y la prosperidad.
Para invertir con éxito en la Era del Cero, los inversores deben cambiar el chip y modificar su perspectiva respecto a cuestiones que daban por supuestas en la previa Era de Prosperidad. En primer lugar, los inversores deben recordar en todo momento el adagio del sabio americano Will Rodgers, “Estoy más preocupado con el retorno de mi capital que con los retornos sobre mi capital” (I am more concerned about the return of my capital than the return on my capital). Las escandalosas ventas masivas de acciones preferentes a pequeños inversores no profesionales debería demostrar de forma definitiva que los inversores no pueden depender del consejo que le ofrecen sus bancos. Invertir en la Era del Cero requiere asesoramiento independiente, libre de los conflictos de interés típicos de las entidades bancarias.
En segundo lugar, como la Era del Cero se caracteriza por tipos de interés muy bajos y crecimientos económicos próximos asimismo a cero, es necesario reducir al mínimo los costes de inversión a fin de conseguir beneficios reales a lo largo del tiempo. Por ejemplo, si los bonos de alta calidad rinden únicamente un 2 ó 3% anual, es absurdo invertir en renta fija mediante fondos de inversión, cuyos gastos anuales de gestión ascienden normalmente al 1,5% o superior. De forma similar, unos gastos de gestión superiores al 2% en fondos de renta variable son simplemente excesivos, ya que irremediablemente absorberán a lo largo del tiempo las ganancias previstas en unos mercados bursátiles lastrados por la ausencia de crecimiento económico.
Defiendo tradicionalmente el uso de ETFs de bajo coste (Exchange Traded Funds) en lugar de fondos de inversión al uso, precisamente por este motivo. Sin embargo, los ETFs no proporcionan a los bancos el caudal anual de ingresos que sí les ofrecen los fondos de inversión, por lo que los bancos rara vez los recomiendan a sus clientes. Esto es así especialmente en este momento, con lo bancos bajo presión creciente para aumentar sus ingresos por comisiones a fin de paliar siquiera en parte sus muy deficientes cuentas de resultados.
Finalmente, en la Era del Cero no podemos esperar que la marea de crecimiento económico y altos tipos de interés asegure las ganancias de aquellos inversores pacientes que simplemente mantengan una cartera de valores bursátiles o fondos de renta fija. Para los inversores en renta variable, la ausencia de crecimiento económico hace probable que el precio de muchas acciones sea aproximadamente el mismo ahora que dentro de diez años. Para los inversores en fondos de renta fija, es probable que sus ganancias después de descontar las comisiones sean nulas mientras se mantengan los bajos tipos de interés actuales. Para invertir con éxito en la Era del Cero, los inversores deberán mantener sus ahorros en activos muy diferentes a aquellos que les proporcionaron buenas ganancias en la Era de Prosperidad que hemos dejado atrás, esto es, activos inmobiliarios, acciones y bonos en general.
Con este panorama, ¿a quién puede recurrir un inversor? Como los bancos centrales continúan su política de flexibilización cuantitativa, esto, imprimir más y más dinero para estimular unas economías moribundas, es probable que finalmente se produzca un aumento de la inflación. Éste ha sido el resultado de esta política a lo largo de la historia siempre que las autoridades monetarias han bastardeado las divisas a base de crear nuevas masas de dinero a una velocidad muy superior al crecimiento de la economía real subyacente. Estoy convencido de que los clientes deben mantener al menos parte de sus ahorros en ETFs de bonos con intereses ligados a la tasa de inflación, así como en oro, a fin de proteger sus ahorros si, como sospechamos, el fin de la Era del Cero se produce a través de un repunte sostenido de la inflación. Asimismo, en un mundo de crecimiento cero, los inversores no profesionales deben invertir en acciones sólo con el objetivo de obtener dividendos. El reciente fiasco de la salida a bolsa de Facebook pone de manifiesto una vez más que las acciones que no se sustentan en un dividendo seguro son muy arriesgadas, y experimentan fuertes bajadas si el mercado bursátil se posiciona en su contra.
En próximos artículos examinaremos otras estrategias e instrumentos que los inversores pueden aplicar para invertir con éxito durante la Era del Cero y construir así una reserva de ahorros con la que complementar las pensiones estatales, para las que sólo puede augurarse un futuro menguante.
Hipersociedad inminente
El pasado viernes ofrecí una conferencia titulada “la hipersociedad inminente” donde repasé los factores por los que considero que vivimos tiempos inéditos y seguramente históricos. Estamos ante un cruce único en la historia entre la forma en que los modelos de producción y los de transmisión de conocimiento están cambiando de manera evidente nuestro entorno. Si en la antigüedad el hombre empezó diversas revoluciones como la lítica con la que la creación de lanzas con puntas de piedra talladas permitió la división del trabajo, la de la domesticación de las especies que el hombre pudiera ser sedentario y con ello apareciera la propiedad privada, hasta la revolución industrial o la tecnológica. Hoy vivimos otra la digital. La diferencia con otros momentos de la historia es que esta se produce justo cuando también sucede una quiebra en el modelo de transmisión del conocimiento y que este confluye con los mismos elementos y herramientas. La manera en que el hombre ha ido revolucionando esa transmisión ha sido a partir de los jeroglíficos, la escritura, la imprenta y lo digital. Ahora confluyen para cambiarlo todo definitivamente como nunca antes había sucedido. Pensemos.
En este punto me quedé para adentrarme en un entorno económico con nuevos modelos de negocio en tiempos duros. En un entorno económico en K.O. técnico, hay que adaptarse para sobrevolar los tiempos duros que aún quedan por soportar. En ese nuevo territorio aparecen conceptos como la economía relacional o de la atención, donde las nuevas aportaciones que las redes sociales y los escenarios digitales distribuidos ofrecen un canal claro para ajustar costes y cristalizar modelos. Tenemos múltiples ejemplos de cómo empresas minúsculas lograron destacar en esos escaparates socializados.
La cúspide del debate entorno a esos nuevos entornos está colonizada por el famoso asunto de los derechos de autor y los activos que pueden ser copiados. En este sentido y para diferenciar factores me interesa que se comprenda que cuando algo es libre, no necesariamente es gratis y que en esa libertad de copia e incluso en su gratuidad puede estar la clave del negocio. Sabemos de grupos musicales que venden más y de manera reiterada por que entregan gratis en un modelo “freemium” algunos de los temas de sus nuevos productos.
Durante un debate sobre economía del futuro (curioso compuesto) tuve una recriminación por parte del público criticando que mi discurso era una repetitiva exposición sobre que el “mundo ha cambiado mucho y que sólo nos quedaba una opción: adaptarnos”. La verdad es que, aun respetando la opinión, me reitero en mi posición. Digamos que en los entornos económicos actuales el valor que más peso específico supone es la de “no erosión” o la de reducir al máximo los elementos que intermedian entre la creación de un producto y el consumo del mismo.
Los sectores financieros, la administración, los medios, la industria y otros siguen empecinados en contrarrestar el peso de lo inevitable: que el usuario o cliente determina y que la ley de la economía básica habla que la supervivencia de un producto se somete al principio de “más rápido, más barato, menos difícil”. Eso les incluye a ellos. Las administraciones, el gobierno inclusive, deberían de atender esas nuevas fórmulas puesto que empecinarse en la protección de los modelos enquistados en los modelos inmóviles y los deberes asumidos no nos conduce más que al vagón de cola de una economía que no va a esperarnos otra vez.
Lo han hecho con un sistema bancario quebrado por su mala cabeza, lo han hecho con el modelo de fusiones que busca salvaguardar oficinas y estructuras analógicas en una banca cada vez menos presencial y más digital, lo han hecho con el modelo de gestión pública que sigue dependiendo de antiguas fórmulas vinculadas a la democracia participativa en lugar de la democracia deliberativa, lo han hecho con sus enquistadas orgías de debates inservibles en los que una oligarquía sigue decidiendo, lo han hecho manteniendo a base de subvenciones insultantes a mastodontes industriales que fabrican cosas ineficientes como automóviles que no se venden, lo han hecho con los recortes en innovación, lo han hecho con todo. Me temo que los que debieran liderar un proceso determinado siguen presidiendo la pasividad, la incomprensión de la oportunidad que supone la nueva hipersociedad y sus retos, en un cambio de modelo que dejó de ser crisis hace mucho a pesar de que ellos siguen actuando, parcheando y gobernando como si lo que vivimos fuera algo puntual y no estructural. Así nos va, que lo gratis y lo libre se confunden como se confunden la deuda y el déficit, sin embargo, el cambio se está produciendo ante sus narices, lenta y inexorablemente, con paso firme y todo lo digital y sus derivados socioeconómicos han llegado para quedarse. Todo va a cambiar como ahora mismo cuesta imaginar.
Fotografías: Javier Sandín
¿Y si te sale mal?
Hace algún tiempo, en una de las conferencias “tipo” que solía ofrecer y que, en ocasiones, todavía adapto, que versaba sobre estímulos emprendedores, las finalizaba con un imperativo que sorprendía y que generaba diversidad de opiniones. Tras describir diferentes elementos de valor sobre la emprendeduría aportaba el que para mí es uno de los elementos más determinantes: el fracaso, el error. Sigo creyendo que equivocarse es estimulante, considero que cada vez que he descubierto el amargo sabor de la quiebra he liquidado alguna barrera, sentimiento y, sobre todo, he superado mis propios miedos. Esa ponencia modelo terminaba con un “equivócate, pero equivócate cada vez mejor”.
