Inversion Marc Vidal Inversion Marc Vidal

¿Qué es el concepto Friends, Family & Fools?

Tras el primer episodio de 'Economía de Futuro' en el que definimos que era una startup, en el segundo nos ocupamos del primer paso de financiación que la mayoría de estas empresas tiene que dar. Se trata de el entorno más cercano y que se compone de amigos y familiares. Es lo que se conoce como las 3 F´s (‘Friends, Family and Fools’)

Tras el primer episodio de 'Economía de Futuro' en el que definimos que era una startup, en el segundo nos ocupamos del primer paso de financiación que la mayoría de estas empresas tiene que dar. Se trata de el entorno más cercano y que se compone de amigos y familiares. Es lo que se conoce como las 3 F´s (‘Friends, Family and Fools’)

Para tratar este tema en el programa entrevistamos a Marta Emerson de Idearamus, una de las expertas más reconocidas en el país en temas de financiación gracias a su paso por Silicon Valley. Con ella hablamos de las tres F's. Según ella se trata de un paso casi obligado antes de indagar la vía privada, ya sea en entidades financieras o a través de inversores. De hecho, muchos de estos últimos suelen ver con ‘buenos ojos’ que se haya completado esta primera etapa. 

Las 3 F´s es ese primer paso natural que da todo emprendedor cuando quiere poner en marcha su idea y de ello sabe mucho Ursula Ponce que también pasó por el programa. Ella es la fundadora de Ursulitas, una de las startups más exitosas que se aceleraron en Conector. Lo cual, obviamente, es una satisfacción doble. Recientemente ha anunciado su alianza con Vente Privee y la apertura de su primera tienda física.

Recuerda que 'Economía de Futuro' es una sección donde analizamos los cambios disruptivos que esta viviendo nuestra sociedad desde el punto de vista empresarial y económico. Lo hacemos dentro del espacio Tips de 'la 2' de TVE

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Innovación, Sociedad, Tecnologia Marc Vidal Innovación, Sociedad, Tecnologia Marc Vidal

La clave futura será la ciudad digital. Barcelona entre las 'Smart cities' más avanzadas.

La revolución industrial en la que estamos sumergidos es vista por unos como una amenaza en todos los sentidos económicos y sociales, por otros como una gran oportunidad de crear un mundo más humano y, la mayoría, ni la tienen en cuenta. A este tercer grupo pertenecen cuantos este pasado fin de semana se entretuvieron en sus respectivos congresos. Está claro que los que aun quedan por ‘congresear’ no van a diferenciarse demasiado. Al fin y al cabo un festival de estos sólo son para mostrar músculo o para muscular.

La revolución industrial en la que estamos sumergidos es vista por unos como una amenaza en todos los sentidos económicos y sociales, por otros como una gran oportunidad de crear un mundo más humano y, la mayoría, ni la tienen en cuenta. A este tercer grupo pertenecen cuantos este pasado fin de semana se entretuvieron en sus respectivos congresos. Está claro que los que aun quedan por ‘congresear’ no van a diferenciarse demasiado. Al fin y al cabo un festival de estos sólo son para mostrar músculo o para muscular.

Sin embargo la historia no se detiene. La cuarta (revolución), la nueva o la última, llámenla como quieran (el nominativo definitivo lo pondrán nuestros nietos) es algo que en algunos lugares se está teniendo en cuenta y en otros se está dejando pasar. En España no hay mucho de lo que sentirse orgulloso o tranquilo. Mientras se discute sobre quien o como van a repartirse sus cosas, la sociedad asiste a la mutación más intensa que ha vivido jamás el sistema laboral.

No hablo de salarios precarios. Tampoco de contratos temporales. Ni siquiera de empleo de escaso valor añadido. Eso ya lo sabemos, se dice y se digiere. Estoy señalando el mayor reto socioeconómico al que en menos de dos legislaturas estos tipos van a tener que enfrentarse. Una sociedad sin empleo. Mejor dicho, un empleo muy distinto. La velocidad de cambio está creciendo exponencialmente y no se dan por enterados. No trataron nada de eso, no lo tienen en cuenta, no lo ven previsible ni inmediato y ahí radica el drama.

No obstante, en cierta manera, da igual. Una vez asumido que los pilotos que tenemos, o que podemos tener, no van a trazar una ruta directa hacia la conquista de una economía de futuro e impulsar a tiempo el cambio de modelo de crecimiento de este país, nos queda hacerlo desde la empresa o desde un lugar que será el detonante de todos esos avances. Estoy hablando de las ciudades.

El epicentro de los cambios que vamos a vivir será el modelo ciudad. Un espacio que, en cuestión de muy poco, significará un modo de vida muy distinto entre los que vivan en ciudades inteligentes y los que no. La política que adopten las ciudades en el futuro inmediato las posicionará globalmente, les concederá las ventajas económicas y competitivas necesarias y les facilitará la vida a las personas que podrán ver como las cadenas de valor entre impuestos y servicios se reducen y se hacen eficientes. Es la ley digital universal puesta al servicio de los ciudadanos.

Tiene sentido, las ciudades son el futuro en innumerables aspectos pues acudimos a ellas en masa siendo redes socializadas que permiten la interacción de los exponentes de esa modernidad que comentamos cada día. Internet de las Cosas en ciudades inteligentes, socialización y economía compartida, impresión dimensional que precisa de puntos de recogida, automóviles automatizados o gestión de datos masiva de cuanto hacemos sus habitantes. No es Asimov, es algo que ya funciona y avanza sin hacer ruido.

Un plan es imprescindible. En él debe aparecer como vamos a trabajar en el futuro inmediato, ese lugar donde el empleo no será lo que es ahora. En una década tener algo que hacer en una ‘smart city significará la garantía económica para sus habitantes. Esto no va de crear empleo, va de crear futuro. Todavía estamos en las primeras etapas de los desarrollos inteligentes de las ciudades, pero en este 2017 se van a producir grandes anuncios. Entre 2014 y 2016, el mercado mundial de tecnologías para Smart cities aumentó en 3.300 millones de dólares, pasando de 8.800 millones de dólares a 12.100 millones de dólares. Se calcula que entre el 90 y 95 por ciento de la población americana y europea vivirá en áreas urbanas para 2050. Hoy en día, el 82,3 por ciento de la población en los Estados Unidos ya vive en áreas urbanas.

A medida que más ciudades del mundo se congestionan, los gobiernos deberían prepararse para estimular iniciativas en línea con el concepto Smart city. Algo que va más allá de tener una aplicación que te dice a que hora llega tu autobús. Estas iniciativas deben beneficiarse de utilizar tecnologías de proximidad que permitan superar los desafíos de movilidad que presenta la creciente población para garantizar la seguridad pública, optimizar el flujo de tráfico, crear mejores experiencias de turismo, eliminación absoluta de barreras y oportunidades de monetización de datos. Según el informe  Unacast’s latest Proximity.Directory Report (Formerly Proxbook) las ciudades del mundo con un mejor desempeño en este sentido son Oslo, San Francisco, Londres, Singapore, New York y Barcelona. Si, Barcelona.

Singapur desplegó hace un par de años una ingente cantidad de sensores y cámaras para analizar la congestión del tráfico y la densidad de la gente, permitiendo que se redimensione todo el sistema de transporte público logrando un éxito notable. De hecho, ahora, también son capaces de predecir cómo los edificios nuevos van a afectar los patrones de viento o de las señales de comunicación.

Barcelona instaló una red de sensores de tierra para regular el riego en relación con las previsiones de precipitaciones y temperatura. Los sensores ajustan el sistema de rociadores y las fuentes de la ciudad para la eficiencia, llevando a un aumento en la conservación del agua en un 25 por ciento ahorrando a la ciudad medio millón de euros al año.

La ciudad de Nueva York ha comenzado a implementar un servicio de banda ancha de alta velocidad para toda la ciudad que se completará en 2025. Dentro de esta área, los funcionarios podrán monitorear los datos sobre la calidad del aire, el tráfico y el consumo de energía.

Londres utiliza la tecnología para ayudar a combatir la congestión y simplificar el aparcamiento. Las autoridades gubernamentales han abierto datos a empresas y proyectos para aprovechar esos datos en la construcción de sus productos.

San Francisco ha implementado un sistema de estacionamiento inteligente para monitorear la ocupación y puede usar estos datos para un sistema de estacionamiento dinámico que ajusta el costo del estacionamiento dependiendo de si los puntos están ocupados o no. Bienvenidos al mundo de los sensores.

¿Los saben nuestros gobernantes, opositores y derivados?

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La sorprendente Transformación Digital de los Seguros. Mucho más que Insurtech

Ayer ofrecí una charla a un grupo de directivos y empresarios del sector de los seguros vinculados a la organización Cojebro. Tienen la percepción, como sector, que la transformación digital no sólo es algo a acometer urgentemente, sino que el problema radica en que los pasos que pueden estar dando no sean los adecuados. Temen que su hoja de ruta sólo contemple digitalizarse y no transformarse digitalmente.

Ayer ofrecí una charla a un grupo de directivos y empresarios del sector de los seguros vinculados a la organización Cojebro. Tienen la percepción, como sector, que la transformación digital no sólo es algo a acometer urgentemente, sino que el problema radica en que los pasos que pueden estar dando no sean los adecuados. Temen que su hoja de ruta sólo contemple digitalizarse y no transformarse digitalmente.

Al igual que le ha pasado a los bancos, los cuales han visto como un tercio de su negocio ha sido capturado por las Fintech, el sector de los seguros tienen su espada de Damocles en las denominadas Insurtech. Y como en el caso del sector financiero el asunto no se reduce sólo a un modelo tecnológico que ofrezca una productos similares a los que ellos han vendido durante siglos, sino que el foco en el futuro inmediato estará en otros aspectos derivados de comportamientos, avances tecnológicos y conversión de productos a servicios. Recordemos la máxima de nuestros días, ‘todo lo que sea susceptible de ser digitalizado, será digitalizado’.

Para el sector de los seguros la cosa es más compleja si cabe. Debemos examinar el catálogo de servicios que se ofrecen desde una correduría de seguros y enfrentarlo a la realidad inminente. No se trata de tener una aplicación mejor o peor diseñada, un website enriquecido o perfiles en las redes sociales. Ni siquiera va de incorporar un ‘chatbot’ en el trato con clientes. Es más profundo. Como en todos los sectores económicos la disrupción llegar dando avisos leves y, en un momento determinado, su despliegue es exponencial.

En la sesión de ayer invité a la audiencia a viajar al futuro inmediato. Un tiempo que se está gestando ahora y del que ya tenemos pistas notables acerca de que cuotas de mercado va a ventilarse en este sector concreto. Este ejercicio es el que hago con cualquier modelo económico o foco empresarial. Tras ese esfuerzo intento, con la implicación de los asistentes, a definir respuestas competitivas y a interpretar por donde podrían ir los nuevos modelos de negocio. Inclusive, la adaptación de esa tecnología, que puede ser el origen del problema, para convertirse en la puerta de la solución.

Los avances que afectan a este sector en concreto más allá de las aplicaciones denominadas Insurtech, estarían en diversos campos. La Revolución Industrial 4.0 como he dicho muchas veces no es tan industrial como sociológica y su afectación va más allá de modelos productivos. Es un relato implacable que lo desmonta todo y no entrega planos para ordenarlo de nuevo. Tenemos pistas y, observando, podemos ir dibujando esa guía a tiempo real, jugando al prueba-error y aspirando a tener empresas en ‘beta constante’.

En el caso de los profesionales de los seguros, de las grandes aseguradoras o de los despachos profesionales que ofrecen pólizas diversas, las tecnologías que más les afectarán en breve tienen que ver con, obviamente, la auto conducción de vehículos industriales y particulares, la impresión 3D, la Internet de las Cosas, la Realidad Virtual y Aumentada, robótica, la Inteligencia Artificial y el Big Data. Es decir, casi todo.

