¿Deflación, inflación o hiperinflación? Ninguna de las tres; estanflación.
Algo que está empezando a afectar de manera importante a la inflación. Aunque no lo muestren de modo claro, la subida de precios es ahora mismo la primera preocupación económica de los bancos centrales. De momento aseguran que el repunte de los precios es consecuencia del encarecimiento de la energía, pero parece que hay alguna razón más: se han empezado a producir tensiones de precios por el 'boom' de la demanda y los problemas de oferta. Por primera vez en casi tres años, la inflación ha vuelto a tocar el 'umbral sagrado' para el Banco Central Europeo (BCE) del 2%. Este nivel de IPC es el fijado como el nivel de estabilidad de precios, a partir del cual surgen los problemas.
Aunque nos pongamos todos a vivir de noche, lo que vamos a pagar de electricidad cada mes no parece que vaya a reducirse. Algo que está empezando a afectar de manera importante a la inflación. Aunque no lo muestren de modo claro, la subida de precios es ahora mismo la primera preocupación económica de los bancos centrales. De momento aseguran que el repunte de los precios es consecuencia del encarecimiento de la energía, pero parece que hay alguna razón más: se han empezado a producir tensiones de precios por el 'boom' de la demanda y los problemas de oferta. Por primera vez en casi tres años, la inflación ha vuelto a tocar el 'umbral sagrado' para el Banco Central Europeo (BCE) del 2%. Este nivel de IPC es el fijado como el nivel de estabilidad de precios, a partir del cual surgen los problemas. Veamos cuales son las causas habituales de la inflación y cual es la que nos afecta:
La inflación por demanda: Aparece cuando aumenta la demanda general y la oferta del sector productivo no es capaz de hacer frente a esa demanda, por lo que suben los precios.
La inflación por costes: Se produce cuando aumentan los costes de producción, ya sea porque aumentan los precios de las materias primas, de la mano de obra o bien, porque suben los impuestos, lo cual provoca que los productores suban el precio final del producto o servicio para compensar dicha subida.
La inflación autoconstruida: Surge ante expectativas de los productores de que van a subir los precios en el futuro y buscan anticiparse a ellos subiendo los precios primero, provocando que al final se cumplan sus predicciones por haber subido los precios.
Por el aumento de la base monetaria: Cuando aumenta la base monetaria (cantidad de dinero que hay en una economía) provoca que aumente la demanda de productos más rápido que el suministro de los bienes y servicios de la oferta y ello provoca que aumenten los precios.
Elige cual o cuales nos afectan, pero ¿qué pasa cuando tienes un poco de los 4 tipos? Pues que es muy probable que la tasa actual de inflación se supere durante los próximos meses, algo que podría motivar un cambio en la política de estímulos y obligar a cerrar el grifo de miles de millones de euros cada mes en la deuda pública para contener las primas de riesgo y facilitar la recuperación.
Es interesante analizar qué hizo el BCE en la última ocasión en que se superó el umbral del 2% de inflación. Fue en el año 2018, cuando la economía había cerrado ya por completo su ‘output gap’. Desde mayo hasta octubre de ese año, el IPC se situó en el 2% o levemente por encima, llegando a su nivel más alto, en el 2,3%. Sin embargo no retiró los estímulos. En ese momento, el BCE justificó que la subida del IPC se debía a factores coyunturales y que de ninguna manera significaba la existencia de presiones inflacionistas. Sus previsiones fueron correctas y los precios se moderaron rápidamente, hasta el punto de que en el verano siguiente el IPC cayó por debajo del 1%.
Pero te estarás preguntando ¿Qué ocurre con la inflación? ¿porque hay que contenerla por debajo del 2%? En los próximos meses se van a registrar importantes tensiones de precios en diferentes sectores. Ya están ocurriendo. En Estados Unidos, que lleva casi medio año de ventaja a Europa en la recuperación, anticipa lo que puede ocurrir en el Viejo Continente próximamente. Allí en abril, la inflación alcanzó el 4,2%, lo que supone el dato más alto registrado desde el año 2008, en plena burbuja inmobiliaria.
Aunque la energía está jugando un papel clave también en EEUU, la subida de precios está siendo generalizada. El coste energético, si sube, se deriva en todos los bienes y servicios que necesitan esa energía para producir. Además se está produciendo un problema de economía básica: hay más demanda que oferta especialmente en materias primas por culpa del colapso derivado de los últimos meses. Hasta el mercado laboral tiene escasez de oferta de mano de obra en las últimas semanas que obliga a incrementar salarios y repercutirlos en lo que se vende. Estas tensiones en EEUU, entre la demanda acelerando y la oferta todavía contenida por lo que hemos vivido están generando importantes tensiones de precios.
Si se observa el IPC subyacente (el que excluye los dos elementos más volátiles, energía y alimentos frescos), los precios están creciendo un 3% que es algo muy preocupante. Se trata de la cifra más alta registrada desde el año 1996, hace nada menos que 25 años. Estas tensiones de precios deberían ser pasajeras. Sin embargo, también hay un riesgo de que estas presiones de precios se consoliden. Y ese sí sería un riesgo para los bancos centrales y obligaría a replantear la política expansiva actual.
Para los países más endeudados, este escenario es más que preocupante, ya que dependen de los tipos de interés bajos para mantener el gasto financiero bajo control. Es el caso de España, que con una deuda pública ya en el 120% del PIB, necesita mantener la financiación barata durante varios años.
Según el último observatorio de la deuda de la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) un incremento de un 1% de los costes de financiación de la deuda, tendría un coste acumulado de 15.000 millones de euros en solo cuatro años. Se trata de una cuantía muy significativa, que supera, por ejemplo, a la recaudación prevista con la subida de impuestos que incorporó el Gobierno al Programa de Estabilidad. La cosa es grave…
Esta es la preocupación. Los precios empiezan a dispararse. Esto suele precipitar la intervención de los bancos centrales. La subida de los tipos de interés y con la deuda que tenemos ahora mismo. Nada puede ser más catastrófico que que los bancos centrales empiecen a endurecer situaciones económicas y empiecen a subir los tipos de interés.
Así que éste ahora mismo es el gran riesgo latente de la economía. Y es que los precios se están disparando de verdad. La Unión Europea registra precios altos. El máximo en dos años, desde octubre de 2018. Pero es que España tiene una inflación ya del 2,7 por ciento. Un país que está absolutamente parado tiene precios absolutamente disparados fundamentalmente por el calentón, el calambrazo eléctrico que estamos viviendo
Esa subida de precios es el gran temor económico, porque con ella están obligados a actuar los bancos centrales. Si esta subida de precios es de verdad, el Banco Central Europeo va a tener que subir los tipos de interés. Es decir, subirá tu hipoteca si la tienes a tipo variable. Deberás pagar más intereses en el uso de herramientas financieras con tu empresa.
¿Pero, es posible identificar lo que va a pasar? Esta es la gran cuestión algo en la que los bancos centrales jamás han acertado, porque una y otra han sido incapaces de ver cuando cambiaba el ciclo de la inflación. Ha ocurrido desde los años 60. En 1967, la Reserva Federal proclamaba estabilidad de precios, cinco minutos después empezaban los 14 años de mayor subida de precios vista hasta entonces.
Catorce años de inflación sostenida que ninguno de los bancos centrales vio llegar. Después llegaron los años 70, los años 80 y los precios crecían a niveles del 10 por ciento. ¿Se están enterando ahora o vuelven a desestimar el tsunami de la inflación? Debemos tener en cuenta que venimos de algo inédito. Nunca hemos parado la economía mundial tres meses y luego la hemos arrancado. Ese experimento no tiene precedentes en la historia reciente de la humanidad, desde que tenemos datos como económicos homogéneos
Tenemos indicadores que nos dicen que esto puede ser transitorio y se debería a que, simplemente, el petróleo hace un año estaba a 40 dólares y con el parón de la economía lo pusimos a 20 dólares. Ahora está dando círculos encima de 60. Entonces hay una parte claramente que es transitoria, que tiene que ver con el arranque de la economía, con cuellos de botella en las cadenas de las cadenas de valor y suministro. Pero la gran duda es si, manteniendo el desempleo actual puede producirse inflación sostenida. ¿Es posible una estanflación? ¿Estancamiento de la economía e inflación.
Eso te lo cuento más abajo. Sigamos con el incremento de precios. Lo lógico es que entremos en una espiral de subida de precios, subida de salarios, subida de precios, subida de salarios y así ir calentando la economía hasta que los bancos centrales digan basta. Pero ahora mismo están subiendo los precios pero los salarios no. Y esta es la gran amenaza silenciosa en la economía, la subida de precios, la inflación sostenida.
Un cambio de ciclo que implicaría actuaciones del Banco Central Europeo, endurecimiento de hipotecas, endurecimiento de créditos empresariales y recorte en los préstamos a los gobiernos. Entonces, hacía donde nos dirigimos. ¿Que escenarios se pueden dar en el futuro próximo?
Deflación: la disminución de los precios. Es decir, inflación negativa. Con un rebote de la economía eso es improbable
Inflación moderada: Elevación lenta de los precios dentro de los márgenes que la economía es capaz de digerir.
Inflación galopante: Niveles de inflación donde algunos productos pueden llegar a triplicar su precio en apenas un año, provocando una pérdida tremenda de poder adquisitivo.
Hiperinflación: Son aumentos de precios que generan graves crisis económicas, ya que el dinero no acaba valiendo prácticamente nada y el precio de los bienes y servicios resulta excesivo.
Obviamente cuando alguien hable de hiperinflación no puede hablar de Europa. Una cosa son los titulares y otra los aspectos técnicos que lo definen. Lo grave es que luego tenemos un concepto como te decía antes que es muy chungo. Es la estanflación. La estanflación en un país es la combinación de inflación y decrecimiento económico. Este fenómeno mezcla estos dos conceptos, que cuando se producen a la vez son devastadores para la economía.
En otras palabras, la estanflación surge cuando la economía de un país se encuentra en recesión y a la vez se encarece el costo de vida. Procede del discurso frente a la Cámara de los Comunes que diera en 1965 el ministro de finanzas británico, Ian McLeod. El alto funcionario aseguró que el Reino Unido se encontraba en una especie de “stagflation”, combinando las palabras inflation (inflación) y stagnation (estancamiento).
Se trata de una coyuntura en la que un país sufre el estancamiento de su economía y un aumento del costo de la canasta básica. Es un escenario muy complicado donde se solapan situaciones de alza de precios, aumento de desempleo y estancamiento económico. Nosotros no lo estamos ni lo estaremos mientras la economía se encuentre en rebote. Los fondos europeos son para evitar esto. El problema es que para evitar la inflación que sí es muy probable que se produzca, se pongan en marcha los sistemas de defensa del BCE y amortiguen el crecimiento. Hay países a los que las subidas de tipos les afecta mucho menos que a España.
Por eso y por si acaso, ¿Cómo puede distinguirse que un país se halla en estanflación? Hasta mediados de los sesenta, estos dos graves inconvenientes macroeconómicos (estancamiento e inflación) se creían incompatibles entre sí. Pero resulta que es posible. las tasas de crecimiento negativo y el alto índice de paro puede venir acompañado de una espiral ascendente de precios. Algo que empobrece principalmente a los estratos medios y bajos de la sociedad y dificulta el crecimiento empresarial.
Según el Premio Nobel de Economía Paul Samuelson, la estanflación es un fenómeno “típico de las economías mixtas debido a factores diversos, dónde las sociedades generan mecanismos institucionales como subsidios de desempleo, salarios mínimos, segmentación del mercado laboral, entre otros, que hacen que la economía reaccione de forma distinta a la teoría. Los programas económicos que mejores resultados han dado para combatir este fenómeno son la flexibilidad laboral, la fiscalidad empresarial con incentivos, la distribución comercial menos rígida, la defensa de la competencia, una educación y formación ligada al aparato productivo y una modernización del modelo de crecimiento.
Vamos a vivir uno o dos años de crecimiento fuerte por comparación. Venimos de un 2020 con una caída del PIB inédita. Lo expliqué en un vídeo. Por lo tanto la estanflación no cuenta para el futuro próximo. Pero, si no somos capaces de gestionar adecuadamente los fondos europeos, y eso es algo que no hemos sabido hacer nunca (solo hemos sido capaces de aplicar a proyectos el 38% de los fondos de cohesión europeos durante 12 años y hemos devuelto a Europa el 62% restante), ya veremos que tal con los 140.000 millones que vienen.
Si no los usamos bien, la economía se estancará en 3 años a la vez que el precio de la energia y derivados se irán encareciendo por que ‘la lucha contra el cambio climático, la sociedad del bienestar y el modelo tecnológico al que nos dirigimos, no es gratis’.
Empresas automovilísticas convertidas en empresas de software
Resulta que Volkswagen quiere convertir el software en el núcleo de su negocio y para ello ha informado que ha contratado a 10.000 ingenieros. Algo que tiene que ver con que la conducción autónoma es irrenunciable para la marca según indican sus directivos. De hecho aspiran a generar nuevos ingresos a través de servicios asociados a la tecnología, como asistentes de viaje o servicios de movilidad. ¿Porque aseguran desde este fabricante de coches que no quieren ser una commodity de hardware y buscan, a cambio, convertirse en una empresa de software?
Resulta que Volkswagen quiere convertir el software en el núcleo de su negocio y para ello ha informado que ha contratado a 10.000 ingenieros. Algo que tiene que ver con que la conducción autónoma es irrenunciable para la marca según indican sus directivos. De hecho aspiran a generar nuevos ingresos a través de servicios asociados a la tecnología, como asistentes de viaje o servicios de movilidad. ¿Porque aseguran desde este fabricante de coches que no quieren ser una commodity de hardware y buscan, a cambio, convertirse en una empresa de software?
Fotografía: Grupo Antolín
Pues porque a medida que avanza la tecnología autónoma, un cambio profundo en el comportamiento del consumidor alterará el modelo de ingresos y la cadena de valor de la industria automovilística. Y si bien la naturaleza de estos cambios será multifacética, podemos interpretar dos direcciones claras.
El primer cambio importante se relaciona con el tiempo que se pasa en los vehículos. Con la llegada de los vehículos autónomos, es probable que aumente. A medida que la responsabilidad del control del automóvil se traslade a las computadoras, los grupos demográficos importantes que históricamente han tenido un compromiso limitado o nulo con la conducción (ancianos, personas con discapacidades, niños) ya no tendrán esta restricción.
Además, a medida que la experiencia de viaje sea más placentera, los consumidores estarán dispuestos a pasar más tiempo en sus vehículos. Dos estudios académicos separados concluyeron que los vehículos autónomos podrían generar aumentos en los kilómetros recorridos por vehículos de hasta un 20%.
Junto con lo anterior, habría una mayor cantidad de tiempo inactivo en los vehículos. La lógica es sencilla: a medida que los autos evolucionan hacia entidades autónomas, los humanos tendrán más tiempo para hacer otras cosas mientras viajan. El ritmo al que esto ocurrirá dependerá de los avances en la tecnología de conducción autónoma que podría liberar tiempo de inactividad para los pasajeros para 2030.
El otro cambio fundamental en el comportamiento del consumidor que será catalizado por los vehículos autónomos es el aumento de la movilidad como servicio (o transporte como servicio). La movilidad como servicio (MAAS) se refiere a un cambio desde los vehículos de propiedad personal hacia el uso de soluciones de movilidad bajo demanda.
Detrás de esta tendencia habrá dos factores. Por un lado, en la última década ya se ha visto un cambio en la percepción de los consumidores sobre la propiedad de un automóvil, pasando del símbolo de estatus a la utilidad. La propiedad de automóviles ha disminuido durante varios años, probablemente impulsada por los cambios en los sentimientos entre los grupos demográficos más jóvenes. Así que, a pesar de los vehículos autónomos, las economías avanzadas están experimentando un declive secular en las cifras de propiedad de automóviles. Los coches autónomos acelerarán esta tendencia.
La confluencia de todos estos factores continuará impulsando la tendencia MAAS en el futuro. Morgan Stanley estima que para 2030, el crecimiento en la producción de vehículos se habrá estancado, mientras que los servicios de autos compartidos superarán el 15% del total de autos en la carretera.
El resultado de lo anterior es que se producirá un cambio profundo en la cadena de valor. Es probable que la industria se divida en tres categorías principales. Empresas de hardware: las que realmente producen los vehículos y sus componentes y accesorios. Empresas de software que proporcione la inteligencia que hace funcionar los coches, así como el software que permite la conectividad de los vehículos y la funcionalidad de gestión de flotas. Y empresas híbridas que buscarán brindar a los consumidores servicios y contenido relacionados con sus necesidades y experiencia de transporte
Las empresas automovilísticas quieren escribir código. Hasta ahora solo un 10% de ese software es de desarrollo propio en los fabricantes y el otro 90% lo desarrollan terceros. Este tipo de compañías creen que esa competencia va a ser clave y va a ser la que va a definir el éxito de una marca en el futuro.
Mercedes Benz, Wolskwagen, Toyota y otros están preparando sus plataformas para todo lo que será el desarrollo de la conducción autónoma y que apunta a 2030 como fecha clave, donde la realidad aumentada, la comunicación entre vehículos en circulación para anticipar accidentes de tráfico u otros elementos serán el modo de conducción futura. Eso sí, probablemente todo eso transcurra en un coche que nunca sea tuyo y ‘te lo descargues’ cuando lo necesites.
Pero no olvidemos que hay que preparar todo el entorno productivo a lo que se nos va a exigir económicamente. ¿Sabías que uno de los principales sectores económicos de España puede estar en peligro? No estoy hablando del turismo ni de la construcción. Te hablo del sector del automóvil. Una industria que representa el 8 y medio por ciento del PIB, una quinta parte de las exportaciones y ocupa a 2 millones de personas. Sin embargo, todo este sector podría estar en peligro en los próximos 10 años si no se toman medidas ya mismo. ¿Quieres saber el motivo? ¿Quieres conocer porque a medio plazo casi nadie tendrá coche propio? quédate hasta el final del todo y te cuento ambas cosas.
Hoy el futuro de la industria automovilística está pendiente de un tipo de batería. La batería eléctrica, la que debe impulsar todo el sector. Los grandes del sector ya están moviendo ficha. Por ejemplo, Volkswagen creará seis factorías en Europa antes del año 2030 con 5000 millones de inversión, para fabricar baterías eléctricas que pretende acompañar de 18000 cargadores rápidos por toda Europa.
Con esas factorías pretender servir los cinco millones de coches eléctricos anuales que calculan vender en esas fechas. Quien quiera agarrar el tren del futuro y salvaguardar empleo y crecimiento tiene que tener una de esas seis instalaciones en su territorio. Luego te detallo las opciones que tenemos.