En ese punto de compromiso con la superación personal y profesional se enfoca el perder el temor a intentarlo, a sumergirse en modelos de negocio inciertos y en la innovación permanente. Hay ecosistemas como Silicon Valley u otros donde la clave del éxito está siendo afrontar el error como patrón de crecimiento. Allí se dice algo así como “Fail Fast, fail often”. Equivócate pronto, equivócate mucho. Obviamente no estoy haciendo apología de la locura ni de que las cosas se puedan hacer sin una estrategia adecuada, estoy diciendo que se debe buscar el placer de procurar que algo es posible y que durante el trayecto será apasionante perseguirlo. Yo defiendo el “errar hasta acertar” lo que para mí es la clave de la innovación en los proyectos digitales.
Leí en un artículo reciente publicado en La Vanguardia y que difería de otros que se suelen enumerar en los “news” de Los Ángeles que lo más energéticamente capaz de mover a un emprendedor es la pasión y que precisamente esa pasión es el antídoto ante la parálisis que produce el fracaso a fin de volverse a levantar y activar los muelles que te levantan del sofá social una vez más:
¿Y cual es el combustible que más vamos a necesitar en este largo viaje de la prueba y error? Sin duda, la pasión. Pasión para probar nuevos modelos de negocio o nuevas estrategias. Pasión como la que tiene el fundador de Wikipedia por la educación, los de Google por compartir información y hacerla accesible, y Bill Gates por los ordenadores, por poner algunos ejemplos. Siendo ellos perfectos ejemplos de que no siempre se acierta a la primera.
Porque lo que se respira más en Silicon Valley y toda esta zona del norte de California, es sobre todo pasión. Por los diferentes trabajos, proyectos o ideas. O simplemente pasión por la formación. Sin duda, la Universidad de Stanford junto la Universidad de Berkeley, Silicon Valley y la Bay Area, forman un ecosistema único que fomenta, motiva y enaltece la emprendeduría, la iniciativa empresarial, el desarrollo de nuevos negocios y el riesgo profesional. Pero toda esta formación, facilidades y coworking no serviría de nada sin el principal de los ingredientes que es el que nos hace intentarlo cada mañana.
Pasión que por ejemplo se ve y se destila en cualquiera de los “elevator speech” en los que debes ser capaz de explicar tu idea de empresa o modelo de negocio en menos de un par de minutos que es lo que se supone que dura el trayecto en el ascensor, y convencer en ese mismo tiempo tus acompañantes para que participen en tu proyecto ya sea económica o profesionalmente.
Pasión es lo que mueve a miles de personas de todo el mundo a desplazarse a este lugar de EEUU para poner en marcha sus proyectos empresariales atraídos por la facilidad de encontrar talento, inversión y apoyos públicos y privados. Pasión por creer que con voluntad y esfuerzo, todo se puede hacer realidad.
Sobre el ímpetu por montar proyectos empresariales cada vez más innovadores la gente que no me conoce mucho me suelen preguntar aquello de “¿y si te sale mal?”. La percepción de empresario en esta sociedad muchas veces está ligada a la de alguien que únicamente busca su beneficio, y que, si esto no fuera algo negativo, representa que es capaz de hacerlo a cualquier precio y a costa de lo que sea. Obviamente habrá alguno, pero estereotipar a un colectivo es simple, sea quien sea el grupo afectado. La respuesta es sencilla: “si sale mal, disfrutaré el trayecto”.
Vivimos en la sociedad de “no lo intentes sino vas a lograrlo”. Para los bancos y profesionales afines, para el cuerpo social en general, los intentos no vales, el aprendizaje que se logra en el salto no es válido, lo que cuenta es conseguir el objetivo. Y no debería de ser así, sin tentativas no se puede saber si se logrará. No puedes saber si las cosas van a ir bien o mal.
Sabemos que van mal por un mero hecho darwiniano. Como nuestra sociedad está acomplejada, mínima, incapaz de enfrentarse a ese miedo a fracasar, la cantidad de gente que emprende es menor que en otros países. Cuanto menos intentos menos éxitos, cuanto menos éxitos menos competitividad. Es una regla de tres que asusta de lo simple que es. Uno de los caracteres de los emprendedores mejor expuestos es que siempre están en crisis. Aceptan esa condición como un elemento básico. Un tipo que se pone en marcha con un proyecto que aun no está consolidado, que se enfrenta a mil obstáculos y que además está obligado a superar sus miedos y los estereotipos de una sociedad drogodependiente, es alguien que acepta la crisis como su estado de ánimo y su ecosistema natural. No recuerdo un solo proyecto de emprendeduría en el que alguien del equipo societario inicial cobrase un solo euro desde el principio.
La crisis está tatuada en cualquier proyecto emprendedor y eso lo debería hacer fuerte y dinámico. Aceptar que el fracaso es una posibilidad evidente ayuda a entender el proceso de emprender. Montar negocios en este país es tóxico, especialmente para la clase dirigente. Les produce sarpullido. Prefieren las manadas sindicales bien estructuradas y controladas. Aquí todo el sistema gira alrededor de ajusticiar al emprendedor que fracasa y con ello se afianza el miedo al fracaso. Es el modo por el que se le quitan las ganas a los que pensaban ponerse al frente de algún proyecto. Para los que les haga zozobrar ese pánico, para los que el pavor a caer heridos en el intento de emprender les paralice, dejadme que os advierta que perderlo todo, una o dos veces es algo muy nutritivo. Yo he pasado por ello.
Aunque suene a locura, os aseguro que arruinarse es algo maravilloso. Enseña una barbaridad. Un emprendedor fracasado es un cadáver económico con un reto ante si de incalculable valor por estar obligado a poner en marcha toda la maquinaria de supervivencia, ese talento latente que no nos enseña nadie a activar.
Yo he fracasado más de una vez y me he levantado. Eso puedo decirlo con la voz bien alta pues para mí es algo consustancial al éxito que debiera llegar tarde o temprano. Y si no llega, da igual, lo divertido fue intentarlo. En estos tiempos complejos, lo sofisticado y la adición de voluntades proporciona energía. Recordad que la clase dirigente no quiere que nos reconozcamos entre nosotros. Si entre los emprendedores hubiera la opción de reconocernos, si entre los autónomos se generase un modelo organizativo eficiente, otro gallo cantaría.
'Aún estás a tiempo', en ABC
Mi columna en el diario ABC de esta semana se titula “aún estás a tiempo” (pdf), y pretende servir como aviso a quienes creen que van a lograr algo con una represión inservible en tiempos de tecnologías sociales, de mezquina ocultación de la realidad que no es más que una denuncia en si misma y de trucaje de los papeles de la sociedad que suponen la rotura del modelo. Tengo claro que la economía y sus derivas motivarán el cambio, un tremendo y justo agujero se cierne bajo los pies de los que se creen intocables.
El debate no es si la policia es agresiva o los manifestantes violentos, el asunto es que todo se ha roto definitivamente, que el camino de retorno está desmantelado y que ahora, mejor que nunca, tenemos una oportunidad de retorcer la realidad, haciéndolo cada uno como mejor sepa.
A continuación, el texto completo de la columna, junto con los enlaces que no puedo poner en la versión papel:
En una puerta de embarque te da tiempo de escuchar. Esperas que te trituren la tarjeta de acceso y puedes comparar las conversaciones cercanas. Ya no son sobre “que vas a hacer este finde” pasando a un “¿ha encontrado trabajo tu hermano?”. Durante tiempo circuló la idea que la economía real era independiente de las grandes decisiones financieras. Se quiso creer que una situación de crisis macroeconómica no tenía afectaría los bolsillos de los ciudadanos dramáticamente. El personal moreno de crucero vendía su alma por un Clase C mientras se cebaba en restaurantes de lujo a la vez que los telediarios escupían las primeras cifras de espanto. ¿Era cierto pues ese desequilibrio entre la macroeconomía y la economía real? La respuesta fue plomiza: no, y eso es la buena noticia.
Confio en la crisis pasada y la depresión económica actual como el catalizador de un nuevo futuro. Tim Harford dijo que nada mueve con mayor virulencia los sistemas. “En los años 70 el fútbol británico discriminaba claramente a los jugadores negros. Eran menos y cobraban poco. Pero los clubes que disponían de plantillas con jugadores negros gastaban menos y sus resultados eran similares en muchos casos. Esta regla económica, es preferible reducir costos siempre que se mantengan resultados, se convirtió en el mayor elemento de cambio social en materia de discriminación racial de cuantas se dispusieron en Inglaterra. Ninguna normativa o ley ayudó tanto a acabar con la discriminación como ese hecho deportivo y económico”. En Europa muchos se resisten en aceptar que vivimos tiempos de redes, de comunidades inteligentes, de empoderamiento ciudadano, de capacitación compartida y de transformación transversal del propio sistema, un sistema que se vino abajo hace tres años. No hay planos del destrozo, no hay reglas para repararlo. La modernidad y la tecnología al servicio del conocimiento traerá consigo mejores tiempos, estoy seguro. Por suerte, que el planeta vaya mutando hacia un escenario más horizontal, justo y conectadadamente solidario no depende de las estructuras del pasado, depende de, entre otros, de los que cada día emprendedemos una empresa, un proyecto, una vida, y lo hacemos con las manos en nuestro propio volante, lejos de autoescuelas, subsidios, de cloroformo en vena o de la dependencia de tanta mediocridad insitucionlizada y alejada de la realidad.