Seguro que estás pensando que lo de los coches que se conduzcan solos es lógico que afecte, pero que cuesta entender como la impresión 3D u otros avances disruptivos pueden modificar el modelo de negocio del sector seguros. También se lo preguntaron los directivos que ayer lo escuchaban sorprendidos. Sin embargo es puro pensamiento lateral.

La impresión 3D afectará a como se distribuyen las coberturas de seguros en la producción de un producto. Desde el seguro de transporte hasta los de personal y operarios afectados. Si un producto se fabrica en destino no precisa de asegurarse la cadena de valor intermedia. Es mucho más complejo pero sintetizando el cambio iría por ahí.

La Internet de las Cosas también va a cambiar notablemente el mundo de los seguros. Las personas cada vez llevamos más lectores de salud encima. En apenas un par de años los humanos incrementaremos exponencialmente nuestra conexión sanitaria. La entrega de datos masivos a tiempo real sobre nuestro estado de salud reducirá una hipotética ‘cadena de valor’ entre el paciente y la solución. El e-health de origen IoT o wearables lo va a cambiar todo también.

La realidad virtual y aumentada afectarán de manera importante en el campo de los seguros laborales. Sabemos que cuando se utilizan sistemas de entrenamiento de nuevos empleados en industrias o fábricas basados en realidad virtual o aumentada y que permiten que esos trabajadores se pasen semanas o meses en un entorno virtual e inofensivo, el paso a la ‘Realidad Real’ se efectúa sin problemas, accidentes o pérdidas de producción. Seres humanos que reducen su siniestralidad y que precisan seguros muy distintos.

¿Cómo serán las pólizas de seguros para robots? La robótica también lo modifica todo. Su papel en una cadena de montaje es clara pero en un espacio flexible donde su ‘entidad’ pueda ser inteligente y tome decisiones por si sola precisará de un nuevo foco asegurador. Tal vez un tomador sintético y no humano. ¿Quién sabe?

Como decía, el caso más evidente es el de los coches cuando vayan solos. Tengo claro que el tipo que no podrá conducir ya ha nacido y que es cuestión de una o dos décadas para que sea generalizado. No obstante la transición ya ha empezado y poco a poco iremos viendo esos cambios. Al principio será sorprendente, después curioso y finalmente normal. Ver un coche yendo solo se irá normalizando.

Cuando esto sea así los seguros de conducción tendrán que repensarse. ¿Quién será el tomador? Alemania está definiendo su políticamente su futuro código de circulación en el que ya se incorpora la figura del coche autónomo. Me llamó la atención el debate de quien es el ‘titular responsable’ de lo que suceda con el vehículo en caso de accidente. El debate fluye sobre tres suposiciones que, además, responde a una evolución tecnológica en paralelo.

Inicialmente, durante un tiempo, el responsable será el propietario del vehículo. Eso será así porque la autonomía del vehículo será relativa y el dueño debería ir en él por si se precisa su intervención. En unos años el responsable legal del vehículo no será el comprador sino el fabricante del coche. Se interpreta que al no precisarse intervención humana el conductor no existe y el coche circula bajo los criterios de calidad y eficiencia del fabricante. Finalmente, lo más espectacular, es que el foco final de responsabilidad en la conducción autónoma recaerá en las ciudades o gobiernos. Se cree que cuando los errores humanos no puedan existir y los vehículos dependan de indicadores externos, un accidente sólo dependerá de la buena gestión pública de los desplazamientos. En ese escenario no existen coches de propiedad por cierto. Todo es un gran servicio.

En cualquier caso, algunas cosas son inminentes, otras menos y algunas todavía tienen un tono de ciencia ficción importante. Lo que si es importante es responder a la pregunta correcta. Da igual el sector, la pregunta no es ¿me va a afectar la disrupción? Las pregunta correctas es ¿cuándo me va a llegar y con que tecnología? Hazte la pregunta como ayer se la hicieron los directivos y empresarios del mundo de los seguros.

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Apps, Fintech, Inteligencia Artificial Marc Vidal Apps, Fintech, Inteligencia Artificial Marc Vidal

En diez años, los bancos no serán bancos.

El sector financiero tiene varios frentes abiertos. Las Fintech, las cláusulas suelo, los recortes de plantilla, el cierre de oficinas y la necesaria transformación del propio modelo de negocio que representan. Una guerra con múltiples batallas. Contiendas a las que en breve se sumaran otras que podrían convertir su futuro en una tormenta bíblica. Apple, Amazon, Google y Facebook podrían estar trabajando en algo similar a lo que ahora entendemos por ‘banco’.

El sector financiero tiene varios frentes abiertos. Las Fintech, las cláusulas suelo, los recortes de plantilla, el cierre de oficinas y la necesaria transformación del propio modelo de negocio que representan. Una guerra con múltiples batallas. Contiendas a las que en breve se sumaran otras que podrían convertir su futuro en una tormenta bíblica. Apple, Amazon, Google y Facebook podrían estar trabajando en algo similar a lo que ahora entendemos por ‘banco’.

Lo complicado para el sector bancario español, tradicional y Fintech, es que, según un reciente informe de Accenture, tres de cada diez españoles estarían dispuestos a abrirse una cuenta en esas empresas de corte tecnológico y global. Un porcentaje que alcanza a casi la mitad en la franja de edad más baja. La tendencia, además, no hace más que crecer.

Históricamente, la banca ha sido una de las industrias más reticentes en adoptar la transformación digital. No hablo de aplicaciones con modelos de consulta, sino de integrarla en el modelo de relación con sus clientes. Uno de los ejemplos que permite identificar de qué hablo sería el uso de la inteligencia artificial en el punto de contacto con el cliente. ¿Cuántos bancos españoles tienen un chatbot trabajando para ellos? En Facebook Messenger hay más de 11.000 chatbots activos que ocupan espacios industriales de todo tipo, incluidos los financieros por supuesto. Sirven para conocer mejor al cliente alimentando los buzones del propio chat con interacciones de pura Inteligencia Artificial. Esto permite entender mejor a sus clientes.

Parece algo banal o derivado de una novela de ciencia ficción, pero no lo es. Hablo de procesar de manera natural el lenguaje, interpretar lo relevante y mejorar la precisión de la respuesta. Algo que no depende de Facebook, ni del cliente. Es tarea de todo el banco. Debe ocuparse él. El problema actual es que la mayoría de los bancos que conocemos piensan que un chatbot es algo impersonal, arriesgado y que no pertenece a las prioridades de gestión de la entidad. Gravísimo error. La tecnología y su asimilación los salvará. La transformación de todos ellos en algo que todavía desconocemos surgirá del uso inteligente de sistemas expertos y de datos masivos. En España el proyecto más avanzado en este sentido lo encabeza Caixabanc.

El banco del futuro no sabe cómo será. Nadie lo sabe, pero para que suceda adecuadamente deberá comprometer a todos sus empleados para que, por ejemplo, ese chatbot sea eficiente. También será necesario, no obstante, que sea algo cierto, estratégico y desplegado con entusiasmo. Se deben focalizar en la conquista de un espacio comercial y sociológico que se les está escapando poco a poco. Lo vean o no lo vean. Quienes lo estén sintiendo, estudiando y preparando, podrán sobrevivir. El resto no lo hará. Además, será rápido. De poco servirán los resultados trimestrales en miles de millones. Cuando empiece el desmontaje solo tendrán planos para construir de nuevo el rompecabezas quienes hayan hecho los deberes y se hayan equivocado suficientes veces.

Hay algunos ejemplos de cómo se afronta el futuro en este sector. MasterCard tiene un robot capaz de manejar varios problemas y consultas de clientes a través de un algoritmo de procesamiento conversacional. El algoritmo supervisa los hábitos de consumo de un cliente, responde a sus preguntas sobre las finanzas personales e identifica modelos de negocio inminentes. El resultado final es una mejora del cuadro de mando de la propia empresa.

Bank of America es otra empresa que utiliza un chatbot inteligente. Se llama ‘Erica’ y iene como objetivo ayudar a los clientes a tomar decisiones financieras. Recibe información personalizada sobre las categorías de gastos de los clientes y dispensa consejos sobre cómo solucionar problemas de deuda. Un enfoque que explora la posibilidad de crear una experiencia para los consumidores que ningún ser humano podría lograr a partir de una ingente cantidad de datos que percibe sobre ellos.

Un mundo en constante experimentación solicita el relevo. Un escenario en clave de guerra comercial. Un horizonte tormentoso para quienes no han entendido realmente lo que significa que los bancos son las nuevas discográficas. Mientras tanto los millenials siguen contratando cada vez menos hipotecas, solicitando créditos en otras plataformas, evitando comisiones desde una aplicación financiera y abrazando la economía circular que premia el uso antes que la propiedad. De eso va todo esto, de un cambio real de conducta, valores y experiencias. De ellos depende iniciar la transformación hacia lo que, para sobrevivir, deberán ser. En menos de diez años los bancos no serán bancos.

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La Transformación Digital va de personas. Luego de tecnología.

El discurso sobre la obligatoriedad de la transformación digital es unánime. Pocos son los que defienden un camino contrario para empresas y organizaciones. Es pura agenda, hoja de ruta para quien quiera afrontar los retos de un futuro inminente con garantías. Su importancia es estratégica y crece su impacto en todos los ámbitos. Por este motivo miles de compañías encargan a sus equipos gestores que desarrollen la puesta en marcha planes de digitalización. En ocasiones erróneamente. 

El discurso sobre la obligatoriedad de la transformación digital es unánime. Pocos son los que defienden un camino contrario para empresas y organizaciones. Es pura agenda, hoja de ruta para quien quiera afrontar los retos de un futuro inminente con garantías. Su importancia es estratégica y crece su impacto en todos los ámbitos. Por este motivo miles de compañías encargan a sus equipos gestores que desarrollen la puesta en marcha planes de digitalización. En ocasiones erróneamente. 

No es lo mismo digitalizarse que transformarse digitalmente. El primer concepto es incorporar tecnología. El segundo representa el uso de esa tecnología para la gestación de nuevos modelos de negocio. Este punto es trascendente puesmuchos creen estar sujetos a un proceso de transformación digital cuando en realidad solo se están digitalizando.

Ese error también se repite en otro ámbito. Toda la tecnología disponible como el cloud, la inteligencia artificial, los sistemas expertos de automatización, la gestión de datos masivos o la movilidad no son más que eso, puntos de contacto tecnológico. Sin embargo un buen proyecto de transformación digital no será relevante sino está determinado por el valor de las personas que la van a disfrutar. Incluso si se aplica en nuevas formas y combinaciones innovadoras, la tecnología por sí misma no transforma a una empresa.

La transformación digital exitosa está determinada principalmente por el grado en que las personas están capacitadas para adoptar activamente el cambio constante como una oportunidad para el crecimiento y la innovación.

La innovación tecnológica ha perturbado históricamente a los mercados y los modelos de negocio. La magnitud de la tragedia actual es exponencial y no tiene referencias homologables. Es un aspecto clave, que utilizo en cualquiera de los proyectos en los que participo, promover una cultura en la empresa u organización que estimule a las personas a adoptar activamente ese cambio y lo fomente continuamente. Es imprescindible crear empresas en ‘beta’ constante.

La innovación que pretenda poner a la venta no lo será si el mercado no la acepta y, para ello, será fundamental que la dimensión humana no desaparezca en los procesos, en el contacto con el cliente, en la comunicación y en los nuevos modelos de negocio. Por lo tanto, la transformación digital es un componente integral de algo más importante, la propia Transformación Empresarial. Para ello el foco debe estar en las personas a partir de la integración tecnológica. Como Christoph Zohlen comenta, para cumplir con este objetivo es imprescindible cumplir algunos preceptos:

La autonomía para fomentar la calidad y agilidad de la toma de decisiones en la implementación tecnológica. La confianza en el liderazgo de las personas que dirigen el proceso que se ha iniciado. El respeto por los valores que representa corporativamente la transformación digital. La predisposición por compartir decisiones a partir del acceso a la información basando ese espacio en la bondad de la colaboración. La permisividad del error pues suele ser un paso previo a la innovación. De hecho la segunda existe tras el riesgo y éste suele acarrear fracasos en el camino. Y posicionar al cliente en el centro de todo el proyecto. El nuevo cliente es poderoso. Su poder emana de la tecnología digital y toma decisiones de modo agregado, complementario y complejo. No es un elemento sin fisuras, es poliédrico y sofisticado. Conocer todas sus variables es el objetivo final, por eso, no podemos olvidar el papel de las personas en la hoja de ruta de cualquier empresa que inicie su transformación digital.