Como te decía, la automoción es un sector estratégico para España, para nuestra economía, pero para que lo continue siendo deberá aceptar el cambio. El modelo de producción actual no tiene futuro. No el suficiente para seguir representando un papel relevante en el modelo de crecimiento de este país. La batería eléctrica es la clave de la que depende el futuro del automóvil por varias cuestiones:
La primera, porque el futuro del automóvil es forzosamente eléctrico. Los planes plantean que el 70 por ciento de las ventas van a ser eléctricas en Europa al final de esta década y el 50 por ciento en Estados Unidos.
Segundo, porque ese sector tiene toda una serie de componentes a su alrededor. La batería conecta al resto de la industria a su alrededor y la estimula.
Y tercera, porque es intensiva en empleo. La fabricación de baterías sí requiere mano de obra. Al contrario que la fabricación de coches eléctricos, cuyo ensamblaje es relativamente sencillo y no requiere tanta mano de obra como el coche tradicional.
Así que esa apuesta, la batería eléctrica, es el futuro del vehículo, es el futuro del automóvil. Pero el premio gordo es que te toque en tu territorio una de esas gigafactorias. Lo que quiere hacer Volkswagen es sencillo. Con esas enormes fábricas de baterías eléctricas quiere que estas sean menos complejas, más cercanas a las zonas de ensamblaje y, por tanto, más baratas.
De momento sabemos que la primera se ubicará en Suecia, donde se construirán baterías unitarias para el segmento premium. y la segunda que ya se sabe, la que creará la batería estándar, procederá de una fábrica al norte de Alemania. Otros lugares que se barajan para instalar el resto de fábricas son España, Portugal, Francia, Polonia, Eslovaquia y la República Checa. El orden no responde a ningún criterio pero ojalá fuera ese el orden de preferencia.
Veamos, España se está jugando su futuro en esta apuesta de Volkswagen, pero también en la apuesta de Seat con Iberdrola que quieren crear una de estas factorías en la Zona Franca de Barcelona. La idea es que lo que hasta ahora era un centro de componentes de automóvil se va a adaptar para ensamblar baterías eléctricas que después se transportarán en tren hasta la fábrica sea de Martorell para instalarse en los nuevos modelos de coche 100 por ciento eléctrico.
Hasta aquí bien, pero no nos ceguemos por las promesas. Detrás de los miles de despidos masivos y cierres que se han ido produciendo en el sector automovilístico en España, se esconde un cambio de modelo. Algo que urge atender o tendremos un desastre monumental a medio plazo. Algo que no se arregla con una o dos fábricas de baterías, sino con un análisis real de lo que viene en el sector, en modelo de consumo y en el papel que juega este producto que poco a poco se está convirtiendo en un servicio.
Por eso, parte de las ayudas de los fondos de recuperación irán a este sector y utilizarlos bien será clave. De lo que hoy estoy hablando va mucho más allá de una fábrica de baterías para coches. Abarca todos los aspectos de la movilidad sostenible y afecta a muchísima gente desde el punto de vista profesional. No sólo genera 2 millones de empleos directos o indirectos, sino que el 84% de ellos son contratos indefinidos. Ojo a esto. Es un valuarte de empleo estable tan escaso en estos días. Un sector que tiene fábricas en diez comunidades autónomas que aportan el 15 por ciento de la recaudación fiscal nacional.
Por eso, tenemos condiciones únicas para liderar la transición hacia la fabricación de vehículos limpios, y no únicamente con el ensamblaje de los mismos, sino con la producción de todos los componentes de la cadena de valor. El problema para el coche eléctrico en nuestro país, según los fabricantes, es la falta de infraestructuras de recarga. Algo a lo que nadie ha prestado atención hasta hoy y que he vivido en primera persona. Luego el porque yo tengo un coche 100% eléctrico.
Pero volvamos, ¿estamos preparados para lo que se avecina o seguimos improvisando? Resulta que hace 6 meses, España estaba fuera de juego, no estaba en los mapas de fábricas de batería, y ahora se quieren crear múltiples proyectos enfocados directamente a los fondos europeos.
De momento, y a pocas fechas de que venzan los plazos para presentar esos proyectos y así poder aplicar a las ayudas de los fondos de recuperación, todavía no hemos enviado ni un folio.
Igual habría que ponerse en marcha. De verdad. Este sector si muere no revivirá. No es el de la construcción que precisa que se sanee el sector financiero y que la vivienda ajuste precios. Tampoco es el turistico que cuando se abran las fronteras se activará rápidamente. No, el automovilístico es mucho más complejo y el del coche electrico depende de donde se producen las baterías. No comprendo la pasividad ante esto. El sector automoción es importantísimo. Somos los segundos productores en Europa y los novenos en el mundo.
Si se hiciera bien y rápido, un proyecto vinculado a la movilidad eléctrica y a su producción tanto de baterías como de vehículos es lo que Europa espera financiar gustosamente. Desde luego ese es el modelo de proyecto que encaja a la perfección porque existe en distintas fases productivas, desde la minería, la extracción de litio, hasta la fase de reciclaje de las baterías utilizadas, la transformación energética, la innovación, hay cadena productiva y hay proveedores de muchos tamaños. ¿A qué esperan me pregunto para presentar esos proyectos a Europa?
Varios fabricantes calculan que el 70 por ciento de las ventas van a ser eléctricas en Europa y más del 50 por ciento en Estados Unidos, en esta misma década. Y en ese sentido, como te decía antes, yo tome una decisión en este sentido.
Mira, yo me deshice de mi coche hace 12 años. Y me gustaban mucho los coches. Costó tomar la decisión. Es como dejar de fumar. Antes de hacerlo crees que es imposible vivir sin ello. Una vez lo logras, te sorprende que no lo hayas hecho antes. La decisión respondía a que viajaba mucho y pasaba mucho tiempo fuera de casa. Era absurdo tenerlo 200 días parado en un parking. Apenas lo usaba.
Hace un año, al volver querer uno previendo que los viajes se van a reducir bastante, me dije a mi mismo que tenía que ser 100% eléctrico. La decisión era una mezcla de factores. Creo que es más respetuoso con el medio ambiente, más económico a medio plazo y, especialmente, porque tengo claro que, el futuro, es este tipo de propulsor y, por eso, me puse a experimentar con todas sus consecuencias. Ahora ya sé que es tener un coche que solo funciona con electricidad. Mi impresión es buena, realmente buena. Aun así, la sensación que tengo es que es muy probable que este sea uno de los últimos coches de propiedad que disponga.
Pienso que, a más largo plazo, algo inesperado podría estar preparándose. Es posible que el declive del coche privado ya haya empezado de manera irremediable. El desastre, conocido como ‘peak car’, el punto en el que la demanda de automóviles comience a disminuir, empezará con los diesel debido a las regulaciones, seguirá con los gasolina y afectará en menor grado a los eléctricos, pero también.
No es un tema de con que motor se propulsarán, es un tema de para que te propulsarán. De acuerdo con la OCDE, en todo el mundo desarrollado, el crecimiento en millas totales de vehículos recorridos ha ido disminuyendo de manera constante desde principios de la década de 2000. En Estados Unidos, el segundo mercado automotriz más grande del mundo después de China, esa medida alcanzó su punto máximo en 2007 y ha disminuido desde entonces, a pesar del aumento de la población.
Hay varias explicaciones para esto:
Primero, el costo creciente de los combustibles fósiles, los seguros y el estacionamiento en un momento de estancamiento del crecimiento salarial en muchos países avanzados. Hay cambios en las políticas que reflejan las preocupaciones sobre el cambio climático y la contaminación, junto con los intentos de ‘crecimiento inteligente’ para reducir la expansión urbana, los gravámenes en el uso de carbono y el énfasis en los múltiples modos de transporte que ya existen. Cada vez hay menos gente dispuesta a asumir o aceptar el coste de tener un vehículo en propiedad.
La segunda razón es de tipo social y cultural. La revolución tecnológica ha hecho que algunos viajes por trabajo y placer se vuelvan obsoletos. La idea del automóvil como símbolo de estatus es un modo de pensar muy viejuno. Estas tendencias son especialmente evidentes entre los jóvenes, lo que evidencia que los fabricantes de automóviles no se dirigen a un mercado más amplio, sino todo lo contrario. Algo parecido a lo que sucede con otros sectores que no interesan a las generaciones más jóvenes.
Y la tercera, la denominada ‘Constante de Marchetti’, una teoría que defiende que las personas solo tolerarán los viajes diarios de hasta una hora. A medida que el crecimiento de la población ha aumentado la congestión, las ciudades que alguna vez apoyaron los viajes rápidos en automóvil ahora soportan los atascos de tráfico. De hecho hay quien defiende que el uso máximo de automóviles sugiere que estamos presenciando el final de la construcción de ciudades pensadas por y para los automóviles.
China tuvo un atasco de tráfico hace unos años que se considera el más largo del mundo, durante 12 días miles de coches estuvieron prácticamente parados a lo largo de 100 kms. El término que usan las compañías automotrices para esto es ‘global gridlock’ (atasco global). Todas están planteando el futuro en una dirección contraria a la venta masiva de productos y se encaminan a diseñar modelos de venta de servicios. No es sencillo, algunos fabricantes no lo ven claro, pero no tienen otra. Cualquier industria precisa de tener más clientes a medio plazo y crecer constantemente. Tal vez, el futuro de la movilidad debería de conjugar otro verbo. En lugar de ‘crecer’ debiera ser ‘optimizar’ y ello conlleva convertirse en ‘facilitadores de movilidad’.
El futuro no pasa sólo por el coche eléctrico, autónomo y convertido en un servicio en lugar de un producto. Pasa, especialmente, por diseñar ciudades con los fabricantes de vehículos, aunque es evidente, que esa colaboración ya no va a ser en base a los principios actuales. Hay que pensar que se están desarrollando autos que puedan comunicarse entre sí y con la infraestructura urbanística. Los coches en sí van a ser herramientas que trabaje ellas mismas en reducir la congestión y la eficiencia urbana. Parte del plan es, parcialmente, la automatización de automóviles. Algo que no veremos de manera general en quince años como mínimo. Las barreras legales son demasiado altas por ahora. La tecnología 5G y su despliegue, que también tendrá sus propios problemas, podría acelerarlo, pero no soy demasiado optimista en eso.
En definitiva, el fin de la era del automóvil (tal y como lo conocemos) es cada vez más factible. El ciclo del vehículo ha entrado en un declive que se acenturará aún más con el tiempo.
Lo preocupante es que lo tenemos muy mal organizado. El declive del automóvil frenará el crecimiento económico. El ‘peak car’ está teniendo ya un fuerte impacto en las tasas de empleo. Se contabilizan más de 200.000 despidos en todo el mundo a manos de fabricantes de automóviles, según Bloomberg en los últimos años. No es de extrañar que estas cifras tengan una influencia nefasta en el crecimiento económico. El declive del coche privado propio ha supuesto una reducción del 0,2% del producto interior bruto (PIB) a nivel global, según Fitch Ratings.
Tengo claro que el declive no será total y en ningún caso supondrá la desaparición de los coches. Los automóviles no serán los próximos caballos o carruajes. En su lugar, la industria automovilística, tras el pico del automóvil, se perfila como la próxima industria que sufra un cambio absoluto como lo hizo el de las discográficas: una decadencia larga y lenta que tardará años en ser comprendida del todo y que, al final, mutará a otro modelo, con modelos de negocio distintos y con actores distintos.
Si Google acaba fabricando un coche este será primero eléctrico, luego autónomo y finalmente será un servicio que podrás disfrutar pero no comprar. Esa transición empieza con un tejido industrial que pueda ser protagonista de toda esa mutación. Google no querrá vender coches, querrá fidelizar conductores.
El futuro de los coches autónomos, algún día, no será que todos tengamos uno, eso sería el escenario ‘infierno’, sino que solicitemos un vehículo que se autoconducirá cada vez que lo necesitemos. El primer ejemplo sería imposible.
¿Cómo te imaginas el futuro de los coches? ¿Cuanto crees que falta para que veas vehículos autónomos en tu ciudad? ¿Crees que el futuro son los coches eléctricos? ¿Está tu país preparado para eso? ¿Has notado esa transición de coche producto a movilidad servicio?
Megaciudades agrupadas, el futuro urbano en 2030.
El mundo se traslada a la ciudad por mucho que durante unos meses eso pareciera haberse parado. Actualmente el 54% de los siete mil millones de personas que habitan este planeta viven en un área urbana, y para mediados de este siglo, se espera que ese número aumente entre el 66 y el 72%. El desafío es espectacular, pues muchas de estas personas vivirán en las llamadas mega ciudades, áreas urbanas con poblaciones superiores a los diez millones. Hoy en día, solo hay 28 ciudades de este tipo en el mundo. Para 2030, en apenas un rato, se espera que haya 41.
Circula la opinión de que, debido a la crisis sanitaria que vivimos y a la aparente mutación del modo en el que nos relacionamos desde hace unos meses los seres humanos, el éxodo desde las ciudades a lugares menos habitados, es la nueva tendencia. Sin embargo el ser humano suele volver a su ‘media natural’ que, desde hace dos siglos, es la de vivir en colectividades cada vez de mayor dimensión. La ‘ciudad estado’ y las ciudades inteligentes no dejarán de ser una visión del futuro por mucho que lo planteen pensadores de un mundo rural y bucólico.
El mundo se traslada a la ciudad por mucho que durante unos meses eso pareciera haberse parado. Actualmente el 54% de los siete mil millones de personas que habitan este planeta viven en un área urbana, y para mediados de este siglo, se espera que ese número aumente entre el 66 y el 72%. El desafío es espectacular, pues muchas de estas personas vivirán en las llamadas mega ciudades, áreas urbanas con poblaciones superiores a los diez millones. Hoy en día, solo hay 28 ciudades de este tipo en el mundo. Para 2030, en apenas un rato, se espera que haya 41.
El ‘retrovisor rojo’ que supone China para algunos modos de vida, a nivel competitivo y, especialmente, productivo, nos indica por donde van los tiros. Tal y como dice el MIT Technology Review ‘China se ha urbanizado a una velocidad sin precedentes. Hace unos 20 años, solo el 30% de la población china vivía en ciudades; hoy es el 60%. Eso se traduce en aproximadamente 400 millones de personas, más que toda la población estadounidense, que se mudaron a las ciudades de China en las últimas dos décadas (la misma transición proporcional tardó 90 años en ocurrir en Europa y 60 años en los EE. UU.). Y esta migración no ha terminado; Se espera que el 70% de la población de China sea urbana para 2035.’
Para adaptarse a la afluencia, la política nacional de desarrollo urbano de China ha pasado de expandir ciudades individuales a construir sistemáticamente agrupaciones de ciudades masivas, cada una de las cuales albergará hasta cien millones de personas. Las ciudades en un clúster colaborarán económica, ecológica y políticamente, según se piensa, impulsando a su vez la competitividad de cada región.
Las críticas a este futuro radican en la evidente desigualdad y la insostenibilidad de estas ciudades. Una población de profesionales urbanos, con estilos de vida seguros y protegidos, está respaldada por un sector de servicios enorme y mal pagado. Estas personas trabajan en supermercados, peluquerías, restaurantes, bares y gimnasios, y viven en barrios pobres o incluso en barrios marginales. Entregan comida, arreglan casas, cortan el cabello, eliminan los desechos, mantienen funcionando los sistemas de transporte, limpian los suburbios, cuidan a los niños y pasean perros. Estos trabajadores mal pagados han visto evaporarse sus medios de vida durante el colapso económico reciente o se han visto obligados a arriesgar su salud al proporcionar servicios esenciales, porque no tienen la opción de elegir entre la multitud privilegiada que trabaja desde casa. Después de todo, no pueden trabajar desde casa si su trabajo es mantener los hospitales o las alcantarillas en funcionamiento. En este sentido, Time decía recientemente que ‘ha llegado el momento de repensar si debemos seguir situando las ciudades en el corazón de nuestro futuro, convirtiéndolas en grandes centros que practican el apartheid económico’.
Sin embargo la tendencia es imparable. De hecho el tema de las mega ciudades ya está en otro nivel. Fíjate. Lo nuevo ya no es plantear el futuro en inmensas ciudades de un modo unitario, aislado, sino que ahora el plan es juntarlas. Crear una especie de nube de grandes ciudades a modo de ‘cluster’. Para adaptarse demográficamente a ese reto, China ha pasado de expandir ciudades individuales a construir sistemáticamente agrupaciones de ciudades masivas, cada una de las cuales albergará hasta cien millones de personas. Las ciudades en un grupo colaborarán económica, ecológica y políticamente impulsando a su vez la competitividad de cada región.
Para 2035, se espera que se establezcan cinco grandes grupos de ciudades en China: el grupo Jing-Jin-Ji en el norte, el grupo del delta del río Yangtze (este), el grupo del delta del río Pearl (sur), el grupo de Cheng-Yu ( al oeste), y el grupo de las extensiones medias del río Yangtze en el centro de China. Todas ellas bajo un concepto de transición energética prioritario según sus promotores. Que esa es otra…
Lo interesante es que algunas de estas ciudades conectadas entre sí han comenzado a tomar forma. Se piensa que al combinar todas estas ciudades gigantescas, generarán la mitad del PIB de toda China a la vez que albergarán a la mayoría de su población que, según el gobierno chino, estimulará que el mundo se traslade a la ciudad irremediablemente. Pero curiosamente, casi todo ese crecimiento ocurrirá en Asia y África, según las proyecciones de la propia ONU, y se espera que el 37% de la expansión urbana mundial ocurra en solo tres países: Nigeria, India y China.
Si bien la urbanización ayudó a crear algo parecido a la clase media en los Estados Unidos e Inglaterra después de la Revolución Industrial de finales del XVIII, se espera que suceda lo mismo en este siglo XXI con los países en vías de desarrollo. El ejemplo estaría en Nigeria que, según el Banco Mundial, ha pasado de ser un país anclado en la desesperanza a otro en el de mayor peso económico en África. Según un informe reciente de McKinsey & Co., ahora hay más familias de clase media en África que en India debido a la creación de ciudades cada vez más grandes e interconectadas en ese continente.
Por ahora lo que sabemos es que, según un informe de 2019 compilado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, titulado "Perspectivas de la población mundial 2019", se espera que la población mundial alcance los 9.740.000.000 de personas para mediados de siglo, algo que, evidentemente, supondrá sumar dos mil millones de personas que no se distribuirán por igual por el mundo. La mayoría acabarán en ciudades enormes.
Los RPA ganan posiciones en plena revolución tecnológica.
Según el informe “Technology Industry Innovation Survey 2019” elaborado por KPMG deja claro el ascenso absoluto de la importancia de los Robotic Process Automation (RPA), la popularmente conocida como robotización de procesos, que ha pasado en solo un año del puesto 9 al 2 del ránking de las 10 tecnologías más disruptivas para el mundo de los negocios. El avance de la RPA es fruto de que las empresas desean allanar su camino hacia la inteligencia artificial, es una especie de fase en el recorrido de la demostración conceptutal hacia la inteligencia artificial.