Y, como muchos lo habéis pedido esta semana, os enlazo aquí el video de un curioso almuerzo que tuve en 2008 junto a insignes periodistas, blogueros y amigos. La invitada de honor era una diputada socialista de por aquel entonces: Lourdes Muñoz. Las imágenes relatan los últimos minutos de una discusión acalorada que fue subiendo de tono a medida que nadie reaccionaba, nadie se inmutaba y la comilona se mantenía. Lo peor no era eso, lo que recuerdo con claridad es aquella especie de “tranquilízate, no es para tanto” que me repitieron. Hasta hace bien poco, cuatro años después aun me lo seguían diciendo: “tranquilízate, no es para tanto”. El título del video no lo puse yo, a alguien le pareció curioso que para terminar el debate la política acabara diciendo que yo parecía un político por que no dejaba hablar. Aparece la palabra “indignado“.
Hipersociedad en la moda
Mañana daré un conferencia sobre como la inteligencia global, la experiencia compartida y otros elementos derivados del uso transversal y focalizado en las tecnologías del conocimiento en tiempos de hipersociedad han transformado modelos de negocio, de organización y de dirección empresarial. En concreto lo haré durante las Jornadas de Inmersión del Sector de la Moda que se han inaugurado hoy mismo. Tengo claro que Tueddy, una de nuestras últimas propuestas y que a mediados de octubre será una realidad en abierto, es parte sustancial de este nuevo concepto. Hablar de economía digital hoy en día es hablar de mucho más que ecommerce o de modelos verticales de venta online. Hablamos de aplicaciones inteligentes capaz de conceder factores de localización de gustos, afinidades y acciones de respuesta sofisticada. No es tanto decir que algo te gustará porque tus amigos, cuando seleccionan algo parecido suelen elegir otra cosa determinada. Hablamos de mucho más, hablamos de 81 factores diferenciados que intervienen en múltiples variables hasta otorgar un margen de fiabilidad absoluto. Tueddy ya ha seleccionado a las ganadoras (son todas chicas) que recorreran el mundo en búsca de diseñadores y marcas escondidas o muy analógicas. Como si una especie de Google View se tratara, nuestras TueddyTrippers van, si eres un diseñador o marca de moda, a localizarte estés donde estés.
"Eres el mono cien" mi columna en ABC
Mi columna ‘Up in the Cloud’ de esta semana en el diario ABC se titula “Eres el mono cien”, y es simplemente una descripción de un caso particular que me sucedió en un viaje hace algunos años. La misma historia que me relató el protagonista del tema coíncide con la que algún lector replicó hace algún tiempo en este blog. Se refiere a los elementos de conectividad social que algunos primates tienen. El experimento fue firmado por Ken Keyes y está por determinar si fue exactamente así. Sin embargo, lo que si permite: masa crítica, conectores sociales y madurez circunstancial.
Independientemente de todo esto, si que me interesa referenciar el hecho que rige todo el modelo económico digital vinculado a las redes sociales. Bajo condiciones determinadas, la inteligencia alcanzada por un grupo suele ser mayor no sólo que la suma de sus partes, sino tambien que la de los individuos más inteligentes que lo componen. En ese sentido, no obstante, debemos atender a ¿cuáles son las condiciones que se han de cumplir? Que el grupo se componga de individuos con diferentes opinione, que los individuos no tengan temor a expresar estas opiniones, que el grupo sea diverso en su origen y que exista una forma de recoger toda la información generada y hacerla útil para un proceso de toma de decisiones. Obviamente el último punto se basa en un modelo de tecnología ofrecidas por plataformas sociales y por aplicaciones móbiles y diversas.
Lo expliqué en el post “la revolución del conocimiento“ pero sigue vigente. El lector que informaba de este modelo de implementación de la inteligencia colectiva afirmaba que “algunas de las técnicas que servían para implementar la inteligencia colectiva podían ser:
- Hacer visibles lista de información generadas por tus usuarios. (desde productos concretos favoritos a temas, opiniones etc)
- Introducir la información colectiva de tus usuarios que influya sobre a otros: revisiones, puntuaciones-ratings y recomendaciones.
- Inteligencia extraida de la contribución de los usuarios que pueden influir en otros: contenidos generados por el usuario, p. ej. blogs, wikis, comentarios
- La Inteligencia Colectiva de los usuarios tiene que ser utilizada para destacar y lanzar contenido interesante, aprender de tus usuarios y usuarios conectados. Tagging, bookmarking, votaciones, descargas.
- Clasificación dinámica de contenidos usando algunas de la siguientes técnicas: creando un algoritmo ad-hoc, taxonomia realizada por un profesional o generada por el usuario. Tag Cloud Navigation.
- Analizar el contenido asociado con un determinado usuario para extraer así palabras clave. Esta información es importante para construir perfiles de usuario.
- Hacer clustering de usuarios y productos para construir modelos predictivos.
- Recomendar contenido relacionado o usuarios basándote en la inteligencia recogida de la interacción de los usuarios y análisis de contenido.
- Muestra las búsquedas que sean de interés a cada usuario dependiendo de su perfil.
- Facilita información relevante procedente de la blogosfera y sitios externos.
A continuación, el texto completo de la columna:
“Eres el mono cien” Up in the Cloud
Me acomodé en la butaca 2C del vuelo AA6935 con destino aeropuerto de México Juárez Internacional. Hacía apenas unas horas que terminé una conferencia en el ‘Los Angeles Urban League Entrepreneurship Center’ sobre redes sociales y su afectación en la nueva economía. Justo a mi lado un hombre de origen oriental me dijo en un claro castellano: “usted es un mono, en concreto el mono número 100”. No sé si a ustedes les fastidiaría tal comentario proveniente de alguien que no conoces de nada, pero a mí,lejos de sentirme insultado me provocó una curiosidad inmensa.
Le pregunté: “¿cómo dice? ¿habla conmigo?” Se giró y me dijo: “he estado en su conferencia esta tarde, casualidades de la vida, y a medida que veía como muchos de los asistentes tuiteaban sus palabras pensé que “usted era un mono 100”. Le pedí que me dijera a que se refería y me explicó que “en 1952 en una isla al norte de Japón, un científico que estudiaba el comportamiento de un grupo de un millar de macacos, ofreció a esos animales unas patatas dulces, cosa que a los monos les gustaba. Sin embargo como estaban mezcladas con arena y suciedad apenas se las comían. Durante algún tiempo algunos de ellos mojaban la patata en un pequeño estanque y se la comía limpita.
Eso lo hicieron unos cuantos monos. En concreto el número nunca superó el noventa y nueve. La imitación no lograba superar esa cifra. La mayoría de ellos eran los monos más jóvenes. De mil monos sólo casi un centenar se hicieron partícipes del método. Finalmente, a finales de 1958 el macaco que sumaba cien hizo lo mismo. En apenas un par de días el resto, todos, hicieron lo mismo. En las islas cercanas donde había individuos de reposición también se producía una tendencia similar y no habían tenido ningún contacto”. Me quedé pensativo. Me comentó que ese mono era el punto de inflexión. Le negué la mayor y le comenté que ese mono debía ser el punto exacto de la masa crítica, el enlace social necesario y además, visto que en el resto de islas sucedía parecido, pasó cuando debía pasar.
Durante años he buscado que mis modelos de negocio y emprendeduría se rijan por esos tres principios: buscar el conector social que los impulse, alcanzar una masa crítica previa para estimularlos y esperar a que la innovación sea real gracias a que el mercado pueda asumirla. El avión inició su empuje para despegar y me retorcí durante seis horas bajo las imágenes de esos monos y sus patatas. Unos meses después creé una empresa que gestionaba redes y aviación social. Resultó.
Idear, innovar, emprender
El pasado viernes ofrecí una conferencia sobre innovación, generación de ideas y como la creatividad es el verdadero material catalizador del espíritu emprendedor. Durante una hora escasa comenté lo que para mí es una idea. Algo curioso, os lo aseguro. A veces no es tan importante definir un concepto como sentirlo. Definir un hipopótamo es sencillo, sentirlo no. Saber que se te ha ocurrido algo es factible, pero el sabor que produce sentirla es incomparable. Una idea no es más que una proeza de asociación de viejos elementos, una síntesis de lo complejo y una combinación extraordinaria de factores que por si solos no generaban un alto valor. En base a eso, me limité a definir mi método. A lo largo de muchos años he ido creando proyectos, empresas, organizaciones sin ánimo de lucro, fundaciones, asociaciones, jornadas y cosas peores. Lo único que está presente en todo ello es la creatividad. Esa fue la base para toda la ponencia, la de relatar con ejemplos e historias en primera persona los once aspectos que para mí son esenciales a la hora de generar ideas emprendedoras.
En primer lugar es fundamental, aunque parezca una obviedad, prepararse para tener ideas. La mejor de las maneras es cultivando el sentido del humor y las herramientas para divertirse. En concreto puse el ejemplo de que cuando tengo una reunión con mi equipo, antes de que se describan las ideas de cada uno, yo ya tengo claro quien tendrá la más buena. Suele ser quien sonrie, quien se lo pasa bien. A veces no me queda claro si se lo pasan bien porque tienen buenas ideas o tienen buenas ideas porque se lo pasan bien.
En segundo lugar comenté lo importante que es estimularse para pensar. Sin estímulos no hay creatividad en la mayoría de los casos. El hombre puede vivir minutos sin respirar, días sin beber, meses sin comer, pero puede vivir años sin pensar. Por ello hay que darle cuerda. Expliqué casos que demuestran que el cerebro humano es una máquina extraordinaria que con estímulos adecuados logra hacer cosas que aparentemente son inasumibles.