Recuerda, no es lo mismo digitalizarse que transformarse digitalmente, lo primero es pura tecnología, lo segundo humanismo.

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Inversion, Startups Marc Vidal Inversion, Startups Marc Vidal

¿Que es una Startup? Entrevista a Carlos Blanco y un vistazo a Adictik.

Esta semana hemos terminado el rodaje de la segunda temporada de 'Economía de Futuro'. Una sección donde analizamos los cambios disruptivos que esta viviendo nuestra sociedad desde el punto de vista empresarial y económico. Lo hacemos dentro del espacio Tips de 'la 2' de TVE. Creo que es un buen momento para ir recopilando y recuperar cada semana esos episodios que ya se emitieron en su día. 

Esta semana hemos terminado el rodaje de la segunda temporada de 'Economía de Futuro'. Una sección donde analizamos los cambios disruptivos que esta viviendo nuestra sociedad desde el punto de vista empresarial y económico. Lo hacemos dentro del espacio Tips de 'la 2' de TVE. Creo que es un buen momento para ir recopilando y recuperar cada semana esos episodios que ya se emitieron en su día. 

El primer capítulo trata de definir que es una startup. Para ello nos acercamos a una empresa que define muy bien las características habituales en este tipo de compañías. Adictik es un proyecto disruptivo en el sector de la publicidad (una aplicación que logra que los usuarios 'gasten' más de siete minutos visualizando anuncios), paradigmático en la puesta en marcha (de la idea a la ejecución), un equipo joven que pasa por una aceleradora, que modifica su idea inicial (lo que se llama pivotar) y que afronta su primera ronda de inversión a través de una plataforma como StartupXplore.

Además el programa cuenta con una entrevista con Carlos Blanco. Algo que, por cierto, me hizo especial ilusión. Imperdibles respuestas sobre el mundo de las startups con su habitual estilo directo y tremendamente didáctico. 

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El papel indispensable de los Venture Builder también crece en España.

Es probable que todavía no hayas oído hablar mucho de los Venture Builder. Aunque en Estados Unidos y algunos países europeos son relativamente conocidos, en el resto no lo son tanto. Este tipo de 'fábricas de startups' lanzan proyectos al mercado a partir de ideas y recursos propios. A diferencia de incubadoras o aceleradoras, donde los emprendedores aplican a programas que los eligen bajo una idea, un plan de negocio y una primera inversión proveniente de ellos mismos, los Venture Builder buscan a los emprendedores para llevar a cabo un negocio que surge en el seno de este tipo de estructuras y a partir de fondos propios que ponen a su disposición.

Es probable que todavía no hayas oído hablar mucho de los Venture Builder. Aunque en Estados Unidos y algunos países europeos son relativamente conocidos, en el resto no lo son tanto. Este tipo de 'fábricas de startups' lanzan proyectos al mercado a partir de ideas y recursos propios. A diferencia de incubadoras o aceleradoras, donde los emprendedores aplican a programas que los eligen bajo una idea, un plan de negocio y una primera inversión proveniente de ellos mismos, los Venture Builder buscan a los emprendedores para llevar a cabo un negocio que surge en el seno de este tipo de estructuras y a partir de fondos propios que ponen a su disposición.

También, a diferencia de las incubadoras y los aceleradores, no suelen realizar ningún tipo de programa competitivo que culmine en un Demo Day. En su lugar, identifican ideas de negocio dentro de su propia red de recursos y asignan equipos internos para desarrollarlos. Son un buen complemento al ecosistema tecnológico y empresarial que una sociedad moderna y digital debe tener. Cada uno cumple un papel y, en esencia, la experiencia de los miembros puede determinar el grado de éxito de cada una de las propuestas.

En realidad, técnicamente, un Venture Builder es un vehículo de inversión que va tomando parte en cada uno de los proyectos genera. Lo hacen recaudando capital, estimulando la incorporación de personal, diseñando modelos de negocio, creando productos mínimos viables, contratando desarrolladores de negocio y ejecutando campañas de marketing eficaces. Un modelo en crecimiento que en 2011, bajo el concepto Venture Production Studio, Nova Spivack puso en marcha bajo criterios muy similares a lo que ahora comentamos.

En el mundo hay algunos Venture Builder muy notables. Obvious Corp que nació como una spin off de Twitter, Betaworks, cuyo portafolio incluye Instapaper y Blend y la alemana Rocket Internet que vio nacer a PayMill, Jumia y FoodPanda. En España destacan espcialmente Sonar VenturesClimbcrewAntai Venture Builder, y el VB de mi amigo y socio Carlos Blanco Nuclio Venture Builder.

Ahora debemos sumar una nueva iniciativa. Se trata de Akola Venture Builder que ya ha lanzado su primer proyecto, Lexgoapp. Una aplicación donde más de 1000 abogados están en estos mismos ofertando sus servicios. Se encuadra en el denominado ‘legaltech’ que poco a poco se irá normalizando. Ubicados en el nuevo epicentro tecnológico de Barcelona, el Pier01 de Palau de Mar, tienen previsto lanzar dos nuevas startups durante 2017.

Actualmente es un proyecto impulsado por Carlos Guerrero, (Sitka Capital y Fornesa Abogados), Miguel Lobón (Sitka Capital y Fornesa Abogados), Christian Rodríguez (Byhours), Carlos Otermin (Rocket Internet, Lazada Group), Vanessa Palmer (Numa), Jaume Bosch (Nautal), Valentí Freixanet (LetsBonus),  Gerard Peiró (BeMobile), Enric Batlle (Tempobridge), Pilar Rubio (Viriditas Ventures) y Fernando Becerra (SSW Earty Fund), entre otros. 

La diferencia más interesante entre Akola y otros Venture Builder es su interés por lanzar proyectos se encuadran en la intersección entre creatividad y tecnología. Su visión es la de estimular un impacto social positivo y duradero siempre en contacto con la sostenibilidad, la creatividad y el largo plazo. Consideran que la tecnología es mejor cuando aparece la creatividad. Esperan impulsar startups de la mano de Programadores junto a Creadores. Poco a poco la economía española va articulando los activos necesarios para modernizar su modelo de crecimiento. Veremos si el resto de aspectos necesarios lo acompañan. 

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La obligatoria transformación digital de la Pyme y del comercio minorista.

En múltiples ocasiones, cuando imparto una conferencia o en alguna de las peticiones para ayudar a empresas y organizaciones a iniciar una verdadera transformación digital, la transición que supone todo este apasionante momento suele ser visto desde la pequeña empresa o del comercio minorista como un reto abstracto o complejo de llevar a cabo. Y, realmente, no debería ser así. Sin duda alguna es en el ese escenario de empresas medianas donde la transformación digital juega un papel relevante para enfrentarse con garantías al futuro inmediato.

En múltiples ocasiones, cuando imparto una conferencia o en alguna de las peticiones para ayudar a empresas y organizaciones a iniciar una verdadera transformación digital, la transición que supone todo este apasionante momento suele ser visto desde la pequeña empresa o del comercio minorista como un reto abstracto o complejo de llevar a cabo. Y, realmente, no debería ser así. Sin duda alguna es en el ese escenario de empresas medianas donde la transformación digital juega un papel relevante para enfrentarse con garantías al futuro inmediato.

La forma en que compramos está cambiando, y el papel del retail ya no será nunca más el mismo. La tecnología ha paralizado los modelos tradicionales. Hasta hace un tiempo, el canal físico era suficiente para impulsar ventas, hasta hace muy poco el incorporar un canal digital parecía suficiente. A este paso le llamamos digitalización pero, sin embargo, no es transformación digital. Este segundo concepto es mucho más profundo. Se trata de incorporar esas herramientas, la lectura de datos y la automatización de procesos para generar nuevos modelos de negocio. 

Para tener éxito, el comercio minorista y las pymes, necesitan crear experiencias diferenciadas y personalizadas que abarquen nuestra vida real y digital. Los compradores cada vez más quieren que sus marcas favoritas y sus comercios habituales cumplan de inmediato sus expectativas. Comprar un artículo no es un evento aislado, sino que forma parte de una experiencia de compra integrada sin fisuras que abarca la tienda digital, las redes sociales, la tienda físicas y el grado de conocimiento que de él tiene la empresa.  

Lograr esto no es sencillo, pero con las nuevas tecnologías basadas en la nube, el aprendizaje automático, la analítica avanzada y la inteligencia artificial, el retail especialmente puede revolucionar la forma en que se involucran con los consumidores. Clientes cada vez más informados y expertos en tecnología por cierto.

Es importante que la experiencia de cliente sea moderna y actual. No es factible vender a clientes cada vez más integrados en un mundo transformado sin transformarse. Un Milenial apasionado del ‘running’ quiere prendas para disfrutar de su pasión utiliza su asistente personal de su teléfono móvil, Siri por ejemplo. Utilizando sistemas expertos cada vez más cercanos a la inteligencia artificial, Siri le aconseja varias opciones donde comprar lo que necesita. Lo ideal es que tras seleccionar una de ellas el ‘chatbot’ de la primera con la que desea interactuar inicie un proceso de ‘convencimiento’ geolocalizado. Ese ‘robot’ le proporciona datos, manera de acercarse, tiempo estimado, opciones de productos, etc. En unos minutos puede estar probándose ropa deportiva con criterios que ‘sin saber’ el potencial cliente ha aportado. Venta predictiva se llama.

En todo ese tiempo, la empresa ha obtenido miles de datos que podrá utilizar más adelante para generar una mejor experiencia de cliente en el futuro. El asistente de ventas virtual es una de tantas opciones que con un trabajo estratégico en transformación digital se puede desplegar. Lo importante es iniciar un estudio previo del estado de la empresa, del punto de digitalización, de la cultura digital que existe y de las pretensiones que se tienen.

Lo descrito no es futurismo. Es algo en lo que trabajo a diario y con lo que he visto a decenas de medianas empresas minoristas, hoteles o empresas de servicios mejorar sus expectativas y sus resultados. Las cadenas minoristas y las franquicias de productos a cliente final son especialmente sensibles a este tipo de transformación. Uno de mis clientes está implementando un sistema de sensores que guían al comprador a través de sus instalaciones en base a criterios de selección previa en sus tablets o teléfonos móviles. El ‘login’ al entrar en las tiendas de esta cadena le permite obtener un descuento y a la vez la empresa ‘detecta’ quien es ese cliente y lo que suele mirar cuando también está ‘logueado’ en su website. Cuando esté totalmente implementado lo mostraremos.

Digitalizarse es implementar tecnología, cierto. Sin embargo transformarse es mucho más. Es una cultura integral en cualquier organización o empresa. Respóndete las siguientes preguntas para saber si lo que estás (o no) haciendo es lo correcto y a la velocidad adecuada. ¿Tienes una estrategia real en transformación? ¿Es táctica o es estrategia? ¿La tienes por escrito? ¿Has modificado en los últimos meses alguno de los procesos que identifican internamente tu empresa? ¿Has automatizado algún elemento de tu experiencia comercial en el último trimestre? ¿Cuál es tu implicación real en el ámbito digital? ¿Tienes algún punto de contacto con el mundo de la innovación como startups o aceleradoras? En las respuestas, estoy seguro, está la clave y la urgencia de lo que necesitas. Si crees que transformarse digitalmente puede ser caro, prueba con no hacerlo.

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Economía, Politica Marc Vidal Economía, Politica Marc Vidal

La automatización de todo ya ha empezado y es irreversible.