Según el informe “Technology Industry Innovation Survey 2019” elaborado por KPMG deja claro el ascenso absoluto de la importancia de los Robotic Process Automation (RPA), la popularmente conocida como robotización de procesos, que ha pasado en solo un año del puesto 9 al 2 del ránking de las 10 tecnologías más disruptivas para el mundo de los negocios. El avance de la RPA es fruto de que las empresas desean allanar su camino hacia la inteligencia artificial, es una especie de fase en el recorrido de la demostración conceptutal hacia la inteligencia artificial.
Hasta ahora RPA se había considerado en múltiples ocasiones como una tecnología independiente para automatizar procesos pero, actualmente, su facilidad para integrarse con otras amplía su alcance de iniciativas de automatización y aporta valor más allá de la pura eficiencia, por lo que la RPA se está convirtiendo en la punta de lanza para adoptar el resto de tecnologías bajo el paraguas de la automatización inteligente.
Mi recomendación en cuanto a que empresa pueda ayudarte a incorporar este tipo de avance tecnológico en cualquier tipo de empresa es Rigel Technologies, empresa española capaz de desarrollar soluciones a partir de su software de RPA dividiendo cualquier proyecto en cuatro grandes fases:
Una primera fase de análisis donde los analistas de negocios y desarrolladores trabajan para definir una estrategia que aproveche las tareas que pueden adaptarse a un modelo RPA. No todas las tareas comerciales se pueden automatizar de manera fácil, incluso algunas deben rediseñarse hasta cierto punto para permitir la automatización.
Una vez que se ha desarrollado un plan, el equipo decide un cronograma para ejecutar el plan. Luego tenemos una segunda fase de “desarrollo” en la cual el equipo de desarrollo trabaja en los requisitos recopilados durante la Fase de análisis.
La fase de desarrollo puede requerir codificación según el tipo de requisitos de automatización. La siguiente etapa es la fase de prueba. Esta fase se centra en probar los bots y es algo similar a una prueba de software regular por la que pasan la mayoría de los productos empresariales.
Por ultimo una fase de implementación y mantenimiento. Una vez implementado, el bot es monitoreado y si surge algún problema, se repite la fase de desarrollo y prueba hasta que se garantice la estabilidad de la operación.
Sin duda, cuando hablamos de transformación digital y lo hacemos en base a datos, procesos, nuevos modelos de negocio y gestión del cambio, la automatización robótica de cualquier elemento de la empresa es clave. De ahí que los RPA deben estar en tu hoja de ruta inevitablemente.
Más de 200 millones de turistas decidiendo donde ir.
En octubre de 2016 escribí sobre el turismo poniendo el foco en lo importante que es incorporar los avances tecnológicos en cualquier sector, a pesar de que el negocio marche viento en popa. Algo que, visto lo visto, vamos a percibir con su mayor virulencia. Se acerca la ansiada apertura. Algo que estimulará el turismo. Eso es bueno, sobretodo para los países que dependen especialmente de este modelo de crecimiento. El problema, si es que se puede considerar así, es que, para el mismo pastel, existen los mismos comensales que antes o incluso más.
En octubre de 2016 escribí sobre el turismo poniendo el foco en lo importante que es incorporar los avances tecnológicos en cualquier sector, a pesar de que el negocio marche viento en popa. Algo que, visto lo visto, vamos a percibir con su mayor virulencia. Se acerca la ansiada apertura. Algo que estimulará el turismo. Eso es bueno, sobretodo para los países que dependen especialmente de este modelo de crecimiento. El problema, si es que se puede considerar así, es que, para el mismo pastel, existen los mismos comensales que antes o incluso más.
La fisura en el mercado se produjo hace más de un año. Tiempo suficiente para parar máquinas y establecer una estrategia de cómo abordar el futuro. Un futuro tecnológico sin duda. Por aquel 2016 decía que, en el sector turístico ‘digitalizados lo están casi todos, transformados no. Digitalizarse es utilizar tecnología para hacer cosas similares de un modo más eficiente, obtener nuevos modelos de negocio gracias a esa tecnología es transformarse'.
A todo esto, la campaña de vacunación en los grandes mercados emisores de turistas y la mejora de la situación sanitaria ha puesto en modo optimista a todo el sector turístico español. Muchos ven que a partir de ahora el clima depresivo tras trece meses consecutivos de parálisis, acumulando millones de pérdidas en las cuentas de resultados, podría ya empezar a ser una pesadilla del pasado. Si el pasado verano España tan solo recibió 6,1 millones de viajeros, la previsión es que la cifra se triplique. Muy lejos de los 37 millones recibidos en el verano de 2019. Pero el problema no está en ‘recuperar’ los turistas, sino en cómo los pensamos recuperar y si estamos preparados para mostrarnos mucho más atractivos que nuestros competidores. Sabiendo que, la mayoría de esos competidores, ya han empezado a trabajar en esa carnicería comercial. Vamos algo más tarde que algunos de ellos. Mallorca hoy no es el destino preferido del turista alemán por primera vez en décadas. Ahora es Creta.
España no está sola en esta olimpiada turística. Los grandes destinos españoles van a tener que competir con Italia, Grecia, Chipre o Malta para atraer a turistas de la UE ansiosos por viajar. Está por ver si a esa tarta se unen Turquía, Egipto, Túnez y Marruecos. Por lo tanto, la batalla para atraer turismo europeo, cerca de 200 millones de turistas apuntando a la baja, van a decidir en los próximos dos meses dónde piensan gastarse la ingente cantidad de dinero ahorrado disponible.
El sector que aportaba el 15% del PIB y empleaba a cerca de 3 millones de personas va a tener una inversión en su modernización por debajo del 6%.
Pero para lograrlo es preciso innovar, ser disruptivo y abrazar la tecnología existente sin recelo. El famoso discurso del jefe de Nokia que terminó entre lágrimas dejaba claro que el mundo cambia extremadamente rápido y que, ni haciendo las cosas ‘bien’, tienes la garantía de que tus competidores no lo estén haciendo mejor. Fueron derrotados. La historia demuestra que la ventaja que tienes hoy, o ayer, puede ser remplazada por tendencias emergentes, sistemas o herramientas cualquier competidor adquiera. De momento sólo sabemos que de los ansiados ‘planes de recuperación’ y de los 30 epígrafes generales que se han enviado a Bruselas, únicamente 3400 millones de euros se destinarán a la modernización del turismo. Sólo 3.400 de 70.000. Ojo a esto. El sector que aportaba el 15% del PIB y empleaba a cerca de 3 millones de personas va a tener una inversión en su modernización por debajo del 6%. Genial.
La innovación será la única salida. Cuando el mundo cambia, el que decide cambiar no siempre gana, pero el que no lo hace siempre pierde y en el turismo eso va a ser clave. El turismo del futuro a medio plazo va a ser muy distinto donde las tecnologías relacionadas con el ‘contactless’ se van a quedar. La inversión en tecnología será fundamental y no debe considerarse un gasto sino una inversión. La industria del viaje ha tenido una gran capacidad de transformarse gracias a la tecnología, pero esa transformación se ha convertido en una necesidad en tiempos en los que el cliente cuenta con mucha información y demanda ser usuario por delante de consumidor.
El viajero inmediato exigirá esa tecnología pues querrá que nos anticipemos como industria en los problemas que pueda tener. Los viajeros comprarán si saben que si hay un problema se podrá solucionar con un simple click. Los expertos coinciden en destacar la proximidad o las reservas de última hora como algunos de los factores que cobrarán especial relevancia para los viajeros. Ahí la tecnología toma un sentido extremo.
Qué estamos haciendo para recuperar uno de los motores de nuestra economía? ¿Qué estamos haciendo para que ese motor sea moderno, tecnológico y más complejo? ¿Qué estamos haciendo para que nuestros clientes futuros sientan que sus vacaciones sean la mejor experiencia de su vida y no un espacio temporal fácilmente sustituible por otro en cualquier otro destino? Esto no va de playa y sol, va de que el sol y la playa aporte una experiencia fundamental. Recordemos que hemos pasado de ‘la experiencia de cliente’ por un ‘cliente con experiencia’.
Game Over para la banca tradicional, Start Line para los Neobancos.
Ayer se anunció el mayor Expediente de Regulación de empleo más grande que la banca haya formulado nunca. Caixabank ha planteado el despido de 8.291 personas (el 18% de la plantilla) y el cierre de 1.534 oficinas (el 27% de la red actual). Puede sorprender. Recordemos que hace poco más de una década, trabajar en un banco era casi como ser funcionario. Empleo seguro y jubilación cómoda. Pero eso cambió con la crisis financiera de 2008 y con el despliegue de una revolución digital que ahora se ha acelerado mucho más. ¿Cuanto hace que no entras a una sucursal bancaria? ¿Llevas monedas o billetes en tu monedero? El futuro ha llegado definitivamente a otro sector. Los bancos son las nuevas discográficas.
Ayer se anunció el mayor Expediente de Regulación de empleo más grande que la banca haya formulado nunca. Caixabank ha planteado el despido de 8.291 personas (el 18% de la plantilla) y el cierre de 1.534 oficinas (el 27% de la red actual). Puede sorprender. Recordemos que hace poco más de una década, trabajar en un banco era casi como ser funcionario. Empleo seguro y jubilación cómoda. Pero eso cambió con la crisis financiera de 2008 y con el despliegue de una revolución digital que ahora se ha acelerado mucho más. ¿Cuanto hace que no entras a una sucursal bancaria? ¿Llevas monedas o billetes en tu monedero? El futuro ha llegado definitivamente a otro sector. Los bancos son las nuevas discográficas.
Hace unos días, la plataforma de compra y venta de divisas digitales subió con fuerza en su primer día de cotización en la bolsa. Su valor de mercado llegó a superar los 100.000 millones de dólares, como el Santander y el BBVA juntos
Uno de los grandes acontecimientos bursátiles de 2021 resultó ser el estreno de un negocio dedicado a las criptomonedas, activo que compite con el mercado de acciones por atraer inversores. La paradoja, consumada con el debut este miércoles de Coinbase en el índice tecnológico estadounidense Nasdaq, pone fin a la separación entre dos mundos, el de las Bolsas y el de las divisas electrónicas, que hasta ahora circulaban por carreteras diferentes.
La firma, nacida hace nueve años del ingenio de dos veinteañeros estadounidenses, tuvo el estreno soñado: sus títulos se revalorizaron un 31%. La cifra, en cualquier caso, pulveriza los 8.000 millones de dólares en que la valoraba su última ronda de financiación, acometida hacía solo tres años.
El negocio de Coinbase tiene varias patas. Su plataforma permite a los inversores comprar y vender criptomonedas, ya sean 10 dólares o 10 millones. Proporciona a los negocios que lo requieran pasarelas de pago para vender por internet sus productos en criptomonedas. Ofrece servicios de custodia a los que acumulan importantes cantidades en este tipo de activos. Y cobra a los creadores de nuevas divisas por incluirlas en su lista. Entre sus clientes más célebres está la empresa de coches eléctricos Tesla, que adquirió meses atrás 1.500 millones de dólares en bitcoins.
Su salto a Wall Street la convierte en una de las escasas opciones de invertir en criptomonedas a través del mercado de valores sin tener que sumergirse en los complejos mecanismos de compra de estos activos. Hasta ahora, ese papel estaba casi desierto, y solo empresas como MicroStrategy, especializada en servicios en la nube, actuaban como vía indirecta para estar expuesto al bitcoin a través de acciones.
El estreno de Coinbase no solo ha llamado la atención por el tipo de negocio al que se dedica. La empresa, sabedora de la enorme demanda de sus títulos, decidió empezar a cotizar directamente, sin bancos colocadores. El método contribuye a elevar la volatilidad, y es poco habitual, aunque en el pasado ya ha sido utilizado por firmas como Spotify o Slack.
Pero, no te vayas todavía, aún hay más.
Los bancos, como te decía, son las nuevas discográficas. Les está pasando lo mismo que cuando nació Spotify o iTunes. Se acabó la dependencia de las grandes productoras. Se tuvieron que reconvertir y no todas lo supieron hacer.
Vamos a analizar si los Google, Amazon, Apple, Facebook, Netflix están entrando de manera decidida y decisiva en el mundo financiero. De momento lo están haciendo a través de los sistemas de pago que es el que tiene más rentabilidad y más datos.
Casi todos los directivos bancarios reconocen ya que las tecnológicas se han convertido en un competidor para ellos. Lo cree también el Banco de España
La cuestión es ¿si pueden de verdad los Google, Facebook, Amazon y empresas similares jugar un papel central en el sistema financiero?
De momento van dando algunos pasos, casi todos en su sistema de pago, pero no se han metido en el fondo del del sistema bancario. De hecho, han desechado las partes menos rentables y menos agradecidas del negocio, a la vez que los consumidores están dispuestos a sustituir los bancos de toda la vida por una de estas grandes compañías tecnológicas.
Según el Observatorio Financiero de Funcas preguntando a usuarios y clientes de la banca tradicional, sobre si se plantearían la posibilidad de utilizar alguna de las grandes tecnológicas en este sentido, un 42 por ciento no lo descarta. A Google lo eligirían como banco un 13 por ciento, a Amazon un 12 por ciento, a Apple un 10 por ciento y a Netflix casi un 5 por ciento.
En todo caso, se acerca una gran bola de nieve para el sector bancario. No es una novedad, se la ve venir a lo lejos.
Sin embargo, lo que parece, que no se interpreta correctamente es que la velocidad y tamaño que va tomando son cada vez mayores. Se trata del mayor cambio al que la banca se ha enfrentado jamás. No va de regulaciones, ni de adaptarse a una burbuja que les reventó en la cara hace años. Esto va de que el sector tal y como lo conocemos está en juego.
Su estructura comercial, formal y de gestión, tienen un problema. Un problema que no es adaptativo como parecen entender la mayoría de los bancos viendo las decisiones que van tomando. En realidad es un problema técnico.
Cuando el asunto es adaptativo se suelen buscar soluciones tácticas de corto recorrido para ‘adaptarse’ bien a tiempo real. Pero en este caso el problema será (es) técnico.
Las noticias hablan de táctica y no de estrategia. Los anuncios de despidos o reestructuraciones lo demuestran. La banca lleva 100.000 despidos en una década. Se ha desinflado a la mitad y ya no hay vuelta atrás.
Un camino que se ha iniciado en todos los países. Mucho de lo que se hace en un banco hoy no precisa de ninguna persona, oficina o proceso tradicional y se puede sustituir sencillamente con una app desde el móvil. De hecho, y esto es el motivo principal, el denominado Fintech se va a llevar por delante el 50% del negocio en menos de cinco años.
Ya le pasó a otros sectores. Contenidos, turismo, transporte, producción y otros. Hace años que las innovaciones en el sector financiero y bancario son cada vez más potentes. Algunos bancos han creado marcas que buscan ofrecer un servicio digital de lo que siempre han tenido. Básicamente ofrecen un ‘banco moderno’ enfocado a una nueva generación de clientes que ve los bancos tradicionales como algo ajeno en muchos casos. Clientes que ‘todo lo hacen por Internet y desde el móvil’.
Ese lavado de cara, ese quitarse la corbata, no es lo que realmente necesita el sector si quiere estar en condiciones de aprovechar lo que se les viene encima. No se trata de cambiar el nombre de una entidad, buscar otro más ‘cool’. Eso es pura epidermis.
El gobierno critica el reajuste. Es lógico, no quieren que les explote a ellos esa destrucción de empleo imparable por cierto.
Imparable basicamente porque la gestión del cambio pasa por reducción de plantillas, automatizar, incorporarse a nuevas plataformas, pero también de entender que papel jugará el sector bancario y financiero en su conjunto a corto plazo. Tal vez se trata de redefinir el propio papel de los bancos.
En todo caso se deberán dar prisa. Esto va a toda velocidad. Los bancos, siempre asentados en la garantía de que sin ellos no se podía financiar, transferir, intercambiar divisas o gestionar activos, se encuentran ahora con que no hay intermediarios en muchas de esas operativas porque el intermediario es la propia red, esa que ellos usaban y que ahora está disponible para todos de un modo tremendamente sencillo.
Y es que el termino FinTech es perturbador para los sistemas financieros existentes y establecidos. Hablamos de que para financiar un proyecto miles de personas acceden al ‘crowdfunding’ o a los préstamos ‘peer-to-peer’, para gestionar transacciones utilizan el móvil o para intercambiar divisas lo mismo. El FinTech lo hace todo, todo lo que desde un banco u otros gestores financieros ya hacían, y lo hacen más barato, más fácil y más rápido.
Pero, ¿en que campos actúa el Fintech? ¿lo abarca todo? Fintech es algo más que un sector en transformación. Es mucho más que ‘la transformación digital del sector financiero’. Hablamos de la mutación de un concepto relacional entre todo un sector y su clientela. Es estructural y se deriva a todo.
Los campos en los que actúa son muchos, desde crédito, compensación de deudas, factoring, crowdfunding, préstamos p2p, comparadores financieros, bitcoins, divisas, finanzas personales y de empresa, equity financiera, plataformas de pago, Trading, asesoría financiera automatizada, redes inversoras, algoritmos económicos, etc.
Tengo claro que en diez años, los bancos no serán bancos.
El banco del futuro no se sabe cómo será, no obstante. Nadie lo sabe, pero para que los cambios de los bancos se sucedan adecuadamente deberán focalizar en la conquista de un espacio comercial y sociológico que se les está escapando poco a poco.
Lo vean o no lo vean, deberá ser rápido. De poco servirán los resultados trimestrales en miles de millones. Cuando empiece el desmontaje de todo, que lo hará, solo tendrán planos para construir de nuevo el rompecabezas, quienes hayan hecho los deberes y se hayan equivocado suficientes veces.
Y es que es muy importante que el sector financiero no pierda su papel relevante para estimular el crecimiento económico. Deberá ser una transformación real.
Recordemos que, si en el momento en el que en España se ataban los perros con longanizas hubiéramos invertido todo aquel capital en digitalizar la economía, nuestro PIB rozaría el de Canadá. Seríamos tan ricos como Canadá.
Pero, a cambio, nos pusimos a construir, a replicar modelos cíclicos y a asentar la mayor crisis que hemos vivido muchos de los que estamos vivos hoy en día. Una crisis que fue estimulada por una política de créditos y liquidez bancaria fuera de toda lógica.
Quienes tenían la oportunidad de haberlo evitado no se atrevieron, mantuvieron los modelos y se alejaron de las opciones para conquistar el futuro. Ahora, guardando las diferencias, vivimos algo parecido. El futuro allí a lo lejos, nosotros aquí haciendo lo mismo de siempre.