El tercer punto era pensar como un niño, pero un niño antes de ir a la escuela, justo cuando todavía preguntan cosas como “la edad de la luna” o “el porque las personas trabajan”. Debemos ser capaces de preguntarnos cosas desde el punto de vista de un niño antes de ir al colegio. Los niños entran en el sistema educativo con un interrogante y salen con un punto y final. Una pena.
Hablé de lo imprescindible que es obtener mucha información. En mi caso, este cuarto punto está monopolizado por viajar. Creo firmemente que viajar, vivir en múltiples países y haber rodado por el planeta de este modo durante más de una década me ha permitido tener una manera de ver las cosas que me permite generar ideas complejas. Viajo casi 300 días al año y visito unos veinte países en ese período. Es fascinante todo lo que descubro no saber en cada destino. Intento siempre estar en algún destino desconocido cada seis meses como mínimo. Busco sustituir el mirar por el observar, el respirar por el vivir y el pensar por el cambiar. No es fácil, pero es una experiencia vital extraordinaria.
El quinto punto para ser creativo y emprendedor es valorar el fracaso. Hay que ser un poco loco para saltar por un acantilado una y otra vez tras un fracaso, tras una ruina. Sin embargo les aseguro que el viaje es lo apasionante, lo maravilloso. Como decía Woody Allen “yo no tengo miedo a morir, simplemente no quiero estar allí cuando eso ocurra”. No soy un suicida pero tengo claro que el valor contra el fracaso es parte sustancial de la creatividad emprendedora. Un buen batacazo ayuda a pensar más en la siguiente y enseña mucho. Sería de ilusos pensar que el coraje es la ausencia de temor, para nada, el valor es seguir adelante a pesar de sentir el terror a fracasar. Recordemos que no hay malas ideas, sólo reconversión de los hechos. Edison tendría mucho que contarnos sobre los errores que cometió antes de llegar a encender la primera bombilla.
Os confesaré que cuando me rechazan una idea no me lo tomo demasiado mal. En 16 años que llevo en esto de montar y desmontar negocios he tenido que irme más de una vez de una sala con la sensación áspera del rechazo. Con el tiempo aprendí que eso era una buena noticia. Era la oportunidad impagable de poder mejorar mi proyecto. Cuando les digo a alguno de los emprendedores que me traen sus “ideas” de negocio para que las analice e invierta que su proyecto no está suficientemente desarrollado o que es una idea aun por depurar, pocos son los que se van con una sonrisa y un reto entre los dientes. La mayoría, y eso es preocupante, se van con un gesto similar a “no sabes lo que te pierdes”. Probablemente me equivoque alguna vez, pero seguiré recomendando valorar el rechazo y el fracaso por igual como modelos de aprendizaje y mejora.
El sexto elemento para mi clave a la hora de tener ideas emprendedoras es el pensamiento lateral. Expuse diversos ejemplos que divirtieron a la audiencia al demostrar que muchas veces somos nosotros mismos los que nos ponemos las barreras mentales. Por ejemplo cuando un tipo nos pide que hagamos volar un papel lo más lejos posible y tras todos hacer una avioncito, va él y con una bola de papel arrugado llega más lejos que ninguno. Simplemente nos dijo “haced volar un papel” no que ese papel tuviera que tener forma de avioncito. Eso es pensar lateralmente. Al finalizar la conferencia la audiencia me felicitó por los diversos ejemplos de pensamiento lateral que expuse. Me divertí mucho con toda esta parte de la sesión.
El séptimo punto se refería a redefinir el problema. Concretamente a modificar los discursos tradicionales de los problemas. No generar nuevos problemas al problema principal suele rebajar al capacidad creativa. Como decía Picasso, “las computadoras son inútiles, pues sólo dan respuestas”. No nos comportemos como computadoras y generemos problemas y no tantas soluciones. Mi pasión son los “solublemas”, que cada solución genere un nuevo problema.
El octavo punto se refería derribar barreras. De hecho ahí suelo soltar una frase que me acompaña a diario: “cuando no hay viento, remo”. Es decir, cuando no tengo claro quien o que me va a ayudar o impulsar, voy yo mismo y me pongo en marcha. Tomo las riendas de mi propio destino y no me espero a que me den palmaditas.
El noveno punto es el de olvidar para inventar. Recomiendo hacer un fuerte ejercicio de pérdida de memoria para regenerar las ideas y combinar viejos elementos con nuevos totalmente limpios de toxinas mentales. Anestesia temporal, amnesia genérica para aprender, para innovar. Expliqué algún caso personal por el que hacer ese esfuerzo amnésico me permitió salvar mi patrimonio en alguna apuesta emprendedora arriesgada. El miedo y la memoria suelen ir juntos.
El punto décimo trataba de impulsar la acción propiamente dicha. Tener una buena idea y no llevarla a cabo es algo similar a no tenerla. Al final la clave es ponerse en marcha y lanzarse al error. Mi credo es el de “hazlo tú mismo, equivócate y persevera”. Al final del evento alguna persona me intentaba justificar que no podían llevar a cabo algunos proyectos basados en “buenas” ideas. No tenían dinero, le dije: pídelo. Me dijeron que no tenían tiempo, les dije: levántate antes. Me confesaron que no sabían del tema, les contesté: aprende. No hay excusa, ya sabes como tener algo de dinero, ganar tiempo y saber del tema.
El punto once defendía el valor de pensar en común, de ponerse en marcha en equipo y de impulsarse a partir de los factores que permiten sumar de manera exponencial en lo que se ha llamado “propiedad emergente”.
En definitiva, once puntos para pensar, para idear, para proyectar y para emprender. Seguro que hay más, seguro que hay otros mejores, pero estos son los que yo utilizo para inventar. Algunas veces ha resultado.
Just landed ✈
Cada cierto tiempo me tomo un respiro en este blog. Descanso en cuanto a la publicación de artículos. Este año ha sido de casi dos meses. Empecé a escribir este espacio hace ya siete años y desde entonces siempre lo he utilizado como termómetro de mi manera de ver la vida. Suele desgastar. No soy un periodista ni pretendo comentar la actualidad constantemente, por eso, cuando percibo que no tengo algo interesante que decir, no digo nada. Si eso sucede de manera consecutiva entiendo que debo parar un tiempo. Estos casi sesenta días no han sido más que un modo de hacer “reset”, de volver a reiniciar la máquina creativa. Obviamente, uno es lo que es y poco puede hacer para evitarlo, pero es cierto que algunos de estos espacios de reflexión como el que hoy termina son buenos y permite hacer cambios considerables.
Quiero comentaros que, a pesar de no escribir aquí, no he parado. Como la mayoría sabemos bucear por las redes sociales y mis perfiles son abiertos es fácil descubrir que el parón a mi actividad profesional apenas duró una semana. Ya ni la recuerdo. Durante estos meses he vivido momentos frenéticos, vibrantes y extraordinarios, impulsando algunas de las empresas hermanas de mi proyecto principal en estos momentos donde se ubican todos y cada uno de las propuestas emprendedoras en las que estoy involucrado. Hemos estado en una decena de países y hemos abierto dos sedes nuevas. Además el gran equipo con el que tengo la suerte de trabajar ha sido capaz de tener listo para lanzamiento un pool de productos tecnológicos que saldrán al mercado en breve.
En definitiva, a partir de mañana iré escribiendo. Escribiré de proyectos, de ofertas de empleo, de sueños, ilusión, tecnología, economía, ideas y, por supuesto, pondré el dedo en el ojo de la actualidad más tóxica. Por suerte, ahora, muchos son los que denuncian lo que está sucediendo en España, en Europa y en el mundo en general, son muchos los que se explican mejor que yo y, en estos momentos, tienen mejor óptica para hacerlo. Yo no vivo en España y eso me aleja en ocasiones de lo que eso supone.
Por suerte son bastantes las conferencias y actos que me llevan a España. Sin ir más lejos este viernes regreso a Barcelona para hablar de ideas, de cómo emprender a partir de la reacción bioquímica que se produce al chocar la creatividad, los sueños, la energía y la voluntad de tomar las riendas de tu propia existencia. La semana que viene y la siguiente hay muchas cosas previstas que os comentaré. Estaré en televisión y en radio, hablando de proyectos y de salidas, de cómo es este nuevo modelo socioeconómico donde, os lo digo sinceramente, tenemos la suerte de vivir.
Si no hubiera fracasado en esta vida, sino fuera difícil poner en marcha mis ideas, si la vida emprendedora no tuviera este tono de lucha y persecución de anhelos y si todo ello no fuera en terrenos abruptos como los actuales, seguramente no estaría aprendiendo lo que ahora aprendo, conociendo la gente maravillosa que estoy conociendo, sintiendo lo que ahora siento. Cuanto mayor sea el viento en contra, más alto pienso volar.
Nos vemos aquí a partir de mañana. Gracias a todos los que habéis mantenido vivo el blog en mi ausencia. Es increíble pensar como a pesar de no escribir y de haber sido un mes tradicionalmente escaso en visitas a un blog, han sido siempre más de cuatro mil los lectores que se acercaban cada día para revisar viejos posts. Digamos que ya he aterrizado de nuevo. Just landed!

El mejor trabajo del mundo
Buscamos 4 jóvenes apasionados por la moda, la tecnología y las redes sociales y que quieran vivir una experiencia irrepetible durante 4 meses recorriendo el planeta.