Leemos que el empleo se recupera. Que estamos en la ‘senda de la recuperación’. Una hipotética estancia que volverá a traer riqueza y júbilo a todos. Lo bueno es que es cierto. El paro bajará, de momento. Lo grave es que es una apreciación tan corto placista que asusta. Es miopía pura. La falta de análisis de lo que está pasando en el subsuelo económico y mantener el mantra de la recuperación inmediata es de una irresponsabilidad bíblica. Hay muchas cosas que no se están teniendo en cuenta y que, o nos ponemos en ello, o el pinchazo de la burbuja parecerá una especie de guardería comparado con la que se nos viene encima.

Leemos que el empleo se recupera. Que estamos en la ‘senda de la recuperación’. Una hipotética estancia que volverá a traer riqueza y júbilo a todos. Lo bueno es que es cierto. El paro bajará, de momento. Lo grave es que es una apreciación tan corto placista que asusta. Es miopía pura. La falta de análisis de lo que está pasando en el subsuelo económico y mantener el mantra de la recuperación inmediata es de una irresponsabilidad bíblica. Hay muchas cosas que no se están teniendo en cuenta y que, o nos ponemos en ello, o el pinchazo de la burbuja parecerá una especie de guardería comparado con la que se nos viene encima.

Stephen Hawking dice que "estamos en el momento más peligroso en el desarrollo de la humanidad" y que "el ascenso de la inteligencia artificial destruirá el trabajo de manera irreversible entre las clases medias. Solo quedará empleo para creativos y supervisores. Se pregunta como estamos preparando nuestra sociedad inmediata para un mundo con un desempleo del 60%.

La Casa Blanca publicó un informe hace un tiempo que profundiza en este escenario. El 83% de los trabajos donde la gente gana menos de 18 euros por hora ha iniciado la primera fase de automatización o reemplazo. En cinco años el mercado del coche autoconducido será factible. En menos de una década 10 millones de vehículos implicados en transporte y logística en todo el mundo no precisarán conductor. Es decir, 10 millones de personas que conducen para ganarse la vida lo dejarán de hacer.  

En tres años, en nuestro entorno, será cada vez menos habitual ver personas atendiendo en cajeros, restaurantes fast food, jardineros o contables. En cinco años lo será con asistentes médicos, recepcionistas, policías de tráfico, agentes de mostrador en aeropuertos, oficinas o salas de cine. En ocho costará ver taxistas y camioneros. En diez peluqueros, abogados, dentistas o directores de recursos humanos. En veinte, no trabajaremos como lo hacemos ahora.

Es cuestión de tiempo. No se va a acabar el mundo. Va a cambiar tanto y tan rápido que no tenemos opción a preguntarnos si está bien o mal, si es posible pararlo o no. Va a pasar. El valor añadido no estará en si te lo crees o no. La mayor ventaja será haberlo previsto y haber implementado una estrategia empresarial, personal, política, social y económica.

En cada estadio depende de alguien. En la empresarial de un empresario, de unos directivos. En lo personal de cada uno de nosotros. En lo político, social y económico depende de tener ‘luces largas’, sentido histórico políticamente hablando y asumir que ha empezado el momento más complejo, a la vez que estimulante, que ha vivido la humanidad. La opción de vivir sin trabajar es una opción. O mejor dicho, trabajar de otro modo. Una manera más humana, conforme a lo que somos. Con más tiempo para ser y no tanto para hacer. Más espacio para desarrollarnos intelectualmente y menos para perder el tiempo en funciones repetitivas. 

Estás pensando que esto va para largo. Que no te imaginas que en tu entorno esto vaya a pasar pronto. Eso debe pensar el gobierno aunque mi impresión es que ni lo tiene en cuenta. Ni ellos ni nadie y por eso, cuando queremos analizar que está suponiendo a tiempo real la automatización no tenemos datos concretos españoles o de relevancia en Europa.

Tenemos siempre que buscarlos en Estados Unidos para extrapolar una sociedad a la otra. Si piensas que la automatización y robotización, la transformación digital, es algo para más adelante, lamento decirte que en realidad, la ya ha eliminado cerca de cuatro millones de empleos en los EE.UU. en la última década. Y en lugar de encontrar nuevos puestos de trabajo, la mayoría de esas personas nunca más encontraron empleo. La mano de obra estadounidense se desplomó en alrededor de 10 millones durante ese período, hasta niveles no vistos en décadas. La tasa de participación laboral es ahora de sólo 62,7%. El número de estadounidenses en edad de trabajar que no lo hacen ha aumentado a un récord de 95 millones. El discurso del ‘voy a crear empleo’ que tanto nos suena, en EE.UU. no está funcionando y tampoco lo hará a medio plazo en Europa.

Visto lo visto, mi consejo es que las empresas obvien el discurso oficial y tomen decisiones estratégicas al margen de una realidad que no es la que nos explican. La velocidad de esta disrupción es exponencial y ya no va a detenerse. No se va a crear empleo, y si se crea, no va a estar en el escenario de cambio que requiere este momento. Están sucediendo cosas sin precedentes y ya ha empezado a modificar notablemente el modelo laboral. Podemos ponernos de espaldas pero eso no evitará que nos atrape.  

Seguiremos insistiendo a las administraciones que no rehúyan el tema. Que estructuren algún tipo de espacio para el análisis, debate y puesta en acción. No tiene que ver con ideologías, esta vez tendrá que ver con planes lo más abiertos posible, que reduzcan los efectos nocivos de este futuro inmediato absolutamente previsible. Lo será sino entendemos el fin de todo esto. Será un desastre monumental sino entendemos que las empresas no buscarán crear empleo, sólo buscarán ofrecer servicios. Uber va a deshacerse de todos sus conductores tan pronto como pueda. Su trabajo no es contratarlos, su objetivo es mover a sus clientes de la manera más eficiente posible y eso, en nada, será sin intervención humana.

Debemos invertir en una nueva educación, en una capacitación laboral distinta, en un aprendizaje de un mundo exponencial, en una reubicación de los patrones laborales, de un emprendimiento al que se le permita equivocarse, de la obligatoria necesidad de igualar a las personas en oportunidades, de incentivos fiscales para contratar de otro modo, de señalar sectores que ya no requerirán personas y estimular los que si, de asumir rentas básicas, de generar un espacio nuevo de relaciones entre humanos, empresas, máquinas, inteligencia artificial, administración, garantías desconocidas y obligaciones inéditas. 

En poco tiempo, vamos a tener que repensar la relación entre el trabajo y el ser capaz de alimentarse o vivir. Si no se prevé todo esto, nos crujirán a impuestos para equilibrar las necesidades con las aportaciones. Si la táctica marca este tipo de decisiones entraremos en una espiral dramática. El futuro de la automatización y la pérdida de empleo es ahora, no es un tema que podamos obviar pensando que ya vendrá. Literalmente, la gente más inteligente del mundo piensa que una ola sin precedentes de destrucción del trabajo está llegando con el desarrollo de inteligencia artificial, robótica, software y automatización. William Gibson dijo que ‘el futuro ya está aquí, pero está distribuido de manera desigual’. Tenemos la urgente obligación de repartirlo mejor. Nuestros hijos, que ya no nuestros nietos, dependen más que nunca de las decisiones que se tomen ahora.

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Apps, Sociedad Marc Vidal Apps, Sociedad Marc Vidal

Colecciona momentos, no cosas. Aplicaciones para regalar objetos.

En la píldora de hoy de Economía de Futuro abordamos el mundo de las aplicaciones que permiten donar objetos a terceros concediéndoles una segunda vida cuando ya no los necesitamos. Pura Economía Circular. Ahora, regalar aquello que no usas a personas que realmente lo necesitan es más fácil que nunca. Solo tienes que darte de alta en una aplicaciónde consumo colaborativo como Helpin o Utilever y ofrecer lo que tienes. La persona interesada se encargará de recogértelo, o pagar los gastos de envío, y darle el uso que se merece.

En la píldora de hoy de Economía de Futuro abordamos el mundo de las aplicaciones que permiten donar objetos a terceros concediéndoles una segunda vida cuando ya no los necesitamos. Pura Economía Circular. Ahora, regalar aquello que no usas a personas que realmente lo necesitan es más fácil que nunca. Solo tienes que darte de alta en una aplicaciónde consumo colaborativo como Helpin o Utilever y ofrecer lo que tienes. La persona interesada se encargará de recogértelo, o pagar los gastos de envío, y darle el uso que se merece.

Pregúntate lo mismo que hemos preguntado a personas que nos encontramos por la calle. ¿Eres de los que acumula trastos en casa? ¿Cuántas cosas tienes en casa que no usas nunca? ¿Cómo te deshaces de lo que no utilizas? ¿Conoces las aplicaciones de consumo colaborativo? ¿Cuáles? ¿Las has utilizado alguna vez?

Si has decidido ponerle fin a tu incipiente síndrome de Diógenes, apuesta por el consumo colaborativo y regala tus objetos, en lugar de venderlos. Valora si realmente necesitas la cantidad de dinero que obtendrías por esa venta y si no es determinante para ti, dónalo. Tu acción, no solo te favorecerá a ti, sino que ayudarás a personas con menos recursos y participarás de una gran cadena de favores de la que algún día podrás beneficiarte. ¿Sabías que cada año, cada uno de nosotros genera más de media tonelada de basura? ¡Más 500 kg de residuos ocupan muchísimo espacio! Si conseguimos que parte de esta cantidad logre tener una segunda vida, podríamos reducir nuestros residuos enormemente y hacer del mundo un lugar un poco mejor. Colecciona momentos, no cosas.

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Coches, Innovación, Tecnologia Marc Vidal Coches, Innovación, Tecnologia Marc Vidal

El ser humano al que se le prohibirá conducir, ya ha nacido.

El niño ya ha nacido. El ser humano al que se le prohibirá conducir un coche ya respira. No lo digo yo solo, lo dice Enrik Christensen, director del Instituto de Robótica Contextual de la Universidad de California en San Diego, quien asegura que los nacidos este año nunca llegarán a conducir un automóvil. Un pronostico que comparten algunos de los expertos que se pasean por el mundo concluyendo lo que les sugieren los avances e inversiones del sector automovilístico y las, cada vez menos exóticas, propuestas de legalizar el tráfico de los coches autónomos.

El niño ya ha nacido. El ser humano al que se le prohibirá conducir un coche ya respira. No lo digo yo solo, lo dice Enrik Christensen, director del Instituto de Robótica Contextual de la Universidad de California en San Diego, quien asegura que los nacidos este año nunca llegarán a conducir un automóvil. Un pronostico que comparten algunos de los expertos que se pasean por el mundo concluyendo lo que les sugieren los avances e inversiones del sector automovilístico y las, cada vez menos exóticas, propuestas de legalizar el tráfico de los coches autónomos.

Los que aseguran que esto no es así, que es ciencia ficción, apelan a que ese cambio tan absoluto es imposible que suceda en apenas dos décadas. Que una modificación de tal calibre afectaría a todos los órdenes de nuestra convivencia y al modo de entender al propio ser humano. Que un terremoto de esa magnitud requiere tiempo, mucho tiempo. Certifican, en suma, que los caballos fueron sustituidos por motores tras medio siglo de insistencia.

Un alto cargo de uno de los mayores fabricantes del sector automovilístico me confesaba que su obsesión no era el coche autónomo. El foco de su compañía estaba puesto en cómo enfrentarse a un mundo en el que la gente joven no quiere tener un vehículo de propiedad. Asumen que el coche del futuro no será un producto sino un servicio. No compraremos coches, los usaremos cuando se precisen.

La distancia entre considerar un coche como un servicio y permitir que este sea autónomo es mucho menor de lo que pensamos. Aquí juega un modelo de vida y un cambio sociológico, que la tecnología y las plataformas de uso compartido, están impulsando de manera bíblica. Es probable que quienes piensan en no tener coche propio y sólo utilizar un medio de transporte cuando sea preciso, encuentren mucho más lógico no tener licencia de conducir que los que piensan distinto.