Espero que ahora sea distinto. Quiero pensar que sí.
La generación estafada o los hijos que vivirán peor que sus padres.
Si tienes entre 20 y 35 años perteneces a la generación sándwich. Algunos le llaman la generación precaria, otros, la llaman la generación estafada. Algunos estudios reflejan que los menores de 34 años son el único grupo de edad más preocupado por las consecuencias económicas que está teniendo la situación actual que por las que pudieran haber de tipo sanitarias.
Si tienes entre 20 y 35 años perteneces a la generación sándwich. Algunos le llaman la generación precaria, otros, la llaman la generación estafada. Algunos estudios reflejan que los menores de 34 años son el único grupo de edad más preocupado por las consecuencias económicas que está teniendo la situación actual que por las que pudieran haber de tipo sanitarias.
Estamos hablando de jóvenes de hasta treinta y cuatro años. Son los grandes perjudicados de la doble crisis que hemos vivido, la de la explosión de la burbuja inmobiliaria y la que acaba de empezar. En la crisis de 2008, el paro general se fue del 8%, el que teníamos cuando la construcción tiraba de la economía, al 26%. Pero entre los jóvenes ese paro se fue del 17 al 56%. Prácticamente dos de cada tres jóvenes estaban en el paro. Hoy la situación es muy similar. El paro ha crecido hasta el 16%, pero entre los jóvenes ha crecido hasta el 40%.
Y es que hay un motivo para ello. Los jóvenes acaparan siete de cada diez contratos temporales firmados en España. Hay territorios en los que ser joven es equivalente a no trabajar. En Ceuta y Melilla, por ejemplo, el paro juvenil es de más del 65%. Más de la mitad de los jóvenes están en paro en Andalucía y en Canarias un 57,7%. Con estos datos, la edad de emancipación de muchos de esos jóvenes se sigue retrasando y está ya casi en los 30 años, según Eurostat. Muy lejos de los 19 años en Noruega o los 21 años de Dinamarca.
El incremento de las desigualdades en la distribución de la renta y la riqueza se va a extender y va a afectar mucho a los jóvenes. Paradójicamente, en la anterior crisis, las personas que más la sufrieron fueron las que menos habían contribuido a desencadenarla, y ahora está sucediendo algo similar. Quienes están engrosando mayoritariamente las filas del desempleo son los jóvenes y personas con niveles de cualificación relativamente bajos en el sector servicios.
Y esto trae consecuencias sociales importantes, hasta el punto de que esta generación empieza a vivir lo que se denomina como envidia generacional. Esta es la generación de los hijos que saben que van a vivir peor que sus padres. También trae consecuencias políticas. El CIS reflejaba en su último estudio que, uno de cada cinco jóvenes menores de 24 años, un 21,9% defiende literalmente que en algunas circunstancias un régimen autoritario puede ser mejor que una democracia
Si esto te preocupa, espera. Hay otra consecuencia terrible a esta situación que parece nadie atender correctamente. Hablamos de una generación golpeada, de una generación vulnerable, de una generación que vive en casa de sus padres, en una especie de ‘ERTE familiar y social’. Lejos de poder emanciparse, de iniciar la construcción de una vida propia. Es un tema de primer orden y que rompe ese contrato entre generaciones que se debería respetar, porque algunos estudios reflejan que cuando se sufre esta quiebra generacional, se arrastra a lo largo del resto de la vida laboral y lo puede convertir en permanente. A esto le podemos llamar una vida en provisional.
Tenemos un problema muy serio en cuanto al contrato ínter generacional que, como se rompa, puede ser muy peligroso. A esta generación se les ha dicho: fórmate todo lo que puedas y después accederás a un empleo, a un salario y comenzarás una vida. Algo que no es mayoritariamente posible. Es, técnicamente, una generación estafada. Una generación sobre cualificada para un mercado laboral que no los necesita. De momento, sólo puede darles una respuesta temporal. Así es nuestro mercado laboral.
Y a todos ellos, pronto les vamos a decir, además, que las pensiones no las queremos reformar y que por lo tanto, a ellos les tocará empezar a pagarlas a los que ya estén jubilados. En un mundo en el cual, prácticamente va a haber un trabajador y medio por cada jubilado, les vamos a decir que no vamos a hacer reformas y que van tener que pagarlas por nuestro sistema solidario de pensiones. Tú pagas con tus cotizaciones, las que se ganó una generación anterior.
Y la pregunta ahora mismo es ¿cómo se soluciona? ¿Cómo se soluciona ahora mismo un mercado laboral roto en dos? Roto entre quienes tienen derechos y trabajos consolidados y quienes tienen precariedad y sólo aspiraciones. Habrá que volver a reconstruir ese contrato entre generaciones o muchos de nuestros jóvenes se irán para no volver y los que se queden cada vez trabajarán en empleos que repercutan menos en la recaudación pública.
Los nuevos tipos de empleo requieren nuevas maneras de aprender. Si el empleo del futuro será mayoritariamente freelance, como puede ser que la educación no lo sea o no lo asuma como parte de su currículum formativo. ¿Por qué no se puede estudiar una doble titulación como derecho y arte?, ¿o económicas y filología clásica?, ¿o teatro y administración de empresas?, ¿o ingeniería analítica y diseño gráfico?, ¿o arquitectura y programación? O, más útil aún, ¿por qué no es factible estudiar en un entorno híbrido y a tiempo real entre la formación profesional y otro ámbito de la educación superior? ¿Quizá mecánica e historia del arte?, ¿analista de datos y agroindustria?
El papel de la educación será el de entender que, en la formación del futuro, no será fácil identificar los límites entre el conocimiento necesario y las habilidades humanas de soporte. Nuestro hijos quizá tengan alguna ocupación similar a las que hoy existen, pero la abordarán de un modo muy diferente. Pensemos en la vida de un agente comercial hace apenas dos décadas. ¿Quién le iba a decir que pasaría de ser un ‘viajante’ a un experto en redes? Y en todo ello es relevante el papel de la tecnología.
Si la tecnología nos va a hacer cambiar el propio concepto del trabajo, la educación también lo ha de hacer. Nuevos empleos, nuevas maneras de trabajar y nuevos sistemas de relación entre empresas y empleados nos conducen a la obligación de repensar un nuevo modo de educar, formar y vincular ambas acciones. Yo vinculo el empleo del futuro con la formación del futuro. Es por ello que es tan importante que cualquier modelo educativo que quiera superar con éxito este momento histórico no lo trate como una ‘reforma educativa más’ y lo determine como lo que es: una oportunidad única que probablemente no se repita en mucho tiempo para liderar un cambio socioeconómico inédito.
Nuestra sociedad nunca deja de cambiar, y nosotros nunca dejamos de aprender. Como resultado, nuestros sistemas educativos están bajo una presión constante para incorporar nuevas ideas y nuevas tecnologías, lo que en última instancia nos permite desarrollar medios innovadores para inspirar a la próxima generación.
En 2018, los avances en los planes de estudio y las políticas educativas nos permitieron empezar a educar a las personas de un modo que era inalcanzable en épocas anteriores. Simultáneamente, a través de los desarrollos en el acceso a la información y a los avances en las tecnologías digitales, hemos permitido que algunas generaciones puedan gozar de la oportunidad de aprender sin límites, diseñando e innovando acerca del mundo en el que quieren vivir.
Y a todo esto, que donde todo el mundo ve un problema, en el llamado ‘empleo del futuro’, yo veo la oportunidad para salir de este atolladero social, laboral, económico y generacional. Yo veo 5 claves que estaría bien estimular, acelerar, apoyar, para que en la medida de lo posible, la generación sandwich pueda subirse a este carro y las que vienen no lo pasen tan mal como esta.
1. La automatización, la robotización y la digitalización son diferentes según el sector y la industria. Lo importante es determinar el grado de disrupción de cada sector. En apenas una década, las automatizaciones invadirán todos los sectores productivos y el empleo se reconfigurará en ese tiempo de manera radical. ¿Qué estamos haciendo en ese sentido?
2. Existe una perspectiva de creación neta de nuevos empleos, a pesar de la interrupción inminente del modelo productivo basado en la mano de obra humana. Para 2024, en términos puramente cuantitativos, 75 millones de puestos laborales actuales serán desplazados por el cambio en la división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos; pero parece ser que 133 millones de nuevos empleos podrían ir surgiendo al mismo tiempo. ¿Qué estamos haciendo en ese sentido?
3. Debo decirte, si trabajas, que es muy probable que no se quedes sin trabajo, sino que te quedarás sin el trabajo que haces ahora. Y a los que no trabajan, que es seguro que el empleo que buscas deje de existir muy pronto, pero que aparecerá otro tipo del que tendrás que saber algo. ¿Qué estamos haciendo en ese sentido?
4. La división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos está cambiando rápidamente. Incluso las tareas de trabajo realizadas de forma abrumadora por el ser humano en la actualidad (comunicación, interacción, coordinación, gestión y asesoramiento) comenzarán a ser asumidas por las máquinas, aunque más lentamente. ¿Qué estamos haciendo en ese sentido?
5. Las nuevas tareas están estimulando una demanda de nuevas habilidades. Para el año 2023, las habilidades requeridas que aumentarán en importancia incluirán el pensamiento analítico y el aprendizaje activo, así como habilidades como el diseño de tecnología, destacando la creciente demanda de diversas formas de competencia tecnológica. Sin embargo, el dominio de las nuevas tecnologías es sólo una parte de la ecuación de habilidades de 2022. Recuerda que todo lo que no se pueda automatizar tendrá un valor incalculable y eso te convertirá en un aprendiz de por vida. ¿Qué estamos haciendo en ese sentido?
Seguramente estás pensando que todo esto es muy bonito pero que de momento ‘no tengo trabajo o el que tengo es temporal’. Pues tiene mucho que ver, solo debes localizar el punto de enlace entre lo que te pasa y lo que te he expuesto. En el futuro inmediato, iremos al trabajo a aprender casi todo el tiempo. A aprender a preguntar cosas. A aprender a entender cómo funciona el software que hace el trabajo que hacíamos nosotros hace un tiempo, para que, aprendiendo, logremos que aún lo haga mejor cada vez.
Sin duda, la optimización de los 140.000 millones de euros que le van a corresponder a España del Fondo de Recuperación Next Generation de la Comisión Europea será clave. Nunca hemos sido demasiado eficientes con los fondos europeos. Me preocupa que sólo un 38% de los Fondos de Cohesión fueron ejecutados en los últimos 12 años. Da igual quien mande, ninguno fue capaz.
Ahora, nuestro país podría, en dos o tres años, salir de esta crisis más fortalecido de lo que entró. España tiene un excelente capital humano, infraestructuras y grandes empresas con capacidad de inversión. Ahora nos ha tocado una especie de lotería que sería un error limitarnos a usar esos recursos para garantizar la recuperación. Quizá el crecimiento no sea mayor en el corto plazo, pero sí podría ser óptimo. Ese objetivo exige inversiones dinamizadoras en sectores tecnológicamente intensivos, en transición energética o en digitalización. Pero sin abordar profundas reformas, habremos perdido la gran oportunidad de entendernos con las máquinas en una economía repleta de máquinas. Debemos pensar en ellas. Van a ser el mecanismo por el cual, esos fondos, sean transformadores o simplemente un parche enorme.
Las máquinas son muy buenas respondiendo preguntas, pero no tanto haciéndolas. De ahí que, si somos cada vez más capaces de cuestionar mejor a esas máquinas, ellas nos responderán de un modo más útil. Iremos a trabajar pero sólo para aprender de ellas, para conocerlas mejor y para poder definir cada vez mejores preguntas.
Ese empleo es el verdadero empleo del futuro. Lamentablemente algunos no lo entenderán, otros sí. Si esperas que el gobierno te solucione algo, busca una silla. Esto depende de como gestionamos las pocas herramientas de las que vamos a disponer. Entender que tu trabajo no depende tanto de un empleador como de que tú comprendas que el ‘contrato social llamado empleo’ va a cambiar, está cambiando, será la clave. Seguir pensando igual que antes solo paraliza. Demasiado análisis crea parálisis. Es hora de descifrar el futuro. No va a esperarnos.
Lleva tu negocio al siguiente nivel con el 'RPA Suite' de Rigel Technologies.
Tengo claro que la Transformación Digital se apoya en una gestión adecuada de los datos (colocando al cliente en el centro de la cadena de valor), en la generación de nuevos modelos de negocio (siendo la tecnología ‘el negocio’), en una gestión del cambio integral y, especialmente, en la automatización de procesos. Por este motivo, durante los últimos meses, mi empresa ha ido entrando en diferentes compañías que supongan un socio estratégico que ofrezca soluciones en esos cuatro ámbitos. De ahí que, desde el pasado mes de marzo somos parte de Rigel Technologies, la propietaria del registro conceptual que define define que es un RPA (Robot Process Automation),
Tengo claro que la Transformación Digital se apoya en una gestión adecuada de los datos (colocando al cliente en el centro de la cadena de valor), en la generación de nuevos modelos de negocio (siendo la tecnología ‘el negocio’), en una gestión del cambio integral y, especialmente, en la automatización de procesos. Por este motivo, durante los últimos meses, mi empresa ha ido entrando en diferentes compañías que supongan un socio estratégico que ofrezca soluciones en esos cuatro ámbitos. De ahí que, desde el pasado mes de marzo somos parte de Rigel Technologies, la propietaria del registro conceptual que define define que es un RPA (Robot Process Automation),
Rigel ofrece un ‘RPA suite’ espectacular que permite robotizar cualquier proceso. Es importante tener claro que, independientemente del tamaño, cualquier negocio puede aumentar la eficiencia, la productividad, impactar positivamente en la cultura de la organización, mejorar la cadena de valor, estimular nuevos modelos de negocio y, especialmente, con inteligencia artificial, disponer de recursos para la toma de decisiones con base predictiva.
Déjame, para iniciar una serie de contenidos en este campo, que te describa brevemente cuales son las tendencias actualmente en el ámbito de la robotización de procesos y que Rigel está firmemente posicionada:
1. Automatización Inteligente. La rama del RPA que incluye al machine learning y permite trabajar con reglas y escenarios condicionales. Gracias a esto los ‘boots’ pueden nutrirse de Big Data e Inteligencia Artificial y tener un campo de toma de decisiones mayor.
2. Segmentación entre los proveedores de RPA. Se está generando una brecha entre las compañías que ofrecen ser un aliado estratégico y aquellas que brindan soluciones rápidas de bajo impacto. Rigel está ubicada entre los primeros, los que ofrecen soluciones que incluyen la re-ingenieria de procesos generando una transformación de las operaciones profunda. Los otros, los segundos, simplemente brindan boots prediseñados ‘plug and play’.
3. El RPA se implementarse en cualquier departamento. Actualmente ciertas industrias han adoptado la automatización robótica de procesos, como la bancaria, la de servicios financieros, seguros, retail, automoción, turística u otros. Rigel implementa su ‘RPA Suite’ en departamentos como Customer Service o RRHH de cualquier empresa.
Sin duda, el reto es convertir la tecnología en una herramienta que nos acompañe y que no genere fricción o molestias. Robotizar procesos es clave, indispensable, rentable. Hacerlo con el partner adecuado es clave. Mi apuesta es Rigel. Si precisas mejorar tus procesos, no dudes en consultarme. Mi equipo y el de Rigel, por supuesto, te ayudaremos.
Tanto Lara Oliveras, directora general de Allrework, cómo yo mismo, nos hemos incorporado al comité directivo junto a Xavier de Diego, ingeniero en informática, CTO y socio fundador de Rigel Technologies: RPA Suite, Carlos Andres Henriquez Sosa, ingeniero industrial con amplia experiencia en procesos y fintech, socio y CEO de la empresa y Paulina Rodríguez Werner, experta en estrategia y comunicaciones, socia y asesora de Rigel Technologies.
La transformación digital salva vidas: el ejemplo de la sanidad electrónica de Estonia.
Digitalizar la sanidad salva vidas. Veamos un ejemplo de como funcionan las urgencias en un país transformado digitalmente como Estonia. Pongamos que en una ambulancia camino al hospital público de Tallin se ingresa en una tablet el código de identificación del paciente acabado de recoger. A partir de ahí los sucesos digitales son clave:
Digitalizar la sanidad salva vidas. Veamos un ejemplo de como funcionan las urgencias en un país transformado digitalmente como Estonia. Pongamos que en una ambulancia camino al hospital público de Tallin se ingresa en una tablet el código de identificación del paciente acabado de recoger. A partir de ahí los sucesos digitales son clave:
Así acceden a su historial médico durante el trayecto, a sus familiares a los que llamar y a su médico habitual
El personal del hospital accede al recorrido a tiempo real y lo tienen todo listo a su llegada
Al llegar el paciente, su evolución se puede ver seguir en el sistema a tiempo real
En cirugía, una gran pantalla coordina los quirófanos disponibles
Los cirujanos ponen sus datos y asignan su nivel de urgencia
El sistema informa de la duración de la operación y las medicaciones precisas en su caso
Una vez finalizada la operación se completa un informe, se encripta y se suma a su historial médico.
¿Parece fácil? Lo es, sólo se precisa voluntad política y capacidad de gestión y un plan que se centre en los siguientes elementos que allí han desarrollado. Se basa en un modelo de cuidado de salud determinado, un modelo de ambulancia electrónica y de registro de salud digital.
A. Cuidado de la salud
El sistema sanitario de Estonia se ha visto revolucionado por soluciones electrónicas innovadoras. Los pacientes y los médicos, sin mencionar los hospitales y el gobierno, se benefician del acceso conveniente y los ahorros que brindan los servicios electrónicos. Cada persona en Estonia que ha visitado a un médico tiene un registro de salud electrónica en línea que se puede rastrear. Identificada por la tarjeta de identificación electrónica, la información de salud se mantiene completamente segura y al mismo tiempo accesible a las personas autorizadas. La tecnología KSI Blockchain se utiliza en el sistema para garantizar la integridad de los datos y mitigar las amenazas internas a los datos.
B. Registros de salud electrónicos
El registro médico electrónico (e-Health Record) es un sistema nacional que integra datos de los diferentes proveedores de atención médica de Estonia para crear un registro común al que todos los pacientes pueden acceder en línea. Al funcionar de manera muy similar a una base de datos nacional centralizada, el e-Health Record recupera los datos necesarios de varios proveedores, que pueden estar utilizando diferentes sistemas, y los presenta en un formato estándar a través del portal e-Patient. Una herramienta poderosa para los médicos que les permite acceder fácilmente a los registros de un paciente desde un solo archivo electrónico, los médicos pueden leer los resultados de las pruebas a medida que se ingresan, incluidos archivos de imágenes como radiografías incluso de hospitales remotos.