Precisamos alguien que hable como mínimo inglés y francés para recorrer Europa, que hable portugués y español para recorrer Latinoamérica, que hable chino e inglés para recorrer Asia e inglés y español para recorrer Norteamérica.
Deberán recorrer capitales y poblaciones que ellos mismos asignarán coordinados con el “campo base” de Tueddy. Además del contrato laboral vigente con sueldo asignado, dispondrán de un presupuesto para establecer su viaje, estancias y logística como consideren más operativo. Deberán localizar y ayudar a ser “tueddyers” un mínimo de marcas y diseñadores diarios y reportarlos con un dispositivo móvil que les proporcionaremos a los seleccionados. Cada día, a modo de diario de bitácora, deberán hacer un post en inglés describiendo las experiencias vividas y compartiendo con las redes ese maravilloso “tueddytrip”. Por supuesto el video y la fotografía serán esenciales e imprescindibles para complementarlo.
A lo largo de 4 meses serás protagonista en múltiples canales y escenarios gracias a la exposición de tu viaje y tus experiencias y lograrás que el talento de la moda que ahora está escondido en alguna esquina de algún lugar aparezca gracias a tu perspicacia y tenacidad. Si además, una vez finalizan esos 4 meses, la experiencia ha sido satisfactoria para todos continuarás siendo parte del equipo de Tueddy.
Si crees que eres la candidata o candidato y quieres tener el mejor trabajo del mundo, envíanos un solo enlace con una presentación original en cualquier plataforma que decidas donde debe haber como mínimo un post de 100 palabras describiendo lo que te venga en ganas, un video que lo complemente y una galería fotográfica utilizando cualquier aplicación disponible en IOS o ANDROID.
Tienes quince días para que sepamos que te interesa, en septiembre tendrás que hacer las maletas.
Let’s go!
Banco malo malísimo
Una enorme bola de mierda nos ha pasado por encima y se lo ha llevado todo. Sin piedad ha convertido todo a su paso en desidia. A medida que rodaba por encima de las cabezas de todos se evidenciaba la enorme mentira en la que hemos vivido durante años. Unos más que otros. Que España está en default es evidente y que eso lo podemos llamar de doscientas maneras hasta llegar al ardor de estómago también. Es absolutamente decadente y pueril el esfuerzo ridículo de la “casta” por la semántica indolora. Que no es un rescate, es un golpecito en el hombro. Que no es una quiebra, es un recorte sin importancia. Que no es una intervención, es una invitación al cine. Son de aurora boreal todos ellos. Se parece mucho este rollo huidizo sobre la intervención de la economía española a aquella “leve desaceleración” que acabó siendo un porrazo planetario. Pues esta también acabará siendo lo que tenga que ser, pero con una diferencia notable que antes no se consideró. La casta europea no es mucho mejor que la ibérica. Estamos rodeados de la mayor merienda de cobardes de la historia moderna. Minúsculos tecnócratas e iletrados políticos jugando a los “países” y a las “conquistas” sin darse cuenta que lo han destrozado todo. El rompecabezas venía sin planos, o se lo tenía estos los han perdido.
Y es que los idiotas siempre han sido una “tribu grande y poderosa que ha influenciado en la mayoría de los acontecimientos de la humanidad” y normalmente por estar al frente de ellos. Y en eso estamos. Europa cierra las puertas por vacaciones y se encamina a la peor de las catástrofes. Será incapaz de gestionar el asunto. La agonía se alargará durante años pues en economía estos figuras han demostrado que se puede ir camino al abismo dando rodeos. Lo peor es que el rodeo nos lleva a un acantilado que está más alto. Fijaros en lo absurdo de algunos planteamientos que hasta mi hijo de siete años es capaz de ver sospechosas. El aumento del IVA responde a un criterio genérico aceptado por la encefalografía plana europea y la fábrica de estímulos sobre el agujero negro digno de estudio.
En ese punto de incoherencia absoluta aparece el banco malo malísimo y nos tomamos todos y aceptamos el tazón de cloroformo sin rechistar no vaya a ser que se nos enfríe. Es increíble. ¿Qué es un banco malo malísimo? Algo que ya lo quisiéramos todos nosotros. Imaginen que tienen un montón de deudas que no piensan o pueden pagar. Alguien viene y te las compra y te dice: “cuando lo que debes valga algo vengo y te lo traigo para que me vuelvas a dar y así quedamos todos en paz”. Es tan simple que asusta.
El nuevo gobernador del Banco de España, Luis María Linde ya está trabajando en la posibilidad de crear un banco malo malísimo que ahora (por aquello de cambiarle el nombre a todo lo que suena mal) lo llamaremos sociedad gestora de activos tóxicos. Además encontrarán al pringao que se lo trague todo: Banco de Valencia. Y va el tipo y dice que haciendo eso se descarta que sea el Banco de España quien se encargue de dirigir el asunto chusco de tanto estiércol financiero. Es de amanecer a las tres. ¿Si el banco malo con toda la basura que no se puede digerir no lo controla el Banco de España quien lo va a hacer? ¿Los gestores de un banco que está en quiebra técnica y que ha precisado de oxígeno? ¿Estamos todos locos? Encima el tipo dice que “no soy un experto en la creación de bancos malos”. Tiene su cosa, pues el FROB al final funcionó como algo parecido. Los puristas dirán que cada cosa a lo que es pero les aseguro que entre dejar dinero a fondo perdido a Bankia y sus secuaces y zamparse todas las hipotecas sobretasadas de este país no se que es peor. Disculpen, si, hay algo peor: “que te vendan bonos patrióticos y luego te digan que está complicado cobrarlos en el plazo o que te aseguren que tus preferentes son ahora una participación subyacente al valor de las acciones en el proceso de gestión del nuevo valor de asignación del propio activo facilitado en el nuevo porcentaje de exposición de las obligaciones de no se quien…” Ellos lo seguirán intentando, y muchos seguirán cayendo.
Hay una ecuación que se cumple de manera irremediable cada vez que se produce un factor. Si De Guindos, Rajoy u otro mandamás sea de donde sea y esté donde esté dice que una cosa no pasará, ¡pasa! Es como saber que sucederá mirando los posos del café en una taza. No dicen nada que sea real y seguramente porque no logran vivir en esa realidad que el resto de mortales tienen que ejercitarse moviendo a ambos lados brazos y codos.
El otro día un dirigente de CiU en Madrid, justo en el día que Catalunya pedía el rescate al gobierno, se vanagloriaba de haber pasado un largo rato hablando con Rajoy y que, a pesar de eso, no habían hablado de Catalunya. ¿De que leches hablaron entonces? ¿De las olimpiadas? Es tremendo pensar que aquellos que tienen que adoptar medidas para modernizar nuestra economía o dirigir y estimular el proceso llevan una eternidad en el congreso de los diputados. Los ministros de economía, en estos países del entorno, o son tecnócratas que provienen de los números gruesos de bancos malos malísimos (en este caso por el valor de sus activos el día que se fueron por la cloaca) o se han pasado la vida dando clases de manual en alguna facultad rimbombante de economía. Ahora si, pagar nóminas o arriesgar el patrimonio por un proyecto propio ni uno. No digo que sea imprescindible, pero seguro que ayudaría a entender lo nocivo de sus decisiones.
Rajoy y Rubalcaba acumulan entre los dos más de 45 años en el Congreso y los dos llevan 20 años como ministros. Es absolutamente comprensible que la crisis del mundo mundial y la de España en concreto les pillara por sorpresa y sin estar preparados. Es una evidencia que la “casta” está a las puertas de perder sus privilegios. La política vigilada ha llegado para quedarse y ya no es fácil que estos tipos se acomoden en sus privilegios. Lo de que 63 diputados (liderados por el ministro de Hacienda) cobren dietas por vivir fuera de Madrid cuando tienen residencia declarada y de propiedad en la capital es una muestra más. Viven dos metros sobre el suelo y poco a poco se les va a hacer bajar.
Vivo lejos, cierto, escribo esto desde un lugar donde mis proyectos logran una mayor aceptación pero sigo viniendo de manera continua y periódica. No es ese, como muchos dicen, el motivo por el que no escribo posts como este, no lo hago porque agota, desgasta y deprime. Hoy lo hago para desahogarme.
Sobre el tema que me ocupa, como ejemplo de la indigencia mental a la que estamos abonados, hablemos del banco malo malísimo. El gobierno español, asesorado por los más imponentes y aventajados economistas del Sistema Solar han llegado a la conclusión que es una gran idea montar un banco malo malísimo con una fórmula mixta en la que se segreguen los activo más tóxicos (dícese de hipotecas que no se sujetan al valor real del patrimonio asignado, por decirlo claro: un montón de dinero que no se sujeta a capital alguno) en sociedades que no consoliden en las entidades financieras. ¡Disculpen! Es más simple, el mundillo de los que mandan decide que meten todo eso en un pote y le ponen una etiqueta que dice “caduca de aquí a un tiempo, no tocar mientras tanto”. En realidad no ponen un céntimo, sólo fábulas. Sin dinero y un ente que cubra las pérdidas eso es una mentira contable, una irresponsabilidad más que conduce al mismo acantilado del que tanto hemos oído hablar hace años en este blog.