De ahí a que sea preferible que ese servicio, al estilo Lyft o Uber, venga a buscarte sin un conductor y sea aceptado como razonable, hay una fina membrana. La cuestión no es si va a suceder o no. La pregunta objetiva es cuándo va a pasar. ¿Cuándo nos prohibirán conducir? Por ineficiente, por insostenible, por caro. En California hay municipios que ya tienen el plan de transporte público preparado para involucrar flotas de vehículos autónomos. En Alemania, uno de los principales afectados con cualquier tema que afecte a este sector, han aprobado un proyecto de ley que reforme el código de circulación y que permita el uso del coche autónomo en su territorio. Una normativa, que por cierto, mantiene la responsabilidad en el ‘no conductor’.

Pero lo dicho, que seguramente, si tu hijo ha nacido este mes, no va a conducir nunca. Incluso aunque no sea por los coches autónomos. Probablemente será porque lo vea como algo decadente. Ya pasa hoy. En las grandes ciudades mucha gente no tiene coche y, además, no suele conducir. En Manhattan, donde el transporte público permite vivir sin automóvil, y donde conceptos como el ‘car-sharing’, ‘moto-sharing’ u otros, tienen un despliegue notable, la exclusión del coche privado no hace más que crecer. Solamente el 23% de los habitantes de ese distrito de Nueva York poseen un coche propio. La media americana es del 92%.

Las voces críticas con este vaticinio lo tienen claro. Es imposible que en 20 años todos los automóviles actuales estén fuera de las carreteras. En plan optimista hablan de que en 2035, como mucho, en el mundo habrá 20 millones de coches autónomos. Que a pesar de que el Departamento de Transporte de los Estados Unidos emitió directrices en noviembre pasado para ayudar a facilitar una hipotética transición de coche tradicional a autónomo, la incertidumbre se mantiene.

Que aunque hay más de una docena de países con modelos de seguimiento a este tipo de conducción, consideran que el marco legal no podrá modificar un modo de vida tatuado desde hace décadas. Que aunque todos los fabricantes tienen programas avanzados para sacar al mercado ‘kits’ de autoconducción con cualquiera de sus modelos, el Nivel 5 (plena autonomía), dicen, está lejos de lograrse con garantías.

En todo caso, lo que está claro es que si no son nuestros hijos, serán nuestros nietos, pero o unos u otros, no conducirán.

Artículo publicado en Ecoonomia

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Apps, Mobile Marc Vidal Apps, Mobile Marc Vidal

El desafío de empoderar a las personas con discapacidad a través de tecnologías móviles.

Cuando nos reunimos en la primera sesión de trabajo en el d-Lab del Mobile World Capital estuvo claro que el primer desafío social en el que íbamos a implicarnos sería 'El empoderamiento de personas con alguna discapacidad a través de la tecnología móvil'. El objetivo marcado de este programa del MWC Barcelona, busca acelerar la transformación digital de la sociedad mejorando la vida de los ciudadanos y difundir el impacto de soluciones exitosas. El primero es éste pero en marzo lanzaremos otro dedicado a la 'Transformación de la Salud a través de la gestión colectiva de los datos personales' y en septiembre uno enfocado a 'La lucha contra el Cyberbulling a través de la tecnología móvil'. Cada año serán tres en total.

La tecnología, y la transformación que provoca, posee un valor incalculable cuando permite la eliminación de dificultades a las personas que sufren alguna discapacidad. Más allá de lograr la eficiencia empresarial, reducir intermediarios, establecer nuevos modos de relación y modificar la cadena de valor en cualquier sector, el despliegue de la tecnología móvil debe avanzar a la mayor velocidad posible para mejorar la vida de estas personas.

Por esta razón, cuando nos reunimos en la primera sesión de trabajo en el d-Lab del Mobile World Capital estuvo claro que el primer desafío social en el que íbamos a implicarnos sería 'El empoderamiento de personas con alguna discapacidad a través de la tecnología móvil'. El objetivo marcado de este programa del MWC Barcelona, busca acelerar la transformación digital de la sociedad mejorando la vida de los ciudadanos y difundir el impacto de soluciones exitosas. El primero es éste pero en marzo lanzaremos otro dedicado a la 'Transformación de la Salud a través de la gestión colectiva de los datos personales' y en septiembre uno enfocado a 'La lucha contra el Cyberbulling a través de la tecnología móvil'. Cada año serán tres en total.

¿Sabías que casi 1 de cada 5 personas experimentará en alguna etapa de su vida una discapacidad o impedimento? En la mayoría de los casos aparecen complicaciones en el momento de llevar a cabo rutinas diarias o disfrutar plenamente los diferentes aspectos de sus vidas. La accesibilidad universal implica un enfoque completo del entorno en la vida de las personas con alguna discapacidad y hace referencia a la eliminación de las barreras existentes en la vida cotidiana. Estas barreras pueden estar relacionadas con la comunicación, la vida social, el ambiente físico, el acceso a los servicios públicos y el empleo, y el transporte entre otros.

Por este motivo es tan importante este desafío. Queremos encontrar soluciones transformadoras que permitan a las personas con discapacidades vivir de manera más independiente y tener una vida más satisfactoria. Las tecnologías digitales y móviles han contribuido en los últimos años a la promoción del Diseño para Todos y la Accesibilidad Universal aportando conceptos nuevos e innovadores en forma de servicios y productos. Sin embargo, su potencial no ha sido totalmente abordado. 

Conozco alguna de ellas de primera mano. Desde el exitoso proyecto irlandés que situaba en el teléfono móvil un mecanismo para reducir los problemas derivados del Parkinson, aplicaciones que eran capaces de ‘ser los ojos’ de un ciego gracias a la colaboración social o proyectos que permiten localizar globalmente barreras urbanas. Todos son increíblemente valiosos, pero no son suficientes. Nunca es suficiente.

Por centrarlo en nuestro país, aunque sea un reto global y esta una convocatoria mundial, el Instituto Español de Estadística calculó que el 8,5% de la población española tiene una discapacidad. Cerca de 4 millones de personas. De éstas, más de 600.000 viven solas en sus casas y casi un millón y medio tienen un alto grado de dependencia. Hablamos de algo muy importante que debería estar en el preámbulo de cualquier plan de modernización, transformación digital o de implementación tecnológica por delante de muchas otras cosas. Las prioridades importan y mucho. Definen un país y a su gente. Definen una generación.

Por ello repito, si tienes una solución innovadora y disruptiva estás invitado a participar y a formar parte de la solución. Tenemos abierta la convocatoria de propuestas para presentaciones y vamos a ayudar a llevar a cabo esas soluciones bajo el paraguas que supone el propio MWC. Puedes enviar tu solución hasta el 7 de marzo.

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Big Data, Transformación Digital Marc Vidal Big Data, Transformación Digital Marc Vidal

El foro de Davos y la Transformación Digital para equilibrar el crecimiento.

El año pasado se oficializó el término Revolución Industrial 4.0 o Cuarta Revolución Industrial en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos Klosters, Suiza. Hasta entonces al momento económico que vivíamos preferían denominarla sencillamente ‘crisis’. En la edición de este año los líderes mundiales del sector público y privado discutieron acerca de un hipotético crecimiento sostenible y equilibrado del planeta. Para ello Davos fue, en esta edición, un espacio de debate más político que económico. Sin embargo, buscando entre los paneles más económicos destacaba el que trataba el futuro de la Economía Digital. La transformación digital pasó a primer plano analizando sus problemas de seguridad, datos, comercio y formación social.

El año pasado se oficializó el término Revolución Industrial 4.0, o Cuarta Revolución Industrial, en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial celebrado en Davos Klosters, Suiza. Hasta entonces, al momento económico que vivíamos preferían denominarlo sencillamente ‘crisis’. En la edición de este año los líderes mundiales del sector público y privado discutieron acerca de un hipotético crecimiento sostenible y equilibrado del planeta. Para ello Davos fue, en esta edición, un espacio de debate más político que económico. Sin embargo, buscando entre los paneles más económicos destacaba el que trataba el futuro de la Economía Digital. La transformación digital pasó a primer plano analizando sus problemas de seguridad, datos, comercio y formación social.

En este sentido hubo un panel que destacó especialmente. De la mano de Bill McDermott, Director Ejecutivo de SAP, Orit Gadiesh, Presidente de Bain & Company Inc., Liu Jiren, Presidente y Director General de Neusoft Corporation, Steve Bolze, Presidente y Director Ejecutivo de GE Power e Inga Beale, Directora General de Lloyd's se discutió del futuro de la economía digital como herramienta de transformación económica, social e, incluso, cultural. Las principales conclusiones que extraje de ese debate se diferencian en seis temas centrados en productos, datos, seguridad, la propia transformación, la confianza en lo digital y la implementación de habilidades y formación genérica.

En el ámbito de los productos se consideró que desde una perspectiva B2C, los productos han permanecido exactamente igual durante mucho tiempo, mientras que la disrupción digital está atacando y trastocando canales y medios para adquirir bienes y servicios. La lógica establece que se debe modificar de un mayor modo los propios productos o muchas empresas se van a encontrar con dificultades serias de competitividad en breve. Desde una perspectiva B2B, los productos digitales que se utilizan para ayudar al crecimiento del negocio se reinventan constantemente y eso obliga a que las empresas estén asesoradas y vinculadas de manera permanente a un modelo de gestión coordinada innovando junto a expertos en transformación digital.

En el campo de los datos se estimó que los datos entre las empresas se mantienen todavía en modo ‘block’ y no se comparten como se debería en un entorno tan líquido como el que vivimos. Los datos se están convirtiendo en un activo competitivo que se acumula continuamente para las empresas y eso está provocando desequilibrios entre lo que sabemos y lo que saben de nosotros. Por eso es creíble el hecho de que los consumidores quieran ver la eficiencia y los beneficios de compartir sus datos y que se vea reflejado en beneficio para ellos. Comerciar con sus datos no puede ser algo conceptual, debe ser posible identificar para que son. El gran reto para empresas y administraciones es explicar que hacen con los datos que ‘regalamos’. 

En el ámbito de la seguridad se comentó que las empresas ahora son más vulnerables a los ataques cibernéticos que hace unos años puesto que el 84% de los activos empresariales son ahora intangibles. Además entre un 75% y un 90% de las brechas de seguridad están causadas por errores humanos y fugas en la gestión y no tanto por el ataque de hackers. La educación empresarial en cuestiones de seguridad y su valor debe trasladarse también a las personas para que el desembarco de una digitalización total, la llamada Internet del Todo, sea algo no traumático y peligroso.

El aspecto que más importó en el debate fue el que se centraba en su totalidad en la Transformación Digital. A ello se referían en Davos cuando dijeron que todas las empresas necesitan entender al consumidor puesto que es el que controla el ‘match’. La problemática que interpretaron estos expertos radica en que las interacciones de los consumidores son omnipresentes y eso obliga a las empresas a ser visibles y estar disponibles en todos los puntos de contacto. Algo que no todos están entendiendo bien y que en gran medida exigirá un cambio de mentalidad directiva. 

El punto de conflicto que surgió como quinto ámbito de discusión se situaba en la mezcla de esa transformación digital y el tratamiento de los datos. Le llamaron análisis de la confianza necesaria. Resulta que el 80% de los consumidores realmente no entienden cómo se utilizan sus datos. Eso es grave. Por eso se aseguró que se necesita más transparencia entre empresas y consumidores en términos de cómo se maneja su información. Hasta que eso no pase, el despliegue de una sociedad avanzada donde objetos y personas se comuniquen constantemente, será inviable.

La inversión en Capital Humano centró el último punto del debate que más me interesó durante este encuentro anual. Las empresas deben seguir invirtiendo en sus trabajadores jóvenes y no tan jóvenes con el fin de crear una futura fuerza de trabajo con las habilidades pertinentes. El mundo que viene no tiene porque ser un mundo sin empleo. Deberá ser un mundo con un empleo distinto y eso obliga a la adopción en masa de nuevas habilidades técnicas y un lenguaje nuevo con el fin de disminuir la brecha de conocimientos y habilidades en el futuro.