C. Ambulancia electrónica
e-Ambulance es una solución de respuesta rápida que puede detectar y ubicar la llamada telefónica de la ambulancia en 30 segundos y enviar la ambulancia de emergencia rápidamente al punto necesario. En una situación de emergencia, un médico puede usar el código de identificación de un paciente para leer información de tiempo crítico, como el tipo de sangre, alergias, tratamientos recientes, medicación en curso o embarazo.
D. Prescripción electrónica
Una de las innovaciones clave en el sistema e-Healthcare de vanguardia de Estonia, e-Prescription, es un sistema centralizado sin papel para emitir y manejar recetas médicas. Cuando un médico prescribe un medicamento mediante el sistema, lo hace de forma electrónica, con la ayuda de un formulario en línea. En la farmacia, todo lo que un paciente debe hacer es presentar una tarjeta de identificación. Luego, el farmacéutico recupera la información del paciente del sistema y emite el medicamento.
Debido a que el sistema de recetas electrónicas se basa en datos del fondo nacional del seguro de salud, también aparecen los subsidios médicos estatales a los que el paciente tiene derecho, y el medicamento se descuenta en consecuencia. Otra gran ventaja del sistema es que ya no se necesitan visitas al médico para repetir las recetas. Un paciente puede contactar al médico por correo electrónico, Skype o teléfono, y los médicos pueden emitir repeticiones con solo unos pocos clics, y el paciente puede recoger el medicamento en su farmacia más cercana.
Hoy, el 99% de todas las recetas en el país se emiten electrónicamente. Esto libera tiempo a pacientes y médicos y reduce la tensión administrativa en los hospitales.
La transformación digital salva vidas, ahorra presupuestos y modifica el cambio de cultura de acercamiento a la tecnología de manera importante. El futuro no se espera, se conquista. Se hace así.
No es la tecnología lo que falla, es su adopción.
Estamos cada vez más cerca del momento en el que las computadoras dejarán de ser programables. La Industria 5.0 será la culminación de una cosa que ahora mismo ya sucede de un modo cada vez más intensamente: que la inteligencia artificial es, en realidad, máquinas aprendiendo a aprender y, en realidad, no está fallando la tecnología, en todo caso, si algo está fallando, es su adopción.
Estamos cada vez más cerca del momento en el que las computadoras dejarán de ser programables. La Industria 5.0 será la culminación de una cosa que ahora mismo ya sucede de un modo cada vez más intensamente: que la inteligencia artificial es, en realidad, máquinas aprendiendo a aprender y, en realidad, no está fallando la tecnología, en todo caso, si algo está fallando, es su comprensión.
Hace un par de años, durante una conferencia en Ecuador sobre el futuro del marketing expliqué que ‘el futuro del marketing, estaba más en un laboratorio que en una agencia básicamente por la observación de una realidad, que los algoritmos que manejan los precios dinámicos de Amazon estaban sustituyendo a expertos de marketing digital. Y en ese escenario estamos. Ahora ya sabemos que el siglo XXI empezó con retraso. Fue en marzo de 2020. Aun no lo percibimos en toda su intensidad. Es preciso alejarse para verlo. Y no tiene que ver tanto con el teletrabajo u otras variables tecnológicas que lo han cambiado casi todo, sino en la propia estructura de la adopción tecnológica. Por derivación, es cuestión de tiempo, veremos como cambiarán los contratos sociales que llamamos empleo, la propia jubilación o la ideologizada renta básica.
Este año 2021 llevará el apellido digital en cada uno de sus 365 días. Ahora mismo sabemos que, al finalizar el año, el 40% del PIB de la Unión Europea procederá de actividades que se desarrollarán en un entorno tecnológico y los pronósticos apuntan a la creación de cuatro empleos digitales por cada cinco tradicionales. Es evidente que vivimos una erupción que lo está modificando todo y que es difícil verlo plenamente mientras sucede.
Si hace un año se hablaba de ‘transformación digital’ casi como un mantra que lo llenaba y justificaba todo. De hecho, en gran medida, pocos definían realmente lo que esa revolución es. Unos la limitaban sólo al marketing online, otros a la ‘cultura de empresa’, muchos hablaban de ‘el poder del dato’, pero casi nadie, completaba el verdadero rompecabezas que realmente es. Esa digitalización aparente requiere una visión tecnológica y humana, con captura de datos, eficiencia de procesos, metodologías de trabajo nuevas y de diseño de nuevos modelos de negocio. Ese era el desafío entonces y lo sigue siendo aunque ahora no hay prórroga ni plazos de espera.
El teletrabajo, la educación a distancia, la telemedicina y el comercio online han sido las principales tendencias inesperadas que han explotado por lo que todos sabemos. Su digestión no está siendo simple. Y el problema reside en que nos estamos basando en las respuestas que la tecnología nos puede ofrecer en lugar de atender a las preguntas que le tenemos que hacer.
Durante todo estos últimos meses, algunos clientes nuevos nos han solicitado respuestas inmediatas a preguntas que ignorábamos. La ansiedad por digitalizarse correctamente y de un modo muy rápido, lo exigía. De ahí lo importante de cuestionar bien para obtener las respuestas correctas. En las sesiones iniciales con todas estas empresas, ya sean Pymes o grandes compañías, lo que más me interesa son las preguntas que puedan surgir de ese primer acercamiento. De esas preguntas, surgirán las respuestas adecuadas, las que realmente se necesitarán en las fases de transformación tecnológica. Todo parte de esas preguntas.
Preparar una empresa o una organización para el momento que vamos a vivir a corto plazo requiere de entender el momento, de buscar respuestas, pero sobretodo de saber que preguntas hacernos. La tecnología nos ayudará a tomar decisiones, nos marcarán, con datos transformados en información el camino, pero sin incorporarle un sentido a esa información no tendremos conocimiento. La clave será el conocimiento.
En la fase final de la cuarta revolución industrial y viendo al final de este recorrido la quinta, las máquinas aún no son capaces de hacer buenas preguntas. Ellas son muy buenas respondiendo, nuestra habilidad principal, siempre ha sido así, es generar las preguntas. ¿Sabes si te estás haciendo las preguntas correctas? ¿Tienes claro si tu empresa ha iniciado ese tránsito hacia la tecnología en base a un cuestionario correcto? No todo depende de descubrir en un catálogo de dispositivos y avances tecnológicos aquellas necesidades aparentes porque todos tienen esas necesidades aparentes. Cada empresa, cada departamento, cada sector, tiene las suyas y en un análisis correcto surgen las respuestas correctas.
Y aunque estamos inmersos desde los años 90, como te decía, en la cuarta revolución industrial, la de la digitalización, ya se vislumbra un nuevo escenario con el que llegará la quinta revolución industrial en torno a 2030, o incluso antes. Y está relacionada con la evolución de la tecnología, o lo que se conoce como singularidad tecnológica. Ese momento en el que un software inteligente o un robot no necesita a un ser humano para arreglarse y crearse. Cuando un algoritmo sea capaz de crear algoritmos, cuando un cerebro ‘digital’ sea tan ‘inteligente’ como un cerebro humano.
De momento no hay ningún ordenador en el mundo capaz de computar diez mil trillones de ciclos por segundo, que es la capacidad con la que funciona nuestro cerebro. Pero cuando eso se produzca, estaremos en un escenario en el que por primera vez un ser humano ya no estará delante de una máquina más fuerte o rápida, sino ante una más inteligente que nosotros. Esto no significa que piense y sienta como los humanos, algo impensable por ahora, y que siempre se necesitará a las personas para aportar creatividad, sentido crítico y emociones. Por eso, es tan importante, preparar una economía para ese tránsito, las empresas para ser competitivas y, en lo personal, abrazar esos avances porque siempre, siempre, la tecnología nos mejoró la vida y esta no será una excepción. En ocasiones parece que tenemos muy claro el ‘cómo’ y menos claro el ‘porqué’, en lugar de todo lo contrario.
El sesgo en la Inteligencia Artificial es el reflejo de lo que somos.
¿Sabías que Internet está tan sesgado que para la Inteligencia Artificial, las mujeres solo llevan bikini? Se cree que los sesgos de la inteligencia artificial proceden de etiquetas puestas a mano, pero una investigación demuestra que el contenido de la web también altera su neutralidad. Dos algoritmos alimentados con imágenes tienden a auto completar fotos de hombre con trajes mientras que para las mujeres aplican bikinis o camisetas escotadas.
¿Sabías que Internet está tan sesgado que para la Inteligencia Artificial, las mujeres solo llevan bikini? Se cree que los sesgos de la inteligencia artificial proceden de etiquetas puestas a mano, pero una investigación demuestra que el contenido de la web también altera su neutralidad. Dos algoritmos alimentados con imágenes tienden a auto completar fotos de hombre con trajes mientras que para las mujeres aplican bikinis o camisetas escotadas.
Ya se sabe que los algoritmos de generación de lenguaje se entrenan con textos de internet, incluidos los de rincones oscuros de Reddit y Twitter (que suelen incluir discursos de odio y desinformación). Si están presentes en esos foros, se normalizan como parte del proceso de aprendizaje y entrenamiento del algoritmo.
El estudiante de doctorado de la Universidad Carnegie Mellon, Ryan Steed y la profesora asistente de la Universidad George Washington Aylin Caliskan demostraron que este mismo fenómeno se produce con los algoritmos de generación de imágenes. Si se introduce una foto de un hombre recortada justo debajo de su cuello en uno de ellos, el 43 % de las veces se autocompletará la imagen con un traje. Pero, cuando al mismo algoritmo se le presenta una foto recortada de una mujer, incluso una mujer famosa como la diputada en el Congreso de Estados Unidos Alexandria Ocasio-Cortez, el 53 % de las veces la auto completará con una camiseta escotada o un bikini.
Esto tiene implicaciones no solo para la generación automática de imágenes, sino para todas las aplicaciones de visión artificial, incluidos los algoritmos de evaluación de candidatos mediante vídeo, el reconocimiento facial y la vigilancia. Los investigadores analizaron dos algoritmos: el iGPT de OpenAI que se entrena con píxeles en lugar de palabras y el SimCLR de Google. Aunque cada uno aprende de una manera diferente, comparten una característica importante: ambos utilizan aprendizaje no supervisado, lo que significa que no necesitan ayuda humana para etiquetar las imágenes.
Esta es una innovación relativamente nueva que surgió el año pasado. Los anteriores algoritmos de visión artificial utilizaban principalmente aprendizaje supervisado, lo que implica introducirles imágenes etiquetadas manualmente: fotos de gatos con la etiqueta "gato" y las de bebés con la etiqueta "bebé". Pero en 2019, la investigadora Kate Crawford y el artista Trevor Paglen descubrieron que estas etiquetas creadas por personas en ImageNet (el conjunto de datos de imágenes más importante para entrenar los modelos de visión artificial), a veces contenían lenguaje perturbador, como “p…” para las mujeres e insultos raciales para minorías. Los enormes conjuntos de datos creados para alimentar estos algoritmos hambrientos de datos capturan todo lo que hay en internet. Pero la web acumula una cantidad excesiva de imágenes de mujeres con poca ropa y con otros estereotipos a menudo perjudiciales.
Estos resultados tienen preocupantes implicaciones para la generación de imágenes. Otros algoritmos de este tipo, como las redes generativas antagónicas, han llevado a una explosión de pornografía #deepfake que ataca casi exclusivamente a las mujeres. Igualmente, el campo de la visión artificial está empezando a notar la misma tendencia. Preocupa lo que podrían significar estos sesgos incorporados cuando los algoritmos se utilizan para algunas aplicaciones sensibles, como la vigilancia o la contratación, donde los modelos ya analizan las grabaciones de vídeo de los candidatos para decidir si son adecuados para el trabajo. Se trata de aplicaciones muy peligrosas que toman decisiones trascendentales
Por eso debo decirte que este último punto es muy relevante. Es cierto que los conflictos con la Inteligencia artificial no terminan aquí. Que hay muchos más, pero déjame que te cuente uno que te puede afectar en breve. Es lo que te decía al principio de este vídeo. Te hablo de cuando un algoritmo decida si una empresa debe contratarte o no. Esto es algo más normal de lo que parece. Más habitual como mínimo. La gran mayoría de las empresas listadas en el famoso Fortune 500 utilizan automatizaciones inteligentes para entrevistar futuros candidatos a ingresar en sus plantillas. No hablo sólo de cuestionarios o modelos de aprendizaje a partir de sistemas de datos que puedan ofrecer conclusiones de tipo psicológico o de habilidades profesionales.
Se trata de la incorporación de avatares digitales cuyo comportamiento es el de un robot con cierto grado de interacción. De hecho, se sabe que un gran número de estas empresas eliminan personas que puedan ser miembros de sus plantillas simplemente con un escaneo de palabras clave en sus candidaturas. De hecho esta es una tendencia que crece de manera exponencial, son cada vez más las compañías que utilizan la inteligencia artificial y las herramientas de aprendizaje automático para evaluar posibles empleados. Hace un tiempo participé en el despliegue de uno de estos sistemas en una de las aseguradoras para las que trabaja mi empresa. Pude comprobar como la confianza en estos modelos sintéticos va en aumento tras una resistencia inicial. Los resultados avalan la eficacia de tenerlos en cuenta. Sin embargo, hay algunos aspectos que deben configurarse teniendo en cuenta la intervención humana y, probablemente, un cierto grado de instinto que, de momento, las máquinas aun no han podido imitar.
Pero la realidad es la que es y la revolución que la Inteligencia Artificial está propinando es brutal e imparable. Un ejemplo es la empresa DeepSense, con sede en San Francisco, ayuda a los gerentes de contratación a analizar los perfiles en redes sociales de los candidatos para revelar los rasgos subyacentes de la personalidad. La compañía dice que usa esta prueba de personalidad con base científica, y puede hacerse con o sin el conocimiento de un candidato potencial. Primer gran debate ético.
Esta práctica es una tendencia general en un buen número de grandes empresas de contratación americanas y también en muchas europeas. La idea es alejarse de la evaluación de los candidatos en función de sus hojas de vida profesional y las habilidades que dicen tener, y pasar a tomar decisiones de contratación basadas en las personalidades de las personas y sus enlaces vitales y emocionales con su entorno personal y, por derivación, profesional. Segundo debate ético. Si a todo esto le sumamos lo que te comentaba del sesgo, la bomba explosiva la tenemos frente a nuestras narices.
A nivel económico, de lo que me gusta hablar, de como la tecnología afecta a la economía, cabe decir que esto no es más que un nuevo vértice en algo que llamamos ‘el futuro del trabajo o el trabajo del futuro’. Algo que se está convirtiendo cada vez más en una realidad de hoy para millones de empleados, empleadores y empresas de todo el mundo. Las conclusiones del informe del World Economic Forum sobre el futuro del empleo analizan las tendencias esperadas en el período 2018-2022 en 20 economías y 12 sectores industriales y especifican claramente donde se sitúa el foco. Un foco para el que parece claro tiene reservado un papel relevante el ‘recruitment robótico’. Estas claves son:
1- La automatización, la robotización y la digitalización se van a ir equilibrando en todos los sectores.
2- Hay una perspectiva de creación de empleo neto, pero las empresas deben saber que eso no va a ser inmediato, primero vendrá la destrucción del mismo.
3- La división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos está cambiando exponencialmente.
4- Las nuevas tareas en el trabajo están impulsando la demanda de nuevas habilidades que muchas veces no se reflejan en las hojas de vida laboral de los demandantes.
5- Todos tendremos que convertirnos en aprendices de por vida e ir a trabajar pensando que nuestro puesto laboral está en beta constante.
Se me ocurren varias preguntas. Si eres un director o directora de Recursos Humanos, ¿utilizas estos sistemas? ¿los usarías? ¿has oído hablar de ellos? Si eres un candidato o candidata, ¿los han usado contigo? ¿crees que sería bueno para ti? ¿Sabías que posiblemente ya los utilizaron contigo?
No todo va a ser robots simpáticos moviendo objetos en un almacén, coches conduciéndose solos, idílicas cocinas conectadas a tu oficina o niños hiperconectados y vestidos con ropa del espacio. No, el futuro conlleva un análisis de sus consecuencias antes de que se nos revelen complejas. En este caso, los responsables de RRHH tienen delante a quien les podrían quitar el trabajo en un tiempo. Otra disrupción inesperada, o no tanto.
Hablo muchas veces de la previsión económica a las consecuencias de esta revolución, pero es preciso debatir para tomar decisiones ante un desafío monumental que va más allá del mero hecho económico, hablo de complejas relaciones entre la vanguardia y la ética. La lejanía entre lo que se avecina y lo que se está previendo es de aurora boreal.
El desconocimiento entre la revolución sintética que nuestra sociedad va a asumir sin fórceps es tan gigantesco que asusta. La miopía sobre el modelo de país que se va a exigir en muy breve espacio de tiempo es verdaderamente un espanto bíblico.
De momento, mi recomendación es la de mantenerte en alerta, aprendiendo constantemente. El futuro no se espera, se conquista y precisa de que entendamos que si todo cambia debemos cambiar nosotros también. Otra cosa son los debates éticos, la capacidad de gestión de quienes tienen que conducir todo esto. Por eso, lo mejor es que asumir que no se termina un mundo, en todo caso, lo que acaba es un mundo concreto. El nuevo es digital y convive con una nueva inteligencia sintética y artificial que nos irá exigiendo una nueva capacidad de relación con ella.
En Japón un oncólogo pudo curar a una paciente con una leucemia incurable hace años. Se llamaba Ayako Yamashita. Gracias a la inteligencia artificial proporcionada por IBM con Watson Oncology se pudo diseñar un tratamiento que resultó. El doctor fue preguntado en una televisión nipona si sufría por su empleo, si lo veis peligrar. Dijo que no, que ahora disponía de una herramienta excepcional para curar pacientes que antes se le iban. Que además ahora podría hacer de médico. Explicar el tratamiento, sus consecuencias, estar cerca del paciente. Algo que nunca logrará una inteligencia artificial. La idea es localizar ese punto de enlace. No te quitará tu trabajo un robot, te lo quitará alguien que se lleve mejor que tú con ese robot. Esa es la clave.
La que se nos viene económicamente y algunas soluciones.
En este post no vas a encontrar un alegato optimista. No siempre se puede. No obstante al final del texto sí te listaré algunas soluciones que se en mi opinión se deberían de adoptar para afrontar la mayor crisis económica que hayamos visto las personas que estamos en edad de trabajar. Aunque, primero, un baño de realidad. En 2006 escribí un artículo titulado ‘el fin del ciclo expansivo’. En él describía que aunque todo el mundo atara los perros con longanizas, lo que se avecinaba era una enorme bola de estiércol en forma de crisis terrible. Y se rieron de mí. Ahora hay consenso de que todo va a ir muy mal unos meses pero que luego va a llegar una recuperación impresionante y que vamos a vivir la vida loca durante años.