La solvencia del sistema financiero español es cero. Supongo que ahora me dirán de todo, pero bueno, uno ya está curado de eso y hasta le da aliento. Las cosas son como son y no como quisiéramos y la aritmética es plomiza. Durante el último lustro no se ha hecho nada por recapitalizar y además se ha ido aplazando “sine die” el grano de los activos, de manera que al final se acabó el tiempo y las represalias van llegando desde Berlín y derivados. El fracaso de ese retraso ha sido evidente. Toca ver a uno de esas marionetas encorbatadas admitir la realidad y decirla en público para avisar, a ahorradores, del boquete que sufrirá el valor comparativo de sus ahorros si esto desemboca donde me da la impresión que lo hará. Que decisión tras decisión todas van siempre en la misma dirección: retrasar el desenlace. Es inevitable porque esto no es ningún tránsito lisérgico por una cosa llamada crisis, esto es el nuevo modelo que aun está por ajustar.
Quisiera decir mucho más, pero me agoto. Ya se lo grité incluso a una diputada, se lo dije a un superviviente del corralito argentino y se lo conté a un periodista que se ha convertido en el máximo exponente de la verdad durante los últimos años de anestesia en los medios. Dije que se había terminado y que había que arrancar cosas. Lo siento, quiero seguir construyendo y que todo este barrizal sirva para que los que lo horadaron se los trague. Para mí, la crisis acaba cada día, hoy por ejemplo. Sumemos.
Por cierto, si lo que deseas es seguir hipnotizado, haz click en la foto y quédate un minuto mirando al centro de la imagen. Seguirás pensando que, esperando, todo se arreglará.
Perdone la molestia
El domingo pasado en mi columna del ABC publicaba algo sobre el papel de la gente que decide tomar las riendas de su destino. Suelen ser molestos e incómodos. Ese es nuestro papel. Os dejo con este artículo mientras perfilo los últimos detalles del de mañana, uno de esos que hace años no escribo y que volverán a quitar el sueño a muchos. Dosis de realidad y de crudeza. De momento un poco de incordio.
Decía Littlewood que “si no nos perdemos nunca, no encontraremos otros caminos”. Como otras veces, escribo esta columna en alguna sala tranquila de algún aeropuerto mientras espero un enlace de destinos, un nuevo camino por el que perderme para encontrar otros.Vivimos tiempos convulsos, tiempos de redes y de comunicación exponencial, donde todos tenemos que aprender rápidamente a comportarnos con el entorno como nunca antes habíamos hecho. La tecnología, las comunidades y la interacción entre grupos estimula tendencias, criterios y acciones que no eran ni imaginables cinco minutos antes. Para muestra todos los sucesos que cambiaron la fisonomía del norte de África en los últimos dos años. Ahora toca emprender y hacerlo independientemente de si alguien nos pone en bandeja el mecanismo. Todo ha cambiado.
Dejemos los estereotipos del emprendedor de los últimos años. Emprender no es esperar financiación y luego ponerse en marcha, no es solo ir en búsqueda de subvenciones y ayudas. En España cuando alguien monta un negocio lo primero que se plantea es “donde puede obtener alguna ayuda o subvención”. Eso no es malo necesariamente sino fuera lago estructural en portadores de “powerpoints”. Emprender es equivocarse y sentir en la epidermis el frío del fracaso. Enseña y motiva. Ayuda a haccerlo mejor la próxima vez. No se puede iniciar un proyecto que quieres vender como “el de tu vida” sin apostar apenas nada y esperando que te lo ponga todo un “Business Angel”, un inversor incauto o una administración protectora.
Todavía hay demasiada gente esperando que el Estado los identifique como ciudadanos débiles, les reduzca su criterio individual, les conceda una plaza en la incubadora social, les muestre las ayudas posibles, les conceda soporte y les recorte libertades. Al depender de más ayudas, el ciudadano cada vez tiene menos opciones de autogestión. El emprendedor debe salir de ese circuito viciado y vicioso y olvidarse por un momento de todo ese barrizal y afrontar sus retos con lo dispuesto. La cultura asociada a las ayudas “de partida finalista” se acerca en gran medida a la del subsidio. Que gran invento este de tener a todo el mundo esperando un rescate.
Imaginemos un desierto. Dos ciudadanos anónimos esperan hace horas que alguien los saque de ahí. Si el tiempo pasa y nada ocurre seguramente morirán. Uno de ellos empieza a andar. No hay dirección concreta ni plan. Sólo intuición y valor. El otro espera que llegue un helicóptero. ¿Quién tiene opciones de salvarse? Quien se queda esperando no molesta. Si llega o no el helicóptero es indiferente. El otro, el que busca un oasis es un ciudadano complejo, incómodo, activo y pertinaz. Eso molesta mucho. ¡Molesten!
Foto: Lane Turner
Gràcies, gracias, thanks,...
A pesar de que aun no está extinguido el incendio que asola el norte de Catalunya y que la tristeza y preocupación por todo lo que ahora sucede se mantiene, quiero dar gracias por la parte que más me afecta en lo personal. El título de este post en tres lenguas no hace más que representar las numerosos idiomas en los que ayer me llegaron mensajes de soporte y apoyo y que llegaron desde decenas de países donde tengo amigos y que me siguen a través de twitter. Lo realmente emocionante no fue tan solo ese hecho, lo realmente extraordinario era lo útil de la gestión de las redes. Como sabéis, como cada mes, estoy en América. Eso me sitúa a más de 11.000 kms de distancia de donde estaba parte de mi familia. En el momento que el fuego se empezó a desplazar por las inmediaciones de donde viven, las fotos (concretamente la que acompaña el post) me parecían ciertamente preocupantes. Empecé a preguntar a la administración y la gente del lugar, via twitts, me daba información añadida pues los medios oficiales estaban colapsados o la información que daban era imposible que fuera al detalle. En un momento concreto mi familia me comunica que están atrapados y que no pueden salir. La angustia se apoderó de mí pensando que podía hacer yo. Publiqué la dirección exacta y cerca de quinientos retwits se empezaron a diseminar por la red solicitando ayuda. Algunos periodistas y habitantes (lectores) de la zona me enviaron fotografías, incluso la foto lejana de la casa de mi familia iluminada en la oscura noche demostrando que el fuego ya había pasado, datos, algunos intentaron acercarse, ofrecían consejos e incluso solicitaron a medios de comunicación que me dieran paso. Así pasó y la emisora catalana de mayor audiencia, RAC1, me buscó y me llamó en directo cuando ahí eran la 1 de la madrugada y para mi eran unas angustiosas 5 de la tarde. En ese instante, debo decirlo, un alud de mensajes desde todas las esquinas de las redes sociales llegaron ofreciendo información. El fuego pasó cerca pero lo ha destrozado todo. Agradezco de corazón a todo el mundo su apoyo y me presto para lo que sea preciso en la medida de mis posibilidades. Gracias de nuevo a la gente anónima y a los profesionales que a estas horas siguen jugándose la vida por evitar que el desastre sea bíblico.
Prefiero superar a recuperar
Ayer por la tarde cerramos el proceso de creación de Idodi Andina, la hermana con sede en Quito de nuestra empresa matriz. Desde allí vamos a dar servicios a la zona formada por Perú, Bolivia y Ecuador. El lunes haremos lo mismo en Bogotá y antes de finalizar el año en Chile y Brasil. En unos días presentaremos la empresa en su globalidad y será entonces cuando evidenciaremos un trabajo enorme que durante más de un año hemos desarrollado en silencio y sin demasiado ruido pero que ha cohesionado un gran equipo. Ha sido un tiempo muy duro, complejo y tremendamente exigente. En varias ocasiones he estado apunto de parar, de recoger las velas y conformarme con una empresa menos intensa. Sin embargo no ha sido posible superar este afán por explorar y por sumar personas y retos a los mios. Somos más de los que pensaba y menos de los que seremos.
Los problemas estructurales de esta sociedad se pueden superar, es cuestión de tiempo, los políticos, los sociales y los económicos se irán adaptando al escenario poco a poco, muy lentamente y eso precisará de que cada uno de nosotros acepte el tiempo que le ha tocado vivir y entienda que en las limitaciones y en las dificultades pueden estar las herramientas para superar esta anestesia cotidiana con la que nos amargan el desayuno desde todas partes. Hay una actitud en todo ello que lo hace más complejo. En Europa estamos por detrás de Estados Unidos en términos de creación de empresas: en Europa el 45% de los ciudadanos prefieren trabajar por cuenta propia, mientras que en los EE.UU., esta proporción es del 55%. Esta falta de dinamismo empresarial no se debe a la aversión de los europeos en general de la iniciativa empresarial, sino más bien el resultado de factores estructurales de hormigón, administrativo y cultural que necesitan ser abordados. En España las cifras son aun menores.
Siempre que pienso en superar problemas y aprovechar las limitaciones me viene a la cabeza la vida de Milton Erickson. Hablo de él a veces. Reflejo su vida y la comparo con su control sobre los baches de la propia existencia. Milton Erickson nació en una aldea que ya ni existe. Se llamaba Aurum y estaba en Nevada. Emigró a Wisconsin para trabajar en una granja familiar y a los 17 años enfermó de poliomielitis. Los médicos consideraron que no había nada que hacer, su parálisis era tan compleja que no había forma, en aquella época, de luchar médicamente contra ese deterioro. Sin embargo, con fuerza de voluntad y paciencia logró recuperar el movimiento. Llegó a ser profesor de psiquiatría y llegó a calzarse una canoa de 4 metros y para recorrer el Mississippi hasta llegar a San Luís.