En Davos se trataron más temas que os invitó a investigar y analizar. Se habló de Liderazgo Sensible y Responsable como eje central de toda la edición bajo cinco patrones de debate ubicados en la Preparación para la Cuarta Revolución Industrial, en Fortalecer la gobernanza de la globalización y la colaboración internacional, en  Revitalizar el crecimiento económico mundial, en Reformar el mercado capitalista y en Desarrollar identidades positivas a través de nuevas narrativas. 

La lista de ponentes puede ser consultada en esta curiosa herramienta que Quartz desarrolló al efecto. Me quedo con las palabras de Klaus Schwab. El fundador del Foro Económico Mundial, advirtió en la inauguración que ‘liderazgo responsable significa reconocer la creciente frustración y descontento entre aquellos que no están experimentando el desarrollo económico y el progreso social. Su situación sólo se volverá más incierta con el inicio de la Cuarta Revolución Industrial y su impacto en el futuro empleo. El Liderazgo responsable requiere un compromiso más profundo con el desarrollo inclusivo y el crecimiento equitativo, tanto a nivel nacional como global’.

Photo cover: Laurent Gillieron / AP

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Big Data, Economía, Innovación Marc Vidal Big Data, Economía, Innovación Marc Vidal

Luces y sombras del crecimiento del sector turístico en 2016.

En la semana que Fitur presenta unas cifras impresionantes sobre la actividad turística española. La cifra de negocio alcanzó algo más del 11% del PIB en 2016. En concreto, un crecimiento de casi un 5% con respecto al año anterior. A primera vista una muy buena noticia para una economía que depende especialmente del sector turístico. Una factura total que alcanzó los 125.000 millones de euros y que estimularon la creación de 80.000 nuevos empleos. De este modo ya son 2,5 millones de trabajadores en total. Vamos bien.

En la semana que Fitur presenta unas cifras impresionantes sobre la actividad turística española. La cifra de negocio alcanzó algo más del 11% del PIB en 2016. En concreto, un crecimiento de casi un 5% con respecto al año anterior. A primera vista una muy buena noticia para una economía que depende especialmente del sector turístico. Una factura total que alcanzó los 125.000 millones de euros y que estimularon la creación de 80.000 nuevos empleos. De este modo ya son 2,5 millones de trabajadores en total. Vamos bien.

El crecimiento de la demanda extranjera se ha traducido en el desembarco de más de 75 millones de turistas. Sin embargo, lo que se dejan todos ellos en nuestro país ha caído un 3% de media. Una caída que lleva un lustro sucediendo de manera continuada. Más turistas, más ingresos totales, más empleo, pero menos gasto por cliente. La factoría turística ibérica cada vez es más atractiva para un cliente ‘low cost’, que prefiere pasarse unos días por aquí con apenas 700 euros de media, y menos para los que en su hoja de visita había un gasto sostenido y de calidad.

Que el turismo tiene que repensar el valor añadido que aporta es más urgente de lo que las cifras grandilocuentes ofrecen. El turista viene más pero se queda menos. El coste de transporte excepcionalmente bajo por el precio del petróleo, el crecimiento de algunos países con nuevos turistas, la hipotética recuperación del mercado interno y la poca estabilidad o seguridad de la competencia, no han hecho más que estimular ese envoltorio de celofán.

El riesgo de un estornudo global es enorme. Todo el sector confía en que va a seguir creciendo, siendo cada vez más importante en el cómputo de la factura bruta nacional y creando mucho empleo. Es más que revisable que esa recuperación del sector esta sujeta a una competitividad relativa, lejos de lo que la estructura económica española debería de ser en nuestro entorno económico.

En la otra cara, un sector que en el último año también ha rebasado el 10% del PIB es el biotecnológico. Una industria que apenas ocupa a 190.000 personas y factura más de 100.000 millones de euros, vinculado al futuro, al cambio de modelo productivo y a la conquista de un futuro al que vamos a tener que enfrentarnos más pronto que tarde. Hace apenas siete años sólo era el 3% de la economía española.

Es evidente que la apuesta por sectores de futuro que se alejan de la manoseada ‘recuperación’ es una opción imprescindible. Una visión simple del futuro que se avecina nos muestra un mundo automatizado, robotizado y cuyo empleo será menos masivo. Insistir en sectores que, en cualquier imprevisto, destruyan centenares de empleos imposibles de reconvertir, es muy peligroso.

Un mundo inminente que ya se divisa por el horizonte y que no parece reservar mucho espacio a modelos económicos dependientes de sectores sin valor añadido. Un futuro que habla de pensiones en riesgo, sociedad del bienestar en jaque y modelos productivos obligados a vivir una disrupción inevitable. Una disrupción que también vivirá el sector turístico. Es cuestión de tiempo. Poco tiempo. La competencia está por todas partes y dispara desde todas direcciones. Cualquier elemento imprevisto puede cambiarlo todo rápidamente. La automatización y la adaptación al mundo del dato, la robotización y la inteligencia artificial serán su muro de contención. Si no se transforma absolutamente la pérdida de peso en la economía nacional, supondría una catástrofe laboral similar a la vivida recientemente con el sector inmobiliario.

Sin una industria de recambio el futuro es complejo. Debemos ir pensando en qué modelo social y económico, de salvaguarda de derechos y servicios, vamos a soportar como sociedad. La oportunidad, como demuestra el sector ‘biotech’ está trazada. Las buenas noticias de cualquier sector son siempre bienvenidas. Acomodarse en ellas sin profundizar en lo que pueden suponer en el futuro inmediato ya sabemos cómo acaba y lo que tarda en digerirse.

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Los datos y la transformación digital del sector salud. ¿Que supondrán?

Hace unas semanas ofrecí la conferencia 'Noticias que llegan del Futuro' en la clausura de la Jornada sobre Tendencias de la Fundació TIC Salut. Un interesante encuentro del sector sanitario donde se pudieron entrever cuál su futuro inmediato en relación al ámbito social, las nuevas líneas de exploración y asistencia remota, la incorporación de la Internet de las Cosas, la realidad virtual, el avance de sistemas expertos e inteligencia artificial y la automatización de procesos médicos. En esos mismos días acepté la invitación a ser miembro del d-LAB, programa del Mobile World Capital, cuyo primer desafío, que se publicará en pocas semanas, será el de localizar proyectos de transformación de la sanidad a través de la gestión colectiva de datos de salud personales. Sin duda uno de los campos más estimulantes, que mayor recorrido tendrán en los próximos años y que, de un modo absolutamente disruptivo, supondrán el cambio de mayor intensidad de cuantos la transformación digital haya generado hasta la fecha.

Hace unas semanas ofrecí la conferencia 'Noticias que llegan del Futuro' en la clausura de la Jornada sobre Tendencias de la Fundació TIC Salut. Un interesante encuentro del sector sanitario donde se pudo entrever cuál será su futuro inmediato en relación al ámbito social, las nuevas líneas de exploración, la asistencia remota, la incorporación de la Internet de las Cosas en la obtención de datos, la realidad virtual en el entrenamiento médico, el avance de sistemas expertos e inteligencia artificial y la automatización de procesos médicos en hospitales y centros de tratamiento. En esos mismos días, precisamente, acepté la invitación a ser miembro del d-LAB, programa del Mobile World Capital, cuyo primer desafío, que se publicará en pocas semanas, será el de localizar proyectos de transformación de la sanidad a través de la gestión colectiva de datos de salud personales. Sin duda uno de los campos más estimulantes, que mayor recorrido tendrán en los próximos años y que, de un modo absolutamente disruptivo, supondrán el cambio de mayor intensidad de cuantos la transformación digital haya generado hasta la fecha.

Desde el punto de vista personal así lo veo, pero está claro que la salud y la transformación digital viven un momento intenso. Uno de los campos donde mayor será la afectación de tanta tecnología y desde el que la vida de las personas más se va a ver modificado. De hecho, asistimos a un instante histórico en que las soluciones que la tecnología ofrece al mundo sanitario se unen a unas nuevas necesidades de tipo social que no existían hasta hace poco. La diferencia entre la evolución de la salud digital y su impacto con respecto a otros sectores, radica en que en la sanidad las innovaciones que hacen posible tanto avance son muchas, algo que no pasa en otros campos donde la innovación suele estar sujeta a una o dos tecnologías. Incluso el hecho que la población envejezca y requiera de atención cada vez más experta y predictiva sunpondrá un punto de inflexión absoluto. Almacenamiento de datos, inteligencia artificial, procesados expertos, impresión en 3D, telemedicina, monitorización a través de objetos inteligentes, máquinas dialogando entre ellas ofreciendo datos de salud a tiempo real de cualquier persona y control remoto de constantes vitales, serán los 'strong-points' del sector en un futuro inminente.

De todas esas interacciones surge la necesidad del análisis de cuanto vamos a construir. Pacientes y profesionales. Los datos de salud personal suponen para el sistema sanitario su estructura básica. El 35% de los doctores europeos utilizan un recopilatorio de datos para mejorar la atención al paciente, un 31% para reducir costes de atención, un 28% para mejorar resultados y un 22% los utiliza para mejorar la detección temprana. Esta última es la que mayor potencial tiene pues la tecnología nos permite alcanzar rangos de éxito basados en el big data inéditos hasta hoy.

El fondo Rock Health invirtió más de 4.100 millones de dólares en empresas mHealth que desarrollan aplicaciones y dispositivos que recopilan datos personales de un modo automático. En 2017, según la Comisión Europea, de los 3.400 millones de personas con smartphones en el mundo, más de la mitad serán usuarios de aplicaciones de salud que entregarán datos de sus historiales, estado a tiempo real y variables sanitarias.

A diferencia con otros aspectos de la diversificación de datos, de la pérdida de control sobre la emisión y recepción de éstos, en el caso de la salud la ética se encuentra ante una tremenda disyuntiva. Cuanto más datos más posibilidades de detener enfermedades, mejorar predicciones y salvar vidas. La puesta en común de una gran cantidad de datos sanitarios es un producto muy valioso. Por ejemplo, Pfizer gasta 12 millones de dólares cada año en compras de datos de salud.

¿Estas dispuesto a compartir tus datos sanitarios? En este sentido, PatientsLikeMe registró que el 95% de los adultos que encuestaron estarían dispuestos a compartir sus datos de salud para ayudar a los médicos a mejorar la atención. Sin embargo, el 76% de éstos también se preocupan de que sus datos compartidos se pueden utilizar de manera perjudicial.

En ese evento que referencié al principio se trataron muchos aspectos que vinculan tecnología, tendencias y salud. Mi conferencia trató los avances que la transformación digital está integrando en el sector salud. De cómo la Industria 4.0 con su robotización, automatización y desarrollos en impresión 3D, procesos y modelos de capturar datos a partir de objetos conectados a humanos están generando una nueva era en el sector salud. Que el d-LAB del MWC tenga entre sus desafíos este campo tampoco es casualidad. A mi modo de ver, en la salud, como ya pasó en otros sectores, la pregunta que deben hacerse sus profesionales ya no es si ¿me afectará la disrupción? La pregunta debería de ser ¿cuándo me afectará y con que tecnologías?

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Big Data, Politica Marc Vidal Big Data, Politica Marc Vidal

Propietarios y fabricantes de datos. El debate ético pendiente.

Es habitual que el despliegue de nuevos avances tecnológicos sea como entrar en un laberinto del que no tenemos planos ni guía inicialmente. Esa falta de perspectiva se suma al apetito que empresas y administraciones suelen mostrar por ser los primeros en disfrutar de esos avances, y de controlar su explotación.

Es habitual que el despliegue de nuevos avances tecnológicos sea como entrar en un laberinto del que no tenemos planos ni guía inicialmente. Esa falta de perspectiva se suma al apetito que empresas y administraciones suelen mostrar por ser los primeros en disfrutar de esos avances, y de controlar su explotación.