En este post no vas a encontrar un alegato optimista. No siempre se puede. No obstante al final del texto sí te listaré algunas soluciones que se en mi opinión se deberían de adoptar para afrontar la mayor crisis económica que hayamos visto las personas que estamos en edad de trabajar. Aunque, primero, un baño de realidad. En 2006 escribí un artículo titulado ‘el fin del ciclo expansivo’. En él describía que aunque todo el mundo atara los perros con longanizas, lo que se avecinaba era una enorme bola de estiércol en forma de crisis terrible. Y se rieron de mí. Ahora hay consenso de que todo va a ir muy mal unos meses pero que luego va a llegar una recuperación impresionante y que vamos a vivir la vida loca durante años.
Y cuando eso pase, qué pasará, no todos lo verán igual, no todos lo vivirán igual. A mediados de este año la comparativa de datos económicos que se utilizarán mostrará una virtual recuperación espectacular. Comparar un mes cualquiera de 2021 con los meses siguientes a marzo del 2020 siempre dará grandes incrementos. Pero en el cociente neto no lo serán tanto.
Vamos hacia un escenario terrible. Las colas del hambre incluyen ya a personas que hasta hace unos meses vivían tranquilos, con su casa, su negocio, sus viajes y sus cosas relativamente controladas. Ahora están esperando una bolsa llena de productos de primera necesidad y viven pendientes de la decisión de un casero o de un banco. Y el problema no es sólo la lectura de datos terribles, el problema es que esos datos no se ofrecen correctamente. Los datos actuales disfrazan una realidad siniestra.
Vayamos con el que va a llevárselo todo por delante. El empleo. Febrero dejó datos muy negativos en el mercado laboral que muestran el agravamiento de la crisis a lo largo del mes. El mes de febrero, que tradicionalmente es positivo para el empleo, en esta ocasión deja a 91.500 trabajadores más en ERTE y un aumento del paro de 44.400 personas, superando los cuatro millones de desempleados por primera vez desde 2016.
Pero aquí el primer disfraz. La realidad es mucho peor. A esos 4 millones de parados registrados hay que sumar 900.000 personas que estan en ERTE, 300.000 autónomos que han cesado en actividad y 600.000 trabajadores que no se contabilizan como parados porque se les incluyen en la categoria de ‘en formación’ o con ‘disponibilidad limitada’. El total supera los 6 millones y, eso, ya son palabras mayores.
Sigamos con esto en detalle. Cuando se analiza la evolución de la afiliación excluyendo también a los trabajadores en ERTE se aprecia claramente una recaída del empleo desde las navidades que se intensificó en febrero. En concreto, desde mediados de diciembre hasta febrero se han perdido casi 400.000 afiliados efectivos. Si se baja a sectores concretos, se aprecia el impacto más allá del turismo u hostelería. Por ejemplo, el de servicios administrativos y auxiliares, que son principalmente empleados de oficinas, sufrió un descenso de la afiliación del 0,5%. Es la primera vez que esta actividad destruye empleo en un mes de febrero.
El comercio también se vio afectado y las decisiones de ahorro de los hogares, hasta el punto de destruir 20.000 empleos, un dato que no se veía desde la crisis anterior. Incluso la industria frenó su recuperación en febrero, ya que incorporó a algo menos de 10.000 afiliados, el peor dato en un mes de febrero. Si estas cifras sumas los ERTEs la cosa es un auténtico espanto. Aunque los ERTE maquillan también los datos del paro, porque siguen siendo considerados como ocupados, el número de trabajadores desempleados sigue aumentando mes a mes. Es el resultado de las escasas oportunidades que ofrece el mercado laboral desde el estallido de la crisis que provoca que las personas que se incorporan al mercado laboral pasen directamente a engrosar el desempleo.
Los malos datos del mes de febrero muestran claramente la situación límite en la que se encuentran muchas empresas en España. Las restricciones frenaron la actividad y anticipan una contracción del PIB en el inicio del año. Algo que el gobierno no consideraba. Y no solo eso, también anticipan que la situación económica seguirá siendo muy complicada más tiempo. Los datos de consumo muestran que las familias han optado por el ahorro en este inicio de año. Se busca tener un colchón por si las cosas siguen complicándose aún más. La curva laboral de, prácticamente todos los sectores, es muy tenue, casi plana. La curva del sector servicios, que comenzó siendo una V, está empezando a dibujar el segundo palo de la W y empieza a caer. Es ahora mismo un sector que preocupa mucho porque tiene a mucha de su mano de obra contenida en ERTEs.
Y es que los ERTEs no eran para esto. El problema de este mecanismo, que teóricamente era temporal, que iba a retener y luego bombear de vuelta a trabajadores al mercado laboral, es que los ha retenido, pero no los está bombeando. Encima aquí se debate de la necesidad de las ayudas directas. Ayudas directas, al fin y al cabo, es dinero directo en la cuenta de las empresas que están al límite. No se les exoneró de pagar impuestos a la vez que se les obligaba a cerrar o se encontraron con un mercado seco por culpa del cierre. Ahora están sin caja. Sólo se les ofreció acogerse a créditos que no querían, que no estaban previstos en sus planes y que ahora, pagarlos, es aún más complicado que antes. Encima, plantear una quita sería discriminatorio para los que aguantamos el golpe inicial sin pedir créditos.
En otros países si han habido ayudas directas. Lo han hecho con facturas de 10, 12 o 15 000 millones de euros en los casos de Francia, de Italia o de Alemania. Esas ayudas directas, cheques, son lo que sigue pidiendo la patronal por ejemplo. Me preocupan 3 cosas ahora mismo:
Uno, Un mes de febrero que normalmente es bueno para el empleo, sido malo para el empleo. Dos, lo que está ocurriendo en un sector servicios que sabíamos qué se paralizaba y que no sólo se ha paralizado, sino que está despidiendo y destruyendo empleo. Y tres. Quién trabaja en ese sector? Mujeres y jóvenes, fundamentalmente. Y ellos son los que ahora están pagando la gran factura de esta destrucción de empleo. Mujeres y jóvenes. Las cifras oficiales hablan de 4 millones de parados, las objetivas de 6 millones, pero las cifras que deberíamos descubrir podrían estar hablando de incluso más. Hay un empleo sumergido que ha estado aquí siempre y que ahora no recibe ni prestación de ningún tipo y que además siempre se ha dedicado a tareas de escaso valor añadido. ‘Despedirlos ha sido sencillo’.
Es un empleo que no cotiza y que por tanto, cuando vienen mal dadas no tiene derecho a prestaciones. Un empleo que está sumergido y que GESTA y el Instituto de Estudios Fiscales cifran en un 8 por ciento del PIB. Eso significaría en torno a un millón de empleos en precario que puede que estén destruidos también en gran medida. Así que a esos seis millones hay que sumar un millón de precarios. Y así tenemos la fotografía del mercado laboral a día de hoy.
Pero, aún veo otro gran problema. Resulta que generalmente la economía española creaba mucho empleo en el primer semestre de cualquier año. Si uno compara lo que ha pasado en los últimos cinco años, desde 2015 generábamos 700.000 empleos entre enero y junio cada año. Además, siempre, febrero ha sido el arranque. Durante marzo, abril, mayo y junio seguíamos creando y a partir de julio se mantiene cuando uno mira los datos finales en diciembre.
Pinta realmente muy mal y es lógico pensar que los ERTES se van a convertir en buena parte en EREs, pues era un mecanismo que estaba pensado para resistir 15 días, un mes… y no resiste. Lamentablemente aun no notamos los efectos de la crisis económica que están por venir y que están por venir en términos de cierres empresas, en términos de la caída de la renta, suplemento de la demanda. Escucho a quienes dicen que la economía se va a recuperar muy rápido, que vamos a flipar de lo bien que va a ir todo y lo rápido que va a ser.
Ojalá fuera posible, Ojalá sea así. Pero en economía un agujero como este precisa de medio cliclo económico para recuperarse medianamente. Unos siete años. La deuda es algo que se tiene que pagar, no es un tema abstracto, las 250.000 empresas que han cerrado no se van a abrir tan fácilmente. Esto es lo que veremos en los próximos meses. Por eso se tiene que decir que esta crisis no se acabará cuando estemos todos vacunados. La crisis económica seguirá unos años más. Otra cosa es que, como decía, la comparativa nos ofrecerá una sensación de mejora. Será real, pero estaremos muy lejos de lo que fuimos.
La situación se agrava por lo siguiente:
En España hay cerca de casi 4 millones de personas más recibiendo un sueldo o una transferencia pública que asalariados en el sector privado. El número de personas dependientes del Estado o del sector público sale de sumar el número de pensionistas (8 millones), empleados públicos (3,4 millones según la EPA) y beneficiarios de algún tipo de prestación por desempleo, ERTE o similares (5 millones). La cifra alcanza los 16 millones de dependientes del Estado. En el otro lado de la ecuación se encuentran unos 12 de dependientes en el sector privado, según la última EPA.
Es importante encuadrar por un lado las prestaciones por desempleo, ERTEs y las pensiones - que son transferencias por las que la administración no recibe nada a cambio directamente -, y por otro lado, los salarios de los empleados públicos - que son calificados como la 'compra' de un servicio por parte del sector público -. Aunque esto último supone un gasto para el Estado o las administraciones, el empleado público realiza un trabajo que genera un valor para la economía y, por tanto, se contabiliza como PIB.
Además, los empleados públicos desempeñan una actividad fundamental para el buen funcionamiento de la economía. Por el contrario, las pensiones y las prestaciones por desempleo (aunque se hayan ganado a través de cotizaciones con toda justicia) suponen un trasvase de dinero sin contraprestación que, por tanto, cuenta como gasto público pero no computa de forma directa como PIB. Pero la realidad es la que es y el peso de esa nómina pública es de una dimensión tremenda actualmente.
Y estarás pensando, ok, todo va fatal. Tu análisis puede ser correcto o no, pero ¿tienes algo que aportar? ¿alguna idea? ¿cómo afrontamos esto? Bajo mi punto de vista bajo modernizar sectores que son competitivos, invertir en educación, invertir en investigación, ciclos tecnológicos y evitar el dominó de las crisis. Lo que se traduce en medidas más concretas como diseñar un sistema de pensiones sostenible, modificar la legislación laboral menos cortoplacista, crear un entorno fiscal atractivo, implementar el Next Generation correctamente, apostar por la industria tecnológica, estimular una banca moderna, dinamizar una economía ecológica, diseñar un verdadero plan de implementación del 5G, un turismo en busca de nuevos reclamos, una apuesta por la España vaciada, un sistema sanitario sostenible, una inmigración necesaria pero regulada, un modelo de estado mas equilibrado y sostenible, un apoyo real a las startups, una reducción de la brecha de género, ayudas directas para la internacionalización y, entender que el mundo de la industria 4.0 nos lleva a la industria 5.0 y para eso no hay que estar en los vagones de cola, sino en la locomotora y eso tiene que ver con una estrategia en inteligencia artificial que sea algo más que un power point. Algo que yo llamo Ministerio del Futuro.
¿Por que me afecta una deuda pública récord?
Seguro que llevas días escuchando que la deuda pública española ha llegado a cifras muy altas. Que desde que se perdió Cuba no teníamos una deuda igual. Seguramente estarás pensando que ¿a ti en que te afecta? que ya se las arreglarán. Pues deberías de estar preocupado o, por lo menos, saber que significa para tu futuro y el de tus hijos, los tengas ya, o no.
Seguro que llevas días escuchando que la deuda pública española ha llegado a cifras muy altas. Que desde que se perdió Cuba no teníamos una deuda igual. Seguramente estarás pensando que ¿a ti en que te afecta? que ya se las arreglarán. Pues deberías de estar preocupado o, por lo menos, saber que significa para tu futuro y el de tus hijos, los tengas ya, o no.
El tema es que la deuda es un problema. Y grande. Luego te explicaré porque. Por eso la cuestión es como reducimos esta montaña de deuda tras haber tocado un máximo histórico. Tras todo el esfuerzo del durante la emergencia sanitaria, la deuda aumentó un 10 por ciento. Estamos en 1,3 billones de euros y tenemos un ratio de deuda del 117 por ciento.
Eso es porque nuestra economía crece menos, de lo que crece nuestro endeudamiento. Así que la pregunta es ¿cómo rebajamos esta montaña de deuda? Te voy a contar lo que se podría hacer y lo que seguramente se va a hacer. Vayamos por partes. Resulta que para algunos la deuda no es un problema.
Dice la ministra de economía que es una buena noticia, que la ratio de deuda pública al cierre de 2020 se situó en un buen 117 por ciento gracias al buen comportamiento de la economía española y gracias a la excelente gestión del Tesoro. ¿Se le ha ido la cabeza? No, aseguran que gracias a eso hemos cerrado 2020 con una ratio de deuda que está por debajo de la previsión del Gobierno. Es como decir, que lo tuyo no es tan grave, que en lugar de morirte en junio, lo harás en noviembre. Bien.
Veamos que ha pasado en la historia de esa deuda. Tras el desastre de 1899, cuando el tratado de París obligó a España a asumir la deuda cubana, España empezó a endeudarse mucho. En 1902 se alcanzó el 123,6% del PIB. De momento el récord nacional. Tras muchos ajustes y recortes. En 1909 la deuda estaba en un magnífico 30%. Pero reducir la deuda no es simple. Desgasta el sistema político y económico. Por aquel entonces cualquier excusa servía para liarla y para estimular revueltas. Enviar reservistas a la Guerra con Marruecos provocó la Semana Trágica de Barcelona.
Volvamos a hoy. Según los datos del Banco de España, la deuda está disparada. La escalada ha sido extraordinaria. Y la pregunta es. A partir de ahora qué? Tengamos en cuenta que el incremento se debe al gasto extra para luchar contra la pandemia. Y hay un dato que nos explica claramente este detalle de esos 122 mil millones de euros de deuda, además que acumuló España el año pasado 82.000, es decir, prácticamente el 75 por ciento se acumuló entre los meses de marzo y junio, que es cuando se desplegaron la mayoría de medidas para luchar contra la primera ola de la pandemia.
Ahora mismo, lo que tenemos es un problema a largo plazo. Había que gastar y era necesario gastar todo esto hoy. Pero todo esto hay que pagarlo mañana. Estamos gastando un dinero que van a tener que pagar nuestros hijos y nuestros nietos. Nos estamos gastando las pensiones, la sanidad y la educación de mañana. Así que lo que estamos haciendo hoy, es gastarnos la paga de mañana.
Por lo tanto ¿Cuál es el problema de tanta deuda? Primero, es éste efecto generacional. Nuestros jóvenes van a tener que pagar con sus menguadas nóminas esta enorme deuda. Así que el primer problema de todo esto es generacional. El segundo es un efecto que los analistas llamamos como crowding out, que básicamente consiste en que si el dinero se va a financiar, lo público, la deuda pública, no hay dinero para financiar iniciativas privadas, no hay dinero suficiente para cubrir los dos frentes y con menos disponibilidad de financiación, las empresas crecen menos, y emplean menos y a la vez tributan menos.
Hagamos lo que hagamos, tenemos un problema con la deuda. Corremos el riesgo de sufrir una japónización de la deuda. Es decir, podemos encontrarnos que de aquí a unos años estemos pagando el 30 por ciento del presupuesto público para pagar la deuda, como sucede a día de hoy con Japón. Pero lo que pasa es que ya sabemos que tenemos un problema a largo plazo, pero también tenemos una necesidad a corto plazo.
Ahora mismo es imposible pensar en retirar estímulos, en retirar apoyos, en retirar ERTES. Es más, lo que se está planteando es, incluso, aumentar las ayudas. En gastar todavía más cuando la UE empieza a indicar que se acerca el momento de retirar estas ayudas, que es el momento de empezar el descenso de la montaña de la deuda. El Eurogrupo habla de verano. Algo que coincidirá con la llegada de los primeros fondos del Next Generation. Los 140 mil millones de euros. El problema es que los datos de España en ejecución de proyectos europeos a día de hoy es del 34 por ciento para el último marco financiero plurianual,. Es decir, que podemos pensar que no será fácil que España pueda o seap ejecutar todos estos fondos de manera eficiente. Veremos.
Te estarás preguntando ¿hay alguna salida a esto? Sí, hay tres maneras. Tres opciones de futuro:
UNO, recortes para ir rebajando esa montaña de deuda.
DOS, aumentar los impuestos, pagar más impuestos para devolver esa deuda
TRES, esperar un crecimiento más o menos natural de la economía que permita ir re-pagando la deuda
Bajo mi punto de vista se trata de recaudar más, que no es lo mismo que subir impuestos. Seguramente es todo lo contrario. ¿En base a qué se recauda más impuestos? Generando mayor actividad económica, incentivándola. Para eso debes bajar impuestos a pesar de ese peso de deuda. Hay que aguantar un tiempo. Irlanda lo hizo hace años. La pasaron putas, pero valió la pena. Sus crisis son más cortas y menos profundas.
Es que, ayudando a que las empresas tengan beneficios empresariales, incentivando a que pueda haber subidas salariales o que pueda haber más personas trabajando el pago de deuda puede ser más factible. El problema es que se habla de recortes y subida de impuestos. Como en 2008. El problema es que esto no es 2008. Es peor. Y si fuera igual, el problema sería más grave también,
Afrontamos una crisis económica sin haber salido aún de la de 2008. En la de 2008 entramos con un paro del 8 por ciento y a esta entramos con un paro del catorce por ciento. En la de 2008 entramos con una deuda pública del del 40 por ciento y la de ahora la empezamos con una deuda pública de prácticamente el 100 por ciento del PIB, Espero no haberte asustado. Solo he pretendido explicarte que supone la deuda pública, en que te repercute y que tomes decisiones.
Mi opinión es que, la oportunidad de modernizar nuestro país, sigue intacta. La deuda puede gestionarse a largo mientras invertimos bien esos fondos europeos. Esperemos que lo hagan. Por mi parte no voy a perder mi visión optimista, aunque crítica, para ser parte de esa revolución tecnológica, económica, cultural, social y, seguro, humanista, que nos espera. Así prefiero verlo.
El futuro del empleo y las tres olas de la digitalización
Tengo la teoría de que el siglo XXI empezó con dos décadas de retraso. En concreto, el siglo XXI empezó en marzo de 2020. Aun no lo percibimos en toda su intensidad pues es preciso alejarse para verlo. Lo veremos en unos años cuando se estudien las repercusiones de todo cuanto hemos vivido estos meses. Y, aunque lo puedas pensar, no tiene que ver tanto con el teletrabajo u otras variables tecnológicas que lo han cambiado todo, sino con el conjunto de mutaciones que estamos sufriendo casi de un modo imperceptible.