Sin embargo, lo peor para Erickson estaba por llegar. Cuando ya tenía 50 años tuvo un segundo ataque de polio. Esta vez el problema fue el dolor físico. Con el tiempo lo superó. Aprendió a vivir con ello y volvió a poder hablar y comunicarse con destreza hasta el punto que llegaría a ser una autoridad en neurolingüística. En el primero de sus ataques el hombre aprendió de la observación. Utilizó su decadente situación en un aliado. Miraba a su hermana pequeña arrastrarse por el suelo como un reptil e iniciar sus primeros pasos.
En esos tiempos definió sus primeras teorías sobre la intensidad de la comunicación no verbal pues no podía hablar por culpa de la enfermedad. En la segunda crisis volvió a convertir un problema en oportunidad. Esta vez lo que estuvo estudiando fue la capacidad de controlar el dolor. Era tan intenso que tuvo que “diseñar” un método para superarlo. Logró perfeccionarlo gracias a la propia experiencia con el uso de la hipnosis para manejar el dolor y para la alteración sensorial.
Que Milton Erickson se enfrentara a cada uno de sus ataques con la fuerza de quien cree que esto no se acaba por una “mala” racha es tan edificante como admirable.
El resumen del Informe de la Unión Europea para cambiar esta tendencia dice que en estos tiempos difíciles de aumento del desempleo, Europa necesita más empresarios. Aunque en realidad sólo el 11% de los ciudadanos europeos son los empresarios, el 45% le gustaría ser su propio jefe si pudieran. Para desbloquear este enorme potencial de crecimiento y el empleo, la Comisión Europea tiene previsto lanzar en el otoño de 2012 un Plan de Fomento Empresarial de acción europeo para impulsar el espíritu empresarial en todos los niveles. Con este fin, la Comisión ha lanzado una consulta pública con el objetivo de reunir las aportaciones de las partes interesadas y los ciudadanos sobre el alcance de las posibles acciones futuras a nivel europeo, nacional y regional en la promoción del espíritu empresarial.
Para superar la actual situación, la Comisión, en particular, interesados en recibir ideas sobre cómo:
Unleash entrepreneurial potential remove obstacles to entrepreneurial activities support entrepreneurs in starting up businesses help entrepreneurs to face challenges, particularly during the first years of life of the business. All citizens and organisations are welcome to contribute to this consultation. Contributions are particularly sought from public administrations and private sector organizations and individuals who support entrepreneurs in starting up businesses. More specifically the Commission is interested to hear the views of citizens on the following topics:
Promoting the spirit of entrepreneurship in schools and universities
Education for entrepreneurship can make a difference, as young people who go through entrepreneurial programmes and activities start more companies and earlier – the percentage of alumni who become entrepreneurs 3 to 5 years after leaving school is 3-5%, whereas for those who participated in any entrepreneurship education this percentage rises to 15-20%. What can be done at EU, national, and regional levels to promote entrepreneurship education?
Women, Seniors – untapped pools of entrepreneurial potential
Women entrepreneurs constitute only 34.4% of the self-employed in the EU but 52% of the total European population. Women represent the most underused source of entrepreneurial potential in Europe. Seniors can often bring valuable know-how and experience to the table that could make them excellent mentors for those who are less experienced founders. What can the Commission do to promote women’s entrepreneurship and better tap the business experience of seniors?
Migrants, minorities or other specific groups of potential entrepreneurs
It is important that policies to encourage entrepreneurship in Europe take full account of the entrepreneurship potential represented by migrants and members of ethnic minorities. How can entrepreneurship among migrant and ethnic minority workers best be promoted?
Startups y el miedo
A través de Tech Valley me entero de un estudio muy interesante llevado a cabo recientemente. El Startup Genome Project es un proyecto que pretende modelar y analizar lo que provoca que algunas empresas logren tener éxito y otras no. El equipo espera que los conocimientos generados a través de este proyecto ayude a crear herramientas útiles para aumentar las tasas de éxito de nuevas empresas durante sus períodos iniciales de crecimiento, así como investigar sobre las dificultades para que nuevas empresas puedan ser más eficientes.
Sin embargo lo interesante es la voluntad de confeccionar un mapa mundial de los ecosistemas de startups, con el fin de compararlos entre sí y descubrir los factores que determinan el éxito o fracaso de un proyecto emprendedor, ha llevado a Startup Genome Project a recopilar, desde hace más de un año, información de estos emprendimientos alrededor del mundo, hoy en día su base de datos suma 16.500 startups contabilizadas. Una parte de los resultados conseguidos por este proyecto se puede apreciar en un ranking de las ciudades más importantes en proliferación de startups, confeccionado gracias a la masa de información cualitativa y cuantitativa aportada por su herramienta comparativa Startup Compass, que permite a los emprendedores evaluar su progreso con respecto a otras startups de su localidad o del resto del mundo.
Este ranking agrupa a las 25 ciudades del mundo más destacadas en desarrollo de startups, de acuerdo a su actividad total en la base de datos de Startup Genome. Aunque la confección de esta lista no tuvo la intención de ser usada para determinar qué ecosistema es mejor si habla de donde se está centrando la actividad emprendedora en un entorno determinado y puede invitar a crear ecosistemas mucho más relevantes y focalizados. Las zonas más emprendedoras del planeta son: Silicon Valley (San Francisco, Palo Alto, San José, Oakland), Nueva York, Londres, Toronto, Tel Aviv, Los Ángeles, Singapur, São Paulo, Bangalore, Moscú, París, Santiago de Chile, Seattle, Madrid, Chicago, Vancouver, Berlín, Boston, Austin, Bombai, Sidney, Melbourne, Varsovia, Washington D.C. y Montreal son las 25 ciudades más prolíficas en lo que al desarrollo de startups se refiere.
Mi artículo del pasado domingo en ABC versaba sobre uno de los elementos que provoca una parálisis ante la voluntad de emprender: el miedo. Mi pregunta es sobre ¿si cuando un territorio determinado es muy emprendedor, hay una mayor y mejor gestión del fracaso?
En unas horas volveré a aterrizar en el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre de Quito en Ecuador. Está considerada una maniobra compleja para un Airbus A340-600 como en el que nos llevará. Su pista a más de 3.000 metros de altura, la neblina y la humedad suele complicarla un poco. Sin embargo, la ilusión convierte en anécdota cualquier temor. Y de ilusión debemos alimentarnos para afrontar el momento actual. Tras comprobar que el presidente del gobierno ejerce de contable, que la casta política vive en un universo paralelo sin entender el instante de la historia que vivimos, de descubrir que la palabrería de apoyo al emprendedor o al cambio en el modelo de crecimiento son tópicos sin sustancia, perder el miedo es fundamental. Hay que deshacerse del pánico a enfrentarse a la pista de aterrizaje más peligrosa y abandonar la parálisis que tanto les gusta a los que nos gobiernan por ser menos embarazosa que la acción ciudadana, quitarse de encima esa desidia dependiente de la ayuda o la subvención es imprescindible. Los que rigen en Europa son de aurora boreal.
Por ejemplificar su escasa visión de futuro tenemos lo de mantener el IVA de los libros en un 4% y subir el de los ebooks al 21%. Por eso pienso que nosotros a lo nuestro. Ahora más que nunca es preciso no quedarse hierático en la carretera cegados por los faros del camión que se acerca irremediablemente. Debemos correr, probablemente lejos de esa intensa luz, seguramente a territorios que ahora no están iluminados pero que, con tesón, nosotros mismos daremos claridad. Aquí todo el sistema gira alrededor de ajusticiar al emprendedor que fracasa y con ello se afianza el miedo al fracaso como buscan algunos. Es el modo por el que se le quitan las ganas a los que pensaban ponerse al frente de algún proyecto y ejercer críticamente de electrón libre al sistema.
Para los que les haga zozobrar ese pánico, para los que el pavor a caer heridos en el intento de emprender les paralice, les invito a pensar que tras un mal vuelo uno puede hacer dos cosas: alimentar el miedo a volar para siempre o tomar un avión lo antes posible y enfrentarse de nuevo al apasionante mundo de descubrirte a ti mismo. Emprender es conocerse mientras superas tus propios temores.
Entrevista en Libre Mercado
La pasada semana Beatriz García me hizo una entrevista con ocasión del lanzamiento de Tueddy en la que también tratamos otros temas. Os la replico aquí. Al final estuvimos comentado aspectos que considero elementales para emprender. Se hace dificil no hablar de todo lo que está pasando en España, de como se está esquilmando la democracia a golpe de imposición europea y como la famosa “ley del emprendedor” se ha convertido en una broma de mal gusto. Como describe perfectamente mi buen amigo Remo hoy mismo las nuevas medidas ofertadas por Rajoy han convertido en una quimera eso de emprender. Como dije hace algún tiempo, estoy convencido que el emprendedor es una especie perseguida y lo es por lo incómodo de su esencia y su dinamismo crítico.
Ya sabemos que el profesional autónomo financiará a las Arcas Públicas en primer lugar. Los profesionales liberales o autónomos cederán gustosos un 21% de sus ingresos tal y como lleguen a Hacienda. Cuando pasen 18 meses, ya hacemos cuentas con el IRPF pero tú eres ahora el nuevo banco que presta el dinero al Estado. ¿Recordáis aquella frase de los autónomos pagarán el IVA cuando cobren la factura? Pues no, era una broma. Ahora toca adelantar más IVA con la subida al 21% sin cobrarlo siquiera. Una financiera con otras palabras.Si vas a contratar trabajadores, no olvides buscarte un buen abogado laboralista, porque la simplificación administrativa en la contratación se ha resuelto con un nuevo contrato de trabajo más y con una reforma laboral que nadie sabe muy bien cuál es el alcance. Pero si ya tienes trabajadores, no olvides que tus costes de Seguridad Social han aumentado a golpe de Decreto Ley, al igual que también tus trabajadores van a pagar más impuestos en concepto de Seguridad Social. Es lo que tiene eso de emprender.