Al igual que pasa con la indefensión ante un futuro sin empleo (o un empleo distinto), el establecimiento desequilibrado de una Renta Mínima Universal y la dependencia absoluta de la automatización, la gestión de datos provenientes de objetos conectados entre sí exige de una hoja de ruta y de un estudio previo completo que nos permita disfrutar de forma global de sus beneficios. De lo contrario, nos vamos a despertar en plena explosión.

Se intuye una erupción de desigualdad y de refugiados digitales. Una brecha insalvable entre propietarios de datos y quienes los generan. Un precipicio entre los que puedan controlar sensores, sistemas cognitivos e infraestructuras computacionales, y quienes los alimenten comprando compulsivamente cualquier nuevo robot que nos ayude a barrer la casa emitiendo datos sobre qué comemos al analizar las sobras esparcidas por el suelo.


Un buen ejemplo de lo que hablo sería el coche del futuro inmediato. Un ‘objeto’ que va a generar datos extremadamente valiosos, y que precisarán de una gobernanza concreta. Mucho antes de que éste se conduzca solo, que las leyes recuperen el tiempo perdido y se legisle a la velocidad de los avances tecnológicos, los vehículos serán un productor de datos masivos de incalculable valor. Ya lo son. En estos momentos, y a modo de ejemplo, algunas grandes marcas que hace poco confesaban estar descolocadas ante el creciente desinterés de la generación Milenial por comprar coches, investigan en otra fuente de ingresos que va a ser determinante.

Los datos con la información de dónde están y por dónde circulan los coches darán nuevos ingresos a las compañías que los venden y, por derivación, a quien tenga acceso a ellos. Es un buen ejemplo. Pero hay muchos más en la sanidad, en el comercio minorista, en los seguros, en la domótica o en la banca. ¿Quiénes serán los mayores interesados en un ecosistema de ‘cosas’ conectadas? ¿A quién pertenecen los datos que se producen? ¿Qué modelos de negocio aparecen en esa orgía de conocimiento digital? ¿Qué significa para los ciudadanos esa relación entre sus datos que generan y la vigilancia que supone? ¿Qué o quién regulará esos algoritmos y qué límites tendrán? ¿Cómo va a mutar nuestra manera de relacionarnos una vez las máquinas nos escuchen de verdad, nos hablen y hablen entre ellas? ¿De qué hablan las máquinas? ¿Será compatible la transparencia exigible a la administración con la digestión previa de datos masivos?

Nos dicen que una Smart City es un espacio que mejora la vida de los ciudadanos. Para ello se nos demandan datos. Muchos de ellos ya no los podemos discriminar. Salen de nuestra vida cotidiana. En breve, de todos ellos surgirán políticas automáticas, procesos de mejora social y organizativa. En teoría dejar nuestros datos a esos algoritmos nos garantiza una vida mejor, más ordenada ¿Qué grado de conocimiento sobre el funcionamiento de esos algoritmos deberemos exigir?

Los ciudadanos nos hemos convertido en simples ‘sensores’ que, a la vez, actuamos como ‘productores’; productores de datos sobre nosotros y nuestras relaciones con el entorno. El problema es que de momento no hay nada que haga prever que ese intercambio vaya a ir en dos direcciones. Vamos a entregar datos pero no vamos a tener opciones de interactuar al mismo nivel en ese proceso.

¿Qué decisiones toman esos algoritmos? ¿Y cómo las toman? No seré yo alguien sospechoso de no ver en la tecnología un aliado para el género humano, todo lo contrario. Pero el riesgo de ampliar el porcentaje de ciudadanos sin criterio en temas importantes y de dejarnos seducir por un mundo automático crece. Y es que ceder el mando a la tecnología sin haber analizado antes quiénes son los verdaderos actores de este asunto, las variables éticas y sociológicas que tiene una decisión algorítmica a tiempo real de todo lo que nos afecta, es enorme.


Post publicado originalmente en Ecoonomia bajo el título ¿Sabes que datos entregas gratis cada mañana?

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Big Data, Cloud Marc Vidal Big Data, Cloud Marc Vidal

¿Te estás preparando para el mundo que viene? ¿Que vas a ser?

Mientras lees esto. Durante la emisión del último documental sobre animales de ‘la 2’. Cada vez que sales a tomar un gintonic o te refugias en la lectura de un libro. Al revisar el trabajo escolar de tu hijo. Esperando un taxi. En el instante que amanece o se pone el sol. Cada vez que cierras la puerta de casa o consultas tu correo. En cualquier momento. En todos esos minutos en los que el planeta gira en un sentido concreto, alguien está acabando el arquetipo del mundo que lo hará girar en otro. 

Mientras lees esto. Durante la emisión del último documental sobre animales de ‘la 2’. Cada vez que sales a tomar un gintonic o te refugias en la lectura de un libro. Al revisar el trabajo escolar de tu hijo. Esperando un taxi. En el instante que amanece o se pone el sol. Cada vez que cierras la puerta de casa o consultas tu correo. En cualquier momento. En todos esos minutos en los que el planeta gira en un sentido concreto, alguien está acabando el arquetipo del mundo que lo hará girar en otro. 

Se trata de gente que ahora mismo está preguntando a un algoritmo cuestiones que precisan un razonamiento, generando dudas en una máquina, procurando que los procesos binarios se asemejen lo máximo a los neuronales o, sencillamente, creando empresas que lo van a cambiar todo definitivamente. Gente que nació cuando Internet ya existía. Personas que no tuvieron que adaptarse como sí tuvimos que hacerlo los nacidos cuando, al pensar en el futuro, imaginábamos coches voladores pero éramos incapaces de visualizar lo que ha significado Internet.

Internet es el "culpable" de todo. Es el hilo conductor de la mayor revolución que ha vivido nuestra especie. Un cataclismo de punta a punta de este pequeño planeta. Un escenario de cambios que se suceden a una velocidad que no alcanzamos a comprender. Cambios que provienen de la propia mutación de la red. Un mecanismo poderoso que lo ha modificado todo. 

En cada nuevo avance que le afecta, el giro es absoluto. Recordemos ya todos los ‘internets’ que hemos vivido. Todo empezó con un Internet Técnico. Los primeros años de un modo de comunicar que permitía trasladar información cifrada de un lugar a otro aprovechando la posibilidad de eliminar todas las barreras. Luego llegó un Internet Empresarial. Antes del año 2000 las empresas se lanzaron a la conquista de su ‘espacio web’. Avanzábamos hacia un mundo digital en el que las compañías con mayor potencial determinaron el rumbo de para qué podía ser útil económicamente la red de redes.

Más tarde, un Internet Social donde el sistema que supuso modificar el lugar en el que pasaban las cosas generaba una libertad total al usuario. De las cadenas que suponía la instalación de software en tu computadora a sencillamente ese nuevo escenario en el que tu ordenador es la ‘pantalla’ de algo que pasa en el servidor remoto de alguien. Ya no teníamos que descargar nada, todo sucedía en otro lugar. Así nacieron las redes sociales.

Ahora, otra nueva tecnología modifica el escenario. Todo es automático. Internet automático. Va sólo. El 90% de cuanto sucede ya no tiene que ver con nuestra acción o deseo. El Big-data y la inteligencia artificial se ejecutan sin atender a consultas previas. Lo está cambiando todo hasta el punto de que esa red ya no es esencialmente como ninguna anterior y está suponiendo la creación de lenguajes y protocolos que permiten a las máquinas hablar entre sí creando la "Internet de las Cosas".

Pero eso no termina ahí. Mucho más allá que automatizar. En breve, en cinco minutos, la Internet posthumana, la que llamaremos Internet del Todo, conformará un escenario donde el concepto cobertura o conexión tendrán el mismo efecto para nosotros como lo tienen ahora una cinta cassette al lado de un bolígrafo Bic transparente. A cada evolución, a cada cambio que simplifica un proceso, cada vez que una línea de código es eliminada de un programa para simplificar el mismo proceso, nos acercamos a un nuevo y radical cambio. A una nueva disrupción tecnológica.

Si tienes una empresa no te preguntes si te va a afectar la disrupción tecnológica. No. Pregúntate cuándo va a pasar o, mejor, que tecnología va a ser la responsable. Nadie está a salvo. Y si no tienes una empresa, piensa qué modelo tecnológico va a explotar frente a tus narices sin previo aviso. No te cuestiones si te va afectar o no. Lo hará. Prepárate para ese momento. Hazlo ilusionado y no con temor. Esa es la clave. 

Podemos ser mejores. La tecnología lo estimula. Una adaptación a algo vivo que interpretábamos era un ‘sistema’ y ha resultado ser un ‘ecosistema’ que muta, mejora y se adapta. En apenas dos décadas, Internet ha cambiado tanto que no la reconocemos quienes la vimos nacer. Somos una generación que vivía sin ella, sin teléfonos móviles, sin Google. Cuando querías saber algo debías ir a un lugar llamado ‘Biblioteca’ y no era para estar tranquilo o en silencio, era para consultar la sabiduría universal, algo que hoy cabe en un USB. Mientras, todo transcurre y los que deberían estar preguntándose cómo prepararlo todo, Internet crece y se convierte en Todo. ¿Te estás preparando para ese instante?

Post publicado originalmente en Ecoonomia bajo el título ¿Te estás preparando para el mayor avance de la historia?

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Economía, Negocio Marc Vidal Economía, Negocio Marc Vidal

Los mejores países para hacer negocios. Suecia 1°, Irlanda 4° y España 29°.

La Revista Forbes ha publicado la lista de los mejores países para hacer negocios. Una lista que encabeza Suecia, Nueva Zelanda, Hong Kong e Irlanda y en la que España ocupa el puesto 29. Una lista en la que se tienen en cuenta únicamente eso, la facilidad para hacer negocios. No obstante, al revisar esos países vemos que el nivel de desarrollo comparado con los últimos años, y su evolución, determina la relación entre esa posición y el equilibrio social y económico que tienen.

La Revista Forbes ha publicado la lista de los mejores países para hacer negocios. Una lista que encabeza Suecia, Nueva Zelanda, Hong Kong e Irlanda y en la que España ocupa el puesto 29. Una lista en la que se tienen en cuenta únicamente eso, la facilidad para hacer negocios. No obstante, al revisar esos países vemos que el nivel de desarrollo comparado con los últimos años, y su evolución, determina la relación entre esa posición y el equilibrio social y económico que tienen.

Me gustaría tomar como ejemplo de análisis a dos países que están bien situados y destacar la diferente política impositiva que tienen para empresas especialmente. Hablo de Suecia (crecimiento del PIB del 4,2%) y de Irlanda (con un increíble crecimiento del PIB del 26,3%). Ambas están bien posicionadas pero, mientras que la presión fiscal en Suecia es alta, la de Irlanda no lo es tanto. A la clasificación final la afectación de este punto no depende tanto de una tributación baja sino de un buen equilibrio entre lo que se paga y lo que se recibe y, sobretodo, de la relación entre éstos y el entorno para hacer negocios que se derivan. Irlanda ha mantenido los impuestos a empresas muy bajos y Suecia los ha reducido notablemente en la última década.

En el cuarto puesto, como decía, está Irlanda. Allá por 2008 estalló la burbuja inmobiliaria en el país celta. Un par de años después los gobiernos europeos y el Fondo Monetario Internacional enviaron a Irlanda un paquete de rescate de de más de 85.000 millones de euros para apoyar las necesidades presupuestarias del país y sujetar al sistema bancario. Tres años después, en diciembre de 2013, salió oficialmente del rescate europeo.

A pesar de sus problemas económicos, Irlanda mantuvo un ambiente muy favorable para los negocios durante todo ese tiempo. Demostró un buen nivel en todos los ámbitos que miden la facilidad de los negocios y, de hecho, es la única nación que se encuentra bien situada en los 11 indicadores que examinan a todos los países. A la vez, logró mantenerse en el nivel más bajo de carga tributaria equilibrándolo con el más alto en protección del inversionista y de libertades personales.