Tengo la teoría de que el siglo XXI empezó con dos décadas de retraso. En concreto, el siglo XXI empezó en marzo de 2020. Aun no lo percibimos en toda su intensidad pues es preciso alejarse para verlo. Lo veremos en unos años cuando se estudien las repercusiones de todo cuanto hemos vivido estos meses. Y, aunque lo puedas pensar, no tiene que ver tanto con el teletrabajo u otras variables tecnológicas que lo han cambiado todo, sino con el conjunto de mutaciones que estamos sufriendo casi de un modo imperceptible.
Allá por el año 2018, se pensaba que los cambios dentro del mundo laboral y de los tipos de trabajo que íbamos a tener que afrontar, se iban a producir de una forma progresiva y en tres olas. La primera ola debía ser una ola donde se suponía que nos encontrábamos hace unos meses y donde había una automatización mínima, donde los robots que estaban en las fábricas estaban enjaulados porque el riesgo que suponía interactuar con el resto de los empleados humanos. Y dentro de las oficinas, donde había una especie de robots de software, lo único que hacían era coger datos de un lado o de otro, resolvían acciones muy repetitivas y los mostraban convertidos en información.
Y ahí se pensaba que se iban a destruir aproximadamente un 4 o un 5 por ciento de los puestos de trabajo. Después se empezó a decir que para el año 2025 o 2026 tendríamos una segunda ola, que sería una ola realmente más fuerte, donde ya sacaríamos a la robótica de esas salas protegidas, de esos límites físicos. Se decía que estábamos a unos años de que los robots andaran por dentro de las fábricas o que harían actividades sin verificación humana en las oficinas.
Se decía que utilizarían la inteligencia artificial para poner datos que no estarían ordenados en contexto, para dar ideas, para sugerir. Y ahí se pensaba que iba a haber un gran deterioro en el empleo pues se deberían de perder aproximadamente un 20 por ciento de puestos de trabajo. Tareas que se están haciendo y que dejarán de hacerse por humanos.
Y por último se decía que llegaría una última ola, que será una ola menos fuerte que la anterior, pero donde ya se estaría automatizado casi todo. Es decir, que los robots directamente leían tu pedido de la compra. En el ámbito comercial será algo como que automáticamente un robot tomará el pedido, recogerá los productos, los empaquetará y casi te lo pondrá en un dron o un robot te lo llevará a casa. Aquí hay divergencias de como será todo ello, pero la idea es pensar que la intervención humana sería mínima. El cálculo de destrucción de empleo para este momento sería de otro 30 por ciento.
Ahora cambia el verbo destruir por cambiar ese 30 por ciento de los puestos existentes en otros con un nuevo perfil. Pero lo que nadie había previsto era lo que hemos vivido recientemente. Algo que ha acelerado esa tendencia. Y de ahí se ha intensificado una preocupación ¿cómo lograremos que nuestros negocios sean cada vez más digitales, que contactemos con nuestros clientes digitalmente, que tengamos abiertas tiendas de venta online eficientes o que tengamos la última milla totalmente digitalizada?. No es fácil, pero no hay otra.
Y eso ha hecho que trabajos y habilidades que se iban a necesitar en 4 o 5 años se hayan comprimido a 4 o 5 meses. ¿Qué significa esto? pues que cuando se junta esa digitalización acelerada con la automatización robótica, tanto física como de software, pues aproximadamente el 98 por ciento de las compañías saben que van a tener que hacer algo con sus profesionales. Aproximadamente el 45 por ciento de los directivos aseguran que van a despedir a personal porque entienden que no se van a poder ajustar a estas necesidades. Pero otro 34 por ciento de las empresas dicen sí van a contratar más que antes.
Aseguran que estas nuevas tecnologías son inevitables y que van a permitirles ser más eficiente, penetrar mejor el mercado y vender más ganando más. Por eso consideran que van a necesitar más gente de la que pudieran pensar que van a despedir. En los próximos cuatro años, hasta el año 25, el 50 por ciento de todos los trabajadores tendrán que re entrenar sus capacidades. Algunos desde cero. Ese 50 por ciento tendrán que dedicarle más de seis meses a entrenarse, dejar de hacer trabajos de bajo nivel y hacer trabajos donde la digitalización, el software, la automatización estarán más centrados.
Y por último, el 40 por ciento que aparentemente se podría sentir más cómodo, pues estos también los próximos 5 años tendrán que dedicarle muchísimo tiempo, porque el 40 por ciento de las habilidades que tiene tendrán que ser modificadas o actualizadas. Lo tienen más fácil porque al menos tienen la base. Pero a pesar de todo, tendrán que dedicarle mucho tiempo a entrenarse.
Aunque parezca complejo, todo esto es una buena noticia. Siempre ha sido así. La historia de los avances y el bienestar humano ha sido la historia de sus avances tecnológicos. Lo que pasa es que suele ser mal distribuido. Se requiere gobiernos, empresas, trabajadores y sociedades que entiendan el cambio cultural, económico, socioeconómico. Sociedades que dejen de hablar de lo que no importa y se centren en conquistar el futuro.
Aquí lo que vemos es que hay una gran diferencia entre unos y otros sectores por un tema fundamentalmente cultural a la hora de afrontar el cambio en las empresas y también por el impacto que la tecnología va teniendo en los diferentes sectores. Yo, sin embargo, a pesar de que los números, como bien dices, son escalofriantes, tiendo a ser bastante optimista porque esto no es un sí o no o una desaparición. Esto es una transformación, una transformación progresiva que sin embargo, tiene, con respecto a esta cuarta revolución industrial, una velocidad inusitada para lo que han sido los procesos anteriores.
Creo que verdaderamente no tenemos que ser pesimistas, sino más bien estar preparados ante este cambio. No se trata de tener miedo, sino que se trata de afrontar este cambio, que no es tanto un cambio cultural o tecnológico, sino un cambio Tecnológicamente cultural o culturalmente tecnológico. Algo que debe suceder en las empresas, en la vida y, si me apuras, en la política. Llevo mucho tiempo defendiendo que, aunque aparentemente la automatización del mundo no parece una gran noticia, lo más probable es que la era más humana de la historia, acabe siendo la era más tecnológica jamás vista’. Algo que no es incompatible.
En una encuesta realizada por IBM sobre el teórico robo de empleos en manos de robots se dice que más de 120 millones de trabajadores en todo el mundo necesitarán capacitación específica en los próximos tres años debido al impacto, especialmente, de la inteligencia artificial en los trabajos. Has oído bien, se van a crear 120 millones de empleos en espacios que ahora no tienen personal disponible o formado adecuadamente. Entonces, si hay escasez de talento en las áreas dónde va a ser obligatorio enfocar el trabajo humano ¿porque no estamos estableciendo el camino para que no tengamos un choque frontal con una realidad que podría ser un drama bíblico?
Fijémonos en una cifra. Hoy en día, de media, los trabajadores necesitan 36 días de capacitación para eliminar una fisura en sus habilidades. Hace apenas cinco años se precisaban únicamente tres días. Esto se debe a que las ‘skills’ que hoy en día se empiezan a requerir, y que irán en aumento en los próximos tiempos, son de naturaleza más cultural que técnica.
Yo no soy un experto en gestión del cambio ni en recursos humanos, pero en mi equipo hay gente que sí sabe mucho y me cuentan que, atendiendo a los cambios que la transformación digital está provocando en las organizaciones de todo tipo, esas habilidades del comportamiento, como la capacidad de trabajar bien en equipo, la comunicación, la creatividad y la empatía, se desarrollan mejor a través de la experiencia en lugar de hacerlo a través de programas de aprendizaje estructurados como un seminario cualquiera.
A veces pienso que ese ‘tenemos que formarnos en nuevas habilidades’ me parece curioso. Esas habilidades que se requieren son tremendamente humanas, por lo que es más hacerlas emerger que crearlas. De ahí que me cueste hablar de ‘nuevas’ habilidades y prefiera hablar de seres ‘tecnológicamente’ más humanos. Cada vez que un robot, un sistema experto de inteligencia artificial o un automatismo sustituye en un proceso determinado a un trabajador humano, nace un escenario nuevo de relaciones entre tecnología y humanidad. De ahí que los empleadores que tienen claro esa visión pidan cada vez con un mayor énfasis, personal con un amplio desarrollo en las habilidades denominadas blandas. Hablan de capacidad de comunicación, de ética y de creatividad.
Solucionar el asunto está en manos de los que marcan las lineas estratégicas en materia económica, laboral, social y política establecer mecanismos para que todos lo entendamos. España, gran parte de Europa, toda Latinoamérica, no están previendo el impacto que esto va a tener en las cifras de ocupación. Es factible pensar que los avances en Inteligencia Artificial no solo desplacen los empleos sino que también creen otros nuevos. De ahí que el desafío será capacitar a los trabajadores para llenar los nuevos trabajos. Unos lo están teniendo en cuenta y otros siguen con sus cosas muy alejadas del problemón que se acerca.
Si no se ejecutan planes educativos, de formación profesional, universitarios, académicos y en el sector privado, si no se premia la inversión en ese tipo de formación, si no se establecen paquetes de reducción fiscal para que las empresas puedan abordar ese reto, si no se generan planes integrales desde las instituciones, el paro se hará endémico, irreversible y con él caerá la eficiencia, la productividad real y el nivel económico. Algo que parece complejo no lo es tanto. Se trata de poner sobre la mesa los requerimientos de la economía de la sociedad inminente, diseñar programas para cumplir con un nuevo modelo laboral, estimular su ejecución con políticas activas de todo tipo y premiar a quienes lo hagan.
Quiero ser optimista a partir de un análisis sereno, no porque sí. Optimista porque al final, los avances tecnológicos, reflejan la evolución. Obviamente que se van a destruir empleos, ha sucedido siempre. La cosa no va de listas sobre empleos que van a ser destruidos por los robots. Habrá muchos casos en los que será así. Ha pasado siempre con cualquier avance tecnológico. Lo interesante no será que profesionales se van a sustituir sino que nuevos profesionales, utilizando tecnología para trabajar, seguirán en lo mismo.
No te preocupes por que un robot te vaya a quitar tu empleo, preocúpate por que alguien que se lleve mejor que tu con un robot te quite el empleo. Pero debes prepararte pues ¿sabías que la automatización, la robotización y la sustitución de tareas humanas por inteligencia artificial se ha acelerado muchísimo en estos meses? ¿Tienes idea de lo que vamos a encontrarnos en el mundo laboral cuando todo este lío pase? En breve veremos como cambiarán esos contratos sociales que llamamos empleo, jubilación o renta básica.
Primero eléctricos, luego compartidos y finalmente autónomos.
Una consecuencia no deseada del confinamiento hace unos meses fueron las impresionantes mejoras en la calidad del aire, con emisiones en algunas ciudades europeas cayendo en más del 50%. Algo impensable en otro contexto. Aquellas medidas de bloqueo implementadas nos permitieron experimentar cómo podría ser un futuro más sostenible, más respirable.
Una consecuencia no deseada del confinamiento hace unos meses fueron las impresionantes mejoras en la calidad del aire, con emisiones en algunas ciudades europeas cayendo en más del 50%. Algo impensable en otro contexto. Aquellas medidas de bloqueo implementadas nos permitieron experimentar cómo podría ser un futuro más sostenible, más respirable.
Es evidente que a medida que el mundo volvió a ponerse en marcha, la polución regresó, pero una nueva percepción de como queremos que sea nuestro mundo, permanece. Hemos registrado en nuestra memoria ese momento, esa sensación de aire respirable y de ese silencio en el centro de las ciudades. Sabemos que como especie somos vulnerables y poco a poco iremos estimulando una necesaria comprensión ecológica cada vez más generalizada.
Pero esa recuperación ecológica requerirá un cambio en la forma en que vemos los viajes en automóvil. Desde el uso compartido de automóviles con un impacto positivo en la calidad del aire al aumento de la proporción de viajes en automóvil realizados en vehículos de bajas emisiones a poder ser 100% eléctricos. Es cuestión de tiempo, no será negociable. Es una tendencia generacional, una estructura mental de muchos jóvenes y una exigencia comercial para muchos fabricantes. Fabricantes que muestran propuestas de ‘car-sharing’, de utilitarios sostenibles y de modelos de alta gama, también, eléctricos.
Todos queremos una sociedad más verde. Una mayor adopción del uso compartido de automóviles puede ser un catalizador para el cambio y también la apuesta decidida por el coche eléctrico es clave. Contribuir a una recuperación verde posterior al coronavirus, uniéndonos a todos en nuestros esfuerzos para combatir el cambio climático, podría ser perfectamente un reto colectivo, social, empresarial y político.
Pero te estarás preguntando ¿cuáles son los beneficios de los vehículos eléctricos según mi punto de vista como usuario directo de uno de éstos coches? Tengamos en cuenta que a medida que los vehículos eléctricos se vuelven más comunes, los costos disminuyen rápidamente y hay una amplia variedad de beneficios para los conductores que hacen el cambio. Desde el impacto ambiental hasta los ahorros que puede hacer en combustible, impuestos y costos de mantenimiento, los vehículos eléctricos ayudan a ahorrar cantidades significativas de dinero. Por lo menos es lo que yo he experimentado.
En el ámbito de la carga siempre tuve reparo. Dudaba de lo que eso significaba. Finalmente vi que cargar mi vehículo eléctrico en mi parking es rentable, simple y rápido. Una unidad de carga doméstica compacta permite cargarlo durante la noche. Con un cargador ultra rápido que empiezan a haber por el territorio (todavía en una proporción mucho más baja que en otros países como Francia o Alemania) en mi caso cargan 400 Kms de autonomía en apenas 35 minutos. Tiempo para un café y estirar la piernas en trayectos largos.
En el ámbito medioambiental, si es mejor para el planeta, es mejor para ti. Como he dicho antes, los automóviles totalmente eléctricos tienen cero emisiones de escape, lo que los hace más ecológicos, más limpios y mejores para el medio ambiente que los automóviles de gasolina o diésel. Además, por lo menos es mi caso, la tecnología que usa mi EQC es de última generación con baterías cada vez más ecológicas, más eficientes y más silenciosas.
En el ámbito económico, y en función del costo por kilómetro, un automóvil completamente eléctrico me cuesta una cuarta parte o menos de lo que podría costarme un automóvil tradicional de gasolina o diésel. De ahí que los vehículos eléctricos ofrecen un valor excepcional a largo plazo y pueden ser una excelente inversión para los conductores que buscan una forma más económica y eficiente de desplazarse.
También es más barato de mantener. Si bien el precio de un vehículo eléctrico puede ser algo superior al de la mayoría de los automóviles de gasolina o diésel comparables, el costo de funcionamiento de uno es significativamente más barato, especialmente durante toda la vida útil del vehículo. Los coches totalmente eléctricos están diseñados para ser lo más eficientes posible y generalmente hay 3 componentes principales que alimentan el vehículo; el cargador, el inversor y el motor de a bordo. Esto significa que hay mucho menos desgaste en el automóvil y poca tensión en el motor, con menos partes móviles susceptibles de sufrir daños. Todo esto significa que rara vez tendrá que reparar tu vehículo eléctrico y los costos de funcionamiento y reparación son mínimos.
Pero si hay algo que me ha sorprendido de verdad es el modo de conducción. Una de las primeras cosas que los conductores notan al cambiar a un automóvil eléctrico es la tranquilidad del vehículo, que crea una experiencia de conducción mucho más cómoda y relajante. Pero que, en modelos como el que yo conduzco, puedes incorporar un modo de conducción deportivo, robusto y divertido.
El hecho de que todos los coches eléctricos tengan un par instantáneo, permite notar una potencia de salida espectacular. Tan pronto como pisas el acelerador, obtienes una respuesta inmediata y un aumento de velocidad radical. Un añadido es que las baterías de los vehículos eléctricos se encuentran normalmente en la parte inferior del automóvil, lo que proporciona una sensación de estabilidad que parece que vas sobre raíles.
Sé que muchos piensan que es un engorro la carga, el precio u otros motivos. He escuchado que es una locura comprarse un vehículo de alta gama sólo eléctrico. No me compraría ningún coche que respondiera a este precepto: ser parte de como será la movilidad del futuro. Primero serán eléctricos, luego compartidos, más tarde autónomos y, finalmente, eléctricos, compartidos y autónomos. Es mi apuesta.
El siguiente nivel es que los robots se entiendan entre ellos. Falta poco.
En el Hospital General de Changi en Singapore ‘trabajan’ tantos robots que hasta hace poco no era raro encontrarse algunos robots de reparto sentados en un pasillo o fuera de un ascensor en ‘punto muerto’. Resulta que esta situación se producía a menudo. El problema está en que estos robots ‘se sentían’ inseguros al moverse alrededor de otros robots. Cuando esto pasaba se quedaban pendientes el uno del otro y, ante la ‘duda’ ambos se quedaban en modo ‘descanso’ hasta que un humano los separaba y activaba.
En el Hospital General de Changi en Singapore ‘trabajan’ tantos robots que, hasta hace poco, no era raro encontrarse algunos robots de reparto parados en un pasillo o en la puerta de un ascensor en ‘punto muerto’. Esta situación se producía muy a menudo. El problema estaba en que estos robots ‘se sentían’ inseguros al moverse alrededor de otros robots. Cuando esto pasaba, se quedaban pendientes el uno del otro y, ante la ‘duda’, ambos se quedaban en modo ‘descanso’ hasta que un humano los separaba y activaba otra vez.
El Hospital de Changi tiene alrededor de 50 robots de ocho fabricantes distintos. Hay algunos que ayudan a los profesionales sanitarios en procesos quirúrgicos delicados y guían a los pacientes a través de ejercicios de rehabilitación y cirugía, pero también hay varias decenas que realizan tareas de limpieza o de entrega de medicamentos, suministros y notas a los pacientes. El problema es que, aún siendo muy buenos en el trato con humanos, no lo son tanto cuando toca comunicarse entre ellos. Sin duda, este será uno de los problemas derivados de la robotización de servicios en el futuro próximo. Cuando diversos robots de diferentes fabricantes tienen que interactuar entre ellos, y tienen que circular por los mismos espacios, la cosa se complica. A diferencia de lo que podría parecer, los robots no hablan todos el mismo idioma. Les pasa como a nosotros.
Para aliviarlo, en este hospital están utilizando un software llamado Robot Operating System desarrollado por Open Robotics y que permite a los robots de diferentes fabricantes que se comuniquen entre sí y negocien quien tiene prioridad cuando se encuentran unos frente a otros. Y es que, mientras la mayoría de países luchan contra la crisis sanitaria, se preparan para la inminente catástrofe económica que acecha o las administraciones se pelean políticamente por sus asuntos, el mundo se está automatizando, robotizando, a una velocidad inédita hasta ahora. Cuando esto pase, la sorpresa va a ser mayúscula.