Si por algún motivo, tienes problemas de tesorería y necesitas aplazar el pago de autónomos un mes, no te preocupes porque la Seguridad Social no te va a dejar si la deuda es inferior a 1.000 euros. Eso sí, cuando llegue el día siguiente a su vencimiento y no lo hayas pagado, el recargo por impago será del 20% olvidando el 3% anterior que existía.
Sin embargo, las medidas de “apoyo al emprendedor” no creo que se limite sólo a estas. Estoy convencido que “aun hay más”. Tengamos en cuenta que la mayoría de las decisiones tomadas la semana pasada eran de ciencia ficción hace unos meses y la Iliada hace unos años. Considero que vendrán más medidas y de igual o peor categoría. Se precisan casi 160.000 millones de ahorro en estas primeras rondas de recortes y medidas recaudatorias por lo que si no se logra la única bala que queda es la reiteración.
Me temo que el impuesto de sociedades llegará al 35% para aumentar unos 20.000 millones más la recaudación en el mejor de los casos, un nuevo aumento del IVA al 23% y la unificación de todo el impuesto eliminando poco a poco los reducidos y superreducidos. Veremos implementar las jubilaciones a los 67 años en menos de 18 meses y no en 2027 como aprobó Zapatero y a los 69 o 70 a continuación de manera opcional para aquellos que lo precisen. El balance negativo de la Seguridad Social no deja muchas opciones ante la caída exhaustiva de ingresos y contribuciones. Obviamente esto se irá viendo pero tengo claro que es cuestión de tiempo que nos sigan crujiendo, como ya dije, a impuestos y ser irá evidenciando que la mayoría se “derechos fundamentales” no eran más que servicios. Servicios que ya no se podrán ofrecer.
Os dejo también con la entrevista que antes señalaba y que en su parte final refleja mis consejos para emprendedores que se sientan, a pesar de todo, con ganas de girarle la cara a la realidad y optan por construir su propio futuro.
Uno de los inversores más reconocidos de España, experto en Nueva Economía, emprendedor consagrado, visionario, el autor de Contra la cultura del subsidio, una de las 10 personas más influyentes de Internet en el país… Cualquier categoría se queda corta para describir a Marc Vidal.
Con un número incontable de empresas a sus espaldas, en los últimos cinco años ha fundado cinco negocios y en una entrevista a Libre Mercado presenta su último proyecto,Tueddy, el Spotify de la moda. “Comparto esta definición porque pone a una misma altura a los diseñadores más importantes del panorama actual y a una pequeña tiendade cualquier parte del mundo, como hace Spotify con la música”, asegura Vidal.
“Otra descripción de Tueddy que se ajusta muy bien al proyecto la dieron un grupo de expertos la semana pasada en Dublín. Si Facebook es lo que piensas, Twitter lo que haces y Spotify lo que escuchas, Tueddy sería lo que vistes“, añade.
Tueddy, es un armario virtual que, además de permitir al usuario comprar en todos los rincones del planeta, le creará su propio perfil donde, únicamente, le mostrará aquellas prendas que son afines a él, le permitirá compartir su estilo con los demás e incluso descubrir las últimas adquisiciones de sus ídolos. Hay que decir que es una plataforma gratuitatanto para los diseñadores como para los usuarios finales.
Preguntado sobre las diferencias entre este portal y el resto de las webs de moda, Marc asegura que “no tienen nada que ver. Tueddy es un nuevo modelo de búsqueda, no es un portal de descuentos, ni de rebajas, aquí ninguna marca te ofrece el stock que no haya podido colocar. Aquí, el cliente se vestirá de manera eficiente porque tendrá exclusivamente lo que le gusta; más barato, porque no tenemos intermediarios; y de forma más atractiva porque le llegan las últimas tendencias”, explica.
Tras más de un año de trabajo y una primera ronda de inversión que ha alcanzado el medio millón de euros, el equipo de Tueddy ya tiene todo lo necesario para poner en marcha la plataforma. “Ahora estamos en el proceso de captación de los diseñadores y los interesados ya pueden inscribirse en nuestra web. Para facilitarles el trabajo, durante un mes nos encargaremos de subirles el material, después serán ellos los encargados de añadir sus productos, sus fotos, sus precios etc…”.
Marc explica que no es necesario ser un experto en la materia para llevar a cabo un negocio de este tipo. “La moda no es mi especialidad, pero mi habilidad fundamental es encontrar gente con talento y aquí trabajo con personas que saben de moda y de emprender. Yo he puesto la parte financiera porque creo en el éxito de este proyecto”.
El miedo a que te quiten lo que tienes “evita que des el salto”
Respecto a las actitudes de los españoles a la hora enfrentarse a la crisis, Marc asegura que “en España se desayuna cloroformo con el croissant y esto tiene que cambiar. El mundo ha mejorado gracias a los soñadores, a esos que intentaron cambiar las cosas por sí mismos y esos ‘locos’ son los que solucionarán los problemas”.
Añade que el miedo al fracaso es la principal barrera que impide que la cultura del emprendimiento se desarrolle en España. “Aquí, el miedo a que te quiten lo poco que tienes evita que puedas dar el salto, que te atrevas a creas tu propio negocio. En España el fracaso no se contempla como una forma de aprendizaje. Hay países como EEUU donde es todo lo contrario y solamente por el número de personas que lo intentan al final triunfan muchísimas empresas. De hecho, cuando las cosas van mal es cuanto más se esfuerzan por salir adelante”.
Vidal ofrece cuatro consejos a los futuros emprendedores:
- Lo primero que tienen que analizar es si esa empresa es capaz de generar rentabilidad. Hay que preguntarse de dónde va a obtener los ingresos.
- Los sueños empresariales no tiene por qué ser empresas por sí mismas, también pueden formar parte de otras.
- Que salten al vacío. Puede ser que fracasen, el propio Vidal asegura que se ha arruinado varias veces, pero se levantarán y aprenderán de sus errores.
- Para sacar adelante un proyecto no hay que sentarse a esperar a que venga la financiación externa. Si tienes una idea, el primero que debe apostar por ella eres tú mismo.
"Less is more"
Mi columna de esta semana en ABC trataba una de mis obsesiones a la hora de emprender un nuevo negocio o proyecto emprendedor: la no fricción. Cuando alguno de los emprendedores que se acercan buscando financiación, mentoring o apoyo logísitico para poner en marcha sus ideas, lo primero que analizamos es el grado de complejidad que tiene el modelo de negocio y el de gestión en cuanto a la cadena de valor y los pasos intermedios entre comprador y vendedor, en un entorno de usuario y plataforma. Tengo claro que la economía digital y por derivación la Nueva Economía serán la clave del cambio que se tiene que imponer en nuestra sociedad inminente. Es imprescindible simplificar los procesos, aprender de la mutación que se está produciendo y generar modelos de negocio cada vez más innovadores.
Los bocadillitos blandos de queso y jamón que hay en la sala Admirals de la Terminal E del aeropuerto de Miami son de desmayo. Me pregunto como algo tan simple puede estar tan bueno. La vida enseña que lo simple es lo más complejo y que eliminar la fricción en los elementos que te rodean al final genera valor añadido. Una contradicción aparente que la gran Coco Chanel convirtió en mantra después que Mies Van der Roe lo definiera con su “less is more”.Las nuevas profesiones se basan en eso, en reducir tensión entre las partes, en algo simple convertido en una pequeña maravilla. A pesar de que los datos recientes de ocupación fueron buenos me temo que son consecuencia de derivados coyunturales y no tanto de génesis de un cambio de tendencia. Por eso, aprovechando que aun queda algo de tiempo para retomar caminos de creación de puestos de trabajo orgánico, sería bueno modificar el concepto de empleo/ocupación. Por ejemplo, es imprescindible apostar por la gestión del fracaso modelo de aprendizaje y permitir que un error se convierta en virtud a medio plazo. El talento y el riesgo van juntos. Es ahí donde, a mi modo de ver, la economía digital juega un papel histórico.
Es la clave, permite incorporar nuevos factores de crecimiento, modelos de creación y escenarios de valor en mercados deteriorados por la crisis. La Nueva Economía es capaz de lograrlo, permite obviar las barreras y las limitaciones de las herramientas tradicionales y analógicas. Ayuda a cambiar, incluso, la manera de pensar de las personas y sus relaciones con la realidad económica, política y social. Un país más moderno, tecnológico y digital es también más plural, eficiente y competitivo. Los emprendedores son los estimulantes de ese nuevo rumbo, los dinamizadores del proceso. Su hoja de ruta se define por objetivos, por retos y por sueños.
En esos objetivos deben estar incorporados los proyectos “low cost”, en esos retos los que sean “long tail” y en los sueños los “escalables” internacionalmente. Esas tres líneas definen el éxito emprendedor digital a mi entender: producto a bajo precio, con un amplio escenario comprador y un espacio global. Tan simple como un bocadillito de jamón y queso que unos hacen normal o bien pero otros, unos pocos, lo convierten en una delicioso pedazo de gloria. La diferencia estriba en hacer lo sencillo en algo excepcional.