Uno de los factores que más influyen en este modelo de medición es el volumen de inversión recibido del exterior. En concreto la Cámara Americana de Comercio publicó un informe que mostraba que las empresas estadounidenses invirtieron en Irlanda más de 129.000 millones de euros en los años de mayor crisis, lo mismo que en los 60 años anteriores sumados. Irlanda, también, fue el cuarto mayor receptor de inversión extranjera directa de EU.

Ahora bien, los salarios cayeron un 17% en ese mismo período. El desempleo se recuperó a un nivel desconocido gracias a un motor inesperado. En la actualidad hay más de 1,000 empresas en el extranjero con presencia en Irlanda que emplean a casi 200.000 personas en un mercado laboral de menos de 2 millones.

En el otro lado del modelo impositivo está Suecia. La mejor clasificada. El gobierno de Suecia redujo las prestaciones por desempleo y discapacidad para fomentar el empleo en un momento determinado. Los impuestos siguen siendo muy altos pero los impuestos pagados como porcentaje del beneficio han caído ocho puntos porcentuales durante la última década y la clasificación de la carga impositiva del país en facilidad para hacer negocios del Banco Mundial ha mejorado 11 puntos durante el hora.

Pero si algo caracteriza a Suecia es que es la sede de algunas de las marcas más importantes del mundo. Hablamos de Volvo, Electrolux, Ericsson, IKEA y H&M. Sin embargo, lo que caracteriza el nuevo modelo de crecimiento sueco es que se ha convertido en un refugio para las empresas de tecnología más relevantes del planeta. Algo que también disfruta Irlanda por cierto. De ahí han salido empresas como Skype, Spotify, SoundCloud, King Digital (Candy Crush) o Mojang (Minecraft).

Estar bien clasificado en esta lista no te da la felicidad. De hecho no mide eso. Tampoco el estado real de la economía pero si las posibilidades de desarrollarla y de enlazarla con las necesidades futuras del país. Especialmente es interesante descubrir como algunos territorios muy avanzados en modelos económicos sostenibles y de economía circular están entre los mejor posicionados. Lo que realmente examina son las expectativas de cada país para afrontar el futuro y, de nuevo, España no sale muy bien parada. Fiscalidad compleja, reformas cosméticas y mucha burocracia no lo facilitan. Pero si hay algo que cada vez tiene más importancia y que nos aleja aun más de ser un buen lugar para hacer negocios, es la inexistencia de una hoja de ruta en Nueva Economía que cada vez es más determinante para afrontar el futuro de nuestros hijos con garantías.  

Los factores que miden esta clasificación son los derechos de propiedad, innovación, facilidad de acceso a las TIC, impuestos, tecnología, corrupción, libertad (personal, comercial y monetaria), burocracia, protección a inversionistas y rendimiento del mercado de valores. Los datos provienen de los informes publicados por las siguientes organizaciones: Freedom House, The Heritage Foundation, la Alianza de Derechos de Propiedad, Transparencia Internacional, el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial. 

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¿Qué debes hacer antes de que te sustituya un robot?

Durante la Copa Mundial de Clubes de la FIFA celebrado hace unos días en Japón, hubo un debate acerca del uso de tecnología asociada a la toma de decisiones arbitrales durante los partidos. Hay quien lo critica pues elimina, dicen, la esencia de ese deporte y aplaca una especie de improvisación que, dicen también, pertenece a su idiosincrasia. Otros, por el contrario, afirman que la tecnología llega a todo y el deporte ‘rey’ no puede ser una excepción. Algo que sucede en el Rugby, el tenis y en una infinidad de deportes, se muestra complejo de aplicar en el fútbol. 

Durante la Copa Mundial de Clubes de la FIFA celebrado hace unos días en Japón, hubo un debate acerca del uso de tecnología asociada a la toma de decisiones arbitrales durante los partidos. Hay quien lo critica pues elimina, dicen, la esencia de ese deporte y aplaca una especie de improvisación que, dicen también, pertenece a su idiosincrasia. Otros, por el contrario, afirman que la tecnología llega a todo y el deporte ‘rey’ no puede ser una excepción. Algo que sucede en el Rugby, el tenis y en una infinidad de deportes, se muestra complejo de aplicar en el fútbol.

No me interesa mucho ese debate pues, tarde o temprano, se impondrá la lógica y la lógica de nuestros tiempos habla sólo de eficiencia y velocidad. Precisamente la crítica viene dada porque una vez el árbitro decide revisar la situación visualizando una pantalla desde el propio campo, la decisión sufre un retraso insoportable desde el punto de vista de un espectáculo. Por ello, estoy seguro, el futuro de este y otros deportes cuya implicación tecnológica será cada vez mayor, no pasa por la combinación de la tecnología y la interpretación sino por la única decisión arbitral de un software y unos sensores que le den apoyo.

Se trataría de que un sistema experto, o un desarrollo en inteligencia artificial, analice en décimas de segundo cualquier jugada y determine lo que ha sucedido por compleja que parezca. Sin error posible. El ser humano está aceptando muy rápido la incorporación de todo tipo de automatismos y robots en sus espacios de ocio. El papel del árbitro deberá ser otro. Probablemente un papel vinculado a la mejora de esos modelos de arbitraje sintético. Un oficio nuevo que tenga que ver con la gestión analítica y la aportación de un conocimiento creativo a esas máquinas que harán el trabajo sucio. Un tipo de empleo que desconocemos pero que estoy seguro será necesario y que, además, deberá ser hecho por expertos en lo que esté haciendo ese robot.

La clave es entender que ese camino ha empezado en muchas profesiones y la única salida es cambiar el ‘chip’ del cómo trabajamos. La pregunta no debe ser ¿un robot ocupará mi puesto de trabajo? Eso es evidente que pasará. Pregúntate ¿qué nueva ocupación debería de tener yo mismo para que ese robot haga su trabajo mejor que nadie? ¿Cuál será mi oficio en ese nuevo escenario? ¿Cómo me preparo para cuando llegue la disrupción a mi empresa, a mi tipo de empleo? ¿Qué tecnologías van a provocarlo? ¿Las conozco? ¿Estoy preparado o formado? Respóndete con urgencia.  

Probablemente si eres árbitro en muchos deportes puedas esperar. No mucho, pero puedes esperar. Sin embargo si tu empleo tiene que ver con el momento de pago en un supermercado, con el de un bibliotecario, un servicio de operador de tele-marketing, con un laboratorio de fotografía, con una agencia de viajes o eres un manager en Social Media, por nombrar algunos, te urge pensar cómo reconvertir tu oferta personal. Hay muchos más pero ejemplifico con uno.

Para un bibliotecario el horizonte es muy complejo. En Irlanda, por ejemplo, se están construyendo 23 bibliotecas sin personal humano. Todo estará automatizado. Sin embargo, un grupo de profesionales, ofrecieron voluntariamente sus servicios de asesoría a los lectores en las dos primeras construidas y puestas en marcha. El éxito fue tal que la red pública ha decidido repensar el tipo de empleo del bibliotecario en ese país.

El papel humano será relevante, pero hay que hacer reset previamente. Toca innovar en el valor añadido que debe ser el que proviene de los humanos y aportárselo al uso de esa tecnología asociada. Un humano nunca será más rápido, más eficiente, más barato que un robot que busca, identifica incluso tu gusto y te trae el libro que ‘necesitas’ casi antes de tú saberlo gracias a la inteligencia artificial y el Big data. Sin embargo, existe una textura social que no lograrán, de momento, aportar.

La investigación por parte del bibliotecario, por seguir con este ejemplo, va más allá del cálculo y el análisis de gustos, su aportación creativa a ese estimulante momento de recomendar un libro o contar porque es una lectura fantástica para un lector determinado, son, o podrían ser, las directrices de un nuevo modo de trabajar. No es competencia a los robots, en todo caso será colaboración con ellos. No vienen a destruir empleo, vienen a permitirnos trabajar de otro modo mucho más humano. Sino lo vemos pronto y adoptamos medidas en ese sentido, muchísima gente se va a encontrar totalmente perdida.

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Apps, Conector, Idodi VC, Startups Marc Vidal Apps, Conector, Idodi VC, Startups Marc Vidal

Kompyte seleccionada por 500Startups y Heygo top10 Apps en la Apple Store.

Hace unos días se hizo pública una gran noticia para una de las startups participadas en el vehículo de inversión que presido, Idodi Venture Capital. Se trata de la selección de la startup Kompyte a participar en la edición número 19 del programa de aceleración de 500Startups. Para ello, Kompyte ya se ha ubicado en California. 500Startups es, juntamente con YCombinator, la mayor aceleradora del mundo.

Hace unos días se hizo pública una gran noticia para una de las startups participadas en el vehículo de inversión que presido, Idodi Venture Capital. Se trata de la selección de la startup Kompyte a participar en la edición número 19 del programa de aceleración de 500Startups. Para ello, Kompyte ya se ha ubicado en California. 500Startups es, juntamente con YCombinator, la mayor aceleradora del mundo.

Aunque mi tarea en el fondo es limitada debido a mi actividad profesional y que la selección de empresas y su seguimiento una vez participadas se realiza con un equipo extraordinario, cuando una noticia de este tipo se produce confirmo lo que buscábamos desde el principio al fundar nuestro vehículo.

Todas nuestras participadas deben seguir tres patrones: estar en un punto de desarrollo del producto o servicio testado por el mercado, en una fase de inversión previa a la conocida Series A y, especialmente, tener una hoja de ruta validada para conquistar el mercado anglosajón y americano. Kompyte cumple con todas ellas y su crecimiento y relevancia no hacen más que crecer en el mercado norteamericano.  

Entrar en 500Startups les ofrece la oportunidad única de estar situados en Sillicon Valley de pleno derecho. Esto se suma al hecho de recibir una importante ayuda económica y adquirir un altavoz internacional de primer orden. Habitualmente, un buen número de empresas que pasan por esta aceleradora vinculada al capital riesgo americano logran construir un circuito de inversión espectacular. Suele ser la puerta a los grandes fondos de ese país, los más importantes del planeta. Por lo que hemos conocido, el novedoso modelo servicio de Kompyte que permite analizar a la competencia a tiempo real no ha pasado desapercibido en Silicon Valley e, incluso, está despertando un interés inédito para empresas que nacieron en España.

Esta gran noticia se suma a tres más con las que me siento especialmente contento. Una que ya comuniqué hace unos meses. La selección por parte de la prestigiosa Wired de dos de nuestras participadas como las más prometedoras de Europa. Se trataba de Deliberry y de Heygo. Ahora, ésta última, ha logrado además clasificarse en el Top10 de las Apps más descargadas en la Apple Store. No se trata de una calificación subjetiva, en este caso es algo que tiene que ver con lo más importante: la aceptación del público, de los usuarios. Heygo va a toda velocidad en su crecimiento y su expansión al mercado anglosajón es inminente.

La tercera noticia, exenta a Idodi Venture Capital, es la inclusión en esa lista de las aplicaciones más destacadas del año de Glovo. La aplicación que, aunque no esté en nuestro vehículo de inversión, si es un poco parte del ecosistema de mi trabajo al haber sido acelerada desde el principio en Conector. Algo, que por cierto, también pasó con HeyGo y con Kompyte. Me encanta tener ese espacio de relación entre el ‘deal flow’ que se genera desde Conector y la opción de participar en la inversión de las mejores startups del país que se hacen mayores en la aceleradora que fundó Carlos Blanco y en la que me invitó a ser socio en su día junto a un buen número de cracks.

Finalmente destacar que, como es normal en todo tipo de vehículos de inversión, la evolución de las participadas suele ser desigual. No todas evolucionan del mismo modo, ni tan bien. Por eso, en nuestro caso, ahora mismo tenemos puesto nuestro foco en la evolución de Kompyte, Heygo, Adictik y Deliberry especialmente. Sabemos que van a darles muchas alegrías a nuestros inversores. En 2017 tenemos intención de seguir invirtiendo selectivamente. Hay mucho talento, muy buenas ideas en este país que precisan de proyección en el mercado que, dando soporte desde Barcelona y Dublín, intentamos impulsar.

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