La venta e implementación de robots ha aumentado de manera exponencial en los últimos años. La cantidad de robots industriales aumentó un 85% en 2019, en comparación a cinco años antes, según la Federación Internacional de Robótica. Luego, curiosamente, la venta de nuevos robots industriales cayó en 2019, a la vez que crecían de manera imparable el despliegue de robots de servicio, incluidos los de entrega y limpieza. Esto parece ser que tiene que ver con una crisis industrial vinculada al sector automovilístico y derivados a la vez que se normaliza y perfecciona el trato con automatismos cada vez más inteligentes en el ámbito de relación humana.
Changi General Hospital (Medical Centre)
Los robots y cobots se encuentran cada vez más en fábricas, almacenes, hospitales y tiendas, transportando mercancías, inspeccionando estantes o limpiando espacios. Lo curioso es que, como decía, mientras unos debatimos acerca de las ayudas financieras para afrontar la reconstrucción económica, otros se han dado cuenta de que el tren al futuro está en andén de salida. Son quienes experimentan con ello y, sin anunciar que quieren ser líderes mundiales en la explotación y desarrollo de la inteligencia artificial o de la robótica aplicada, lo son. Para serlo, no han creado ni ministerios, secretarias de estado con nombre rimbombantes. Sólo se han puesto en marcha.
Éstos han detectado el problema inesperado de tener robots con robots trabajando. La solución está en marcha. La crisis sanitaria ha estimulado la comprensión de la necesidad de dar un paso más en el uso de la robótica de servicios. Aunque a mucha distancia de la posición de Singapore, que tiene la mayor densidad de robots del mundo, con 918 por cada 100.000 trabajadores humanos, Alemania está muy por delante del resto de Europa. De ahí que el Instituto Fraunhofer de Ingeniería de Fabricación y Automatización de Alemania tiene un programa específico con el que se estudia como aumentar la eficiencia de este tipo de robots sociales o de servicios. El potencial de este nuevo escenario es espectacular. Utilizando un software que permita mejorar la orquestación general del trabajo de un grupo de robots, se puede aumentar la eficiencia y la productividad de manera muy destacada. La idea es responder a la siguiente pregunta ¿Dónde está el robot más cercano para realizar la siguiente tarea? Para ello se precisa que se entiendan. Falta poco.
La necesidad de ofrecer datos reales.
A veces dudo de que muchas de las declaraciones que hacen los políticos sean sólo un modo de retrasar el momento de la crítica, la de aceptar que las cosas no van bien. Nadia Calviño, ministra de economía, dijo que el impacto económico del coronavirus sería ‘poco significativo’. La caída del PIB ha sido del 11%, sólo comparable con la postguerra. No puede ser que pensara eso. En marzo, tras el inicio del confinamiento, algunos escribimos que el desastre iba a ser monumental, que había que poner la economía en punto muerto, que no sería suficiente con plantear ayudas, sino que había que paralizar los costes fijos de la gente y de las empresas. No se hizo y ahora tenemos lo que tenemos.
A veces dudo de que muchas de las declaraciones que hacen los políticos sean sólo un modo de retrasar el momento de la crítica, la de aceptar que las cosas no van bien. Nadia Calviño, ministra de economía, dijo que el impacto económico del coronavirus sería ‘poco significativo’. La caída del PIB ha sido del 11%, sólo comparable con la postguerra. No puede ser que pensara eso. En marzo, tras el inicio del confinamiento, algunos escribimos que el desastre iba a ser monumental, que había que poner la economía en punto muerto, que no sería suficiente con plantear ayudas, sino que había que paralizar los costes fijos de la gente y de las empresas. No se hizo y ahora tenemos lo que tenemos.
Supongo que, al igual que se genera un discurso oficial en clave positiva cuando todo augura un desastre absoluto para ganar tiempo, cuando la evidencia demuestra la catástrofe, se disfrazan las cifras o se modifican los sumandos. Así se hace con el desempleo. En este vídeo expliqué en la Sexta la verdadera cuenta del paro en España, el motivo de tal desastre y su relación con el PIB. Además, algo que no se suele hacer, vinculé el motivo de caída del PIB con la parálisis de los motores económicos. Espero os sea útil, en televisión no es fácil explicar estas cosas, hacerlo así, y en tan poco tiempo.
Y es que España cierra 2020 como el peor país de las economías desarrolladas y de la Unión Europea en caída del PIB y desempeño del empleo. La decisión de mantener y subir impuestos y a la vez ser el país que menos apoyo al tejido productivo ha dado ha dejado a España en riesgo de no estar bien posicionado para una necesaria transformación digital y tecnológica de todo el modelo productivo. Las empresas han quedado heridas gravemente por esta crisis y la irregular gestión de la misma. Según el Banco de España, casi el 25% de las empresas españolas están al borde de la quiebra hoy. Una dificultad añadida para reabsorber a los 5 millones de parados que hay en España.
Que en una entrevista al presidente Sánchez de Europa Press, dijera que ‘la gran innovación de esta pandemia han sido los ERTE’ demuestra en el terrible escenario en el que entramos. España se enfrenta a 2021 sin capacidad de atraer inversión, más dificultades impositivas y burocráticas para crear empleo y con una escasa capacidad histórica para gestionar los fondos europeos que deberían estimular el cambio de modelo. Una economía compleja tiene crisis menos profundas y sale antes de ellas. No veo por ningún lado que la idea sea hacerla más compleja.
A la espera de la lluvia de millones. ¿Preparados para reiniciarlo todo?
El gobierno español y muchos agentes económicos tienen puestas sus esperanzas en los fondos europeos que han costado sangre, sudor y lágrimas. Para sacar adelante este país ante la que se avecina, España recibirá140.000 millones de euros a repartir en varios años. La cuestión no es la cantidad, sino si ese dinero será bien utilizado. En primer lugar debemos dimensionar adecuadamente esto. Inicialmente debemos hablar únicamente de 26.000 millones, que son solamente dos décimas del PIB, algo que, desde luego, no va a cambiar la naturaleza de la economía española. En segundo lugar, los fondos desembarcarán en el mejor de los casos a partir de la segunda mitad del año. Si para entonces, ya tenemos la vacuna bien implementada, la economía española estará creciendo fuertemente. Aquí hay dudas. Pero pongamos que sí. Entonces los fondos vendrán a impulsar un crecimiento que ya se va a producir y pueden producir precisamente problemas adicionales, problemas de inflación. Un concepto del que nadie habla, pero que en algún momento volveremos a ver generando problemas de consumo pero que ya trataremos cuando llegue.
El gobierno español y muchos agentes económicos tienen puestas sus esperanzas en los fondos europeos que han costado sangre, sudor y lágrimas. Para sacar adelante este país ante la que se avecina, España recibirá 140.000 millones de euros a repartir en varios años. La cuestión no es la cantidad, sino si ese dinero será bien utilizado. En primer lugar debemos dimensionar adecuadamente esto. Inicialmente debemos hablar únicamente de 26.000 millones, que son solamente dos décimas del PIB, algo que, desde luego, no va a cambiar la naturaleza de la economía española. En segundo lugar, los fondos desembarcarán en el mejor de los casos a partir de la segunda mitad del año. Si para entonces, ya tenemos la vacuna bien implementada, la economía española estará creciendo fuertemente. Aquí hay dudas. Pero pongamos que sí. Entonces los fondos vendrán a impulsar un crecimiento que ya se va a producir y pueden producir precisamente problemas adicionales, problemas de inflación. Un concepto del que nadie habla, pero que en algún momento volveremos a ver generando problemas de consumo pero que ya trataremos cuando llegue.
Las dos opciones para reiniciar la economía
El problema añadido es que no tiene ninguna pinta de que se vayan a gastar bien, o ni tan siquiera que se vayan a gastar todos esos fondos. Recordemos que España ha sido muy mala en eso de invertir fondos europeos. De hecho solo ha ejecutado el 39% de los fondos estructurales de la UE en los últimos años. Siempre ha tenido problemas para gestionar las ayudas que le llegaron antes de la pandemia. Hasta bien entrado el año pasado, España solo había ejecutado el 39% de los fondos estructurales concedidos por la Unión Europea y aún tenía un 20% de estas ayudas pendientes de asignación. De los cerca de 56.400 millones de euros en fondos estructurales concedidos a España para el período de 2014 a 2020, solo se habían gastado 22.000 millones de euros, otros tantos estaban en tramite y unos 11.275 peligraban porque ni siquiera se habían asignado.
Deberíamos preguntarnos a qué se debe y cómo solucionarlo. Apunto dos motivos: el primero, la excesiva burocracia y, el segundo, las dificultades financieras de muchas comunidades autónomas. Como se trata de proyectos co-financiados, muchas comunidades no tienen el suficiente músculo financiero para afrontar los proyectos. Ahí se paran.
Pero vayamos a la situación actual. El plan de inversiones tiene que presentarse antes de marzo y tiene que estar sujeto a algo importante. Las inversiones tienen que ir de la mano de reformas. Y esto es lo que viene a decir el artículo 16.3 del borrador actual sobre esas ayudas. La Comisión del Parlamento Europeo dijo explícitamente que ‘todos esos fondos están condicionados a los objetivos europeos de recuperación y modernización de las economías’ pero en base al cumplimiento de lo que se llaman directrices europeas específicas para cada país.
Por decirlo claramente, todo se sujeta a las tareas pendientes que la Comisión pone todos los años a los distintos países. Tareas que son fundamentalmente en base a tres reformas: la del mercado de trabajo, la reforma del sistema de pensiones y la reforma del sistema educativo y de la formación profesional. Todo eso tiene que estar en el programa. Ese famoso artículo 16 dice explícitamente que ‘si no se cumplen con esas reformas no habrá desembolso’. ¡Chimpum! Por lo tanto, no es dinero gratis, es a cambio de reformas económicas a las que el gobierno no está muy por labor pero que son innegociables. Por cierto, reformas que nos vienen bien y que ojalá se hagan.
Espero que seamos capaces de reconducirlo todo y replantear definitivamente el modelo productivo. Un ejemplo básico para ver lo monumental del trabajo pendiente. Sabemos que el sector más importante en España, tanto en producción como en empleo, es el que engloba al comercio mayorista y minorista, el transporte, el alojamiento y los servicios de alimentación, que supone un 23,5% del valor añadido total y un 29,6% de los puestos de trabajo. Por comparar, el sector con más peso productivo en la economía alemana es la industria, que genera un 24,3% del valor añadido. En España, en cambio, la industria ocupa el tercer lugar por valor añadido, con un 16,1%, y el cuarto lugar en volumen de empleos, con un 11,3%.
Si esos fondos son para darle la vuelta a eso, deberíamos localizarlo en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (“España Puede”) para acceder a los recursos del programa europeo Next Generation UE. La idea es crear 800 000 empleos en sectores innovadores, lo que implica coordinación y mejor legislación laboral, la capacidad de generar y gestionar proyectos para absorber esos millones a medida que lleguen y la capacidad de garantizar la creación de empleo estable y de calidad.
Escribí hace meses que en el futuro no se va a reconstruir nada. Recientemente el foro de Davos ha titulado así su edición virtual de este año. En toco caso vamos a un ‘reset’ que puede ser una gran oportunidad. Gestionar el tránsito no será sencillo pero, y depende de todos, escalar hacia ese nuevo mundo, más tecnológico, más humano, menos injusto y más sostenible, está más cerca que nunca. Perder esta oportunidad sería un error mayúsculo que pagaremos caro, especialmente nuestros hijos.
El turismo será tecnológico o no será.
El turismo, un sector de futuro, siempre que acepte la tecnología como motor de cambio. Así empecé mi participación en el Segundo Congreso Online del Agente de Viajes Digital, que se celebró recientemente. La pandemia ha producido un triple ‘shock’, de oferta, de demanda y de valor patrimonial de las compañías, que se traduce en un cuarto, un shock laboral que se irá ampliando y donde pronostico que las compañías que abracen la tecnología estarán a la cabeza de la recuperación, porque serán más eficientes, automatizadas y conocedoras del cliente.
El turismo, un sector de futuro, siempre que acepte la tecnología como motor de cambio. Así empecé mi participación en el Segundo Congreso Online del Agente de Viajes Digital, que se celebró recientemente. La pandemia ha producido un triple ‘shock’, de oferta, de demanda y de valor patrimonial de las compañías, que se traduce en un cuarto, un shock laboral que se irá ampliando y donde pronostico que las compañías que abracen la tecnología estarán a la cabeza de la recuperación, porque serán más eficientes, automatizadas y conocedoras del cliente.
Y es que la complejidad económica de un país, es decir, la dificultad de las empresas para sustituir a sus trabajadores, como consecuencia de sus capacidades y habilidades, un indicador en el que Alemania se sitúa muy por encima de España, sirve para pronosticar qué países serán los primeros en sobreponerse a los efectos de la pandemia. La automatización o la Inteligencia Artificial no provocan paro, sino que generan mayor eficiencia, productividad y empleo, pero en posiciones distintas y para funciones diferentes. Animo a no poner regulaciones o muros a la tecnología, porque va a ser clave para afrontar el futuro con garantías.
La innovación será la única salida. Cuando el mundo cambia, el que decide cambiar no siempre gana, pero el que no lo hace siempre pierde y en el turismo eso va a ser clave. El turismo del futuro a medio plazo va a ser muy distinto donde las tecnologías relacionadas con el ‘contactless’ se van a quedar. El sector turístico ha trabajado muy bien para ofertar esos servicios salvaguardando la seguridad, mientras que no se está reconociendo al sector motor de la economía española que ha hecho un esfuerzo notable, y se le castiga sin tomar medidas adecuadas o poco uniformes en el tiempo.
La flexibilidad y la sostenibilidad de los procesos obligarán a que cada persona necesitará desarrollar nuevas habilidades porque el proceso de transformación va a ser más rápido que nunca. Pero que quede claro que los viajeros volverán. No en la misma cantidad pero volverán. La oportunidad que nos ofrece este tiempo muerto es la de ejecutar la necesaria transformación tecnológica del sector.
La inversión en tecnología es fundamental y no debe considerarse un gasto sino una inversión. La industria del viaje ha tenido una gran capacidad de transformarse gracias a la tecnología, pero esa transformación se ha convertido en una necesidad en tiempos en los que el cliente cuenta con mucha información y demanda ser usuario por delante de consumidor.
El consumidor ahora tiene muchísima información y no está esperando la oferta, tiene capacidad de juicio y busca conceptos que antes no buscaba, como la sostenibilidad, por lo que no valdrá con ofrecer un paquete que valga para todo tipo de cliente, sino que se deberá optimizar la oferta a través de los datos. Para gestionar esos datos, transformarlos en información y, finalmente, darle un sentido para convertirla en conocimiento, será necesaria mucha tecnología. No demasiado compleja, pero sí intensa.
El viajero inmediato exigirá esa tecnología pues querrá que nos anticipemos como industria en los problemas que pueda tener. Los viajeros comprarán si saben que si hay un problema se podrá solucionar con un simple click. Los expertos coinciden en destacar la proximidad o las reservas de última hora como algunos de los factores que cobrarán especial relevancia para los viajeros. Ahí la tecnología toma un sentido extremo.
Los clientes exigen garantías y es por eso que las políticas de cancelación favorables y la transparencia serán la base fundamental de las condiciones de las reservas para estimular así la demanda. Se instalará un modelo nuevo. Las staycation (vacaciones en casa o a pocos kilómetros), que antes eran una tendencia alternativa, serán pauta de consumo durante un largo tiempo. Tendrán mayor protagonismo los destinos no masificados frente a las grandes urbes, así como el turismo rural y de naturaleza. Ese nuevo modelo exige también automatizar procesos, conocer al cliente y generar valor en esa proximidad.
Los Presupuestos Generales del Estado 2021 analizados en 'El Cascabel'
Me invitaron a participar en el programa 'El Cascabel' de TreceTV para analizar la situación económica en la que se encuentra España y cómo afectarán los Presupuestos aprobados por el Gobierno español aquel mismo día. Según mi opinión empezamos mal porque lo que tiene que ver con el déficit, con la deuda y con los ingresos, no se van a cumplir.
Me invitaron a participar en el programa 'El Cascabel' de TreceTV para analizar la situación económica en la que se encuentra España y cómo afectarán los Presupuestos aprobados por el Gobierno español aquel mismo día. Según mi opinión empezamos mal porque lo que tiene que ver con el déficit, con la deuda y con los ingresos, no se van a cumplir.
Los ingresos tributarios tal y como se habían reflejado en los presupuestos no van a llegar, de hecho van a bajar entre un 20 y un 30% atendiendo a la recaudación del tercer trimestre. Además, tenemos que tener en cuenta que los gastos planteados se van a incrementar porque no refleja lo que ha estado pasando los últimos 2 meses y los cierres que podrían provocarse después de Navidad en algunos ámbitos.
Opiné al respecto del incremento de la presión fiscal sobre los ciudadanos y las empresas. Lo que sabemos ya es que nos van a subir los impuestos a todos, esto de que solo suben los impuestos a los más ricos es una falacia, existe un concepto que se llama traslación fiscal que cuando se aplica, se aplica a todos los ámbitos de compra o de venta o de fijación de esos tributos.
En cuanto a otro de los temas clave, el de los sueldos públicos, opiné que otra cosa es que se suban los tipos como lo que se ha planteado en el ámbito del funcionariado o de los políticos cuando están cayendo los sueldos en el sector privado. Ahora mismo tenemos una deflación en todos los sentidos. Estos presupuestos nacen con un problema de base y es que no refleja ni el momento actual ni alguna previsión consensuada.
Con respecto a estas previsiones quise ejemplificar que en estos presupuestos no hay un reflejo de aplicación de nuevos ERTEs, no hay ni un céntimo aplicado a eso, lo que nos van a decir si lo criticamos es que los presupuestos tienen que tener un punto de flexibilidad, es un concepto que utilizan mucho algunos economistas cuando quieren decirnos que no lo tienen muy claro, que no saben ni cuanto van a ingresar ni cuánto van a gastar, y es la antítesis a lo que deberían ser los presupuestos, que deberían ser lo más fijos posibles.
Finalmente, sobre la fiscalidad de España en comparación con otros países, es falso que sea ‘baja’ como define el Gobierno. En España hay una presión fiscal muy poquito por encima de la OCDE pero habría que compararla con el esfuerzo fiscal, que es el presión fiscal aplicados a cada una de las personas que trabajan y en España eso nos da un esfuerzo fiscal mucho más alto que en otros países. El problema es que pagamos mucho pero el gasto que tenemos no se aplica adecuadamente, porque tenemos muchos parados, una economía sumergida importante y el 97% de las PYMES españolas están en perdida.